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PORTADA
Al ser picado por una araña radiactiva, el estudiante Peter Parker obtuvo la fuerza y la agilidad proporcionales de un arácnido. Armado con sus maravillosos lanzarredes el renuente superhéroe lucha contra siniestros supervillanos mientras hace malabarismos para sobrevivir y llevar una vida con visos de normalidad.
 
Asombroso Spider-Man

ASOMBROSO SPIDER-MAN #428
Secuestrado
Guión: Ben Reilly

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PORTADA: hay una cama de estas que tienen los psicólogos, en ella está un hombre. Se puede ver a Spider-Man vestido de doctor y a Mary Jane de enfermera. Al fondo se puede ver una sala de espera.

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La electrizante risa de Electro resonaba en sus oídos. Su cabeza le daba vueltas, sus músculos estaban entumecidos y casi no se podía mover. No sabía dónde estaba ni cómo había llegado ahí pero lo que sí sabía es que estaba mal, bastante mal y no creía que pudiera ser todo por culpa de Electro, le habían drogado porque incluso en sus peores días podría haberse librado sin ningún problema de aquellas ataduras por llamarlas de alguna forma.

Cuando consigue abrir los ojos descubre que hubiera sido mejor no abrirlos porque una nueva oleada de sensaciones desagradables se extiende por todo su cuerpo. La luz le molesta, le molesta mucho y aún por encima la maldita habitación no deja de dar vueltas.

- Par... ..e .a dep...a.o

"Genial, ni siquiera puedo oír todo lo que dicen. ¿Dónde me he metido?"

Uno de los hombres se le acerca y le abofetea la cara para despertarle. Tras un par de intentos infructuosos desiste.

- Todavíaaaaaaaa nooooooooo está bien del todooooooo, las drogas que le suministrásteissssssssss fueron demasiadas.

- ¡Oh, cállateeeeeee! -le dice uno de sus compañeros-. No sabeeeeeeeemos de lo que es capaz este asqueroso mutante.

"¿Mutante?. ¿Servidor?. Creo que me he debido equivocar de tebeo"

- Eh, chicos, ¿tenéis una aspirina del tamaño de Manhattan?.

Uno de los hombres saca una pistola y apunta.

- No me gustan tus chistes chaval...

- ¿Ah no?. Pues deberías saber que Seinfeld me los copia toditos.

El hombre acerca la pistola a la sien de Spider-Man que ni se inmuta. Claro que más que valentía lo que ocurre es que está demasiado drogado para moverse.

- ¿Qué te he dicho de los chistes?

- Déjalo en paz, no quiero que le vueles la cabeza accidentalmente, vale mucho para nosotros.

- ¿Yo?. ¿Me habéis secuestrado para pedir un rescate?. ¡¡Seguro que esperáis que Johann Jameson os lo pague!!

- No seas idiota, no queremos un estúpido rescate. Sólo queremos demostrar a los Amigos de la Humanidad que somos lo suficientemente hábiles para capturar mutantes. Y tú eres nuestra prueba.

- Sí, claro, sólo hay una cuestión que se os escapa. Yo no soy mutante.

De pronto todos en la sala comenzaron a reírse a carcajadas.

- Claro, tío, lo que tú digas. Vas dando saltos en leotardos, puedes levantar un camión con tus manos... claro, eso lo hace cualquier humano.

Ahora quédate quieto un rato hasta que James llegue con la camioneta y te podamos sacar de este piso.

Dicho esto varios de los hombres salieron de la habitación quedando solamente tres para vigilar a un Spider-Man apaleado, drogado y atado. Vamos que no está teniendo un buen día precisamente.

Sus captores paseaban de un lado a otro dejando lucir sus armas para que Spider-Man se sintiese impresionado aunque con tal mareo que tenía no se enteraba de mucho.

- ¿Cómo creéis que nos recibirán cuando les llevemos a Spider-Man?

- Espero que con una gran fiesta, con mucha comida...

- Tú siempre pensando en el estómago.

- Es a lo que aspiro, poder llenar la barriga todos los días con grandes cantidades de comida sabrosa.

- ¡Eh chicos! -dice Spidey-. ¿Qué tal si me dejáis salir y os invito a una gran comida?. Al fin y al cabo eso es lo que buscáis ¿no?. Además soy amigo de varias super tías, podría concertaros alguna cita con ellas, ¿qué me decís?

"Al menos tengo que intentarlo" piensa Spider-Man.

- Esto también tiene su parte personal además de la satisfacción de poder demostrar que nuestra raza es superior que la vuestra, mutantes.

- Por supuesto, vosotros cazáis a los mutantes y los apaleáis, una conducta muy apropiada para una "raza superior".

- Silencio mutante, tú no sabes ni la mitad. ¿Sabes por qué me uní a los Amigos de la Humanidad?

- ¿Buenos seguros médicos?

- Mi hermano era un gran talento, tenía un elevado coeficiente intelectual y en mi familia era nuestra gran esperanza para poder crecer y abandonar la miseria donde vivíamos. Mis padres se centraron en él, trabajaron duramente para poder pagarle sus estudios y justo cuando iba a entrar en la Universidad, en una noche en la que había ido con sus compañeros de juerga, un asqueroso mutante les salió al paso y los mató uno por uno. ¡¡Si no existieran los mutantes mi hermano estaría vivo!!. Poco después mis padres murieron, ya no tenían esperanza de vivir, su hijo había muerto. Así que me quedé solo, pensé en dejarme morir yo también porque no tenía ninguna razón para vivir pero entonces encontré a los Amigos de la Humanidad que me dieron una razón para vivir, vengarme de los que me hicieron sufrir y eso es lo que haré.

- Querrás decir que te lavaron el cerebro, porque ¿qué culpa tienen los mutantes de que tu hermano fuese asesinado por uno de ellos?. Siguiendo tu razonamiento deberías matar a cualquier humano porque ellos también matan y roban.

- Es distinto, si un humano se hubiese enfrentado a mi hermano probablemente hubiese sobrevivido y vosotros los mutantes, ¡os aprovecháis de vuestros poderes!. Creéis ser mejores que nosotros ¡¡pero estáis equivocados!! os daremos caza y un día descubriréis que toda vuestra arrogancia, vuestra supuesta superioridad os ha llevado a la muerte.

Y diciendo esto se marchó dando un portazo.

- ¿Ha sido por algo que he dicho? -bromea Spider-Man-.

- Déjalo en paz, el tío es de pocas luces y no ve más allá de sus narices. Sólo quiere vengarse de los mutantes como compensación de que sus padres no le hiciesen caso de pequeño, se sintió desplazado por su hermano. Es un estúpido, no sabe lo que puede hacer aquí.

- ¿Y tú sí? -pregunta intrigado Spider-Man-.

- Por supuesto. Estar en los Amigos de la Humanidad es una buena manera de ganarse unos dinero fáciles.

- ¿Os pagan?

- No seas idiota. Los que estamos aquí no cobramos un duro pero una vez que me haya afianzado en los escalafones más altos podré acceder a un montón de recursos y apropiármelos.

- No sé si lo sabes pero somos tres personas en esta sala.

- ¿Lo dices por el chico?. Tranquilo, lo tengo bien cogido, jamás haría nada contra mí o de lo contrario acabaría como tú o quizás peor.

- ¿Sabes que inspiras mucho miedo? -se ríe Spider-Man-.

- No me vaciles trepamuros, ahora mismo podría pegarte un tiro, escapar y adiós al superhéroe.

La puerta de la habitación se abre.

- Jim, ven aquí un momento.

- Por ahora te has librado trepamuros pero reza para que al salir no siga enfadado contigo.

- Sí por supuesto...

- Billy, vigílalo de cerca y que no intente nada raro.

Ahora sólo están Spider-Man y otro vigilante que es un chico de pocos años, dieciocho como máximo. La verdad es que el chico parece medio desorientado y sobre todo parece tener mucho miedo.

- Y dime tú chico, ¿por qué estás aquí?

El chico mira a un lado y a otro para asegurarse de que nadie les escucha.

- Por mi abuelo.

- ¿Tu abuelo?

- Sí, vivo con él desde que tenía tres años. Mis padres murieron en un accidente de coche y desde entonces vivo con él. Mi abuelo tiene una tienda no muy lejos de aquí de la que sacamos lo necesario para vivir. Sin embargo la vida por esta zona no es muy fácil con todas las bandas que circulan por la ciudad sin que la policía haga nada por detenerlas. Un día los Amigos de la Humanidad se enteraron de que mi abuelo vendía a mutantes y no quisieron permitirlo así que vinieron a nuestra tienda y nos dijeron que si seguíamos vendiendo a mutantes harían cerrar nuestra tienda. Mi abuelo no quiso hacerles caso, él piensa que todos, humanos y mutantes, tenemos el mismo derecho a vivir. Y entonces ocurrió, una día entraron en nuestra tienda y comenzaron a tirar las cosas hasta que les dije que yo me uniría a ellos en señal de buena fe. Desde entonces mi abuelo no me ha vuelto a hablar pero por lo menos está bien.

"Pobre chico, no sabe que se está metiendo en líos que van más allá de sus posibilidades pero no tiene la culpa de querer proteger a su abuelo, en cierto modo me recuerda a mí y al tío Ben sólo que él no le ha fallado todavía. Si consigo salir de ésta le ayudaré cueste lo que cueste"

- Billy, desátame y deja que me vaya.

- ¿Qué?. ¿Es que acaso no has oído lo que te he dicho?. Si me voy volverán a la tienda y no quiero pensar en lo que podrían hacer.

- Yo te ayudaré, puedo con una panda de Amigos de la Humanidad sin problemas bueno, sin estar drogado y apaleado como ahora.

- No -dice en voz baja Billy-. Además no podría estar todos los días allí ¿y si vienen cuando tú no estás?

- No puedo prometerte estar allí todo el día pero tengo algunos amigos mutantes que les gustaría saber que en la tienda de su abuelo siempre podrán comprar. Podríamos meterles un susto muy grande eh, ¿qué me dices?

Billy titubea, no sabe qué hacer.

- ¿No es mejor enfrentarse a los problemas que vivir eternamente teniendo miedo?

- Sí.

Billy corre y rápidamente desata a Spider-Man que se levanta mareado.

- Vaya, ¿qué me habéis dado?

- No sé pero te hemos dado mucho.

- Se nota. Por lo menos tengo mis lanzarredes cargados, ahora quédate quieto un momento.

Spider-Man lanza una telaraña de impacto que envuelve a Billy.

- ¡¡Eh!!. ¿Qué haces?

- Así mi fuga tendrá más sentido. Cuando esté mejor iré junto a tu abuelo y les daremos una lección a estos tipos, ¿entendido?

- Sí.

Y Spider-Man se va esforzándose por no caerse mareado.

Dos semanas después Billy ha vuelto a la tienda de su abuelo y ha dejado de lado a los Amigos de la Humanidad. Tiene miedo de las represalias pero confía en que Spider-Man cumpla su promesa y traiga a algunos de esos amigos suyos.

Ahora mismo está recogiendo la tienda preparándose para cerrar en cuanto la última clienta, una extraña chica con el pelo verde y que va vestida con una gabardina larga, probablemente quiera robar algo.

- Vamos a cerrar en un momento -dice Billy-.

- Ya estoy acabando, es sólo un momento.

"Cada día estamos en los mismo, siempre el cliente de última hora"

De pronto Jim y cinco hombres más entran en la tienda.

- Hola Billy, ¿te acuerdas de nosotros?

Jim empuja a Billy que cae al suelo. El abuelo se acerca y se interpone entre su nieto y Jim.

- ¡¡Fuera de aquí!!

- Tranquilo abuelete, sólo queremos recordarle a Billy quiénes son sus amigos.

- Billy ya no quiere tener nada que ver con vosotros, ¡iros de una vez!

- ¿Y si no queremos?

- ¿No os han enseñados vuestras madres que hay que respetar a los mayores?

Todos se vuelven para ver a Spider-Man que está adherido a la pared.

- Acabad con él chicos, le enseñaremos algunas cosas a ese asqueroso mutante.

Spider-Man ríe y sin molestarse envuelve en telaraña a sus cinco atacantes. Jim, asustado por la situación sobre la que ha perdido el control, va hacia la chica y le pone una navaja en la garganta.

- Bien hecho héroe, a ver qué haces ahora. Si te mueves le corto la garganta.

- Eso me gustaría verlo -dice Spider-Man dejando pasmado a Jim, ¿no sé supone que es un héroe?-.

- Y a mí -contesta la chica mientras se ríe-.

- ¡No me jodáis!. Tú chica, ¿estás seguro de que comprendes la situación?

- ¡Oh sí!, tienes una navaja en tus manos y amenazas con rebanarme el cuello -dice mientras se ríe-.

- ¡No lo encuentro la gracia! -dice Jim que está muy nervioso-. Y me parece que tú tampoco se la vas a encontrar.

- Claro pero antes de que me "mates", déjame enseñarte algo.

Jim siente que algo tira de su mano, no de su mano no, de la navaja. Intenta agarrala pero el tirón es muy fuerte, es condenadamente fuerte. Jim sigue intentando quedarse con la navaja pero al final el tirón es demasiado fuerte y la navaja sale volando lejos de su dueño.

- ¿Qué demonios pasa aquí?

Con un movimiento grácil Polaris lanza a Jim por encima de su espalda, dejándole caer junto a las conservas. Spider-Man remata el trabaja envolviéndolo para regalo con su telaraña.

- Guau -dice Billy-. ¿Cómo has echo eso?

- Con práctica y un poco de ayuda de mis poderes magnéticos -contesta Polaris-. Así que vosotros sois los que habéis tenido problemas con esta panda de maleantes, pues a partir de ahora no tendréis que temerles más porque la Patrulla-X os ayudará.

- ¿Eres de la Patrulla-X? -pregunta Billy-.

- Sí pero no se lo digas a nadie, ¿eh?

- Gracias por venir Polaris -interviene Spider-Man-.

- De nada Spidey, ya sabes dónde estamos.

Y diciendo esto Polaris se va.

- ¿Ves Billy?. Al final siempre se arregla todo -dice el abuelo-.

- Sí y creo que es hora de irme.

Spider-Man se despide de Billy su abuelo que lo saludan desde la tienda mientras empieza a trepar.

"¿Al final siempre se arregla todo?. Debería conocer mi vida"

Spider-Man se para en un tejado viendo como Billy y su abuelo entran de nuevo en la tienda.

"Por lo menos ahora el chico y su abuelo podrán estar tranquilos, no creo que los Amigos de la Humanidad vuelvan"

De pronto una bola de fuego interrumpe los pensamientos de Spider-Man.

- Spider-Man, hemos vuelto a por ti.

Spider-Man se da la vuelta para ver a un gran número de...

- ¡¡¡¡SCRIERS!!!!

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Próximo número: Los Scriers han vuelto pero... ¿qué hacen aquí?, ¿no se supone que fueron disueltos por Traveller?, ¿será este el primer fallo de continuidad de MarvelTopía?, quién sabe...

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