DESPACHO DEL ALCALDE

El vaso de whisky se tambaleó y vertió parte de su contenido. El alcalde de Nueva York, Richard Wilkins IV no tenía un bien día. Estaba en año de elecciones y las cosas no se estaban desarrollando tal y como él esperaba. Durante su mandato había logrado mantenerse en un muy cómodo 57% de aprobación. Era una ciudad difícil con tanto superhéroe y supervillano suelto. Un 57% era casi tocar techo, sobre todo si se comparaba con los anteriores alcaldes. Pero entonces había ocurrido aquel desastre con la policía¹ y todo se había ido al garete.

- ¿De cuánto estamos hablando? -preguntó-.

- Todavía es pronto para saberlo pero...

- ¿Cuánto? -dijo gritando y golpeando de nuevo la mesa. A veces su equipo le sacaba de sus casillas-.

- Su porcentaje de aprobación ha caído al 43%.

- ¿Y los sondeos sobre la reelección?

- No mucho mejor. Lo colocan en tercer lugar tras su oponente demócrata y Thomas Ellis, un independiente.

- ¿Thomas Ellis? ¿De dónde saca los fondos?

- No lo podemos confirmar pero... en la calle se dice que es uno de los lacayos de Kingpin o de la Rosa. De ahí el dinero.

- Un mafioso -dijo paladeando las palabras-. Tercero... ¿cómo es posible?

- Señor, el índice de criminalidad ha subido 5 puntos desde la matanza de policías. La gente cree que no ha hecho suficiente para remediar la situación.

- Se han convocado nuevas plazas.

- La mayoría de los reclutas o están en la Academia o todavía deben ser guiados por los más veteranos. Además está el asunto de los Nuevos Guerreros.

- ¿No es normal tener superhéroes para hacer frente a superamenazas?

- Sí señor. Pero la gente lo ha interpretado como que quiere sustituir a la policía por superhéroes y eso tras el 11 de septiembre es un suicidio político.

Una secretaria entró a las carreras interrumpiendo la reunión. Encendió la TV sin mediar palabra.

- Lo están dando por la CNN. Lo tienen acorralado en el puerto.

- Y ese es su otro gran problema

- El Conmocionador.

PUERTO DE NUEVA YORK

Soltó la hebra de telaraña y se dejó caer encima de uno de los contenedores de mercancías que abarrotaban el puerto. El helicóptero de la policía pasó por encima de su cabeza. Su potente foco desafiaba a la oscuridad en la búsqueda del justiciero conocido como el Conmocionador. Desde su aparición hacía unos meses se había cobrado la vida de más de un centenar de criminales de todo tipo, desde pequeños jefes mafiosos hasta el típico ratero. La extremidad de sus acciones había acabado atrayendo la atención de la presa y consecuentemente la del pública que, en una época de crimen incontrolado, se había dividido entre los que apoyaban su causa y métodos y los que todavía confiaban en el sistema. En cuanto a lo que Peter Parker concernía, éste nuevo Conmocionador no era más que otro Castigador de pacotilla. Conectó el pequeño mini transmisor que había incorporado a su traje con motivo de su reciente adquisión de un compañero de fatigas.

- Ganso mareado a pato tísico ¿me recibes?

- ¿Pato tísico? ¿Ayer no era mofeta sexy?

- Sí. Pero has perdido todo lo atractivo que tenías que esos kilitos de más que has ganado.

- ¿Qué kilos...? Afggh... no sé porqué te sigo el juego -dijo Ben Reilly mientras escuchaba las risas de Peter Parker-

- ¿Has captado algo en la banda de la policía?

- Tienen a los guardacostas cubriendo el río. Pero me temo que tendremos que buscarlo a la vieja usanza.

- Menuda perspectiva. No se puede negar que sea escurridizo.

- Espera... creo que he visto moverse algo.

- Voy para allá.

- Quiero. Sólo ha sido... Arghhh

- ¿Ben? ¡Ben!

Peter vio el destello de los rayos del Conmocionador. Rápidamente se dirigió hacia allí junto con la policía que también habían visto el destello

DESPACHO DEL ALCALDE

- Al menos su captura hará subir mi popularidad -dijo el alcalde-.

- No estamos seguros de ello

- ¿Qué?

- Mata criminales. Son tiempos difíciles. La gente tiene miedo a salir a la calle.

- Pero si no lo hago...

- Sí

- ¿Estás diciendo que si no le capturo quedaré como un idiota y que si lo capturo les estaré quitando a su héroes particular?

- Así es.

- Ojalá supiese jurar en chino. Pase lo que pase quedaré como el malo de la película

PUERTO DE NUEVA YORK

Peter llegó justo en el momento en el que el helicóptero iluminaba toda la zona. El Conmocionador desvió la atención de Ben. No se fijó en Peter tampoco si no el helicóptero de la policía. Disparó varios de sus rayos que dieron de lleno en el helicóptero. Peter maldijo su estupidez y se lanzó a ayudar al helicóptero que en ese momento rotaba sin control. Por su parte Ben se había recuperado ya del golpe. Tenía al Conmocionador justo en frente así que le propinó una patada en la espinilla que lo tiró al suelo. Intentó envolverlo con telaraña pero el justiciero fue rápido y giró en el suelo a la vez que descargaba de nuevo varios de sus potentes rayos.

Ben se vio obligado a saltar al techo de uno de los contenedores para buscar refugio. Vio que Peter ya estaba rescatando a la gente del helicóptero y... su sentido arácnido le sacó de sus pensamientos. Extendió una telaraña y salió de ahí justo en el momento en el que el Conmocionador hacía estallar una granada.

La explosión iluminó el cielo. Por suerte, Ben se había alejado lo suficiente. Volvió al lugar pero el Conmocionador no estaba. Recorrió en telaraña la zona mas no encontró nada así que decidió ir a ayudar a Peter. Cuando acabaron, los dos emprendieron el viaje de vuelta a la ciudad.

- No hay duda de que Mark Schultz no es quién está detrás de la máscara -dijo Peter-.

- Sí. Éste es eficiente

- Y que lo digas. No se me ocurrió que quisiere atacar al helicóptero en vez de a mí.

- Sólo quería escapar, no matarnos. Supongo que para él aún somos de los buenos.

DESPACHO DEL ALCALDE

El alcalde volvió a golpear la mesa, la tercera vez de la noche. Estaba hecho una furia, no podía creer lo que le estaba pasando y aun por encima nada era directamente su culpa. Y sin embargo se veía arrastrado a lo que ya se vislumbraba como un pozo sin fondo.

- ¡Llama a la Comisario Angiotti! ¡Quiero su fofo culo liberal en mi despacho inmediatamente!

EAST SIDE - ALMACÉN ABANDONADO

Cuando la inyección penetró en su vena y luego liberó el verdoso líquido en su torrente sanguíneo, el criminal conocido como el Duende sintió un escalofrío que recorría todo su cuerpo. No era el primer hombre en asumir aquella identidad. Ned Leeds había sido el primero. Jason Mancelade lo mandó matar para robarle la identidad. Ahora, Macenlade se pudría en la cárcel y aunque había otro Duende que, según se decía, servía al Rosa, Ken Ellis era el único que poseía la fórmula que dio a Norman Osborn sus poderes. Había sido un auténtico golpe de suerte hallar uno de los escondites secretos de Norman pues Leeds primero, y Macenlade después, los habían limpiado todos. Pero uno, al menos uno, sobrevivió. Por lo que Ken pudo averiguar, aquel escondrijo había sido creado recientemente ya que casi todo el material estaba impecable. Quizás, cuando Norman Osborn atacó la última vez el Bugle ² había creado nuevos escondites antes de desaparecer.

Cada semana, Ken necesitaba inyectarse la fórmula. Había investigado concienzudamente a Norman Osborn antes de siquiera molestarse en probar el disfraz. Incluso había leído el libro de Urich sobre el tema. Sabía que la fórmula había dado poderes a Osborn pero también que le había vuelto loco. Necesitaba un químico, alguien que pudiera analizar la fórmula y perfeccionarla. No sabía si Leeds había hecho algún progreso en ello. Incluso revisando la documentación policial sobre ello y descubriendo uno de sus pisos francos, no sabía si había conseguido eliminar los efectos nocivos de la fórmula. Preguntarle a Macenlade estaba fuera de lugar, llamaría la atención. Así que lo que hizo fue buscar a un químico en la ciudad. Encontrar candidatos no fue fácil. Necesitaba a alguien bueno y al que poder manipular. Lo encontró en la figura de Matthew Tonw.

Matthew Tonw era uno de los muchos empleados de las fábricas de NewTech en Nueva York. Era un químico brillante, un poco tímido y algo calzonazos. Pero lo que de verdad le interesaba a Ellis era su adicción al juego.

Para atraer a Tonw a su terreno, bastó con organizar una buena partida de cartas y asegurarse de que Tonw perdiera. Con una deuda demasiado grande para pagarla, la salvación fue la aparición del Duende que le prestó el dinero a cambio de su ayda. Ellis tuvo que asumir la deuda pero una vez que empezó a actuar como el Duende el dinero dejó de ser un problema inmediato. Ellis no era tonto, así que para finalizar la operación se aseguró de tener a la madre de Tonw bajo vigilancia. Si el chico intentaba algo la madre se reuniría con los ángeles.

No era la clase de trabajo que le gustaba a Ken pero era un medio para un fin. En el Bugle estaba atrapado, no podía desarrollar todo su talento. Sin embargo, como el Duende, no tenía límites salvo los autoimpuestos.

Miró el dossier encima de la mesa. Ahí estaba todo el material que había podido recopilar sobre la industria del crimen de Nueva York. Tenía material para poder encerrar a más de una decena de familias mafiosas y a un par de bandas callejeras. Era un material importante, pero su objetivo eran los peces gordos. Si quería que le reconociesen su mérito y que los premios de la prensa le lloviesen, necesitaba hacer caer a uno de los peces gordos. Quienes movían ahora el cotarro eran Kingpin y la Rosa. Había hecho algún pequeño trabajo para Kingpin, nada serie. La Rosa era más complicado; se decía que tenía a su propio Duende y a una especie de asesino ninja o algo. Conseguir un contrato sería difícil, pero estaba decidido a hacer cualquier cosa para sacar adelante su reportaje.

CUARTEL GENERAL DE LA ROSA

La Rosa apuró el último sorbo del vaso de vodka que se había servido. Allan, su secretario, esperaba pacientemente de pie con varios informes en la mano. Aquel era el repaso del día, cuando se cercioraba de que todas sus operaciones transcurrían de acuerdo a lo planeado.

- ¿Cómo te encuentras? -le preguntó a Allan-. ¿Algún efecto secundario de la operación?

- No señor.

- Parece que los chicos de NewTech al fin han hecho su trabajo bien, ¿verdad?: los últimos 4 Allan sólo consiguieron quedar reducidos a un estado vegetativo. Pero tú no chaval; tú has conseguido que ese cerebro tuyo se haya convertido en un maldito genio -dijo sonriendo para a continuación ponerse serio-. Basta de cháchara. ¿Qué tenemos para empezar?

- Resultados financieros

- ¿Soy mucho más rico que ayer?

- Aproximadamente un 3%

- Impresionante. ¿Qué más?

- Maslow ha enviado saludos desde Ámsterdam

- Ah viejo zorro. Se lo estará pasando de muerte y yo aquí, aburriéndome como una ostra. ¿Qué más?

- Kris Carter

- Déjalo por ahora. Todavía no me he decidido. ¿Qué más?

- El Conmocionador ha sido visto en el Puerto. La policía no lo ha atrapado. Ha eliminado a dos de nuestros hombres; son reemplazables.

- Ese tío me está dando muchos dolores de cabeza últimamente. ¿Está listo el traje del Duende?

- No señor. Todavía tienen problemas con la fuerza aumentada del traje, no está a la altura de los requerimientos.

- Dales un aviso. Mmm... estoy corto de efectivos. Contrata a un par de matones con poderes, que persigan al Conmocionador pero que no lo maten hasta que yo lo digo. ¿Algo más?

- Sí señor. El Alcalde sigue negándose a firmar el acuerdo con NewTech para suministrarle tecnología y armamento al cuerpo de policía.

La Rosa se levantó de su silla y miró por el ventanal que tenía en su despacho. Necesitaba ese contrato para poder avanzar un peldaño más en su lucha por el control de la ciudad. Tomó una decisión.

- Me ocuparé personalmente de esto. Pide una cita para mañana con el Alcalde.

1.- Número anterior.

2.- En la infame Revelaciones. Nosotros sabemos que fue un Scrier pero Ellis no

TELARAÑAS POR AQUI, TELARAÑAS POR ALLI... QUE ASCO DE DESVAN

Holadola

Un año después volvemos a tener un número de Spider-Man. Ya era maldita la hora :p

A partir de ahora espero volver a tener regularidad en esta serie. Como veis, he dado un pequeño salto temporal, poco ha ocurrido entre medias, lo más destacable es que ahora tanto Ben como Peter actúan como Spider-Man. En el próximo número habrá más explicaciones de eso.

Byes