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Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana...



Star Wars

STAR WARS ANUAL 2004
Relatos de los Jedi
Guión y portada: Ben Reilly
Guía de Personajes

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STAR WARS: RELATOS DE LOS JEDI

Cronología: 4000 años antes de la batalla de Yavin

- Control, aquí Destello de Candor pidiendo permiso para embarcar.

- Recibido Destello de Candor. Tiene permiso para embarcar en la plataforma X-51.

Andur Sunrider corrió el rumbo de su viejo carguero. Llevaba a petición de Thon, su Maestro Jedi, un cargamento de cristales Adega. Aquellos diminutos cristales eran necesarios en Coruscant donde cientos de jóvenes Jedi los esperaban ansiosos pues era la última pieza que necesitaban para construir sus espadas de luz.

- Nomi, necesito tu ayuda para atracar este viejo cacharro.

Su esposa, Nomi Sunrider, entró en la carlinga. De ojos verdes y pelo castaño, Nomi llevaba en sus brazos a la pequeña Vima, la hija de ambos y que sólo tenía un año de edad.

- Ya estoy aquí. Vima tenía hambre.

- Recoge las velas solares por favor.

El antiguo carguero todavía necesitaba la ayuda extra de las velas solares. Estas velas recogían la energía solar para el funcionamiento de la nave. Las naves más modernas ya podía prescindir de ellas pero el Destello de Candor no. Lo que sí todas las naves de tipo medio (a excepción de las naves exploradoras galácticas) necesitaban una nave de mayor tamaño para viajar por el hiperespacio.

- He oído que en Corellia van a empezar a fabricar naves de tipo medio con hiperimpulsor.

- Llevan prometiendo lo mismo desde hace siglos -le desilusionó Nomi-. El coste es demasiado, nadie podría comprarlas. Sólo los que tienen carnet de exploradores pueden conseguir una financiación de la República para comprarse una nave exploradora.

- Quizás deberíamos conseguir uno de esos carnets. ¡Imagínate, tú, Vima y yo recorriendo los intrincados caminos del universo en busca de nuevas civilizaciones!

- Primero deberías acabar ese entrenamiento Jedi tuyo. No es que me queje de que ya no te vayas de casa durante meses para ir con el Maestro Thon.

- Venga, ¿otra vez con eso? Ya te he dicho que el Maestro Thon es un poco tímido.

- Levanta rocas con la mente y es tímido. Cosas más raras se han visto.

- Déjalo ya. Tengo que intentar atracar este cacharro.

La gigantesca nave que les iba a transportar hasta Coruscant era totalmente impresionante por su tamaño que no por su aspecto. Aquellas naves eran poco menos que un gran rectángulo con un hiperimpulsor gigante y con hangares lo suficientemente amplios. La nave a la que se dirigía Andur era de las más modernas y tenía algunos lugares habitables; de otro modo Andur y Nomi tendrían que pasarse todo el viaje en la cabina de su nave.

Introdujo la nave con lentitud. El espacio de entrada era bastante justo pero Andur era un buen piloto y si a eso se le añadían sus habilidades con la Fuerza el resultado fue un perfecto aterrizaje. El Destello carecía del sistema de aterrizaje de las naves más modernas y caras, así que nada más entrar en el hangar varios lanzadores magnéticos dispararon una fibrocuerda que se adhirió magnéticamente al casco de la nave dejándola flotar en el aire, elevada gracias a sus repulsores.

- La escalera ya está bajada -dijo Andur-. Vayamos a dar una vuelta.

- Vima está dormida. La dejará aquí.

- Perfecto.

Como consecuencia del sistema de aterrizaje, necesitaban una escalerilla de bajada auxiliar. No era muy cómodo, pero las naves no podían apagar sus repulsores. Tenían que estar sujetas mediante cables mientras flotaban en el aire pues una vez encendidos los repulsores éstos no podía apagarse a riesgo de no poder vencer la gravedad de los planetas. En el espacio esto no era necesario pero no se había previsto ningún tipo de tren de aterrizaje.

- ¿Comprobaste la carga energética antes de salir? -preguntó Nomi mientras descendía por la escalerilla-.

- Están al 40%. Tendremos suficiente para el viaje y para aterrizar en Coruscant.

Pese a su toda moderna tecnología, la parte habitable de la gran nave de transporte apenas si era algo más que un corredor con tiendas a cada lado y un par de bares. Nomi y Andur fueron viendo en cada tienda las maravillas de los cientos de mundos que formaban la República. La República estaba en pleno período de expansión, parecía estar convirtiéndose paso a paso en un gobierno inmortal. Y lo que era más importante en un gobierno de la paz. Desde las Guerras de la Unificación y la batalla contra el Imperio Sith no había habido ningún conflicto armado en la República

La atención de Andur se dirigió hacia una de los rincones del gran corredor. Dos alienígenas de piel gris parecían estar molestando a una joven de pelo rubio. Podía haber paz a gran escala pero la gente de a pie todavía dando guerra.

- Quédate aquí -le dijo a su esposa-

- ¿Qué vas a hacer?

- Meterme en problemas.

Avanzó hacia la pareja alienígena y se aseguró de tener su sable láser bien visible. A lo mejor era capaz de salir de aquel lío sin tener que recurrir a la violencia.

- Eh vosotros, dejadla en paz.

Los dos alienígenas se giraron hacia Andur. Éste pudo verles perfectamente. Medían más de dos metros, tenían las orejas puntiagudas y la nariz aguileña. Sus colmillos sobresalían de su boca y poseían una gran cola. Andur no pudo reconocer su especie.

- ¿Qué quieres tú, humano?

- Dejad en paz a la chica.

- ¿O si no qué?

Andur señaló su sable láser. Si aquellos tipos eran por alguna casualidad remotamente inteligentes se echarían para atrás al ver el arma de un Caballero Jedi. Sin embargo no era el día de suerte de Andur. Al ver el arma los alienígenas se pusieron nerviosos y desenfundaron sus desintegradores. Andur se movió más rápido que ellos y en un destello le amputó la mano a uno de ellos antes de que pudiera disparar. Pero el segundo alienígena fue más listo. Sabía de la habilidad de los Jedi de rechazar cualquier disparo así que optó por coger a la chica y apuntar su desintegrador contra su cabeza. Andur se quedó quieto.

- Tira el arma, lejos de ti

Andur lanzó al sable láser hacia su esposa quien no hizo ni ademán de cogerlo por miedo a que el alienígena disparase contra su marido.

- Ahora muere.

Disparó. Si Andur hubiera estado en una fase más avanzada de su entrenamiento podría haber esquivado el disparo incluso estando a dos palmos de distancia como estaba. Pero no era así. El disparo fue mortal. Nomi quiso gritar pero no le salían las palabras. Sus ojos se llenaron de lágrimas. En un instante había perdido a su marido. Violentamente, sin razón alguna. Y entonces quiso pura venganza.

"Mantén la calma Nomi"

Estaba tan fuera de sí que creyó oír la voz de su difunto marido. Pero eso no era posible. Se acercó al sable láser que su marido había arrojado y lo cogió en sus manos. No le gustaban las armas, siempre las había odiado y jamás había cogido un sable láser. Había oído que sólo los verdaderos Jedi poseían la habilidad necesaria para manejar semejante arma.

"Nomi"

"¿Andur?"

"Soy yo Nomi"

"No te preocupes, te vengaré"

"Nunca has sido un ser vengativo y nos va a empezar a serlo por mi. La chica, Nomi, tienes que salvarla. Deja a un lado tu ira y sigue tu instinto"

"No sé si podré Andur"

"Confía en mi"

Nomi Sunrider activó el sable láser. Su resplandor blancoverdoso cobró instantáneamente vida. Los dos alienígenas seguían molestando a la chica. Nomi no quiso darles ni tan siquiera una advertencia. Se acercó corriendo hacia ellos y atacó primero al más peligroso, al que tenía el arma. Con un rápido mandoble destruyó el desintegrador. Como todos los cobardes que dependen de un arma para defenderse, el alienígena sintió miedo al perder la suya. Ese miedo pronto se convirtió en ira hacia el ser que había hecho desaparecer su superioridad. Se abalanzó sobre Nomi intentando atraparla con sus dos grandes brazos. Pero Nomi se movió con rapidez y se agachó justo a tiempo de esquivar el envite de su rival. Luego no tuvo ningún reparo en clavar su sable láser en el estómago de su enemigo.

El segundo alienígena, recientemente manco, no había aprendido nada de la experiencia de su amigo. Con su único brazo buscó desesperado la garganta de Nomi. Ésta estaba preparada. Notaba la presencia de su marido con ella y de algo más profundo que todo lo que había sentido nunca. En cuanto vio la mano de su adversario dirigiéndose a su garganta, Nomi tuvo tiempo de sobra para reaccionar. Esquivó el golpe con un suave giro que le sirvió para lanzar un contraataque letal en una estocada de su sable láser.

Todo había acabado. Nomi saltó el sable láser, mareada por lo que acababa de hacer. Había sido como vivir un sueño, no tenía muy claro lo que había pasado. Se acercó a Andur, a su cuerpo. Por su cara parecía no haber sufrido, todo lo contrario que la cara de Nomi que reflejaba su profundo dolor. Intentó tocarlo pero de repente reparó en la chica. Llorar a los muertos era necesario, pero los vivos tenían preferencia. Miró a la chica que había salvado. Entre todo el alboroto no se había fijado en lo joven que era, no tendría más de 12 años y estaba francamente muy asustada.

- Eh, pequeña ¿estás bien? -dijo con el tono más dulce, suave y tranquilizador que pudo-.

- Yo -las lágrimas acudieron a sus ojos-. Creo que estoy bien, gra -su voz se cortó. Nomi la abrazó-.

- Venga, ya pasó todo, no te preocupes, no pueden volver a hacerte daño.

- Tu. tu amigo está.

- Shhh. no te preocupes.

- Pero si yo no hubiera. si él no me hubiera.

Nomi decidió cambiar de tema. Si alguien había tenido la culpa de lo que había pasado no era precisamente la niña.

- ¿Cómo te llamas?

- Nashua. Nashua Skywalker.

- Bien Nashua, ¿viajes sola?

- No, mi padre tiene una pequeña tienda un poco más abajo.

- Vayamos a verlo

- Creo que puedo encontrarle yo sola -dijo mirando el cadáver de Andur y pensando que su salvadora ya había hecho demasiado por ella como para pedirle algo más-. Gracias.

La niña se fue. Nomi deseaba que no lo hubiera hecho. Si hubiera tenido que acompañarla ahora no tendría que mirar al cadáver del hombre que amaba y no tendría que derrumbarse.

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STAR WARS: REPÚBLICA

Cronología: 300 años antes de la batalla de Yavin.

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HIPERESPACIO

El Rey del Juego era normalmente una nave-casino donde los habitantes de la República se gastaban fortunas enteras en diversos juegos de azar. Ahora es una enorme nave-casino donde los habitantes de la República se gastan fortunas enteras en diversos juegos de azar y que transporta un equipo de Caballeros Jedi, los guardias de la paz y la justicia, en misión de rescate. Aunque normalmente hubieran preferido un tipo de nave menos aparatosa y distinguida, no habían tenido otra opción debido al período de cambio que estaba atravesando la Orden Jedi y que la tenía bastante distraída de sus obligaciones. Así que para la misión de rescata habían tenido que alquilar una nave y la única que pasaba cerca de su destino era el Rey del Juego.

De entre todos los Jedi que viajaban en la nave Karh Solo no era de los que se iba a quejar de viajar en una nave lujosa. Siendo corelliano, el mayor de dos hermanos y de familia humilde, nunca diría que no a un poco de lujo extra. Vale que los Jedi tenían que conformarse con lo mínimo pero diablos, de vez en cuando debían de poder permitirse algún tipo de lujo. Además, las manchas solares jovianas que servían estaban deliciosas.

Sentado en la barra del casino podía ver a todas las personas que jugaban. La mayoría de ellas tenía el suficiente dinero como para comprar el negocio familiar de venta de naves millones de veces y seguir teniendo tanto dinero como para comprar Corellia entera. Claro que al pobre dictador de Corellia no le haría mucha gracia que compraran su planeta.

Corellia. Algún día le gustaría volver a su planeta y liberarlo del dictador de pacotilla que ahora regía su hogar. Claro que tendría que tener tiempo y una gran ayuda de la Fuerza para que el Consejo Jedi autorizase tal acción. Siempre estaban muy pesados con eso de ayudar a las gentes de la República no era lo mismo que hacerles las cosas. Si se quería que la democracia se instaurara en Corellia se podía alentar, instruir a la población. Pero nunca blandir el sable láser. Se preguntaba si toda la mitología alrededor de los Jedi no sería nada más que falacias. En la galaxia todos creían que los Jedi luchaban por la verdad y la justicia y si bien eso era cierto, tan bien era muy cierto que rara vez los Jedi luchaban contra esclavistas a no ser que se entrometieran con su misión. Todo aquello le hacía dudar de si realmente estaba sirviendo a la Fuerza o si por el contrario sólo servía a los intereses de la República. ¿Qué pasaría si algún día, por impensable que fuera, cayese la República?

- Beber propio de un Jedi no es.

- Lo dice quien se bebió toda mi reserva de whisky corelliano.

Karh se dio la vuelta para ver la figura pequeña y verde del Maestro Yoda sonriendo como hacía habitualmente. El pequeño Maestro Jedi dio un salto, con voltereta incluida, para alcanzar el taburete y poder hablar a una altura más cómoda para ambos

- Afortunado fuiste de que tu whisky "desapareciera". Si el consejo se hubiera enterado, en graves problemas tú estarías.

Karh sonrió. El viejo (joven para su especie) Maestro Jedi era todo un bromista cuando trataba con sus camaradas. No así cuando se encontraba en misiones diplomáticas o cuando entrenaba a sus aprendices. Nadie sabía su especie ni de dónde habría llegado a nuestra galaxia. Lo único que estaba claro es que era uno de los mejores Jedi que existían y probablemente que existirían. En ciertos círculos corría el rumor de que pronto sería ascendido al Consejo Jedi aunque muchos lo dudaban debido a su carácter bromista, impropio de un Maestro Jedi del más alto nivel. Pensar en el Consejo Jedi hizo que Karh cambiara su sonrisa por una mueca de fastidia. El Consejo estaba pensando seriamente en realizar reformas en la Orden, reformas que a Karh no le entusiasmaban y que le hacían dudar de su futuro como Jedi.

- Preocupado estás -dijo el perceptivo Maestro-.

- Es la misión. No puedo creer que hayamos perdido el Chu´unthor -dijo esquivando la verdadera respuesta-.

- Algo más detecto -dijo El Jedi mientras cerraba los ojos y se sumía en un profundo trance con la Fuerza para averiguar qué era lo que preocupaba a su amigo-. Las decisiones del Consejo temes.

- No me gusta lo que planean hacer. Eso de los midiclorianos no me convence. Y lo de no poder procrear tampoco me gusta -dijo con una pícara sonrisa-.

- Tragedias anteriores de familias del Lado Oscuro el Consejo pretende evitar. El test midicloriano demostrado su efectividad ha.

- Las habilidades Jedi se transmiten de padres a hijos. Siempre ha sido así.

- De tales habilidades tu hermano carece

- Hay excepciones. Pero lo único que conseguiremos impidiendo la reproducción en nuestras filas es mermarlas.

- Preocupado por algo más estás -dijo Yoda mientras entrecerraba los ojos para poder concentrarse mejor en las emociones de su compañero-. Tu familia. temes que tu familia termine contigo.

- ¿Mi familia? No, no son ellos -dijo desdeñando la teoría del Maestro Jedi-. Todavía queda mi hermano Berethon para continuar con la "gran saga familiar" de los Solo.

- Pero temes por él.

- La última vez que le vi viajaba en un carguero robado de la Transgaláctica. Llevaba armas de contrabando para Corellia. No sé qué le pasa por la cabeza, si hubiera sido otro Jedi cualquiera le habría metido en la cárcel. Yo le dejé irse. ¿Obré mal?

- No -dijo Yoda contundentemente mientras utilizaba la Fuerza para servirse un poco de cerveza alderaaniana-. A veces una segunda oportunidad aprovechada puede ser para que el bien se haga.

- ¿Mi hermano haciendo el bien? -Karh rió-. Lo dudo, Berethon e Solo sólo hace lo mejor para él mismo. La verdad es que no sé en qué piensa. Creo que es por el hecho de no tener habilidades Jedi. Se siente marginado, inferior. mis padres se alegraron mucho cuando los Jedi me reclutasteis pero en dónde dejó eso a mi hermano.

- Tu familia muy importante para ti es.

- Sí. no, como todas las familias. es sólo que, tengo una sensación, de cómo si mi familia estuviese destinada a hacer grandes cosas en el futuro y que ahora en el presente lo estuviésemos poniendo en peligro por nuestras acciones -sonrió y bebió el final de su copa-. Quizás sólo sea el ego de todos los hombres el que me hace pensar en ello. Debería irme de la Orden Jedi para convertirme en un ermitaño y dedicarme a interpretar visiones del futuro.

- Difícil de ver el futuro es. Y más difícil de interpretar es. Tras una larga vida lo he intentando y no siempre he sabido qué hacer con tales visiones. Tu visión bien podría ser falsa o no cumplirse pero ¿ego? Yo no pienso así. Creo que tiempos interesantes sobre nosotros se ciernen-Yoda frunció el ceño y se puso más serio, mucho más serio de lo que acostumbraba. Karh nunca lo había visto así, ni siquiera cuando era joven y hacía alguna trastada que molestaba profundamente el anciano Maestro Jedi. Ahora parecía un anciano con el peso de una gran verdad sobre su pequeña espalda-. La galaxia mantenerse unida debe si quiere rechazar la gran oscuridad que se la acerca -pareció darse cuenta de que había hablado demasiado y volvió a cambiar hacia el aspecto más despreocupado que llevaba normalmente-. Pero divagando estoy.

- ¿Qué has visto? -preguntó Karh interesado y preocupado a la vez. Las visiones sobre el futuro del Maestro Yoda no eran algo a tomarse a la ligera-.

- Un no lejano horror. La pérdida de toda esperanza y la llegada de la oscuridad.

El comunicador de Yoda pitó. El pequeño Maestro Jedi intercambió unas breves palabras en rodiano y guardó su comunicador.

- A nuestra misión debemos atender ahora. Una reunión los Maestros Vulatan y Gra´aton han convocado.

Karh pagó la copa que había y acompañó pacientemente a Yoda, quien no podía caminar a su ritmo por motivos obvios. Cuando llegaron a la sala donde se había convocado la reunión vieron a treinta Jedi más algunos aprendices. Yoda se acercó a los Maestros Vulatan y Gra´aton, un humano y un rodiano respectivamente. Vulatan, el humano fue el primero en hablar.

- Como todos sabréis, hace una semana que hemos perdido todo contacto con el Chu´unthor. Nuestros informes dicen que salió del hiperespacio cerca de un planeta llamado Dathomir. Hay pocos informes sobre la superficie del planeta.

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Dos semanas después

Yoda no estaba de humor. Acaba de informar al Consejo Jedi de lo acontecido en Dathomir. La pérdida del Chu´unthor, la presencia de aquellas brujas con poderes de la Fuerza, la muerte de Karh. Todo le daba vueltas en la cabeza. Fue a la sala de meditación del Templo Jedi, allí quizás encontraría un poco de paz pero no fue así. Tras dos horas de intensa meditación todo seguía en su cabeza. No sabía qué haría el Consejo Jedi con Dathomir. En principio habían sugerido a la República que establecieran una cuarentena por todo el sistema.

En esencia las brujas no eran malas. Estaban divididas por clanes entre todo el planeta. El clan que había socorrido a los Jedi del Chu´unthor era el clan de la Montaña del Cántico. Cuando Yoda y los otros Caballeros Jedi llegaron para rescatar la nave las brujas de la Montaña del Cántico les temieron y atacaron. Karh pudo imponer una tensa tregua pero otro de los clanes de brujas, las Hermanas de la Noche, quiso apoderarse de los secretos de los Jedi. La batalla se cobró la vida de muchos de los Jedi, incluido Karh. Se ordenó la retirada no sin antes asegurarse de que los secretos del Chu´unthor nunca pudieran ser descubiertos por las brujas.

Salió de la sala de meditación. No sabía qué hacer. Cuando volvió a Coruscant se había puesto a investigar sobre Dathomir en los más antiguos archivos Jedi, algunos de los cuales todavía se guardaban en papel. Había logrado descubrir el origen de los brujas de Dathomir. No tenía una fecha exacta pero en algún momento los Caballeros Jedi habían exiliado a un grupo de manufactureros al planeta. Generaciones después una Jedi llamada Allya fue exiliada también en el planeta por motivos desconocidos. La historia se cortaba ahí pero el resto era evidente, Allya había enseñado a las gentes del lugar a utilizar la Fuerza y siglos después la totalidad del planeta podía utilizar la Fuerza.

Fue hacia la sala de recreo. Varios jóvenes aprendices de Jedi jugaban mientras los demás estaban atentos al noticiario intergaláctico. Algo había pasado en Corellia. Yoda se acordó de Karh, tendría que avisar a su hermano de su muerte y quizás tratar de enderezarlo. Se lo debía a su viejo amigo. Escuchó el noticiario

- Nos encontramos en la capital, Corona donde la gente se ha echado a la calle -la reportera tenía que gritar para anular el sonido del gentío que la envolvía-. Por lo que sabemos, un grupo de insurgentes rebeldes ha logrado expulsar a la familia real del planeta. El líder de este grupo, Berethon e Solo ha hecho unas declaraciones prometiendo instaurar la democracia en el planeta y acentuar los lazos de unión con la República. En cuanto sepamos más.

Yoda no pudo reprimir una carcajada. Cuando Karh había atrapado a su hermano llevando armas, esas armas no eran para hacerse rico. Si Karh pudiera verle ahora. Dejó de ver las noticias y se puso serio, nunca se había sentido tan viejo. A veces la galaxia tenía un sentido del humor muy extraño.

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STAR WARS: NUEVA REPÚBLICA

Cronología: 20 años después de la batalla de Yavin

Trece años habían pasado desde la firma de la paz entre la Nueva República y el Imperio Galáctico. El palacio imperial se había convertido en el centro de actividad del gobierno de la Nueva República y se había pasado a llamar el Palacio de la República en una "valiente" decisión de los gobernantes. No es que hubiera sido la decisión más complicada de tomar. Durante los trece años de gobierno de la Canciller Organa Solo se habían acometido importantes reformas. La Constitución de la República, aprobada de forma tan sólo temporal, había sido reformada hasta llegar a su actual y definitiva encarnación. Durante cuatro años, los debates en el Senado sobre el texto constitucional había centrado toda la atención de los políticos. Hoy se debatía una cuestión muy diferente.

Cindel Towani había conseguido colarse por primera vez en la sala de trabajo del gabinete de gobierno. Aquel era el centro donde toda la actividad política del gobierno se desarrollaba. Aquella parte del Palacio de la República había sido modificada para que los distintos despachos quedaran más juntos y poder así mejorar la interacción entre los distintos miembros.

- Hola, ¿eres la nueva verdad?

Cindel giró la cabeza. Quien le había hablado era el ayudante del Jefe de Gabinete, el corelliano Konner Grant. Había sido el miembro más joven del personal y según decían uno de los más guapos. Aunque Cindel no lo pensase así. bueno, sólo un poquito.

- Sr. Grant..

- Llámame Konner, todos los hacen por aquí. Así que eres la nueva ¿no?

- Eso parece. Espero que no le moleste que esté por aquí porque.

- No, no tranquila. Los reporteros sois mis amigos, os quiero a todos.

- ¿Incluso al que insinuó aquel affaire con la Canciller Organa Solo?

- Bueno, os quiero a casi todos.

Parecía molesto, Cindel temió que la echara en ese instante así que decidió cambiar de tema.

- Dígame, ¿puedo hacerle una pequeña entrevista?

- ¿No quiere esperar a que la Canciller termine sus negociaciones?

- Está negociando con botham, podríamos estar aquí hasta convertirme en la abuela de los reporteros.

- Sí, eso es cierto. Está bien, todo sea por ayudar a una guapa reportera en su primer día.

- Empecemos con algo fácil. ¿Cuántas veces ha salvado del desastre a esta galaxia?

- Unas catorce. pero el día es joven. ¿O te referías a la semana pasada? -sonrió-. Aquí jugamos con la salvación y el desastre segundo tras segundo. Una mañana te encuentras renegociando un trato con los bancos para conseguir más dinero para educación y a la noche te encuentras con que un antiquísimo gobierno ha destruido la Tercera Flota de la República por error.

- ¿Se conoce alguna explicación extraoficial del porqué del ataque a la Tercera Flota?

- Aunque nos la hubieran dado, cosa que no han hecho, no podría decírsela. Llegaron, barrieron nuestra Flota y luego se disculparon por el error. Una galaxia de locos.

- ¿Creen que aprobarán la propuesta de la Canciller? -dijo señalando la sala de reunión donde la Canciller y algunos de los consejos del Senador botham Borsk Fey´lya hablaban-.

- Todo es cuestión de por dónde vaya a atacar Fey´lya las elecciones. El período electoral se abre dentro de una semana estándar y Fey´lya sabe desde hace mucho que los militares no le apoyarán al igual que muchos de los excombatientes. Apoyar la reconstrucción de la Tercera Flota sólo le haría perder apoyo entre la población civil.

- O sea que usted cree que rechazará la propuesta.

- Yo no he dicho eso. Sólo he dicho que perderá apoyos pero sin Leia presentándose ganará seguro las elecciones. Asegurarse cierto apoyo con los militares no le vendría mal pese al coste en votos -se pasó la mano por el pelo, comenzaba a dolerle la cabeza-. Y además Corellia será la patata caliente de estas elecciones. El movimiento separatista ha cobrado mayor importancia. La reconstrucción de la Tercera Flota mostrará el interés de la República en Corellia y además aportará una gran carga de trabajo a sus astilleros -utilizó una de sus mejores sonrisas en un intento por arrancar un mínimo rubor a Cindel-. Fey´lya votará a favor. Lo que no sabemos es qué pedirá a cambio de votar ahora y no cuando él sea Canciller.

- ¿Qué pediría usted?

Konner la miró fijamente.

- La propuesta 8765B/J-78 por supuesto.

- ¿La ley de partidos políticos? ¿No es inconstitucional para el Senado?

- No lo es mientras cada senador mantenga su independencia en el voto. Nada prohíbe las asociaciones, ni siquiera las de políticos. aunque hay gente que dice que deberíamos prohibirlos, a los políticos digo -Cindel sonrió, Konner se la estaba ganando-. La Canciller no querrá votar a favor, ha estado en contra de la idea desde que Fey´lya la presentó al Senado -Konner hizo una mueca-. Pero necesitamos esa Tercera Flota en funcionamiento.

Las puertas de la habitación donde Leia se había reunido se abrieron. Los botham salieron rápidamente. Ninguno de los periodistas se acercó a preguntarles algo, sabían que de hacerlo no les permitirían volver a entrar en la estancia. Leia dejó entrever un trozo de plastipapel.

- ¡Tenemos Tercera Flota!

Todos los que allí trabajaban comenzaron a gritar de alegría. Konner se unió a ellos hasta que su secretaria se acercó a él y le indicó que le llamaban por el comunicador. El comunicador era parecido a una pequeña cápsula que se metía en el oído. Así se garantizaba un mínimo de privacidad.

- ¡¡¡¡¡¡¿Qué Kyp Durron ha hecho qué?!!!!!!

Continúa en Star Wars: Academia Jedi #26

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LA TASCA DE MOS EISLEY

Holadola

Bueno un anual, como veis ninguna de las historias tendría mucho sentido incluirlas en la serie regular así que las he metido aquí. Realmente el anual tendría que haber sido tan sólo la historia del medio pero contando la parte que me salté a la torera pero llevaba atascado en esa parte algo así como dos años así que me decidí a contar otras cosas.

En cuanto a los dos primeras historias sirven como premisas para lo que serían dos spin-offs, la primera centrándose en la guerra Sith de hace 4000 años (y de paso arreglando el desaguisado de continuidad que juegos, novelas y comics han creado en esa época) y la segunda sería una serie a lo Ala Oeste sólo que con Star Wars y completándose con la regular dejándole a esta. Ya sabéis, si alguien se quiere apuntar para escribirla que me mande un mail.

Hay cartas que comentar sobre el número 25, pero será mejor dejarlas para la serie regular.

Por último, agradecer todos los topis que se ha llevado la serie, es de agradecer que la gente lea y aún por encima valore positivamente tu trabajo. Muchas gracias.

Ah, si acertáis quién es la reportera de la tercera historia no sé, os daré un no-premio o algo así :P

(No hagáis trampas y lo miréis por Internet pero es bastante fácil y difícil a la vez)

Y ya sabéis, comentarios, ofertas de dinero y demás a la dirección de siempre.

Que la Fuerza os acompañe

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