Luz y Oscuridad.

Ying y Yang.

Bondad y Maldad.

Pedro Gómez no es una persona malvada. Mas bien se le podría considerar un superviviente. Es cierto que no tiene escrúpulos, pero nadie con ellos puede prosperar en el Bronx, por mucho que se diga lo contrario, por mucho que en los cuentos siempre triunfe el bien sobre el mal. La realidad es otra cosa.

Pedro Gómez tiene que trabajar para mantener a su mujer y cuatro hijos. Es mas listo que sus compañeros matones. Ha leído y estudiado bastante, todo lo que pudo antes de que su novia se quedara accidentalmente embarazada y tuviera que empezar a trabajar para uno de los narcotraficantes locales. Podría haber abandonado a su entonces novia, pero la amaba y tuvo que sacrificar su futuro por ella y su hijo.

Pedro Gómez sabe de sobra que las drogas son malas. Que destruyen la mente y la voluntad. Que provocan adicción y debilitan a la gente. Se justifica. Su razonamiento lógico es que el mundo es una lucha continua por la supervivencia, si alguien se deja atrapar por las drogas, no haber sido tan estúpido. Culpa suya, no de Pedro Gómez.

Mientras acaba de descargar una enorme caja de la lancha oye una enorme y siniestra risotada desde el almacén.

Se encuentra con un compañero, le pasa una pistola semiautomática. Pedro Gómez la carga. Ambos entran.

Lo primero que ven es una especie de ángel que lanzaba destellos. Iluminaba todo el almacén con sus súbitos puñales de luz. Indudablemente estaba bailando.

El compañero cae al ser atravesado por una descarga de luz.

Pedro Gómez sale de su asombro, por un momento se había quedado atontado ante la exhibición de danza de la chica resplandeciente. Apunta su pistola, no fallaría, él nunca fallaba.

- Tu propia maldad te consumirá, escoria.- No suelta la pistola pero tampoco llega a disparar a Puñal, algo le arrastra a la oscuridad.

Las cosas que vio y sintió en aquel momento Pedro Gómez son demasiado horribles como para ser descritas. Era lo que ocurría cuando alguien se introducía dentro de los oscuros pliegues de Capa.

- Suéltalo, Capa.- Exclama Puñal.- Hazlo antes de absorber su luz.

Capa parecía congestionado.

- Demasiado...- Suelta un cuerpo sin vida.- ... tarde.

Pedro Gómez, no pudiendo soportar las terribles visiones, se pego un tiro con su propia pistola.

Puñal mira horrorizada el cadáver. Capa se teletransporta detrás suyo.

- Vámonos.- Dice mientras la envuelve.

La mujer de Pedro Gómez apenas pudo salir adelante. Dos de sus hijos acabaron muertos en guerras de bandas. Una hija se empezó a prostituir y murió de una sobredosis. El ultimo tuvo mas suerte, aprendió de los errores de sus hermanos mayores y simplemente vivió una miserable y mediocre vida, rozando siempre la pobreza. Nunca supo educar a sus hijos, su mismo padre nunca había estado cuando él lo necesitó.

Capa y Puñal reaparecen encima de una solitaria iglesia.

- Tyrone...- Puñal se agarraba a los pliegues de Capa. Se sentía muy mal cada vez que algo de esto ocurría. Ella quería ayudar a la gente. A veces dudaba de que esta fuera la mejor forma.

- Tranquila, Tandy.- Capa y Puñal se llamaban por sus nombres de pila cuando no estaban enfrentándose a ningún enemigo.- Es una guerra. No se supone que debiera ser bonita. A veces ocurren cosas imprevistas. No siempre podemos evitar sus muertes.

- Pero es tan... Horrible.

- Hemos evitado muchas mas muertes impidiendo que ese alijo de drogas llegara a su destino. Lancé todas las cajas que contenían drogas al mar.

Lo que Tyrone no sabe es que no fue así. Al impedir la llegada del cargamento el precio del caballo se disparo. Los yonquis, totalmente desesperados por conseguir su dosis, se lanzaron a conseguir dinero a toda costa. El índice de crímenes aumento.

Tandy llora un poco encima del hombro de su amigo.

Ambos tenían una promesa.

Era su deber. Tenían que proteger a los jóvenes del efecto de las drogas. Ellos también habían sido jóvenes e inocentes, un hombre perverso les había drogado con una substituto experimental de la heroína. Eso había desencadenado sus poderes mutantes, aunque posiblemente enormemente aumentados. Desde entonces se habían hecho la promesa mutua de proteger a los débiles.

Era su responsabilidad.

Ambos tenían que combatir el mal.

Tandy estaba muy cansada y se tumba a dormir encima de una cama.

Capa la mira silenciosamente. Puñal dormía levemente de lado (luego le dolería el hombro sobre el que estaba apoyada), respiraba casi imperceptiblemente, tenia levemente abierta la boca. Él se sienta sobre la cama. Nunca había necesitado dormir, ni comer y existía la posibilidad de que no envejeciera.

Una mano se materializa desde dentro de su capa. La utiliza para acariciar el suave y blanco pelo de Puñal. Hacia mucho ella se lo había cortado pero a él le gustaba mucho mas cuando se lo dejaba largo y suelto.

Capa acerca poco a poco su cara a la frente de Tandy.

Deposita un suave beso en ella. Puñal se mueve bruscamente como si hubiera sentido un escalofrío.

Muy tristemente se levanta de la cama y desaparece con un destello.

Capa podía hacer algo parecido a volar, su masa era prácticamente nula en ciertos momentos y mas que caer simplemente planeaba.

Sentía un terrible nudo en la garganta.

Sentía como si le estuvieran clavando puñales en el centro del corazón.

Le amaba.

La amaba.

Desde el momento en el que se conocieron la había amado apasionadamente. Pero el suyo era un amor condenado al fracaso, por que Capa sabia que ella jamas le amaría como él a ella.

Nunca.

Ella era un ser angelical de luz. Amable, comprensiva, altruista. Muy muy bella. Lista. Con talento.

Él era un ser oscuro y diabólico. A veces se sentía como si la maldad acechara en el fondo de su ser, esperando el momento idóneo para salir. Con sus poderes era una amenaza terrible para todo lo vivo.

Sin sus poderes no era nada. Solo un estúpido tartamudo que apenas sabia leer. Una persona totalmente mediocre en todos los aspectos. Ella jamas le amaría. Ni con poderes ni sin ellos.

La amaba. Cuando le abrazaba, cuando le hablaba. Cuando le hacia caso era como si él fuera algo especial. Algo único.

No quería perderla de nuevo.

Puñal se despierta.

Aparta un mechón de pelo que le molestaba en la cara y se levanta.

Tenia una nevera con alguna comida. Saca un plato de fruta y come, apenas sin ganas.

Capa nunca comía. Ni dormía.

Lo único que necesitaba era que Puñal le proporcionara parte de la luz. Una luz que a ella le intoxicaba y que utilizaba para paralizar los nervios de los traficantes a modo de proyectiles o "puñales".

¿Por que seguía allí?

Siempre se había debatido entre dos caminos.

El primero era alcanzar su ansiada "vida normal". Una vida en la que podría desarrollar su talento artístico para la danza, podría conocer a mas jóvenes de su edad y vivir cómodamente en algún lugar.

No es que Capa no fuera muy amigo suyo. No era eso, Capa era el mejor amigo que había tenido jamas, pero con eso no bastaba. Quería conocer a mas gente. Divertirse. A veces, cuando le ocurría algo como la muerte de aquel traficante ponía en duda si realmente no debería hacerlo. Dejar a Capa y su promesa.

Pero el segundo camino era mas fuerte. Tenia que alimentar la oscuridad en el interior de Capa, solo Dios sabe lo que ocurriría si lo dejaba de hacer. Se lo debía, era su amigo.

Y tenían una promesa que cumplir. Una promesa que se habían hecho mutuamente. Evitar que a otros jóvenes les ocurriera lo mismo que a ellos.

Por eso debía sacrificar su "vida".

Piensa en ello mientras pela una naranja.

Capa detiene a un ladrón de poca monta.

Hubo un tiempo en el que sus poderes estaban bajo control y Tandy pudo empezar a llevar una vida normal. Pero él mismo hizo un pacto con un diablo para poder volver a recuperarlos. Sabia de sobra que no podía perder a Puñal, sin sus poderes hubiera acabado separándose de él.

Quizás fuera egoísta, pero NO podía perderla. La amaba. La amaba con locura.

A veces ella se iba, cuando no soportaba mas la soledad en la que se obligaban a vivir, pero siempre volvía a su seno. Siempre volvían a estar juntos.

CAPA Y PUÑAL.

Supongo que ya habréis comprendido la pecuriaridad de la unión entre Capa y Puñal, entre Tandy y Tyrone.

Os he dado la visión de cada uno. Lo que piensan de si mismos, de la pareja y de su unión. Sus compromisos.

Aun así me gustaría mostraros otra visión bastante significativa.

El Padre Delgado acogió a Capa y Puñal en sus primeros tiempos.

Les traicionó e intentó hacer un exorcismo sobre Capa. Mas tarde le ingresaron en un centro psiquiátrico.

- Puñal... Dulce ángel de amor.

- Capa... Horrible demonio de oscuridad.

- Te amo, Puñal. Te amo... He de librarte de la influencia demoniaca de ese monstruo. Te amo. Cuando te libere me besaras, me llamaras papi y te podrá acariciar por todo el cuerpo... Pero antes tendré que matar a ese diablo que te ha hechizado. A ese asqueroso pozo de lujuria que quiere aprovecharse de tu inocente bondad.

- Te amoooo...

Este es el actual estado del Padre Delgado.

Loco pero increíblemente revelador.

Fin del capitulo.

LUCES Y SOMBRAS

Vicente de los Santos y yo vamos a mostraros algo que seguro que os gustará. En este primer número quise hacer una especie de "La historia hasta aquí ha sido..." y creo que no me ha salido tan mal. En el número que viene mi coguionista os dará su muy personal imagen de Capa. Os aseguro de que os impresionará. Si os ha gustado este número o tenéis algo que compartir con nosotros por favor enviadnos un mensaje a "Luces y Sombras. Correo de Capa y Puñal.". Nada mas. Que disfrutéis de las historias.

XuM.