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PORTADA
Ellos fueron los primeros. Fueron leyenda, y luego fueron olvidados. Ahora han vuelto... para ser más grandes que nunca.
 
JSA

JSA #41
La Guerra Estigia I
La Torre entre el Tiempo

Guión: Tomás Sendarrubias

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En algún lugar, en algún momento.

Los sueños caían sobre ella como pesados lienzos de terciopelo oscuro, atrapándola, envolviéndola... Se sentía como si estuviera flotando de espaldas sobre un mar de aguas negras, y no sabía si tratar de emerger o sumergirse y ahondar en lo que el mar contenía. Se agitó en sueños, aferrándose a las imágenes que la envolvían, asegurándose de que las entendía correctamente. Y cuando vio la imagen del Yelmo, sus ojos se abrieron de par en par y trató de tomar aire.

-Nura...-dijo alguien a su lado, y ella se giró hacia el lugar de donde venía la voz, una voz que en aquel momento no reconocía, aunque le resultaba tan familiar como si fuera la suya propia.

-Ya vienen-susurró ella, temblorosa-. Están en camino.

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Palacio de la Justicia, Kahndaq.

-Bienvenidos-saludó Kendra a los recién llegados, que acababan de cruzar las puertas del Palacio, acompañados por Alan, que cargaba el equipaje en una proyección de su anillo, y de Pieter Cross. Junto a Kendra, Courtney sostenía, sonriente, una tarta de fresa y melocotón, y a su lado, Jakeem la miraba obviamente abochornado.

-Muchas gracias por todo-respondió Tempest, sonriendo. A su lado, Delfín miraba un poco aturdida a su alrededor, mientras en los brazos de su madre, Cerdian escrutaba todo y a todos con una gran curiosidad.

-No sabía si os gustaba la fruta-preguntó Courtney, acercándose a ellos con la tarta y haciendo que Jakeem pusiera los ojos en blanco.

-Estoy seguro de que será todo una placer-rió Garth, tomando la tarta de las manos de Courtney e inclinándose para darle un beso en la mejilla, gesto que hizo que la muchacha enrojeciera hasta la raíz del cabello-. Alan, hace mucho calor, Delfín y Cerdian...

-Claro, Garth-dijo Centinela, asintiendo-. Seguidme, por favor. Adam y Michael se han encargado personalmente de preparar una zona habitable para vosotros-mientras hablaba, Alan guió a los atlantes a través de las salas del Palacio hasta llegar a uno de los jardines, en cuyo centro aparecía una inmensa piscina, preparada como si fuera un lago natural, y rodeada de palmeras y vegetación de oasis-. Espero que os guste... De todos modos, esto es sólo una parte. Si atravesáis el pórtico-dijo, señalando uno de los extremos, donde aparecía un pórtico de mármol que arrojaba sus sombras sobre el agua-, accederéis a una serie de salas privadas, todas sumergidas. Os pueden ser útiles por la noche, o simplemente cuando queráis algo de intimidad, ya que Jakeem ha declarado su intención de mudarse a la piscina próximamente.

-Estáis siendo muy amables con nosotros, Alan-dijo Delfín, despojándose de la túnica ligera de seda con la que se había cubierto, y lanzándose al agua, seguida por su hijo. El propio Tempest se sumergió unos instantes, antes de salir agitando la cabeza para secarse el pelo rizado.

-Supongo que es un intento de compensaros por no haberos ayudado antes-respondió Alan-. Todos hemos estado muy ocupados, pero deberíamos habernos ofrecido a ayudarte a buscar a los tuyos.

-Si yo no hubiera realizado ese hechizo, mi gente no estaría perdida-masculló Garth, bajando la mirada-. Espero que Destino pueda rastrear el hechizo.

-Eso espero yo también-dijo sonriendo Jakeem-. Me han hablado muy bien de la reina Mera... de su gran forma de gobierno-terminó diciendo al ver la mirada asesina que le dirigía Kendra.

-Destino lo tiene todo preparado-dijo Alan-. En cuanto el resto del equipo vuelva de solucionar un asunto en el norte de Rusia, nos...

-Bienvenidos-saludó Kendra a los recién llegados, que acababan de cruzar las puertas del Palacio, acompañados por Alan, que cargaba el equipaje en una proyección de su anillo, y de Pieter Cross. Junto a Kendra, Courtney sostenía, sonriente, una tarta de fresa y melocotón, y a su lado, Jakeem la miraba obviamente abochornado.

-Muchas gracias por todo-respondió Tempest, sonriendo. A su lado, Delfín miraba un poco aturdida a su alrededor, mientras en los brazos de su madre, Cerdian escrutaba todo y a todos con una gran curiosidad.

-No sabía si os gustaba la fruta-preguntó Courtney, acercándose a ellos con la tarta y haciendo que Jakeem pusiera los ojos en blanco.

-Estoy seguro de que será todo una placer-rió Garth, tomando la tarta de las manos de Courtney e inclinándose para darle un beso en la mejilla, gesto que hizo que la muchacha enrojeciera hasta la raíz del cabello-. Alan, hace mucho calor, Delfín y Cerdian...

-Claro, Garth-dijo Centinela, asintiendo-. Seguidme, por favor. Adam y Michael se han encargado personalmente de preparar una zona habitable para vosotros-mientras hablaba, Alan guió a los atlantes a través de las salas del Palacio hasta llegar a uno de los jardines, en cuyo centro aparecía una inmensa piscina, preparada como si fuera un lago natural, y rodeada de palmeras y vegetación de oasis-. Espero que os guste... De todos modos, esto es sólo una parte. Si atravesáis el pórtico-dijo, señalando uno de los extremos, donde aparecía un pórtico de mármol que arrojaba sus sombras sobre el agua-, accederéis a una serie de salas privadas, todas sumergidas. Os pueden ser útiles por la noche, o simplemente cuando queráis algo de intimidad, ya que Jakeem ha declarado su intención de mudarse a la piscina próximamente.

-Estáis siendo muy amables con nosotros, Alan-dijo Delfín, despojándose de la túnica ligera de seda con la que se había cubierto, y lanzándose al agua, seguida por su hijo. El propio Tempest se sumergió unos instantes, antes de salir agitando la cabeza para secarse el pelo rizado.

-Supongo que es un intento de compensaros por no haberos ayudado antes-respondió Alan-. Todos hemos estado muy ocupados, pero deberíamos habernos ofrecido a ayudarte a buscar a los tuyos.

-Si yo no hubiera realizado ese hechizo, mi gente no estaría perdida-masculló Garth, bajando la mirada-. Espero que Destino pueda rastrear el hechizo.

-Eso espero yo también-dijo sonriendo Jakeem-. Me han hablado muy bien de la reina Mera... de su gran forma de gobierno-terminó diciendo al ver la mirada asesina que le dirigía Kendra.

-Destino lo tiene todo preparado-dijo Alan-. En cuanto el resto del equipo vuelva de solucionar un asunto en el norte de Rusia, nos...

Alan guardó silencio, frunciendo el ceño y mirando a su alrededor, repentinamente aturdido.

-¿Te encuentras bien, Alan?-inquirió Pieter, acercándose a su compañero-. Tu frecuencia cardiaca ha aumentado repentinamente...

-No lo sé, Pieter-respondió él-. Ha sido algo un poco raro, como si hubiera tenido un deja vu bastante fuerte. Supongo que no hemos descansado lo suficiente... y tengo ya una edad-terminó sonriendo Alan, aunque su chanza no provocó ni siquiera una sonrisa a Pieter.

-Te veré en media hora en mi despacho-dijo Pieter-. Y para que no tengas dudas, sí, voy a hacerte una batería de pruebas completas. Y vosotros-se volvió hacia Jakeem y Courtney, ya que Kendra se había quedado dentro de la casa-, vamos a dejar tranquilos a los recién llegados. Si necesitáis cualquier cosa, Michael puso comunicadores con la sala de reuniones, tanto en la zona interior como aquí, debajo del pórtico.

-Muchas gracias de nuevo-agradeció Garth, mientras los miembros de la JSA se alejaban en dirección al interior del Palacio.

-Pronto estaremos otra vez con ellos, cariño-dijo Delfín, apoyándose en él-. Pronto acabará todo esto.

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Arjangelsk, Rusia.

Black Adam frunció el ceño mientras contemplaba el astillero y los destrozos que habían sufrido durante su batalla contra una de las sondas de Starro. Las autoridades rusas ya estaban retirando los restos de la derrotada sonda, mientras Mister Terrific hablaba con los ingenieros locales, proyectando posibles reformas para mejorar la eficiencia de la zona portuaria. Ártemis, Destino y Wildcat charlaban en un rincón, cerca de El Destello. Adam comenzó a descender hacia el resto de grupo y...

-¿Adam?

Black Adam enarcó las cejas, aturdido. Se encontraba sentado en su posición, dentro de la nave, detrás de Mister Terrific y en paralelo a Ártemis, que era la que le llamaba.

-¿Qué ocurre?-preguntó, y sus compañeros le miraron preocupados.

-Te has quedado callado de pronto-replicó Wildcat-. Y no sueles ser muy sociable, pero decidir que no tienes nada que decir a mitad de frase...

Adam miró a Ted, tratando de evaluar si se estaba riendo de él o si hablaba en serio, pero finalmente, volvió a dirigir su mirada hacia delante.

-Supongo que me he distraído-admitió Adam, y aunque Ártemis continuó mirándole interrogante, pero él ignoró a la Amazona. No recordaba lo que había ocurrido en al menos media hora. ¿Qué demonios estaba pasando?

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Palacio de Justicia, Kahndaq.

El sol comenzaba a salir al Este del desierto del Sinaí, y el Palacio ya era un hervidero de actividad. Lytta apenas había podido dormir esa noche, y ahora, miraba hacia el exterior del Palacio, hacia el desierto, apoyada en la balaustrada de mármol, observando como el viento movía las arenas de las dunas. A su lado, el Yelmo de Destino flotaba en el aire.

-Lo he notado-dijo Lytta, sin dirigirse a nadie en concreto, y como si estuviera esperando ese momento para aparecer, la imagen de Mordru se formó en el aire, titilante como un espejismo formado por aire caliente-. El tiempo se está comportando de forma extraña, formando bucles o dando saltos.

-Sí, hay algo que amenaza la coherencia interna del continuo-respondió Mordru-. Pero no puedo ayudarte a identificarlo, Hipólita. Aunque tal vez tenga algo que ver con el destino de vuestra misión. La resonancia del hechizo que lanzó el niño atlante tiene tintes de magia cronal, y podría haber provocado una fisura en el Continuo. Probablemente si encontramos Atlantis, como es vuestro objetivo, podamos saber algo más. Realmente, esto supone todo un reto, ardo en deseos de que nos adentremos en el corazón de tu Torre.

-Eso es algo que aún no entiendo del todo-contestó Lytta, tomando el Yelmo en sus manos-. Llevo varios meses en posesión del Yelmo... y hasta después de que Batman nos convocó a Tempest y a mi para enfrentarnos a J´onn, no me informaste de que existe una Torre de Destino, que es mi dominio y el portal a los reinos sutiles, desde el cual podría escrutar el espacio y el tiempo en busca de Atlantis.

-Asumí que tenías ese conocimiento, Hipólita-dijo Mordru, con cierto nivel de reproche que hizo que Lytta se volviera hacia él con gesto de rabia.

-No me fío de ti, Mordru-escupió Lytta.

-Lo sé, niña. Lo sé.

-Vuelve al Yelmo, debo acudir junto a mi equipo-ordenó ella, y Mordru asintió con la cabeza, desapareciendo. Lytta miró el Yelmo, suspiró, y se lo puso.

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-Muchas gracias por su ayuda, Doctor Palmer-dijo Mister Terrific, mientras calibraba sus T-Esferas, que orbitaban alrededor de él. Había detectado un error en los sistemas internos de medición de tiempo, y quería corregirlo antes de lanzarse a la Torre de Destino. A su alrededor, el resto de la JSA charlaba en pequeños grupos alrededor de la mesa de reuniones. Frente a Michael, Átomo preparaba sus propios instrumentos de medición.

-Llamadme Ray, por favor-dijo Átomo, sonriendo-. Y debería daros yo las gracias por dejarme que os acompañe. Vuestro plan es adentraros en una dimensión alternativa donde el espacio y el tiempo funciona de forma diferente a la de nuestro plano, y donde las leyes físicas no son un hecho sino algo eventual. Es el sueño de cualquier físico. Tengo teorías sobre el comportamiento de los taquiones en los espacios marginales del tiempo que quizá podrían llevar a confirmar la existencia de partículas más rápidas que la luz y se mueven adelante y atrás en lo que conocemos como tiempo...

-Estupendo-masculla Stargirl, sentada junto a Jakeem, que juega una partida a God of War 2 en su PSP-. Teníamos a Leonard, y ahora nos han traído a Sheldon1...

-Sí. Este viaje va a ser muy divertido. Ya puedo ver a Michael, Pieter y el doctor Palmer hablando sobre el efecto de los positrones sobre el enfriamiento de la leche en situaciones de privación del sueño; Ártemis y Black Adam enfadados como siempre; Ted haciendo chistes malos, Alan diciéndonos "cuidado con esto, cuidado con lo otro", y encima, por si fuera poco, Kendra y tú mirándole el culo al chico nuevo, murmurando y lanzando risitas. Va a ser un viaje muy interesante.

-¡Yo no le miro el culo a Tempest!-exclamó Courtney, más alto de lo que había pensado hablar, lo que hizo que Alan y Ted se girasen hacia ellos, con gesto sorprendido-. Te odio, J.J.

-Sí lo haces-rió Kendra, sentándose junto a Courtney-. Y haces bien, porque tiene un culo impresionante. La sirenita se lo ha sabido montar.

-¿Ves?-señaló Jakeem-. Quizá pueda quedarme de guardia en el Palacio...

-Está todo listo-dijo Destino, que entró en la sala de reuniones acompañada por Garth, lo que arrancó una risa de Jakeem al ver que Courtney se esforzaba por no mirarle siquiera.

-De acuerdo-intervino Alan-. Los sistemas de seguridad están conectados, y Michael ha conectado el Palacio con la Isla de los Titanes y el laboratorio del doctor Irons. Delfín y Cerdian se encontrarán perfectamente a salvo.

-Bien-asintió Garth-. Muchas gracias.

-He preparado el acceso en mi santuario-dijo Destino, y se giró, saliendo de la sala y permitiendo que todos los demás le siguieran. La JSA, Tempest y Átomo se pusieron en movimiento, y se reunieron de nuevo tras Lytta en una sala del Palacio que se había destinado a los estudios místicos de Destino, y que ahora olía a incienso y rosas, mientras siete velas ardían en diferentes puntos de la habitación. Ella miró hacia atrás, verificó que sus compañeros estaban allí, y entonces, alzó las manos, y la pared que estaba ante ellos, desapareció, sustituida por un resplandor dorado-. Podéis cruzar.

-Esferas 2 y 6, escáner de zona-ordenó Mister Terrific, y Átomo, que se había subido a su hombro, activó sus propios sistemas de medición.

-Bienvenidos a la Dimensión Desconocida-susurró Ray, mientras él, Michael y Alan cruzaban el resplandor. Sólo cuando todos los miembros de la JSA hubieron cruzado el portal, la propia Lytta se dirigió hacia la luz.

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Torre del Destino.

La primera impresión que tuvo Ártemis cuando cruzó el muro luminoso fue que se había colado en una de esas ilustraciones en las que no quedaba claro qué era arriba y qué abajo. De hecho, vio que Courtney la miraba confundida, ya que había aparecido justo sobre ella, y la impresión de la Amazona era que la muchacha iba a caer de cabeza encima de ella en cualquier momento, y supuso que la impresión de la muchacha era la misma respecto a ella.

-Esto es un poco confuso...y molesto-dijo Tempest, que se había aferrado por puro instinto a una columna. Cuando apareció Destino, miró a su alrededor, y como si la propia Torre obedeciera sus órdenes, la gravedad se unificó para todos, y se encontraron juntos y en el mismo plano.

-Fascinante-susurró Átomo-. El interior funciona como un laberinto fractal...

-Una Esponja de Menger que se genera simultáneamente en varias dimensiones-admitió Mister Terrific, asintiendo-. Incluso podría trascender y adentrarse en los principios de la dimensión de Hausdorff-Besicovich...

-Viajamos con dos monstruitos-masculló Jakeem, dándose cuenta de que no entendía ni una sola de las palabras de Ray y Michael.

-Podrían ir a una fiesta de disfraces vestidos de Efecto Doppler...-dijo Courtney, y los dos rieron por lo bajo.

-Sí, estoy convencido de que Ray no deja a nadie silbar en su laboratorio...

-Chicos, os voy a restringir el acceso a Internet para descargaros series-dijo Hawkgirl, siguiendo a Destino y al resto de la JSA a través de los pasillos de la Torre de Destino-. ¿Qué es eso?-preguntó, mirando por una de las ventanas de la Torre, donde lo que parecía ser un tornado de diferentes colores, arremolinándose y creando unos sonidos que le parecieron a Kendra de lo más atrayentes. Dio un paso hacia delante, y los sonidos sonaron aún más altos, exóticos y seductores. Dio un nuevo paso.

-Hawkgirl, no des un paso más-dijo una voz, y de pronto, la visión de Kendra de los colores se vio interrumpida por lo que parecía ser una estatua dorada y azul. Aquella voz hizo que Kendra volviera en sí, y vio que Destino se interponía entre ella y los colores alienígenas, parecían haberse acercado más a la ventana, como si estuvieran tanteando, pero la presencia de Destino les hizo retroceder-. No os acerquéis a los portales, no toquéis nada, y no os separéis de mí. Esta torre custodia muchas cosas, y es umbral a muchos lugares, a muchos reinos sutiles.

-El sonido...-masculló Kendra, pero Lytta la sujetó fuertemente del hombro, alejándola de aquella ventana.

-Alan, asegúrate de que no retrocede-dijo Destino, y Centinela asintió, acercándose a Kendra-. Tempest, necesitaré que repitas el hechizo que realizaste en Atlantis para encontrar el rastro...

-No sé si seré capaz, Destino-replicó Garth-. Aquello fue un desastre...

-Tiene que ser el mismo hechizo-insistió Lytta, y finalmente, él asintió. La hechicera alzó las manos, y el pasillo osciló, transformándose repentinamente en una sala circular en la que la JSA cabía ampliamente.

Tempest se situó en el centro, cerró los ojos y suspiró. Cuando volvió a abrirlos, chispas púrpura centelleaban en sus pupilas, y el aire a su alrededor crepitaba, mientras el muchacho comenzó a farfullar algo en una lengua que era ya antigua cuando Atlantis era joven.

-Sí-siseó Destino-. Lo tengo...

Lytta extendió las manos, y diversas figuras luminosas bailaron entre ellas, como conformadas por una llama dorada. Los signos respondían a las palabras de Tempest, y mientras él alza la voz cada vez más, la luz púrpura de sus ojos avanza, y las T-Esferas comienzan a acelerar su órbita alrededor de Michael.

-Taquiones-susurró Ray, viendo las lecturas de las Esferas en los brazaletes de Michael-. Michael, tenemos delante la prueba de la existencia de taquiones...

-¡Lo tengo!-exclamó Lytta, y un rayo de luz dorada, como una soga, brotó de sus manos para adentrarse en la brecha púrpura, provocando un sonido semejante al tañido de una campana-. Puedo traerla de vuelta, puedo revertir el hechizo...

-Parece que esto va a terminar siendo más fácil de lo que pensábamos-siseó Wildcat, y de pronto, Jakeem le miró horrorizado.

-Ted... ley de Murphy...

Como respondiendo a las palabras de Jakeem, un crujido brotó de la brecha creada por Tempest, y el atlante miró a su alrededor, confundido mientras la energía púrpura y dorada se desbordaba de aquel agujero.

-Lytta...-susurró Garth, pero en ese momento, de debajo del Yelmo emergió una risa... que no era la de una mujer, sino la risa de un hombre...

-Mordru-siseó Alan, y un rayo de energía verde brotó de sus manos para atrapar a Destino, pero la energía fue devorada por la rasgadura, y de pronto, como si se tratase de un espejo, la realidad en el interior de la Torre se fracturó. Ray fue el primero en caer en el agujero negro formado por el hechizo fuera de control de Tempest, y Wildcat, que trató de recuperarle, cayó tras él.

Kendra extendió sus alas, pero de pronto, algo tiró de ella, y se dio cuenta de que estaba desapareciendo.

-¡Alan!-gritó, y Centinela se volvió hacia ella, mientras trataba de utilizar la Llama Verde para anclarse.

-¡Adam, ayuda a Hawkgirl!-ordenó Alan, y Black Adam voló rápido hacia Kendra, que seguía parpadeando, como si fuera a desaparecer en cualquier momento. Adam se aferró a ella con fuerza, mientras tras él, el propio suelo de la Torre de Destino se quebraba, y sus compañeros desaparecían en el abismo púrpura, quedando sólo Destino, flotando en el aire antes de desaparecer en una luz dorada.

Ningún miembro de la JSA pudo ver como Black Adam y Hawkgirl se difuminaban hasta desaparecer por completo.

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Atlantis.

Tempest abrió los ojos, y pensó que había enloquecido. Se incorporó, y vio que Centinela, Wildcat, Stargirl, Jakeem, Átomo y Ártemis yacían a su alrededor, desmayados sobre la piedra húmeda.

Reconocía ese lugar.

Las columnas talladas en roca viva, las paredes con tallas de animales marinos, el trono que se alzaba sobre una escalinata que imitaba el ascenso de una ola, cubierto de nácar.

El salón del trono de Atlantis.

-Garth.

Tempest reconoció la voz, y se giró, con el corazón en la garganta. Y allí estaba ella, más pálida y más delgada que antes, pero con la misma belleza sobrecogedora, y apoyándose en un tridente real.

-Reina Mera-masculló Garth, con los ojos llenos de lágrimas.

-Lo siento, Garth-se disculpó Mera, y señaló al atlante con el tridente.

Y en ese momento, una ráfaga de energía cronal sacudió a Tempest, que cayó al suelo antes de poder ver la figura que se alzaba tras Mera, envuelto en sombras.

-Muy bien, reina Mera. Me alegra ver que has cumplido tu misión-siseó él, y ella le miró, interponiendo entre ambos el tridente e impidiendo que él completase el movimiento de su mano que le hubiera llevado a tocar su pelo.

-No-gruñó ella-. Ni lo intentes.

Mera se apartó de él y lanzando una mirada triste hacia los miembros de la JSA, abandonó la sala del trono.

Y en soledad, Extant contempló a sus enemigos y sonrió.

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1.- ¿Queda alguien ahí que no vea "The Big-Bang Theory"?

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JUSTICIA PARA TODOS

Y sin tiempo para respirar, nuestros chicos se lanzan a una nueva aventura... con un resultado sorprendente. Aquí tenemos de vuelta al que puede ser el enemigo más representativo de la JSA, Extant, anteriormente conocido como Monarca, y aún antes como Halcón. Hank Hall fue un héroe que obtuvo, junto a su hermano Donald, los poderes de los Señores del Orden y el Caos, convirtiéndose en héroes. Don Hall murió durante la Crisis en Tierras Infinita, y apareció una nueva Paloma, Dawn Granger, con la que Hank Hall compartió varias aventuras, hasta que llegó Armageddon 2009. Durante esa saga, Hank se convirtió en el tirano del futuro denominado Monarca; y más tarde, en Hora Cero, tomaría la que sería su encarnación definitiva, Extant. Trabajando bajo la influencia de Parallax, Extant lanza un ataque temporal que arrasa la línea temporal desde el final y el principio, y en el proceso, acabaría con la vida de Al Pratt (Átomo), Rex Tyler (Hourman) y Charles McNider (Doctor Mid-Nite). Posteriormente, Extant lanzaría un nuevo órdago contra la historia, siendo detenido por la recién reformada JSA (en los tiempos de Goyer y Jones) aliados con Metron. Y sería Atom-Smasher el que acabaría con Extant, utilizando el Worlogog para salvar a su madre de un accidente aéreo provocado por el terrorista Kobra, sustituyéndola por el propio Hank Hall.

Pero acabar con una persona que tiene un absoluto control sobre el tiempo es difícil, y Extant volvió en JSA: Las Chicas son Guerreras. ¿Con qué objetivos? Eso, lo veremos más adelante...

 
 
   
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