MarvelTopia
Marvel
 
 
PORTADA
Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana...



Star Wars

STAR WARS #1
El manto oscuro I
Guión y portada: Ben Reilly
Guía de Personajes

-----

Coruscant

Por fin ha llegado este día. La Primera Ministra Leia Organa Solo contemplaba con lágrimas en los ojos el recientemente remodelado Senado Galáctico. De reojo pudo ver que la Presidenta de la Nueva República Mon Montha también tenía lágrimas en los ojos. Las dos mujeres ya habían estado en aquella cámara cuando eran senadoras de Alderaan y Chandrila respectivamente. Las dos habían tenido que abandonar su puesto de senadoras cuando su implicación con la Alianza Rebelde se hizo pública y las dos habían luchado con valor para que la Alianza ganara la Guerra Civil Galáctica. Y la revitalización del Senado era la prueba más palpable de que la Nueva República funcionaba, era la prueba más real de que la Alianza Rebelde había ganado la Guerra. En los últimos años un pequeño Senado había estado funcionado como acto simbólico sin embargo ni la mayoría de sectores de la República estaban presentes ni tenía el poder real ostentado por el Consejo Provisional formado por los mandos militares y algún que otro político como el ahora senador por los bothan Borks Fey´lya. Así que hoy sería la primera gran reunión del Senado. Hoy era un día histórico.

La plataforma que llevaba a Mon Montha y a Leia se detuvo en medio de la gran cámara. Todavía faltaban unos segundos para que la sesión comenzara. No había nada importante en el orden del día, la sesión sería tranquila y se hablaría sobre todo de las victorias militares del Almirante Ackbar y su flota sobre las maltrechas fuerzas del Gran Almirante Thrawn en los territorios del Borde Interior. Leia miró escasos metros debajo de la plataforma central donde estaban los asientos de los diferentes ministerios de la Nueva República. Todavía el gobierno estaba formado íntegramente por los militares a excepción del Representante del Senado, el senador Borks Fey´lya.

Los senadores ocuparon todas sus plataformas y guardaron silencio inmediatamente respetando la solemnidad del momento. Mon Montha conectó su amplificador de voz para que toda la sala del Senado pudiera oírla sin problemas.

- Senadores de la Nueva República, soy Mon Montha, Presidenta de la República.

Otras de las cosas que debía cambiar en los próximos meses es la Presidencia. Mon Montha no había sido elegida por el Senado si no por el Consejo Provisional. En los próximos meses Mon Montha debería dejar elegir al Senado su continuidad o no en la presidencia aunque no había por ahora ninguna duda de que Mon Montha sería reelegida.

- Nos encontramos hoy ante un día histórico -prosiguió Mon Montha con su discurso-. Han sido más de diez años de incontables victorias, derrotas, luchas, muertes para que hoy podamos estar aquí. Hoy es el verdadero día en que podemos decir que hemos logrado nuestro objetivo. Esta cámara fue antaño el lugar donde los senadores de la Antigua República se reunían para gobernar con paz y justicia en los territorios de la República. Hoy nosotros asumimos ese legado de aquellos senadores entre los que yo misma me encontraba pero lo que es más importante aún que lograr estar a la altura de los antiguos senadores es estar a la altura de la multitud de héroes caídos que lucharon para que hoy el Senado pueda reunirse con la plenitud de sus poderes. Tendremos que estar a su altura y hacer que sus muertes no hayan sido en vano porque ese es nuestro reto, honrar la muerte de aquellas personas que dieron su vida por nuestra causa. Por todos ellos declaro el comienzo de la primera sesión del Senado de la Nueva República.

Los aplausos comenzaron y durante toda la reunión no pararon. Hoy era sin duda un gran día.

-----

Núcleo Profundo

Las disminuidas fuerzas del Imperio habían ido retrocediendo a lo largo de este año todo el territorio que habían recuperado desde que el Gran Almirante Thrawn lanzara su campaña de reconquista por el Borde Interior. Como consecuencia de este retroceso y de las campañas lanzadas por la Nueva República en el Borde Exterior, las fuerzas imperiales habían ido a refugiarse al Núcleo Profundo donde las estrellas y los planetas estaban tan cerca unas de otras que quien no conociera las rutas estelares correctas acabaría muerto. Como medida de precaución el Emperador no había facilitado ninguna información sobre dichas rutas así que pocos eran lo que las conocían.

- Capitán Garnet, detecto un movimiento extraño por la zona del Golpeador

- ¿Ha probado a enviar un mensaje a su capitán?

- Sí señor pero no responden.

- Siga intentándolo. Ordene al Gorgón y al Intimidador que preparen intercepción en cero punto nueve. Avise al Capitán Fred de que prepare su interdictor para una maniobra presa.

- Sí señor, transmitiendo órdenes. El Capitán del Golpeador hace caso omiso de nuestras señales.

- ¿Tripulación del Golpeador?

- Mínima señor, estaban realizando reparaciones.

- Una deserción muy preparada pero ineficaz.

- Informe del Intimidador, el objetivo está disparándoles.

- Contraataquen, lancen los cazas.

- Sí señor.

El Capitán Garnet fue hacia la pantalla más próxima y vio desarrollarse la batalla. Últimamente las deserciones habían aumentado. Algunas veces los desertores entregaban los Destructores a la Nueva República a cambio de inmunidad y otras veces lo único que hacían era unirse a otras pequeñas facciones del Imperio donde destacarían sobre los otros. Ninguna de esas opciones le gustaba a Garnet. Para él, la flota imperial que el Almirante Pellaeon había conseguido reunir era la baza más fuerte para derrotar a la Nueva República y volver a instaurar el Nuevo Orden. Las pequeñas flotas sólo podían desempeñar una guerra de guerrillas que nunca ganarían. Incluso la Alianza Rebelde en sus peores tiempos tenía más potencia de fuego que cualquiera de esas flotas locales.

- Los escudos del Golpeador han caído señor.

- Perfecto. Que el Gorgón y el Intimidador disparen sus baterías iónicas.

- Sí señor.

- En cuanto las baterías turboláser queden anuladas mande varios equipos de asalto. No quiero prisioneros salvo el Capitán del Destructor.

- Sí señor.

Garnet se dio la vuelta y siguió contemplando el desarrollo de la operación. Los cañones iónicos del Gorgón y el Intimidador anularon todos los sistemas de a bordo del Golpeador con lo que el Destructor era ahora poco más que un cascarón flotando en el espacio. Los equipos de asalto salieron de los dos Destructores y se acoplaron perfectamente. En pocos minutos el equipo de asalto informó de la que tripulación había sido neutralizada y que el Capitán Golpeador había sido apresado.

- Capitán, el Almirante Pellaeon quiere verle inmediatamente.

- De acuerdo. Iré a ver qué quiere.

Garnet se dirigió hacia el despacho privado del Almirante Pellaeon a bordo del Destructor Estelar Quimera que era también el centro neurálgico de los restos del Imperio. En aquel pequeño despacho se encontraban todas las ansias de revancha de los restos imperiales. Era en más de un sentido, desolador comparar la gran cámara imperial de Coruscant con aquel diminuto y oscuro despacho.

- Capitán Garnet, ha hecho un buen trabajo deteniendo este nuevo intento de deserción.

- Gracias Almirante.

- Pero no le he hecho venir aquí sólo para felicitarle. ¿Reconoce esto? -Pellaeon le enseñó un pequeño disco de datos-.

- Sí señor, es el Testamento Político del Gran Almirante Thrawn.

- En efecto así es. Cuando el Gran Almirante murió hace ya un año dejó este pequeño documento en el que se dejaban algunas indicaciones como mi eventual ascenso a Almirante en jefe del Imperio.

- Conozco la historia señor.

- No lo dudaba de un hombre con sus capacidades -ironizó Pellaeon-. Sin embargo lo que usted desconocerá es que parte de ese Testamento no fue nunca leído por persona alguna. ¿Por qué se preguntará usted?. Es muy sencillo, el Gran Almirante quiso asegurarse de que yo sobreviviera durante un año para probar que era digno de seguir con nuestra campaña de reconquista.

- Por eso no se ha arriesgado en nuestras batallas y siempre ha preferido perder un poco de terreno a perder algunas de nuestras naves.

- En efecto. Pese a mi gran experiencia es muy difícil compararme con genios de la estrategia como lo son Ackbar o Riekkan. Lamentablemente si lanzara un ataque a gran escala contra la Nueva República seríamos destruidos de inmediato, yo lo sé, usted lo sabe y Thrawn lo sabía. Así que el Gran Almirante preparó una serie de planes para poder acabar de una vez con la Rebelión.

- Y están en ese disco

- Sí en efecto y es más, hoy es el día en qué puedo abrir el contenido del disco.

- Entonces señor, al fin podremos empezar la reconquista de nuestros antiguos territorios.

- ¿Por qué?.

Garnet lo miró extrañado.

- No le entiendo señor, ¿por qué que?

- ¿Por qué quiere reconquistar esos sistemas?. Es más, ¿por qué quiere vencer a la Nueva República?. O mejor aún y más definitivamente, ¿por qué sirve al Imperio?.

- Señor yo. creo en el sistema que el Imperio estaba imponiendo, creo en el Nuevo Orden del Emperador.

- ¿Está usted seguro de que cree eso?. No se engañe Capitán, usted y yo sabemos lo que pasa en las academia imperiales, el lavado de cerebro que hacen con cada uno de nosotros para que nos creamos todo eso es muy eficaz.

- Señor, hablar tan siquiera de esto podría considerarse traición.

- ¿Traición a qué?. ¿A un Emperador muerto o un Imperio muerto?. Usted elige Capitán.

- .

- ¿No sabe qué decir?

- No sé qué se supone que debo decir.

- Se lo diré yo. Me estoy muriendo Capitán, he contraído el Mal de Tharon y los médicos me han dicho que mi estado es avanzado. Me quedan apenas unos meses de vida.

- Lo. lo siento señor.

- No lo sienta. Estar en el punto de mira de la muerte me ha hecho reflexionar y darme cuenta de muchas cosas que antes daba por supuestas. En muchos sentidos ha sido una excelente revelación sobre lo que debo hacer.

- ¿Y qué debe hacer, señor?

- Poner fin a una guerra de más de diez años.

- ¿Va a rendirse a la República?

- Sí eso voy hacer. Este disco de datos marca la diferencia entre un ataque suicida que lo único que haría sería condenar al Universo a otros diez años más de guerra o firmar la paz entre las dos facciones. Nosotros no podemos ganar, es más, no debemos ganar. Yo conocí los tiempos de decadencia de la Antigua República y puedo decir que no eran agradables, caos es la mejor palabra para definir aquello pero el Imperio no arregló mucho. Es cierto que impuso la paz pero ninguna paz impuesta por la fuerza de las armas dura y lo pudimos comprobar viendo cómo se generaba una revolución a nivel galáctico que aplastó a nuestro querido gobierno con ideales de justicia, valor y nobleza sacados de los principios básicos de la Antigua República. Hoy en día la Nueva República sigue esos mismos valores.

- Entonces ¿nos vamos a rendir?. Convencer a los demás no será fácil señor.

Pellaeon sonrió.

- En verdad es usted un buen soldado del Imperio. Si yo ahora le dijera que fuera a Kessel y entrase con un caza en el cúmulo de agujeros negros de las Fauces usted lo haría sin rechistar, ni siquiera preguntaría la razón de mandarlo a una muerte horrible o algo peor. Pero eso ahora no me sirve, sólo quiero preguntarle lo que quiere hacer.

- No le comprendo, señor.

- Es sencillo Capitán, ¿quiere rendirse o quiere ver lo que hay en este disco de datos?.

El Capitán Garnet meditó unos momentos antes de tomar una decisión.

- Quiero ver lo que pone, señor.

- Sabía que diría eso. Es usted un guerrero Capitán, por eso le puse al mando del Quimera. Tenga el disco, mírelo y evalúe si vale el precio que la galaxia va a pagar por instaurar otra vez el Nuevo Orden del Emperador.

- ¿Ya ha visto lo que ha dentro?.

- Sí pero no se preocupe no revelaré ningún dato a la Rebelión.

- ¿Adónde irá ahora?.

- Oficialmente iré a contactar con una raza desconocida de alienígenas que nos prestarán la tecnología necesaria para destruir a la Rebelión. Mientras tanto el nuevo Almirante Garnet regirá la flota.

- ¿Almirante?

- Sí, se lo ha ganado, enhorabuena.

- Gracias señor. ¿Y adónde irá extraoficialmente?

- Adonde no me encuentren Almirante.

Pellaeon cogió una pequeña maleta y abrió la puerta del despacho. Antes de salir se volvió hacia Garnet.

- Se me olvidaba. Antes de leer el disco de datos mire el archivo THX1138, guarda una terrorífica vinculación con los planes de Thrawn.

- Así lo haré.

Y así el Almirante Pellaeon desertó del servicio militar del Imperio sin que nadie se le interpusiese.

- Computadora, busca en los ficheros el archivo THX1138.

- BUSCANDO.ARCHIVO ENCONTRADO

- ¿Referencia?

- GUERRAS CLON

Continuará.

-----

LA TASCA DE MOS EISLEY

Holadola a todos.

Bueno y ya está bien de daros la paliza con el correo XD, hasta otra, ciao.

 
 
   
www.marvel.com
(1) All characters and the distinctive likenesses thereof are Trademarks of Marvel Characters, Inc. and are used with permission.
(2) Copyright © 2003 Marvel Characters, Inc. All Rights Reserved.