Anteriormente en Star Wars Legado: Una nueva raza ha llegado a la galaxia, los Yuuzhan Vong y reclaman sus antiguos territorios. Mientras tanto, Ben y Galen viajan al espacio Hutt con la misión de robar ciertos datos secretos. Leia y Han han sido citados por el Gran Almirante Garnet, el máximo dirigente del Imperio, para una misterioso reunión...

ARDEEN - BORDE EXTERIOR

Era un bar como cualquiera de los muchos que se podrían encontrar en el Borde Exterior. Oscuro, atestado de gente que bebía y hablaba en voz baja, con una banda tocando al fondo una suave melodía, nada demasiado estridente para no hacer saltar las alarmas. Y sin embargo, en aquel bar de Ardeen se encontraba Kilena, aprendiz del embajador B´Sessn, que ocultaba su piel azulada y sus puntiagudas orejas con una túnica.

- Está corriendo un gran riesgo al reunirse conmigo jovencita.

- Se equivoca. Soy mayor de lo que aparento.

Al lado de Kilena se sentó Jaster Mereel, líder de los mandalorianos. Había venido sin su conocida armadura para no llamar la atención como Kilena le había sugerido.

- Confieso que estoy sorprendido -dijo Jaster mientras pedía una cerveza alreraaniana al camarero-. No suelo reunirme con gente de su nivel.

- Entonces ya tenemos algo en común -dijo Kilena sonriéndole-.

- Je, veo que es graciosa. Pero no estoy aquí por sus gracias. Decía tener una propuesta de negocios.

- Así es. ¿Qué es lo que ha oído sobre lo que ocurre en el Imperio Yevethano?

- Lo que dan por los holocanales. Una nueva facción en la galaxia, una guerra corta... aunque en la última semana al parecer los yevethanos han podido reorganizarse y lanzar un contraataque.

- Eso lo resume muy bien. ¿Cree que los yevethanos tienen alguna posibilidad?

- Le diré algo... si tuviera que elegir una raza con la que no enfadarme, probablemente elegiría a los wookies pero luego me quedaría con los yevethanos. Son xenófobos, traicioneros y tienen una inigualable sed de sangre. No sé cómo será esos Yuuzhan Vong pero los yevethanos no se rendirán sin lucha.

- Eso opino yo también pero sin embargo parecen haberse quedado sin ases en la manga si se me permite la expresión. Una gran parte de su flota quedó intacta pero aún así una guerra requiere de... recambios.

- Droides de combate. Siempre han sido una chatarra, carne de cañón. Pero con mucha carne de cañón se puede construir un ejército.

- Eso es en lo que estaba pensando.

Jaster la miró y la sonrió.

- Entonces mira en el sitio equivocado. Sólo tengo seres que funcionan con sangre... casi todos. Debería hablar con los Hutts, son los únicos que siguen produciendo esa chatarra pero ya le digo que no querrán... ah, es por eso.

- Veo que lo entiende.

- Quiere que mis clanes y yo hagamos de intermediarios entre los Hutts y los yevethanos.

- Los Hutts nunca apoyarían a un bando en una guerra, no sin apoyar al otro. Y los yevethanos jamás comprarían armas a los Hutts.

- De ahí su presencia.

- Es interesante pero no me interesa.

- Puedo ser muy generosa.

- Lo siento. Yo tampoco estoy dispuesto a enemistarme con una nueva potencia galáctica... y menos aún hacerlo para ayudar a los Vong.

- ¿Está seguro?

Kilena depositó una tableta de datos encima de la mesa.

- ¿Cuántos años tiene? -preguntó Kilena-. O mejor dicho ¿cuántos años aparenta tener?

- ¿Qué está...?

- ¿Se reconoce en el espejo cuando se mira o reconoce a alguien más? ¿Recuerda cómo se sintió el primer día que reconocío su reflejo?

- ¿Cómo sabe todo eso?

- La pregunta es cómo no lo sabe usted y por qué. Siempre ha sido un mar de preguntas Mereel, y yo tengo las respuestas.

Jaster miró la tableta de datos. Las respuestas a su vida estaban allí.

- ¿Qué saca usted de todo esto?

Kilena apuró su bebida y se levantó.

- Eso no es asunto suyo. En la tableta tiene las instrucciones pertinentes para los envíos. Buena suerte.

ROKK - ESPACIO HUTT

El transporte de tropas de la República descendió lentamente, con los soldados apuntando constantemente a cualquier indicio de movimiento y evitando como fuera meterse en medio de los centenares de fuegos que estaban acabando con la antigua mina/ prisión. Los prisioneros, ahora libres, habían abandonado ya la mina y se dirigían hacia la ciudad más cercana para intentar escapar del planeta. Era una pena, pero Galen no les podía ayudar. Oficialmente la Nueva República nunca había estado allí, al igual que los Jedi.

La nave tomó tierra y los soldados se desplegaron adoptando una formación cerrada y moviéndose lentamente cargados con sus rifles. No tardaron mucho en encontrar lo que buscaban. Se encontraba de pie, encima de una pila de cadáveres con un hacha en cada mano y totalmente cubierto de la sangre de sus víctimas.

- Menudo desastre han montado -dijo Galen-.

- Esta es la última vez que me haces esto -contestó Ben lanzando lejos las hachas que le habían ayudado a abrirse camino-.

- Uhm... es posible. ¿Has dejado a alguno con vida?

- Sólo los que no intentaron matarme.

- Bien. Volvamos, tienes que darte una ducha urgentemente.

Ben subió a la nave y se recostó cómodamente en el sillón. Le dolía todo el cuerpo y estaba seguro de que tenía varias costillas rotas y numerosas magulladuras y aunque le hubiera gustado dormir todo el camino de vuelta, sabía que tenía algo más importante que hacer así que activó la unidad de comunicaciones.

- ¡Eh! ¡Al fin! Cuando tu Maestro me dijo lo que había hecho

- Tranquila, Shil, me he malacostumbrado a su pelicular manera de entrenarme.

- Los Jedi y sus "técnicas"

- ¿Has encontrado algo de interés?

- Oh, muchas cosas, algunas que incluso querría borrar de mi mente (no te puedes imaginar lo pervertidos que pueden a llegar a ser estos Hutts) pero creo que tenemos un premio gordo. Mira, te lo envío.

La pantalla de comunicaciones dejó de mostrar a la joven corelliano y mostró los planos de un edificio fuertemente protegido, aunque había varias áreas que estaban incompletas probablemente porque se habían omitido voluntariamente.

- ¿Qué es? -preguntó Ben-.

- Ni idea. Lo he cruzado con todo lo que tenemos en la base de datos de la INR¹ y nada de nada. No tenemos pistas.

- ¿Lo has cruzado con diseños similares? -preguntó Galen-.

- Eso sí. Es definitivamente diseño imperial pero...

- ... como casi todos los edificios modernos del Núcleo -concluyó Ben-.

- Sí pero... nadie tiene ese nivel de seguridad ni se toma tantas molestias para esconder algo a no ser que tengo una muy buena razón -musitó Galen-.

- ¿En qué piensas? -preguntó Ben-.

- Bastión.

- ¿La capital del Imperio? -preguntó una sorprendida Shil-.

- Pensadlo detenidamente... ¿qué sabemos sobre ella?

- Que existe, que es la capital del Remanente Imperial y... nada más -dijo Shil-. Cuando el Gran Almirante Garnet estableció allí la capital el planeta poco menos que se cerró al tráfico civil. De hecho, muchos consideran que Bastión es sólo una fortaleza y que la verdadera capital, el verdadero centro económico y político está en Bilgrim. ¿Y dices que estos son los planos de alguna de su instalación?

- Así es. Tú misma has dicho que es diseño imperial...

- Sí pero también he dicho que el diseño imperial es muy común... aún así, el nivel de defensas, la disposición incluida la disposición de las zonas no reveladas parece ser... Si llevamos estos planos a Coruscant quizás podamos averiguar más.

- Sí pero -interrumpió Ben-. Si esto son los planos de Bastión, ¿qué hacen los Hutt con ellos?

- Contratistas independientes -dijo Shil-.

- ¿Qué?

- Garnet reconstruyó Bastión tanto para dirigir el Imperio como para protegerse de las amenazas interiores.

- Y por una buena razón -dijo Galen-. La mitad del Consejo de Moffs le quiere muerto y la otra mitad sólo le mantiene con vida porque no cuentan con el suficiente apoyo como para dirigir el Imperio tras su muerte. Aún así... ¿qué hacen estos planos en un planeta prisión? Tendrían que estar en Nal Hutta bajo la más estricta vigilancia porque si hay una incursión en Bastión... Garnet sabrá a quién culpar.

FRONTERA DEL REMANENTE IMPERIAL

Las estelas se convirtieron de nuevo en estrellas y el Halcón Milenario salió al espacio normal abandonando la velocidad hiperlumínica. Han efectuó un rápido barrido con los sensores y descubrió que estaban totalmente rodeados de naves.

- Aún puedo dar la vuelta -dijo Han mientras agarraba con fuerza los controles-.

- De eso nada -dijo Leia-.

- No hay nada de que preocuparse capitán Solo -dijo la metálica voz de Trespeó-. El Gran Almirante Garnet ha garantizado nuestra seguridad.

- ¿Por qué le hemos traído?

- Tú has ido a Kashyyyk a por Chewbacca.

El wookie gruñó haciendo notar su presencia.

- No pienso meterme en el corazón del Imperio sin alguien que me cubra las espaldas... además, seguro que ver un wookie les altera bastante.

- ROooooargh

- Y que lo digas Chew.

- Tranquilizaos los dos. No buscamos pelea -dijo Leia a la vez que la gigantesca silueta de una Destructor imperial se cruzaba en su camino-.

- Nos llaman -dijo Han-.

- Sé amable.

- Eh, ¿a quién se lo dices? Destructor Kjiol, aquí el Capitán Solo del Halcón Milenario. Venimos a petición del Gran Almirante Garnet.

- Un momento Halcón Milenario. Manténgase a la espera.

- Por supuesto Kjiol -Han cerró la comunicación y activó los sistemas de puntería-.

- Han...

- Uhm... perdón, es la costumbre.

- Halcón Milenario, tienen permiso para aterrizar en la plataforma NX-01.

- Entendido Kjiol, gracias. Última oportunidad de echarse atrás.

- Nos estás retrasando.

- De acuerdo. Bastión, allá vamos.

RANZZ - BORDE EXTERIOR

Luke Skywalker apartó la última de las ramas para lograr salir del espeso bosque se había visto obligado a recorrer para llegar hasta la ribera del río donde se erguían dos estatuas gigantescas, una en cada orilla, tan altas y majestuosas como un edificio de Coruscant. Aquellas dos estatuas representaban la batalla que supuestamente habían librado un Jedi y un Sith en aquel lugar hacía más de 3000 años y que había cambiado la tonalidad del río del azul cristalino habitual hasta un resplandeciente amarillo.

Luke miró las estatuas con preocupación. No le preocupaban las hierbas que se habían hecho su camino por todo el contorno si no las grietas que atravesaban a ambas.

- R2. Haz un escáner de las estatuas por favor

El droide astromecánico salió del bosque a duras penas. Su reluciente carcasa mostraba varios arañazos y golpes debido al camino pero en cuanto su amo le dio la orden la acató sin rechistar hasta que tuvo los resultados.

- Lo que me temía. Contacta con la Academia.

Luke esperó unos segundos hasta que el droide emitió la imagen holográfica de una de sus más antiguas alumnas, Tionne, experta en historia Jedi.

- Tenías razón Tionne.

- ¿También han sido profanadas, Maestro Skywalker?

- Eso me temo.

- Eso hace un total de 14 reliquias profanadas. ¿Alguna pista de quién se trata o de qué puede querer?

- Sólo conjeturas. R2 hará un escáner más a fondo de la zona a ver si podemos encontrar alguna pista dejada por el agresor. ¿Has logrado contactar con el Maestro Katarn?

- En efecto. Dice que el Valle Jedi no ha sido atacado pero que igualmente ha reforzado las defensas.

- De acuerdo. Corto y cambio, volveré a la Academia en cuanto pueda.

FRONTERA CON EL IMPERIO YEVETHANO

Kilena se despertó de repente cuando su lanzadera salió de repente del hiperespacio y volvió al espacio normal. Se levantó rápidamente y se dirigió a la cabina a tumbos debido a que la lanzadera estaba realizando bruscas maniobras.

- ¿Qué ocurre?

- ¡¡Nos atacan!! ¡¡Cazas Yuuzhan Vong!!

- Mande una señal al X-303

- ¡¡Interfieren nuestras comunicaciones!!

Uno de los impactos atravesó de lleno el fuselaje de la lanzadera destrozando una de sus alas. El piloto perdió el control de la lanzadera que empezó a girar sin control.

1.- Inteligencia de la Nueva República... venga ya, deberías saberlo a estas alturas jejej

LA TASCA DE MOS EISLEY

Bueno, otro numerito...