MarvelTopia
Marvel
 
 
 
Tiene muchos nombres: Marc Spector, mercenario. Steven Grant, playboy. Jake Lockley, taxista. Todos ellos no son sino una fachada para el héroe que ha vuelto por dos veces de la muerte, el Puño Vengador de Khonshu... el Caballero Luna
 
Caballero Luna vol. 3

CABALLERO LUNA VOL. 3 #70
El despertar
Guión: Alex García

-----

PORTADA: El Caballero Luna, atado a una cruz, con la cabeza gacha, cubierta por su capucha. Texto: El final...

-----

Un grito de mujer procedente de un portal llamó su atención; rápidamente, el Caballero Luna corrió hacia allí, sólo para encontrar el cuerpo gravemente herido de una mujer, que se hallaba boca abajo. No había ni rastro del agresor, así que Marc le dio la vuelta con cuidado al cuerpo, con la intención de prestar primeros auxilios a la desafortunada mujer si aún era posible, pero su corazón se detuvo al reconocer el rostro de la mujer.

"¡Marlene!"

Cada vez estaba más pálida; miró a Marc y por un momento su rostro se iluminó. Después movió los labios intentando pronunciar el nombre de su amado, pero ni siquiera le quedaban fuerzas para eso. Marlene Alraune murió en los brazos de Marc Spector.

Marc no podía respirar, sentía que se ahogaba. Mientras forcejeaba por quitarse la máscara oyó una risa estridente que sonaba más fuerte por momentos. Se volvió para ver a un hombre vestido de negro con un pasamontañas del mismo color que le cubría la cara y que empuñaba un gran cuchillo ensangrentado en su mano derecha; pequeñas gotas rojas caían despacio al suelo, demasiado despacio.

- Espero que te haya dado tiempo de despedirte de ella - dijo el otro con sorna -, porque ahora vas tú.

Con un grito de rabia Marc se abalanzó sobre el asesino, golpeándole con rabia; el otro cayó de rodillas pero no soltó el cuchillo. Marc apenas si se dio cuenta de ello: agarró el pasamontañas del otro y se lo arrancó de un tirón, deseando ver el rostro del monstruo que le había quitado a su amada, pero al instante deseó no haberlo hecho, pues el rostro que había bajo el pasamontañas era el suyo.

- Cálmate, hermano - dijo el otro, sin perder su sonrisa -, no es culpa mía que no sepas proteger a tus mujeres.

Marc iba a replicar pero era demasiado tarde; se había olvidado del cuchillo y ahora el otro le apuñalaba a la altura del corazón.

-----

- ¡¡¡Marlene!!! - gritó Marc. Se incorporó en la cama y miró a su alrededor, comprobando que estaba en su habitación y que todo había sido una pesadilla. Una pesadilla muy real, se dijo mientras se duchaba, incapaz de controlar los temblores que aún sentía.

Tras media hora bajo el agua caliente se sintió más relajado. Se puso su albornoz y bajó a desayunar.

- Buenos días, señor Grant. ¿Le preparo el desayuno?.

- Sí, gracias, Nedda, tomaré lo de siempre. Que Samuels me lo lleve al salón.

- Sí, señor.

- Ah, Nedda, una cosa.

- Dígame, señor.

- Deja de llamarme "Grant", ¿Quieres? Llámame Spector... o mejor, Marc.

- Si no le importa le llamaré señor Spector, señor... es el protocolo a seguir.

- Está bien. Díselo a Samuels.

- Enseguida, señor.

De camino al salón Marc reflexionó sobre lo que acababa de ocurrir. No le importaba hacerse llamar Steven Grant, no. Le preocupaba que le llamasen así en su propia casa por miedo a volver a perder el control... de que una vez más, las personalidades de Steven Grant, Jacke Lockley, Marc Spector y el Caballero Luna volviesen a entremezclarse.

Temía volverse loco.

Mientras desayunaba leyó el periódico; en uno de los titulares se mencionaba la generosa donación del millonario filántropo Marc Spector a una organización destinada a ayudar a los veteranos de guerra. Marc arrugó el periódico y lo lanzó contra una pared, furioso. Su doble seguía usurpando su vida, y además se estaba dejando ver en público demasiado. Cuando interpretaba a Grant al principio siempre había evitado las fotos en la medida de lo posible, entre otras cosas porque si se hacía demasiado popular alguien podría percatarse del parecido con cierto taxista llamado Lockley o un mercenario retirado llamado Spector... esa costumbre siguió cuando retomó su identidad de Spector y desechó las demás, principalmente para que nadie notase el asombroso parecido entre Grant y Spector. Las acciones de su doble podían poner en peligro su identidad secreta, amenazando así la efectividad del Caballero Luna.

Preocupado, se levantó, dejando su desayuno a medio terminar, y salió en busca de Samuels.

- Samuels, ¿Has visto a Frenchie o a Marlene?

- Sí, señor. La señorita Alraune ha salido a la ciudad por asuntos de Grant Holdings, dijo que volvería para comer. El señor DuChamp está ahora mismo fuera, hablando con Chloe.

- Bien, hablaré con ellos cuando vuelva Marlene. Ahora creo que iré al gimnasio a entrenar un rato.

- Muy bien, señor.

- A propósito, Samuels, ¿Qué tal os lleváis Nedda y tú con Chloe?

- Bueno - carraspeó -, al principio Nedda no estaba muy conforme con la idea... pero hemos visto que es bastante competente, y al final Nedda empezó a sentir algo de afecto por la joven. Entre usted y yo señor - sonrió -, ahora la trata como si fuese hija suya.

Marc rió, dio una palmada en el hombro a su mayordomo - su amigo -, y se dirigió al gimnasio. Una vez allí se quitó el albornoz que llevaba y abrió la puerta del armario donde guardaba varias copias de su uniforme de Caballero Luna y se puso uno, sin la capucha ni la máscara. Se volvió, tomó aire y comenzó un fuerte entrenamiento, confiando en apartarse de sus problemas, al menos momentáneamente.

-----

Jean Paul encontró a Chloe en el jardín, sentada junto a un árbol. La joven mordisqueaba una brizna de hierba mientras miraba al cielo, completamente abstraída. El corazón de Frenchie dio un vuelco al contemplar su belleza y recordar lo que ambos habían sentido - o todavía sentían - el uno por el otro. Carraspeó.

- Umm...¿Bonito día, verdad?

Chloe bajó la mirada despacio, hasta encontrarse con la de Jean Paul; éste advirtió que ella había estado llorando.

- Chloe, ¿Qué te pasa?

Ella no respondió, pero se lanzó sobre Frenchie y le abrazó con fuerza. Jean Paul notó que ella estaba empezando a llorar otra vez.

- No lo entiendo, Jean Paul, ¡No lo entiendo! Hasta ayer mismo yo era Templaria, con la misión de exterminar a los Infernitas y salvaguardar la Estirpe, y hoy... hoy he perdido mis poderes, y mis recuerdos de los Templarios se van desvaneciendo. Como si nunca los hubiese tenido... ¡Voy a volverme loca!

Frenchie no sabía qué decir; lo que le estaba pasando a Chloe ya le había pasado también a él, y aún no sabían quién era el culpable, aunque todo apuntaba hacia el falso Marc Spector.

- Tranquila, ma petit - dijo mientras le acariciaba el pelo -. Te juro que averiguaremos lo que ha pasado... a cualquier precio.

Ella alzó el rostro y miró a Frenchie a los ojos.

- Te he echado de menos, Jean Paul - susurró.

- Y yo a ti, chère - sonrió.

El jardín se quedó en silencio mientras dos antiguos amantes se reencontraban al fin, a pesar de todas las intrigas y desgracias que habían sacudido sus vidas.

-----

- ¿Querías vernos, Marc? - preguntó Frenchie al tiempo que entraba con Marlene en el estudio.

- Si, pasad -Marc estaba sentado en una gran mesa de roble; montones de informes y cintas, tanto de audio como de vídeo, llenaban la mesa. Todo ese material era referente al misterioso doble de Marc; aprovechando sus conocimientos sobre la seguridad de SpectorCorp, no habían tenido problemas para espiar las comunicaciones. Marc tomó buena nota para reforzar la seguridad... en caso de que algún día recuperase su identidad.

- Esta mañana - dijo Marc mientras se levantaba de la mesa -, "Spector" ha cancelado todas sus citas para la tarde. Es de suponer que se trae algo importante entre manos.

- ¿Y qué es lo que vamos a hacer? - preguntó Marlene.

- Bien - replicó Marc -, sabemos que siempre que abandona el edificio de SpectorCorp lo hace en taxi...

- ...Así que hoy será Jake Lockley el que le recoja - concluyó Frenchie.

- Exacto. Frenchie, tú nos seguirás desde arriba. Chloe intervendrá la llamada de la secretaria de mi doble y hará de recepcionista de la compañía.

- ¿Y yo?

- Tú te quedas aquí, Marlene. Esto es algo que tengo que hacer yo sólo.

- Y por eso te llevas a Frenchie...

- Frenchie sólo viene en caso de que necesite apoyo.

- Vaya, gracias por el cumplido - rió Frenchie.

- Marc...

- No, Marlene, no vas a venir. PUNTO.

Marlene Alraune miró fijamente a su amado con incredulidad, como si fuese la primera vez que lo veía. Finalmente se volvió y cerró las puertas del salón con un fuerte golpe.

- Creo que esta noche vas a dormir solo, amigo mío...

- Si ella viniese - respondió Marc, sombrío mientras recordaba su pesadilla -, temo que tendría que dormir solo el resto de mi vida.

-----

- Quédese con el cambio - dijo Marc Spector mientras entregaba un billete de 10 dólares al taxista.

- Gracias, señor - repicó Jake Lockley mientras guardaba el billete y observaba a su doble entrar en el pequeño almacén al que le había traído.

"Dios, es como mirarme en un espejo", pensó. Si no arreglaba la situación, temía que sus múltiples personalidades volviesen a surgir, cosa muy probable porque hablar con un doble suyo no ayudaba a su cordura.

- Me oyes, Frenchie?

- Alto y claro, Marc.

- Voy a ponerme el uniforme y a entrar. Tengo que acabar con esto de una vez.

- Oui, pero ten cuidado, Marc.

Minutos después el Caballero Luna se encaramó al tejado del almacén ayudado por su garfio, al que transformó en porra al llegar arriba. Sigilosamente se acercó a la claraboya y observó el interior del edificio; lo primero que vio fueron enormes objetos - probablemente estatuas -, cubiertos por inmensas lonas. Tardó poco tiempo en encontrar a su doble, el cual paseaba por el almacén canturreando alegremente una cancioncilla que a Marc le recordó cuando era un niño y su madre le cantaba antes de dormir.

¿Era la canción una coincidencia o su enemigo sabía que él estaba allí e intentaba provocarle? ¿Cómo sabía entonces tanto sobre él? Dispuesto a no defraudar a su gemelo, el Caballero Luna asió los pliegues de su capa y saltó sobre la claraboya, atravesándola. Una lluvia de cristales rotos acompañó la caída - controlada con su capa - del Caballero Luna.

- Impresionante entrada - ironizó "Spector" -. Naturalmente sabe que está allanando propiedad privada, así que tendré que pedirle que se vaya. A menos que quiera hablar con la policía, claro.

- Basta ya. Es hora de poner fin a esta charada. No eres Marc Spector y voy a demostrarlo.

- Adelante.

La sonrisa cínica del otro no desapareció cuando el Caballero echó hacia atrás la capucha y se quitó la máscara, revelando el rostro del auténtico Marc Spector; al contrario, se ensanchó.

- Vaya, vaya. Cuanto tiempo sin verte, Marc. Supongo que tienes razón y que hay que terminar con esta charada, pero - miró al cielo a través del agujero en el techo donde antes había estado la claraboya - aún es demasiado pronto para ello. ¿Morfeo?

"¿Morfeo?". Instintivamente Marc se dio la vuelta, pero una ráfaga de energía de ébano le alcanzó de pleno, paralizando sus músculos y provocándole un intenso dolor. Mientras se sumía en la inconsciencia lo último que oyó fueron las palabras de su doble:

- La noche, Marc. Las piezas se juntarán... esta noche.

-----

Frenchie lo había oído todo a través de micrófono que Marc llevaba incorporado en su capucha; por primera vez en muchos años no sabía qué hacer. Él solo no podría rescatar a su amigo, porque no era rival para Morfeo - y parecía evidente que el otro también poseería superpoderes; no, Frenchie no podría hacerlo solo... necesitaría ayuda.

"Lo siento, Marc, sé que no quieres que ella venga, pero no tengo otra opción".

El Lunajet surcó los cielos de Nueva York a toda velocidad, rumbo a la mansión de Steven Grant.

-----

Cuando Marc despertó comprobó que estaba atado a lo que parecía un altar de piedra; un vistazo a su alrededor le descubrió grotescas estatuas talladas en mármol iluminadas por pequeños braseros diseminados por toda la estancia. Marc dudó de si se encontraba en el mismo almacén hasta que vio la luna llena a través de la rota claraboya.

Su atención se volvió hacia su doble, que se acercaba hacia él sonriendo, con un traje negro que le resultaba muy familiar.

- Y bien, Marc, ¿Qué opinas de mi templo a Morfeo? Un poco retro, la verdad, pero al pobre diablo le hacía ilusión... - Marc pudo oír un gruñido de Morfeo tras estas palabras, pero el monstruo no estaba a la vista.

- ¿Quién demonios eres? - preguntó Marc, que se sentía cada vez más confuso.

- Oh, vamos, Marc, no me defraudes. Estoy seguro que ya sabes quién soy. Si lo adivinas antes de que recupere mi verdadero aspecto te levas un premio - rió. Repentinamente su expresión cambió y empezó a hacer extrañas muecas, al tiempo que inquietantes chasquidos - que le recordaban a Marc los que se producen al romper huesos - acompañaban a extraños cambios en os rasgos del otro: nariz, orejas, etc.

Marc miró fijamente al extraño ser, viendo más allá de su ahora repulsivo aspecto y estrujándose los sesos para averiguar quién era. Obviamente le conocía muy bien... su forma de hablar le resultaba muy familiar, y la canción que tarareaba antes... la canción de su madre. De repente la identidad del otro apareció en su mente.

- ¡Randall!

En ese momento la transformación se completó y Marc pudo ver al fin el rostro de Randall Spector, alias Sombra Nocturna.

Su hermano.

- Bueno, supongo que ahora querrás una explicación, en un intento desesperado para ganar tiempo y poder escapar - una sonrisa socarrona apareció en su rostro -. Sin problemas. ¿Por donde quieres que empiece, querido hermano?

-----

Y entonces Marc se vio transportado al Domo, momentos antes de la explosión: el virus Hora Cero había sido sellado dentro del complejo1; el mundo estaba a salvo... a costa de su propia vida. Se sentía en paz, esperando la muerte. Solo lamentaba no poder despedirse de Marlene.

De repente el holograma de Set cambió, mostrando la forma de su hermano. Marc se quedó helado... ¿Qué estaba pasando?

- Bueno, Marc - decía el holograma -, doy por hecho que has fracasado estrepitosamente y que Hora Cero se ha extendido por el mundo, matando a millones de personas.

"Así que es hora de que lo sepas. Set Phalkon existe pero ni tú ni yo portamos su sangre. Es más, nunca le he visto, no sé si vive todavía. He sido YO quien - con ayuda, claro - he retorcido tu vida hasta volverte loco, aunque has aguantado hasta el final.

"Aún así sospecho que la culpa por la muerte de todos esos inocentes pesará sobre tu conciencia lo suficiente para acabar el trabajo que he empezado, así que... tranquilo, hermano, iré a verte al psiquiátrico... con tu cara. ¿Sabes? Creo que me gustará ser Marc Spector.

El holograma calló y Marc contempló la imagen de su hermano con pena. El odio que sentía su hermano por él no conocía fin... y ahora su loca mente había tramado un plan infantil. Marc no cedería a la locura, no mientras supiese quién era el verdadero responsable. Pero al fin y al cabo el plan no resultaría tan infantil... ya que Marc iba a morir, con lo que su hermano podría reemplazarle.

Explosión.

Marc se arrastró entre los escombros hasta llegar hasta donde estaba Marlene... y cayó ante ella.

"Por fin sé qué decirle", pensó Marc, "Pero no voy a poder hacerlo".

Lo último que sintió fue la mano de Marlene acariciando su cara.

-----

- Podrías empezar por explicarme por qué todo el asunto de los Infernitas. Y de donde has sacado esos poderes, claro.

El otro rió.

- Verás, Marc... soy un mutante. He estado leyendo sobre ellos y sé que aunque es muy raro, algunos manifiestan sus poderes a temprana edad, mientras que algunos no los manifiestan nunca. En mi caso fue después de la primera vez que me mataste.

- Yo no...

- ¡Chsst! No he acabado. Al principio me sentí genial... era increíblemente fuerte, además de poseer otros dones. Por fin era mejor que tú, Marc... Pero luego descubrí el terrible precio a pagar... tenía que absorber la fuerza vital de otros. Lo descubrí por accidente, lo admito, al matar a una enfermera. Supongo que hay cosas que no cambian. Aún siendo más débil que yo eras mejor, Marc... pues tú no necesitabas matar a otros para vivir. Mi odio por ti aumentó.

"Al principio fue terrible, la sensación de ser poco más que un yonqui que necesitaba su dosis diaria... pero descubrí que absorbiendo la vida de la gente también absorbía sus recuerdos; se volvió un fascinante hobby para mí.

"Un día, durante una de mis 'comidas', una extraña mujer llamada Templaria intentó matarme; fue completamente inútil. Recuerdo la expresión de sorpresa en su rostro, murmurando que yo no debía ser tan poderoso.

"Al absorber sus recuerdos descubrí por qué. Me había confundido con una extraña especie de vampiros - si, lo has adivinado, los Infernitas -, los cuales poseían características similares a las mías... aunque eran menos fuertes, tenían menos poder.

"Ahí se fraguó mi plan. Localicé a Morfeo y le liberé. Utilizamos sus poderes para crear ilusiones para convencer a los Templarios de que tu camarera era en realidad Templaria. Mis propios - aunque modestos - poderes mentales potenciaron los de Morfeo, y traspasamos los recuerdos de Templaria a tu sirvienta. Morfeo le concedió parte de su energía del sueño para darle poderes2 - poderes que realmente no tenía, pero ella tendría la habilidad inconsciente de provocar la ilusión de que sí. Eso mientras Morfeo estuviese consciente, claro... cuando tumbaste a Morfeo hace unas semanas... la ilusión se rompió3.

"El resto es fácil de adivinar... localizamos una colonia Infernita y les convencimos de que su antepasado había venido; convertimos al francés en Estirpe, y dejamos que todo siguiese en marcha. Hasta te hicimos creer que matabas una encarnación de tu amigo.

"Queríamos volverte loco... la muerte no nos bastaba. Así que imagínate nuestra sorpresa cuando te sacrificaste para salvar el mundo del virus Hora Cero; nos costó mucho encontrar al que lo hiciera, y luego el pobre se murió... - Randall adoptó una expresión inocente.

"Pero, bueno, a pesar de tu muerte yo podría haber sacado tajada mucho antes ocupando tu lugar... de no haber sido por el imbécil de Morfeo.

Marc pudo escuchar un gruñido de protesta de Morfeo ante el insulto, pero el monstruo no dijo nada más.

"El inútil convenció a todo el mundo de la historia de los Infernitas... incluso a mí. Me he pasado un año creyéndome el descendiente de un antiguo vampiro... no haciendo nada más que alimentarme de quien podía... hasta de mis acompañantes. Afortunadamente, después de cada "comida" mi m ente se fortalecía... hasta que recordé todo.

- Creo recordar que querías que todo fuese lo más real posible - rió sarcásticamente Morfeo.

Randall dirigió a Morfeo una mirada cargada de odio.

- El caso es - se volvió hacia Marc - que esta noche termina todo, hermano. Este es el altar de Morfeo, y voy a sacrificarte a él. Te abriré en canal y mientras la vida te abandona, yo seré libre de tu sombra para siempre.

Un jeep atravesó el portón del almacén con un gran estruendo. Marlene, Frenchie y Chloe iban en él.

- Disculpa, mon ami - Frenchie disparó el rifle que llevaba en ráfaga para obligar a los villanos a apartarse de Marc -, pero me temo que sólo nosotros tenemos derecho a apalear a nuestro amigo. Por cierto, lo hemos oído todo a través de la radio de Marc. Sigues estando chalado, Randall.

Rápidamente Marlene saltó del jeep y corrió hacia Marc, cuchillo en mano, para liberarle, seguida por Chloe para cubrirla. De repente Chloe empujó a Marlene, apartándola de un rayo de energía de ébano, que rodeó su cuerpo, paralizándola y elevándola por los aires.

- ¡Chloe! - gritó Frenchie. Tan distraído estaba que no vio cómo Randall agarraba una de las estatuas y la lanzaba contra el jeep, prácticamente partiéndolo por la mitad; Frenchie salió despedido y se golpeó duramente contra el suelo.

- Perfecto - dijo Randall -. Ya están todos aquí, Marc. Ahora podréis morir juntos.

A punto de perder la conciencia, Frenchie palpó su chaleco y sonrió aliviado al ver que el dardo que buscaba estaba aún intacto. Se incorporó a duras penas y por primera vez en años, rezó; acto seguido lanzó el dardo con toda la fuerza de la que aún era capaz. Guiado por su puntería o su gran suerte, el dardo se clavó en el antebrazo de Morfeo.

- ¿Eh? ¿Qué es esto? - murmuró el monstruo mientras se arrancaba el dardo del brazo. Rota su concentración dejó caer a Chloe al suelo. Exhausta, sus últimos pensamientos fueron para Jean Paul DuChamp.

- Imagino que es el Enkefalin 5, Morfeo - el Caballero Luna estaba libre, gracias a Marlene -. Parece que vas a volver al mundo de los sueños muy pronto.

Morfeo avanzó, vacilante, y alzó sus brazos. Energía negra crepitaba alrededor de ellos, y el Caballero Luna se preparó para intentar apartar a Marlene de la descarga. En ese momento los ojos de Morfeo se cerraron y cayó inconsciente.

- Vaya, vaya. Tus amigos son muy buenos, Marc - aplaudió Randall -. Es una lástima que deba mataros a todos.

- Dime una cosa, Randall - dijo Marlene al tiempo que disparaba contra Randall, quien esquivó ágilmente los disparos -. ¿Sigues tratando a tus citas a hachazos o ya has descubierto la motosierra mecánica?.

- Cuánto tiempo, querida Marlene. Aunque me temo que debo intentar matarte por segunda vez - Sombra Nocturna cargó hacia Marlene, pero el Caballero Luna se puso en medio e intentó detener su avance lanzando varios dardos de media luna contra sus piernas. Desafortunadamente el lanzador de dardos de la mano que estaba usando no funcionó.

"Maldita sea, vaya momento para estropearse". Para cuando Marc quiso cambiar de táctica, su hermano se encontraba ya ante él, y de una bofetada lo lanzó por los aires. Marc se incorporó para ver a Sombra Nocturna sujetando a Marlene por el cuello con una mano, mientras que con la otra destrozaba el rifle que ella había estado utilizando contra él.

- Bueno, Marc, despídete de ella. Va a seguir el mismo destino que Lisa.

-----

Marc recordó cuando su hermano y él eran mercenarios y conocieron a una mujer bastante especial llamada Lisa. Desgraciadamente el inestable carácter de Randall se manifestó cuando Lisa le descubrió traicionando a sus compañeros; Randall cogió un cuchillo de cocina y la mató. Furioso, Marc persiguió a su hermano durante tres días y noches, hasta que finalmente casi lo mató con una granada. Randall sobrevivió y escapó del hospital en que lo habían ingresado, matando a una enfermera en el proceso. Completamente desquiciado al fin, años después emprendió una serie de asesinatos de enfermeras armado con un hacha, y casi mató a Marlene. Durante esa segunda confrontación entre ambos hermanos Randall supuestamente había muerto, empalado con las gruesas ramas de un árbol4.

-----

Mientras observaba impotente cómo su hermano se disponía a absorber la fuerza vital de su amada, Marc recordó la rabia que había sentido al morir Lisa en sus brazos, y cuando la propia Marlene yacía en sus brazos, herida gravemente por un golpe de hacha propinado por Randall5. De repente se dio cuenta de que ya no sentía ningún rencor hacia su hermano: debía detenerle, pero no sólo por Marlene o por sí mismo, por los inocentes a los que su hermano podría matar y para vengar a los que ya había matado.

Con esas ideas en mente se abalanzó sobre su hermano, consciente de que nada podría hacer contra su fuerza superior, pero confiando en aturdirlo lo suficiente como para que soltase a Marlene. Así que él se sorprendió tanto como los demás cuando su hermano se estrelló contra la pared que estaba a diez metros debido al golpe.

Extrañado, Marc se miró las manos; acto seguido, instintivamente miró al cielo nocturno y contempló la luna llena. En el pasado, las fases de la luna habían conferido fuerza sobrehumana al Caballero, debido a la presencia de Khonshu en su interior. ¿Estaba otra vez Khonshu en el?

- NO, MARC SPECTOR - Marc se volvió a Frenchie en pie, pero con los ojos en blanco -, ESTOY AQUí.

- ¿Khonshu?

- SÍ, PUÑO MÍO, UNA VEZ MÁS TE OTORGO MI FAVOR, AL IGUAL QUE HE RESTAURADO LAS PIERNAS DE TU AMIGO.

- Las piernas de Frenchie... entonces, fuiste tú.

- BASTA DE PREGUNTAS, CABALLERO LUNA. LA HORA DE LA BATALLA DECISIVA HA LLEGADO. AHORA PUEDES ENFRENTARTE A LA CARNE DE TU CARNE EN IGUALDAD DE CONDICIONES. VE, Y DEMUESTRA POR QUÉ ERES EL PUÑO DE LA VENGANZA - el cuerpo de Frenchie se desplomó en el suelo una vez más, y Marc pudo ver la silueta del dios egipcio sobre él.

- Bueno - dijo Randall -. Si ha dejado de decir tonterías con tu amigo que está delirando es hora de morir, Marc.

- No. Es hora de que te encierre y busque una cura para tu locura, Randall. Se han acabado las muertes para ti.

- Valientes palabras - Randall descargó un puñetazo sobre Marc, quien se echó hacia un lado, agarró e puño de su hermano y barrió sus piernas, derribándole. Randall giró rápidamente en el suelo para apartarse del alcance de su hermano y se puso en pie, pero el pie de Marc le golpeó en la cara justo cuando se levantaba, lanzándole hacia atrás.

Todo atisbo de frialdad o autocontrol desapareció de la faz de Randall; cargó como un toro hacia Marc, quien simplemente se dejo caer hacia atrás, agarró las solapas de su traje y, apoyando una pierna en el plexo solar de su hermano y nuevamente le mandó por los aires. Furioso, Randall descargó una serie de puñetazos y patadas sobre Marc, pero por cada golpe que inflingía, Marc le propinaba al menos tres. Jadeando y cojeando, se apartó.

- Incluso ahora eres mejor, hermano - lágrimas corrían por su rostro cuando se dejó caer de rodillas -. ¿Por qué no puedo ser mejor que tú en nada? ¿Por qué...? Oh, dios mío, ¿Qué es lo que he hecho?

El Caballero Luna se acercó lentamente para evaluar el estado de su hermano, pero éste se movió rápidamente y le agarró por el cuello. Randall lanzó una carcajada triunfal.

- ¡He vencido!¡Soy mejor que tú, Marc! Ahora absorberé tu fuerza vital... ¡He ganado!

"Imbécil, imbécil", se reprochaba Marc. "Si no fuese un idiota compasivo ahora no estaría a punto de morir. Te he fallado, Khonshu... te he fallado, Marlene".

- LA COMPASIÓN NO ES NINGUNA DEBILIDAD, PUÑO DE LA VENGANZA, NI TAMPOCO EL AMOR FRATERNO, A PESAR DE LO QUE HAGA TU HERMANO. SIN EMBARGO, AHORA EL DIOS DE LA LUNA CLAMA VENGANZA, Y POR PRIMERA VEZ KHONSHU REALIZARÁ LA TAREA ENCOMENDADA A SU PUÑO - esas fueron las palabras que Marc oyó en su mente.

De inmediato notó cómo su hermano absorbía su vida... y de repente paró, aunque Randall seguía absorbiendo la vida de algún lado... horrorizado, Marc se dio cuenta de que la estaba absorbiendo del propio Khonshu.

- Randall, por el amor de dios, ¡Detente!

- No supliques, Marc, no quiero recordarte así - pero la sonrisa de Randall se desvaneció al darse cuenta de que estaba absorbiendo mucha energía vital, demasiada para su cuerpo... y que no podía parar - ¡Nooo! ¡Por favor, no! ¡Ayúdame, Marc!.

Pero no había nada que Marc Spector pudiera hacer, y lo sabía. Randall empezó a brillar con más intensidad, dejando de percibirse su silueta o sus rasgos. Lo último que oyó Marc decir a su hermano fue:

- Te quiero, Marc...

Momentos después, sólo el Caballero Luna permanecía en pie, junto a un montón de cenizas humeantes que antes habían sido Randall Spector. Marc se arrodilló y cogió un puñado con sus manos, mientras susurraba:

- Te quiero, hermano...

Tras él estaban Marlene, Frenchie y Chloe, aparentemente en buena condición física.

- ¿Se acabó? - preguntó Frenchie.

Marc se limitó a asentir.

- ¿Qué hacemos ahora? - preguntó Marlene.

- Lo primero es encerrar a Morfeo bajo llave... después veremos qué hacemos con Marc Spector y Steven Grant.

- Oui, Marc... pero si no te importa, Chloe y yo vamos a tomarnos un par de semanas libres. Creo que tenemos mucho de qué hablar - Chloe abrazó a Jean Paul y miró pícaramente a Marc, quien sonrió.

- De acuerdo, francés, como queráis. Creo que yo también me tomaré un par de días de descanso. ¿Qué opinas, rubia?

- Oh, no sé. ¿Estás seguro que serás capaz de pasar varios días sin aporrear a pobres maleantes vestido con un traje estúpido y una capucha?

Marc se tomó un momento para contestar:

- Tienes razón, Marlene, mañana mismo vuelvo a ponerme el traje - todos rieron.

A la noche siguiente el Puño de Khonshu volvió a patrullar las calles, en su eterna misión de proteger y vengar a los débiles.

"Bien, aún no sé qué voy a hacer con tanta identidad secreta, pero una cosa es segura: El Caballero Luna ha vuelto para quedarse".

Y en otro plano ajeno al de los mortales, el dios de la luna asintió con aprobación.

-----

1.- En Caballero Luna Vol.3 #60.

2.- Morfeo ya había hecho algo así en Caballero Luna Vol.2 #3, donde dotó a cuatro enfermos mentales con el poder de manifestar ilusiones peligrosamente realistas.

3.- En Caballero Luna Vol.3 #66, "La Hora Cero", de MarvelTopía.

4.- Esa historia fue publicada de complemento de Rampaging Hulk, reeditada posteriormente en Moon Knight Special Edition #2. En España ha sido publicado en el tomo Caballero Luna: Sombras en el corazón de la ciudad.

5.- Nuevamente en Caballero Luna: Sombras en el corazón de la ciudad.

-----

LUNABASE

Bueno, ante todo aclaraciones: esta historia iba a ser escrita en dos números, pero debido al retraso, preferí escribir un solo número retconeando todos los desaguisados de Kavanaugh de una vez.

Y hasta aquí llegan mis planes iniciales del Caballero Luna. ¿Qué voy a hacer a partir de ahora? Ni idea, pero ya pensaré en algo. Para cualquier crítica, opinión o sugerencia escribid a caballero_luna@marveltopia.net.

 
 
   
www.marvel.com
(1) All characters and the distinctive likenesses thereof are Trademarks of Marvel Characters, Inc. and are used with permission.
(2) Copyright © 2003 Marvel Characters, Inc. All Rights Reserved.