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Su familia murió por estar en el sitio equivocado en el momento equivocado. Lo ha perdido todo y no le queda más que la venganza. Ese día Frank Castle murió para convertirse en EL CASTIGADOR.
 
Castigador

CASTIGADOR VOL. 3 #38
Requiem III
Guión: Vicente de los Santos

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En el capítulo anterior:

Nueva York está siendo conquistada por demonios. El caos se expande en una nube de muerte y dolor y Frank Castle, el Castigador, ha encontrado su perfecto campo de batalla. Con la joven Puñal como inesperada compañera, Frank se abre camino por las calles infestadas de demonios. Examinando un deslizador estrellado el equipo se encuentra con la mismísima Sue Richards.

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Entre coches destrozados, humaredas y un aerodeslizador destrozado...

Frank intentaba moverse, notó como un campo energético le recubría por completo en forma de celda invisible. No dudó en golpear con fuerza el campo pero vio que cualquier intento de proeza de fuera era totalmente inútil. Puñal se dio cuenta también de lo sucedido pero no hizo nada al descubrir que de entre la humareda salía Sue Richards. Miembro de los cuatro fantásticos conocida como la Chica Invisible.

- ¿El Castigador y Puñal? Formando nuevas asociaciones por lo que veo. - Dijo ella quitándose sangre de la cara.

- No es lo que piensas - respondió Puñal - Él me encontró... bueno me salvó la vida y ahora quiere matar a Capa.

Sue miró a Frank. Éste le devolvió la mirada con toda tranquilidad esperando a ver cuál sería el siguiente movimiento de su captora.

- ¿Matar a Capa?

- Si... se ha convertido en uno de los portales demoniacos y ha decidido que lo mejor es matarlo.

- Éste tipo es igual de peligroso que los demonios. - Sue se llevó las manos a la oreja pudiéndose ver un comunicador e intentó encontrar alguna señal. Su rostro mostró cierta desesperación al encontrar nada más que ruido en cualquier intento de contacto.

Puñal se acercó a uno de los pilotos del deslizador. Aún estaba vivo pero parecía respirar con dificultad y la herida producida en el abdomen era bastante fea. Sue le siguió sin dejar de otear a los alrededores. Ni siquiera se agachó para ver al herido, ya que prefería estar alerta para evitar una posible emboscada.

- Tranquilízate, respira profundo - dijo Puñal al piloto. - Vas a ponerte bien, vendrá ayuda y te sacaremos de aquí.

- Agua.... Agua por favor - inquirió el herido

Tandy miró a Sue y ésta le devolvió una mirada de negación y resignación. Sabía perfectamente que aquel pobre tipo tenía tan solo unos minutos. Efectivamente al poco tiempo cerraba los ojos para siempre. Tandy no pudo evitar derramar lágrimas ya que aquella situación comenzaba a sobrepasarle.

- ¿Vamos a estar así mucho tiempo? - pregunto Frank

- El que haga falta - respondió Sue - No te moverás de aquí hasta que no vengan los de SHIELD.

- Perfecto - dijo Frank mientras sacaba un aparato de su mochila

- ¿Qué es eso?

- Una bomba casera. Me gustaría averiguar si tu campo de fuerza va a ser tan poderoso como para aguantar tanta metralla y todo el C4 que le he puesto

- ¡Frank no! - gritó Puñal asustada

- Es un farol - respondió Sue bastante malhumorada

- Pruébame - Dijo Frank - Todo este C4 sería más que suficiente para hundir vuestra Torre. ¿Será tan fuerte tu escudo teniendo en cuenta que estás malherida?

Los tres permanecían de pie, esperando ver el más mínimo movimiento de uno u otro bando. Sue no estaba segura de que hacer. Él no tenía nada que perder y ella no hacía más que pensar en los suyos. Tandy, arrodillada aún, pedía moderación y sentido común a ambos.

- No matas inocentes - Dijo Sue

Frank permanecía con la mirada fija en lo que parecía un duelo de miradas.

- No matas inocentes - repitió Sue - Suelta eso

Frank no dijo nada.

- Maldito seas hijodeputa... ¡No matas inocentes!

De repente una luz rodeó a Sue, que cayó junto a su escudo de fuerza. Puñal permanecía detrás de ella, asustada y con lágrimas en los ojos. Acababa de tumbar a una amiga para salvar la vida y no sabía si lo que había hecho era lo más acertado.

Frank no dudó en desenfundar la pistola y encañonar la frente de Sue Richards, que permanecía atontada y arrodillada. Tandy se puso nerviosa al ver la reacción del justiciero, y éste no tuvo que hacer otra cosa que mostrarle con la otra mano el paquete bomba.

- Ni un campo más ¿De acuerdo? - dijo Frank dirigiéndose a Sue

- ¡Sue por favor! ¡Lo siento! - exclamó Puñal

La chica fantástica permaneció de rodillas, alzó la mirada para tener contacto directo con los ojos de Frank.

- De acuerdo. Pero cuando termine todo esto voy a buscarte.

- Genial - respondió Frank - Tengo tu palabra de chica fantástica.

Frank quitó el cañón de la frente de Sue y buscó por el suelo sus prismáticos. Ella se puso de pie mirando con cierto rencor a Puñal que permanecía de pie, completamente en shock por lo que había sucedido.

- ¿No van a venir a rescatarte? - Preguntó Frank

- No hay señal de radio. Nos movíamos con el deslizador en busca de un punto claro para intentar encontrar ayuda.

- ¿Y los otros? - Preguntó Puñal entrando en la conversación.

- Ocupados. Lo mejor que podemos hacer es movernos hacía la mansión de los Vengadores

- Me parece bien - Dijo Frank.

Sue se acercó a Frank y le agarró por el brazo. Noto perfectamente que él había permitido que pudiera hacerlo sin que el cañón volviera nuevamente a tomar posición en su frente.

- No te estoy incluyendo en el plan.

- También me parece bien - respondió Frank - No necesito a dos rubias histéricas en mi grupo.

Frank apartó a Sue de manera repentina y disparó varias veces en dirección a Puñal. Ésta cayó al suelo completamente aterrada, descubriendo como el cuerpo sin vida de un demonio caía resbalando por el deslizador, con las tripas completamente esparcidas a través del movimiento.

- ¡Estás loco! - gritó Sue - ¡Por dios que estás loco!

- Gracias por nada - respondió Frank recargando el arma.

Tandy se puso en pie y se acercó a Sue, que comprendió perfectamente que necesitaba un abrazo. Mientras tanto Frank recogía algunas cosas del suelo guardándolas en su mochila y predisponiéndose a marcharse del lugar. No tuvo intención alguna de despedirse y comenzó su marcha.

- ¿Dónde vas? - preguntó Sue

- Voy a ver si el Dr. Extraño requiere de mis servicios.

- Si... claro...

- Cuida de la chica - dijo Frank

Frank se perdió en la oscuridad mientras Tandy lloraba abrazada a Sue. Ésta sintió algo de rabia en su interior al dejar que el justiciero se marchase. Sin embargo la transmisión en su comunicador le quitó todos los pensamientos al instante.

- Sue Richards al habla. Necesito ayuda urgente.

- ¿Quién eres? - respondió alguien desde el otro lado con bastante ruido

- Sue Richards. Miembro de los cuatro fantásticos. ¿Qué línea es esta?

- Línea segura de SHIELD- ¿Qué os ha pasado?

- Transporte derribado - dijo Sue - dos supervivientes. Necesitamos apoyo y recogida para dirigirnos a la mansión.

La conexión se perdió. Sue se separó de Puñal para intentar encontrar mejor cobertura, moviéndose por la zona.

- ¿Hola? - dijo alguien desde el otro lado

- ¿Tenéis soporte de apoyo? ¿Cuántos sois?

- Dame la localización. Iré a ayudaros.

- ¿Iré? - preguntó Sue - ¿Solamente eres uno?

- Puedo dejarte tirada si quieres - respondió toscamente la otra persona.

- Vale... no es mi día. Recibe mi posición a través de la señal.

La conexión volvió a perderse momentáneamente. Sue miró a Tandy y le dijo que cogiera uno de los rifles que habían sido desechados por Frank. Ésta no dudó en acatar la orden y se armó con poca valentía y esperanza.

- Recibida la posición. Estoy relativamente cerca. No os mováis.

En ese mismo instante una gran explosión sacudió todo por los aires. Sue y Tandy cayeron al suelo viendo como una enorme masa de fuego y humo crecía disparada hacía el cielo. La explosión había sido a pocas calles de allí y ambas solo podían pensar en una cosa; el Castigador.

- ¿Qué coño ha hecho este tipo? - se preguntó Sue mientras se ponía en pie.

La columna de fuego volvió a crecer con explosiones secundarias. Los cristales de los edificios salían disparados por la onda expansiva de la explosión y la cortina de humo crecía considerablemente junto con la ceniza y el polvo de los edificios destruidos.

Sue agarró un rifle y se dirigió hacia la calle principal por la que se había marchado Frank. Tandy no dudó en seguirle y ambas comenzaron a correr hacía la zona de la explosión. Cortaron por una calle pequeña dirigiéndose a la zona este, cerca del distrito financiero.

Otro edificio explotó en las cercanías. Debían ser las instalaciones de gas que como fichas de dominó iban cayendo a raíz de la explosión principal. Un cascote fue apartado por un escudo de Sue de manera defensiva y con un fuerte resoplido se armó de valor para avanzar.

En una calle principal, Frank disparaba a un ingente grupo de criaturas de piel grisácea que no parecía estar lo suficientemente fijada al cuerpo. El Castigador no dudaba en disparar a la cabeza y en blandir un machete con aquellos que se ponían a su alcance. El fuego provenía de la entrada del metro cercana a su posición y todo aquel lugar parecía una tétrica representación del 9/11.

Una de las criaturas saltó sobre Frank derribándolo. El rifle salió disparado y el machete se hundió rápidamente sobre el engendro. Aún así otros se abalanzaron sobre la presa dificultando el movimiento.

Tandy comenzó a disparar. La puntería no era lo suyo pero no quería lanzar sus proyectiles ya que se convertía en un faro entre tanta oscuridad. Su acto sirvió para que aquellas criaturas se fijaran en ella y de manera forzada hiciera que Sue también tomase parte en el asunto.

Los campos de fuerza comenzaron a aplastar los cráneos de aquellas criaturas. Frank pudo deshacerse de los que aún tenía encima suya, librándose de los mordiscos y garras que comenzaban a destrozar el kevlar y llegar a la carne. Cogió el machete y en un rápido movimiento lo lanzó para acabar con una de las criaturas que intentaba llegar al interior del autobús.

Frank cayó arrodillado. Las heridas eran más graves de lo que parecía. Agarró como pudo la pistola y se preparó por si había más engendros cercanos. Notaba la vista nublada pero era capaz aún de permanecer alerta.

Sue se le acercó apuntándole con el arma. Tandy le seguía de cerca.

- Ya no tienes bomba con la que chantajearme - dijo Ella - Eres un puto peligro.

- ¡Sue no! - exclamó Tandy asustada - ¡No lo mates!

- No lo voy a matar por amor de Dios. No soy una asesina. Pero éste tipo si va a pagar por todos los crímenes que ha cometido...

De repente un ruido alarmó a Sue, provenía del interior del autobús y su descuido sirvió para que Frank se abalanzara y no dudase en propinarle un puñetazo en la boca a Sue, que cayó al suelo desarmada. Del interior del autobús pudieron verse varias caras de gente que se asomaban a ver si había pasado todo. Eran unos seis o siete niños más dos adultos que pretendían que el autobús fuera su lugar seguro.

- ¿Los estabas protegiendo? - preguntó Puñal a Frank

- Tú qué crees...

Sue se levantó y se llevó la muñeca a la boca para quitarse la sangre que estaba saliendo de su labio roto. Escupió y con un visible malhumor miró a los supervivientes del autobús.

- Salieron del metro - exclamó uno de los adultos - Eran cientos pero él les tiró la bomba.

- ¡Sue Richards! - exclamó uno de los niños - ¡Tengo un muñeco de ti!

- Cállate Bobby - dijo otro chico - ¡Eres tonto!

Uno de los adultos se acercó a ver las heridas de Frank. Los mordiscos no eran tan graves como las punzadas que había recibido con las garras de los engendros. Por el color de la sangre había tocado algún órgano interno.

- ¿Podéis sacarnos de aquí? - preguntó uno de los adultos mientras Sue se apartaba para intentar tomar cobertura y usar el comunicador.

- Hola - dijo Sue - Aquí Sue Richards. Necesito transporte para diez.

- ¿Ha crecido la familia? - se escuchó desde el otro lado

- Tenemos 7 civiles y un herido además de nosotras dos. Necesitamos una salida rápida.

- ¿Un herido?

- Se trata de Frank Castle. Necesito que lo saquéis de aquí ya y no deberíais escatimar en protección.

No se escuchó nada desde el otro lado. Sue miró al grupo para ver como intentaban vendar las heridas sangrantes del Castigador.

- Dame la posición - escuchó nuevamente Sue recuperando la conexión

- Campos de tenis junto al Hudson. - Dijo Sue. - Si tenéis un helicóptero es la mejor zona que tenemos para que nos rescatéis. Vamos hacía allá, estamos a pocos metros.

Sue se acercó al grupo con firmeza. Frank estaba sentado apoyado en la rueda del autobús sin el chaleco de Kevlar. Uno de los adultos le vendaba el pecho con el botiquín del autobús mientras que Puñal tenía a los niños en el interior del autobús.

- Nos recogen. Aquí al lado. Tenemos que andar.

- ¿Por qué no vamos en autobús? - dijo uno de los supervivientes

- Hay muchos coches cruzados por la carretera, además puede ser una jaula mortal. Estamos a pocos metros de aquí. - respondió Sue - Yo os cubriré si hace falta.

- ¿Qué hacemos con él? - dijo una de las mujeres

- Me da igual - dijo el propio Frank. - Marcharos todos pero dejadme una pistola.

Sue miró a Frank. Sabía perfectamente que no le importaba morir. Conocía la historia del justiciero y por un momento pensó en que habría hecho ella si hubiera estado en su piel. Si hubiera perdido al pequeño Franklin o a Reed. No era capaz de comprender el odio que motivaba a Frank a llevar la guerra cuyo único fin posible era la muerte de él mismo. No lo asimilaba pero no se atrevía a ponerse a prueba ella misma si estuviera en la misma situación.

- No te vas a morir aquí. No mientras esté yo aquí. Te llevamos con nosotros.

A una orden de Sue, los dos adultos cogieron a Frank a hombros para ayudarle a caminar. Él se apretó la venda profiriendo un sordo gemido e hizo gestos para que le dejaran caminar solo. Pidió el rifle y comenzó a caminar mirando las azoteas y los puntos más peligrosos.

- Vamos - dijo Frank - No tenemos todo el día.

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El grupo avanzó lentamente y con todo el cuidado que podía ponerse. Los niños iban cogidos de la mano, completamente en silencio y con todo el miedo en el cuerpo que jamás habían tenido. Tandy y uno de los adultos iban en retaguardia, armados, mientras que Sue, el otro superviviente y Frank iban en cabeza.

No tardaron en llegar al lugar junto al rio. No había rastro de la ayuda esperada pero al menos tampoco se veía presencia infernal. Las aguas tomaban el color rojizo del fuego que se extendía por la ciudad y a lo lejos podían escucharse explosiones y sirenas.

- ¿Sabes? - Dijo Frank - Siempre me he preguntado una cosa

- ¿Qué te ocurre? - respondió Sue

- Si Thor es el Dios del Trueno... ¿Por qué no detiene estas cosas al momento?

Sue se quedó un tanto asombrada con la pregunta. Frank sonrió y ese gesto le costó un buen chorro de sangre que tuvo que escupir.

- ¿Thor? ¿A qué viene eso?

- Tantos héroes poderosos... pero ninguno toma las decisiones que hay que tomar. Seguro que entre todos los vengadores esto se habría acabado en un par de horas.

- No es tan fácil como parece. - respondió ella

- Seguro que incluso el Dr. Doom ayudaría - dijo él - No creo que quiera un mundo lleno de demonios...

- ¿Quieres callarte por favor? - dijo ella un tanto molesta.

Frank la miró de arriba abajo. No pudo evitar tener que sentarse apoyado por un buzón de correos para reposar el dolor de sus heridas. Los niños se agruparon junto a un quiosco de prensa y todos tenían mil ojos puestos en cualquier movimiento extraño.

- ¿Es verdad lo tuyo con Namor? - preguntó Frank

- ¿QUÉ? - exclamó totalmente fuera de control Sue

Por suerte para Frank, una furgoneta blindada con el logo de SHIELD hizo que la pregunta se perdiera en el limbo. Sue alzó la mano señalizando la posición y ordenó a los supervivientes que se acercaran a ella para entrar en la furgoneta.

El vehículo se detuvo y apagó el motor. El conductor salió y comenzó a dirigirse a ellos. Llevaba la armadura negra que le habían entregado para cumplir sus objetivos, con la calavera en el pecho.

- ¿Otro castigador? - preguntó Tandy mientras veía como se acercaba.

- Esto va de mal en peor - susurró Sue

La chica maravillosa no dudó en crear un campo de fuerza alrededor del grupo. Solo se percató y se quedó junto a ellos contemplándolo. Sacó su credencial de SHIELD y la pegó al campo estático.

- Soy agente de SHIELD. No entiendo el porqué de este campo de fuerza. He contactado contigo y aquí tienes la furgoneta para tus refugiados.

Puñal miró a Sue y ésta a Frank que tenía cara de pocos amigos.

- ¿Por qué llevas ese traje?

- Clasificado. - Respondió Solo. - No creo que tengas nivel suficiente en SHIELD para saberlo.

- ¿Lo conoces? - preguntó Sue a Frank.

- Tenéis la furgoneta. Llévate a los niños. - Dijo Frank poniéndose en pie y acercándose a Solo.

El campo de fuerza cayó y los niños salieron corriendo a la furgoneta junto con Puñal y los adultos. La heroína quedó a las puertas y se volvió para ver a los tres que aún permanecían cara a cara.

- Me da igual el nivel de acceso que tengas en SHIELD, ahora mismo Frank Castle está bajo mi custodia. - dijo Sue Richards de manera tajante.

- Márchate - dijo Frank - Llévate a los niños

- Hazle caso - dijo Solo

Una nueva explosión sonó bastante cerca del lugar y algunas criaturas aladas pudieron vislumbrarse en el cielo.

- Márchate. La furgoneta es buena, tiene defensa y armas suficientes para hacer que el infierno se vuelva en su propia contra. - Dijo Solo - No creo que quieras poner en peligro la vida de esos niños...

- ¿Qué estás diciendo? - preguntó Sue

- El mecanismo de autodestrucción de la furgoneta, controlado con mi voz. No creo que quieras que les pase nada.

Sue no supo que decir. Frank miraba fijamente a Solo

- Márchate - dijo nuevamente Frank - No es un farol.

- ¡Hijos de puta! - Exclamó Sue mientras salía corriendo y se montaba en la furgoneta.

El vehículo arranco y se marchó de allí a toda velocidad. Ambos justicieros se quedaron cara a cara con el fuego y el humo como trasfondo.

- No me esperaba que fueras tú el tipo que me sustituiría. ¿Ahora eres un perro faldero de Bridge? - preguntó Frank

- Tampoco me esperaba que hubiera tanta desventaja conmigo para esta pelea final.

- Puedo pelear con una sola mano - dijo Frank con una sonrisa burlona.

Solo le propinó un fuerte puñetazo en el estomago abriendo las heridas vendadas a toda prisa. Pudo sentir como alguna costilla cedía al impacto y como Frank se retorcía de dolor a la vez que intentaba clavarle el machete en la nuca.

El castigador cayó al suelo recibiendo una patada en el brazo derecho. Rodó como pudo y se intentó poner en pie para repeler la siguiente patada y tirar al suelo a Solo. Éste sacó un machete y de un movimiento cortó la mejilla derecha de Frank mientras retomaba el aliento por la caída.

Frank no podía con su alma. Se alzó y el cuchillo cayó de sus manos. Solo lo contempló con una sonrisa que más que pérfida se abraza más a la demencia.

- Mírate Frank... no puedes más. Se acabó todo para ti.

Frank cogió el cuchillo y se preparó para atacar a Solo. Sabía perfectamente que estaba en desventaja y sus heridas clamaban un final rápido. Obviamente Solo pudo esquivar con facilidad la presa del Castigador, propinándole un golpe en la nuca que lo derribo por completo.

Solo se acercó y lo agarró del pelo. Lo puso de rodillas, junto al río y lo contempló con superioridad. Frank estaba completamente rendido.

- Aquí acaba tu leyenda Frank...

Éste sacó un pequeño cuchillo y lo clavó en el abdomen a la vez que Solo por inercia le clavaba el cuchillo en el pecho. Éste cayó al suelo retorciéndose de dolor mientras Frank intentaba por enésima vez ponerse en pie.

- No entenderás jamás mi Guerra. - Dijo Frank medio en pie.

Solo sacó la pistola y vació el cargador sobre el pecho desnudo de Frank. Sintió todas y cada una de las balas y por un momento creyó sentir la paz, como si cada proyectil fuera un beso de María, como si el fuego fuera un atardecer y como si los gritos de agonía fueran las risas de sus hijos. Se tambaleó, contemplando sus heridas y a su asesino y finalmente su cuerpo se precipitó sobre el rio dejando un reguero de sangre en su camino. Se escuchó como el rio devoraba el cuerpo y gritó en una amalgama de rabia y dolor.

Intentó ponerse en pie. Se acercó al muelle para ver el cuerpo sin vida de Frank y notó una presencia en la zona. Se giró para contemplar un par de seres demoniacos que parecían estar contemplando aquel enfrentamiento. El que parecía el jefe se relamía permitiendo que su lengua visceral chocase con todos y cada uno de sus dientes puntiagudos.

Solo apuntó y disparó, pero no quedaba munición alguna. Intentó ponerse en pie pero la herida de Frank le había jodido el nervio y no era capaz de mover la pierna derecha. Cayó bruscamente e intentó encontrar lo que fuera para defenderse mientras los demonios se acercaban sin percatarse de la llegada de una nueva participante.

Sue Richards vació el cargador sobre uno de los demonios menores mientras colocaba varios campos de fuerza alrededor del líder. El otro no dudó en huir tirándose al rio mientras el líder intentaba librarse de la jaula.

Un sonido seco dio paso a que la figura demoniaca cayera al suelo. El cuello roto había sido el único premio al intento de liberación. Sue ni se detuvo a contemplar al bicho, sino que se dirigió a Solo.

- ¿Dónde está?

- Muerto - dijo él - Muerto al fin.

- Hijo de puta - dijo ella mientras de manera instintiva le apuntaba con el arma

- ¿Vas a matarme? He hecho lo que se me ha pedido. He acabado con el vigilante como quería SHIELD. He cumplido mi parte del trato. Una bala no era el acuerdo del trato.

- Una bala no, pero una celda puede - dijo Sue con rabia.

Agentes de SHIELD aparecieron en el lugar capturando a Solo que fue contenido por Sue Richards. Aturdido fue esposado y trasladado al furgón mientras la chica fantástica se acercaba al rio a contemplarlo. No pensó. Derramó una simple lágrima por todo lo que estaba sucediendo y a un aviso de uno de los agentes volvió a la furgoneta para abandonar aquel lugar.

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Epílogo

Casa Segura de Frank.

La joven Arisha no era capaz de dormir. Había vuelto y Frank no estaba. La ciudad se había salido de madre, se había vuelto todo loco y lo mejor era quedarse allí y esperar. No sabía exactamente que esperaba, no sabía si esperaba a Frank o si éste le echaría de nuevo en cuanto llegase.

Miró por la ventana y pudo ver el caos reinante. Quizás se acababa el mundo, quizás aquella era su última noche y no sabía que hacer. Se sentó en la cama y cogió su mochila. Sacó la pistola y la puso entre sus muslos, mirándola y esperando no tener que usarla si entraba algún ser infernal de esos por la ventana. Quizás ella no sería tan importante. Nunca había sido importante, así que no tenía porque serlo en esos instantes.

Una máquina emitió un sonido entrecortado. Arisha se asustó pero se acercó a ella para comprobar que se trataba de algo a distancia. Algo remoto que parecía indicar una señal de algo que no era capaz de entender. Jamás pensaría que se trataba de un indicador de la falta de pulso de Frank Castle. Jamás hubiera podido adivinar que era uno de los juguetes de Micro, utilizados para rescatar a Frank si caía en algún momento. Lo único que fue capaz de hacer fue apagarlo y volver a sentarse en la cama, a esperar.

FIN

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BODYCOUNT

Final de la saga Réquiem y del cruce con la macro saga "Guerras Infernales". Frank Castle ha muerto a manos de Solo. ¿Qué pasará ahora?

Recuento en este número de bajas:

  • Frank Castle, pulmón perforado con derrame interno y muerte por impacto de balas.

  • Tim Berenger, piloto del deslizador. Muerte por hemorragia interna.

  • Demonio cornudo, muerte por impacto de bala en cráneo.

  • Seres de piel grisácea, número no contabilizado (treinta y tres aprox). Muerte por explosión, cortes e impactos de bala.

  • Albert, vagabundo que pensó que en el metro estaría seguro. Muerte por explosión.

    Competición Bodycount

  • Solo: 3 + 4 +1 = 8

  • Castigador: 4 + 2 +35= 41

  • Sue Richards: 1

  • Puñal: 0
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