Y allí estaba. Pegado a una pared del Sacta del Doctor Extraño.

Sintiéndose el impostor que de hecho era.

Había decidido que debía venir pero se encontraba fuera de lugar.

Desde su posición contemplaba a Hulk, Namor, la Valkiria, Halcon Nocturno, Estrella Oscura y la Gárgola.

Incómodos algunos. Espectantes todos.

Bueno, Gárgola estaba agazapada y con sus sentidos pendientes de la sobrenatural casa.

Y luego estaba él. Spiderman.

El otro Spiderman.

EL clon del original.

Ben Really.

¿Le pediría ayuda Extraño si supiera la verdad?

El mago entra en la sala y se detiene ante ellos.

Todos miran a Stephen Extraño y esperan impacientes a que les cuente el motivo de su reunión.

Extraño les observa a su vez. Les conoce a todos. Les ha visto nacer, crecer y convertirse en lo que ahora son.

Es una formación dispar, conflictiva. El grupo más atípico de todos.

Sin duda, Defensores.

Y puede que el hechicero supremo los conduzca a su final.

- Nos has reunido. Tu criado nos a ofrecido un aperitivo y hemos esperado bastante, Stephen. ¿Qué es lo que...?

- Ya te dije que no creo en los equipos - interrumpe Hulk a Namor- No me gusta recibir ordenes y no tengo interes en darlas. Y no me gusta como me mira y gruñe este- señala con un pulgar a la Gargola; sujeta con cadenas místicas.

- Isaac ha cambiado mucho, Bruce.

- Hulk- le corrige.

- Te pido que tengas paciencia.

- ¿Nadie le ha enseñado a darse un buen baño?- suelta Halcon Nocturno mientras se tapa la nariz.

La mano derecha de Namor se posa en su hombro con firmeza.

- Discúlpate. Este ser es un heroe que a combatido el mal. Su lamentable estado debe ser motivo de respeto no de burla- concluye Namor mirando a Spiderman que no dice ni mu.

- Aparta la mano, hombre pez- gruñe Halcon Nocturno.

Otra mano se posa en su otro hombro.

- Discúlpate- le dice Valkiria.

Halcón mira a ambos y se disculpa.

Extraño sabía que Jack Norris sería el primero en chocar con alguien. Pero sin duda sería más facil de tratar que los enfrentamientos entre el hombre submarino y el otrora mostruo verde.

Había conocido a Norris cuando el cerebro del Halcón Nocturno original le fue extraido y el mago había introducido el alma de Jack en el cuerpo de Kyle Richmond¹

El ahora ex-agente de SHIELD(aunque en ocasiones trabaja como operativo externo para la agencia) se había preparado y había conseguido hacerse con el traje de Halcón.

- Sentémonos- sugiere el doctor.

Todos salvo Gargola lo hacen. Hulk con algunos inconvenientes pues la silla es algo pequeña para él.

- Lamento comunicar que se avecinan tiempos oscuros- afirma Extraño.

- Y ahí lo tenemos- salta Spiderman- Cada vez que apareces, el apocalipsis está a la vuelta de la esquina, Doc.

- Apocalipsis no, Spiderman. Solo la extinción de la raza humana y las otras razas que habitan el planeta.

- Boesnk Moi- susurra Estrella Oscura.

- ¿Como es de malo, Doctor?- pregunta la Valkiria.

- Puedo mostrároslo de la misma manera que lo supe yo- continua el mago- Permitid que os muestre un atisbo del futuro.

Gesticula, recita un hechizo y todos caen en un instante infinito que se pliega sobre si mismo. Un torbellino de colores imposibles.

Lo primero que llega es el olor nauseabundo. Luego oyen los gritos de hombres, mujeres y niños. A millares. Un coro aterrador que golpea como algo físico y pone los pelos de punta.

Y que, de súbito, desaparece.

Entre un latido y el siguente, La vista sustituye al oido.

Vuelan raudos por un cielo cubierto de densas nubes negras. La luz del sol a duras penas la traspasa aquí y allí.

Llueven cenizas.

En el horizonte, muros de llamas arden furiosos.

Abajo, océanos sin fin sobre los que ballenas, tiburones, pulpos, atunes, e incluso especies abismales, flotan en descomposición sobre su superficie.

Algunos de los Defensores miran hacía Namor.

Este aprieta los puños y frunce el entrecejo dando a su mirada un aspecto terrible.

De improviso, una sombra inmensa cruza subitamente ante su camino sobresaltándoles aun más si cabe. La abominación alada va acompañada de otras que la acompañan en sus horendos chillidos.

El agua queda atrás y entran en un zona desértica. Dunas de arena fina esculpidas por los vientos sin rastro de verde pero si con humedad.

La humedad de la sangre.

Humanos en conflicto. Una batalla de proporciones colosales. Con armas blancas, de fuego o con manos, piernas y dientes. A pie o en vehículos de tierra y aire.

Al descender, los Defensores aprecían que solo hay dos bandos. Cada combatiente tiene tatuada en su frente una runa. Una runa para cada bando.

Los muertos y los restos de la lucha se amontonan como en ninguna otra guerra conocida por el hombre.

Apartados de la refriega, dos tronos situados sobre sendas columnas de roca negra son el punto de observación de los responsables de la batalla campal. Los Defensores estan demasiado lejos para reconocer de quien se trata. Pero si pueden distinguir a las criaturas de alas membranosas que revolotean alrededor de ellos.

- ¡Demonios!- exclama Hulk- ¿Es eso, Extraño? ¿Es algun tipo de invasión demoniaca?

- No. Este es el resultado de la guerra entre facciones infernales. Esto es lo que sucedrá cuando una de esos bandos venza y fije su atención en la Tierra.

El vuelo de los heroes les acerca lo suficiente a las columnas pero no llegan a ver claramente a los ocupantes de los tronos. Una fuerza desconocida les impulsa lejos. Muy lejos.

La ciudad era conocida por los hombres como Tula, en el país que fue llamado Rusia. Sus gentes corren presas del pánico ante la figura de un demonio gigante que avanza por su localidad. Todos los que se encuentran bajo su sombra sineten un frio intensísimo y les es robada el alma².

Caigan al suelo o queden de pie, sus ojos quedan sin vida, su inteligencia o recuerdos se pierden.

Muertos en vida.

- ¡Extraño, bájanos!- grita Valkiria- ¡Tenemos que derribar a esa cosa de...!

- Nada podemos hacer- responde el hechicero mirándola- Lo que vemos no es más que una visión del futuro. Estamos inmersos y viajamos por una imagen de toda la Tierra

El impulso vuelve a arrastrarles y les lleva entre nubes de moscas; debajo de las cuales esta la cuidad de Port Elizabeth, en la antaño conocida como Sudáfrica.

Las gentes caminan ausentes o enloquecidas por sus calles.

Niños poseidos por demonios hablan y hablan sin parar mortificando a quienes les escuchan. Luego abandonan al crio y poseen a otro para continuar su terrible letania.

Los desdichados que son cazados a lazo por criaturas infernales son colgados de garfios y su piel les es arrancada entera.

Es un proceso insoportablemente largo y doloroso. No se permite a los torturados la huida hacía la inconsciencia.

De nuevo los Defensores son impulsados hacía un nuevo destino.

Pronto, nadie recordará Caracas. Ni Venezuela.

Desnudos y en procesión avanzan ciudadanos conscientes de su destino.

A un lado pueden ver como demonios glotones devoran sin parar toda comida que les es ofrendida. Los ojos de los venezolanos se desorbitan aun más al ver como el presidente de su nación se une al banquete.

Delante de los desgraciados esperan grandes ruedas de moler movida por corpulentos hombres que prensan cuerpo tras cuerpo ante sus futuras victimas que chillan histéricas o rezan a un dios que les a olvidado.

Una monja y una niña son las últimas que quedan en una iglesia de Dawson Creek, Canada. Látigo de nueve colas manejados por brazos incansables chasquean en el exterior.

Los susurros en los oidos de la monja le aconsejan que sacrifique a la chiquilla en el altar para su oscuro señor.

Llega un nuevo reino. Ella será bienvenida y se sentará a la derecha de su nuevo maestro. Vivirá tanto y tan bien como quiera. Se le dará potesta para juzgar segun crea conveniente.

La mujer acarricía el sedoso cabello de la niña mientras su expresión se torna cada vez más fria y determinada.

Y entonces, estan en Nueva York.

Entran sobrevolando Liberty Island. La superficie de la estatua esta oxidada y el brazo que sujetaba la antorcha descansa, a sus pies, en el suelo. Una densa maraña de alambre de espino envuelve la corona que la dama de la libertad porta a si como su cuello.

Los Defensores son depositados en una avenida. Una niebla malsana cubre las calles hasta un poco más abajo de las rodillas.

Runas demoniacas creadas con fuego marcan todas y cada una de las fachadas.

De las farolas cuelgan jaulas ocupadas por personas que se ven obligadas a permanecer de pie debido a su estrechez.

Un maltrecho carro, tirado por caballos famélicos e iluminando su camino por dos demonios con túnicas portando antorchas que arden con inucitado brillo, avanza hacía los heroes.

Los demonios se van acercando a la gente que vagabundea si rumbo por la calle y, sin miramiento alguno, arrancan las almas de los cuerpos. Las formas brillantes son lanzadas de mala manera a la parte trasera del carro que aparece siempre vacio; como si nunca pareciera llenarse.

Namor es el primero en cargar contra ellos. Le siguen la Valkiria, espada en alto, y Halcón Nocturno, desenfundado su pistola.

El asalto es futil. Sus golpes atraviesan a las criaturas que continuan su tarea sin pausa.

Una súbita aceleración, y los heroes se encuentran de nuevo sobre la cuidad. En concreto, sobre el que fuera su mayor parque.

Central Park es un erial salvo por un arbol de unos cinco pisos de alto. Sus ramas son espinas donde estan clavadas una innumerable cantidad de personas que se agitan y gritan de dolor dotando al arbol de una espantosa apariencia de vida.

- !BASTA, POR FAVOR!- grita Estrella Oscura sobrepasada por todo lo que ha visto!- ¡¡¡BASTA!!! ¡¡¡BASTA!!! ¡¡¡BASTAAAAA...!!!

Al contrario que toda la sobrenatural visión, el retorno al Sacta del Doctor Extraño se produce sin ningun efecto optico o auditivo.

Los, en ese instante, no tan dinámicos Defensores se apartan unos de otros. Halcón Nocturno se enciende un cigarro con temblorosas manos. Estrella Oscura es consolada por Valkiria. Casi se pueden oir chirriar los dientes de Namor y crujir los puños de Hulk. Se nota la inquietud de la Gárgola. Y la ausencia de los ingeniosos comentarios de Spiderman resulta hasta molesto.

- Tu visión ha sido verdaderamente pertubadora, Stephen. Has elegido a los presentes para detener tal atrocidad, ¿no es así?

- En efecto, Namor- Extraño indica a Wong, que trae una bandeja con té caliente, que ya puede entrar y servir- Creo haber reunido a los indicados para detener esta guerra entre fuerzas demoniacas cuando se desencadene en el futuro próximo.

- ¿Y no puedes, no sé, ir al infierno o a donde sea y detener a esa fuerzas antes de que todo empiece?- pregunta Estrella Oscura más calmada.

- Últimamente mis habilidades místicas me han estado fallando y podría encontrarme en serias dificultades de presentarme en esas regiones en tal estado. Además, si el hechicero supremo de esta realidad interviniese en dicha contienda temo que daría lugar a nuevas amenazas críticas.

- O sea, nada de invasión. Nada de imitar a Bush junior- bromea por fin Spiderman.

- Nadie irá, en principio, a esos reinos infernales. Vosotros y yo planteremos cara a lo que venga aquí, en la Tierra.

- ¿Y que pasa con los demas? Los mutantes. Los Vengadores.

- Espero, Hulk, que hagan lo que hacen siempre. Luchar por los más debiles. Por los indefensos. Nosotros, cuando llegue el momento, actuaremos para evitar, en la medida en la que podamos, que la guerra se extienda por nuestro mundo. Sois piezas claves para exortizar el horror que habeís presenciado.

- Formar una sociedad de pateaculos demoniacos- afirma Halcón Nocturno.

- ¡Eh, aqui las gracias las pongo yo!- protesta Spiderman- Y, para ser exactos, sería una sociedad justiciera de pateaculos demoniacos.

- Cuando llegué la hora, ¿puedo contar con vosotros?

- Por la vida de todas las criaturas marinas, puedes contar con el hijo vengador.

- Y con mi espada.

- Y con mis telerañas. Umm, pero mejor le pido el martillo a Thor, ¿no?

- Todo esto es... es demasiado. Pero si tu me quieres en esto Stephen, entonces estoy con vosotros.

- Si la chica rusa dice que si pese a tener un miedo de muerte, ¿cómo voy a quedar yo si digo que nanay?- argumenta Halcón- Y sin querer que nadie me parta la cara, ¿ cómo sabremos la decisión de ese?- dice señalando a Gárgola.

En respuesta, el heroe caido en desgracia se mueve en cuclillas hasta situarse juento al Doctor Extraño y emite un leve gruñido.

- Es unánime- afirma el hechicero- Lucharemos juntos contra lo que venga. Quiero proponer algo más. Puedo realizar un conjuro cuya única finalidad sera la de advertiros cuando llegue la hora. ¿Qué os parece? ¿Estaís de acuerdo?

La idea no es recibida de forma entusiasta pero es aceptada.

Extraño gesticula y recita.

- ¿Qué imagen quereís que se os manifieste cuando seaís convocados?

- ¿Un demonio?- propone Hulk.

- ¿Eva Longoria?- dice Halcón con una sonrisa.

- Eres un cerdo- le espeta Estrella.

- ¡El símbolo de los Cazafantasmas!- exclama Spidey.

- ¿Qué?

- El símbolo de los Cazafantasmas. ¿Un fantasmita con un signo de prohibido delante de él? Eeeh, No has visto la peli, ¿verdad, Extraño?

- ¿Estas de cachondeo?

- Siempre, Halconcito.

- Dan Aykroyd, Bill Murray, Sigourney Weaver- se dirige Wong a su amigo hechicero.

- Ah, si. Aquella amena comedia sobre captura de espíritus que no cruzaban al otro lado.

- Estas hablando de un clásico ochentero, Doc. Un respeto.

- Cualquier imagen vale siempre que sepamos a que se refiere- sentencia Namor.

Extraño finaliza el conjuro manifestando ante los presentes el símbolo que los alertará. Al verlo, el gigante verde y el hombre submarino miran al aracnido con ceño fruncido.

- El pacto esta cerrado. Aquellos que no os quedáis en mi casa, sabeís que, como siempre, soís bienvenidos en ella.

Van abandonando la sala salvo la Valkiria que se va quedando a propósito rezagada.

- ¿Si?- pregunta el mago.

- Stephen... No recuerdo mi vida pasada. No me siento segura de mi misma. A veces creo que esta no soy yo. Que soy una impostora y que en cualquier momento revelaré mi verdadero ser y... no sé. ¿De verdad confias en mí?

- Val- pone una mano en un hombro de la mujer- Por supuesto que si. Y, en cuanto consiga ponerme en contacto con Asgard, descubriremos que es lo que te ha sucedido. Ten fe, amiga mia.

- ¿Te molesta si te doy un abrazo?

- En absoluto.

- Ejem.

Ambos se vuelven hacía la entrada.

- Al final, he decidido venir y escuchar lo que tengas que decir- afirma el recien llegado acompañado de un Wong que mira repetidas veces hacía este y a Extraño- Parece que llegó más tarde de lo debido porque, de lo contario, dudo que os encontrase tan íntimos.

- ¡Por los tres que son uno!- exclama el hechicero supremo, tras un instante de dudas, al darse cuenta de lo que esta sucediendo.

Pese a que puede parecer imposible, una mole como Hulk puede moverse entre las sombras de Greenwich Village sin ser visto.

Mira continuamente a su alrededor esperando que alguien lo descubra y dé la voz de alarma.

Quizás por ello casi se estampa contra el sólido muro de negra energía que se levanta subitamente en su camino.

- ¿Con qué era un truco para capturar al mostruo?- pregunta el gigante verde sin volverse- ¿Vuelvo a ser un peligro para la nación? Y seguro que es por mi propio bien y todo lo demás, ¿eh, Extraño?

Un golpe sordo a su espalda le sorprende y se vuelve para encararlo.

Un puño verde impacta contra su cara. Su fuerza es tan descomunal que el cuerpo sale despedido hacía atrás, destruyendo el muro de Estrella Oscura, destrozando dos coches aparcados y dañando gravemente un muro de un edifico al colisionar. Unos metros a la izquierda, de la puerta de un bar que ya debería haber cerrado, salen un puñado de clientes alertados por los fuertes ruidos. Miran asustados a Hulk y luego, confundidos, a su agresor.

Otro Hulk.

- ¡No me gustan las imitaciones!- proclama el atacante; el único e increible- ¿Quien eres? ¿Qué eres? ¿Un engendro creado por el Lider?

- Carne estupida- susurra el falso Hulk y carga contra el auténtico. Pero no a dado dos pasos antes de que se retuerza y su piel se torne gris.

- ¡Coño!- exclama el que una vez fuera un científico respetable- El gris ya no se lleva. ¿Y si pruebas con el rojo?

Los ojos de impostor se vuelven blancos. Sus orejas empequeñecen. Su espalda se encorva. Pese a los espasmos, oye pasos que se acercan a su derecha. Siente como la hoja de Colmillo de Dragón corta los tendones de su pie. De un mamotazo, aparta a Valkiria y da una palmada que tumba a Estrella Oscura, Extraño y a los curiosos que ya grababan con su movil o llamaban al 911.

- Eso si que me ha cabreado.

Y dicho eso, Hulk se lia a darle de tortas.

Extraño lucha por incorporarse. El hechizo que lanzó para revelar la forma del impostor ha quedado a la mitad. Aún así, ha sido suficiente para confirmar sus sospechas.

Un demonio ha atravesado las defensas de su Sancta Sanctorum sin ser detectado.

Enviado para espiar su reunión por quien esperaba que Hulk no asistiera.

La situación iba por delante de él.

Pese a la forma que ha adoptado, el demonio ni de lejos tiene la fuerza de Hulk. Y a este último le ha entrado la vena sádica.

Busca romperle los brazos.

Aparta al hombre mostruo y brinca calle abajo.

- ¡Eh, cucarracha! ¡Ven aquí!- grita Hulk.

- ¡Eh! ¡EEHH! ¡Qué es mi coche!- exclama uno de los habituales del bar al ver como el Defensor lo levanta sin esfuerzo clavando sus dedos en el metal.

El gigante verde le hace retroceder de un gruñido y lanza el coche.

El demonio esquiva girando la esquina. Luego zigzagea para escapar de las tenazas enormes que Estrella Oscura lanza tras él.

Los Defensores corren tras la criatura con Extraño lanzando esferas de luz que avanzan veloces en busca de la misma.

Ahora, o le encuentran de inmediato o el demonio informará a su señor.

Vecinos, artistas, estudiantes de la New York Universty y turistas no estan presentes en el Washington Square Park ha estas horas de la noche. Como mucho, alguien paseando a su perro; alguna parejita ocasional o alguien de mantenimiento.

Ninguno se cruza con la criatura infernal.

Ignora las heridas del combate. Su determinación es absoluta. Alcanzar la avenida B de Aphabet City; desde donde informará a su amo.

Avanza por el centro de una calle, entre las dos hileras de coches estacionados. Avanza ignorando el taxi aparcado y a su conductor. Avanza observando por el rabillo del ojo como una de las puertas traseras del taxi se abre sola.

Y no tiene tiempo para evitar que los tentáculos que surgen bruscamente de la tapiceria interior, le atrapen.

La propia esencia del demonio es más de lo que este taxi ha absorbido: ladrones, violadores, gente sin moral ni escrúpulos. La bestia, a un nivel primitivo, lo siente también y se deshace de los tentáculos que vuelven al interior del vehículo.

El demonio observa satisfecho de si mismo como la puerta se cierra. Pero, enseguida comprende que no debió confiarse.

El coche crece; cambía. Su techo, ventanas y parte de sus puertas fluye y toma la forma de una terrible boca de afilados dientes. Exhala un olor a gasolina y cuero quemado por cigarillos.

La criatura infernal se gira para escapar. El taxi es más rápido. La boca cae sobre él y lo atrapa.

No hay grito ni exclamación alguna.

Entre las azoteas, una esfera de Extraño, que ha localizado finalmente a su objetivo, lo pierde.

El cuerpo yace retorcido y apoyado contra una pared cuando los Defensores llegan instantes después. Ha recuperado su verdadera aparencia. Conserva el tono gris de su piel.

En su rictus final parece apreciarse, ¿terror?, antes de que todo él se vuelva cenizas inidentificables.

Solo Estrella Oscura ve al taxi girar la esquina.

En su interior, cambia el nombre de la licencia situada al lado de la guantera.

De Peter Cady a Max Sellers.

Max no recuerda el encuentro imposible que acaba de tener lugar. Solo que esa fatiga que, de cuando en cuando y llegada de improviso, le asalta una vez más³.

- Atención todas las unidades- la voz joven procedente de la centralita de la compañia de taxis irrumpe en el frio silencio- La policia informa de superhombres en Aphabet City. Solicitan ayuda para confirmarlo. Andáos con ojo.

- ¿Necesitaran esos supertios un taxi para volver a casa?- se pregunta Max en voz alta. Solo ha hecho un par de carreras en lo que iba de noche y necesitaba la pasta.

La misteriosa muerte del demonio intriga a los Defensores.

Al Doctor Extraño lo pone en guardia.

Lo que desconoce puede ser letal para él y el mundo que protege.

Un sexto sentido le dice que el impostor no ha llegado a informar sobre lo que descubrió. Pese a ello, realiza una serie de pruebas místicas con nulo resultado.

De regreso al Sacta Sanctorum, el hechicero muestra a Hulk la apocalíptica visión del futuro y consigue su ayuda.

El gigante verde se marcha. Valkiria y Estrella Oscura suben a sus habitaciones.

Antes de marcharse, Hulk habia estrechado la mano de Stephen.

El mostruo surgido de la ciencia había formado parte del atípico grupo que son los Defensores desde el principio. Pero el conflicto y las personalidades de sus integrantes siempre los separaban.

Aquel Hulk menos salvaje ponía, una vez más, esa esencia sin medida que es el valor para combatir lo que estaba por venir.

Había depositado su confianza en Extraño, el hombre que lo había desterrado a la Encrucijada.

Todo los que había convocado esa noche lo habían hecho.

Dudaba mucho que volvieran a hacerlo después de lo que planeaba hacerles.

Hulk ya se ha marchado. Sus invitadas duermen.

El Doctor Extraño permanece sentado en un viejo sillón observando el danzar de las llamas de unas velas.

Sus pensamientos son lúgubres.

Percibe el picor en su brazo derecho.

Observa como el símbolo aparece en su piel.

Se levanta y camina. A su deseo, la capa carmesi flota hacía él y cubre sus hombro.

Es convocado a una reunión.

Barrio de Queens

El cementerio de Cyperss Hill fue escenario de sucesos extraños en el pasado reciente.

En la actualidad, una empresa de seguridad vigila el recinto.

Varios de sus empleados fingen bajas médicas para no trabajar en el cementerio. O dejan la empresa.

El leve ruido de la capa de Extraño al ondear con el viento cesa cuando toca suelo a escasos metros de un mausoleo.

Destaca sobre la estructura en la que el hechicero entra, en comparación con estatuas y relieves de tipo religiosos que lo adornan, una escultura de piedra tamaño natural de un hombre con calaveraen lugar de cabeza y espada cavada en pecho.

Es todo lo que queda de la manisfestación del demonio llamado Zarathos.

Con confianza y seguridad, baja por unas escaleras que se internan en una suerte de catacumbas.

Extraño ve que ya hay quien le espera.

Morbius, el vampiro viviente, espera en un rincón en penumbras. Maldito primero por la ciencia y luego por lo sobrenatural. En perpetua lucha por su ansia de sangre. En ocasiones, un depredador nocturno. En otras, un sangriento justiciero.

Blade, el cazador de vampiros, juega con un gran cuchillo. Stephen puede percibir, pese a las gafas de sol que el hombre negro acostumbra a llevar casi de forma permanente, que su mirada esta clavada en Morbius.

Blaze es el último en llegar. Saluda levantando el brazo derecho y tocándo con dos dedos su cabeza. El gesto deja ver la marca en forma de daga que aparece cuando son necesitados y duele hasta que se reunen.

Johnny había vendido su alma para salvar a un ser querido. Y por ello se convirtió en el Motorista Fantasma. Desde entonces, en contadas ocasiones había conocido algo semejante a la paz.

Los sentidos místicos del hechicero perciben en Blaze ese aura de oscuridad que tenía cuando su carne ardía y viaja veloz con el rosotro de un craneo llameante. Y lo siente por él⁴

- ¿Sigue sin haber noticias de Venganza?- pregunta el mago.

- No desde que se destruyó a si mismo. Si mis fuentes son correctas, estuvo condenado en el infierno- afirma Blaze- Tras eso ayudó en la supuesta muerte de Blackheart. No se sabe que fue después de él⁵.

Esto era pues lo que quedaba de los Hijos de la Medianoche. Un grupo del que Stephen formaba parte pese a no haberse unido a ellos.

Los ojos del mago se fijan en un relieve labrado en una de las paredes. Representados en torno a los restos de una armadura flotante en el aire se reconocía al difunto Hannibal King, Blade, Venganza, Morbius, Johnny Blaze y el ser conocido como unicamente como Extraño; un constructo etereo creado por el hechicero en un momento de necesidad.

El constructo ya no existía⁶ y Stephen había heredado su responsabilidad.

En el relieve no estaba representado el también difunto Frank Drake, miembro no oficial del sombrio grupo.

- ¿Has reunido a los Defensores?- pregunta Morbius.

- Si- responde rotundo Extraño.

- Entonces solo queda esperar- sentencia Blade- Mientras tanto, podemos preguntarle a Morbius si le bastará con beber sangre de demonio. ¿O volverás a atacar a gente?- pregunta directamente al vampiro mientras avanza hacía él empuñando con fuerza su cuchillo.

Morbius se encara con el cazador antes de que Extraño se interponga entre ellos.

- Blade, baja el cuchillo. Sabemos que Michael a tenido problemas en ocasiones para controlar su ansia...

- ¿Y la controla ahora?- Johnny formula la pregunta que pasa por la mente de todos.

- Actualmente, lo hago. En caso contrario, no habría asistido a esta reunión.

- El dolor de la marca te habría obligado- afirma Blade sin dejar de mirarle fijamente.

- Hay dolores mucho peores, cazador. La necesidad de sangre, por ejemplo.

- O una estaca en el corazón.

- ¡Ya basta!- exclama Extraño- Morbius sabe muy bien que tenemos puesto un ojo en él. Y tú, Blade, conten tu temperamento. Estamos a las puertas de una guerra demoniaca y todos nos hemos visto obligados a formar equipo- el mago enseña su propia marca- Esta alianza puede resultarte incómoda. Pues bien, hay que hacer sacrificios. Yo he... reunido a los Defensores.

Los ecos de lugar mueren.

Veloz como solo puede ser un vampiro, Morbius se marcha. Blade guarda su arma al tiempo que se mueve para abandonar el lugar.

- Lo siento- le dice Johnny al pasar junto a él.

El Doctor Extraño observa las paredes.

Historia antes de que existiera la historia escrita.

Reflejando hazañas de los originales Hijos de la Medianoche y los que les precedieron.

Pronto, nuevas hazañas serían añadidas a esos muros.

Hazañas y, posiblemente, tragedias.

Próximo número: Drácula Vs Los Defensores(¿Hace falta decir más?)

1.- Defensores #32 a 34 USA.

2.- Que levante la mano quien halla visto la serie Torchwood.

3.- Que levante la mano quien conozca al misterioso taxista surgido en la serie de Neal Conan y con posterior reaparición en la del Doctor Extraño.

4.- Blaze vuelve a ser el Motorista Fantasma. Ver su propia serie en Mtopia.

5.- Lo relatado es un resumen de sus últimas apariciones que el autor ha podido encontrar sobre el personaje en la red. Después de eso, el olvido.

6.- En realidad no es así, tal como se vio en Doctor Extraño: Rito Final.

NO-CORREO

He aquí el final de la historia comenzada en el numero anterior.

He aquí a este idiota metiéndose a acabarla cuando debería estar con las series que esta escribiendo.

Hay dos motivos por los cuales lo he hecho:

1º. Convertir un crossover en un "triover". Tras el desafio de continuar la historia comenzada en Tumba de Drácula en Doctor Extraño, llegó la idea de extenderla a los Dinámicos Defensores.

No era cosa de escribirlo sin finalizar el relato en curso(nuestro querido editor y quien paga la web dijo que ni hablar).

Asi que...

2º. Usar este numero a modo de preludio de para una guerra entre reinos infernales(¿terminará escribiéndose?)

En este numero, además se resuelve el asunto del impostor insinuado por Rafael Heras y se potencia la referencia que hacía sobre que Extraño llevaría al nuevo equipo que había reunido a un final presumiblemente terrible.

Este pacto entre heroes trajo a mi memoria otro que tenia lugar en la serie publicada por Forum, Cerco de Tinieblas. El efectuado por los denominados Hijos de la Medianoche.

Decidí añadirlos y aportar un granito de arena a la futura guerra.

Queda por aclarar el destino de los Defensores y el papel de los Hijos de la Medianoche en la Guerra por llegar.