PORTADA: Sobre fondo negro con destellos rojos a modo de estrellas, vemos en el centro seis pequeñas viñetas en grupos de tres. En ellas podemos ver:

Viñetas superiores: el casco de la Princesa Poder de perfil izquierdo, el brazalete de Hiperión y su puño derecho, el casco de Una-Vell de perfil derecho.

Viñetas inferiores: los dientes de Simiente, los ojos asombrados del Gran Maestro, la boca abierta de Zumbador, en gesto de sorpresa.

Resumen del numero anterior: Las fuerzas de Simiente, el Escuadrón, la Kree Una-Vell y el Gran Maestro han chocado en Isla Utopía. La Princesa Poder ha descubierto que sus dioses no eran sino una raza alien, los Kree, que hicieron pruebas con los humanos. La Cofradía se retira del juego.

Finalmente, es el Gran Maestro quien obtiene todos los fragmentos y los une. Pero al comprender y leer lo grabado en ellos provoca una reacción que deshace, literalmente, la isla.

La onda de energia, de un poder inimaginable, destruye el sistema Solar como un niño derriba un juego de construcción. Se extiende desde un brazo de la espiral de la galaxia que fue llamada por la ciencia humana Via Lactea.

Millones de civilizaciones perecen. Incalculables formas de vida desaparecen. Y la ola apenas ha disminuido su poder.

Pero la maquinaria celeste se niega a perecer. Se autopreserva. A pesar del poderoso efecto destructivo, o quizás debido a ello, el universo se rehace del daño. Los últimos segundos, la agonia de la destrucción se rectifica.

Salvo en un lugar.

En el planeta Tierra.

Allí donde debería estar la isla Utopia, su lugar está siendo ocupado ahora por el violento océano. Pero no solo las leyes físicas trabajan en la zona. Invisibles tentaculos se extienden fuera de la atmósfera, hacia el espacio. En el exterior del planeta se les vislumbra como una sustancia semi transparente.

Propulsándose por el vacio, los tentáculos viajan veloces y se hunden en el horno nuclear que es el Sol.

Aún es imperceptible, pero el drenado de energia que absorben del astro rey, pueden acabar llevando a la Tierra a una nueva era glacial.

Desde su posición en el mirador, comunicado con el planeta Mahapralaya a traves de un enorme portal, el principal sirviente y consejero de Simiente observa y recibe informes de la contienda. Se esfuerza por disimular los temblores de su delgado cuerpo.

Los harapos que viste danzan en el aire cuando se gira hacía los otros consejeros y sequito vario de Simiente.

- La situacion se ha vuelto estremadamente inestable. Hasta que nuestro amo no revele su presencia nuevamente, nuestras tropas se reagruparan a la espera de acontecimientos.

- ¿Retirarnos?- exclama uno de los presentes. Inmediatamente se arrepiente de haberse pronunciado.

- Reagruparnos a la espera de acontecimientos- repite el primero.

El pobre desgraciado no tiene ninguna duda de que no vera otro día más.

Muchos kilometros más alla, en la superficie del planeta; el Doctor Espectro sobrevuela angustiado las cordenadas donde una vez estuvo situada la isla Utopia.

Regresaron de los mundos del Anillo todo lo rápido que pudieron para detener el loco juego de poder. Pero no había sido suficiente. Había perdido a sus amigos.

Desde las aguas le llega una voz que le llama. Ve a una figura agitando un brazo junto a un bulto oscuro. El bulto es Halcón Nocturno y el que llama es Anfibio.

Espectro les recoge con un plataforma circular.

- ¿Qué ha sucedido?- pregunta.

- No lo se. Lo peor. Los peces se descomponian. La isla se deshizo.

- ¿Y él?- dice el portador de la Tierra señalando a Halcón.

- Lo encontré hundiéndose. Ni rastro de los demás.

- Allí...- oyen ambos. Halcón Nocturno a levantado el brazo con esfuerzo y señala al cielo.

Espectro mueve la plataforma hasta una Alondra Celeste que flota en el aire gracias a sus alas artificiales. Los brazos caidos a los costados. La barbilla enterrada en su pecho.

Al acercarse, Anfibio la recoge y comprueba sus constantes vitales.

- Inconsciente pero bien.

Una sombra le cubre por unos segundos.

- ¿Estais todos bien?

- Apenas, Skrull. Apenas.

- ¿Y la isla?

- Es obvio- responde Halcón fatigado- Alguno de lo jugadores ha completado el juego.

- Si eso fuera cierto, en esta región del espacio se hubiera producido alteraciones cataclísmicas¹

Todos, salvo Alondra, miran abajo. Es lo único que pueden hacer.

Entonces...

- ¡No me lo puedo creer!

Hiperión abre los ojos y ve, por primera vez, los cielos amarillos con estrellas rojas que coronan el reino en que se encuentra. Lentamente, se levanta y siente el tirón en su capa. Se gira como puede y ve una enorme palmera deformada. Una punta de la capa entra y sale de su superficie; como si se hubiera fusionado con ella. Con desición, centra su vista en la tela y se prepara para disparar su visión atómica.

Que no se enciende en sus ojos.

- Hiperión.

Se vuelve y ve llegar a Una-Vell, miembro de la tripulación que los Kree enviaron para participar en el juego. Detras de ella viene Zumbador.

Unos metros hacía el noreste, si el sistema de orientación humano pudiera aplicarse aquí, la Princesa Poder mira las masas de roca y tierra que flotan sobre el lugar.

No necesita ver ningun signo familiar para reconocerla como su isla de nacimiento.

El quejido angustioso de aves le hace levantar la cabeza. Dos pajaros fusionados se debaten en un erático y frenético vuelo.

- Esas masas de tierra son del lugar en el que nos encontrábamos- le comenta el Gran Maestro desde su izquierda, flotando a unos centímetros del suelo.

- Lo sé.

- Un juego fascinante que suponía acabado.

- ¡Esto no es un juego!- responde ella furiosa.

- No. No lo es.

Ambos se vuelven y se asombran de ver que con ellos esta Simiente, el tirano de Mahapralaya.

Hipe rompe su capa y tanto Zumbador como Una se preparan para el combate.

- Aunque no suelo rechazar un desafio- y esboza una sonrisa maliciosa en su rostro gris que se torna serio de nuevo- No es este el momento de pelear. Es obvio que todos nos encontramos en la misma encrucijada.

Hiperión mira a Zarda que asiente con la cabeza. Luego la princesa mira a Una que tambien asiente.

- Bien, tregua pues- manifiesta Zarda- Zumbador, reconocimiento. Con precaucion.

- Entendido- se oye seguido de un zumbido que indica que el héroe ya a partido veloz.

- En todas mis misiones jamas había visto un cielo como este- comenta Una.

- Por lo que sabemos, mujer Kree, es probable que solo unos pocos lo hayan hecho antes- le responde el Gran Maestro.

- ¿Y nuestro mundo y el universo?- pregunta Hiperión sabiendo que al final de el último juego varias galaxias fueron arrasadas.

- El des...- Simiente sacude la cabeza- el destino de las galaxias nada impor... nada importa a Simiente cuando el poder est...

Antes de que concluya la frase; Zumbador se derrumba ante ellos.

- ¡Zumbador!

- ¡Zumbador!. ¡Dios, esta hirviendo!

El velocista abre los ojos levemente y boquea en busca de aire fresco en sus pulmones.

- El escudo anti-fricción que me rodea cuando me muevo a gran velocidad... No lo tengo.

- El macho no... no... algo no va bien... no puedo pensar... claridad- farfulla Simiente llevándose una mano a la cabeza.

- Allá- señala Gran Maestro- ¿Pueden vuestros apéndices visuales ver ese resplandor lejano?.

- Yo si lo veo- le contesta Zarda y salta hacía el aire para emprender el vuelo.

Pero en lugar de eso, cae estrepitósamente al suelo. Mientras Hipe la ayuda, Simiente rompe a reir escandalósamente.

- No puedo volar- murmura ella.

Después de ayudarla, Hiperión decide probar su propia capacidad de vuelo.

Un gran "Boom" y se eleva en el aire. Pero lo hace impulsado por la energia de su visión atómica que surge desde sus piernas. Cuando aterriza, Gran Maestro se dirige a todos.

- Las leyes de física cambian de un momento para otro en este lugar y os afectan física- mira a Simiente- o mentalmente.

El dictador aprieta y muestra los dientes con furia.

- Parece que a tí no te afecta, pelito plateado- interviene Zumbador apoyándose en Una para levantarse- ¿Cómo es eso?

- Mi fisiologia me permite soportar este entorno, adaptándome a él².- extiénde el brazo a modo de invitación- Puedo teleportarnos a todos en cortos espacios hasta el origen de ese brillo.

- ¿Merecía la pena acabar este loco juego que ha iniciado?- le pregunta Hiperión plantándose ante él- ¿Incluso terminar en este lugar?

- Todo juego merece ser jugado hasta el final- le sonrie En Dwi Gast, el nombre con el que el primigenio nació- Y si este es el final del juego, aunque no el que se esperaba, lo aceptó como tal. Más aun, quizas este sea el inicio de un nuevo juego.

- ¿Es qué todo para usted es un juego?- pregunta ahora Zarda.

- Todo es un juego. Un juego complejo. Eso es lo que me ha enseñado mi largísima vida.

Durante un instante la Princesa Poder le mira. Intenta, inutílmente, entender la filosofia en la que basa su existencia.

- Si todos estamos de acuerdo, llévanos.

Los saltos se realizan a corta distancia y de forma gradual, dejando pasar tiempo entre los mismos para estar atentos a los cambios que el lugar les provocan.

- Ahora te recuerdo- se dirige Zarda al Gran Maestro- No usaste para enfrentarte al Centurión Escarlata. Era otro de tus juegos, ¿verdad?

- Así es. Ya me extrañaba que hubierais olvidado nuestro anterior encuentro.

- Nuestras vidas han sido muy complicadas ultimamente- responde Zumbador- A los Vengadores esto no les pasa. Creo.

- ¿Los Vengadores?. ¿Los Vengadores?- pregunta el primigenio asombrado.

- Uhm, si. Thor, Iron Man, el Capitán rojo, blanco y Azul... ¿Les conoces?- pregunta ahora Hiperión.

En Dwi Gast rompe a reir.

- Así que habeís estado en mi universo de origen. En ambas Tierra hay un dicho que dice "Dios juega a lo dados"- se vuelve hacía su destino- Hubiera sido fascinante si os hubierais encontrado con las criaturas que cree a partir de algunos de vosotros.

Flasback.

Para Princesa Poder es el dolor de entregar su amor al que creía dueño de su corazón.

Para Hiperión es dolor físico. La muerte más cercana que nunca. La perdida de la visión.

- ¡¡¿Tú creaste al otro Hiperión³?!!- grita el héroe avanzando hacía el primigenio antes de que sus compañeros lo sostengan.

- El nombre de su grupo era el Escuadrón Siniestro- añade Dwi Gast con cierta sorna.

- ¡¡¿Tú lo creaste?!. ¡Esa cosa casi me mata!. ¡Jugó con los sentimientos de Zarda... !

- ¡Hiperión, no!- trata de interrumpirle la princesa utopiana.

- ¡... se acostó con ella!

Se hace un silencio incomodo.

Simiente se rie como un niño pequeño mientras Zarda se aparta del grupo. Una-Vell la observa alejarse seguida por su amante. Su raza, los Kree, comparte con la humanidad sentimientos como amor, rabia y pena.

- Zarda...

- Necesitamos al Gran maestro para salir de este sitio, Mark.

- Zarda...

- Todo lo demás es irrelevante. Todo.

Y con eso, la mujer vuelve con los otros.

- ... perdóname.

Solo el primigenio se atreve a mirar a Zarda. El velocista y la Kree la evitan cortesmente. En cuanto a Simiente, su confusión ha sido sustituida por el miedo visceral que ahora le provoca la utopiana.

Los saltos continuan.

A pesar de los muchos que realizan, el brillo al que se dirigen se aleja en lugar de aproximarse a él.

Aunque aquí no existe el tiempo, llega un momento en que los viajeros se comunican de forma más intima.

- Arriba ese animo, amazona de piernas torneadas- bromea Zumbador que ha recuperado su campo anti-fricción- otro salto más y alcanzaremos la meta.

- ¿Por qué? ¿Por qué ese cambio de caracter, Stan?. ¿Qué lo ha provocado?

- La edad no perdona ni a una utopiana. Si ya no recordabas al Gran Maestro...

- Tú tampoco.

- ... menos recordarás mi alegria y desenfado de juventud. Pero llegaron las responsabilidades: mujer, hija, enemigos. Y la madurez. Un día, me miré al espejo y un viejo me devolvió la mirada.

- Son canas prematuras, Stan.

- La vida es demasiado seria para tomarsela siempre en serio; valga la redundancia. ¡Si hasta hemos estado atrapados en otra Tierra⁴!- exclama Zumbador- Ver a mi familia, a mis amigos; recuperar "casi toda" mi vida... Aunque suene raro viniendo de mí, me detuve, miré a mi alrededor, tomé aire y; tras mucho tiempo; me moví más despacio.

El supervelocista calla y su boca , no cubierta por su máscara, toma un gesto serio. Luego vuelve a sonreir.

- He retornado a mi antiguo yo. Juego de manos, trucos de mago.

Zarda entiende su gesto.

- Vamos a volver, Zumbador. Confia en mí.

El héroe la mira y su sonrisa se amplia.

- Confio, jefa. Confio.

Un amplio muro de fuego les recibe cuando, finalmente, alcanza su destino. A traves de las llamas, pueden distinguir un antiquísimo suelo pavimentado y restos fosilizados de seres que desafian toda descripción.

Pero, inexplicablemente, lo que puede apreciar perfectamente todo el grupo, es la esfera.

Una esfera de un material negro, muy parecido a la goma, de unos diez metros de diámetro.

Flota sobre el suelo, balaceándose leve pero perceptiblemente arriba y abajo.

Desprende un halo inquietante que todos sienten.

- Sea lo que sea lo que buscábamos, lo hemos encontrado- afirma rotundamente Simiente con la mente ahora despejada.

- Es mucho más de lo que habías esperado o soñado, señor de Mahapralaya- puntualiza el Gran Maestro.

- Lo se.

Zumbador e Hiperión(que vuelve a volar con normalidad) hacen un rápido reconocimiento del muro de fuego en busca de una entrada y descubren que las llamas forman un círculo en torno al lugar.

Juntos regresan con los demas y al reunirse con ellos advierten sus miradas. No hacía ellos, sino a sus ropas.

El color rojo en el traje de Hipe se ha vuelto negro. Y los colores del de Zumbador se han invertido. Donde antes era amarillo en su mayoria y negro; ahora es justo a reves.

Por suerte es solo un cambio estético esta vez.

Antes de que Zarda y Una puedan preocuparse por ellos, un sonido, como el de un eructo prolongado, llama la atención de todos.

De todas partes parecen llegar restos de la criatura que se forma en un suspiro ante los presentes.

Obsenamente grueso. De piernas delgadas y rodillas dobladas hacía el exterior que no deberían soportar el peso corporal. Tres dedos en pies y manos; estas últimas de un tono más amarillento que el resto de su cuerpo desnudo y sin sexo. Barba de gruesos pelos negros rizados. Intrincados tatuajes en lugar de cabellera. Sin ojos ni nariz. Boca con labios rojizos.

Abre la boca, o más bien deja caer la mandíbula, y, sin mover labios o lengua, ¿habla? en tono grave o agudo, segun quien lo oiga.

- yO sOy El ReTsAm⁵. yO sOy La PuErTa Al PrInCiPiO. hE AqUí A mI SeÑoR qUe BuScA AlCaNZaR vUeStRo EsPaCiO. qUe Lo aBrAzArÁ, iFeCtÁnDoLo De Él. CaOs Es, CaOs SeRa, CaOs SeRéIs.

- Creo que es la fuerza malígna de la que nos habló el anillo⁶. La que creo el juego- murmura Hiperión a sus compañeros.

- lO ViTaL sErÁ cOrRoMpIDo, LaS lLaMaDaS aLmAs SuFrIrAn PaRa Mi SeñOr. LoCuRa, IrAcIoNaLidAd, DeSeSpeRaCiÓn. Mi SeÑoR.

- Entonces, el juego solo era un truco para que esta criatura alcanzara nuestro universo- se pronuncia Simiente.

- ¿cRiATuRa?. nO... ¡¡¡DIOS!!!

Un vendaval terrible les azota y apaga las llamas. La esfera crece y lo que creían que eran estrellas se acercan a ella, extendiéndose sobre su superficie.

Son ojos. Ojos rojos.

Tal es física de este reino que, a pesar de la ausencia de luz, pueden ver como Hiperión envejece en segundos; hasta ser un delgado anciano decrepito. El metal de su uniforme se oxida.

En sus mentes, algo que podemos llamar felicidad resuena desde la esfera.

Su espera ha terminado.

La masa negra se extiende como una lágrima hacía un punto en concreto del espacio/no espacio que se retuerce abriendo un pasaje hacía...

- Nuestro universo- dice Simiente mientras un pequeño aparato sujeto a su cinturón chisporotea- Brillante. Una estrategia brillante.

- ¿Qué es?- pregunta Zarda tomando a Hiperión entre sus brazos- ¿Qué pasa?

- Este aparato mantiene abierto un portal por el que envió información a mi mundo. El ser se ha hecho con su control. No puedo desconectarlo.

- Usa el dispositivo para reunir las energias residuales de nuestro desplazamiento a este plano y mantener un paso abierto por el que cruzar- confirma el Gran Maestro.

- No puede haber anticipado eso

- dIoS eS, tÚ eL lLaMaDo ZuMbAdOr.

- No es el primer dios que contenemos- interviene Hipe, otra vez joven- Bájame, Zarda. Hay que cerrar ese portal.

Los cielos se vuelven naranjas con estrellas negras.

- No estoy segura, pero creo que puedo hacer algo- dice acercándose Una-Vell- pero tengo que acercarme al portal.

- Aun tendremos que contener a esa cosa.

- Yo me ocuparé, Zumbador.

- Y yo estaré a tu lado, Gran Maestro.

El primigenio mira a Simente que continua hablando.

- Conquisté mi mundo y otros a sangre y fuego. Soy temido por miles de imperios. Yo soy Simiente, el carnicero. La derrota es impensable.

Los héroes y la Kree dejan a sus aliados atrás. El déspota de Mahapralaya se quita sus guanteletes y agita los brazos. Miles de escamas vuelan y son alcanzadas por los rayos de la boca y ojos de Simente; creciendo hasta convertirse en versiones parecidas del mismo.

Se lanzan al ataque sobre la esfera, que ahora tiene más forma de cono de base esférica. Su cuerpos entran en contacto con la superficie y estallan en colosales fuegos de artificio.

Sin resultados.

Es el turno del Gran Maestro. Su capacidad de reformar la estructura molecular a nivel planetario hace que tome control de los restos de Utopia y los trasforme en energia que lanza contra el ser. Este emite en su mente irritación.

Mientras, los otros alcanzan el portal. Más allá del mismo, un familiar firmamento de estrellas blancas les saluda.

Una explica su complejo plan basado en ciencia Kree que lo héroes no pueden entender.

- Explicado de forma que lo entendáis, los portales mahapralayanos estan basados en el mismo principio que los sistemas de teletransporte de mi raza. Creo que usando mi teleportador personal...

El primigenio aprovecha las leyes de la realidad que le rodea para atraer planetas y reformarlos en bombas que arroja al ser. Este los hace explotar provocando una onda espansiva brutal que, inexplicablemente, nunca alcanza a los héroes. Y cuando lo hace es en formas tan variopintas como olores, frio o lluvia que corta la piel.

A Simiente, por su parte, el entorno le ha exacerbado aun más su rabia e ira. Babea y grita como poseido. Los rayos que emite son ahora rojos y destrozan la negra superficie que se vuelve a fundir de inmediato.

- Humano- dice Una a Hipe- Tú cabeza.

El craneo de Hiperión se ha alargado dándole forma de pepino. Su pelo ha caido.

- Estoy bien. De hecho, mejor que bien. Mi mente se ha expandido en un mar de conocimientos. Ahora entiendo tu plan a la perfección. Deja que te ayude, soy mucho más rápido que tú.

- Más vale que te des prisa- le apremia Zarda mientras ve como Zumbador vibra sin control- y tú- le dice al Retsam, que les ha seguido- apártate...

- eL rEtSaM nO lUChA, sOlO pRoPoNe. yO sOy La PuErTa Al PrInCiPiO. lA rEsIsTeNcIa Es FúTiL. sOmEtEOs.

El señor de Retsam toma forma de esfera de nuevo por breves momentos. Luego adopta la de un gigantesco Simiente.

El dictador, que ha superado su rabia demencial, le mira ofendido.

- ¡¿Te atreves a tomar mi forma superior?!. Es todo un reconocimiento a mi persona. Tu muerte será por ello menos dolorosa, si es que puedes sentir dolor.

El Gran Maestro intenta advertirle. No es una alabanza. Ha tomado su forma para usarla contra él.

Un fino rayo escarlata surge de la frente del Simiente/esfera e impacta en su rival que sale despedido ante la potencia sin igual. Es un recuperado Zumbador el que recoge a Simiente, kilómetros más allá, con el peto de su armadura agrietado y su barba blanca algo chamuscada.

- No me des las gracias. Solo vuelve a por él.

Con el primigenio atacando sin tregua, para evitar que tome su forma, el velocista devuelve a Simiente a la lucha y regresa con los suyos. Una a conectado diversos aparatos y componentes que llevaba con el aparato del mahapralayano de forma primitiva.

- Es tu turno, humano.

Zumbador traga saliva. Otro desafio. Este loco plan cuenta con que un superhombre vibre al borde del portal. Los efectos para el son desconocidos. Letales quizás.

Una vez (no, más de una), el miedo le atenazó. Hoy no puede permitírselo.

Ya no tal lejos, ve a los dos incomodos aliados retroceder ante el poder de su adversario.

Extiende sus brazos y los hace vibrar. Un frio repentino se le clava hasta los huesos.

- Un poco más, un poco más- murmura Una-Vell- ¡Hiperión, ahora!

Con una plegaria susurrada, el héroe intenta activar su visión atómica enfocada en un punto en concreto de los aparatos. Un brillo rojo surge de sus ojos y el vello corporal de todos se eriza.

- ¡Funciona!- grita la Kree- ¡Se esta cerrando!. ¡Debemos cruzar ya!

- ¡DEPRIIIIISAAAAA!- grita Zumbador entumecido por el frio que le congela hasta el alma.

El ser se extiende cubriendo su campo de visión. La negrura llena de puntos rojos se avalanza sobre todos; emitiendo odio y desesperación. El Retsam por su parte se mantiene impasible. Su misión es proponer el juego(como solo él y el Gran Maestro saben), prepararlo y conocer de antemano todas las posibilidades, antes de ofrecerlo al resto de los jugadores.

Incluido lo que esta sucediendo ante él.

¿Por qué entonces no ha advertido a su señor?.

¿Cree como el primigenio de otra realidad que un juego debe ser jugado hasta el final?

¿Un atisbo de bondad?

¿O acaso el siervo es el verdadero señor?

Sea como fuere; la princesa y la kree cruzan el portal, seguido del Gran Maestro y Simiente que continuan disparando rayos.

Ojos rojos se convierten en colmillos cuando Hiperión vuela a toda la velocidad que es capaz de conseguir, agarra a Zumbador y cruza como una exhalación.

El portal se cierra. El cuerpo del Retsam se rompe y suena como un eructo prolongado al dispersarse. El terrible silencio solo es roto por el ruido que hacen los aparatos, ahora del cristal más fino, al romperse en mil pedazos y la emisión al espacio de frustración desde lo más profundo de una esfera de color negro iluminada por estrellas rojas

- ¿Y la isla?

- Es obvio- responde Halcón fatigado- Alguno de lo jugadores ha completado el juego.

- Si eso fuera cierto, en esta región del espacio se hubiera producido alteraciones cataclísmicas.

Todos, salvo Alondra, miran abajo. Es lo único que pueden hacer.

Entonces...

- ¡No me lo puedo creer!- exclama Anfibio.

Donde antes no había más que mar, se alza, orgullosa de nuevo, isla Utopia.

Los héroes se reunen y comparan notas. Anfibio informa de que flora y fauna marina han vuelto a la vida. Zumbador confirma lo mismo de la terrestre y de que las edificaciones utopianas parecen estar en perfecto estado.

Entonces, antes de que puedan reaccionar, diversos portales se abren a su alrededor y las fuerzas de Mahapralaya les rodean.

Kruele, el hijo de Simiente, salta con los brazos extendido sobre Hiperión pero antes de que lo toque un rayo rojo lo derriba.

La boca y ojos de carnicero humean mientras habla.

- No.

- Pero señor...

- No, he dicho. Retira las fuerzas.

Kruele le mira furioso.

- De inmediato.

Obedece mientras Simiente se dirige al Escuadrón.

- Vuestro mundo siempre me a interesado. Posee tesoros y poder dignos de conquista. Y poderosos defensores. Pero nada podreis contra mis fuerzas. Un día, cuando haya cumplido mis objetivos, tomaré este mundo. Y todos moriréis.

- Estaremos esperando- responden al unisono Halcón Nocturno y Princesa Poder.

Zarda no observa como Simiente desaparece al otro lado de un portal. Su atención se desvía hacía otro punto.

Dos Kree han venido a recoger a Una-Vell. Ambas mujeres se miran por unos segundos. Una ex-devota y una hija de los dioses no divina. Una-Vell entendía el shock que la otra experimentaba. Los Kree no eran dioses, solo genetistas del pasado que crearon a los utopianos.

Una-Vell entendía pero no podía ni imaginar el efecto que podía causar en la líder del Escuadrón.

Activó un comunicador en el símbolo planetario de su pecho.

- Skot Tee, teleportación.

Un rayo de partículas subió a los Kree a su nave. Esta se puso en movimiento, alejándose del planeta y saltó al hiperespacio.

Al otro lado de la Tierra, la tripulación de la estación espacial Da Vinci no ve la partida de los Kree. Ellos son testigos de la partida de los Portadores, que recogen a sus muchos, muchos muertos. Les ven marcharse hasta que el brillo de sus prismas de poder se pierde en el vacio. No responden a la llamada de militares y civiles pidiendo información hasta mucho después.

Dos de ellos ponen fin a sus vidas.

Sentado en una playa de arena, observa el mar. Lentamente, Hiperión se acerca a él.

- ¿Qué hará ahora?

- He terminado aquí- responde el Gran Maestro- Ha sido muy entretenido e instructivo. Tu universo es...

- Un gran tablero de juego.

En Dwi Gast sonríe sin dejar de mirar el mar.

- Eso también. Iba a decir tan fascinante como el mío- Se levanta y sacude la arena de su ropa- No debes preocuparte por mí. Regreso a mi dimensión.

- Nos parece bien. Su filosofia de la vida es algo que se nos escapa, Maestro. Nos sentiríamos más comodos si abandonas la Tierra. Y este universo.

Hiperión se contiene muy mucho para no provocarle.

- Una pregunta solo. Se nos ha advertido de que se estan produciendo grietas entre ambos universos. ¿Viajó usted por ellas?.

- Hay muchos formas de viajar. Esas "grietas" solo facilitaron mi transito. Adios Hiperión, saluda de mi parte a tus compañeros escondidos entre los arboles.

Con un gran flash de luz, el Gran Maestro sale de la realidad.

El Escuadrón Supremo se reune con sus compañeros.

- Se ha ido- les comunica.

- Eso parece- dice incrédulo Halcón Nocturno.

- No ha dicho que vaya a volver, ¿verdad?

- No, Skrull. Pensemos en lo peor. Regresará- le responde Hiperión mientras abraza a Zarda.

- Y nosotros le estaremos esperando- sentencía la Princesa Poder.

- Habrá que estar pendientes de esas grietas entre realidades. Quien sabe lo que puede pasar por ellas.

- O quien, Anfibio, o quien- Espectro no puede evitar pensar en alguna de las grandes superamenazas de la otra realidad. Siente un escalofrio.

- Ey, mi traje sigue siendo negro y amarillo en lugar de amarillo y negro. Habrá que analizarlo, ¿no?

- Te queda bien, Zumbador- afirma Alondra.

- ¿Tú crees?. ¿Le gustará a Mandy?

Doctor Espectro y Skrull se elevan en el aire. Sus compañeros abandonan la playa a pie.

El mundo/hogar yermo del Anillo. Los gigantes de grandes cabezas hablan entre si mientras observan imagenes fijas del Escuadrón Suptremo proyectadas en la boveda de su caverna.

- La crisis ha finalizado- sentenció Emnu.

- Los terrestres estaran al corriente de las grietas que se formen en su mundo.

- Cosa que nos conviene, Aron. Ellos se ocuparan de las posibles amenazas que surgan allí, permitiéndonos ocuparnos del resto del universo y buscar una solución a la debilidad en la barrera dimensional.

- Sin embargo, no estoy de acuerdo en revelarle al llamado Doctor Espectro nuestra existencia.

- Ya sabemos de tu desacuerdo en esto, Uatu⁷- responde Engu mientras se forma ante ellos la imagen de Joseph Ledger- El vínculo que existe entre nosotros y él debía establecerse tarde o temprano. Hemos sido descuidados con este Portador no elegido. Es hora de que entienda cual es su puesto en el esquema que hemos trazado.

PROXIMO NUMERO: ¡Celebraremos el 12º numero de la serie!

1.- Y así ha sido, como se ha visto más arriba.

2.- El Gran Maestro es, básicamente, inmortal. Solo dispersando la mayor parte de sus moléculas se conseguiria acabar con su vida. Sus percepciones mentales le permiten recibir información del entorno. Su fuerza vital cosmica resucita -29 horas y media. Puede cederlo unos minutos pero si este no lo usa, le consume. Además de calcular posibilidades hasta 10 decimales; tiene otros tantos poderes: levitación, proyectar rayos de energia sin gestualizar o dirigir dicho rayo, viajar en el tiempo, espacio y dimensiones, teletransporte y transformar y reformar la estructura molecular a nivel planetario.

3.- Visto por última vez en la serie limitada del Escuadrón, donde moría en combate contra el original.

4.- Más conocida como Tierra Marveltopia.

5.- Nombrado en el numero 9, fue la entidad que ayudo a los jugadores a comenzar el juego; entregándoles 4 cajas con pequeños figuras cúbicas y piramidales que les mostrarían pistas para encontrar los fragmentos.

6.- Relatado en el 9 también.

7.- Creo que conviene recordar que el Anillo son los Vigilantes de este universo, solo que no se limitan a observar

CARTAS A OTRA-TIERRA

Final de la saga.

Pasemos directos a los comentarios.

Jorge Cantero:

"No me entero de muchas de las cosas que pasan, pero aun asi me dan ganas de seguir leyendo"

Prueba a leer los numeros anteriores. Lo bueno es que quieres seguir la historia.

"Quiza peque de dialogos a veces un poco rimbombantes"

¿Rimbombantes?.

Participio activo de rimbombar. Ostentoso, llamativo.

Rimbombar: Retumbar, resonar, sonar mucho o hacer eco.

Tienes razón. No me salen muy naturales :)

"pero en todo caso es una historia bien contada, y laaaaarga, aunque no pesada"

Un lector satisfecho. ¡Siguiente!

Rafael Heras:

"ME GUSTA:La conversion del universo DC dentro del de Marvel , con una historia interesante aunque eso si he tenido que leerme los numeros anteriores para pillarle el hilo"

Más que conversión, marvelización.

"NO ME GUSTA: Es largo muy largo y en mi opinion hay demasiados personajes implicados lo que dificulta un poco el seguir la historia"

Cierto. Empiezo a escribir y....

Te doy la razón en lo del exceso de personajes. Demasiados a manejar. Procuraré no usar tantos en otros fanfics.

Primero de Julio. Calor, mucho calor. Y sin aire acondicionado.

Seguiré esperando opiniones y descalificativos.

DCreyentes saludos.

(Definitivamente tendré que dejar de usar esta despedida y cedérsela a los de DCtopia)

josegonzalez190@terra.es