APARECIDO #6 DE 10
Matar a un muerto
Guión:
Alex García
Portada: Jordan intenta inútilmente detener al Ejecutor, quien aprieta la garganta de Alan con cada vez más fuerza, mientras grita sombrío: "¡MUERE!".
MUTANTE. DISPONTE A MORIR... A MANOS DEL EJECUTOR.
La verdad es que el tío da miedo, con esa armadura y esa capa negra... el
bastón con el que ha reventado la acera delante nuestro de una descarga de
energía por supuesto también acojona. Alan se mantiene cruzado de brazos,
como esperando a que el Ejecutor haga algo. Yo por mi parte estoy esperando
a que salgamos corriendo.
- Ni soy mutante -contesta Alan mientras me mira de reojo-, ni tengo muchas
ganas de morir hoy. ¿Se puede saber qué te he hecho?
- Vengo siguiendo el rastro de un asesino mutante, y todos los indicios me
han traído aquí, al aeropuerto Laguardia, donde mis sensores revelan que un
pulso electromagnético lo ha dejado todo a oscuras. Más aún, mis sensores
detectan un mutante abandonando el aeropuerto... así que es uno de vosotros
dos por fuerza.
El mutante al que se refiere el Ejecutor está inconsciente en el suelo
después de la soberana paliza que le propinó Alan por intentar matarnos a
todos los ocupantes del avión en que viajábamos sólo por venganza hacia su
antiguo jefe. ¿Pero por qué dice que uno de los dos es mutante? Alan me
contó lo que le pasó, así que él no puede ser...
Alan guarda silencio un momento, y luego responde:
- De acuerdo, soy yo. Soy un mutante, pero no he tenido nada que ver con...
- MUERE ASESINO -un potente rayo sale de la lanza del Ejecutor e impacta a
Alan en pleno rostro.
¿He dicho impacta? No es eso lo que ha pasado... ni siquiera se ha
despeinado. Es casi como si la energía se hubiese disipado antes de
alcanzarle. Ni un arañazo, ni un rasguño... es increíble.
- Claro, para qué lo vamos a hablar si lo podemos resolver a hostias -dice
Alan. Me agarra por el hombro y me da un suave empujón-. Entra en el
aeropuerto, Jordan, en principio sólo va a por mí, pero por si acaso será
mejor que te pongas a cubierto, y al estar todas las luces apagadas puede
que le cueste encontrarte.
- Yo creo que...-antes de que diga nada más me da otro empujón que me tira
al suelo... décimas de segundo antes de que otro rayo casi me destroce.
Corro a trompicones hacia el aeropuerto.
Esto no va a ser nada fácil. He visto algunos vídeos del Ejecutor mientras
entrenaba con el Supervisor, pero eran muy pocos y de poca calidad. Conozco
parte de su estilo de lucha... pero no creo que eso me sirva de mucha ayuda.
El Ejecutor, viendo que sus rayos de energía no sirven contra mí se lanza al
cuerpo a cuerpo empuñando la lanza con fuerza. Me echo a un lado y mantengo
las distancias.
- Mira, antes de que esto vaya a más, yo no soy el tipo que estás buscando.
Está ahí dentro y... -retrocedo un par de pasos y lanzo una patada que
esquiva sin problemas.
- No me interesan tus excusas. Eres un mutante y estás en la zona donde
varios informes han situado a un criminal mutante. Eso para mí te hace
culpable, y es todo lo que necesito -intenta un golpe frontal pero detengo
la lanza a pocos centímetros de mi cara. Lástima que no pueda evitar el
barrido que me hace con los pies a continuación y que me derriba. Ruedo
hacia un lado y me aparto antes de que me arranque la cabeza de un golpe.
- Tienes una actitud muy radical respecto a los mutantes, colega. ¿Qué pasó,
un mutante malo se cargó a tu perro?
- Eso a ti no te importa, escoria -lanza otro rayo...que hace explotar el
coche detrás de mí, lanzándome por los aires. Me está empezando a enfadar...
- Chico, sí que tienes mal carácter. Seguro que tu novia te dejó por un muti
y por eso estás tan resentido -busco rápidamente algo que arrojarle y
encuentro... una alcantarilla abierta con su tapa al lado. Por un instante
pienso en intentar escaparme por ahí, pero no puedo abandonar a Jordan, ya
que él es el mutante que el Ejecutor ha detectado, no yo.
Agarro la tapa de alcantarilla y calculo: el Ejecutor está a unos tres
metros... espero no pifiarla y recordar correctamente las lecciones de
Lanzamiento de Escudos Circulares del Supervisor. Sí, sé lo mal que suena. Y
lo peor es que aprobé raspado...
Alan me dijo que me escondiese, pero no pude pasar de la puerta, tengo que
ver esto.
Alan agarra una tapa de la alcantarilla y la lanza contra el Ejecutor...
pero antes de que llegue un campo de energía rodea al Ejecutor y desvía el
golpe. Oigo como Alan chasquea la lengua y dice "cachis"; es entonces cuando
el Ejecutor empieza a flotar en el aire y dirigirse lentamente hacia Alan.
Alan observa atentamente al Ejecutor, se mira las manos, vuelve a mirar al
Ejecutor, y cuando éste ya casi está encima suyo sonríe y dice:
- Eso es un campo de energía, ¿no?
- Exacto, mutante -responde-, un impenetrable... campo...de...oh.
- Si, veo que lo has pillado -Alan propina un tremendo puñetazo al Ejecutor,
atravesando su campo de energía como si no estuviese allí. Tan asombrado
estoy que casi no me doy cuenta que el "vuelo sin motor" del Ejecutor lo
lleva hacia mi... me aparto rápidamente, aunque parece que no se ha dado
cuenta de que estoy aquí.
No se ha dado cuenta... eso me da una idea. Me aparto hacia un rincón y me
concentro. Al fin y al cabo, mi poder consiste en controlar cualquier
aparato electrónico... y la armadura de este tipo debe estar llena de ellos.
Soy un metepatas. Mando a Jordan al aeropuerto para que esté a salvo y le
mando al Ejecutor detrás. Menos mal que el chalado este está obsesionado
conmigo...
El Ejecutor cambia de táctica, ahora consiste en reventar cosas para que me
caigan encima. Una farola, una pared... hasta parte del techo de la entrada
del aeropuerto. Eso último no me es fácil de esquivar, mis costillas me
están matando después del golpe.
- Eso de destrozarlo todo para acabar conmigo es una táctica tipo "¿El fin
justifica los medios?" o simplemente es que así puedes echarle la culpa a
los mutantes que matas de toda la destrucción que provocas y convencer así a
la gente de lo malos que son los mutantes?
- Cállate -estoy aturdido, no puedo evitar el golpe en la sien.
- Veo que hemos tocado un nervio -agarro un cascote y se lo estampo en la
cabeza-. A ver si podemos tocar algo más.
- Muy divertido, mutante -otra vez la maldita lanza, esta vez me golpea en
todo el estómago, haciéndome expulsar todo el aire de mis pobres pulmones-,
me aseguraré de que lo pongan en tu lápida.
- Como Groucho Marx...cough...mola -estoy de rodillas, no puedo
levantarme... de esta me liquida.
O tal vez no. Pasan los segundos y sigo vivo. Me permito mirar hacia arriba
y veo al Ejecutor casi inmóvil, enarbolando su vara por encima de su cabeza
como si fuese a descargar un golpe. Titubea, es como si luchase contra una
mano invisible que le retuviese; es entonces cuando reparo en Jordan, que
está de pie a pocos metros, con los ojos cerrados y los brazos extendidos,
como si estuviese empujando -o quizás reteniendo- algo.
Bueno, parece que las cosas mejoran.
Esto va de mal en peor.
Normalmente cuando proyecto parte de mi consciencia en un aparato puedo
sentir cada uno de sus componentes como si fuesen parte mía; ahora es algo
parecido, pero también tengo la sensación de estar flotando en aceite. ¿En
qué demonios me he metido?
La primera parte es fácil, sólo tengo que tomar el control y ordenar a la
armadura del Ejecutor que se quede inmóvil y así no pueda golpear a Alan.
Sencillo.
Sencillo hasta que oigo una voz aquí conmigo que dice:
- ¿QUIÉN ERES?
Y es cuando la cosa se complica por momentos: ¿La armadura de este tío está
viva o...? Bueno, no importa.
- Me llamo Jordan. Nos conocimos hace un momento, pero no nos han presentado
debidamente. Soy el que te ha parado en seco -vale, igual estoy siendo un
poco chulo, pero está bien esto de poder fardar de algo de vez en cuando.
- Ah, si, el amigo del mutante -responde, y su voz es mucho más tranquila-.
No podrás retenerme indefinidamente, te acabarás cansando. Yo no me canso.
Déjame en paz, vete, y te garantizo que vivirás.
- Me perdonarás si no te creo.
- ¿Qué te importa si vive o muere? A ELLOS no les importa en absoluto si el
homo sapiens corriente vive o muere. Tú no eres mutante, no te unas a ellos.
Vive una vida larga usando tus dones para la humanidad. Si continúas
enfrentándote a mí, amigo de los mutantes, entonces eres cómplice de sus
actos de terrorismo y barbarie, y no tendré ninguna piedad.
- Es mi amigo. Mi único amigo, a pesar de haberle mentido.
Tras recuperar el aliento y ponerme en pie me acerco despacio a Jordan.
Tiene la cara colorada y empapada de sudor... es evidente que no aguantará
mucho tiempo más. Yo tampoco aguantaré mucho, así que me acerco al inmóvil
Ejecutor y le quito la lanza de sus rígidos dedos.
Ahora veamos...esta cosa debe tener por algún lado los controles para
disparar... ah, bingo. Calibro la potencia y le apunto con su propia arma.
La rigidez del Ejecutor se rompe al mismo tiempo que Jordan se desploma en
el suelo, pero llega un par de décimas de segundo tarde, puesto que me da
tiempo a disparar y enviarlo volando hacia la calle atravesando la pared.
Caray, este arma es potente de verdad. Salgo a la calle tras mi enemigo, que
se está desincrustando de un coche.
- Devuélveme mi arma, mutante.
- ¿Esto? -la sostengo con mis dos manos y la estrello contra mi rodilla,
partiéndola. Acto seguido la arrojo en su dirección- Toda tuya.
- Eso lo pagarás caro, mutante.
- ¿Cómo? ¿Me vas a matar varias veces, infeliz? -me llevo la mano a la sien
y no me sorprende encontrármela manchada de sangre; se me va la vista- Y por
última vez, no soy un mutante. Y tampoco soy el asesino que buscas. Pero
sospecho que eso te da igual, ¿No? El caso es matar mutantes. Me sorprende
que no los metas a todos en campos de concentración para ir matándolos con
calma. Aunque supongo que no tendrás dinero, habiéndotelo gastado en
desechos de la Guerra de las Galaxias.
- Sigue hablando -corre hacia mí-, así disfrutaré más arrancándote el aire
de los pulmones.
- Lo que tú digas, tío -corro también en su dirección, no le daré la
satisfacción de ponérselo fácil.
Nunca llego a saber cómo acabaría este duelo, ya que unas manos me cogen
por detrás y segundos después estoy volando por los aires, mientras una voz
femenina con acento sureño me dice:
- Tranquilo, cariño, ya nos ocupamos nosotros del Ejecutor.
Casi al mismo tiempo un potente rayo impacta al Ejecutor por un costado,
derribándolo. Un fuerte viento me golpea en el rostro y entonces me doy
cuenta que en segundos se ha formado una tremenda tormenta. Restos de coches
se alzan en el aire y se precipitan sobre el Ejecutor; con mis últimos
restos de consciencia me doy cuenta de quienes son... son la Patrulla X. Los
recuerdo de un reportaje de hace años con aquel reportero, Neal Conan... en
el reportaje morían, al mismo tiempo que morían mis padres.
Pero volvieron, y mis padres siguen muertos, asesinados por un mutante
enloquecido y sus malditos jinetes.
Apenas soy consciente de que mis pies vuelven a tocar el suelo. Me apoyo
contra alguien, una mujer, y noto su mejilla contra la mía. Aparta su cara
con un grito ahogado pero no me deja caer. Todo se va volviendo más negro
por momentos...
- Ten cuidado, Pícara -dice una voz sobre mí-, no tiene buena cara.
Miro hacia arriba y la sangre se hiela en mis venas. La mujer dice algo,
pero no puedo oírla.
Es él. La Muerte de piel azul. El ángel de la perdición, con sus brillantes
alas metálicas. Jamás podría olvidarle.
Se llevó a mis padres... y ahora viene a por mí.
Gritando hasta destrozarme la garganta, me hundo en la negrura.
EL OJO EN EL CIELO
alexmola@yahoo.com
(¿escueto eh?) :P