ASOMBROSO SPIDER-MAN #430
Maslow llega
Guión:
Ben Reilly
PORTADA: Spiderman está en un estrecho callejón de espaldas al lector. En el
otro extremo del callejón se encuentra un hombre con una gabardina grande y
tiene una espada en su mano.
Elecciones. Sí, la vida se puede resumir en elecciones. Escoges y sabes que
nunca puedes volverte atrás, sea lo que sea, nunca hay marcha atrás. Por eso
es tan importante escoger correctamente, porque si te equivocas saldrás mal
parado. Así que haz bien el nudo de la corbata o tu mujer, Parker, te
matará, ¿entendido?
- Tigre, ¿estás listo? -pregunta la sensacional MJ desde la puerta de
entrada-
- ¡Ya voy MJ! - Tonto, tonto y mil veces tonto, deberías haber aprovechado y
escabullirte junto a tía Ana que sí sabe hacer un nudo, pero no... tenías
que demostrarle a tu mujer que lo podías hacer tú solo. En fin.
Peter baja las escaleras rezando todo lo que sabe para que el nudo sea
aprobado por MJ.
- ¡¡Estás guapísimo, tigre!! Sobre todo con ese pijama sospechosamente
parecido al de Spiderman que llevas por pantalones.
"¿Los pantalones? ¡¡Los pantalones!! Si ya decía yo que me olvidaba de algo"
Con un poco más de retraso de lo aconsejable, Peter y Mary Jane salieron de
su casa dejando a su hija pequeña al cuidado de tía Ana.
- Espero que la cena de hoy valga la pena -comenta Peter-. No me gusta ir en
trajes tan ajustados...
- Claro, prefieres los leotardos horteras...
- Touche.
Llegaron al restaurante donde se iba a celebrar la cena de gala que hacía el
Bugle por haber subido espectacularmente las ventas, a raíz sobre todo del
incidente con el Duende Verde y Spiderman no hacía tanto. Para celebrar la
subida de ventas, Robbie había sugerido una cena para todos los empleados, e
increíblemente Jonah había aceptado, o quizás su mujer le había presionado
"un poco". El caso es que hoy tenía cena y oportunidad de salir con su mujer
y olvidarse de ser Spiderman por una noche, aunque con su suerte sólo se
cumpliría lo primero.
- Hola, Peter, me alegro de que hayas podido venir.
Era Nick Carter, el nuevo del periódico. Había llegado hacía unos días como
uno de los fichajes más sonados del momento. Si su saludo había sido frío y
lleno de ironía era porque habían empezado con mal pie. En su segundo
artículo, Nick había tenido que pasar por la criba de Peter, y aunque Peter
sólo se limitó a hacer su trabajo, que era señalar los posibles errores del
documento, el joven periodista no se lo había tomado muy bien. ¿Complejo de
estrella? No, ese papel está desempeñado por otro.
- Hola Parker, adios Parker.
Y hablando del rey de Roma, Ken Ellis, periodista "estrella" del Bugle,
joven aunque sobradamente pesado. Recuerda Peter que Ellis había deducido
que él era Spiderman en la temporada en que Ben le había sustituido en ese
papel, y que la Araña Escarlata se había retirado1. En fin, no había que
hacerle demasiado caso.
- Parece que Betty nos está esperando en aquella mesa de allá -dice Mary
Jane-.
Betty Brant fue la novia de Peter en el Instituto, luego le dejó por Ned
Leeds, un periodista del Bugle y también el primer Duende que hubo. Todavía
Peter no puede creerse que Ned, el bueno de Ned, fuese el Duende, pero así
son las cosas en su mundo, un mundo donde a tu mejor amigo le da por ponerse
mallas y salir a dar vueltas con un planeador, un mundo donde tienes que
tener cuidado con quien te relacionas no vaya a ser que te estés casando con
una supervillana.
- Llegáis pronto, el viejo roñón todavía no ha hecho acto de presencia -dice
Betty-.
- Entonces podemos tener algo de fiesta -bromea Peter-.
Mientras tanto, vamos al cuartel general de la Rosa. Allí se encuentra la
Rosa, un capo de la ciudad del que poco se sabe, y también está Dalila, la
guardaespaldas del primero. Entre los dos llevan una organización criminal
leal a Fortunato, al menos por ahora, aunque las cosas cambiarán pronto, y
más si el amigo de la Rosa llega algún día.
- Se retrasa -dice Dalila-.
- Nunca ha llegado a tiempo a una cita.
- Si es tan bueno debería ser profesional y llegar a su cita.
- No es un profesional, es un maestro.
- Lo que tu digas.
Y de pronto la sala se llena de humo.
- ¡Nos atacan! -dice Dalila que está intentando encontrar al atacante-. Debe
ser Kingpin, escóndete.
- No hará falta.
Dalila sólo siente un suave contacto antes de ser lanzada al otro lado de la
habitación y golpearse contra la pared.
- Ughhh... ¿quién ha sido? -pregunta intentando levantarse pero sin
conseguirlo-.
- Al fin has llegado, pero podrías haber hecho una entrada más...
convencional.
- Sabes que no me gustan los convencionalismos, viejo amigo.
- Bueno, Maslow, al fin has llegado, ¿qué tal por Oriente Medio?
- Ya sabes, lo de siempre, cortando algunas cabezas de estúpidos
revolucionarios.
- Les compadezco.
- Sí, bueno, es sólo trabajo y pagan muy bien.
- Ya le he echado un vistazo a tu cuenta, tiene unos cuantos ceros.
- Sí, bueno, espero que el Ferrari y la casa en Mallorca no la hagan
descender mucho.
- No lo creo.
- Bueno, tras la charla social y económica típica de los reencuentros, ¿me
vas a decir a quién tengo que cortar la cabeza? O mejor, déjame adivinarlo.
¿El alcalde?
- El alcalde es un papanatas.
- Umm... ¿el jefe de policía?
- El dinero lo compra todo.
- Me lo pones difícil, ¿Kingpin?
- Todavía no.
- ¿La prostituta de la esquina? No, esa ya la he matado. Ahora sí que ni
idea.
- Sabía que no lo adivinarías.
- Sí, me conoces mucho, quizás demasiado... debería matarte.
- Sí, pero espera a que sea un capo importante y luego puedes matarme.
- Para entonces tendré la agenda completa, así que mejor que te des prisa.
- Bien, entonces tendrás que ayudarme con cierta araña pesada que circula
por la ciudad.
- Umm... un superhéroe, es todo un reto pero, ¿no podría ser alguno más
fuerte? Spiderman será demasiado fácil.
- Tu encárgate del arácnido, y luego pensaré en algo más estimulante para
tus habilidades.
- De acuerdo, así que Spiderman, pues vale.
Y Maslow se acerca a la pared y la golpea con su puño abriendo un gran
agujero.
- ¿No podías usar la puerta?
- ¿Y perder la oportunidad de impresionar a tu guardaespaldas? Nunca.
Y Maslow saltó al siguiente edificio.
- ¿Impresionada?
- No mucho, puede romper muros y saltar mucho, hay muchos como él.
- No lo creas ni por un momento, Maslow es mucho más de lo que aparenta y te
lo digo por experiencia.
En otro lugar, Peter y Mary Jane salían de la cena e iban a casa en taxi. El
taxista paró delante de la casa y tras pagarle la carrera, el joven
matrimonio entró en su casa.
- Voy a ir a dar una vuelta para ver cómo están las cosas -le dice Peter-.
- De acuerdo, pero dame el traje antes de nada, no quiero que lo llenes de
telarañas o saber qué cosas.
- Está bien.
Con sumo cuidado, Peter se quitó la ropa, quedándose solamente con el
disfraz de Spiderman, y así vestido se fue por las calles de Nueva York a
dar una vuelta y a controlar a los criminales.
- Vaya, esta noche no me encuentro con ningún criminal, será mejor regresar
a casa y dormir un poco para variar.
Sin embargo, su sentido arácnido le indicó que eso no iba a ser posible. De
la nada aparecieron tres puñales en dirección a Spiderman, que soltó su
telaraña y se dejó caer hasta adherirse a una pared. Luego miró a todos los
lados posibles buscando a su atacante, pero no encontraba a nadie.
- Vale, el que haya lanzado esos puñales quiere jugar, bien, pues juguemos.
Como si no hubiera pasado nada, Spiderman sigue su camino, hasta que su
sentido arácnido le vuelve a advertir de que algo va mal, aunque esta vez
sólo se trata de un simple puñal con una nota.
- A ver... ¡¡pero si está escrito en chino!!
Sigue avanzando, hasta que vuelve a ser sorprendido por un puñal, pero esta
vez se ha fijado lo suficiente como para saber la dirección desde la cual el
cuchillo fue lanzado por su atacante: un pequeño callejón. Desciende hasta
el callejón, pero antes de entrar se asegura que su sentido arácnido no le
advierta de ningún peligro, no es que últimamente funcione a la perfección,
pero siempre es mejor tener precaución con lanzadores de puñales.
- ¿Hay alguien? -pregunta-.
La oscuridad no le deja ver nada, pero no debería haber peligro, ya que su
sentido arácnido no le dice nada, entonces, ¿por qué tenía esa extraña
sensación?. De pronto se acordó de su faro arácnido y lo encendió, pero
seguía sin haber nadie.
"Vale, Peter, ya ves cosas donde no las hay." Y, de pronto, el sentido
arácnido se activó, pero fue demasiado tarde para esquivar la potente y
veloz patada de su adversario, que lo mandó al otro lado del callejón.
- Pensaba que los superhéroes erais más duros de roer.
Spiderman, que todavía intentaba levantarse, no había entendido nada de lo
que le había dicho su atacante.
- ¿Quién eres?
- Mi nombre es Maslow, y vengo para decirte que la Rosa no te quiere en su
territorio.
- ¿Su territorio?
- Así es.
- ¿Y te ha mandado a ti para darme el mensaje?
- Pues sí, también quiere que te mate, pero no soy su perrito faldero,
además, siempre me ha gustado más atemorizar a mis víctimas primero antes de
matarlas, es un método muy eficaz, además de que dá grandes satisfacciones.
Imagínatelo, primero le das una paliza a tu víctima, en este caso a ti,
luego le vas aterrorizando con volver, y un día ¡zas! le cortas el cuello,
fantástico ¿verdad?
Spiderman se rozó el cuello.
- Bueno, yo prefiero los helados de vainilla a cortar cuellos.
- No, en todo caso es mejor el helado de pistacho al de vainilla, pero no
hay nada como un buen cuello recién cortado, incluso si quieres puedes
freírlo y echarle alguna especia, pero yo lo prefiero solo, si te digo la
verdad.
- Sí, lo sé, las especias pueden llegar a ser asquerosas.
"¿Soy yo, o estoy hablando con un tío que quiere matarme sobre cómo cocinar
cuellos?"
- Bueno, cuando quieras empezamos, ¿vale? -dice Maslow-.
- Vale.
- Oye, recuerda que esto no es personal, sólo son órdenes de un amigo.
- Disculpa si me lo tomo como algo personal, es que quieres matarme.
- Sí, es verdad, yo también me lo tomaría como algo personal. Bueno, ¿qué se
le va a hacer? La vida es así, espero que todo sea rápido, ¿vale?
- Vale.
"Creo que te sorprenderás amigo" piensa Spiderman, pero el sorprendido es
él. Con una velocidad fuera del límite humano, Maslow se lanza al ataque. El
sentido arácnido de Spiderman le advierte del peligro, pero entre su
sorpresa y la gran velocidad de su contrincante no puede evitar que éste le
lance de un puñetazo al otro lado del callejón.
- No deberías haberme subestimado -alecciona Maslow-.
- Ni tú tampoco.
Antes de caer Spiderman da una voltereta y consigue evitar la caída
adheriéndose a una pared. "El tío es bueno, tengo que tener cuidado"
- ¿Vas a quedarte mucho tiempo ahí arriba?
Maslow salta como unos seis metros para encontrarse delante de Spiderman y
golpearle con sus puños, luego aprovecha las paredes del callejón para ir
saltando de una en otra y mantenerse en el aire.
- Como ves, quedarte en la pared no te servirá de nada.
"Vale, el tío es muy bueno, pero a ver qué hace contra mi agilidad y fuerza
arácnida". Spiderman comienza a imitar los movimientos de Maslow saltando de
pared en pared del callejón.
- Dejémonos de tonterías, tengo una cita con una rubia en cinco minutos y no
es bueno llegar tarde en la primera cita.
Spiderman ataca primero, se lanza hacia Maslow, que se retuerce
increíblemente y evita el puñetazo de Spiderman, para acto seguido
contraatacar con una patada en el estómago del superhéroe.
- ¿Y este es el gran Spiderman?
Spiderman se queda quieto en una pared. "Tengo que sacarle del callejón. En
campo abierto tendré más ventaja."
- Creo que aquí estamos un poco más apretados, vámonos fuera.
Spiderman se va y Maslow le sigue.
- No te servirá de nada luchar en un lugar más abierto.
Spiderman, en el suelo, comienza a saltar alrededor de Maslow, y comienza a
atacarle, pero Maslow esquiva cualquiera de sus golpes con una gran
facilidad.
- ¿Quieres estarte quieto? -dice Spiderman-. Así no hay quien te golpee.
- Vale.
Y Maslow deja de moverse y comienza a recibir golpes de Spiderman hasta que
cae al suelo.
- ¡¡Sí!! El poder arácnido triunfa de nuevo.
- ¿Es esto todo lo que puedes hacer?
Maslow se levanta sin un rasguño apenas. "Imposible, esos golpes habrían
hecho trizas a Hulk, ¿cómo es posible que los haya resistido?"
- Ahora es mi turno.
Spiderman le envuelve con su telaraña, pero Maslow la rompe como si fuera de
papel y comienza a atacar. Durante los primeros golpes, Spiderman resiste el
ataque, pero Maslow insiste, aumentando la velocidad de sus puñetazos y
patadas, hasta que Spiderman acaba en el suelo, dolorido.
- Ahora has comprobado que soy mucho mejor que tú. No quiero verte
interrumpiendo los asuntos de la Rosa, ¿entendido?
Y Maslow se va. Spiderman queda en el suelo intentando encontrar fuerzas
para levantarse. Está pensando en lo que acaba de ocurrirle, toda su
agilidad, toda su velocidad y toda su fuerza acaban de verse superadas por
un hombre y eso le da directamente en el orgullo. "La próxima vez no te será
tan fácil... si es que consigo largarme de aquí antes de que un bandido
cualquiera venga y me mate. Ahora mismo sólo estoy para irme a casa a
dormir".
Próximo número: La Rosa comienza a moverse, y Spiderman se ve obligado a actuar, aunque no se encuentra en la mejor forma física.
1.- Relatado en La Aventura Final.
DAILY BUGLE
Un número más, a partir del siguiente número entraremos más en concreto en
los planes de la Rosa para la ciudad de Nueva York, a ver si sale bien :D
Y esta vez no tenemos cartas, así que para el próximo número escribid a:
ben_reilly@terra.es