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Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana...



Star Wars

STAR WARS: LEGADO #47
Primer contacto VIII
Guión y portada: Ben Reilly
Guía de Personajes

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Anteriormente en Star Wars Legado: El Gran Almirante Garnet ha sido asesinado por un Sith ante los ojos de Han Solo. Jaster Mereel ha descubierto que sus origen lo emparentan con Boba Fett pero antes de descubrir más debe viajar a la Luna de Contrabandistas. Los Jedi se movilizan para ayudar a los desplazados de la frontera con los Vong. Los B´Sessn se han desvelado como humanos...

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FRONTERA CON EL IMPERIO YUUZHAN VONG

Holden revisó de nuevos los informes de inteligencia. Varias de las sondas espías que habían enviado al interior del territorio Vong acaban de transmitir sus primeros datos que hacían sido analizados por los especialistas de la INR en inteligencia. Aquellos datos se complementaban con las informaciones que el Consejero Bemm Stolk, proclamado líder de los restos del Imperio Yevethano, había facilitado a la República. Si bien los informes no podían asegurarlo, se hablaba de campos de trabajo en donde todos los no Vong estaban siendo internados, bajo condiciones muy denigrantes.

Una cosa estaba clara. Ante esas informaciones la evacuación de los territorios yevethanos era a partir de ahora de absoluta prioridad.

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BASTIÓN - REMANENTE IMPERIAL

Han Solo volvió a mirar la puerta de entrada de la sala donde estaba retenido junto con su mujer y su inseparable Chewbacca. Tres días antes, el Gran Almirante del Remanente Imperial había sido asesinado a manos de un misterioso guerrero Sith. Han y Chewbacca compartían en ese mismo instante el ascensor con el asesino y por eso tras el asesinato habían sido interrogados y puestos bajo custodia.

La situación, según le habían explicado Leia, era bastante complicada. No sólo eran los únicos supervivientes del ataque a la comitiva, lo cual ya era sospechoso de por sí y más teniendo en cuenta la relación que unía a la familia Solo con los Jedi que bien podían estar suplantando a un Sith, si no que el Imperio tenía que salvar sus muebles. Bastión, un mundo alejado y terriblemente fortificado era ante todo el último reducto de orgullo que le quedaba al Imperio. Un mundo que ni siquiera la potente y numerosísima flota de la Nueva República podría tomar sin sufrir bajas catastróficas y ahora era un mundo en el que un solo individuo había logrado burlar la seguridad y asesinado al mismísimo Gran Almirante, líder del Imperio. En un gobierno, que basaba su atractivo en la disciplina, el control, la fuerza y la seguridad aquello era un total y absoluto desastre.

Por eso a Leia no le extraña estar retenida, ni siquiera le extrañaría pasar un mes o dos antes de que el Consejo de Moffs, en cuyas manos estaba ahora el devenir del Imperio, nombrase un sucesor. Pero la decisión era de nuevo complicada. El Consejo de Moffs estaba formado por 6 Moffs, gobernadores de iguales partes del Imperio, que tomaban sus decisiones por mayoría. El Consejo estaba dividido habitualmente por dos facciones, una liberal y otra conservadora. La presencia del Gran Almirante Garnet rompía los empates, siempre tratando de equilibrar las victorias de uno y otro bando. Sin el Gran Almirante, sin la cabeza visible del Imperio, el Consejo podía pasar meses y meses discutiendo la candidatura de cualquiera de los sucesores.

Leia podía entenderlo, pero ahora mismo, y pese a su entrenamiento Jedi, había demasiadas cosas en juego y estaba a punto de perder la paciencia. El Gran Almirante les había confiado una información valiosísima sobre videos de inteligencia que estaban siendo manipulados para hacer creer a los gobiernos que sus socios galácticos estaban negociando secretamente con los Yuuzhan Vong.

Las puertas de la sala se abrieron. El Moff Soontir Fel entró acompañado por dos guardias reales, vestidos con sus habituales armaduras rojas. Fel era el otro Moff de todo el Imperio por el que Leia sentía cierta simpatía, aunque sólo fuese porque era el marido de la hermana de Wedge Antilles. Pero lo cierto es que Fel era mucho más que eso, Fel era otro de sus corellianos de origen humilde que había entrado en la Academia Imperial para labrarse un gran nombre como piloto de cazas TIE. Si la Rebelión tenía al Escuadrón Pícaro, el Imperio poseía el Escuadrón 181 con Fel al mando lo que le había valido para recibir el título de Barón del Imperio y ser temido por todos los pilotos que se unían a los rebeldes. Con una vida dedicada al servicio militar, Fel desertó tras la muerte del Emperador al no estar de acuerdo con las políticas que sus sucesores empleaban y pasó a formar parte del propio Escuadrón Pícaro, a las órdenes de su cuñado. Sin embargo duraría poco en el puesto dado que aceptaría una misión encubierta en los territorios del Imperio y una vez firmada la paz volvió al bando imperial gracias a la insistencia del Gran Almirante Garnet.

- Alteza, siempre es un placer verla -dijo el Barón besándole la mano cortésmente-. Rey Solo, Chewbacca. Creo que esta vez se han metido en un buen problema.

- A mi me parece un problema como los de siempre -bromeó Han-.

- El Consejo no puede creer que nosotros hemos tenido algo que ver con el asesinato del Gran Almirante.

- Los miembros más cuerdos de nuestro Consejo no lo creemos. Otros difieren de nuestra opinión -dijo apesadumbradamente-. Sin embargo, esta vez han contado con una ayuda inestimable.

Soontir Fel se apartó de la puerta dejando ver la figura de la Senadora Kara Phoron que se sentía incómoda en presencia de Leia y Han. Kara había sido la novia de Ben, su sobrino, pero habían roto cuando tuvo que prometerse con el príncipe heredero de Ariel para garantizar la paz entre sus pueblos1. Ahora era la Senadora de todo el sistema en espera de contraer matrimonio y reinar sobre Ariel.

- Han tenido suerte de que la Senadora se encontrase en los territorios del Moff Ceetonn como parte del cuerpo diplomático de la República.

Leia asintió. El Moff Teve Ceetonn era otro de los Moffs de la facción conservadora pero uno cualquiera, sino que era el Moff que había pertenecido al grupo terrorista Segundo Imperio que propugnaba una vuelta a las formas más estrictas del Nuevo Orden imperial. Por ello, era de lejos el más beligerante e insoportable de todo el Consejo y el que siempre llevaba la delantera en cuanto a conflictos con los demás gobiernos, buena parte de ello debido a que sus territorios chocaban frontalmente con la frontera de la República y muchas veces eran usados por los Hutt como punto de paso del contrabando hacia las profundidades del Imperio.

- No existe tal cosa -dijo Leia con una sonrisa en la boca, similar a la famosa sonrisa torcida de su marido-. Me alegro de volver a verla, Senadora.

- Desearía que hubiera sido en otras circunstancias pero no se preocupen, el Canciller Fey´lya ha solicitado su inmediata liberación.

- Sabía que era sólo cuestión de tiempo que Fey´lya hiciera algo bien -dijo Han-.

- Sin embargo, el Consejo todavía no ha accedido a su liberación -continuó el Barón Fel-. Tendrán que permanecer en Bastión pero se les ha conmutado su ejecución hasta el término de la investigación.

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NAR SHADDAA

La Luna de los Contrabandistas, la Ciudad Vertical, lo cierto es que la luna del planeta Nal Hutta tenía muchos nombres. Convertida en un satélite totalmente cubierto por una ciudad inmensa, Nar Shaddaa era el refugio de millones de contrabandistas, cazarecompensas, mercenarios y viajeros de más de mil mundos. Se la comparaba a Coruscant, una Coruscant oscura y torcida, donde los edificios nuevos se construían sobre los viejos y donde, si los niveles inferiores de Coruscant eran altamente peligrosos, los niveles inferiores de Nar Shaddaa era directamente un nuevo círculo del infierno.

Pero la existencia de Nar Shaddaa tenía sus ventajas. Sin ley más que la del comercio, donde todo se podía comprar, todo se podía vender por un precio, Nar Shaddaa era un mercado para todo tipo de elementos: armas, esclavos, droides asesinos e información. Los Bothan podían tener la mejor red de espionaje de toda la galaxia pero lo cierto es que en Nar Shaddaa circulaban los más oscuros secretos de la galaxia. Rumores, compras de ejércitos y oficiales imperiales o republicanos, siempre había alguien que conocía a alguien o alguna transacción que se realizaba en sus locales. Y si necesitabas información, más te valía ir a ver a Kissgoichaz, un bith que vivía en los bajos fondos de la ciudad. Su gran cabeza, piel pálida de un color amarillento, y ojos totalmente negros se giraron cuando Jaster y dos compañeros mandalorianos entraron en su tienda que estaba camuflada como una tienda de venta de objetos musicales, labor en la que los bith eran galácticamente famosos.

- <¡Jaster! Sabandija Hutt, tienes que tener mucho valor para volver por aquí2>

- Sólo eran negocios. Pensaba que tú lo comprenderías.

- <¡Me robaste! ¡A mí! ¡Debería denunciarte a los Hutt!>

Jaster cogió rápidamente la camiseta de Kissgoichaz, y lo levantó un par de centímetros del suelo, indicando con la otra mano que sus dos compañeros mandalorianos se mantuviesen tranquilos y al margen.

- ERAN negocios. Cabreaste a la gente equivocada y quisieron una compensación. Deberías agradecer seguir teniendo tu gran cabeza sobre los hombros -dijo Jaster y lo soltó- y no en la sala de estar de algún miembro del Clan Bancario Intergaláctico.

- Kissgoichaz arregló sus ropajes y miró con odio a Jaster.

- <¿Y qué sucio negocio te trae hasta la Luna Contrabandista?>

- Kamino, ¿dónde está?

Aunque la expresión corporal de los bith era difícil de leer para un humano, Jaster pudo ver cómo el viejo alienígena se sobresaltaba al oír el nombre del planeta que estaba buscando.

- <¿Por qué quieres saberlo?>

- Eso es asunto mío. Lo único que te importa es darme esa información, pagaré lo que pidas.

- <No hay suficientes créditos en la galaxia. Vete, no puedo ayudarte>

- No creo que me entiendas -dijo señalando el bláster que llevaba colgando de su cintura-. Quiero saber dónde está Kamino.

- <Jaster, escucha. Nada bueno ha salido nunca de ese lugar> -Kissgoichaz se acercó a Jaster, susurrándole- <La gente que pregunta por Kamino tiende a desaparecer>

- No entiendo qué es tan importante de ese planeta. Es la base de los clonadores pero...

Kissgoichaz reaccionó de pronto, intentando taponar cualquier abertura del casco del mandaloriano. Estaba visiblemente alterado.

- <La pregunta que debes hacerte es para quién es importante ese planeta. Muy poca gente viva conoce su ubicación, los Hutt y quizás algún alto cargo republicano o imperial. Los demás solemos mantener la boca cerrada por nuestra bien>

- Habla -dijo Jaster desenfundando su bláster y apuntando directamente a la cabeza de Kissgoichaz-. No tengo tanta paciencia

Kissgoichaz suspiró, o lo que Jaster creyó que era un suspiro. Activó la tableta de datos que tenía encima de la mesa. Las persianas del local se cerraron para permitir que los holoproyectores crearan una representación tridimensional de la galaxia.

- <Kamino se encuentra en los límites del Laberinto de Rishi, fuera del Borde Exterior. Este es el único mapa que conozco que contiene su localización exacta. Llévatelo y no vuelvas más por aquí>

- ¿Ves? No ha sido tan difícil.

- <Si tengo suerte, encontrarás en Kamino el destino que te mereces. Nadie vuelve de allí. El Imperio da buena cuenta de ello>

- El Imperio no me da miedo.

- <¡Pues debería! En nada ha puesto el Imperio tanto empeño como en que la galaxia olvide la existencia de Kamino. Sólo la persecución Jedi puede compararse pero esta se ha terminado con la llegado de la Nueva República, no así Kamino. Aún no sé de nadie que haya ido hasta Kamino y haya vuelto>

- Entonces yo seré el primero -dijo Jaster depositando unos créditos encima de la mesa- o no cobrarás la otra parte.

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FRONTERA CON EL IMPERIO YUUZHAN VONG

Con la ayuda de las naves Jedi, incluido el Destructor Imperial Fortuna Errante, perteneciente a Booster Terrik, suegro de uno de los más prestigiosos Jedi de la Orden y antiguo miembro del Escuadrón Pícaro, la evacuación de los antiguos territorios yevethanos casi había concluido en el plazo establecido. Las naves de contrabandistas miembros de la organización del criminal Talon Karrde también ayudaban en las labores, aunque Holden se había asegurado de que nada de aquello llegase a los oídos de Fey´lya pues era bien sabido que el Canciller odiaba a los contrabandistas y en especial a Karrde por un incidente que casi acaba con su carrera política.

El realojo se articulaba en dos partes debido a que los Vong no permitían la entrada de naves militares en su territorio, con la excepción del X-303 que contaba con una baliza diplomática. De este modo, el realojo tenía que hacerse más lentamente en cargueros y naves de transporte que viajaban hacia la frontera donde trasladaban sus pasajeros a las naves de la Nueva República y éstas viajaban a los planetas designados para dejar a los refugiados. Los cargueros de los Jedi podían viajar libremente dentro y fuera de la frontera y dejaban sus refugiados en las inmensas bodegas del Fortuna Errante que los llevaba a los planetas designados por la República para acoger a los refugiados.

El X-303 se convertía en clave de todo el proceso pues permitía reabastecer y coordinar las naves, tanto Jedi, contrabandistas o de la República. Dentro de la nave, los pilotos descansaban y esperaban en la cantina a que sus naves se reabasteciesen, los refugiados fuesen evaluados y su destino fuese asignado.

Jaina Solo formaba parte del contingente de Jedi asignado y pilotaba uno de los cargueros prestados de Karrde, el Motín, una vieja reliquia de la Guerra Civil Galáctica cuyas bodegas de carga habían sido acomodadas para transportar pasajeros. Ahora, Jaina descansaba, bueno, más bien se divertía.

- Así que Vikk Draygo, ¿eh? Eres muy poco original. Papá ya usó ese alias antes incluso de conocer a mamá, Jacen.

- Shhh -dijo Jacen Solo, su hermano, vestido con el uniforme de piloto de la República y descansando también entre turnos-. He trabajado mucho para crear esta identidad.

- Ya veo ya. Desvías la atención de todos con la Fuerza e impides que piensen demasiado sobre por qué les suena su cara. Buen truco.

- Gracias. ¿Dónde está tía Mara?

- Al parecer nuestros padres se han vuelto a meter en un lío y tío Luke y ella van en su ayuda al Remanente.

- Me pregunto qué habrá pasado. ¿No saben nada tus contactos en la INR3?

Jaina negó con la cabeza.

- Sólo sé que ha habido un apagón total de información con el Remanente pero tía Mara parecía bastante seria cuando se marchó.

- Tía Mara siempre está seria.

- Creo que la he visto reír un par de veces en estos últimos cinco años -bromeó Jaina-.

Un par de pilotos pasaron cerca de Jacen y lo saludaron pensando todavía que se trataba de Vikk Draygo y no del Caballero Jedi y príncipe de Alderaan. Sí se fijaron, sin embargo, en Jaina a lo que observaron de arriba abajo antes de fijarse en la espada de luz que colgaba de su cinturón.

- Me traerás problemas -dijo, molesto, Jacen-. Llamas demasiado la atención.

- Lo peor que esos pilotos pueden pensar es que apuntes demasiado alto en tus intentos de ligar.

- Ughhh... eso es asqueroso.

- Gracias por la parte que me toca. Pero de todos modos, ¿qué estás haciendo aquí? Desde que te convertirse en Caballero Jedi no has pasado ni un solo día por la Academia.

- Creo que ya pasé demasiado tiempo allí cuando entrenaba. Además le cogió el gusto a viajar por la galaxia con el tío Luke.

- Y a meterte en problemas.

- Eso también -dijo Jacen imitando la famosa sonrisa torcida de su padre-. Pero... no sé, me vi atraído hace este lugar.

- ¿Tuviste una visión?

- Una sensación más bien. No lo entenderías.

- ¿Por qué? ¿Porque no soy una auténtica Caballero Jedi?

Jaina se levantó de la mesa, visiblemente molesta. Desde que había sido nombrado Caballero, Jacen había notado que Jaina le guardaba cierto rencor por haberse quedado un paso por detrás de él. O al menos eso es lo que ella creía, para Jacen seguía siendo la misma y no se creía por encima de ella en modo alguno.

- Quizás si aprendieras a controlar un poco más tus emociones tu entrenamiento habría terminado hace tiempo.

En cuanto las palabras salieron de su boca, Jacen se arrepintió enormemente de haberlas dicho. Jaina, claramente ofendida, indignada y quizás un poco consciente de la verdad en las palabras de su hermano, dejó varios créditos encima de la mesa para pagar las bebidas y se fue murmurando maldiciones que habrían hecho sonrojarse al pirata más aguerrido. Lo cierto era que, pese al entrenamiento Jedi, Jaina sabía picarle como sólo un hermano puede saber.

- Podía hacer caso de mis propios consejos para variar.

- Eh Draygo -dijo uno de los pilotos compañeros de Jacen-. No te preocupes, seguro que esa vuelve pronto y puedes dormir acompañado esta noche.

Jacen se giró para encararle.

- Te pago todo el whisky corelliano que puedas beberte si no vuelves a repetir esa frase.

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1.- Star Wars Anual 2008

2.- Traducido de huttés

3.- Inteligencia de la Nueva República

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LA TASCA DE MOS EISLEY

Bueno, otro numerito...

 
 
   
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