DAREDEVIL #361
¿Dónde está Daredevil?
Guión:
Bergil
Portada: Dibujada por Lee Weeks. En plano picado, se ve la puerta de un quirófano a la izquierda de la portada, delante de la cual se encuentran, por grupos, los distintos conocidos de Matt Murdock: Elektra, Karen, Foggy, Sharpe... En la esquina inferior derecha, encerrado en un círculo, aparece el perfil derecho del rostro de alguien que lleva el traje que Daredevil vistió en La caída del paraíso, con una gran interrogación encima.
04.14 A.M. (1)
- Entonces, ¿estás seguro? -preguntó,
ansioso, Ling Fe-. ¿No hay ninguna duda?
- Estoy seguro, jefe. Vi como Kim Fao acertaba al enmascarado
en plena espalda. Cayó redondo. No hay duda alguna, jefe, está
muerto.
- Bien, muy bien... Puedes irte -. Cuando se quedó
sólo, y no antes, Ling Fe permitió que una sonrisa asomara
a la comisura de su boca-. Excelente... esto va mejor de lo previsto.
04.32 A. M.
Elektra llegó a su casa con Matt sobre sus hombros.
A pesar de la gravedad de la herida, no era prudente llevarle a un hospital.
¿Qué explicación habría podido dar? "Disculpe,
doctor. Mi compañero es Daredevil, el vigilante enmascarado. Tiene
una herida de bala. ¿Podría ayudarme?". No. De todo punto
impensable. Además, su casa se hallaba mejor equipada que muchos
de los hospitales de la ciudad.
A toda velocidad, llevó a Matt a la enfermería
y le conectó a un sistema de respiración asistida. Con su
sai rasgó la espalda del uniforme y observó la herida: tenía
mal aspecto...
04.33 A. M.
Wilson Fisk, conocido anteriormente en determinados ambientes
como Kingpin, ya no era lo que había sido en el pasado, el líder
indiscutible e indiscutido de los bajos fondos de Nueva York. Sin embargo,
era una situación que estaba dispuesto a cambiar. Uno de los pilares
sobre los que había levantado su imperio, y sobre el que volvería
a hacerlo, había sido la información. Nunca había
sido tan cierto como entonces el aforismo de que la información
es poder. Por ello, lo primero que había hecho al regresar a
Nueva York y recomenzar el ascenso hacia la cumbre fue extender una vasta
red de informantes por todo el inframundo de la Gran Manzana. Y los esfuerzos
comenzaban a dar sus frutos...
- ¿Qué es ese ruido? -preguntó sin
alzar la voz, en un tono mucho más ominoso que si hubiera vociferado.
- Es Lefty, señor Fisk -dijo uno de sus
guardaespaldas-. Dice que tiene que verle ahora mismo para comunicarle
algo importante.
- Está bien. Dejadle pasar -. Cuando Lefty
(un sujeto de unos cuarenta y tantos años, pequeño y andrajoso)
estuvo ante él, le preguntó-: Díme, Lefty.
¿Qué es eso tan importante que me tienes que decir?
- Sí, um... verá señor Fisk, corre
el rumor por ahí de que han herido a ese superhéroe,
ya sabe... Daredevil.
- ¿Daredevil? -preguntó Fisk, sin dejar
que nada más que el enarcar una ceja revelara lo interesado que
estaba en la información. El justiciero enmascarado y su alter
ego, el abogado ciego, habían sido una espina clavada en su
costado desde hacía mucho tiempo. Nada de lo que había intentado
contra él había servido para nada definitivo: Matt Murdock
siempre lograba sobreponerse a todo lo que lanzara contra él. Despojarle
de su vida como abogado, Nuke, María Tifoidea, Guerrillero, Bala...
Daredevil le había devuelto todos los golpes, uno por uno... y con
intereses.
- Sí, señor, Daredevil, eso es. Él
y esa fulana ninja... ¿cómo se llamaba?
- ¿Elektra?
- Sí, eso, Elektra... pues eso, los dos estaban
en los muelles impidiendo una entrega de armas, y cuando parecía
que ya habían resuelto el asunto, una bala le alcanzó justo
entre los hombros... o al menos eso es lo que se dice. Por lo visto, estaba
tan mal que la tal Elektra tuvo que llevárselo a cuestas.
- Bien, Lefty, has hecho lo correcto. Puedes marcharte,
muchacho...
Cuando se quedó solo, Wilson Fisk meditó
durante unos instantes, y luego comenzó a actuar: había que
verificar aquella información. Daredevil y aquel entrometido de
Spider-Man habían desbaratado muchos de sus planes, eso era cierto...
pero eran útiles para mantener controlados a los posibles aspirantes
al trono del hampa neoyorquina. Además, nadie sino él debía
acabar con ellos... en el momento oportuno
04.36 A. M. (09.36 A.M.).
En Saint Thomas, uno de los hospitales más importantes
de Londres, el doctor Eduardo Gómez-Utrero se disponía a
afrontar su segunda operación de la mañana cuando sonó
el teléfono de su despacho.
- ¿Quién será a estas horas? -murmuró,
mientras descolgaba el auricular-. ¿Sí?
- Buenos días, doctor.
- ¿Elektra? ¿Elektra Natchios?
- Sí, doctor. Tengo que pedirle un favor.
- Lo que quieras, Elektra. La deuda que tengo contigo
no podré pagártela nunca.
- Necesito que venga a Nueva York, doctor.
- Perfectamente. ¿Cuándo?
- En el Concorde que sale dentro de... tres cuartos de
hora. Los billetes ya están pagados.
- Es un poco apresurado, pero...
- Es cuestión de vida o muerte, doctor. Literalmente.
- No te preocupes, Elektra. Allí estaré.
Si el asunto es tan grave como das a entender, necesitaré que me
acompañe mi ayudante.
- Contaba con ello, doctor. Por eso reservé dos
billetes. Un coche le estará esperando en el aeropuerto para traerle
a mi casa.
- Muy bien. Hasta dentro de unas horas, entonces.
- Hasta entonces, doctor.
04.39 A. M.
- Hasta entonces, doctor -dijo Elektra.
- ¿Qué ocurre, Elektra? -dijo Piedra, que
se había deslizado tan silenciosamente tras Elektra que ni ella
había percibido su aproximación.
- Es Matt, Piedra. Le han herido en la espalda. Es grave.
Mucho.
Piedra desapareció tan silenciosamente como se
había acercado. Como sombras, los demás miembros de la Casta
que vivían en la casa de Elektra se unieron a él y se dirigieron
a la habitación en la que Matt Murdock se debatía entre la
vida y la muerte.
04.59 A. M.
- ...y ésta ha sido la última llamada por
esta noche, amigos. En los controles ha estado Dave Pogliami, dirigiendo
el sin par Mike Russovich y al micrófono vuestra amiga Paige Angel.
Sed buenos y hasta mañana. Os quedáis con el boletín
de noticias.
Cuando desconectaron el sonido del estudio, Karen se
permitió un suspiro de alivio y se estiró para aliviar la
tensión que se había acumulado en sus hombros durante las
últimas horas. Salió del estudio y avanzó por el pasillo
mientras se ponía el abrigo. Al pasar ante la puerta del estudio
de noticias alcanzó a oír lo que decían:
- ...timas informaciones, el estado del vigilante enmascarado
conocido como Daredevil sigue siendo desconocido, tras participar esta
noche en un tiroteo en los muelles. Según algunas fuentes...
Pero Karen ya no oyó las siguientes palabras.
Sintió que las piernas le fallaban y tuvo una vaga noción
de que el suelo se acercaba mientras perdía la consciencia.
05.02 A. M.
En la Mansión de los Vengadores, Thor estaba vigilando
la Sala de monitores (2).
De repente, la emisora de música celta que escuchaba mientras transcurría
su turno de guardia interrumpió la melodía:
- Lamentamos la interrupción, queridos radioyentes,
pero hemos de emitir un boletín especial de noticias de la NY-KLT.
En un tiroteo que se ha producido esta noche en la zona de los muelles
entre presuntos miembros de la mafia de la Gran Manzana, ha sido alcanzado
el justiciero enmascarado conocido como Daredevil. Según todos los
indicios, el guardián del barrio conocido como Cocina del Infierno...
07.00 A. M.
En casa de los Parker, la radio comenzó a sonar
al activarse la alarma.
- Mmmnnn... apaga eso, tigre. ¿No es demasiado
pronto?
- Sólo cinco minutos más, carimño...
-dijo Peter, todavía medio dormido. Pero lo que oyó a continuación
le despertó del todo.
- ...imas noticias. Como ya hemos dicho en nuestros anteriores
boletines informativos, esta noche hay una posible nueva baja en la por
otra parte nutrida comunidad superheroica de la Gran Manzana. Daredevil,
el vigilante vestido de diablo rojo...
08.32 A. M.
Cuando hubo pasado el control de pasaportes, Eduardo
Gómez-Utrero alzó la vista buscando a la persona que Elektra
le había prometido que enviaría. Su ayudante, Elizabeth,
se encontraba a su lado.
- ¿Busca a alguien, doctor?
- Sí, Eliz...
- ¿Disculpe? -dijo tras ellos una voz con acento
extranjero. Cuando se volvieron, vieron a un oriental, bajo y delgado-.
¿El doctor Gómez-Utrero y su ayudante?
- Sí, somos nosotros. ¿Le envía
Elektra?
- Efectivamente, señor. Me envía la señorita
Natchios. Síganme, si hacen el favor.
08.49 A. M.
- ¿No te parece que te has pasado un par
de pueblos, Jonah?
- La verdad, Robbie, no sé por qué lo dices.
Entre ellos, sobre la mesa del despacho de J. Jonah Jameson,
editor y propietario del Daily Bugle, se hallaba un ejemplar de
la edición de la mañana de ese mismo día. Sobre una
foto de los dos superhéroes, se podía leer el siguiente titular:
Vigilante
enmascarado herido en tiroteo en los muelles. Y debajo, en una tipografía
mayor: Spider-Man ¿culpable?
08.50 A. M.
Sentado ante su mesa, Ben Urich contemplaba otro ejemplar
de ese mismo diario.
"Dios mío, que no sea nada grave", pensaba.
08.59 A. M.
Eduardo Gómez-Utrero nunca creyó posible
que un viaje del aeropuerto al centro de Nueva York consumiera tan poco
tiempo. Cuando bajó del coche, Elektra ya estaba esperándole
en la puerta que comunicaba el garaje con el resto de la casa.
- Muchas gracias por haber venido, doctor -dijo, mientras
le guiaba por la casa.
- No hay por qué darlas y lo sabes, Elektra. ¿De
qué se trata?
- Una herida de bala junto a la columna vertebral. Hemos
conseguido mantenerle estable durante estas horas, pero no tenemos la habilidad
necesaria para extraer el proyectil. Ahí es donde interviene usted,
doctor.
Habían llegado ante la habitación en la
que descansaba Matt. Cuando corrieron el panel que permitía el acceso,
cuatro rostros, invisibles en la penumbra bajo las capuchas blancas, se
volvieron hacia los recién llegados.
- ¿Qué es ese olor? -preguntó Eduardo.
- Son plantas medicinales, doctor. Pase por aquí
para cambiarse. No se preocupe, ellos le llevarán al quirófano.
09.14 A. M.
- ¿Dónde diablos está Matt? -bramó
Rosalind Sharpe entrando en el despacho de Foggy Nelson.
- ¡Je je! -rió su hijo-. ¿Has oído,
PERRO? ¿Dónde diablos está Matt?
- ¿Qué hace ese perro en el despacho, Franklin?
Y por Dios, deja de llamarle "Perro".
- No se llama Perro, sino PERRO.
- Hijo mío, tal y como lo dices parece que fuera
todo con mayúsculas.
- Ni más ni menos, Rosalind. Ni más ni
menos.
Cuando Sharpe cerró la puerta tras ella, Foggy
miró preocupado a su perro.
- Tiene razón, PERRO. ¿Dónde demonios
se habrá metido Matt?
10.42 A. M.
La puerta del quirófano se abrió. Eduardo
Gómez-Utrero salió, secándose el sudor de la frente.
Elektra se levantó de la silla en la que había esperado y
se acercó. No pronunció palabra alguna, pero su expresión
lo decía todo.
- Vivirá... -dijo Eduardo.
Un suspiro de alivio brotó del pecho de Elektra.
- ...pero la bala rozó la médula espinal.
No es seguro que pueda volver a caminar.
07.51 P. M.
Una sombra se deslizó por la ventana del apartamento
que compartían Matt y Karen. Agotada de tanto llorar, Karen dormía
en el sofá. La sombra se deslizó hasta el dormitorio, abrió
la puerta del armario y pulsó un resorte. El doble fondo quedó
al descubierto. Cogiendo algo que colgaba, la sombra lo introdujo en la
bolsa que llevaba y salió tan silenciosamente como había
entrado.
08.32 P. M.
Karen despertó cuando oyó que llamaban
a la puerta. Cuando la abrió, vio ante ella a Matt... sentado en
una silla de ruedas.
- ¡Matt! ¡Oh, Matt, pensé que...!
- Ni lo digas, amor. Ni lo digas.
11.24 P. M.
En la Cocina del Infierno, dos rateros de poca monta
se disponían a asaltar a la anciana que se acercaba hacia ellos,
ignorante del peligro que corría. Pero no llegaron siquiera a intentarlo.
Sendos bastones, lanzados desde la escalera de emergencia del edificio
que se alzaba tras ellos, les dejaron inconscientes. Tras ellos, una sombra
descendió para recoger los proyectiles. En la parte superior de
la máscara que llevaba había dos cuernecillos...
11.58 P. M.
Ben Urich se disponía a marcharse, tras acabar
su artículo y entregárselo a Robbie.
- No deberías estar aquí hasta tan tarde
a tu edad, Ben. Doris estará preocupada -dijo amablemente Robbie.
- Le dijo la sartén al cazo... -replicó
Ben, mientras encendía su enésimo cigarrillo del día.
Cuando salía por la puerta del edificio, el portero
le comentó:
- ¡Eh, señor Urich! ¡Parece que lo
del cuernecitos fue una falsa alarma!
- ¿Qué quieres decir, Sean?
- Pues que en la frecuencia de la policía acaban
de decir que se han encontrado a dos chorizos en la Cocina del Infierno,
atados con sus chaquetas y una nota con las iniciales "D D".
- ¿Nada más?
- No, nada... ¡ah, sí! Los dos tenían
los nudillos fracturados. Todos.
(1) El horario que aparece
es siempre el de Nueva York, al objeto de poder mantener la línea
cronológica de los acontecimientos. Cuando la hora local sea diferente,
aparecerá entre paréntesis.
(2) Esto ocurre entre
los números 504 y 505 de la colección de Thor, ya en MarvelTopía.
Bienvenidos a Derecho
de réplica-bergil@altavista.net, el correo de los lectores
de la colección de Daredevil. Aquí me tenéis para
resolver cualquier duda que pueda surgir sobre el discurrir de la colección.
En el próximo número: ¿Quién
viste el traje de Daredevil? ¿Cómo afectará su nueva
situación a Matt Murdock? Todo ello y más en Daredevil
# 362.