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Titanes

TITANES #40
Los Seis Secretos II
Norte y Sur

Guión: Tomás Sendarrubias

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Portada: En la portada, vemos a Nightwing y Arsenal frente a frente. El primero esgrime sus bastones, y el segundo le apunta con una flecha tensando el arco.

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Desierto de Mojave.

-Esto no está pasando...

La voz de Donna Troy parece arrancar al resto de los Titanes del estado de estupefacción en el que parecían encontrarse. Se encuentra cruzada de brazos a unos pasos de los dos contendientes, mirándoles alternativamente a uno y a otro, con el ceño fruncido.

-Lo siento, Donna, pero es lo que hay-dice Arsenal, férreo, sin apartar la mirada de Nightwing-. Yo voy a ir a salvar a mi gente, y si alguien quiere venir conmigo, estupendo, pero si no, voy a ir solo.

-En Ciudad de Méjico viven millones de personas, Roy-susurra Dick-. Estás poniendo por delante de millones de vidas tus intereses personales...

-¡Callaos los dos!-exclama Donna-. Estoy harta de todo esto. Harta de que convirtáis cada reunión en un duelo de gallitos, harta de estos enfrentamientos, y sobre todo, no pienso consentir que nos utilicéis a los demás como armas arrojadizas. No vais a dividir este grupo por afinidades ni por simpatías, ni vais a conseguir que nos sintamos culpables por elegir a uno o a otro.

-Donna, no...

-¡Que te calles, Dick! Hasta aquí ha llegado esto, se acabó. Como miembro fundadora, exijo una votación inmediata para elegir un nuevo líder. Y me presento voluntaria para dirigir los Titanes... al menos hasta que recuperéis el sentido.

-Estoy de acuerdo con Donna-interviene Changeling, encogiéndose de hombros-. Si existen dos crisis, debemos hacer frente a las dos dentro de nuestras posibilidades. Los dos estáis convirtiendo esto en algo personal, así que apoyo a Donna.

Uno por uno, el resto de los Titanes alzaron sus manos, apoyando la candidatura de Troia.

-mE enCanTA EStA fiESTA-masculla Creeper-. QuiZÁ parA LA prÓXima TRAiGa uNos AMIgoS...

-Donna, voy a ir a Arizona-dice Arsenal-. Y si para ello tengo que dimitir como miembro de los Titanes, lo haré.

-Desde luego que vas a ir a Arizona-replica ella-. Peor no vas a ir solo. No sabemos exactamente a qué tendrás que hacer frente, no sabemos qué más aliados pueden tener Prometeo y Zod. Augurio, Blue Marvel, Changeling y Creeper irán contigo. ¿Te parece bien?

-Claro-responde Roy, sintiéndose incómodo, como si todo aquello fuera una inmensa reprimenda.

-Dick, irás a Ciudad de Méjico, obviamente no podemos dejar que Chesire repita allí lo de Qurac. Flamebird, Bushido, Cyborg y Power Girl te acompañarán.

-¡Ey!-exclama G´Nort-. ¿Y yo? ¡Soy el Green Lantern oficial del grupo! ¿No deberíais contar conmigo para estas cosas?

-Puesto que Donna se ha excluido de ambos grupos, estoy convencido de que se está reservando el privilegio de tu compañía-responde Nightwing, con una sonrisa socarrona.

-Acabas de ser agregado al equipo de Dick, G´Nort-responde ella con firmeza-. Si es verdad que Chesire tiene artilugios atómicos, te vendrá bien el poder de un Green Lantern.

-Estás de broma...

-No.

Por un instante, Donna y Dick enfrentan sus miradas, pero para sorpresa de todos, es él quien la baja primero.

-Tú mandas-masculla Nightwing-. Pero sigo preguntándome por qué no te has incluido en ningún grupo.

-Porque tengo la sensación de que aquí hay algo más de lo que vemos a primera vista-explica ella-. Prometeo, Zod, un Zoom zombi y Chesire de momento, ninguno de ellos son exactamente jugadores de equipo. Y no creo que se hayan aliado sólo para darnos dolores de cabeza. Si nos lanzamos de cabeza a los anzuelos que nos lanzan, nos perderemos el fondo de la cuestión, quiero hacer unas consultas en los ficheros de los Titanes, y tratar de contactar con Garth, Toni y Jesse. Quizá les necesitemos.

-Bueno, basta de charla-interrumpe Arsenal-. Hora de ponerse en marcha. Supongo que como tenemos a la teleportadora, os toca llevaros el T-Jet. ¿Te dejamos en algún sitio, Donna?

-Voy sola-responde ella-. Nos mantendremos en contacto.

Sin más dilación, Troia lanza una última mirada a sus amigos, y con un gesto de cierto hastío, alza el vuelo alejándose de ellos en dirección a la Isla de los Titanes.

-Hora de trabajar-dice Nightwing, estrellando su puño en la palma de su otra mano y dirigiéndose hacia el T-Jet, sin lanzar una sola mirada hacia el resto de sus compañeros. Incómodos, el resto de los Titanes se dividieron según Troia había ordenado, siguiendo a sus líderes y sin atreverse siquiera a desearse suerte los unos a los otros.

-Esto nos costará caro-masculló Changeling encogiéndose de hombros antes de atravesar el resplandor rojizo del halo que envolvía a Augurio.

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Phoenix, Arizona.

El resplandor del sol cae a plomo sobre la ciudad, y el aire parece arder con el viento que llega procedente del desierto de Sonora. Torres de cristal y hacer parecen brotar de las entrañas del suelo, y en las sombras de un callejón, con un resplandor rojizo y un leve crujido del aire, los Titanes hacen su aparición bajo la capa de Augurio.

-Lilith-masculla Roy, contemplando el entorno urbano en el que se encuentran-. Esto es Phoenix, no la reserva navajo donde está Lian, te has equivocado de sitio...

-Mi objetivo era la reserva, pero algo en este lugar tiró de mi, Roy. Creo que la amenaza de la que hablaba Prometeo está aquí.

-Lian está con Rose Wilson, Roy-interviene Gar-, que es lo más parecido a una guardaespaldas niñera ninja que se puede tener.

-Aún así, preferiría...

-Silencio-ordena Blue Marvel, mientras el Creeper ríe por lo bajo.

-¿Qué pasa, azulito? ¿Has oído algo?-pregunta Arsenal, preparando una flecha en su arco.

-Ese es el problema-responde Blue Marvel-. Que no escucho nada.

-Y lA ciUdAD NO duERmE-ríe Creeper.

Sólo en ese momento Roy se dio cuenta de a lo que hacían alusión sus compañeros. Estaban en pleno centro de Phoenix, y las calles debían estar bullendo de actividad, los coches pitándose los unos a los otros, la gente yendo y viniendo... las cosas que hacían que una ciudad estuviera viva. Pero ningún sonido llega al callejón en el que se encuentran los Titanes.

-Augurio-masculla Arsenal, y ella asiente.

Lilith cierra los ojos y se concentra, notando como su conciencia se expande más allá del callejón. Podía sentir la presencia de los habitantes de la ciudad como luces centelleantes, pero había algo extraño allí, una sensación chirriante, como si en algún sitio alguien estuviera arañando una pizarra. Decidida a averiguar de qué ese trata, Augurio se concentra aún más, dirigiendo sus poderes telepáticos al origen de esa perturbación psíquica, de ese molesto chirrido...

Con un grito ahogado, Augurio abre los ojos mientras sus rodillas se doblan, y sólo los rápidos reflejos de Creeper evitan que se abra la cabeza contra el suelo del callejón. Sus ojos están blancos, vueltos hacia dentro, y sus labios se mueven, como si intentara tomar aire sin conseguirlo.

-Saben donde estamos...-consigue mascullar, y en ese mismo momento, todos escucharon un sonido acompasado, el de decenas de personas caminando simultáneamente hacia el mismo lugar... el callejón en ese caso.

-¡Cuidado!-exclama Arsenal, apuntando con el arco hacia la entrada mientras Changeling toma la forma de un león, rugiendo al aire con toda la fuerza de sus pulmones. Blue Marvel se eleva un par de metros del suelo, dispuesto para atacar.

La gente que apareció en el callejón era gente corriente. Ejecutivos, amas de casa, niños y ancianos, obreros y policías... Todos ellos caminaban con la mirada perdida y alzando las manos hacia el frente, recordándole a Roy a los muertos vivientes de las películas de Romero, pero estos eran hombres normales, enteros, sin aspecto de resucitados, lo que quizá era incluso más inquietante. Changeling rugió, tratando de amedrentarles, pero aquellos hombres y mujeres no hicieron el mínimo amago de haberlo escuchado.

-Vale, ¿qué se supone qué vamos a hacer?-masculla Changeling, pasando a la forma de un chimpancé-. No podemos zurrarles la badana a tantos civiles, quedaría feo en nuestros currículos...

-Gar, Freddy, sacadnos de aquí-ordena Arsenal, y de inmediato, Blue Marvel toma en sus manos a Creeper y Augurio, volando por encima de las cabezas de los habitantes de la ciudad, mientras Changeling toma la forma de un enorme águila, sujetando a Roy por los hombros y siguiendo a Blue Marvel. Arsenal contempla atónito el gentío bajo sus pies, como si toda la población de Phoenix se hubiera congregado allí, en silencio, apretujados los unos contra los otros.

-¡Changeling!-grita Blue Marvel, y este gira justo a tiempo para evitar ser alcanzado por lo que parecía un rayo de plasma, que hizo crujir el aire en el lugar donde décimas de segundo antes se encontraban ellos. Un enjambre de criaturas aladas de aspecto tecnorgánico amarillas y negras había aparecido a su alrededor, semejantes a abejas.

-¿Pero qué...?-masculla Roy mientras Gar se deja caer a toda velocidad hacia el tejado de un edificio en el que Blue Marvel ya había aterrizado, dejando a la desmayada Augurio y al Creeper en la azote. Este, agazapado en una barandilla como si fuera una gárgola, lanzaba sus risotadas contra las criaturas insectoides que les cercaban. Changeling soltó a Arsenal, que giró sobre sí mismo y de inmediato desenfundó de las cartucheras sujetas a su cinturón dos pistolas de alto calibre, volando parte de lo que parecía la cabeza de una de esas criaturas, que desapareció, cayendo a la calle, a dos centenares de metros bajo ellos.

-aBejiTAS-aulló Creeper-. ¡A uN pANaL De riCA mIEl!

Lanzando una carcajada, Creeper salta más allá de la balaustrada, arrojándose hacia el enjambre que comienza a cercarles, enganchándose a una de las criaturas, que trata de desembarazarse de él, pero sin dejar de aullar y reír, el Creeper hunde sus manos entre los cables que unen las alas a los cuerpos de la criatura, arrancándolos y luego saltando y enganchándose a una segunda criatura.

-¡Blue Marvel, recupera al Creeper!-ordena Arsenal, volviendo a lanzar una andanada de disparos hacia las criaturas-. Seguro que a Donna no le hace gracia si tenemos que recogerle luego de la calle con una espátula...

-¡Ya recuerdo donde he visto antes a estos bichos!-exclama Changeling, convertido en una enorme boa y estrujando entre sus anillos a uno de los insectos-. ¡Es el Enjambre de la Reina Abeja!

-¿La loca de Bialya?-responde Arsenal.

-¡No!-grita Changeling, dejando caer la criatura y tomando la forma de un mono araña para sujetarse a la barandilla del edificio, mientras unos metros por encima de él, Creeper se engancha a las manos de Blue Marvel con una destreza que cualquier trapecista hubiera envidiado-. ¡La otra, la extraterrestre, la del...!

Una de las criaturas lanza una descarga de algo parecido a un polvo rojizo en pleno rostro de Gar, y este de repente, guarda silencio, aunque su siguiente acto es saltar, convertido en tigre sobre el propio Arsenal, que consigue girarse debajo del peso de la criatura felina y utilizar sus piernas para lanzarle por encima de él.

-Hipnopolen-masculla Roy, completando la frase de su amigo-. Así que se trata de Zazzala...

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Torre de los Titanes, Nueva York.

Durante el vuelo, Troia había intentado casar todos los datos de que disponía, jugar con ellos como si fueran las piezas de un rompecabezas, pero no conseguía encontrar un motivo para todo lo que estaba ocurriendo. Nightwing era el detective, el que estaba preparado para revisar hechos de forma analítica y llevar a sorprendentes conclusiones, pero parecía estar demasiado ocupado en su pelea de corral con Arsenal como para prestar atención a los pequeños detalles que probablemente a Donna se le escaparían.

Ignorando el holograma de la Torre, Donna se dirige directamente hacia la entrada del complejo subterráneo, permitiendo que los sistemas de seguridad la reconocieran y accediendo al interior a toda prisa. Necesitaba corroborar datos en los ordenadores, y tenía que dar con Tempest, Jesse Quick y Argent cuanto antes.

-¿Mamá?

Cuando Donna escucha la voz, nota como sus rodillas se doblan y está a punto de caer al suelo. Una pelota de goma llega rebotando hasta sus pies, con un leve sonido a cascabeles en su interior, y siente como sus ojos se enturbian. Ante ella está Robert. Su hijo la mira, con aire de preocupación en los ojos, y fuerza una sonrisa, como sabiendo que eso tranquilizará a su madre.

-Mamá, ¿estás bien?-dice, y Donna siente que cada una de las palabras se clava en su corazón como si la estuvieran apuñalando.

-Cariño, ¿qué te ocurre?

Donna cierra los ojos, no quiere verlo. Ha escuchado aquella voz demasiadas veces como para no reconocerla. Es Terry, su marido, de pie en el pasillo, junto a Bobby. Lo cual sería estupendo, si no fuera porque los dos habían muerto tiempo atrás en un accidente de coche.

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Ciudad de Méjico.

-Bueno, ¿alguien me va a decir como vamos a encontrar a una mujer que se está escondiendo en una ciudad con una población de más de diez millones de habitantes?

Karen cruza los brazos, mirando a su alrededor. Ella, Dick, Ryuku y Bette se encuentran en la Plaza del Ayuntamiento, a pocos metros del Tzompantli, el Muro de las Calaveras del yacimiento del Templo Mayor. El sol mejicano cae a plomo sobre los cuatro Titanes, vestidos de paisano y mezclados con los centenares de turistas que recorren la plaza.

-Vic está escaneando la ciudad con los sistemas del T-Jet, en cuanto localice aunque sea un rastro residual de energía atómica fuera de lugar-explica Dick, escrutando su entorno tras sus gafas oscuras.

-Eso no nos ayudará mucho si Chesire decide volar una central nuclear...-masculla Bette, encogiéndose de hombros.

-Cyborg, ¿alguna noticia?-pregunta Nightwing utilizando uno de los intercomunicadores de los Titanes. Algo parecido a un gruñido suena en el otro lado, y Nightwing frunce el ceño-. ¿Víctor?

-¿Seguro que no podéis disfrazar al perro de alguna manera y llevároslo con vosotros?-dice finalmente Cyborg, y Nightwing no puede evitar esbozar una sonrisa.

-De verdad, tío, necesito salir a buscar un árbol ya...-se escucha decir a G´Nort.

-Déjale salir, Vic, si no va a terminar oxidando algún rincón del T-Jet...-interviene Karen, y de inmediato pueden escuchar una exclamación de alivio del peculiar Green Lantern.

-Me está volviendo loco...-masculla Cyborg-. Y respecto a tu pregunta, Batboy, no. Los sensores no detectan nada que pudiera ser una bomba nuclear en manos de una psicótica peligrosa.

-Sigue buscando-ordena Dick-. No quiero que se repita lo de Qurac.

-Sí bwana-responde finalmente Víctor, desconectando la comunicación-. No hay duda de quién le enseñó-masculla Víctor, volviendo la lanzar una escáner global, cuyos datos analiza en cuestión de segundos y que vuelve a dar resultado negativo. De pronto, nota un fuerte golpe en su espalda, y se precipita hacia la mesa de mandos, golpeándola con el rostro debido al empuje. Cyborg se arroja a un lado lo más rápido que puede, evitando así un nuevo golpe que desgarró el metal de la mesa. Lanza un golpe con toda la fuerza que le permiten sus motores internos, pero su atacante se mueve con tal velocidad que sólo golpea el aire. A unos pasos de él, sonriendo y con sus afiladas garras preparándose para un nuevo ataque estaba la propia Chesire.

-Hacía mucho tiempo, Víctor-masculla ella, sin variar su postura defensiva un ápice.

-No suficiente, Jade-replica él-. Así que finalmente lo de la bomba atómica era una trampa...

-Le dije a Mockingbird que no caeríais en ella, pero al parecer, os sobrevaloraba.

En cuanto dice la última sílaba, los pies de Chesire vuelan hacia Cyborg, que esquiva su patada e incluso consigue agarrarla por el tobillo, pero ella gira en el aire con suficiente rapidez, hundiendo sus garras en la muñeca metálica de Cyborg, rasgando el propio metal y obligándole a soltarla.

-He mejorado-dice ella, cayendo al suelo y agazapándose como una serpiente a punto de morder. Sin responder, Cyborg lanza una descarga de sonido blanco hacia el lugar donde milésimas antes se encontraba Chesire, pero esta ya había saltado de nuevo, utilizando las varas de seguridad que cruzaban el techo para renovar su impulso y situarse a espaldas de Cyborg, hundiendo sus garras en la espalda de este-. No esperes a tu mascota, Víctor, me he desecho de él ahí fuera. Una imagen que espero no volver a ver en a vida, por cierto.

Cyborg se arroja hacia delante, arrancándose las garras de Chesire, que vuelve a caer de pie. No siente dolor, pero puede notar como sus sistemas interiores comienzan a dar algunos fallos debido a los daños causados por la asesina. Sin detenerse un segundo, Chesire se desliza por el suelo cromado del T-Jet, pasando entre las piernas de Cyborg y hundiendo sus garras en los talones, cortando metal y cables, y haciendo caer a Víctor.

Un crujido resuena en el vehículo, y Chesire se gira sorprendida, viéndose arrollada por un relámpago blanco y rojo que atraviesa la pared opuesta de T-Jet. Mientras Power Girl aleja a la asesina de Cyborg, Nightwing aparece junto a éste.

-Ya estamos aquí, Víctor-dice.

-G´Nort...-masculla Cyborg.

-Bushido y Flamebird están fuera con él. Noqueado, pero básicamente bien.

-Era una trampa...

-No creo que después de charlar con Karen a Jade le queden muchas ganas de seguir jugando...

El viento zumba en sus oídos, atronador, pero Chesire sabe que no debe perder a concentración. Sabe que se aleja a toda velocidad del T-Jet, y por lo tanto, de su objetivo, y masculla una maldición en coreano.

-Quieta, zorra-dice Power Girl-. Si te suelto ahora tendremos que ponerte un esqueleto nuevo...

-Eso os gustaría-replica Chesire, subiendo sus dos rodillas y golpeando con todas sus fuerzas el hígado de Karen, que a pesar de su fuerza sobrehumana, no pudo evitar aflojar su presa al notar el impacto, lo justo para que Chesire se revolviera en el aire y le hiciera un corte en el rostro con las garras de modo que la sangre pronto comenzó a cubrir los ojos de Power Girl, que soltó a Chesire instintivamente. La asesina, pese a que se encontraban a una gran altura, giró sobre sí misma varias veces, tratando de presentar la mayor resistencia posible al aire para frenar su caída, utilizando las vaporosas mangas de su blusa a modo de membranas de una ardilla voladora, y finalmente, tocó el suelo con la punta de los pies, girando con la caída para eliminar anular la energía cinética acumulada en la caída. Sonrió, y corrió de nuevo hacia el T-Jet.

-G´Nort-dice Bette, dando pequeños golpes a los lados del hocico del Green Lantern-. Despierta, G´Nort...

-Auch. Auch. Auch. Mamá, he dicho ya que no quiero ponerme ese tutú...-masculla G´Nort, agitándose. Ryuku, niega con la cabeza y se gira a tiempo de ver a Nightwing descendiendo de los restos del T-Jet que Karen había destrozado.

-Vamos a tener que revisar el presupuesto para aviones-dijo Bushido, y Nightwing asintió, escrutando su alrededor.

-¡Ryuku!-grita, pero Bushido no tiene tiempo siquiera de reaccionar antes de que Chesire saltase sobre él y hundiera sus garras en la garganta desprotegida del japonés, que de inmediato cae al suelo, balbuceando y sintiendo como se ahoga en su propia sangre. Chesire se aparta de él de un salto, sonriendo a Nightwing y desapareciendo ante su vista.

-¡Flamebird!-grita Nightwing, dirigiéndose hacia la nave-. ¡Ocúpate de Bushido!

Antes de que hubiera terminado de hablar Nightwing, Flamebird ya estaba arrodillada junto a Bushido, que sufría convulsiones mientras el aire hacia burbujas en su desgarrado cuello. Nightwing entró en la nave de un salto, Chesire no era una teleportadora, así que debía de contar con algún ingenio de teleportación de corto alcance. Desde el principio Chesire había atacado a Cyborg, así que Nightwing suponía que Víctor era su objetivo principal. Y efectivamente allí se encontraba ella, alzada sobre Cyborg, al que había herido de nuevo, derramando una mezcla de sangre y fluidos biosintéticos sobre el suelo de la nave. A toda velocidad, Chesire adhiere un dispositivo a la espalda de Cyborg, que con un parpadeo y un flash, desaparece.

-Bueno, Nightwing, llevaba esperando el momento de verme las caras contigo mucho tiempo-dice Chesire, arrojándose sobre Dick, que la esquiva rodando por el suelo y se incorpora de un salto, empuñando sus varas. Un flash verde ilumina el interior del T-Jet, y con un parpadeo que denota su sorpresa, Chesire cae hacia delante, sin sentido. Sin poder creerse lo que sus ojos ven, Nightwing observa la silueta de G´Nort recortada contra el acceso del avión, apuntando a la yaciente Chesire con su anillo.

-No me gusta que me interrumpan mientras meo-dice-. Por cierto, eficiente y oscuro líder, he conseguido un soporte vital para nuestro camarada, ¿podrías decírselo a la piba que no me quiso como compañero?

-Descuida, G´Nort, se lo haré saber-replica Nightwing, mientras activa el sistema de comunicaciones del T-Jet.

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Phoenix, Arizona.

Changeling no se lo está poniendo nada fácil a Arsenal, que trata de evitar que su compañero, dominado por el hipnopolen de Zazzala, le hiciera cachitos, con la diferencia de que Arsenal no quería hacerle daño y Changeling no tenía ese problema.

-Si te cargas al jefe quedaremos muy mal ante Nightwing-dice Blue Marvel mientras el Creeper, a base de carcajadas y saltos inverosímiles, había conseguido crear un pequeño perímetro de seguridad, dando un respiro a Arsenal, que pudo aprovechar para cargar el arco y apoyar al Creeper contra los insectoides que cada vez estaban más cerca. Con un gruñido, Changeling toma la forma de un gorrión, aprovechándose de la confusión de Blue Marvel para escapar de sus manos y tomar la forma de una víbora, enroscándose alrededor del cuello de su compañero y hundiéndole los colmillos en un hombro. Blue Marvel siente el veneno como fuego ardiente entrando en sus venas, y como su vista se nublaba de inmediato.

-¡Mierda!-exclama Arsenal, disparando una flecha que podría haber alcanzado a Gar de no haber este cambiado de forma a la de una pequeña mosca. Los Insectoides no dejan pasar la oportunidad, y de inmediato se hacen con el cuerpo de Blue Marvel, alejándolo del edificio, probablemente para hacerle pasar por un tratamiento de hipnopolen-. ¡Creeper, que no se lleven a BM!

-¡¡¿¿pArA QuÉ NECesitAmoS uNA biBLIOteCa MARaviLLOSa??!!-grita Creeper, trepando por el lateral del edificio hundiendo sus dedos en las grietas del cemento con una velocidad vertiginosa, hasta saltar en dirección a los Insectoides que llevan a Blue Marvel. Pero un destello de luz estalla delante del Creeper, que aturdido, parece perder el impulso, cayendo a vacío y estrellándose contra el suelo con un sonoro crujido. Volando sobre un aparato parecido a una cuádriga romana de alta tecnología, la Reina Abeja hace finalmente su aparición, con los ojos multifacetados recorriendo todo su alrededor y volviendo a cargar un dardo luminoso en un disparador de su muñeca.

Sabiendo que con sólo un arco no tiene demasiado que hacer, Arsenal lo deja caer tomando de nuevo las pistolas, pero no tiene opción siquiera de disparar. Repentinamente Roy siente como su mundo se vuelve del revés, y un dolor punzante aparece detrás de sus ojos, creándole la sensación de que alguien hubiera sumergido su cerebro en ácido hirviendo.

Roy grita, aunque no puede escuchar su propio grito mientras su consciencia se desvanece ante el ataque telepático de Augurio, que tras un largo duelo mental, finalmente ha caído bajo el control de Zazzala, cuyo rostro alienígena no muestra el más pequeño rastro de satisfacción mientras toma un comunicador del interior del carro y lo lleva a sus bocas.

-Loszzs tengo-dice por el comunicador-. La teleportadora eszzs nuezssstra.

Atenta como está en su presa, Zazzala no ve como docenas de metros bajo ella, los huesos de Creeper comienzan a soldarse con leves crujidos, mientras él se arrastra riendo por lo bajo.

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Isla de los Titanes, Nueva York.

Donna siente como su cordura se le escapa como arena entre los dedos. Robert y Terry estaban muertos, no podían presentarse así, de pronto, aunque quizá no... Donna situó en su mente una pieza en aquel desconcertante puzzle. Dark Angel. Quizá la vieja enemiga de Hipólita había vuelto para atormentarla de nuevo...

Escuchó unos pasos tras ella, y se giró, esperando encontrar aquel distorsionado reflejo de sí misma que era Dark Angel, pero la mujer a la que vio no tenía nada que ver con ella ni con Dark Angel. Pequeña, de cabello rubio, la piel ligeramente verdosa, un traje de aspecto futurista y un extraño signo sobre la frente...

-Tú eres...-masculla Donna-. ¿Lena?

Los ojos de la mujer arden, y un rayo de luz roja brota de ellos, impactando de lleno en Troia, que cae, abrumada por la potencia del ataque. Un zumbido se escucha procedente de la muñeca de Mockingbird, que pulsa un botón para recibir la comunicación entrante.

- Loszzs tengo-dice la voz de Zazzala desde el comunicador-. La teleportadora eszzs nuezssstra.

-Bien-responde Mockingbird-. Chesire ha conseguido enviarnos a Cyborg antes de ser atrapada, y a Troia le ha faltado desmayarse sola antes de que yo apareciera. Nos reuniremos en la Isla de los Titanes, Zazzala. Es hora de buscar a Doomsday.

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CORREO DE LOS TITANES

Y como Xum tenía previsto, en este número hace su aparición la última de los Seis Secretos, la Reina Abeja, también conocida como Zazzala, una emperatriz alienígena de un mundo colmena llamado Kroll que ya durante os hechos de Maggedon se alió con Lex Luthor, el General y algún villano más en una nueva encarnación de la Banda de la Injusticia. Aunque como Mockingbird dice al final, a lo mejor los Seis Secretos (al menos los cinco que piensan) tienen en la recámara un Séptimo Secreto... ¡Hasta el próximo número!

 
 
   
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