Contenido Violento. Recomendado Lectores Adultos
Iglesia de Nuestra Señora de la Salvación.
Padre Hawk. Un veterano de Vietnam. Medico de combate del escuadrón de
reconocimiento del Teniente Frank Castle. Un tipo que había dejado las armas
por las manos para ayudar a aquellos necesitados. Había dejado de servir a
la patria para servir a Dios. Pero la vida es un circulo y siempre se sigue
llegando al mismo punto.
Hawk estaba sentado sobre la mesa de su despacho. Estaba cogiendo una serie
de papeles y metiéndolos en una carpeta. Había una mochila también sobre la
mesa y sobresalía ropa. Frank Castle estaba junto a él, mirando por la
pequeña ventanilla. Sabía que la policía no tardaría en venir.
- ¿El Reverendo?
- Sammy Smith. De Indiana. Se hizo famoso por sus curaciones milagrosas, por
su revolución y todo el fanatismo que acarreaba1.
- Un falso profeta - dijo casi para si mismo Hawk
- Estuvo de siervo de Belasco, un demonio
Hawk dejo los papeles sobre la mesa y miró a Frank.
- ¡Por el amor de Dios! ¿Qué estás diciendo?
- No me creerías si te dijera que me he enfrentado al hijo de Mephisto2 -
dijo Frank con una burla. - Vamos, date prisa
Hawk termina de recoger sus cosas y sale acompañado de Frank. Los cadáveres
aún están por el suelo, pero no hay tiempo de limpieza. Justo cuando están
saliendo Frank se para y ve que uno de los encapuchados se está moviendo.
- Perfecto
- ¿Qué pasa? - pregunta Hawk
Castle se agacha y levanta al encapuchado. Le quita el pasamontañas y le
mira cara a cara. El tío no para de echar sangre por la boca y su piel
apenas emite calor.
- ¿Dónde está el Reverendo?
- No ...N... No te lo v (cough) voy a decir...
Frank mira a Hawk. Luego vuelve a mirar al moribundo. Se quita las gafas y
deja que ambos contemplen aquella rareza. Aquellos dos ojos tan negros como
su uniforme de Kevlar. Hawk se estremece y deja caer la bolsa. El moribundo
empieza a chillar pidiendo auxilio. Su voz apenas se oye debido al poco
aliento que le queda. Empieza a sufrir un shock y Castle lo zarandea un
poco.
- Dime donde está y te ahorraré el sufrimiento
- Af... Afueras... carretera del norte a unos 3.(cough)(cough) 30
kilómetros...
- Dime más
- Por favor...mátame...
- Dime más bastardo.
Frank le hunde sus dedos en la herida de bala. El moribundo empieza a
intentar chillar pero todo queda en una muda agonía.
- Ranch..o Will....god...
- ¡POR AMOR DE DIOS FRANK.HA MUERTO!
Castle se pone de pie. Tiene los dedos llenos de sangre. El cuerpo sin vida
ha conseguido la paz que buscaba, Hawk acaba de perderla. Mira a Castle y se
da cuenta que el rostro de su antiguo Teniente está empezando a cubrirse de
largas vetas negras, como si fuera camuflaje. Hawk en un acto de
desesperación levanta el arma.
- No se que eres... pero no eres humano
- Baja ese arma Hawk
- No eres... humano
Hawk abre fuego y alcanza a Frank. Ha recibido un impacto en el costado. Se
mira la herida. Está sangrando. Se mancha el pantalón, la sangre derrapa
hasta caer al suelo. Levanta la mirada lentamente y ve a Hawk tembloroso con
el arma en la mano. Va a disparar de nuevo pero Frank se anticipa y lo tira
al suelo. La bala se pierde en aquel edificio sagrado y ambos caen al suelo.
Hawk empieza a gritar pidiendo clemencia a su Dios, Frank se coloca encima
suya y colocando sus manos sobre su cuello hace que éste se rompa de un
certero movimiento.
Allí están los dos... Hawk muerto con el cuello roto y Frank de rodillas
encima suya. Lo mira, observa aquellos ojos sin vida y un hilo de saliva que
resbala por su boca entreabierta. Se pone de pie y se mira la herida. No ha
sido tan grave. Puede aguantar hasta que mate al Reverendo
Castle sale de la iglesia a pie. Se coloca sus gafas y mira al sol con
tranquilidad. Espera a que pase un taxi y se monta, marchándose
tranquilamente de aquel lugar.
Casa de Vernon Brooks
- A ver si lo he entendido bien. Usted colaboró con el Castigador para tomar
la Torre de Wilson Fisk3 - preguntó un tipo trajeado mientras miraba el
tráfico colapsado desde la ventana.
- Así es - respondió Vernon
Otro individuo estaba sentado frente a Vernon. Con una libreta tomando
anotaciones a partir de lo que estaba contando. El que estaba mirando por la
ventana se cansó de tal panorama y se acercó a los otros dos. Estaba claro
que eran del FBI
- ¿Cómo le conoció? ¿Por qué elegiría a un profesor de instituto?
- Se hizo pasar por profesor para desmantelar una banda de jóvenes
terroristas que trabajaban para Fisk4. Allí me conoció. Le ayudé y supo
que podía contar conmigo.
- Contar con usted. ¿Sabe él que le ésta traicionando?
- ................
- Bien ¿dónde ha dicho que está ahora?
- Lo último que supe es que iba a encargarse del maníaco que se está
cargando a los curas. Suele llamarme por teléfono para que colabore con él.
En ese momento suena el teléfono. Los dos agentes de FBI se miran y luego
miran a Vernon, que al igual que sus invitados no ha quitado vista al
aparato.
- ¡Cójalo! ¡Hable con naturalidad!
Vernon descuelga el auricular lentamente y se lo lleva al rostro. Los
agentes le vigilan. Lo sabe. Se está dando cuenta por la forma en la que le
están mirando.
- Vernon al habla. ¿diga?
- Vernon... soy Mike - dijo Mike casi susurrando
El taimado profesor que acababa de vender a Frank no pudo evitar mirar
descaradamente a los dos agentes, que se quedaron observándolo. Al momento
continuó con la conversación.
- ¿Qué tal Mike?
- Ha vuelto.... - dijo Mike
- ¿Y qué tal?
- .... Vernon... ¿me estas tomando el pelo?
- No que va. Lo de siempre
- Mira... no se a que coño juegas, pero Frank ha vuelto con una herida de
bala y la cara la tiene llena de vetas negras, algunas en relieve como si le
formaran una fina capa cutánea.
- ¡Qué bien! ¿no?
- .......................... < click >
Vernon cuelga el teléfono.
- ¿Quién era?
- Un amigo - dice Vernon
- De acuerdo. Bueno, estaremos en contacto. Manténganos informados en todo
momento.
- Si señor
Los dos agentes se disponen a salir. Justo cuando están en el portal de la
casa, uno de ellos entra y se acerca a Vernon
- Y espero que no se esté pensando algo que ya ha hecho. Lo digo por su
bien.
Los dos agentes se marchan. Vernon se sienta en el sillón. Enciende el
televisor y hace zapping rápidamente. Lo apaga. Se recuesta sobre el sillón
y comienza a llorar.
Una carretera comarcal cualquiera.... 2 horas más tarde desde la llamada
telefónica.
Frank Castle va conduciendo un coche. El salpicadero está forzado, le falta
un cristal y lleva varios cables manipulados. No baja de 100 km./h. El motor
del vehículo acompaña quizás a toda la guerra que se está desatando en el
interior del justiciero.
"No pensé volver a ver al Reverendo. Pero todo el mundo aparece cuando más
lo necesitas..."
Pasa un letrero que anuncia "Rancho Willgood". Recorre dos kilómetros más y
se mete por un camino secundario. Deja el coche entre unos matorrales y se
sube a un pequeño montículo. A lo lejos puede ver el rancho. Una gran casa y
dos naves que seguramente albergaran animales. Se recostó y comenzó a montar
un rifle de asalto, allí sentado tranquilamente. De repente notó algo y
cogió la pistola y apuntó. Era un perro, un flacucho galgo que estaba allí
jadeando sin dejar de parar a Frank. Al poco apareció de entre los
matorrales un hombre y otro perro. El hombre parecía cansado pero feliz.
Llevaba un peto vaquero, dos conejos en una mano y una escopeta en otra.
- No me vaya a matar al perro amigo
Castle miró al hombre. El otro perro se acercó al que estaba mirando al
Castigador.
- Si va a cazar con ese rifle le recomiendo que no vaya a por los conejos
- ¿Qué me recomiendas?
- Unos cuantos cerdos de ciudad que tienen loco al pueblo...
El hombre achuchó a sus perros y continuó su camino. Los perros se perdieron
rápidamente y Frank se quedó mirando a aquel cazador. Acto seguido continuó
con su rifle de asalto mientras no quitaba ojo de todo lo que sucedía en el
rancho.
Cayó la noche, Frank había dispuesto una mira telescópica de visión nocturna
para seguir vigilando a sus presas. Su cuerpo entero le ardía sin parar y no
podía pensar en otra cosa que en el Reverendo, en su antiguo amigo Hawk y en
su familia. Recordar a María , Barbara, Frank Junior. su mente se retorcía
de dolor y su mirada se perdía en aquella pequeña línea roja que salía
disparada de la mira.
Se levantó. Se quitó la chaqueta y se quedó tan sólo con el Kevlar. Enganchó
el rifle a la espalda mientras en el pecho se colocó dos pistolas de 9 mm.
Cogió de su bota un machete y lo empuñó. La luna estaba llena e iluminaba
aquel campo con gracia. Frank comenzó a avanzar hacía el rancho con decisión
y tenacidad.
Primer atisbamiento. Un tipo con un rifle de asalto Ak47 paseándose por una
pequeña explanada junto al garaje. Frank desde unos matorrales totalmente
tendido observa el recorrido de su primera víctima mientras intenta
descubrir a otros posibles vigilantes. Sabe que tiene que haber más pero no
tiene ganas de esperar. Se levanta y de un rápido movimiento lanza el
machete que impacta de lleno en el cuello del vigilante cayendo en una muda
agonía hincando sus rodillas en el suelo.
Frank se acercó. Con los ojos casi desorbitados miró a todas partes mientras
le quitaba el rifle al cadáver. Cualquier nueva arma era siempre bienvenida.
Cogió del cuello de la chaqueta al muerto y comenzó a arrastrarlo para
esconderlo en algún rincón, pero de repente dos grandes focos le
sobrecogieron obligándole a llevarse las manos a la cara. Sus ojos le dolían
a causa de la luz pero los forzó para intentar ver que sucedía. En lo alto
del edificio había unos 9 hombres apostados con armas de fuego. En uno de
los edificios un hombre ataviado con una túnica blanca. Pelo largo rizado y
una barba muy cuidada que tapaba una pérfida sonrisa de victoria.
- Hola Frank. ¡cuánto tiempo!
- No el suficiente Reverendo.
- Tira las armas - ordenó el Reverendo a la vez que todos sus hombres
quitaban el seguro de sus armas.
Frank miró a su alrededor, analizó la situación y luego comenzó a desarmarse
ante la atenta mirada de sus captores.
Un gran rato más tarde
- Dale más fuerte. quiero que lo despiertes
- PLAF! PLAF!
Frank comenzó a recobrar el conocimiento. Estaba sentado en una silla
completamente atado. Le habían quitado el Kevlar y todas las armas. Tan solo
llevaba sus calzoncillos, dejando a la vista de los demás un fornido cuerpo
cubierto de manchas negras. Todo lo daba vueltas, no encontraba ningún punto
de equilibrio para estabilizar su mente, no sabía que demonios le estaba
sucediendo y lo único que sentía a ciencia cierta era un intenso dolor en su
interior.
- Jamás creí que volvería a verte Frank. tenía entendido que estabas muerto
y todo.
- Lo mismo pensaba de ti, Reverendo - dijo Frank
Allí estaba el Reverendo, aquel tipo que en dos ocasiones había cambiado por
completo la vida de Frank. Aquel tipo que una vez le salvó de una herida
mortal de bala y que años más tarde le recompondría la cara de nuevo. Aquel
sanador del caos que le tenía en esos momentos atado y bajo control. El
Reverendo se acercó a Frank y comenzó a tocarle las manchas negras del
cuerpo, que comenzaron a agitarse.
- ¿Qué demonios te has metido? - preguntó el Reverendo
- Puede ser Viruela Negra - dijo una tercera persona
Acababa de entrar una mujer joven junto a dos hombres más. La chica llevaba
un chaleco antibalas y ropa militar acompañada de una Desert Eagle. Su
mirada era fría y parecía analizar las cosas una y otra vez de manera
constante, como si esperara el más mínimo cambio para actuar. El Reverendo
se giró para darle la bienvenida con una sonrisa.
- Mi querida Anuska. esto no es viruela negra, puedes estar tranquila
- Entonces ¿qué demonios es? - preguntó ella acercándose a Frank - No pensé
que vería al legendario Castigador de esta manera tan humillante
Frank se abalanzó propinándole un fuerte cabezazo en el estomago. Anuska
cayó al suelo al igual que Frank. La primera se levantó furiosa mientras
desenfundaba la pistola, dispuesta a matar a su agresor. El Reverendo se
puso en medio y tan sólo con su mirada hizo que la joven mercenaria
conteniese su ansia de venganza
- No subestimes a Frank. - dijo el Reverendo muy calmado - Y tampoco me
subestimes a mi.
- Ya.
- Dejadme a solas con Frank - dijo aquel extraño hombre mientras cogía una
silla y se sentaba junto al justiciero
Todo el mundo abandonó la sala. El Reverendo se cercioró de cerrar bien la
puerta y luego se sentó junto a Frank, que aún estaba tirado en el suelo sin
poder moverse debido a las ataduras.
- Frank, Frank. ¿Qué te da la vida? ¿Alguién te agradece toda esta guerra
que llevas a cabo? Te levantas todos los días cansado, sin ganas de vivir.
quizás haces esto esperando que una bala perdida de un drogadicto rabioso te
lleve al cielo.
- ¡Jodete! - exclamó Frank
- ¡NO! - gritó el Reverendo pisándole la cabeza - ¡JODETE TU PUTO CABRÓN!
El Reverendo comenzó a patearle la cabeza a Frank hasta que se manchó de
sangre. Entonces paró y respiró profundamente, como si estuviera
tranquilizándose. Se sentó de nuevo en la silla y contempló a Frank en el
suelo, que estaba sangrando por la boca y un odio.
- Dime Frank. ¿Qué es lo que te da la vida?
- La satisfacción de cargarme a cerdos como tu y saber que al día siguiente
tendré más como tu para poder volver a cargármelos
- Mal. tu ira, tu odio. tu obsesión no está lo suficientemente canalizada.
Desaprovechas un poder maravilloso del que muchos de los elegidos se han
percatado.
El Reverendo se pone en pie y pasea haciendo círculos alrededor de Frank.
Las vetas de Frank comienzan a moverse como si existiera algún bicho por
debajo de la piel del Castigador. El Reverendo para de inmediato y se queda
observando tal fenómeno.
- Frank. ¿Qué te han metido?
Frank comenzó a retorcerse
- ¿Llevas la semilla del maligno? ¿Frank? ¿Quién te ha dado la marca del
condenado?
El Reverendo contemplaba atónito como Frank comenzaba a retorcerse en
multitud de espasmos. Comenzó a gritar como si le estuvieran arrancando el
alma mientras su cuerpo se iba ennegreciendo por momentos.
- ¡Frank! ¡Ten Fe en mi y te liberaré de tu dolor! - gritó el Reverendo
mientras se arrodillaba junto a Frank y le imponía sus manos, que comenzaron
a llenarse de un cálido fulgor dorado.
- ARGGHHH!!!!!
- ¡Belcebú! ¡Lucifer! ¡Leviatán! ¡Dadme el poder de robar la semilla del mal
para convertirme en vuestro siervo!
Frank comenzó a rodearse del fulgor dorado del Reverendo mientras seguía en
su frenético ataque. El cuerpo del justiciero resbalaba en su propia sangre
en una lucha interna que había perdido desde el principio. Su cuerpo se
volvió negro del todo. Quedó cubierto como si una vaina negra hubiera
encerrado en su interior al Castigador.
El Reverendo, de rodillas, contemplaba aquella creación del Caos sin
comprender nada. Molesto y celoso por no haber sido el elegido, aterrado y
confundido por lo que podría salir de aquella jaula del mal que encerraba a
un hombre tan peligroso como el Castigador.
Apartamento de Mike. Suena el teléfono
- ¿Diga?
- Mike.. soy Vernon
- Hombre.el gracioso
- ...
- ¿Qué te pasa?
- Tenemos que hablar rápidamente. ¿Dónde está Frank?
- En el Rancho Willgood. Al norte de la ciudad. ¿Por qué?
- Nos vemos en Green Tea dentro de 10 minutos
- Vernon ¿Sucede algo?
- Si
- -Clic-
Mike se queda con el auricular en la mano. Lo mira extrañado como si
intentara obtener respuesta alguna de lo que estaba sucediendo, pero acabó
colgando el auricular y rascándose la cabeza intrigado. Se acercó al sofá y
comenzó a buscar ropa limpia.
Y a bastantes metros por encima de la casa de Vernon.
- Señor, hemos recogido los datos que estaba esperando. Sabemos el paradero
del sujeto Frank Castle
- De acuerdo . Avisen al Comandante Bridge. Comienza la operación "Cazador
Cazado"
- Si señor
Continuará...
1.- Punisher vol. 2 4-5 USA y Punisher vol. 2 38 a 39 USA
2.- En el caótico team up con Lobezno y Motorista Fantasma "Heart of Darkness"
3 y 4.- Todo sucedido en The Punisher vol. 2 14-18 USA en la saga en la que al Castigador decide acabar con Kingpin
PROXIMO EPISODIO: Tienen nombre de elemento defensivo medieval y van a por
Frank Castle para pararle los píes de una vez por todas. Se acerca el fin de
la saga Simbionte
LETRAS Y BALAS
BODYCOUNT
Frank se embrutece poco a poco...
- Mafiosos: 1 vigilante del Reverendo
- Inocentes: Padre Hawk
- Superseres: 0
Victimas en este episodio: 2
Número total: 72