EL HALCÓN VOL. 2 #8
Rey del Bongo Bong
Guión: Fordcopp y Pijux Magnificux
PORTADA: Fondo impreso con el mapa de África. Señalando claramente la
localización exacta de Wakanda. Sobre el se superponen las figuras del
Halcón y La Pantera Negra.
Aeropuerto de Nueva York
El hombre conocido como Sam Wilson espera sentado la salida de su avión
rumbo a Kenia. Donde allí le esperara un trasporte privado destino Wakanda.
Aprovechando su año sabático Sam, se ha decidido a aceptar una de las
múltiples invitaciones de su amigo y compañero T´Challa; Soberano de las
fértiles tierras de Wakanda, también conocido como La Pantera Negra. A Sam
la perspectiva de este viaje, le tiene un poco preocupado, sabe que su amigo
es un hombre muy ocupado y no quiere interrumpir los quehaceres del monarca.
Va decidido a buscar un poco de turismo exótico, y aprovechara para
comunicarle su decisión a T´Challa en cuanto le vea. Esperando que lo acepte
de buen grado, y no lo tome como una descortesía.
El vuelo directo a Kenia lleva ya media hora de retraso, cuando anuncian por
la megafonía que problemas técnicos hacen retrasar el vuelo una hora más. En
principio su amigo el Sargento Tork iba a acompañarle al aeropuerto. Pero al
parecer Tork tuvo una noche dura tras la aparición de un bar lleno de
cadáveres, al parecer algo relacionado con El Motorista Fantasma1. Tork
llamo a Sam temprano y le dijo que estaba demasiado cansado como para
acompañarle. Sam decide tomárselo con filosofía y de su bolso de mano, donde
cabe poco mas que su uniforme del Halcón. Saca el libro que pensaba leer
durante el viaje.
Mira un momento la portada y la contraportada antes de decidirse a abrirlo.
Suspira exageradamente...
Cuando un hombre le pregunta, si el asiento de su lado esta libre. Sam
asiente y hombre de estatura media, se le sienta al lado. Sam presiente que
es el típico pelma, y que se puede olvidar de empezar su libro. Intentando
escapar de las nada sutiles miradas del pesado de su lado, Sam abre su libro
y finge estar leyéndolo para que su acompañante se arrepienta de sus
intenciones y no empiece una aburrida conversación. Pero su táctica ha sido
en vano.
- Hey, amigo. ¿Cuál es su vuelo?-
Sam tiene que usar un tono seco y brusco. Su estrategia ha de conseguir
librarle del prototipo de moscón de aeropuerto que le acaba de atrapar entre
sus redes. El hombre de su lado, tiene toda la pinta de serlo. Vestido con
unos pantalones cortos y una chillona camisa Hawaiana, pero lo que más
repele a Sam es su horrible pelo rubio totalmente pasado de moda construido
a base de bucles, una mezcla entre Shirley Temple y los bucles del pelo de
una escultura de Praxiteles. Todo esto aderezado con una barba de tres días
y un mareante olor a Pachulí.
- El de Kenia -
El moscón de aeropuerto mira el panel que tiene enfrente. Y con una estúpida
sonrisa se vuelve mirando a Sam:
- Vaya amigo, fiuuuu! Parece que le queda un buen rato de espera, es un
fastidio ver que tu vuelo se retrasa. Yo sin embargo voy bien de tiempo. Me
gusta estar en el aeropuerto con tiempo de sobra.
"Si, para amargar la vida a los pobres viajeros" piensa Sam para sus
adentros. Mientras asiente tan educadamente como le es posible asiente con
la cabeza, volviendo rápidamente a clavar la mirada en un libro que no esta
leyendo. Pero la voz de su acompañante sigue sonando, martilleando repetida
e incesantemente en el interior de su cerebro.
- Pues si, amigo. Yo también voy de viaje. De vacaciones. Gane un sorteo de
las Croquetas Géminis, y me voy a gastos pagados una semanita a Honolulu.
Todo este tipo de gente tiene suerte, piensa Sam. Aprovechando para buscar
con ansiedad la hora de salida del vuelo a Honolulu. ¡Que horror! aun queda
media hora...
- Me llamo Norm Webster y soy agente inmobiliario. Bueno lo era,
actualmente estoy en paro: Pero me acabo de trasladar a Nueva York, antes
vivía en Leonia en Jersey. Pero una serie de gente envidiosa ruin y
despreciable me hizo la vida imposible hasta que me fui de allí. Ya sabrá
como son estos pueblos. Tome.
Norm le entrega a Sam una tarjeta de visita con su nombre y su teléfono
móvil. Añadiendo que la dirección era la anterior y aun no la ha cambiado.
Sam siente como este tipo le esta contando su vida y guarda la tarjeta en el
interior de la camisa.
- Y usted, a que va Kenia ¿en viaje de negocios o de placer?
Sam obligado a contestar decide aprovechar la situación y divertirse un poco
a costa de su moscón.
- Voy a unos negocios... un tanto delicados. - Sam guiña un ojo, y finge
mirar hacia ambos lados. Percatándose de que no le vigila nadie. Entonces
vuelve a mirar a su asombrado oyente, haciendo con su dedo índice sobre su
nariz el gesto inequívoco de esnifar cocaína. Y vuelve a mirar con nervios
fingidos si le ha visto alguien.
- Vaya. Parece un trabajo interesante.- dice con los ojos como platos
clavados sobre Sam.
Otra vez a Sam le ha salido el tiro por la culata. Lo que creía que le
asustaría, solo ha avivado su curiosidad.
-¿Por qué se le ocurriría esta idea? Bueno, ya que se ha empezado veré
hasta donde llego- piensa Sam y se decide a reanudar la farsa.
-Mejor dejemos el tema, porque hay oídos por todas partes.-
- Si... Claro... Comprendo.- responde un casi eufórico de curiosidad Norman
Webster.
Entonces Sam en un ataque de crueldad, decide sacar del bolsillo de la
camisa, La tarjeta que le acaba de dar su pelmazo particular. La cara de
Norman palidece, cuando se da cuenta de que acaba de entregar a un
traficante la forma de localizarle.
Norm dice que debe irse a la puerta de embarque de su vuelo y se larga como
alma que llevase el diablo. Sam se despide clavando la mirada al pobre Norm
y dedicándole un ronco y cargado de maldad: -"Hasta luego, amigo".
Cuando se ha ido Norm; Sam despliega una amplia sonrisa de satisfacción.
Orgulloso por haber librado al mundo de un pelmazo, que se pensara dos veces
la próxima vez que desee dar la tabarra a alguien.
El resto de la espera hasta que suena por megafonía el aviso de su vuelo,
pasa lenta pero tranquilamente.
Únicamente se preocupa por el pobre Ala roja encerrado en una jaula junto al
equipaje. Pero claro una ventaja de tener la conexión telepática con Ala
roja, es poder comunicarle que debía elegir entre esa humillante situación o
volver a quedarse en el apartamento de Tork.
No debió pensárselo mucho, antes de tomar una decisión. Su situación como ex
vengador, además de permitirle hacer viajes exóticos en primera clase sin
tener que pagar ni dar ninguna explicación; le da la posibilidad de saltarse
porque si, todas las leyes de intercambio de especies de animales entre
diferentes países. Lo que permite que el buen Ala Roja vaya a Wakanda.
Por fin suena por Megafonía, el anuncio de embarque de su vuelo a Wakanda.
Recoge su equipaje de mano y procede a embarcar.
Un indeterminado número de horas (que coincide exactamente con la duración
del vuelo a Wakanda tras hacer un cambio de avión en Kenia) después:
Sam baja de un pequeño avión comercial, repleto de hombres de negocios que
llegan al poderoso país africano de Wakanda, cuna mundial de la explotación
de Vibranium.
Tras bajar del avión, Sam busca con la mirada algún tipo que le haya venido
a buscar. Pero ante su sorpresa encuentra al mismísimo T´Challa de pie
esperando a su compañero vengador:
- ¿Que haces aquí?. Esperaba que alguien viniese a recogerme. Pero no el
mismísimo monarca de Wakanda.-
- Si, ningún súbdito quiso obedecer la orden de venir a recogerte. Así que
tuve que dar ejemplo y venir yo mismo.
- Una lección de humildad para el pueblo, que su monarca realice las tareas
mas indigestas...
- ¡Pues claro!
Ambos Sonríen y se dan un abrazo2
- Que raro que hayas venido a recogerme T´Challa. Un hombre de tu posición
tiene muchas obligaciones y responsabilidades. Lo que me lleva a decirte
esto. No quiero que mi visita a Wakanda sea una molestia.
- No digas tonterías...
- Si, la verdad es que pensaba hacer un poco de turismo hortera. No quiero
monopolizar la figura del monarca. Tu te debes a tu puesto y te deberás
también a un protocolo.
- Ja ja... ¿Qué te crees que soy la Reina Isabel de Inglaterra?.
- No... pero...
- ¡Tonterías!. De que sirve ser Rey. Si no puedo tener un poco de intimidad
y tiempo libre. Si no hay ningún asunto de fuerza mayor, los próximos cuatro
días estarán dedicados a pasarlos con mi amigo Sam y enseñarle mi amado
país.
- Eu... no sé. Supongo que no te haré cambiar de idea. Esta bien para cuatro
días que voy a estar... venga vamos a recoger el equipaje. El pobre Ala Roja
debe estar cansado de tanto viaje.
- ¿Has traído a Ala Roja?
- Sí, claro. ¿No será una molestia?
- Ni hablar. Me fío mas de él que de mí mismo. Pero me parece un horror que
le hayas traído enjaulado.
- Cosas de las compañías aéreas, no importa lo inteligente que pueda ser Ala
Roja. No es mas que otro bicho...
- Comprendo. A la vuelta volverás a Nueva York en un vuelo privado. Estas
cosas debieras decírmelas..
- Sobre mi cadáver... volveré como he venido. En líneas comerciales. Ya es
bastante violento aceptar tu hospitalidad en vez de alojarme en un hotel que
yo mismo pagase.
- ¿Quién te ha dicho que no te pasare una factura por lo que gastes?
- Je je.. seguro.
Mas tarde, tras la comida y haber enseñado a Sam los innumerables progresos
tecnológicos, que hacen de Wakanda una de las naciones más modernas del
planeta. En una mayor factoría de refinado de Vibranium:
- Bueno espero que hayas disfrutado de la excursión de hoy. Porque a partir
de mañana se acabaron las visitas relacionadas con tecnología etcétera. Yo
sé que a ti te interesa mas conocer la Wakanda salvaje.
- Pues si para mí estas cosas son un poco aburridas no soy Reed Richards o
Henry Pym precisamente.
- Ya lo sabia. Tu cara al ver todas las instalaciones Wakandianas era todo
un poema.
- Bueno ya sabes.
- Venga, vamos ya toca ir a descansar, que mañana nos vamos de expedición.
Un viaje al que un turista de a pie no podría acceder.
- Si, seguro que un buen fajo de T´Chakas3 podrían dar el mismo viaje.-
responde Sam.
- Bueno si, pero muy grueso habría de ser - responde T´Challa.
Al día siguiente, en una especie de jeep futurista Sam T´Challa, y M´Koni
un primo de la Pantera Negra, se alejan del la metrópolis Wakandiana. Único
lugar en el mundo donde la más autóctona tradición indígena y la futurista
adaptación a la más moderna y puntera tecnología, se unen configurando uno
de los rincones más extraños y barrocos del planeta.
Los tres expedicionarios se adentran en la sábana Wakandiana, lejos de la
civilización. Donde en caso de problemas deberían enfrentarse con lo que
fuese, ellos mismos.
La Pantera negra ha desestimado la ayuda de su séquito habitual. Con la
disconformidad de sus consejeros e incluso de su madrastra Ramonda.
Pero ¿quién puede desobedecer a un deseo del rey?. Y así T´Challa
considerando que la presencia de dos ex vengadores sería suficiente para
afrontar cualquier problema que se les pudiera presentar.
Así, pasan desde primeras horas de la mañana atravesando la inmensa sábana.
Viendo uno de los más hermosos paisajes del mundo. El Sol contempla el viaje
de nuestros protagonistas desde que aparece en el horizonte hasta que se
desplaza al centro de la bóveda celeste, anunciando que ya es medio día y es
hora de tomarse un descanso.
Se acercan a la ladera de una pequeña colina rocosa y allí.
Paran para comer, sentarse a reposar un rato e intercambiar opiniones. Ala
Roja revolotea sobre sus cabezas disfrutando de la libertad y el espacio del
que prescinde en Nueva York.
Cuando M´Koni se levanta un momento para mirar un poco a su alrededor.
- Mirad allí ahí unas pequeñas cuevas. Voy a subir a ver si hay algo dentro.
- Yo que tu no haría eso podría ser la guarida de cualquier cosa. - Replica
T´Challa-
- Esta bien, no sufras. No soy un crío, primo. Tendré cuidado.
M´Koni va hacia la cueva que ha visto a unos metros desapareciendo del campo
visual de Sam y T´Challa.
De pronto se oye un golpe seco y Ala Roja soltando alaridos de alarma, se
acerca a toda velocidad a la posición donde se hallan el Halcón y la Pantera
Negra. Que se levantan a toda velocidad y se dirigen corriendo a donde se
había ido M´Koni.
Sobre el suelo esta el cuerpo inconsciente de M´Koni con una brecha en la
cabeza que sangra ostensiblemente. De pie a su lado esta M´Baku el Hombre
Mono, enemigo habitual de La Pantera Negra, que ruge amenazante dispuesto a
enfrentarse a nuestros dos protagonistas.
Sam y T´Challa desprovistos de sus uniformes habituales se las tendrán que
apañar como puedan para enfrentarse al Hombre Mono.
Continuará...
¿Qué pasara en el enfrentamiento de Sam y T´Challa contra M´Baku? ¿Qué hace
allí el desterrado M´Baku?
Todo esto y alguna cosa mas en EL HALCÓN #9.
1.- Los hechos ocurridos en ese bar, que implican al Motorista Fantasma y a
El Destructor se relatan en el Motorista Fantasma #87 la extrañísima e
incomprensible serie de Marveltopia que escribe TheDob.
2.- Si Xumer puede ganar el premio a la mejor escena con algo tan cursi y
vergonzoso como esto. ¿por qué íbamos a ser nosotros menos? ;)
3.- En otro absurdo detalle de "originalidad", los escritores de este numero
suponen que la moneda Wakandiana llevara la efigie del padre de Pantera
Negra y anterior monarca de Wakanda; T´Chaka.Y de ahí su nombre en jerga. XD
CORREO DE LOS LECTORES
Hola soy Pijux Magnificux, co-escritor invitado de la serie de este numero y
el siguiente. Pertenecientes a la saga con La Pantera Negra, que ojalá
sirva como introducción a un proyecto de serie que anda circulando por ahí.
(no puedo adelantar nada.)
Mi misión en estos dos números será la de encajar las abstractas ideas de
Fordcopp y añadir las mías. No tenemos "a priori" un método de reparto de
los números, aunque supongo que nos lo repartiremos equitativamente. Ya se
vera como nos quedan, espero que mandes tu opinión para poder verla
reflejada en la serie como es el caso de Marta Conte.
Marta tras descubrir la web de Marveltopia, se dedico a leerse un buen
montón de series y tomarse la molestia de escribir dando su opinión sobre lo
que había leído.
Por alguna extraña razón, decidió leerse una cuyo titulo era el Halcón:
"Hola, me llamo Marta. Y acabo de descubrir la pagina web de Marveltopia. Me
he puesto leer un buen montón de series y como una posesa he mandado un
correo electrónico a todas ellas."
Muy bien Marta, así se hace. El resto ya sabéis que debéis de hacer. Aunque
podéis olvidaros de las demás series y ¡enviad correos al Halcón! :)
"Con lo que llego a esta serie El Halcón. La verdad me he decidido a leerla
porque me ha llamado la atención, que el Halcón tuviese su propia serie
regular y que otras series como Hulk o Los Cuatro Fantásticos ni siquiera
tengan un numero."
Misterios inescrutables dentro de Marveltopia. Quizás debiéramos llamar a
Fox Mulder y Dana Scully, para que hagan una investigación exhaustiva y ver
que pasa. ;)
"La serie es bastante atípica. No hay mucha acción pero consigue ser muy
entretenida. También considero que hay algunos altibajos de calidad entre
números. Pero excepto quizá el primero los demás rayan a un nivel mas que
aceptable."
Jo, Marta. No puedo estar contigo mas de acuerdo. Yo le echo toda la culpa a
Fordcopp, aunque el peor numero con amplia diferencia es el inmediatamente
anterior a este el 7. Ya lo veras, cuando lo leas. (Me temo que este es el
último correo que contesto)...
"Aunque el numero del bar esta bastante guay. Y la saga de la antigua base d
e los vengadores también esta muy divertida. Aunque lo de Shield y los
vengadores suplentes da un poco el cante ¿no?. ¿de donde sacarías esa
idea?."
Fordcopp me dice, que algún día se contara toda la historia detrás de la
saga de los Vengatas suplentes. Y que esta muy dolido porque la idea
original era tan tan absurda que es muy humillante para el no ser el creador
de dicho argumento en su primera encarnación.
"Bueno, creo que ya esta. Espero ver pronto mas números de El Halcón y que
sigan siendo tan divertidos. Un Beso. Marta."
Vale, Marta ha sido un honor contestarte y a raíz de este mail que Fordcopp
te diese bola y nos presentase. Un beso mas grande para ti.
Nada mas por hoy. Escribid a pijuxmag@hotmail.com o fordcopp42@hotmail.com
si tenéis cualquier cosa que comentar al numero de hoy o los anteriores.
Salud y Republica!