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Ellos fueron los primeros. Fueron leyenda, y luego fueron olvidados. Ahora han vuelto... para ser más grandes que nunca.
 
JSA

JSA #27
El Plan Destino. Parte 1
Planes de guerra

Guión: Tomás Sendarrubias
Portada: Angela D Campomanes

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Themyscira.

Los miembros de la Sociedad de la Justicia, salvo el Doctor Midnight y Mister Terrific se encontraban sentados en uno de los pequeños salones del palacio real de Hipólita, y donde ahora, mientras las Amazonas elegían una nueva reina, ocupaba Diana como heredera legítima. Jakeem estaba sentado en el suelo, con la cabeza apoyada en el asiento de un sillón, y Flash parecía estar en todas partes al mismo tiempo.

-Jay...-masculló Wildcat-. Basta, tío...

-¿Qué?-respondió Flash, deteniéndose en seco antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo-. Lo siento, supongo que no puedo evitarlo...

En ese mismo instante, la puerta de la habitación contigua se abrió, y los miembros de la Sociedad de la Justicia se incorporaron al tiempo, mientras la princesa Diana, Mister Terrific y el Doctor Midnight entraban. Los tres parecían cansados, pero Wonder Woman estaba obviamente agotada, ese día estaba siendo para ella más duro que para nadie.

-¿Está...?-comenzó a decir Wildcat, y la princesa asintió, sirviéndose un vaso de agua de una jarra de cristal tallado.

-Las heridas eran profundas, pero se recuperará con reposo y los cuidados adecuados-explicó Pieter Cross, pinzándose el puente de la nariz-. Aunque me temo que sin la medicina de las Amazonas le hubiéramos perdido.

-No sea modesto, doctor Cross-replicó Diana-. Es usted el mejor especialista en medicina metahumana del mundo y lo ha vuelto a demostrar...

-No quiero ser descortés-interrumpió Jay-, pero ¿podemos ver al chico?

-Ahora duerme-respondió Michael-. Pero tenemos preocupaciones urgentes que discutir sin pausa. Esferas T3 a T7, proyección de datos.

De inmediato cuatro de las esferas metálicas que orbitaban generalmente alrededor de Mister Terrific se adelantaron y floraron para formar un cuadrado perfecto, donde comenzó una proyección holográfica con las conclusiones a la que había llegado, utilizando para ello grabaciones de lo ocurrido durante la lucha contra Imperiex y también de lo que el propio Doctor Destino había contado antes de caer profundamente dormido. Darkseid había aparecido en pleno conflicto contra Imperiex (llevando consigo todo su planeta, Apokolips) para ofrecer una inestable alianza con los terrestres contra este y luego contra el verdadero orquestador de todo lo sucedido, Brainiac 13. Las propias Amazonas habían entregado parte de su fe y su energía a Darkseid tras la muerte de Hipólita, y luego la coalición de héroes había utilizado el Boom Tubo de Apokolips para lanzar arrojar a Imperiex y a Brainiac 13 al propio principio del Universo, al Big Bang, donde su energía se había dispersado por toda la creación. Y después, Darkseid se había marchado... Sólo para volver apenas una semana después, atacando a Héctor Hall, que apenas había sobrevivido al asalto. Según el relato del herido Dr. Destino, se había visto sorprendido por centenares de los Parademonios de Darkseid, que habían atacado el remoto rincón de Brasil en el que el místico se encontraba rastreando una de las amenazas paranormales a las que solía enfrentarse, un siervo de uno de los Señores del Caos que atendía al nombre de Gorgo. El poder del Doctor Destino era considerable, pero incluso él se había superado por las fuerzas que Darkseid había enviado contra él, y sólo en el último momento había conseguido huir, utilizando el poder del Yelmo de Nabú para encontrar a sus compañeros y aparecer ante ellos.

-Darkseid es un genio estratégico-dijo Alan Scott cuando las T-Esferas finalizaron la proyección, volviendo a girar en torno a Michael-, y sobre todo, un conquistador cósmico. Debe considerar que la Tierra ha cometido demasiadas injerencias en sus intereses como para no aprovecharse de que ahora, tras lo ocurrido con Imperiex, está debilitada...

-¿Qué demonios es una "injerencia"?-musitó Jakeem a Kara, que estaba a su lado, pero esta le hizo callar con un gesto serio.

-El propio Darkseid ha terminado bastante dañado tras la guerra-intervino Kara-. Volveremos a patear su culo otra vez.

-Estamos hablando de un dios-respondió Alan, negando con la cabeza-. Cada vez que nos hemos enfrentado a Darkseid, hemos conseguido detenerle sólo con la ayuda de los Nuevos Dioses o directamente por suerte. La Liga de la Justicia está aún intentando reponerse de las heridas que han sufrido en la batalla, y no sabemos donde está Superman.

-O sea, que nos toca a nosotros pararle los pies al gran D...-dijo Courtney, encogiéndose de hombros-. Para eso somos la Sociedad de Justicia, los héroes más grandes de América...

-Alguien ha estado leyendo demasiado su propia publicidad...-masculló Ted, y la muchacha enrojeció hasta las raíces del cabello.

-Al menos sois la primera línea de defensa-intervino Wonder Woman-. Aunque por supuesto que os ayudaremos en todo lo necesario. He contactado con Kyle, Wally y Bruce, se están preparando para lo que pueda ocurrir. Las chicas de Oráculo también nos ayudarán.

-Yo he contactado con los Titanes de las dos costas-dijo Mr.Terrific-. Nightwing ha aceptado avisar y coordinar a los metahumanos que...

El sonido de un trueno inmenso interrumpió las palabras de Michael, y varios de sus compañeros incluso saltaron o se revolvieron, aunque lo único que expresó él fue algo de desconcierto al fruncir el ceño. Habían pasado una larga noche intentando salvar al Doctor Destino, y no hacía mucho que había amanecido... un día soleado, sin rastros de nubes de tormenta. De inmediato, Flash se dirigió a una de las ventanas, descorriendo las cortinas a tiempo de ver un gran resplandor luminoso que había desgarrado el cielo en dos, y del que caían sobre la isla lo que parecían centenares de grandes insectos.

-¡Boom Tubo!-exclamó Flash, que se movió tan rápido que sus compañeros escucharon sus palabras sólo cuando Jay ya había abandonado la habitación convertido en un borrón rojo y plateado.

-¡Jay!-gritó Diana, pero Flash estaba ya demasiado lejos para poder oírla.

-Es inútil intentar detenerle-dijo Pieter Cross, negando con la cabeza-. Debe estar ya en el centro de la batalla.

-¡Nos atacan, señora!-dijo Menalippe, entrando en la sala a la carrera-. ¡Philippus y Ártemis ya están organizando a nuestras hermanas!

-Me uniré a ellas inmediatamente-dijo Diana, dirigiéndose a la ventana, pero deteniéndose un segundo para mirar a los miembros de la JSA.

-Estamos con vosotras-afirmó Alan. Wonder Woman asintió, y voló para guiar a sus hermanas a la batalla.

-Son Parademonios-dijo Terrific-. Probablemente vengan a acabar lo que empezaron con Héctor.

-¿Y por qué ese empeño?-masculló Stargirl, pero sus compañeros estaban demasiado pendientes de las palabras de Centinela como para escucharla.

-Kara, eres la más rápida, serás la punta de lanza-ordenó Alan-. Yo llevaré a los demás, tenemos que ser rápidos si queremos evitar que conviertan Themyscira en un erial. Jakeem y Courtney, quedaos en el palacio por si los Parademonios quieren llegar hasta Héctor.

-¡No!-exclamó Stargirl-. ¿Ya estáis intentando apartarnos?

-Seréis más útiles aquí-respondió Alan.

-Sus poderes les hacen necesarios fuera, Alan-intervino el Dr. Midnight-. Yo me quedo con Héctor.

-No creo que...

-Ahí fuera puede estar muriendo gente-interrumpió Power Girl-. ¿Empezamos a hacer nuestro trabajo o preparo el té?

-De acuerdo-dijo finalmente Centinela-. Hagamos lo que tenemos que hacer.

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Penitenciaría de Blackgate.

-Quiero ver a un prisionero.

La voz del hombre impresionó por su profundidad al policía que custodiaba los accesos al edificio. Gracias a la tecnología de S.T.A.R, un solo hombre podía mantener bajo vigilancia la mayor parte de la prisión, pero para tranquilidad del género humano en general, eran muchos los guardias que vigilaban Blackgate. Jeff Donald se encargaba ese día del control de acceso, y desde luego, cuando había fichado esa mañana no había imaginado que se encontraría en aquella tesitura.

-Señor, me temo que no será posible-respondió, pues las visitas a los internos de Blackgate estaban totalmente prohibidas.

-Creo que no me ha entendido-replicó el hombre, de unos cuarenta años, con cabellos entrecanos y el rostro lampiño, de ojos grises y gélidos-. Quiero ver a un prisionero-dijo, dejando sobre la mesa del policía un documento que este leyó enseguida, incorporándose al instante.

-Lo siento, senador, nadie me...

-Silencio-ordenó el hombre-. Condúzcame hasta ese prisionero...

Jeff releyó el documento, pasando dos veces por el nombre del interno al que aquel hombre quería ver. Los propios guardias tenían prohibido entrar en la celda a no ser que entraran en grupos de un mínimo de tres, ni siquiera para dar de comer al prisionero. Se planteó el comentar al Senador lo inapropiado de su petición, pero finalmente decidió que ya había llevado la contraria más que suficiente a aquel hombre, así que se limitó a obedecer, avisando a otro de los guardias para que ocupara su puesto, y guiando en silencio al Senador por el interior de Blackgate, bajando en estrechos ascensores y pasando una docena de controles de seguridad de todo tipo. Y finalmente, llegaron ante una puerta de acero y titanio de cuarenta y cinco centímetros de grosor y con cerradura electrónica de diecisiete dígitos. Jeff tecleó el código aleatorio ofrecido por la base de datos, y la puerta se abrió con un silbido.

-Está bien-dijo por fin el Senador-. Puedo entrar solo.

-Señor, no sé si es aconsejable...

-Déjeme solo-ordenó, y cruzó la puerta, que al instante, se cerró tras él. Jeff, sin terminar de creer lo que estaba ocurriendo, se retiró al puesto de control más cercano para esperar a que el Senador terminara y volver a buscarle.

El Senador escrutó la celda, con expresión de sutil interés, pasando casi por encima del objeto de su visita, un hombre sentado en una silla metálica, con las muñecas, la cintura y los tobillos sujetos con bandas de titanio, y un cráneo inmenso, desproporcionado sobre sus hombros, en el que se podían ver media docena de inhibidores telepáticos.

-Héctor Hammond-dijo el Senador-. Tu país te necesita. He venido a buscarte.

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Themyscira.

A toda velocidad, Jay Garrick se introdujo entre las docenas de Parademonios que se organizaban a toda prisa para hacer frente a las Amazonas, que ya luchaban con los invasores dirigidas por Shim´tar, la jefa guerrera de las Bana Mighdal. A la velocidad a la que Flash corría, los Parademonios a los que se acercaba caían inmediatamente arrollados por la propia velocidad, pero lo peor para ellos llegó cuando se detuvo en seco unos segundos, haciendo que la onda de inercia creada tras él estallara a su alrededor. Al ver lo que había causado, Jay se permitió una sonrisa en la mitad de una milésima de segundo antes de volver a correr, escindiendo por la mitad el ejército de Parademonios. El velocista golpeó aquí y allá, e incluso consiguió correr a tal velocidad alrededor del grupo de Parademonios que una muralla de viento los separaba de las Amazonas, que aprovecharon para retirar a las que habían sido heridas y reorganizarse bajo el mando de Philippus y Shim´tar. Pero los Parademonios podían volar, y docenas de ellos no habían tocado siquiera el suelo, volando sobre las Amazonas como un enjambre de avispas asesinas. Como llevados por una orden externa, varios de ellos apuntaron con sus armas al suelo, y segundos después, este se disolvía como si fuera alquitrán. Para cuando Flash quiso darse cuenta, estaba hundido en ese pegajoso cieno hasta las rodillas. De inmediato, la horda de Parademonios se lanzó de nuevo al ataque, mientras Jay intentaba liberarse.

-Mierda-masculló al ver como se arrojaban sobre él, indefenso como estaba. Uno de los Parademonios se arrojó sobre él, dispuesto a destrozarle con sus propias manos, y Jay cerró los ojos instintivamente.

Nada ocurrió.

Cuando volvió a abrirlos, el Parademonio yacía a su lado, muerto con el cuello atravesado por una flecha, y un muro de color verde parecía separarle del resto de los Parademonios. Jay se giró, y pudo ver como Ártemis, la líder de las Bana Mighdal recargaba su arco, volviendo a la refriega. Y sobre él, volaba Centinela, que había creado aquel muro verde para apartar al indefenso Flash de los Parademonios. Power Girl descendió, tomando tierra junto a Flash, al que ayudó a salir del pozo de brea.

-Me siento estúpido-dijo Jay, y Kara le sonrió.

-Lo eres-respondió-. Deberías acostumbrarte a que formas parte de un grupo.

Un relámpago púrpura iluminó el cielo, fulminando a varios Parademonios, que cayeron como polillas abrasadas.

-¿Habéis traído a los niños?-preguntó Flash, y Power Girl asintió.

-No han querido quedarse jugando a las casitas.

Sin esperar una nueva respuesta, Power Girl alzó el vuelo de nuevo, volando directa hacia un grupo de Parademonios que se había separado del grueso. Flash, sintiendo incluso algo de lástima por los pobres Parademonios, se lanzó de nuevo a la batalla.

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-No lo entiendo-dijo Stargirl, utilizando su Cetro Cósmico para mantener a raya a un grupo de Parademonios-. Caen como moscas, ¿qué se supone que van a hacernos?

-Aplastarnos sólo con su número-respondió Mr.Terrific, mientras las T-Esferas descargaban potentes latigazos de energía eléctrica a su alrededor-. No tienen por qué ser cuidadosos, y por cada uno que cae, cinco más ocupan su sitio.

-Vaya, gracias por los ánimos...-comenzó a decir la muchacha, pero su frase se interrumpió cuando uno de los Parademonios se zafó de sus ataques, alcanzando de lleno a Coutney en pleno vientre con sus garras. Atónita, Stargirl miró a su agresor, como si no se creyera que había resultado herida, y con un esfuerzo titánico, lanzó una descarga estelar de su cinturón a su atacante, cuyo cuerpo decapitado cayó sobre la marea de los invasores. Courtney cayó desvanecida.

-¡Esferas cuatro, dos y siete, detenedla!-gritó Mr.Terrific, y el campo magnético generado por las esferas evitó que la muchacha cayera sobre la turba que la hubiera despedazado-. ¡Centinela, Stargirl está herida!-dijo por el intercomunicador, esperando que Alan estuviera disponible para ayudarles. Como llamados por la sangre, los Parademonios se arrojaron sobre ellos...

Para ser detenidos por un rayo púrpura, que tras atravesarles les convirtió en cristal.

-¡Y diez punto más para Thunder!-gritó Jakeem, apareciendo tras ellos, aullando como un tejano sobre un toro-. ¿Quién no está preparado ahora para la Sociedad?

-¡Detrás de ti!-avisó Mr.Terrific, y una de sus esferas voló a toda velocidad, impactando directamente contra un Parademonio que pretendía ensartar a Jakeem en la espada de una Amazona caída. Una descarga eléctrica anuló al atacante, y Jakeem sintió que sus mejillas ardían, avergonzado por su jactancia-. Bien hecho, muchacho, ahora llévate a Stargirl de aquí.

-¡Volando!-respondió Jakeem, y de inmediato, él y Courtney desaparecieron envueltos en un resplandor púrpura.

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-¿Por qué demonios no están utilizando armas? ¿No se supone que en Apokolips fabrican toneladas de armas?

A Wildcat le dolían los puños de golpear, pero no podía negar que se sentía encantado. Luchaba espalda con espalda con Shim´tar, la campeona de las Bana Mighdal, a cuyo alrededor había una panoplia de miembros cercenados de Parademonios.

-¿Honor?-sugirió ella, golpeando de nuevo.

-Descartado-replicó Wildcat, saltando y hundiendo con sus talones el rostro de uno de sus atacantes.

Y como si los Parademonios hubieran escuchado la pregunta de Wildcat, todos simultáneamente desenfundaron sus armas de plasma, y sus descargas sembraron el caos y la muerte entre las Amazonas.

-Ahora sí que estamos jodidos-masculló Wildcat, consciente de que hasta ese momento los Parademonios sólo habían estado jugando con ellos.

-Nosotras también tenemos nuestros recursos-siseó Shim´tar, haciendo un gesto con la cabeza que hizo que Wildcat mirara en la dirección hacia la que la Amazona señalaba. Philippus había hecho su aparición manejando una enorme máquina semejante a un tanque, de cuyo cañón manaban rayos de color violeta que deshacían a los Parademonios allí donde los encontraba, barriéndolos.

-Vaya-dijo Wildcat-, el famoso Rayo de la Muerte de las Amazonas...

-Ni eso nos salvará-replicó Shim´tar retomando el aliento mientras los Parademonios se organizaban para atacar al Rayo. Necesitamos un milagro...

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Centinela observaba lo que ocurría a su alrededor, a salvo en una burbuja de fuerza de color esmeralda. Power Girl y Wonder Woman trataban de detener a los Parademonios en el aire, mientras las Amazonas y el resto de la JSA lo hacían en el suelo, con éxito variable. Por el rabillo del ojo, Alan vio como una de las Amazonas era cortada prácticamente por la mitad por la descarga de un fusil de plasma, y decidió que ya había dejado pasar demasiado tiempo.

Por fin, Centinela dejó que la Llama Verde brotara desde él. Había necesitado tiempo y concentración para que la Llama se doblegara a su voluntad, potencialmente Alan era el hombre más poderoso del mundo, pero aquello requería esfuerzo, concentración y fuerza de voluntad. La Llama Verde cayó sobre los Parademonios como una tormenta de fuego, convirtiéndose luego en un tornado ardiente, furioso pero preciso como un escalpelo, que redujo a cenizas a los atacantes de Mr.Terrific sin rozar siquiera a este. Los gritos de celebración de las Amazonas llegaron a los oídos de Alan, pero este los desechó, apartándolos de su mente, pues dominar aquella fuerza no era fácil. Pero minutos después, todos los atacantes habían sido reducidos a cenizas.

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Las luces del palacio estaban apagadas, el Dr. Midnight no las necesitaba, y Héctor Hall dormía profundamente. Hubo un estallido, un "Boom", y una decena de Parademonios aparecieron en el salón del palacio, hablando entre ellos con susurros roncos. Todos llevaban rifles de plasma preparados para disparar. Ajustaron sus visores para la oscuridad... y entonces, Midnight hizo su aparición, arrojando una granada de fósforo a sus enemigos. El resplandor, blanco y deslumbrante, sorprendió a los Parademonios, que quedaron cegados, pues los sensores de sus visores intensificaron aún más la potencia de la luz. Gritaron, confusos cuando saltando desde una balaustrada, Pieter Cross cayó sobre ellos, golpeando con fuerza y de forma certera. Uno de los Parademonios consiguió arrancarse el visor, lanzándose contra Midnight, que se agachó rápidamente, golpeando con los pies las rodillas de su atacante, que se quebraron con un sonoro crujido. Dos cuchillas volaron de las manos de Midnight, clavándose profundamente en la garganta de otro de los asaltantes, y con la otra mano, dejó caer una de sus bombas de oscuridad, haciendo que los Parademonios continuaran ciegos. Hubo un aleteo, y uno de los Parademonios gimió cuando las garras de un búho se hundieron profundamente en sus ojos. Midnight le golpeó en la tráquea con los nudillos, y girando rápidamente, arrojó una fina cadena que se enredó en los pies de otro de sus atacantes.

-¡Ey!-dijo alguien-. ¡Necesitamos luz! ¡Ostias!

La voz de Jakeem Thunder llegó acompañada de un resplandor púrpura, que despejó las tinieblas, mientras su genio recorría la sala con Courtney en brazos. Los ojos de Jakeem se abrieron de par en par al ver cómo el Doctor Midnight se enfrentaba a los Parademonios.

-¡Genio, conviérteles en niños!-ordenó Jakeem, y de inmediato, una decena de rayos purpúreos brotaron de los ojos del genio, impactando de lleno en los Parademonios. Pero el objetivo del muchacho no se cumplió, pues en lugar de retornar a la infancia, los Parademonios quedaron reducidos a una pulpa informe y viscosa-. Puajggg... esto no es lo que yo esperaba...

-Darkseid cría a sus soldados en tanques genéticos-dijo el Doctor Midnight, intentando salir de aquel protoplasma pegajoso-. Apokolips es mucho peor de lo que puedes imaginarte, Jakeem.

-Y si no hacemos algo, Darkseid convertirá la tierra en un espejo de Apokolips.

La voz quebrada del Héctor Hall hizo que Pieter y Jakeem se girasen simultáneamente hacia la parte alta de las escaleras, donde éste había hecho su aparición, apoyándose en la balaustrada y vestido sólo con un faldellín de lino blanco.

-No deberías estar levantado-dijo Pieter, subiendo los escalones de tres en tres-. Necesito ver las heridas de Courtney y no puedo estar preocupándome también por ti, Héctor. Tu padre me haría astillas con su maza si dejo que te pase algo.

-Estoy bien-respondió Héctor mientras siguiendo las órdenes de Jakeem Thunder, el genio llevaba a la muchacha a una de las habitaciones-. Alan ha terminado con el ataque.

-¿Él solo?-dijo Jakeem-. Vaya...

-Voy a ver a Courtney-dijo Pieter, negando con la cabeza-. Pero en cuanto acabe con ella, volveré a revisarte, Héctor, y me da igual si el propio Nabú trata de impedírmelo.

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Dos horas después, los agotados miembros de la JSA se encontraban sentados de nuevo en los cómodos sillones del palacio de Diana, tomando infusiones calientes. Las heridas de Courtney habían resultado ser cortes profundos pero limpios, y no habían acertado a ningún órgano, y nadie había sido capaz de evitar que la muchacha asistiera a aquella reunión, aunque pálida y aturdida por los analgésicos. Héctor estaba también sentado entre ellos, vestido de nuevo con las ropas del Doctor Destino, aunque sostenía el Yelmo de Nabú en sus manos.

-Entonces... estamos todos de acuerdo-dijo Mr. Terrific-. Es obvio que el ataque de los Parademonios a Themyscira es sólo la punta del iceberg. Alan dirigirá a un grupo que permanecerá aquí en la Tierra. Después de ver lo que la Llama Verde ha hecho ahí fuera, estoy seguro de que todos estaremos mucho más tranquilos si sabemos que estás guardando nuestro hogar.

-Courtney, Ted y Jakeem, os quiero conmigo-dijo Alan.

-¡Ey!-exclamó Jakeem-. ¿Eso significa que no voy a ir a patear culos espaciales?

-Calla, niño-le reprendió Wildcat-. Esta vez nos toca guardar el fuerte.

-Yo teleportaré al resto a Apokolips-intervino Héctor-. A Kara, Pieter, Jay, Michael y a mi nos toca tratar de detener a Darkseid.

-Me encantaría poder ayudaros-dijo Diana, dejando sobre la mesa una taza que olía a menta fresca y limón-. Pero esta vez me debo a mis hermanas.

-No te preocupes, princesa-dijo Jay-. No iremos solos, he llamado a un par de viejos amigos...

-¿A quién...?-comenzó a decir Courtney, pero en ese momento, una de las cortinas de la sala se abrió, haciendo su aparición dos figuras bien conocidas para todos ellos, un hombre alado con un yelmo en forma de cabeza de halcón y que sostenía una enorme maza, y un hombre vestido de negro, con el pecho cruzado por un relámpago dorado y cuyos pies no tocaban el suelo.

-Hawkman... ¿y Black Adam?-masculló Courtney, mientras ambos hombres entraban en la habitación. La voz de Hawkman resonó por la habitación con un poderoso eco.

-Vamos a darle de ostias al cabeza de cubo.

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JUSTICIA PARA TODOS

¡Y aquí comienza la batalla! Y la alineación de la JSA ya está completa... ¿Quiénes son los nuevos?

  • Doctor Destino: Héctor Hall lleva ahora el Yelmo de Nabú. Es el hijo de Hawkman y la primera Hawkgirl, fue un héroe llamado Silver Scarab, y se casó con otra heroína llamada Lyta, la Furia. . Pero atrapado en una vieja maldición, murió y pasó un tiempo convertido en un Señor de los Sueños (en el memorable Sandman: Casa de Muñecas), aunque finalmente, renació para convertirse en el nuevo Doctor Destino.

  • Hawkman: Carter Hall, la reencarnación de un antiguo faraón egipcio, experto en armas antiguas y con una extraña relación con el planeta Thanagar que le ha permitido acceder al arnés y las alas antigravedad que lleva, creadas con el enigmático Nth Metal (o Metal Nésimo).

  • Black Adam: Uno de mis personajes favoritos de DC... je, je, je... Teth-Adam fue rey de Kahndaq en los tiempos de los faraones, y fue el primer elegido del mago Shazam. Pero los actos de Teth-Adam hicieron que el mago perdiera su confianza en él, y terminara encerrándole en un escarabajo místico. En la época moderna, Black Adam fue durante mucho tiempo la antítesis de la Familia Marvel, pero luego se descubrió que su maldad venía del criminal que dominaba sus acciones, su descendiente Theo Adams. A día de hoy podría decirse que es un héroe cuando menos... discutible.

    Y nada más por mi parte... ¡¡salvo comentar el mensajito que me dejó en el foro mi primer lector comentarista!!

    "Que ganas tenía de ver y leer a este grupo en DCtópica."

    A mi me parece uno de los mejores grupos de todos los tiempos, debería estar en todas partes, ¿no?

    "Una vez hecho, tengo que decir que me a resultado un tanto flojo este primer numero.

    Aclaro: No es que este pobremente escrito(he ahí el funeral de Hypolita con pira funeraria incluida. O la conversación entre Jakeem y Diana) sino que adolece de nula acción."

    Me parece un comentario justo, la verdad es que enfoqué el número como una transición entre Nuestros Mundos en Guerra y El Plan Destino, uno de esos números tranquilitos, de transición... de calma que precede a una tempestad muy gorda.

    "El funeral mismo ocupa gran parte del numero dejando el final para que los tres veteranos intenten disolver el equipo.

    Luego aparece Destino... y nos deja con la miel en los labios al nombrar a ¡Darkseid!

    Definitivamente, este numero necesitaba de la presencia del señor de Apokolips para darle marcha al asunto"

    Pues aquí está Darkseid y viene para quedarse una temporada, y dar mucha guerra. Sé que no es uno de los villanos clásicos de la JSA, pero creo que a nivel de poder y mala leche, hay muy poquitos en el universo DC por encima de él, además, es ideal para una saga en plan Space Ópera, que es lo que quiero hacer con este primer arco argumental.

    "Me llama la atención que los dioses hallan devuelto Themyscira(tal como era, se entiende) a las amazonas.

    Con lo espectacular que era la versión de Phil Jimenez."

    Desde luego cualquier cosa dibujada por Phil Jiménez es espectacular, pero es que la versión de Themyscira que acude a mi mente cuando pienso en Isla Paraíso es la clásica, la de toda la vida, con sus edificios tipo Partenón y sus estatuas de mármol... deformación profesional, supongo.

    "Tambien ha llamado mi atencion ver a Mr.Terrific como traductor. Sé que el hombre es un coco pero lo de saber griego antiguo(o lo que se hable en la isla) ya es muxo, muxo"

    Lo guay de personajes como Mr.Terrific en DC, o Hank Pym en Marvel, es que en cada momento pueden ser expertos en lo que tengan que serlo. De todas formas, puedo avisar de que Mr.Terrific va a dar muchas sorpresas...

    "-_Dos cosas_-

    Jakeem Thunder no es tonto. Se le van los ojos detras de tanta amazona."

    Je, je, je... Es que el chico de tonto no tiene un pelo...

    "Afirmo que el rostro que Arenero(prefiero Sand) ve en el espejo es el de ¡FLINT MARKO! ¡JUAS JUAS JUAS JUAS!"

    Como ya dije en el foro... no descartes nada...

    ¡Saludos a todos!

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