"He vuelto a soñar... creo que pensé que nunca podría volver a soñar pero me
he despertado con las sabanas empapadas en sudor... he soñado con el puente
y con la chica1, he soñado con mi pasado... y he tenido angustia"
Frank se encuentra en una cama destartalada con colchón doble en medio de un
almacén. Dormita al lado de la furgoneta roja, de una mesa hecha con
caballetes donde descansan todas las armas de fuego, con una tele de
bolsillo que no mostraba más que la niebla estática y una nevera pequeña
entreabierta, debido a la falta de los imanes de la puerta.
Frank se levanta de la cama y se acerca a la nevera. Saca una jarra de agua
fría y bebe de ella.
"Maria... ¿Por qué fuimos de Picnic ese día?"
"¿Por qué tiene que ser todo tan maquiavélico y tan oscuro"
Deja la jarra sobre la parte superior de la nevera y se acerca a la mesa a
comprobar el estado de una beretta de 9 mm regalo de algún gorila de los
Daurado2. Está sudando pero no hace calor suficiente para provocárselo.
Coge la beretta y apunta rápidamente a la pared. Los músculos del brazo se
le tensan rápidamente al agarrar fuertemente la pistola y mantenerla
apuntando a un blanco invisible. Al momento baja la pistola dejándola caer
sobre la mesa mientras se dirige de nuevo a la cama.
Se echa en la cama. Intenta cerrar los ojos pero no puede.
Vuelve a levantarse
Frank se dirige a una especie de botiquín y saca una cajita con cosas
parecidas a esparadrapo. Se quita la camiseta y sobre el pecho se coloca
tres parches de cafeína. Respira hondo y se dirige hacia un baúl lleno de
ropa. Coge unos pantalones vaqueros y una camiseta de mangas largas de algún
grupo extraño de Black Metal. Se calza las botas con puntas de acero y se
dirige a la salida, cogiendo previamente la beretta.
Llueve, son las 4 de la mañana e incluso las ratas han huido a sus rincones
a cobijarse. Solamente las más viles criaturas andan por la calle a estas
horas, o aquellas que han hecho de la noche su vida. Frank se adentra en
Central Park sin saber por que. Camina a través de las luces de las farolas
que le aportan la única luz entre tanta oscuridad. La noche es tan perversa
que hasta la luna se ha ocultado entre las nubes, temerosa de ser testigo de
atrocidades.
Frank camina y llega hasta una especie de merendero, donde en algunas tardes
soleadas alguna banda de música de Boy Scouts tocan para el deleite de los
viandantes, pero ahora por la noche está completamente lleno de prostitutas
que intentan hacer su trabajo. Mujeres de todos los colores, pintadas de
todas las formas compitiendo como si fueran aves de rapiña en busca de una
presa. Frases lujuriosas, actos provocativos y quizás algún atrevido roce
eran sus armas, pero aquella noche permanecían casi todas bajo el techo del
merendero, fumando y esperando que algún loco se adentrará hasta allí en
busca de placer.
Cuando vieron a Frank todas se adecentaron, colocándose bien las escasas
ropas que llevaban y adecuándose el cabello. Todas empezaron a llamarle,
piropeándole acerca de su entrepierna y todo lo que eran capaz de hacerle.
Frank rechazaba todo contacto y fue mirándolas una a una, como si estuviera
intentando analizar la vida de cada prostituta y se fijó en una que
permanecía sentada, cabizbaja con el cigarro consumido por completo.
Frank se puso delante suya. Ella levantó la mirada tristemente. El
maquillaje ocultaba con dificultad un moratón en la mejilla.
- Dime... ¿completo o parte trasera de coche? -dijo ella casi sin voz
- ¿Quién te ha pegado? -preguntó Frank cogiendo la mejilla de la mujer
- Nadie que te importe amigo - exclamó otra desde la reunión de brujas
Frank le cogió del brazo y la levantó
- Vamos
- Espera amigo, enséñame el dinero -dijo ella un poco molesta
Frank saca del bolsillo un fajo de billetes de 100$ y la joven prostituta
pierde los ojos en la mano de su supuesto "cliente". Le coge del brazo y
empieza a andar. Ambos se pierden hasta llegar a las afueras de Central Park
- ¿Donde tienes el coche? -preguntó ella
- Vamos a esa cafetería -dijo Frank
- Vaya... un escandalizador de cafeterías -dijo ella picaramente
Ambos entraron en la cafetería y la poca clientela que allí había se
quedaron mirando a la pareja. El camionero miró de reojo pero al momento se
centró de nuevo en su revista de motor. La pareja de policías miró a Frank
por encima para ver si coincidía con algún criminal que les hiciera la
noche, pero como no era ni hispano ni afroamericano, le pasaron por alto. El
camarero sin embargo no mostró tanta indiferencia.
- Oye no quiero zorras en mi local
Frank se levanta y se acerca a la barra. El camarero se asusta de la
expresión del recién llegado y en un momento baja la mirada y coge un paño
para limpiar la barra. Frank vuelve a la mesa donde se ha sentado la joven
invitada tras ser observado de nuevo por la pareja de policías.
- Eres un tipo duro -dijo la joven
- ¿Quién te ha pegado?
La chica baja la cabeza. El camarero llega y sirve café pero ella no acepta.
Frank se bebe su taza y la de la chica.
- No te lo voy a decir tío...no me metas en líos -dice ella cabizbaja -
¿Quieres pasar el rato o solo pretendes ser el típico amigo de las putas?
Frank permanece callado mirándola. Ella se levanta bastante molesta y se
dirige hacia la puerta, abandonando la cafetería con un portazo.
Unas horas más tarde...
Las prostitutas han dejado de esperar a que aparezca algún cliente entre la
lluvia. Sus chulos y protectores las han ido recogiendo, a excepción de la
joven prostituta que permanece de pie, inquieta, caminando de lado a lado
mientras no para de fumar. En ese momento aparece un individuo calvo, con
una gabardina larga de cuero y un paraguas. Hablan algo entre los dos y él
acaba abofeteándola. La agarra de la muñeca y la saca del parque. Se montan
en un coche y se marchan.
Frank pone en marcha la furgoneta, aún con marcas de la ultima batalla3 y
les sigue.
El coche para en un complejo de pequeños apartamentos. La pareja sube y se
meten en uno de ellos. La luz ya estaba encendida a su llegada y el tipo
mira de lado a lado antes de cerrar la puerta. Frank se baja de la furgoneta
y entra en el recinto. Rodea una piscina llena de verdina con unas butacas
de acero totalmente oxidadas. Sube las escaleras y comienza a caminar por el
pasillo hasta llegar a la puerta del apartamento. Escucha un televisor
encendido y ruido de agua corriente. Quizás un fregadero o una bañera.
Frank retrocede un poco, alza la pierna y fuertemente derriba la puerta de
una patada. La habitación se distribuye más o menos como el pensaba. El tipo
calvo está tirado en el sofá viendo la televisión. No hay más personas en la
sala. El emboscado se levanta y se dirige a su chaqueta pero recibe una
patada en la cabeza. Cae al suelo destrozando una mesita auxiliar y la
sangre mancha la alfombra. Frank le propina otra patada pero el individuo
agarra el pie y de un rápido movimiento hace caer al suelo a su atacante.
Agarra una de las patas de la mesa destrozada y golpe a Frank en la cara. El
siguiente golpe es bloqueado y aprovecha su fuerza para lanzar al chulo por
los aires, estrellándose de espalda contra el mueble bar. Frank se levanta,
está sangrando por la nariz y tiene el labio roto. Su contrincante también
se levanta y se lanza a por el recibiendo un fuerte puñetazo doble en el
pecho, haciéndole caer al suelo golpeándose la cabeza.
Frank le coloca una rodilla en el pecho y saca la pistola colocándosela en
la frente.
- ¡No por favor tío no no... nooooooooooooo! -suplica bastante malherido el
chulo - ¿Te envía Richard? Dios no os he traicionado...el negocio sigue a
medias como siempre....tengo una niña nueva y todo....no me mates tío por
favor...no me mates
Frank escucha atentamente y se mantiene un poco confuso, la cafeína y la
adrenalina han creado un cóctel explosivo en él. Quita el seguro de la
pistola
- ¡ No por favor!...te daré los nuevos videos...las fotos...los Cdrom...lo
que quieras tío...dile a Richard que todo el negocio es suyo...le daré a la
niña si quiere pero no me mates tío
- ¿De qué demonios me estás hablando?
El chulo, con la cara totalmente llena de su sangre y de la de Frank que le
va cayendo encima, se queda asombrado.
- ¿No te manda Richard? ¿Quién demonios eres? ...¡ eres un madero!
Frank levanta al tío y lo tira contra el sillón. Éste cae casi sin fuerzas,
vomitando sangre debido al ultimo golpe recibido. Frank se limpia la sangre
con el puño de la camisa mientras no deja de apuntarle.
- Baja el volumen de la tele -ordena Frank siendo obedecido al momento
Se sigue oyendo el ruido del agua, se oyen risas de una niña. Chapoteos...
Frank se asoma al pasillo y ve vapor de agua y luz en una habitación. De
allí procede las risas
- Ya me estás contando todo -dice Frank apuntando de nuevo al casi
inconsciente chulo
- tío... -dice torpemente el individuo - me has roto las costillas...me
cuesta respirar
Frank se acerca y le agarra del cuello, levantándole la barbilla y
apretándosela con fuerza
- ¿Quién es Richard?¿Negociáis con niñas? Dime que negociáis con niñas...
- Si tío si...negociamos con lo que quieras que negociemos...
No hay risas de niña. Frank debió prestar atención y su descuido le cuesta
un jarronazo en la cabeza. Cae al suelo y se aparta rápidamente esquivando
otro golpe, esta vez con una estatuilla falsa de Oscar. Apunta y descubre
que es la prostituta de antes, que al verse apuntada por un arma de fuego
suelta la estatuilla
- ¿tu? -pregunta asombrada la chica
- No...soy el Capitán América -dice Frank llevándose las manos a la cabeza
notando la pequeña brecha y la sangre brotando
La chica mira al chulo en el sofá. Ha muerto ahogado en su propia sangre.
Luego mira a Frank y en ese momento una niña de unos 6 años aparece con un
batín. La mujer corre a cogerla en brazos y sacarla del salón. Frank se
sienta sobre la mesa mientras se lleva sus dedos ensangrentados a la boca y
pone de nuevo el seguro a su pistola. Al poco tiempo aparece de nuevo la
mujer en el salón
- Ya me dirás que hago ahora -dice ella entre sollozos
- Este tío abusaba de tu niña. ¿No es así? -Pregunta Frank rescatando una
botella de Ron del mueble bar destrozado
- No, él no -respondió ella cabizbaja mientras se acercaba a Frank y le
quitaba la botella para darle un trago.
- ¿Quién es Richard?
- Tiene un videoclub... y se gana la vida traficando con cintas de
pornografía infantil
Frank se lleva las manos a la cabeza. Agarra la botella de Ron y le da un
profundo trago. Luego mira a la joven detenidamente y ella le observa
también
- ¿Quién eres? -dice ella cruzándose de brazos
- Nadie -dice él levantándose de la mesa y acercándose a la gabardina del
muerto - despierta a tu niña y coge algo de ropa. Nos vamos de aquí
- ¿Nos vamos? ¿Crees que me voy con el primer desconocido que aparece?
Frank la mira con una sonrisa irónica en el rostro. Ella se enfada y va a
por la niña tras proferir un buen número de insultos. A los quince minutos
están en la furgoneta de Frank alejándose de los apartamentos. La niña sigue
dormida en brazos de su madre, que no para de observar la furgoneta y sus
aparatos, sus marcas de guerra y el fusil de asalto que descansa en la parte
trasera.
- Tu eres un chalado de esos que se anuncian en la revista Soldado de
Fortuna -dice ella
Frank no responde. Sigue conduciendo mientras observa la agenda del chulo
que acaba de matar. Está buscando nombres y contactos
- ¿Tienes familia en alguna parte? -dice Frank
La chica permanece en silencio. Luego mira a su niña dormida y de nuevo mira
a Frank
- En San Francisco vive una tía mía... me quería mucho de pequeña
- Irás con tu tía y empezarás una nueva vida -responde Frank sacando el fajo
de billetes de 100$ y entregándoselo
La chica se asombra y se queda mirando a Frank
- ¿Quién eres? -vuelve a preguntar entre lágrimas
La furgoneta llega a la estación de autobuses. Frank se para en el
estacionamiento rápido y se queda mirando a la chica y a la niña, que sigue
dormida en los brazos de la madre.
- Vete -dice Frank
- Muchas gracias amigo -dice ella entre lagrimas - no te olvidaré jamás
Tras bajarse, la mujer se queda allí de pie mirando como la furgoneta se
pierde en el tráfico. Las lagrimas siguen cayendo por su rostro y su
tristeza se ve rota cuando un mozo de la estación le ofrece su ayuda para
cargar con la maleta.
Mientras Frank para en una cabina de teléfono. Se baja y hace una llamada
por teléfono.
- ¿Diga? - pregunta una voz muy aguda
Frank permanece en silencio
- ¿Diga?
- ¿Richard? -pregunta Frank tranquilamente
- Si soy Richard...¿Quién demonios eres?
Frank cuelga. Introduce de nuevo una moneda y hace otra llamada. Alguien
dormido suena al otro lado.
- ¿Quien demonios está tan aburrido para llamarme?
- Investígame el Videoclub Estrella, un tipo llamado Richard y el tema de la
pornografía con menores
- Johnny... ¿eres tu?
Frank vuelve a colgar. Se monta en su furgoneta y se dirige hacia el
videoclub. Como era de suponer el tipo vive en el mismo local o utiliza el
mismo teléfono. El barrio es de clase media y las calles están hasta
limpias. Frank aparca y se queda esperando cualquier movimiento. La
adrenalina y la cafeína aún le siguen haciendo efecto. Coge el teléfono y
marca un número del cual solo obtiene una voz automatizada.
- "Este número no se encuentra operativo"
Frank cuelga y mira el móvil. Ha llamado a Microchip y no sabe porque lo ha
hecho. En ese momento un coche se para junto al videoclub y se bajan dos
personas. Una de ellas llama a la persiana de metal del videoclub. El otro
se enciende un cigarrillo mientras espera. Frank apunta la matricula del
coche en un pequeño cuaderno y agarra la 9 mm.
- Buenas noches -dice un tercer tipo que aparece abriendo la persiana -
vosotros me habéis llamado antes ¿no?
- No -dice el tipo del cigarrillo- ¿Por qué?
- Por nada - dice el tercer individuo.
En ese momento saca dos cintas de video de su chaqueta y recibe un sobre
bastante ancho. Se entrecruzan sonrisas de complicidad y perversión y los
recién llegados se montan en el coche mientras el otro baja la persiana.
Frank espera a que se hayan marchado los del coche. Los puede coger en otra
ocasión, ahora su presa no son esos dos. Se baja de la furgoneta y se
encamina hacia la persiana. Siente aún la brecha de su cabeza con un poco de
sangre y dolor. No es normal que le hayan cogido desprevenido. La adrenalina
y la cafeína lo tienen totalmente alterado.
Llega a la persiana. Llama varias veces y oye al tiempo como se quita un
candado y comienza a levantarse la persiana
- ¿Qué se os ha olvidado? - pregunta el tipo bastante confiado hasta que ve
a Frank, con una camiseta negra con varias manchas de sangre, con un pequeño
hilo de sangre cayendo de su cabello a sus labios y con una pistola visible
en su pantalón.
El tío se caga de miedo e intenta bajar la persiana a toda prisa. Frank
aguanta con una mano la persiana mientras con la otra le golpea duramente en
la nariz. Por suerte Richard es un tipo delgado y de complexión débil. Una
chucheria para Frank.
Richard cae al suelo totalmente desconcertado. Intenta levantarse pero
recibe una patada en el pecho que le hace caer de nuevo al suelo,
golpeándose con la cabeza, perdiendo la conciencia.
...
La cabeza le da vueltas. Siente dolor por todo el cuerpo y aún no sabe muy
bien que le ha ocurrido. Richard entreabre los ojos y descubre su situación.
Está atado con película de videocasete. Esta completamente inmovilizado a
raíz de muchas películas cuyas carcasas están rotas o abiertas por la mitad
por todo el suelo. En esas carcasas se puede leer "Susie" , "Pequeña" y
cosas aún mas obscenas. Richard intenta mover el brazo para romper su débil
atadura pero descubre con un pinchazo de dolor que tiene los dos brazos con
los codos y hombros rotos. Arde de dolor y no sabe porque está vivo ni que
le está pasando. Ni siquiera sabe cuanto tiempo lleva inconsciente.
Intenta pensar quien demonios le ha hecho eso...no puede recordarlo...
consigue mover un poco la película de su cabeza y deja libre uno de los
ojos. Siente el mal sabor de boca con toda la película pero ahora puede ver
algo. La sala tiene tres o cuatro de sus pantallas de televisión visionando
algunas de sus cintas oro, sus joyas de la pornografía infantil que le
estaban haciendo rico, estaban siendo reproducidas sin sonido y eso a
Richard le desconcertó más.
En ese momento aparece Frank por la puerta, con dos garrafas de gasolina.
Richard lo me y comienza a moverse enérgicamente sin logro alguno. Frank se
acerca a el y mira las pantallas. Luego se vuelve y le hunde su puño
repetidamente en el estomago. Richard grita pero nadie le oye, y grita aún
más cuando ve que su agresor le está rociando con gasolina. No puede
vocalizar, no puede pedir clemencia y antes de su tormento solo llega a ver
una sonrisa macabra y un mechero cayendo sobre sus piernas. El resto es una
llamarada que recubre su cuerpo, haciendo que la película se funda en su
carne y comience a abrasar su piel. Se convierte en un gran punto de fuego
que se mueve enérgicamente emitiendo sordos y toscos sonidos.
Frank sale a la parte que es el videoclub. Camina tranquilamente hacia la
salida y de repente se para. Se gira y coge una película del stand. Un
puñado de chocolatinas y se dirige tan tranquilo a su furgoneta, arranca y
se marcha mientras el videoclub empieza a arder
FIN
1.- Castigador vol. 3 18 y 19 Usa Marveltopia
2.- ver número anterior
3.- ver número anterior
PROXIMO EPISODIO: ""Vigilante y Vigilado"
Tenemos sorpresa preparada para el siguiente capitulo. Nada más y nada menos
que el primer Team-Up / Combate total del Castigador y otro apreciado
personajillo Marvel
LETRAS Y BALAS
Tan solo cartas de groupies del guionista....ainss que pesadas
BODYCOUNT
El número de hoy ha estado tranquilito en cuanto a victimas, aunque puede
que Frank haya desatado algo demasiado heavy incluso para él. En fin, veamos
cuantas muertes llevamos en total:
- Mafiosos:
- Pelea en apartamento: 1
- Tortura en el videoclub: 1
- Inocentes: 0
- Superseres: 0
Victimas en este episodio: 2
Número total: 59