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Al ser picado por una araña radiactiva, el estudiante Peter Parker obtuvo la fuerza y la agilidad proporcionales de un arácnido. Armado con sus maravillosos lanzarredes el renuente superhéroe lucha contra siniestros supervillanos mientras hace malabarismos para sobrevivir y llevar una vida con visos de normalidad.
 
Asombroso Spider-Man

ASOMBROSO SPIDER-MAN #451
Guerras Infernales
¿Adivina quién viene a cenar esta noche?

Guión: Ben Reilly
Basado en los planes de: mucha gente que tiene más idea del personaje que Joe Quesada, lo cual tampoco es que sea muy difícil

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Jonathan Ridley rodó por el suelo encontrando la protección de una mesa de madera. Cogió su revólver, contó hasta tres y salió por encima para comenzar a disparar a mansalva uniéndose a sus compañeros. No sabía qué estaba pasando. Una cúpula había cubierto la isla y de pronto aquella se había convertido literalmente en el infierno. Los demonios habían invadido Manhattan, algunos surgidos de dios sabe dónde y otros habían poseído a los ciudadanos de a pie.

En la comisaría, los criminales que estaban en la celda se habían transformado también en demonios abriéndose paso hacia la calle sin que los policías hubiesen podido hacer nada para impedírselo. Las líneas de teléfono estaban saturadas y la comunicación con los coches patrulla no parecía llevar a nada pues se veían sobrepasados por la situación.

Ahora mismo, un grupo de demonios atacaba con fiereza la comisaría. La policía había formado una barricada enfrente de la comisaría pero no había servido de nada. Si aún pudiera comunicarse con los servicios especiales quizás lograsen establecer algún tipo de estrategia común pero era imposible. Estaban totalmente vendidos.

Kris Carter, su compañero, le lanzó una recortada pues había bajado a la armería para suministrar las armas de mayor calibre a sus compañeros. Jonathan la cogió al vuelo justo a tiempo para ver cómo un demonio se abalanzaba sobre Kris. Jonathan reaccionó todo lo rápido que pudo y abrió fuego haciendo que el demonio huyese. Se acercó de un salto hacia Kris pero descubrió que había llegado demasiado tarde. La cabeza del joven policía había sido arrancada de cuajo y su cuerpo yacía muerto en el suelo.

Furioso por la muerte de su compañero. Jonathan se levantó y comenzó a abrir fuego sin cuartel, sin preocuparse por su seguridad. Paso a paso iba ganando terreno hasta que se quedó sin balas. Los demonios se lanzaron sobre él pero en ese instante un rayo los apartó. El Conmocionador estaba en la puerta de la comisaría y había abierto fuego con sus guanteletes.

- Lo que faltaba, que un pijamas me salve -gruñó malhumorado el policía-.

- Tienes que tener más cuidado Jon.

- ¿Qué? ¿Cómo sabes mi nombre?

El Conmocionador se quitó la máscara. Debajo de ella se encontraba el rostros de David, un viejo amigo de Jonathan policía como él. David había estado presente en los atentados del 11-S y en el ataque a la comisaría de meses antes1. Aquella había acabado atacando y matando a un compañero policía, fruto del estrés de la situación. Se le había licenciado del cuerpo considerándolo no apto para el servicio.

- ¿Tú eres el nuevo Conmocionador?

- Sí. Le metí un tiro en la frente al viejo y me hice con su equipo. Ahora sí que puedo...

David nunca acabó la frase. Un demonio le atacó por la espalda atravesándole con el puño y sacando su corazón entre las manos. Jonathan gritó horrorizado y se abalanzó contra el demonio. Le golpeó con su arma en la cabeza pero no le hizo el más mínimo rasguño. En cambio, cuando el demonio le propinó un puñetazo Jonathan sintió cómo el puño se habría paso por la carne. El demonio lo alzó en el aire, divertido con la situación. Preparó el otro puño y Jonathan fue lo último que vio antes de que su cara fuese totalmente destruida.

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La Rosa miraba desde su ventana cómo el caos reinaba en Nueva York. Al lado de su escritorio yacía un demonizado Allan, con el cuello partido y los cadáveres del Presidente de NewTech y de su guardaespaldas, Thomas, también demonizados y totalmente hechos añicos. Se volvió hacia su mesa y cogió una toallita húmeda con la que comenzó a limpiarse los restos de sangre cuando la puerta de su despacho se abrió y Maslow entró. Su cuerpo había asumido la forma de un demonio.

- Perdón por llegar tarde -dijo Maslow lanzando un corazón humano hacia la Rosa-. Toma, lo prometido es deuda.

La Rosa lo cogió.

- Has matado a nuestro maestro.

- ¿De dónde crees que ha salido ese corazón? ¿Del primero que cruzó la esquina?

La Rosa se quitó la máscara. Su cara, aunque no transformada del todo, sí que mostraba ciertos aspectos demoníacos como la pigmentación de la piel, el color rojo de los ojos y los colmillos afilados.

- Con esto dejaré de tener que quitarte trozos del corazón para tener mis propios poderes.

- Sí. Aquello era asqueroso y ciertamente incómodo -dijo Maslow-. Pero te lo debía. Si aquél día no te hubieras arriesgado por mi yo estaría muerto.

- Perdí un corazón como este y sólo una pierna maltrecha -dijo y mordió el corazón-.

Su cuerpo aumentó de volumen y comenzó a transforme para al cabo de unos segundos resurgir con un aspecto totalmente demoníaco.

- En mi opinión estás más guapo que antes -bromeó Maslow-.

La Rosa se miraba a si mismo. Contemplando su transformación. Había soñado tantos años con poseer semejante poder, la fuerza, la velocidad y la resistencia para conseguir lo que quisiera. Ya no dependería de nadie. Incluso su pierna estaba de nuevo al 100%.

- ¿Te sientes raro? -preguntó Maslow-.

- Tengo un demonio dentro de mi. Siempre entendía el proceso, te comes el corazón y el demonio se traspasa a tu cuerpo pero no sabía que me sentiría así.

- Los cambio estéticos no son culpa mía -dijo señalando a la cúpula que recorría Nueva York-. ¿Sabes de qué va esto?

- Ahora podré averiguarlo. ¿Quieres algo de beber? Tengo champagne listo para la ocasión.

- Claro.

La Rosa abrió una pequeña mini nevera que tenía al lado de las estanterías. Cogió el champagne, dos copas y sirvió. Los dos amigos brindaron.

- ¿No quieres saber los detalles? -preguntó Maslow-.

- ¿De cómo mataste al maestro? No gracias. Me basta con saber que sufrió. El pobre bastardo se lo merecía por haberme negado la primera vez el corazón demoníaco.

- No le culpes. Sólo hay dos corazones y uno ya lo tenía él así que estaba claro que tenía que elegir al que no se debatía entre la vida y la muerte -dijo mientras apuraba su copa-. ¿Y estos tres?

- Se transformaron en demonios. De todas maneras eran cabos sueltos, tenía que acabar con ellos.

- ¿Y ahora eres Presidente de NewTech?

- Es lo que pasa cuando eres Vicepresidente y matan a tu jefe.

- Eso es genial. Es un buen método de promoción en el trabajo. Y una cosita más... ¿has envenenado mi copa?

- Por supuesto. Cuando mueras cogeré tu corazón y lo destruiré. Seré el único.

- Me lo imaginaba.

- ¿Te lo imaginabas y aún así viniste?

- Sips.

-... ¿envenenaste también el corazón?

- Ajá.

- ¿Y si yo no hubiera envenenado la bebida?

- Bufff... menuda cagada habría sido esa, ¿no?. Bueno, ¿tienes más de ese champagne envenenado?

La Rosa se bebió su copa y sirvió a ambos. Brindaron. Al fin y al cabo, eran amigos.

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Mary Jane maldijo el día en el que se le ocurrió comprarle un regalo especial de cumpleaños a Peter. No por comprarle un regalo de cumpleaños claro está, si no por haber tenido que inventarse una excusa en forma de noche libre (JA, no sabía cómo Peter se había tragado el anzuelo) para poder escaparse con la niña e ir hasta Manhattan para hacer sus compras. Y ahora el infierno se desataba sobre Nueva York. A veces tenía ganas de mudarse a Oklahoma, ahí no había superhéroes ni nada por el estilo.

Y como en toda situación de peligro que se precie y tengas que usar el móvil las líneas están saturadas. ¿De qué servían tener a dos superhéroes en la familia si no los podías llamar?

Aparcó el mal humor por un momento. May lloraba en sus brazos pero gracias al destino había tenido un poco de suerte. Cuando toda aquella locura se había desatado la dos se encontraban cerca del Daily Bugle. Como el guardia las conocía las dejó pasar al instante y MJ subió hasta la planta de local donde Robbie fue el primero en verlas.

- ¿Estás bien? -preguntó ofreciéndole una silla a la pelirroja para que se sentara-. ¿Necesitáis algo? ¿Y Peter dónde está, le ha pasado algo?

- Calma Robbie estamos bien.

- Os traeré un poco de agua -dijo el reportero que mostraba amplias manchas de sudor en la camisa-.

Robbie se marchó peor por el contrario Jonah se percató de que estaba ahí.

- Mary Jane. ¿Estáis bien? ¿Necesitáis algo? ¿Y Parker dónde está, le ha pasado algo? -dijo de golpe el viejo editor-.

- Peter está bien.

- Lo estará mientras saque fotos. ¡¡Robbie, ¿dónde he dejado...?!!

Las palabras de Jonah se ahogaron por el ruido de la explosión que destrozó la fachada del Daily Bugle. La oficina se llenó de humo que fue disipándose lentamente dejando ver al causante de la explosión: el Duende Verde. Pero su aspecto era diferente. Estaba montado sobre una criatura alada, con forma de dragón que al igual que las míticas criaturas expulsaba fuego por la boca. Las manos habían sido sustituidas por garras de tres dedos con unas afiladas y poco cuidadas uñas. La cara no era ya una máscara, sino piel rodeada de escamas verdosas. El pelo, largo, le caía por los lados conjuntado el familiar tono naranja y negro.

- ¡Otro payaso vestido de Duende! -gritó Jonah-.

- Otro payaso no, Jameson. El original.

- ¿Osborn?

El Duende Verde se acercó a Jameson hasta tenerlo justo de frente. Su cara abandonó el aspecto demoníaco del Duende Verde hasta convertirse en la dura faz de Norman Osborn.

- ¿Me habéis echado de menos? ¿O ya os habías cansado de difamar mi nombre?

En la mano derecha de Norman comenzó a formarse un remolino de fuego que acabó conformándose en una calabaza humeante que Norman lanzó riéndose a carcajadas y que causa nuevamente una explosión en las oficinas del periódico neoyorquino.

- Mira lo que tenemos aquí. Mary Jane Watson Parrrkerrrr y su retoño -dice recalcando la parte final-. No puedo creer que ese estúpido de Parker se casara con una segundona como tú. Cuando le vea tendré que pedirle perdón por haber matado al verdadero amor de su vida. Aunque no estaría bien presentarse sin un regalo, ¿qué te parece si le entrego tu cadáver y el de tu niñita como disculpa?

- ¡Apártate de ella, monstruo! -gritó Nick mientras golpeaba a Norman con un extintor en la cabeza. Para desgracio del joven reportero Norman ni había notado el golpe pero había llamado su atención. La cara de Osborn volvió a metamorfosearse en la del Duende Verde y cuando abrió la boca, llamaradas de fuego infernal surgieron de ella y consumieron el cuerpo del periodista-.

- Ahora... ¿por dónde iba? Ah sí iba a grhjgrhg.

Las palabras de Norman se vieron ahogadas por una telaraña de impacto que tapó su boca-.

- Ibas a aburrirnos con un discurso de villano loco hasta que te detuve. Me podéis agradecerlo después.

Norman se arrancó la telaraña de la cara.

- ¡Spider-Man!

- ¿Dónde? ¿Dónde? Ah sí, soy yo.

- He esperado mucho tiempo para esto.

- Pues a qué esperas.

Norman se lanza contra Spider-Man, furioso tras todos los años pasados encerrado en el infierno viendo cómo su archienemigo conseguía hacerse una vida por si solo y superar todos los obstáculos que se le ponían delante. Incluso todo el tiempo que había dedicado a hacer de Harry un hombre fuerte no había servido para nada. Harry había fallado miserablemente al intentar matar a Peter y lo había hecho en el peor de los momentos, dejando que su debilidad se apoderase de él y dejando que su enemigo viviera. En el fondo, Harry siempre había sido una decepción y Norman tenía que estar agradecido en parte a Peter por acabar pronto con su vida de lo contrario lo único que Norman habría seguido viendo en cómo su hijo se iba revolcando más y más en la miseria.

Para Peter el combate era totalmente distinto. Si había alguna persona en el mundo que Peter nunca quiso volver a ver esa era Norman. Le había quitado a su novia, a su mejor amigo... todas aquellas penalidades que incluso superaron la propia vida de Norman para seguir persiguiendo a Peter tras la muerte del Duende Verde. Y en el fondo de todo, Peter hallaba sólo culpa. Culpa por no haberle detenido antes cuando tuvo la ocasión, por haber mantenido la verdad sobre su identidad en secreto y culpa sobre todo porque de haber actuado de otra manera quizás Gwen, Harry y quizás el mismísimo Norman seguirían hoy vivos.

- ¡Spider-Man! -gritó Mary Jane desde la cornisa del Daily Bugle-.

Pese a los avisos de su sentido arácnido y de su mujer, Peter no fue capaz de esquivar el puñetazo directo que Norman le mandó a la mandíbula y que lo lanzó por los aires hasta acabar en el tejado del Bugle. Norman saltó hacia Peter y aterrizó justo encima para propinarle puñetazo tras puñetazo.

La puerta del tejado se abrió. Mary Jane salió corriendo hacha en mano (aunque ese no hubiese sido el uso que los encargados de seguridad del Bugle le hubiesen dado pero bien valía). Norman, divertido, dejó que Mary Jane se acercara lo justo para detener el hacha antes de que contactase contra su cara.

- Tierno pero inútil -dijo partiendo el hacha en dos-. Vamos a tener un poco de intimidad, ¿no os parece?

Norman lanzó una bola de fuego contra la escalera de incendios derrumbándola y aislando la azotea del edificio.

- Y ahora Parker, vas a ver cómo su mujer muere lentamente.

Peter agarró la pierna de Norman.

- ¡Déjala en paz, monstruo!

Norman se deshizo de Peter pateándole varias veces en las costillas. Mary Jane por su parte intentó golpear a Norman pero simplemente no tenía la fuerza que se necesitaba. Norman la iba a agarrar del cuello cuando una telaraña le rodeó e impidió moverse.

- ¿Aún en pie?

Norman rompió las telarañas pero agarró una de las hebras y tiró de ella para hacer que Spider-Man viniera con ella y darle una fuerte patada.

- ¿Por dónde iba?

Norman se preparó para darle un puñetazo a Mary Jane, un puñetazo que con su fuerza sería mortal. Preparó el brazo y golpeó, para encontrarse con la mano de Spider-Man deteniendo su puñetazo.

- ¿Todavía tienes fuerzas?

Norman lanzó otro puñetazo que Peter detuvo. Hastiado, comenzó a darle fuertes cabezazos unos tras otro hasta que su propia frente comenzó a sangrar. Sin embargo Peter seguía en pie estoicamente.

- ¡¡¿Por qué? ¿Por qué sigues en pie? ¿Qué es lo que tengo que hacerte, que es lo que tengo que quitarte para que te rindas? ¿Por qué sigues en pie?!!

- Porque Harry no está aquí.

- ¿Qué?

- Las puertas del infierno se han abierto, todos los lunáticos y malnacidos que estabais ahí habéis escapado. No sé por qué ni ahora mismo me importa mucho. Pero lo que sí sé es que si Harry ha conseguido su segunda oportunidad y está en un lugar mejor pese a todo lo que has hecho, yo tampoco pienso rendirme anti ti.

Esta vez fue Peter quién golpeó con la cabeza a Norman. Aturdido, Norman soltó a Peter y éste comenzó a golpearle una y otra vez.

- ¡Peter!

Mary Jane le lanzó los restos del hacha a Peter y este se los clavó directamente el corazón a Osborn que cayó al suelo.

- ¿Se ha acabado? -preguntó Mary Jane mientras se acercaba a recoger a un Peter que casi no se tenía en pie-.

- Se ha acabado -dijo Peter-.

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1.- MarvelTopía: Asombroso Spider-Man #445

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DAILY BUGLE

Pues ya está, este es mi número final donde ato todo lo habido y por haber para que el próximo guionista tenga camino libre. ¿Por qué me voy ahora? En parte es porque ya no tengo tanto tiempo como antes para escribir (se nota en mis series paradas la mayoría) y en parte porque también me apetece pillar alguna que otra serie nueva y ver qué puedo hacer con ella, aunque sólo sea un pequeño arco argumental.

En cuanto a qué se ha quedado en el tintero con mi salida. Lo fundamental era el plan de hacer a la Rosa alcalde de Nueva York, cosa que se fue un poco al garete cuando el Marvel decidieron darle a Osborn el papel de jefecillo del universo marvel, no quería copiar tanto a Marvel porque mi planteamiento hubiera sido similar. Pequeñas otras cosas sobre todo relacionadas con Ben y su ingreso en el cuerpo de policía, me planteaba ordenar un poco el caos que siempre hay en el universo Marvel de policías y departamentos y darle una estructura más o menos coherente con personajes que pudieran ser usados en otras series y demás, así como los problemas que la identidad secreta de Ben podían tenerle (una de las ideas es que Ben matara de un tiro a un delincuente violento y tuviera la duda de si lo había hecho porque no tuviera otro remedio o porque hubiera preferido mantener su identidad secreta) y no, no pensaba devolverle la identidad de Araña Escarlata y menos el tan noventero traje.

Y bueno esto es todo. Ha sido un placer poder escribir las aventuras de mi personaje favorito y espero que sigáis leyendo mis números de Linterna Verde y Star Wars.

 
 
   
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