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La gente los temía y ellos desaparecieron. Pero los años transcurrieron y el crimen es el dueño de la Tierra. Ha llegado la hora de que los heroes más poderosos de la Tierra regresen.
 
2055 Vengadores

2055 VENGADORES #4
¡Vengadores, reunios! III
Por: Carlos Correia y Nememo
Portada: Barry White-Smith

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RESUMEN DE LOS NUMEROS ANTERIORES...

Los Ángeles, año 2055.

Anne Raven, del pueblo pájaro y Magni Odinson, hijo del poderoso Thor, han ido a la ciudad para reclutar a un nuevo miembro para el grupo de Vengadores que está intentando reunir la Antorcha Humana original, alias Jim Hammond.

El propio Jim viaja a una institución mental en Boston para rescatar a un misterioso John Doe que es, aunque él mismo lo desconozca, la encarnación actual del mítico Caballero Luna.

En medio de la entrevista, Jim recibe una llamada de Wonder Woman, pidiendo su ayuda.

Mientras, en Los Ángeles, el asgardiano y la chica-pájaro se enfrentan a la persona que iban a buscar, aparentemente un alterado Superskrull con ansias de sangre.

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"Con este traje se me sale todo" fue lo primero que pensó Anne al recuperar la conciencia. "Tengo que pedirle al señor Hammond que me dé uno más cómodo"

Su atención, sin embargo, se vio inmediatamente atraída por la pelea que se desarrollaba a unos pocos metros de la acera donde ella estaba tendida hasta ese momento.

Su compañero, Magni, luchaba a brazo partido con el skrull que los había sorprendido atacándoles desde un callejón.

Magni era la persona más fuerte que Anne había conocido en su breve existencia, y probablemente uno de los seres más poderosos del planeta, pero el skrull no le iba a la zaga, y además utilizaba todos los trucos que sus poderes, idénticos a los de los 4 fantásticos, le daban para tener al dios contra las cuerdas. Lo mismo atacaba con sus puños pétreos desde todos los ángulos posibles gracias a sus brazos extendidos, que recogía éstos y lanzaba una andanada de llamas de intensidad nova. Estaba claro quien iba a perder la pelea.

Algo no cuadraba. El skrull era la persona que Jim Hammond les había enviado a buscar, se suponía que era amigo. ¿Por qué los atacaba entonces?

Apartando esos pensamientos de su mente, Anne desplegó sus cuatro metros de alas y se lanzó en picado contra el enemigo mientras entonaba uno de los cánticos de su pueblo.

Poca gente sabía que las personas-pájaro tenían una enorme variedad de melodías que usaban en su vida cotidiana, en especial para el cortejo, pero que convenientemente moduladas podían causar mucho daño en quien las oyese.

Anne no se había visto en la necesidad de usarlas, hasta ahora.

Voló en torno al skrull, teniendo bien cuidado de dirigir las ondas de su canto hacia él para afectar lo menos posible a su compañero asgardiano, pero el resultado no fue en absoluto el esperado.

Las ondas de sonido afectaron al skrull, cierto, pero literalmente lo volvieron loco y reaccionó instintivamente, lanzando su puño de piedra contra Red Raven, a la que acertó en pleno vuelo.

La chica se desplomó, con un revuelo de plumas, como un peso muerto.

- ¡Anne¡ -gritó Magni, corriendo airado hacia el skrull - Tú, miserable piojoso huido de la más inmunda cloaca galáctica...

Sus palabras se detuvieron en seco. El skrull había desaparecido.

Magni miró en todas direcciones, intentando averiguar donde se había metido el enemigo. Era imposible. Estaba mirándolo y al minuto siguiente, nada, era como si la tierra se lo hubiese tragado.

De pronto, Magni notó que le faltaba el aire. Se ahogaba. Se llevó instintivamente las manos al cuello, sólo para descubrir que, aunque no lo viese, algo le rodeaba la cabeza, asfixiándolo.

El skrull reapareció ante él, riendo triunfalmente.

Hacerse invisible y crear campos de fuerza de cualquier forma, como la esfera que aprisionaba a Magni era uno de sus poderes, y no el más despreciable.

La mente de Magni empezó a nublarse. ¿Así iban a acabar entonces sus sueños de gloria y aventuras? ¿Asesinado por un skrull loco e incapaz de proteger a su compañera?

¡Qué indigno del dios asgardiano del poder!

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Mientras, en un callejón cercano...

- ¡Es un Superskrull¡ -dijo Za'nagón

Za'nagón, skrull de graduación inferior y otros dos miembros de su raza monitorizaban la pelea en una pantalla holográfica portátil.

- Eso ya lo vemos -respondió Tak, probablemente el más inteligente de los tres- Tienes el molesto don de resaltar lo obvio, Za'nagón.

Za'nagón refunfuñó, pero no dijo nada. Sabía que Tak tenía mal carácter y era mas fuerte que él. No quería líos.

O'pee-Na-Kart, el tercer skrull en discordia, era el que ostentaba el mando, pero todos sabían que eso era sólo gracias a los contactos de sus suegros en las altas esferas. Ahora, no pudo contener su perplejidad:

- Pero... ¡¿por qué nos ha enviado el alto mando tras un Superskrull?! Creía que nuestra misión consistía en hacerles saber a todos los skrull infiltrados que deben abandonar este asqueroso planeta, como ya ha hecho todo nuestro ejército.

Tak reflexionó. Despreciaba a sus compañeros de misión, pero el asunto le intrigaba también a él.

- Mmmm, no creo que el alto mando sepa que Do'tan es un Superskrull. Recuerda los esfuerzos de nuestros ingenieros genéticos para conseguir crear superskrulls manipulando el ADN de nuestra raza...

- Esfuerzos que fracasaron miserablemente -subrayó Za'nagón

- Pero entonces... -dijo confundido O'pee-Na-Kart - ¿Cómo es que este perro tiene los poderes de un Superskrull?

- No tengo ni idea -respondió Tak - Aunque... puede que ni él mismo lo supiese antes. Sus poderes sólo se manifestaron al dispararle con el convertidor.

Tak observó el pequeño aparato con el que habían atacado a Do'tan cuando éste se negó a cumplir la orden de abandonar la tierra. Su intención había sido despojarlo de su disfraz, dejando al descubierto su naturaleza skrull para que fuese víctima de la paranoia de los humanos. En vez de eso, se había transformado en un Superskrull salvaje. Por suerte le había dado por atacar a esos dos terrestres que, a decir verdad, Tak no sabía que pintaban en todo esto.

- ¡Es cierto! -dijo alborozado O'pee-Na-Kart - ¿Es posible que Do'tan sea el producto de una mutación espontánea? Sería el primer caso de un skrull en... ¡milenios!

- ¿Y qué más da todo eso? -interrumpió Za'nagón- La cuestión es... ¿Qué hacemos ahora?

- Sí -reconoció O'pee-Na-Kart - Supongo que deberíamos informar de esto al alto mando. ¿Tú que opinas, Tak?

- No estoy tan seguro -respondió Tak - Sabiendo el interés que tienen en conseguir supersoldados, lo más probable es que nos ordenen detenerlo y llevarlo ante ellos.

- ¡¿Enfrentarnos a un Superskrull desatado?! Tú estás loco. ¡No estamos preparados para eso!

- Por una vez estoy de acuerdo con Za'nagón -dijo O'pee-Na-Kart

- En ese caso -dijo Tak - lo mejor que podemos hacer es...

Los tres se miraron. Luego Za'nagón se atrevió a terminar la frase:

- ¡...largarnos a toda leche!

- Vale -dijo O'pee-Na-Kart, y los tres echaron a correr hacia el almacén abandonado que había al fondo del callejón.

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Boston.

La huida del sanatorio fue más sencilla de lo que había esperado. Con la autorización que traía preparada, el "traslado" fue inmediato. Hammond lo "sedó" y lo sacó en una silla de ruedas, introduciéndolo en su vehículo. Una vez lo suficientemente lejos, y tras asegurarse que nadie le seguía, "despertó" a Doe.

- John, ya pasó el peligro.

El hombre abrió los ojos.

- ¿Entonces estoy libre?

- Sí. Pero ya conoces la oferta. ¿Quieres unirte a los Vengadores?

El hombre lo miró, aún asombrado. No podía creerse del todo que lo que tenía delante era un androide creado hacía más de un siglo, más avanzado que cualquiera de los que existían en la actualidad, que le había explicado el origen de sus alucinaciones, y que le ofrecía la posibilidad de usar sus habilidades para ayudar al mundo... Era una locura...

¿Pero que otra cosa tenía que hacer?

- Está bien. Me uniré a vosotros.

- Perfecto - sonrío Hammond. - Ahora tenemos que irnos a Nueva York. Allí me necesitan. Te quedarás en un hotel mientras. Aún necesitarás algún tiempo para aclimatarte...

Aceleró el coche. La distancia entre Boston y Nueva York no era grande, en menos de una hora llegaría a su destino1...

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De vuelta al escenario principal de nuestra historia, donde Anne Raven se recupera a una sorprendente velocidad del golpe del Superskrull.

¿Qué podía hacer?

Aquel odioso ser estaba matando a Magni, de alguna forma lo había derrotado y el dios al que la chica ya consideraba su amigo estaba de rodillas, con las manos tratando de quitarse de la cara algo que ella no podía ver.

Su ataque inicial había fallado y, sin embargo, estaba segura de que su canto había afectado de alguna forma al Superskrull. Quizá era cuestión de probar con otra frecuencia.

Sin pensarlo abrió la boca y se puso a emitir la primera melodía que se le ocurrió.

No pasó nada.

Fue cambiando de tono y de registro, de intensidad, sin rendirse, una y otra vez, enfocando las ondas sobre Do'tan. Parecía que no pasaba nada y entonces... la cara del superskrull cambió de expresión, mínimamente.

Anne lo sintió y redobló sus esfuerzos.

En ese momento un atronador sonido tapó el canto de la chica-pájaro, ensordeciendo a todos los que estaban a varias millas a la redonda.

Era la nave del pequeño comando skrull que despegaba como una flecha rumbo al espacio exterior.

Nunca sabremos si fue el canto de Anne o el alejamiento, a bordo de la nave, del aparato que había provocado su transformación lo que causó el efecto, pero el caso es que Do'tan sintió de pronto como si despertara de un sueño. Sus miembros revirtieron a su proporción habitual, los puños de piedra desaparecieron, así como las llamas... y la esfera invisible que rodeaba la cabeza de Magni.

El joven dios se sintió liberado de pronto y no se lo pensó dos veces. Corrió enfurecido hacia Do'tan, sin darse cuenta de que este le miraba perplejo, sin comprender que ocurría.

- ¡Magni, no! -gritó Anne, pero ya era demasiado tarde.

El golpe del asgardiano lanzó al confundido skrull contra el edificio de la otra acera.

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En otro lugar...

Una sala de juntas de una multinacional. Los que se sientan a la mesa de reuniones son algunas de las personas más importantes del mundo, aquellos que controlan a los políticos en la sombra. Son el verdadero poder mundial.

El que preside la reunión se levanta, y se dirige a sus compañeros.

- Caballeros, como saben bien, tenemos problemas con las zonas-x. Los mutantes se están rebelando. Necesitamos aumentar la producción de exoesqueletos, y renegociar los contratos de defensa con el Gobierno. Significará un aumento de beneficios en las secciones de armamento, pero si llega a la opinión pública podemos tener problemas de imagen que afecten a nuestras cotizaciones. Es necesario controlar a la prensa...

- No hay problema. Usaremos los mecanismos habituales, - contestó un hombre de unos setenta años, con ciertos problemas de sobrepeso.

- Sí, ya... pero tenemos otro problema. Uno... inesperado. Al parecer, Jim Hammond ha salido de su autoimpuesto anonimato.

- ¿Cómo lo has averiguado?

- Acaba de usar una de sus identidades en un hospital de Boston. Y ha salido de allí con otra persona. Nuestro equipo ya está investigando. Además, el incidente de Nevada de hace unos días2 también está relacionado con él. Se reunió con alguien, pero nuestros investigadores aun no han averiguado su identidad.

- ¿Y qué vamos a hacer? ¿Crees que se inmiscuirá en el caso Wilson?

- No lo sabemos, pero creo que lo mejor es detenerlo cuanto antes.

- Deberíamos haberlo hecho hace años... cuando nos encargamos del resto.

- Deberíamos... pero no lo hicimos. Y todos sabemos por qué. Pero esta vez no tenemos más elección. Jim Hammond ha de ser capturado.

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EPÍLOGO

Un vuelo intercontinental después.

Tres figuras avanzan por la quinta avenida de Nueva York.

-Ya te he presentado mis disculpas, buen Do'tan -dijo Magni- No percibí que hubieses retornado a tu auténtico ser. Tu enfado es comprensible pero innecesario, amigo mío.

Do'tan, que gracias a sus poderes metamórficos no mostraba los moratones e hinchazones que le habían provocado ese último golpe, no respondió al asgardiano señor del poder. No recordaba nada de lo que había pasado desde que sus compatriotas skrulls le dispararan con el convertidor y se había despertado del golpe de Magni con un tremendo dolor de cabeza y un gran resentimiento hacia el asgardiano, ya que no comprendía por qué le había atacado. La chica-pájaro le caía, sin duda, mejor que su fortachón compañero.

A ella se dirigió:

- ¿Adónde vamos, Anne?

- No le guardes rencor a Magni, por favor. Después de todo vamos a ser compañeros, y tú nos atacaste primero. Él ya se ha disculpado. En cuanto a tú pregunta, en realidad ya hemos llegado. Jim me dijo que viniésemos directamente aquí cuando llegásemos a Nueva York - Anne hizo un gesto abarcando una venerable mansión que se alzaba, algo vetusta pero orgullosa en medio de la avenida- Amigos... ¡La mansión de los Vengadores!

En torno a la verja de entrada había varias furgonetas con operarios cargando equipo y algunos guardias de seguridad con la insignia Stark-Fujikawa en sus uniformes que vigilaban a los primeros. Nadie les hizo mucho caso a ellos. Los guardias parecían estar más ocupados en no quitarle el ojo de encima a los operarios y éstos miraban a los guardias con resentimiento.

- Aquí pasa algo raro -señaló Do'tan

- Vamos a la puerta principal -dijo Anne- quizá alguien nos lo aclare.

Los tres se dirigieron a la entrada, pero antes de que pudiesen llegar a ella vieron a un par de guardias escoltando a una atractiva chica de color que se debatía incómoda entre ellos, en el camino principal de la mansión.

- Tiene que abandonar la mansión, señorita -dijo el hombre enchaquetado que iba con ellos- Ya le hemos enseñado la orden judicial. Sin resentimientos. No es nada personal.

- Ya lo creo que lo es -dijo la chica- Esto no quedará así, te lo aseguro, Turner.

En ese momento la pequeña comitiva se topó con Magni y su grupo y el hombre enchaquetado se dirigió a ellos con un tono agrio y maleducado.

- ¿Qué diablos hacéis aquí? Nadie puede estar en el perímetro de la mansión sin un permiso expreso de la empresa.

Anne, Magni y Do'tan se miraron entre sí sin comprender, pero antes de que pudiesen decir nada la chica de color les saludó.

- Vosotros debéis ser la gente que está reuniendo Jim -dijo- Me temo que los planes han cambiado, chicos.

Luego, al darse cuenta de su perplejidad, y de que probablemente no tenían ni idea de quien era ella, sonrió y tendió una mano.

- Lo siento -dijo- No me he presentado, yo soy...

- María- dijo una voz inconfundible detrás de ellos - María Stark, ¿qué está pasando aquí?

Era Jim Hammond, la Antorcha Humana original. Junto a él iban una chica que parecía más enfadada que otra cosa y un enmascarado con una gran luna blanca en el pecho. Tras ellos, un poco rezagado, un curioso individuo que vestía una gabardina.

-Supongo que se imponen las presentaciones-dijo Jim- Chicos, estos son los últimos miembros de nuestro equipo, Wonder Woman y el Caballero Luna. Diana, John, os presento a Magni y Red Raven, y como ya he dicho, nuestra anfitriona es María Stark.

Todos intercambiaron sonrisas y gestos amistosos, muy rápidamente, dadas las circunstancias.

María y Diana intercambiaron una mirada apreciativa al saludarse, pero nadie reparó en ello.

- Tu debes ser Do'tan, ¿no?- continuó Hammond dirigiéndose al skrull.

Éste y el androide se dieron la mano.

- Encantado -dijo Do'tan.

- Espero grandes cosas de ti, muchacho- dijo Hammond- pero, volviendo a mi pregunta inicial, ¿qué ocurre aquí María? Creía que ya habrías terminado los preparativos de la mansión para poder trasladarnos y celebrar nuestra primera reunión oficial con todo el equipo junto.

María suspiró sin saber por donde empezar.

- Ha surgido un imprevisto, Jim -dijo la chica- Los de Stark-Fujikawa han reclamado la mansión. Se han presentado esta mañana y han obligado a mis chicos a desalojar todo el equipo que habíamos preparado. Tienen una orden.

- Exacto - intervino el ejecutivo que dirigía a los guardias- esto es una propiedad privada de Stark-Fujikawa, así que, a menos que quieran que los arrestemos, ya se están largando de aquí.

Jim lo ignoró y miró a María.

- Espera un momento -intervino el hombre de la gabardina que venía con el grupo de Jim -Tenía entendido que la mansión era parte de la herencia personal de Stark.

- ¿Y tu quien eres, amigo? -le preguntó María.

- Nick O'Dogherty, el periodista oficial del grupo

María miró a Jim interrogativa, pero éste se limitó a encogerse de hombros.

- Es como usted dice, Mr. O'Dogherty -dijo María- la mansión, como propiedad de la familia, no estaba dentro del acuerdo de fusión entre ambas empresas. No entiendo como han podido echarle mano, pero hasta que no lo aclaremos, me temo que tenemos que irnos.

Jim miró al ejecutivo que sonreía con aire triunfal.

- De acuerdo, chicos. Todos al edificio Oracle -dijo, y luego, dirigiéndose al ejecutivo - Nos veremos.

- Lo dudo- respondió éste- es todo legal.

Pero ya nadie le oía. Todo el grupo abandonaba los jardines de la mansión, cabizbajos, y más que nadie Jim Hammond.

No era ésta la primera reunión del grupo con la que había soñado.

CONTINUARA

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EN EL PRÓXIMO NÚMERO: ¡ASALTO A LA MANSIÓN DE LOS VENGADORES!

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1.- Si quieres saber dónde va Hammond, léete los primeros números de 2055 Wonder Woman.

2.- 2055 Vengadores #1

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VENGADORES, REUNIOS

Bueno, otro número más, y más o menos tenemos a todo el equipo completo...

Recordad que tenéis que leer la serie de Wonder Woman para saber qué hace la Antorcha por la Gran Manzana. (y por qué aparece con Diana al final del número)

Vamos con las cartas...

José González duda que Bollywood se convierta jamás en la meca del cine del cine que es Hollywood. ¿Y por qué? En 50 años pueden pasar muchas cosas, ¿no?

Enter, Nememo: como responsable de la idea tengo que decir que sí, que es un poco descabellada, aunque la gracia de 2055 es poder meter todo ese tipo de cosas que se te ocurran para el futuro.

También dice que no le ha parecido entretenido el número, aunque sí le ha interesado descubrir a los dos nuevos personajes... en fin, que se le va a hacer... Esperemos que éste te guste más...

Xumer, por su parte, dice que la elección de personajes no es nada sugerente. A ver quién es el primero que se da cuenta de a quien estoy copiando... es bastante obvio, creo yo...

Nememo 6: a mí, sin embargo, me gustaron en cuanto leí el primer número. Creo que el equipo puede dar mucho juego, eso sí, si conseguimos hacer más números de forma más continuada (la eterna utopía)

¿Hammond aburrido? Hombre, es un abuelete... ¿chocheará?

¿Así que te gustan más los dibujos que los textos? Mala persona, ¿para eso te he educado desde que eras un cachorro?

"La primera imagen esta muy bien, me gusta el escenario y como has ordenado a los personajes. Quizá me chirría un poco la forma en la que coge el maleton el asgardiano. El edificio de la izquierda no acabo de verlo bien situado (no sabría decir exactamente donde esta) pero quizá este mareado por culpa de la resaca que llevo."

Nememo 6: ¿lo qué? El maletón es donde lleva Magni el hacha, jua, jua

"La segunda imagen esta bastante guapa, me gusta el simbolismo de pintar a la antigua Antorcha Humana de rojo/amarillo (fuego) y al futuro Caballero Luna de gris/blanco (luna). Podría criticar que el Caballero L. no mira a Hammond sino al espectador, pero realmente queda bien por que le da un aire mas desconfiado/paranoico/demente que encaja con lo expresado en la historia. Quizá el encuadre este demasiado desplazado a la derecha. "

Nememo6: Xum le saca más partido y significados a los dibujos de los que yo mismo pensé al hacerlo. Mola¡En este número, sin embargo damos la bienvenida a Barry White-smith como portadista -yo me he tomado un breve descanso por causas múltiples.

Barry debutó en marveltopía con el Raider on the storm dedicado a Magni, por cierto - o sea, muy relacionado con esta serie- ¿Cómo? ¿Que no lo habeis leído? Pues a que estais esperando, perros!

Esperamos vuestras opiniones, en el correo o en el foro.

¡MarvelTópicos saludos!

 
 
   
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