Departamento H, Ottawa. 3 de Noviembre. Pasillo del subsótano D. James MacDonald Hudson es escoltado por dos epsilones, esposado, hacia una sala al final del corredor. Hudson mira al suelo, abatido. Cuesta creer que los acontecimientos transcurridos en los días pasados no fueran una simple pesadilla.

Una mujer espera al final del pasillo. La Doctora Shin coordina un numeroso equipo de médicos y científicos en el H. Muchos de sus trabajos siguen siendo tan secretos como los detalles de su historia... La comitiva se detiene junto a la mujer, frente a una puerta de alta seguridad.

- Quitadle las esposas.

- Doctora,- habla el epsilón- no creo que...

- Tu opinión no cuenta aquí, soldado. Además, estoy segura que el Doctor Hudson no representa ningún peligro para mí. ¡Marchaos!

Hudson la observa mientras le quitan las esposas. Shin introduce unos códigos de seguridad y la puerta se abre. La mujer lo acompaña al interior. Comprende las palabras de la mujer: sumido en una grave depresión, y medicado con fuertes sedantes, apenas es consciente de lo que ha ocurrido a su alrededor estos días.

- Adelante, Doctor, creo que encontrará muchas respuestas detrás de esta puerta...

Departamento H, 4 de Diciembre. Oficina pública del General Huntman. Dos civiles se encuentran hablando con un hombre uniformado con el traje del ejército canadiense.

- ¡¡¡Quiero saber que habéis hecho con mi marido!!!

El rostro de la mujer pelirroja, tremendamente enfada, está a pocos centímetros del viejo general, sentado tras su escritorio. A Heather la sujeta a duras penas la mano de Puck.

- Heather, tranquila, eh... así no creo que consigamos nada.

- ¡No me pidas que me tranquilice! Llevo un mes esperando noticias de mi marido, Huntman. Me prometió respuestas y las quiero ¡Ya!

Huntman la mira atentamente y pulsa un botón en su intercomunicador.

- Señorita Grace.

¿Sí, General? - La voz de la secretaria se oye al otro lado del aparato.

- Por favor, envíe a dos epsilones de seguridad a mi oficina.

-¿Guardias? - Esta vez hasta el propio Puck estalla.- ¡Maldita sea, Huntman, esta mujer sólo quiere respuestas!

- Esto no quedará así, Huntman, - Heather responde- le prometo que...

El General interrumpe a la mujer en el momento en que dos epsilones entran en la oficina.

- Acompañen a la Sra. Hudson y el señor Judd hasta nuestro Centro Médico. Señorita Grace – Huntman pulsa de nuevo el intercomunicador - Avise a la doctora Shin que va recibir visitas. –Huntman se levanta, y con un tono mucho más enérgico que el acostumbrado se dirige a sus visitantes – La Doctora Shin les espera, señora Hudson. Ella les dará toda la información que me piden. Ahora, si me disculpan – Huntman hace un gesto indicando que desea que abandonen su despacho.

Heather esta tentada a contestar al general, pero la presencia de los epsilones le avisa que, por el momento, es mejor callar, y junto a su compañero abandonan el despacho.

Heather, Puck y los guardias epsilón esperan pacientemente a que el ascensor llegue a su destino en el subsótano.

-No entiendo nada- Puck – Un mes sin tener noticias de Guardián, y ahora... ¿qué?

-No bajes la guardia, Judd. Estoy harta de las mentiras del Departamento H

El ascensor para, y los dos antiguos alphas caminan detrás de los guardias por un largo pasillo.

-Aún no entiendo qué fue lo que le paso a Mac, Heather- dice Puck

-Resérvate la pregunta para esa Doctora, Judd. Espero que sepa dónde esta mi marido.

-Y lo de este nuevo Departamento, eh – Judd mira a su alrededor. Sin duda, el edificio esta plagado de las últimas tecnologías – Hace un mes este edificio ni siquiera existía.

-¿Te has fijado en todos los controles que hemos tenido que pasar para entrar? –Heather mira suspicazmente a su alrededor.

-Si – replica Judd – Y en que prácticamente el edificio esta plagado de personal militar. ¿Se han traído todo el departamento de Defensa de Canadá aquí?

Final del pasillo. Una puerta se abre y los dos visitantes entran a un despacho, donde una mujer de mediana edad con bata blanca los espera.

-Señora Hudson...- Shin estrecha la mano de la ex-líder de Alpha Flight – Soy Janice Shin, Directora de los Servicios Médicos del Departamento. Siento mucho las molestias que les hemos causado. Por favor, siéntense...

-Espero que Huntman le haya informado de nuestra visita

-Sí, y me ha autorizado a que les revele toda la información sobre su marido – Shin saca sendas copias de un extenso dossier etiquetado con el nombre de Hudson y entrega una a cada uno. – Debido a los trágicos sucesos ocurridos en Montreal hace un mes, y a la posición de Guardián cómo líder de Alpha Flight, tuvimos que ser extremadamente cuidadosos con la información que se filtraba al público.

-Lo sabemos, doctora – contesta Heather – Leímos en los periódicos lo del “Sanguinario de Halloween detenido por Alpha Flight”. Cómo engañaron a la opinión pública haciéndoles creer que fue Disruptor Mental quien asesinó a todas aquellas personas. Nos obligaron a guardar silencio, ¿sabe?

-Comprendo su disgusto, Sra. Hudson – replicó Shin – pero el Departamento no podía permitir que la figura de Guardián se viera involucrada. Alpha Flight recibió órdenes de...

-Abandonamos Alpha Flight y el Departamento, doctora – Heather no oculta su impaciencia – Por mucho que el Departamento H lo intente, hay muchos Alphas que todavía no están tan corruptos cómo usted y este Departamento.

-Ehhh..Heather, no es necesario... – Puck intenta enfriar el ambiente, pero la Doctora Shin es un hueso duro de roer. Se había estado preparando para este encuentro. Conoce a la perfección a todos los miembros de Alpha Flight y sabe cómo responderle a Heather.

- Señora Hudson, su marido sufrió un grave episodio de enajenamiento mental. Ha estado en observación bajo nuestra supervisión durante todo este tiempo. Le hemos realizado todo tipo de pruebas para comprobar...

- ¡Mi marido no está loco! ¡Fue por culpa de ese mal nacido de Jones! – Heather explota y se levanta de la silla, señalando con un dedo amenazante a Shin.

- El Doctor Hudson ha sufrido varios ataques más de locura en este tiempo. Él mismo nos pidió que lo confináramos en un lugar alejado dónde no pudiera dañar a nadie. Su marido firmó todas las autorizaciones, señora – Shin señala el dossier que Puck ha estado ojeando todo el rato – Guardián permanece recluido en una prisión de máxima seguridad en Fort Drum a la espera de que los abogados del Departamento acaben sus gestiones legales...

-¿Fort Drum? ¡Eso es territorio Americano! – esta vez es Puck el que interrumpe a Shin.

- El Departamento tiene acuerdos gubernamentales con... –Shin contesta pero Heather, que ha comprobado en el dossier las palabras de la doctora no la deja seguir, agarra por el brazo a Puck y lo levanta del asiento, mientras se dirige a la puerta

- No me importa. Ya sé dónde está mi marido, y voy a ir ahora mismo a buscarlo. Vamos, Eugene. Gracias por su tiempo, doctora – Heather se despide fríamente y prácticamente se lleva en volandas a Puck. Ambos salen del despacho y se alejan camino a la salida.

Janice Shin se queda mirándolos. Un zumbido la alerta de que tiene una llamada. Coge el teléfono...

-¿Si? ... Acaban de salir... Sí, General, creo que dejarán de molestar por un tiempo...

Departamento H. 10 de Enero. Quinto piso.

Un amplio salón circular, con grandes ventanales al exterior que reflejan el luminoso día que hace en Ottawa. Dos señoritas acompañan a un grupo de jóvenes que miran asombrados a su alrededor.

-¿Esta va a ser nuestra nueva casa? – la que habla es Annete Couling, una esbelta joven de poco mas de veinte años, de pelo oscuro, largo y liso. Bajo el nombre código de Natura, Annete ha estado estos últimos meses al servicio de Alpha Flight.

- Eso parece – el que contesta es Patrick Rendulier. Atlético y bastante reservado, el Alpha llamado Sombra no cae demasiado bien al resto de sus compañeros.

- Encantador – los ojos se dirigen hacia la izquierda, hacia otro joven. Sólo unos ojos azules asoman detrás de un completo uniforme de cuero negro. Napalm es un completo misterio. Nadie sabe su nombre real ni porqué apareció en la formación de Alpha de la noche a la mañana.

- Ir acostumbrándoos, chicos. El nuevo Departamento H es mucho más cómodo que el anterior – el que habla es Walter Langkowski, el único miembro de Alpha Flight original que queda en el grupo – consideradlo un premio por vuestro buen comportamiento – Walter no intenta disimular la ironía de sus palabras.

-No me gusta- tras Walter suena una voz metálica. El que habla es un robot de dos metros veinte de alto, que responde al nombre clave de Box, pero la voz se identifica con la de Madison Jeffries – Estamos otra vez cómo antes. Metidos hasta el cuello en la mierda.

-Yo tampoco lo tengo del todo claro, Jeffries –el hombre que es capaz de transformarse en el poderoso Sasquatch acerca una silla de ruedas a los pies del Box – pero Heather me pidió que me quedara. Alguien tiene que vigilar a este nuevo grupo de preescolares –añade, mirando despectivamente al resto del grupo se ha dispersado por varios de los sillones de la sala- Y necesita un par de amigos dentro del Departamento.

- Debí de marcharme junto a Lil, Estrella y los otros después de lo de Montreal.- Un ligero resplandor anuncia la salida del cuerpo de Jeffries del robot con el que se fusiona. Ayudado por Langkowski, el hombre que es capaz de transmutar el metal se sienta en la silla de ruedas.- Odio esto. Quiero volver al Box.

- Sabes que no puedes. ¿Has tenido noticias de Lil y los otros? – Walter se acerca a una barra con bebidas cerca de una pared y sirve un par de vasos. -¿Llegaron bien a Vancouver?

- Las niñas están junto a sus padres. El doctor Knapp ha vuelto a su trabajo y está cuidando de Kara. Lilian está buscando el paradero de Chico Salvaje en los USA. Ha contactado con Jean Paul. Nuestro Estrella esta ahora mismo muy ocupado junto a los mutantes americanos. – Jeffries apura su vaso de un trago.- Alpha no es un lugar seguro para niños. Y menos ahora.

- ¡Ja! Lástima que no pudiéramos deshacernos de todos – Walter se refiere sin duda al resto de ocupantes de la sala.

Un sonido hace que todos se den la vuelta hacia la puerta de entrada. Un hombre maduro, impecablemente trajeado entra acompañado de media docena de personas, y se dirige hacia el grupo.

-Doctor Langkowski, Señor Jeffries. Bienvenidos al nuevo Departamento H. Me llamo Samuel Jonas Clarke, y voy a ser su enlace en Alpha Flight.

Walt y Jeffries quedan momentáneamente sorprendidos. El resto del grupo es novato, y no se han percatado que la asombrosa coincidencia de apellido no es lo único que este hombre tiene en común con uno de sus antecesores en el cargo.

Samuel Clarke es la viva imagen del General Clarke.

Departamento H. 20 de Febrero, once de la noche. Departamento de Robótica.

Jeffries se encuentra sentado delante un robot metálico. Protegiéndose con una máscara de las chispas que saltan de su soldador, el mutante utiliza su poder para moldear el metal que tiene delante.

- Muchas gracias, señor – la voz sale del robot – Resulta increíble ver cómo trabajan sus poderes en mi metal orgánico.

- Un placer, Bumblebee. ¿Que te parece tu nueva forma?

-Bastante apropiada, señor. Era bastante difícil moverme por estos pasillos con mis tres metros de altura. Y eso que soy bastante pequeño comparado con algunos de mis camaradas.

- Ahora podrás encoger tus piezas hasta los dos metros, espero que te resulte más fácil mover...

La frase del transmutador queda interrumpida por una aguda señal de alarma. Todas las luces de emergencia de los sectores inferiores comienzan a encenderse y girar como locas.

-¡Walt! – Jeffries usa su intercomunicador - ¿Qué esta pasando?

Doce niveles por encima, Sasquatch sale corriendo de sus habitaciones. Tras él se van incorporando Sombra y Napalm.

- ¡Jeffries! ¡Todavía no lo sé, hay algo ahí fuera! ¡Vamos ahora mismo a comprobarlo!

-¡Bumblebee, ayúdame a llegar a mi cuarto! Necesito a Box – Jeffries también se pone en marcha.

-¡Jeffries! – la voz de Samuel Clarke suena a través del altavoz – Te necesito aquí arriba, en la sala de control. ¡Sea lo que sea lo que provoca la alarma tenemos los ordenadores completamente locos!

-Yo iré con el resto del equipo, señor – el robot amarillo utiliza su capacidad transformer para salir rodando de allí, dejando a Jeffries de camino al ascensor.

En la planta superior, Sasquatch, Sombra y Napalm se han unido a un numeroso grupo de guardias epsilones y están a punto de alcanzar la salida al exterior.

-¡Soldado! ¡Informe! – Walter grita a un epsilón que esta literalmente paralizado en la puerta, mirando hacia arriba, pero no obtiene respuesta. El soldado epsilón sin duda esta completamente asombrado ante lo que está viendo. Y es que, en el exterior también se atisban a ver muchas señales luminosas parpadeantes. Por fin, los Alpha llegan a la puerta de una terraza en el nivel superior.

-¡Santo Cielo!

Sobre el edificio del Departamento H planea una gigantesca nave. La noche en la ciudad de Ottawa se ha teñido con los incontables tonos y colores que desprenden las luces del gigantesco OVNI. Todo el edificio queda cubierto por la sombra de la nave. El diseño es familiar...dolorosamente familiar para Walter Langkowski. La primera vez que la vio fue hace años, cuando junto a sus compañeros del Alpha Flight original tuvo que acudir al rescate de su compañera Marrina. Amargos recuerdos le asaltan, cuando recuerda la asociación de su antigua compañera con la raza extraterrestre plódex, y con el ser que, sin lugar a dudas, se oculta en algún lugar por encima de ellos en el coloso metálico.

-¡El Amo!- Sasquatch pronuncia esas palabras con rabia.

Encima de ellos, una enorme escotilla se abre. Varios metros por encima comienzan a vislumbrarse sombras cayendo desde la nave. Varios guardias epsilones utilizan sus potentes linternas, y en apenas unos segundos la amenaza se hace visible.

Cientos de seres que Sasquatch recuerda como Mutados, abominaciones con forma semihumana dotadas de salvajismo animal llueven literalmente sobre el Departamento H y unos asombrados héroes. El aire se llena de gritos inhumanos y sonidos de disparos cuando los deformes seres comienzan a caer sobre epsilones.

En pocos segundos, la Plaza de Byton, donde se alza el enorme edificio del Departamento H, se convierte en un campo de batalla. Sobre una de las cubiertas exteriores, Alpha Flight comienza a enfrentarse a los atacantes. Más bien a quitárselos de encima, porque pronto la enorme cantidad de enemigos obliga a los héroes a evitar ser aplastados por una multitud.

-¡Sombra! ¡Los civiles!- Sasquatch lanza enorme grito que se confunde con un rugido bestial. Su compañero entiende al momento las palabras. A estas horas de la noche no hay nadie en los alrededores, pero los soldados epsilón pronto se verán claramente superados por sus atacantes. Uno de ellos se precipita al vacío. Bajo él discurre el Canal Rideau, que en esta época del año se encuentra lo suficientemente seco para que la caída sea mortal. Sombra observa impotente, sus poderes no le permitirán salvarlo

- ¡Banzaiiiiii! – Suena el motor de un pequeño coche escarabajo - ¡Lo tengo! – justo en el último momento, el vehículo se ha transformado en un dorado robot recogiendo al soldado en el aire a pocos metros del suelo. Bumblebee ha llegado a tiempo.

-¡Si! - Napalm contempla el rescate, pero inmediatamente tiene que volver a dirigir sus chorros de plasma ardiente hacia los Mutados.

-¡Doctora Shin! – Es Samuel Clarke el que irrumpe en el despacho que la mujer tiene en el subsótano D -¡Tenemos que utilizarlo!

Shin está sola, revisando los monitores de seguridad. Detrás de ella, una mampara de cristal se ha abierto dejando ver varios contenedores colgando del techo, llenos de líquido de colores fosforescentes.

-¡Señor, no podemos! ¡Todavía no esta preparado! –replica la mujer

-¡Hágalo, Doctora! ¡Allí arriba las cosas están muy mal! ¡No nos queda otra opción!

La Doctora duda por un momento, pero la mirada de su superior disipa todas sus dudas. Abre un maletín y conecta un ordenador portátil.

- Bien, señor – colocándose un auricular con micro continúa – Orden A-3-1-3. Prioridad Omega. Ejecutar directiva: Proyecto Descendencia.

- ¡Sasquatch! – Sombra ha conseguido llegar hasta su compañero. Su poder le permite ser inmune a los ataques mientras siga en su estado de sombra, pero tampoco puede hacer mucho por ayudar.- ¡He tratado de expandirme para crear un campo de ocultación, pero estas #$%& luces son muy fuertes para mi!

La bestia naranja aparta de un manotazo a una decena de mutados. De la nave siguen saliendo más y más salvajes. La mayoría de ellos acaban aplastados varios pisos abajo, en el canal, pero muchos quedan en las terrazas del edificio y cada vez son más.

- ¡Dentro, Sombra! ¡Cierra las entradas al edificio! ¡Trae un maldito avión, tenemos que ir arriba! – Sombra asiente y se desliza de vuelta al edificio, donde muchos epsilones tratan de encontrar refugio. Walt tiene razón, Si quieren detener la lluvia de mutados tienen que subir hasta la nave del Amo y enfrentarse a él en persona.

Sobre ellos, una figura envuelta en una capa observa a través del visor de su yelmo la batalla. Ésta vez no dará tregua ninguna a los Alpha.

-¡Comed plasma, cerdos! – Napalm ha tenido que desatar su poder ante la aplastante superioridad numérica de los enemigos. Ahora ya no tiene miramientos y sus rayos de lava fríen literalmente a los mutados. Casi se diría que está disfrutando, nunca ha podido desatar su poder hasta este extremo. Protegiendo sus espaldas, el robot Bumblebee aparta a los deformes seres, pero son demasiados y tres de ellos se abalanzan hacia Napalm sin que el joven los vea.

-¡Cuidado! – grita el robot.

Un rayo impacta contra los mutados lanzándolos hacia el canal. El joven se gira para ver la cara de su salvador.

-¡Adelante, Alphas! ¡Seguidme!

El aire crepita con rayos de energía electromagnética. Una flecha roja y blanca sobrevuela la terraza dónde están los Alpha creando un círculo de seguridad. Esta vez, Sasquatch no es el único que se queda sin palabras.

Guardián ha vuelto.

-¡Guardián!- Sasquatch tarda en vocalizar las palabras - ¿Mac?

-¡A tu derecha, Walt! – Guardián lanza una descarga libera a Sasquatch de la presa a la que estaba siendo sometido por los mutados. - ¡Agárrate, amigo! – Guardián coge a Sasquatch, y el poder del traje electromagnético diseñado por Hudson los alza a los dos del suelo. - ¡Napalm, terreno libre! ¡Suéltalo todo, chaval!

El enmascarado de ojos azules se permite una sonrisa. Ha comprendido el plan, los epsilones están a salvo dentro del edificio y sus compañeros en el aire. Tras un momento de concentración, Napalm desata todo el poder que lleva dentro y una impresionante explosión de plasma ardiente barre la terraza superior del edificio acabando con gran parte de los mutados.

-Cielo Santo- sujetado por Guardián, Sasquatch mira la escena de devastación, el humo ardiente y el olor a carne quemada.

-Atento, Walt, estamos llegando a la nave del Amo. Fíjate, han dejado de salir mutados y la escotilla todavía sigue abierta. Vamos a entrar.

-¡¡¿Guardián?!!- En su nave, el Amo se muestra disgustado. No contaba con la aparición del líder de Alpha. - ¿No voy a poder librarme de ti nunca, Hudson? ¡Esta vez va a ser distinto, creedme! – El Amo pulsa un botón.

Justo en el momento en que Guardián y Sasquatch alcanzan la nave, un misil sale de la misma disparado hacia abajo. Los dos Alphas lo ven cruzar en dirección contraria a su lado.

-¡Guardián! – el aviso de Sasquatch es innecesario, pero el héroe del traje electromagnético ya ha reaccionado. Suelta a Sasquatch en el aire y se dirige como una bala tras el proyectil. Sasquatch se llevará un buen golpe, pero sobrevivirá sin dudas a la caída. No puede decir lo mismo de los de abajo.

Lanza un par de rayos cuidadosamente calculados hacia el misil:

-Averiar su sistema de navegación, y el misil caerá inofensivo- piensa Hudson.

Los rayos rebotan sorprendentemente en el misil y se reflejan hacia su creador. No dañan a Guardián, pero los dos segundos que lo sorprenden significan su fracaso.

Abajo, Napalm esta completamente agotado. Arrodillado en el suelo, entre restos de carne quemada, intenta recuperar el aliento. Oye un silbido que se va incrementando. Gira su mirada hacia arriba y contempla el artefacto de destrucción que se dirige hacia él.

Su cuerpo se queda bloqueado en el sitio. La dirección es inequívoca, y el misil alcanzará tierra justo en el lugar del joven.

Napalm observa, como en un sueño, cómo una gran sombra le oculta la visión del misil. El robot dorado Bumblebee se ha colocado delante del chico. Sus brazos abiertos, en cruz, son signo certero de que pretende hacer de escudo.

Antes de pensar siquiera en un agradecimiento, se produce el impacto.

Una figura humana se desintegra en pedazos, en medio de una gigantesca bola de fuego.

Una onda expansiva alcanza por completo el edificio, que sale volando en millones de fragmentos

Ottawa se ve sacudida por un temblor. En la noche, una inmensa claridad y el rugido de la explosión.

DEPARTAMENTO ALPHA

¡Saludos a todos! ¿Echabais de menos a vuestros canadienses favoritos? ¡Pues aquí están, y esta vez se van a quedar muuuucho tiempo! Alpha Flight tiene aventuras para rato. En la anterior etapa se recuperó el protagonismo perdido de estos personajes, y en esta nueva que comienza hoy os prometo muchas, muchas sorpresas, una detras de otra, y mucha, mucha acción. ¡Pegaréis botes delante de vuestro monitor!

Espero recibir vuestras primeras impresiones, hasta entonces...¡Saludos Canadienses!