EL HALCÓN VOL. 2 #18
Love cliché
Guión: Anti-X
PORTADA: Sam y Mercedes cogidos de la mano. Paseando por un campo de tulipanes.
Ella.
Recuerdo cuando era pequeña, realmente jovencita. No es que todo sean
buenas
imagenes.
Tuve una infancia de mierda.
Pero tampoco fue todo oscuridad.
Puedo rememorar momentos tan luminosos que os sorprendería verme en el
estado en el que
estaba hace alrededor de dos meses.
Mi madre tenía una personalidad complicada. Quizá fue el odió que sentí
hacía ella en un
momento dado lo que me impulso a abandonar mi hogar. Pero tampoco era un
monstruo. Atesoro
ciertas cosas.
La forma que tenía de arroparme en mi cama, besarme la frente y
acariciarme
el pelo antes
de que me durmiera. Cuando era realmente jovencita llegaba incluso a
contarme historias y
aunque lo hiciera de forma torpe e inexperta nunca mas he escuchado con
mas
avidez un relato.
Historias de principes y princesas encantadas. De dragones. De monstruos
de
peligros. De
amor inmortal.
Fue una parte de mi pasado que enterré totalmente cuando empecé a hacer la
calle. No
sueñas con un futuro mejor cuando estas atrapado en lo mas fondo del pozo.
Sam me lo devolvió.
Había algo en su mirada que era capaz de devolverte la fe. La capacidad de
soñar. La
convicción no únicamente saber que se puede conseguir un mundo mejor sino
además conocer
la forma exacta de la cual puedes hacerlo realidad.
Él fue el que me dio los medios para valerme por mi misma. Para ser mejor
persona.
Él.
Algunas personas creen que la vida de superheroe es particularmente
entretenida.
Especialmente emocionante. Constantemente en peligro.
Se equivocan.
Al menos la mía era de lo mas aburrida. Nunca pensé en que combatir el
crimen se podía
convertir en algo rutinario, pero así empezó a ser. Mantener limpias las
calles. El
ocasional supervillano.
Una vida gris.
Hasta que ella apareció en mi vida. Una Diosa del Caos.
En un día consiguió poner patas arriba mi mundo. En una semana ya formaba
parte de mi
vida. Ahora no puedo imaginarme vivir sin ella, volver a la estupida
rutina
que no supe
que mantenía hasta que ella se me apareció para mostrarmelo.
Creo que enriquece mi vida.
Tork enciende un pitillo.
- ¡¡Putilla, viene ya mi desayuno o me lo servireis a la hora de cenar!!
Los clientes habituales, acostumbrados a las chanzas del policia, le
ignoran. Un par de
mujeres mayores le lanzan una mirada de reproche.
- ¡¿Que les pasa viejas?! ¡¿Quieren que las arreste por mirar mal a un
agente de la ley?!-
Tork les enseña la placa.
Las pobres nonagenarias se ponen nerviosas y vuelven a su comida.
Una camarera deja caer un plato enfrente de Tork.
- Aquí tienes cerdo.
- ¡Espero que no hallas escupido en él u os denunciaré a Sanidad!- la
camarera le hace un
gesto bastante explicito utilizando únicamente un dedo.
- Buenos días, Tork- dice un recien llegado mientras se le sienta delante.
- Hola Sam. Hasta que no desayuno no soy persona.
- Tu NUNCA eres persona.
- Que te den, marica- Tork se abalanza sobre su desayuno.
Sam Wilson pide una copa de cafe.
- Estoy nervioso.
- ¿QWE?
- Dios, Tork. No hables con la boca llena.
- ¿FOR QWE?
- Que guarrada. Coño, acaba primero de masticar.
Tork se traga lo que tenía en la boca.
- ¿Que demonios decías, princesita recatada?
- Da igual.
- Ahora sueltalo. Estas retrasando mi desayuno, hasta que no acabes de
contarmelo no podré
volver a comer.
- Decía que estaba nervioso.
- ¿Por que?
- He quedado con Mercedes esta tarde.
- ¿Y que pasa con eso, picha floja? Llevas quedando con ella
ininterrumpidamente desde
hace casi tres meses.
- Pero...
- ¡Y ni siquiera te la has follado!
- Oh, callate.
- ¡Y era una puta!
Sam Wilson hace el amago de levantarse e irse.
- Tranquilo, vaquero... Tranquilo- Tork le sujeta por la manga de la
chaqueta.
- Eres idiota.
- Si. Pero tu eras mi amigo, el buenazo que aguanta todas mis bromas.
- En serio. No estoy de humor.
- Explicame en que se diferencia esta "cita" del resto.
Sam suspira.
- No me entiendas mal, nunca he estado tan a gusto con una amiga, pero
tengo
miedo que la
relación vaya a mas.
- ¿No quieres tenerla de novia?
- Oh... No lo se.
- Pero si sois la pareja de idiotas mas empalagosos que conozco. Solo os
falta cogeros de
la mano y seriais portada en "Parejas Mas Cursis del Mundo".
- Me lo tomaré como un cumplido.
- ES un cumplido. Estar con vosotros dos me produce nauseas.
- Pero no estoy seguro de querer seguir adelante con la relación. Quizá
sea
mejor cortar
ahora que aun no se ha acabado de desarrollar.
- Je je je...
- ¿De que te ries?
- Ella te gusta.
- Si, pero...
- Tienes miedo de lo que puedan pensar los demás.
- ¡¿QUE?!
- Si, por eso de ser puta.
- Oh, vete a la mierda.
- No. Dime una cosa, Sam. ¿Te gusta?
- Si.
- ¿Tu le gustas a ella?
- No lo se.
- Si que lo sabes, idiota. Los dos os quereis llevais como un par de
tortolitos casi desde
que os conocisteis. Amor a primera vista. Pero tienes miedo de su pasado
como prostituta.
No te atreves a admitirlo, pero tienes prejuicios.
Sam se mantiene en silencio con la cabeza entre las manos.
- Y a mí me parece una gilipollez. Ha roto con esa parte de su pasado, así
que no debería
importarte. Aun así tienes miedo de lo que pudieran pensar gente como el
Capitan America
de tu relación. Te lo diré claramente "que les jodan".
Sam mira fijamente a su amigo.
- Gracias.
- No las merecen. Te conozco mejor que tu mismo, puto pajarito. Además
Mercedes es una
buena chica.
- Lo és.
- Y tiene mogollón de experiencia en la cama. Cuando te follé lo vas a
flipar.
- Oh, callate.
- ¡Y ni siquiera te cobrará!
Tork lanza el cigarrillo contra una de las palomas de Central Park.
- No hagas eso.
- Olvidaba que sentías empatía por los pajaritos.
- Ahí viene.
Mercedes les saluda desde la distancia y poco a poco se acerca hasta
ellos.
- Si quieres puedes recoger tu lengua del suelo, Tork.
- Dios, Mercedes estas para mojar pan.
- Gracias por el piropo. Hoy es un día especial.
- ¿Te ha venido la regla?
Mercedes se rie del chiste. Sam siente ganas de estrangular a su "querido"
amigo. Un sexto
sentido avisa a Tork.
- Me piro, parejita.
- De acuerdo, Tork- se despide Mercedes- hasta la vista.
- ¡Y menuda vista!- grita el policia mientras se marcha.
Los dos se quedan solos.
- Je je je... Este Tork es la bomba.
- Un día de estos...
- ¿Vamos al cine?
- Dos entradas- Sam enseña un billete de veinte dolares.
- Yo me pagaré la mía- dice Mercedes a sus espaldas.
- Para nada, te invito.
- No. Tengo dinero, he cobrado...
Después de un forjeceo finalmente acaba pagando Mercedes las dos entradas.
- ¿Me dejarás que pague yo la cena?- pregunta Sam, humillado.
- Ya veremos- le coge por el brazo y ambos entran en la sala.
Sam huele perfectamente su perfume cuando ambos se acercan en la sala.
Ella, casi sin darse cuenta, se coge a su mano durante un instante
emocionante de la
pelicula. Al caer en ello se aparta demasiado bruscamente y luego se
arrepiente de haberlo
hecho.
- Oh-. Mercedes no puede evitar llevarse la mano a la boca cuando ve el
restaurante donde
iban a cenar-. ¡No deberías haberme traido aquí! ¡No voy tan bien vestida!
- No digas tonterias. Estas preciosa.
- ¡Callate! ¡Tenemos que ir a casa, debo cambiarme!
- Estas muy guapa. Quien piense cualquier otra cosa esta loco.
- Mientes.
- Estas fabulosa- dice Sam mirandole directamente a los ojos.
Ella se sonroja. Él sonríe al haber conseguido su objetivo.
Mercedes devora un bistec. Sam la mira un poco pálido. ¿Tendría o no
tendría
suficiente en
la tarjeta para pagar los platos de ambos?. No es únicamente que el
cubierto
valiera como
seis veces lo que tenía previsto, sino además que Mercedes no era
justamente
una mujer
poco comedora.
- ¿Que quieren los señores de postre?- pregunta un maitre muy estirado.
- Un helado- exclama Mercedes para terror de Sam.
- De acuerdo ¿de que sabor lo quiere la señorita?
- Aunque mejor si lo tomamos de camino. Quiero dar un paseo.
Sam suspira aliviado. El maitre frunce el ceño como si le hubieran
arrebatado a su presa
cuando ya la tenía a su merced.
Después del paseo y de los helados cogen un taxi.
- Me lo he pasado genial- dice ella- ¿quieres que te cuente un "secreto"?
- Claro.
- Antes he dicho que era un "día especial".
- Aun no me atrevía a preguntarte el porque.
- Es mi cumpleaños.
- Oh.
Ambos se miran en silencio.
- ¿Que pasa, Sam?
- No te he traido un regalo.
- Si que lo has hecho- le coge de las solapas le acerca a si misma.
Ala Roja, el halcón de Sam, intenta posarse encima del hombro de su amo
cuando este
atraviesa la puerta. Queda enredado en una chaqueta que este se quita.
Cuando a duras
penas consigue salir del embrollo es enterrado por el vestido de Mercedes
que alguién ha
lanzado por encima del sofa.
Aun siendo un ave es bastante inteligente y llega a formular un
pensamiento
acerca de que
los humanos tenían una extraña forma de comportarse en algunas ocasiones.
- Ha sido increible.
- Lo ha sido.
- El mejor cumpleaños que nunca he tenido.
- Je. Yo es el mejor día que he tenido nunca.
- También.
Ambos se mantienen en silencio. Él la rodea con sus brazos, como si
tuviera
miedo que
pudiera escapar.
- Mañana te compro una tarta-. Bromea él-. ¿Cuantas velas les digo que
pongan?
Ella se hace la ofendida.
- ¿No sabes que esa es una pregunta que nunca le debes hacer a una chica?
- ¿Por que no? Dimelo- responde Sam sonriendo.
Ella se gira. Como si fuera a domirse.
- Dieciseis.
Fin
CORREO DE LOS LECTORES
La espera ha sido ardua y dura, pero las legiones de fans del Halcon
pueden
volver a disfrutar de las desventuras este el antiheroe favorito de la
juventud y su troupé de secundarios insustanciales. En fin que si quereis
comentad algo hacedlo por las vias habituales: lista de correo, foros,
e-mail...
Hasta la próxima!