CABALLERO LUNA VOL. 3 #72
Sueños extraños
Guión: Sebastián
PORTADA: El Caballero Luna desde lo alto de una pirámide
El desierto se alza a todos los lados que la vista alcanza a divisar, pero
algo rompe su armonía. Es un templo, vigilado por dos guardias. Los guardias
conversan, de pronto, una figura envuelta en una capa café saca una honda y
una lanza. "Aun no he sido descubierto", piensa, mientras carga la honda con
una piedra, apunta, dispara y ¡en el blanco! Uno de los guardias cae al
piso, y el otro corre hacia el misterioso atacante, que saca su lanza y
atraviesa al guardia. "El muy tonto no ha contratado buenos guardias. Je",
ríe para si mismo, mientras llega al templo, pero ahí lo recibe alguien más
que mortal, un demonio llamado Baal. "Llegas tarde, Akmeth, ni tu ni el
bonachón de Khonshu podrán contra mi", y mientras ríe se dirige a él, pero
no hay temor en su mente, y cuando Baal está encima de él, suena un reloj
despertador miles de años después en New York.
Marc Spector se levanta en su cama sudando. "Vaya sueño", dice para si, y
baja por su desayuno. Abajo lo espera Marlene Alraune, la mujer que lo ama,
y Jean Paul (Frenchie) Duchamp, su mejor amigo.
Mientras se baña, Marc Spector piensa acerca del sueño. "Debió haber sido la
película", piensa mientras se seca antes de vestirse, "o la tensión por todo
lo que ha pasado las ultimas semanas1", piensa mientras baja las
escaleras a la cocina. Y ya en la cocina, Frenchie pregunta acerca de su
noche mientras le pasa su café y el diario. Le explica a él y a Marlene su
confuso sueño. Después de explicárselo, Marlene le dice que sólo fue un mal
sueño por la película de la noche anterior, y le da un cariñoso beso en la
frente, después de eso Marc se dirige al trabajo.
Y esa noche...
Marc Spector se pone su traje de Caballero Luna y sale a patrullar para
aclarar su cabeza, después de un movido día de trabajo. Aborda el Lunajet y
baja en un techo de un edificio del centro de la Gran Manzana. "Recógeme a
lo que te llame, Frenchie", dice por el comunicador de su máscara, mientras
desaparece por entre los edificios. Finalmente llega a donde unos asaltantes
que trataban de robar una tienda. El asaltante sostiene una 45 mm en la cara
del dependiente, y el otro vacía la caja. "Será fácil", piensa el Puño de
Khonshu mientras se dirige a ellos. El ladrón de la caja no se da cuenta de
lo que lo golpea, mientras unos dardos salen de la mano de su atacante y
hieren al de la 45 mm. Finalmente, el dependiente le da las gracias al
Caballero y lo invita a un trago. El dice que no puede. "Estoy de guardia",
se excusa, y sale por un callejón. "Al menos el hombre araña aceptaría una
soda", piensa el dependiente, mientras el Caballero Luna desaparece entre
los edificios.
Mientras, en otro lado, un niño corre por su vida, sólo por el crimen de
tener en su espalda el signo de Baal, y los hombres que lo persiguen quieren
algo de él, su cuerpo. El huye por entre unos edificios, y los hombres
continúan su persecución, sin saber que alguien los observa desde arriba, el
Puño de Khonshu. Finalmente se acaba el camino, no hay adonde ir, el niño
eleva una oración por su alma, pensando que todo va a terminar ahí. Uno de
los hombres se acerca y saca una daga y un cristal. "Todo termino, hijo,
estás destinado a cosas grandes", dice mientras alza la daga... De pronto,
unos pequeños dardos plateados en forma de media luna llueven de lo alto,
hiriendo a varios de los hombres. El de la daga gira su cabeza, sólo para
recibir una patada voladora en su cara. Uno de los hombres saca un rifle de
algún lado. El Caballero golpea rápidamente a otro, dejándolo inconsciente,
voltea, le ordena al otro que baje el arma, se niega, un dardo sale de su
capa, cae al piso adolorido, el dardo se clavó en su mano. Los dos restantes
no son tan imprudentes de quedarse, y huyen. El de la daga se levanta y
escapa.
Un rato después, en la misma tienda en la que el Caballero había detenido un
asalto solo minutos antes, el muchacho llora y el Caballero habla con el
dependiente y toma un vaso de café. El Caballero Luna espera a que el joven
que acaba de salvar recupere el aliento y coma algo. "¿Estás bien? Cuéntame
que pasó", preguntan el Caballero y el dependiente casi al mismo tiempo.
Después de un rato, el muchacho cuenta que su nombre es Connor Fox, que su
familia fue asesinada por esos hombres, que el líder de ellos era un señor
Renard que era amigo de su padre, balbuceó algo acerca de Baal y de que él
era su cuerpo de en este plano, y después rompe a llorar. Un rato después,
en el Lunajet, Marc Spector se quita la mascara del Caballero Luna, y su
amigo y piloto Jean Paul Duchamp pregunta acerca del muchacho, que duerme
después de la explicación. Su amigo le pregunta qué lo impulsó a llevarlo a
su casa. "Vamos", responde Marc, "incluso el loco de los cómics que adora a
los murciélagos lo haría". Los dos ríen y Marc se da cuenta que por fin todo
ha regresado a la normalidad.
Al otro día, en la mansión Spector, el niño se levanta. Sus pensamientos son
confusos, ha sufrido mucho. Baja instintivamente donde hay comida. Lo
primero que ve es a una señora haciendo huevos revueltos.
"Hola, chico", voltea la "señora", "¿cómo te llamas?".
"C...C...Connor, señora"
"Señorita, y llámame Chloe", le responde mientras le pasa un plato con
huevos revueltos y tocino. "Espero que te guste".
Mientras, en un edificio en el Soho neoyorquino, un hombre cura sus heridas.
Su nombre es Pierre Renard, y es un aprendiz de magia negra, o un loco
asesino ritual, según se mire. Para el detective Martín Páez de la policía
de Nueva York es lo segundo. Ultimamente es un héroe en el precinto 7, no
solo por acabar con unos traficantes de coca él solo, antes de que algún
encapotado lo hiciera. Ahora investiga el caso de Renard, más
específicamente la desaparición de la familia Fox, pero ahora toma un café y
se dirige caminando a la catedral de San Patricio. Por curioso que suene,
se dirige a rezar, por su madre y por los Fox. Es un joven muy religioso,
como le dijo el sacerdote McDougal. Continua su camino y entra a la iglesia.
Esa noche, el Caballero sale a patrullar, y llega a la casa de los Fox, a
las afueras de la ciudad. Baja del Lunajet, y le dice a frenchie que lo
recoja en 2 horas. Entra a la casa, pero cinco tipos lo reciben. Antes
golpeaban a alguien en el piso, ahora tres se dirigen a él y los otros dos
siguen golpeando al tipo. El Caballero lanza varios dardos, que impactan en
las espaldas de los dos tipos que golpeaban al otro, que caen adoloridos al
piso, mientras los otros tres se lanzan contra el Caballero. Sacan uno un
bate, el otro un arma de choques y el otro un puñal. "Bueno", suspira el
Caballero mientras saca su porra, "así lo esperaba". Golpea al del bate de
una patada y lo lanza contra un anaquel, detiene al de la daga y lo deja
inconsciente de un porrazo, el otro le da un choque y se retuerce. El tipo
que estaba en el piso saca algo de su gabardina y hay un ruido sordo. El
tipo sostiene una 9 mm humeante. "Disculpa, no me dejaron sacarla", dice el
tipo mientras se desploma. El tipo resulta ser Martín Páez.
Después de amarrar a los criminales, Marc lleva al policía a un lugar
seguro. El detective le explica que veinte tipos llegaron (en realidad eran
siete) y él les dió batalla (efectivamente), pero le cogieron ventaja y le
dieron una golpiza (todo por no sacar su arma). Páez le dijo que estaba tras
la pista de Renard y de los Fox, y los tipos buscaban algo.
"El hijo de los Fox está vivo", dijo Marc mientras se levantaba. "Lo tengo
en un lugar seguro. Ellos deben creer que está donde algún pariente o amigo
de sus padres", y Páez se da cuenta de esto, y dice que otros dos salieron
con algo, probablemente con una agenda del señor Fox o algo así.
"Entonces debemos ir por ellos", dice Páez mientras se levanta penosamente.
"No, yo iré, tu te quedas; estás muy lastimado".
El detective asiente con la cabeza mientras le pasa su tarjeta. "Llámame en
lo que sepas algo". El Caballero alza su vista y el lunajet está encima de
ellos. "Supongo que no tienes batiseñal", dice Páez mientras lo ve partir.
Ya en el avión, Frenchie le dice que ha habido varios problemas en Brooklyn,
porque unos tipos intentaron entrar a la casa de un tipo de apellido Fox.
"Probablemente un pariente de Connor, ¿eh?"
"Probablemente, no".
Crawley me dijo que habia escuchado a alguien decir que eran parientes de la
pobre familia Fox.
"Bueno, entonces vamos", dice el Caballero Luna mientras se quita su mascara
por un rato.
1.- Como lo debieron haber visto en los últimos 3 números
LUNABASE
Bienvenidos a una nueva etapa del hombre murciela... digooo... del Caballero
Luna. Saludad al nuevo guionista, Sebastian, y enviádle un mensaje
(sebastian0102@yahoo.es) contándole qué os ha parecido.
Bye!
-- Carlos, editor de MarvelTopia