EUROCORPS #3
Posesión infernal
Guión: Jorge Cantero
PORTADA: En primer plano, Diablo y Guerra
Relámpago de pie espalda contra espalda. Diablo se
carcajea triunfante. Guerra Relámpago esta sonriente;
su cuerpo esta rodeado de rayos eléctricos y de sus ojos salen
chispas. Por el suelo desperdigados, están el resto del grupo,
inconscientes
Hace 24 horas, entre la calle Diputación y la calle Sicilia
había un hotel. Hace 24 horas los coches circulaban como todos
los días por esas calles siendo los atascos y los accidentes
de tráfico medianamente frecuentes. Pero eso era hace 24 horas.
Ahora el edificio donde anteriormente estaba el hotel
estaba ocupado por un gran castillo, y los coches que anteriormente
descansaban enfrente yacían destrozados en las inmediaciones.
El causante de todo esto no era una persona cualquiera. Había
vivido durante muchos siglos y había aprendido mucho. Era un
maestro en la alquimia y en muchas otras artes oscuras. Estuvo atrapado
durante siglos en un castillo idéntico al que había creado
de la nada y que ahora estaba contemplando. Seguiría atrapado
en él si no fuera por la ayuda de la Cosa, a la que consiguió
dominar mentalmente para que le liberase1.
Desde ese día se enfrentó varias veces con muchos superhéroes
hasta que finalmente parecía que había sido controlado
mediante un hechizo realizado por el Doctor Extraño y que hacía
creer ser un simple hombrecillo al que luego e enviaron a trabajar de
mayordomo en las industrias Stark2.
Pero nada es eterno. Por accidente probó uno de
sus bigotes en los que guardaba siempre alguna pócima curativa
por si acaso, y empezó a recordar quien era en realidad. Primero
pensó en vengarse, pero pronto recapacitó y se puso a
pensar con mas tranquilidad. Siempre había hecho sus planes de
una manera global, siempre pensando en dominar todo el mundo de un solo
golpe de efecto, pero eso nunca había funcionado, ahora lo veía
claro. Primero debía asentarse en algún lugar como Muerte
en Latveria. Un país, una ciudad donde gobernar, y había
elegido Barcelona para ello. Pero primero tenía que moldearla
a su gusto. Primero fue el castillo, para luego seguir con el resto
de la ciudad. Iba empezar a hacerlo cuando ese grupo, Eurocorps, apareció.
Para su sorpresa Cristal, su antigua enemiga, estaba entre sus miembros.
Pero estaba preparado. Primero les hizo perder el tiempo con sus elementales,
para luego pillarles por sorpresa con Zzzax, una criatura que encontró
y luego dominó con sus artes místicas, de las cuales también
tenía amplio conocimiento. En ese momento decidió llamar
a su aliado:
- Zzzax, tu amo quiere verte.
- ¿ZIIII, QUE QUIEREZ AMO?.-
respondió Zzzax ahora en el cuerpo de Guerra Relámpago
- Vete a vigilar los alrededores, estoy a punto de seguir con mis
planes.
Zzzax obedeció. Pese a dominarlo, no tenía un control tan
absoluto de él hasta que éste tomó el cuerpo del
superhéroe Guerra Relámpago3, cuyos poderes resultaron
ser tan parecidos que permitió a la criatura tomar
posesión de su cuerpo. Y no solo eso, tenía a sus
compañeros capturados y sin poder impedir que siguiera su
transformación, transformación que sería indefinida
en menos de 10 horas si nadie lo impedía, y no parecía que
hubiera nadie que lo pudiera evitar.
Halcón Peregrino empezaba a recuperarse, aunque con ayuda. Al
principio le costaba fijar los ojos pero pronto reconoció esa
cara, Paladín.
- ¿Qué ha ocurrido?
- No sé, esperaba que tú me lo dijeras. Cuando
llegué aquí ya estaba todo así.
Peregrino ya estaba totalmente sereno. Empezó a recordar todo lo
que había pasado, y como su compañero lo había
dejado inconsciente. Pero cuando iba a moverse se dio cuenta de que no
podía, estaba atrapado entre las ramas de una planta gigante que
tenía capturados también a sus compañeros.
Además, se sentía muy débil, como si la planta
absorbiera su energía vital. Decidió concentrarse en
Paladín:
- ¿Qué haces tú por aquí? Creía que
ahora trabajabas para Marta Plateada.
- Y trabajo para ella, pero eso no impide que acepte otros trabajos si
son interesantes y pagan bien. Los de la Roxxon me contrataron para que
impidiese una serie de robos que estaban sufriendo en sus fabricas de la
rama europea y me enviaron a su fábrica de Barcelona, para
vigilar. Pero no sé cómo consiguieron entrar y llevarse lo
que buscaban sin enterarme. Iba a volver a casa, pero entonces vi en la
televisión que ese Diablo estaba causando el caos en la ciudad, y
me dije ¡qué demonios!, ya que estoy aquí.
Además seguro que los mandamases de por aquí sabrán
valorar mi ayuda. Por cierto, ¿y tú?, no sabía que
habías dejado el negocio de mercenario para convertirte en un
altruista más. Aunque al menos así no tendré que
soportar tus horribles novelas que escribías a partir de tus
aventuras.
- No lo he dejado. Lo que pasa es que los de la UE me pagan muy bien por
estar en el grupo. ¿Y como que mis novelas son malas?. Para que
lo sepas la próxima vez no te regalo mi última novela.
- Que pena, no podrá volver a dormir en su vida - dijo una ya
despierta Trébol.
- Oh, la bella durmiente se ha despertado ya.
- Con un príncipe como tú cualquiera despierta antes de
que tu te acerques a 5 metros.
- De acuerdo, basta, no es el momento para pelearnos.
- Mas bien sí. Si espero igual desapareces como la ultima vez.
Paladín interrumpió la discusión - ¿Pero que
os pasa?. La última vez que os vi estabais saliendo, y
parecíais muy felices, he de añadir.
- Si, pero eso fue hasta que a halconcito le dio por desaparecer sin
dejar rastro. No respondió a mis llamadas y nunca estaba cuando
iba a verle. Es su "sutil" manera de acabar una relación. Se
aburrió de mí y se esfumó.
- No fue así. Tú no sabes las razones por las que hice
eso.
- Para ser sincero se parece a tu típica manera de terminar tus
citas, Franck.
- ¡Oh vamos Paul!
- ¿Podríais terminar de una vez?. Por si no os
habíais dado cuenta estamos atrapados.- los tres se giraron en
dirección a la voz. Se trataba de Cristal que ya se había
despertado, al igual que Mercurio y Artemisa.
- ¿Que magia es esta? - dijo esta última- por mucho que lo
intento no puedo salir de aquí.
- Yo tampoco puedo usar mis poderes. Esta planta debe absorber nuestra
fuerza vital para impedirnos salir, por eso nos sentimos tan
débiles.
En ese momento oyeron un fuerte grito. Era de Mercurio, que había
conseguido romper, no sin esfuerzo, las ramas que lo sujetaban. Su
supermetabolismo había sido la causa de que, a diferencia de sus
compañeros no estuviera tan debilitada y pudiera liberarse
finalmente.
- ¡Ja, lo sabía!
- Muy bien chico listo, ahora ayuda a Paladín a sacarnos de
aquí. Tenemos que detener a ese tipo antes de que convierta la
ciudad en una jardín gigante - dijo Trébol.
- No creo que sea eso lo que pretenda - contestó Cristal -
fijaos, los edificios que había antes han sido sustituidos por
casas sacadas de la Edad Media. Parece como si quisiera recrear el lugar
donde vivía. Pero es una tontería, sus pociones no le
permitían mantener las transformaciones mucho tiempo... a no ser
que...
- ...A no ser que haya encontrado la manera de hacerlas permanentes -
dijo Trébol mientras trepaba sobre la planta - esta plantita del
demonio no nos ataca, así que su función debía ser
simplemente la de mantenernos atrapados - cuando llegó a la cima
empezó a hojear mejor el paisaje; casi media ciudad había
sido transformada. A lo lejos, el castillo estaba fuertemente protegido
por las plantas y por unos golems de piedra.
- Desde luego tiene un buen ejército en su castillo
- Eso puede querer decir que a lo mejor lo que puede hacer permanentes
sus pócimas este allí. Parece lógico. No me
cuadraba que de repente hubiera encontrado la manera de hacer que sus
creaciones se queden para siempre. Seguro que ha encontrado algo que las
mantiene, pero que depende de que no sea destruido.
- Te coges a un clavo ardiendo, querida - dijo Mercurio.
- Si, pero tenemos que intentarlo. Vamos a preparar un plan. - dijo
Peregrino.
- ¿Quién te ha nombrado el jefe?. Además, tenemos
que encontrar al chico ¿Dónde esta?.
- Tenias que preguntarlo.
- ¿Qué no hay noticias de ellos?.
- Me temo que no Pilar. Nadie ha reportado su posición. Las
transformaciones de edificios se siguen sucediendo, y además,
hemos perdido comunicación con la nave. - le contestó Mike
- Nadie sabe nada.
- Maldita sea, les pagamos para que hagan bien su trabajo, ¡y
así nos lo agradecen! Si esto sigue así van a rodar muchas
cabezas.
- Tranquila Pilar, seguro que pronto arreglaran la situación.
Dales tiempo.
- Que remedio. Pero como tengamos que pedir ayuda a los Vengadores o a
Excalibur ya se pueden despedir.
A primera vista uno diría que se trataba de Guerra
Relámpago, pero en cuanto se le mirara a los ojos
cambiaría de opinión. Sus ojos parecían cualquier
cosa menos humanos. Además, de su cuerpo se desprendía
gran cantidad de energía en forma de rayos, mientras un una
sonrisa casi inhumana se reflejaba en su rostro. En ese momento estaba
haciendo guardia en el castillo. A su vez 6 pares de ojos lo vigilaban a
él.
- Así que ha sido poseído.
- Si, quiso absorber a la criatura pero resultó ser demasiado
poderoso para él y terminó siendo dominado por ese ser.
- Perfecto, lo que nos faltaba; no solo tenemos que destruir lo que sea
que este causando todo esto sino que además tenemos que rescatar
al chico sin que sufra ningún daño - bufó Mercurio
- Pero lo primero de todo es salvar la ciudad. Necesitamos ir al
castillo y buscar el lugar donde tiene escondidas las pócimas-
empezó a decir Peregrino
- Si las hay - recalcó Paladín.
- Por otra parte, ¿quién te nombró el jefe? -
añadió Mercurio.
- Nadie, solo estoy exponiendo los hechos.
- Creo que Mercu debería investigar en el castillo solo - dijo
Trébol - su velocidad lo hace el más indicado para una
búsqueda rápida. Los demás deberíamos
distraer la atención de Diablo.
- Tan inteligente como siempre, querida.
- Olvídalo, Paul, no tienes ninguna posibilidad.
- No me culpes por intentarlo.
- Por otra parte, ¿qué pasa con Relámpago?-
inquirió Cristal.
Artemisa, que había estado callada hasta ese momento
empezó a hablar - de ese problema me puedo ocupar yo. Pero para
eso debo ausentarme un momento.- y dicho eso sacó una especie de
rayo y desapareció.
- Así que es así como se teleporta - dijo Peregrino
- Si tanto te interesaba te lo podía haber dicho yo.
- Parece que lo sabes todo, chere.
- Más que tú sin duda.
Peregrino calló. Sabía que tenía todas las de
perder. - Bueno, centrémonos en nuestra misión. Mercurio
vete a.. - se puso a mirar a su alrededor, pero no lo vio por
ningún lado.
- Me temo que mi marido es demasiado impaciente, ya ha ido hacia el
castillo. Y nosotros deberíamos movernos también.
El castillo era más grande de lo que aparentaba.
Eso era lo que le parecía a Mercurio. Cuarenta segundos recorriéndolo
y todavía no había visto ni la mitad del castillo. Le
molestaba estar allí, no porque no creyera que fuera a encontrar
nada (confiaba ciegamente en el instinto de su mujer), sino porque
ese imbécil de Peregrino se lo había pedido, ¡Como
si creyese que iba a ser líder del grupo!. Vale, se había
equivocado al juzgar al capi cuando entró por primera vez en
el grupo, e incluso Kaos demostró ser mejor líder de lo
que él hubiera llegado a pensar, pero no se equivocaba en el
caso de Peregrino, él no podía ser el líder. En
todo caso él mismo podía serlo, no en vano lideró
a las tropas inhumanas cuando el ataque de los cosechadores del Alto
Evolucionador a su hogar en la Luna4,
y con éxito cabe recordar. Pero mientras Mercurio pensaba esto
no se daba cuenta de que se estaba empezando a sentir parte del grupo.
Diablo ya llevaba la mitad de trabajo. Gran parte de la ciudad ya
había sido transformada, y con ella sus ciudadanos, cuyas ropas
también habían sido transformadas. El problema era decidir
que hacer con la gente que iba a sobrar, porque se había pasado
de edificios de 8 o más pisos de altura a casas de 4 pisos como
mucho, y estos últimos no eran precisamente los más
abundantes. Pero una imagen le hizo olvidarse de todo eso. Era algo
imposible, los había vencido y capturado hace horas.
- ¿Cómo habéis escapado?
- Secreto profesional, amigo - le contestó Peregrino
Diablo reaccionó rápidamente. Hizo llamar a sus mascotas.
De repente Eurocorps se vio rodeado de demonios y golems, pero
contraatacaron rápidamente. Cristal empezó a eliminarlas
con sus rayos de calor, mientras los demás lo hacían de
una manera más física.
- Tenemos problemas, son demasiados para nosotros. Mas vale que llegue
los pesos pesados.
- Desde luego, tu habilidad para recalcar lo obvio es sorprendente - le
dijo irónica Trébol a Peregrino
- ¿Podrías parar de meterte conmigo por un momento?.
- Poder podría, pero no quiero. - pero mientras Trébol
replicaba a Peregrino un demonio le atacó por sorpresa, y le
hubiera dado si no fuera por que justo en ese momento un rayo rebotado
de Cristal lo noqueó.
- Querida suerte. ¡Te adoro! - dijo en alto. Pero en fondo
había algo que le preocupaba. Ni durante su primera época
como superheroína ni durante la temporada en la que no lo hizo
nunca había practicado artes marciales ni técnicas de
lucha. O por lo menos no como lo debería haber hecho. Y ahora
estaba pagando esa inexperiencia. Cuando terminase esto iba a necesitar
practicar, pero para ello necesitaba tiempo, y eso era precisamente lo
que no tenía. Pero debía hacer algo.
En ese momento una figura apareció volando. Era Guerra
Relámpago, o mejor dicho Zzzax.
-VOY A ACABAR CON TODOZZZ- dijo
mientras lanzaba un rayo a Paladín, el cual esquivó con
una voltereta.
- Así que vuestro compañero extraviado se ha unido a la
lucha.
- Tranquilo ya llega la caballería- dijo Trébol
señalando hacía el otro lado. Era Artemisa, que fue
rápidamente en dirección a sus compañeros. Llevaba
en las manos un rayo como el que había usado para teleportarse,
pero con un color más claro, casi transparente.
- ¿Qué es eso?
- Es uno de los rayos de Zeus pero sin cargar. Los creó durante
la batalla contra los Titanes. Se cargan con electricidad. Generalmente
los carga Zeus con su propia energía. Se crearon para tener rayos
en reserva para no tener que gastar mas energía de la necesaria
en combates o para que sus hijos podamos teleportarnos sin su ayuda.
Como ya he dicho, normalmente los carga Zeus pero...
-... no hay razón para pensar que puedan ser cargadas por otras
personas. Lo que pretendes es absorber a esa criatura en el rayo
¿no es así?. - preguntó Cristal.
- Has acertado mortal.
- Pero podrá absorberlo de verdad?. Me parece demasiado poderoso
para que se pueda contener con un rayito de esos que usas para
teleportarte.
- Por eso he cogido uno de los especiales, de los que usa para lanzar a
sus enemigos. - le dijo con furia Artemisa. No le gustaba que un hombre
le replicase y menos si era un simple mortal con alas de juguete.
- El problema será darle. No creo que se le pueda convencer para
que se quede quieto mientras le lanzamos el rayo. ¿Y si le lanzas
una de tus flechas con polvitos para dejarlo inconsciente?-
preguntó Trébol.
- No creo que sirviera de nada. Relámpago puede ser humano, pero
la criatura que le controla no es ni remotamente humano. Dudo que le
afecte.
- Pero entonces ¿cómo lo haremos?
Nadie tuvo tiempo de contestarle, porque Zzzax les interrumpió
con un rayo. Cristal le contesto con otro, pero se estaba conteniendo.
No quería provocarle ningún daño a Guerra
Relámpago. Esto la hizo titubear, momento en el que Zzaxx le
lanzó en ese momento otro rayo, y le hubiera dado si no fuera
porque Mercurio apareció en ese momento y se la llevó en
brazos.
- ¡Mercurio!, ¿qué haces aquí?,
¿Encontraste el laboratorio?
- Me temo que tu intuición estaba equivocada esta vez, no
encontré nada, en ninguna habitación, y di dos vueltas
por cada una para comprobarlo.
Cristal se puso a pensar. Estaba segura de que el laboratorio
estaría allí. Podría ser que... de repente se dio
cuenta de una cosa -"Claro, en la cripta. La Cosa lo saco de allí
porque estaba atrapado, y es el lugar perfecto para instalar su laboratorio,
porque estaba medio oculto, y si lo ha tapiado de nuevo, nadie imaginaría
que esta allí"
- Pietro, llévame al castillo contigo. Creo que ya sé
donde esta el laboratorio.
Paladín consiguió esquivar al demonio por enésima
vez justo antes de hacerlo desaparecer de un golpe; no es que fueran
muy resistentes. No obstante, no entendía como la gente podía
hacer esto gratis. Es más, no entendía porque Frank se
había unido al grupo. Y esa excusa de que le pagaban no colaba.
¡Demonios, si es millonario, de los más ricos de Francia!.
Vale, era mercenario, pero solo porque así podía a partir
de sus misiones reunir material para sus novelas: "las aventuras
de Gerard LeFaux, agente secreto". Pero estando en el grupo no podía
hacerlo, si no la gente sumaria dos y dos y se daría cuenta de
quien era. No, la única razón por la que podía
estar allí era Trébol, pero era algo de lo que había
empezado a dudar desde el momento en el que vio como se trataban. La
verdad era un misterio lo que le pasaba a su amigo. Pero no era momento
de pensar en ello, tenía que encargarse de Diablo.
- Venga viejo, ya me estas cansando con tus monstruitos, es hora de
tener un tete a tete conmigo.
- ¿Te burlas de mí?, pobre necio, no sabes lo que haces.
Diablo lanzó una cápsula en dirección a
Paladín. Este la esquivó lanzándose hacia delante
en dirección a Diablo, estaba seguro de que podría
vencerlo cuerpo a cuerpo fácilmente. Pronto vio su error cuando
al darle un puñetazo este ni se inmutó y le cogió
por el cuello con una facilidad pasmosa.
- Te lo dije, idiota ¿de veras creías que me
atrevería a enfrentarme abiertamente a vosotros sin estar
preparado?. Con mi pócima de superfuerza es un juego de
niños resistir tu ataque y estrangularte con una sola mano.
En ese momento Peregrino se lanzó hacia Diablo y le dio en la
cara con una patada voladora. El golpe no le hizo daño, pero si
lo sorprendió lo suficiente como para que soltara a
Paladín.
- ¿Estas bien, Paul?
- Ugh, todo lo bien que uno puede esperar después de que le hayan
intentado estrangular. Por cierto, ¿por qué una patada
voladora?
- Quedaba más espectacular
- Nunca cambiarás.
Trébol y Artemisa apenas podían evitar los rayos de Guerra
Relámpago. Varias veces había intentado Artemisa lanzar
uno de los rayos al joven poseído.
- Es imposible, no puedo darle. ¡Ya estoy harta! Voy a dejarme de
tonterías y voy a matarlo. No hay otra manera.
- ¡No! Dame uno de esos, yo lo conseguiré.
Artemisa la hizo caso y se lo dio. Nada más en su poder,
Trébol se dirigió en dirección a Guerra
Relámpago. Este le empezó a lanzar rayos sin parar.
Trébol cerro los ojos y se puso a saltar hacia los lados
ciegamente, sin dejar de avanzar hacia delante, dejando que su poder de
suerte le llevase por el buen camino, abriendo los ojos de vez en cuando
para ver donde estaba Relámpago. Este no se había movido,
no admitía que una débil humana esquivara sus rayos con
tanta facilidad, no lo comprendía, lo que le impidió
reaccionar a tiempo cuando Trébol llegó junto a él
y le clavó el rayo. Una gran explosión tuvo lugar,
lanzando a Trébol lejos. Cuando Trébol se levantó,
vio como Guerra Relámpago estaba en el suelo inconsciente. A su
lado, el rayo de Zeus brillaba intensamente. Había funcionado.
Una vez más, Trébol agradeció en silencio que sus
poderes de suerte le hubieran salvado la vida otra vez.
- Lo has hecho muy bien mortal. En verdad no esperaba que tuvieras
éxito.
- Se agradece la confianza, pero te lo pasare esta vez diosecita.
- No me gusta que me llames así mortal.
- Hagamos una cosa, tú no me llames "mortal"
y yo no te llamaré "diosecita".
- Hmpf. De acuerdo, acepto.
- Pues perfecto, ahora dejémonos de charlas, coge al chico y
vámonos hasta donde están los demás. Seguro que
necesitaran nuestra ayuda.
La llegada de Trébol y Artemisa fue providencial para Peregrino y
Paladín. No solo tenían que enfrentarse a Diablo sino que
alguno de los golems de piedra se unieron a su amo y les habían
intentado golpear. Artemisa sacó su arco y empezó a
disparar, destruyendo paulatinamente a todas las criaturas.
Trébol se unió a Peregrino y Paladín contra Diablo.
- Será mejor que te rindas Diablo, destruimos a tus criaturas
nada más aparecen y tu amiguito eléctrico está a
buen recaudo.
- Maldita impertinente ¿de verdad crees que estoy acabado?
Todavía me quedan muchas bazas. Además, dentro de poco
toda la ciudad estará cambiada a mi gusto, y será
permanente. Nada podréis hacer por evitarlo.
Diablo no debió haber dicho eso, porque justo en ese instante
Mercurio y Cristal habían encontrado la causa de esta
transformación:
- ¿Un frasco? ¿Un frasco con un líquido es el
causante de todo esto?
- Bueno, me parece que no solo es eso.
- Ah, bueno.
- Es un frasco metido en un pentagrama.
- ¡Oh, vamos! Esto es ridículo. Y esto es lo que
veníamos a destruir? Si tiene pinta de romperse en pedazos al
menor soplo de aire.
- No creas. Esto tiene toda la pinta de ser magia. Diablo ha debido
descubrir el modo de combinar la alquimia y la magia, y el resultado lo
has visto en toda la ciudad.
- Si, pero ya va siendo hora de que termine todo - y dicho esto
rompió en mil pedazos el frasco con la poción. Todo
volvió a la normalidad: el castillo y las casuchas habían
desaparecido, quedando en su lugar los edificios originales. Diablo se
quedó sin habla.
- ¡Bien, Cristal estaba en lo cierto, lo que causaba la
transformación de la ciudad estaba en su castillo! - dijo una
entusiasmada Trébol. Mercu y ella lo han hecho.
En ese momento, Mercurio hacía su aparición a
supervelocidad, llevando en sus brazos a Cristal.
- Todo ha acabado Diablo, - dijo Cristal- como siempre todas tus
artimañas han sido en vano.
Diablo hizo una rápida meditación. Todos sus planes
habían fracasado. Quizá todavía podría
vengarse de ellos y vencerlos, pero le llevaría tiempo, el
suficiente como para que otro grupo, como los odiosos 4
Fantásticos, llegara y le hiciera frente y le venciese. No, era
hora de desaparecer. Disimuladamente dejó caer una
cápsula. Mercurio la vio en el último momento, pero no le
dio tiempo a reaccionar; una gran nube de humo apareció de
repente tapando a Diablo e instantes después desapareció;
se había teleportado.
- Parece que ya recupera la consciencia.
Guerra Relámpago se despertó pesadamente, abriendo los
ojos despacio. Pero en cuanto reconoció el rostro que
tenía delante los abrió de golpe; era Cristal. Con gran
dificultad se levantó y quedó sentado apoyado en la pared.
Echó una ojeada hacia todos los lados para finalmente darse
cuenta donde estaba; en la nave en dirección a casa.
- ¿Cómo te encuentras? - preguntó Cristal con su
dulce voz.
- Yo... esto... bien, muy bien. Bueno... no sé bien lo que
pasó, pero me parece que metí la pata a fondo.
- Oh, no digas eso. Lo hiciste lo mejor que supiste, no debes culparte
por ello - le consoló con una sonrisa. Relámpago no
podía evitar mirar esos ojos azules, pero consiguió
apartar finalmente la mirada.
- ¿Qué te pasa?
- No, nada, solo es que...
Cristal se acercó lentamente a él con sus ojos mirando
penetrantemente los de Relámpago. Este estaba petrificado,
más aun cuando los labios de Cristal tocaron los suyos y le
besó. Era un beso dulce, apasionado. Relámpago no se lo
podía creer. Cuando Cristal, después de un buen rato se
apartó por fin, Guerra Relámpago todavía estaba
mudo, sus palabras no conseguían salir de sus labios.
- ¿Qué ocurre' ¿No te gustó?
- Eh, no... esto ¡SÍ! Si
me ha gustado, solo que... no me lo esperaba. Quiero decir, tú
estas casada, y tu marido...
- Su marido esta delante ti, pequeño gusano - dijo un Mercurio
que apareció de la nada, con los ojos inyectados en sangre -
¿Cómo te atreves a besar a mi esposa, y además
delante de mí? Esto lo pagarás con la muerte - y de
repente todo se volvió negro.
Relámpago abrió los ojos bruscamente. Se encontraba en la
nave, y todo estaba tranquilo. Relámpago suspiró; solo
había sido un sueño.
- Por fin se ha despertado - dijo una voz seca; era Artemisa.
- ¿Cómo te encuentras? - dijo otra voz que
reconoció al instante como la de Cristal.
- Yo... esto... bien, muy bien. - balbuceó Relámpago.
- Parece que ya se encuentra bien - añadió una tercera voz
que hizo que Relámpago diese un respingo y se girara bruscamente
con cara de susto. Mercurio quedó sorprendido por la
reacción del chico. Cristal también había quedado
sorprendida por su reacción, pero al ver la sonrisa de
Trébol comprendió que ella tenía algo que ver.
Tendría que hablar con ella más tarde.
Trébol no pudo evitar reír cuando vio la reacción
de Relámpago ante la aparición de Mercurio, sobre todo
porque ayudó en gran parte a que la tuviera5, pero la
quitó rápidamente cuando se acercó Halcón
peregrino.
- Bueno, damas y caballeros. Acabo de contactar con la jefa
y le he contado lo que ha ocurrido. Además Paladín quiso
también charlar "amigablemente" con ella antes de irse,
y ha conseguido un buen pellizco por su ayuda y para que no cuente lo
de la posesión de Guerra Relámpago o nuestra gran actuación
inicial. Ha gruñido un poco, pero Paladín es muy bueno
negociando, sobre todo con mujeres. Por otro lado, he conectado el piloto
automático para que nos lleve directos a la base, así
que podemos relajarnos durante un buen rato.
- Desde luego, si tú no pilotas ya puedo respirar tranquila -
dijo una sarcástica Trébol.
- Bueno, ya esta bien, no sé lo que te he hecho pero hagamos una
tregua por nuestro bien y el de los demás. Al menos durante el
viaje.
- Lo pensaré...
- Buff - suspiró Peregrino - Por cierto, se me olvidaba, -
dirigiéndose a Cristal y Mercurio - Pilar quería saber si
al final os vais a quedar en el grupo o no.
La verdad es que nos gustaría mucho aceptar la oferta... -
Mercurio iba a protestar, pero Cristal le puso un dedo en los labios - a
nosotros siempre nos gusto más ser activos que pasivos; por eso
nunca hemos pasado mucho tiempo sin estar en un grupo, ya sea en los
Vengadores, en los 4 Fantásticos o en Factor X. Es lo que nos
gusta hacer, y el no habernos dado cuenta de esto fue una de las causas
más importantes por las que nuestro matrimonio falló la
primera vez. El caso es que existe un impedimento: nuestra hija Luna.
Necesitamos una niñera para ella, y como comprenderéis, no
es fácil encontrar una teniendo en cuenta lo peligroso que
sería para esta el estar expuesta a un ataque de algún
villano que quiera capturarla para amenazarnos.
- No hay problema, déjalo de mi cuenta - dijo Peregrino - yo
encontraré la niñera perfecta.
- Bueno, pues espero que pueda cuidar a dos, porque yo también
voy a necesitar una para mi hija. - añadió Trébol
ante la perplejidad de todos.
Marbella.
Paladín se tumbó cómodamente en
la hamaca, en el patio del chalet que poseía desde cierto trabajito.
Pensando en lo sucedido no pudo evitar sonreír por cómo
había ido todo: A pesar del fiasco de su contrato con la Roxxon
había conseguido llevarse un buen pellizco gracias a los peces
gordos de la UE; y la cara que se le había quedado a la rubia
era para sacarle una foto... "Qué pena, ese cuerpo y el carácter
de un hombre", pensó divertido. Cerró los ojos y dejó
que los rayos del sol calentasen su piel.
- ¡Señor Sellers! - dijo una voz al otro lado de la puerta
de entrada -, señor Sellers, ¿Cómo le va?
Paladín abrió los ojos. "Sellers"
era la identidad que había asumido en Marbella, para pasar desapercibido
y poder relajarse; alzó la vista hacia la entrada y vio al alcalde
de Marbella, el señor G, un hombre bastante obeso y de nariz
prominente, vestido con una camisa de manga corta blanca y pantalón
corto. "Se acabó mi descanso", pensó. Fue a abrir
la puerta.
- Buenos días, señor alcalde - dijo con
cortesía -; me encuentro bien, gracias, y le agradezco esta INESPERADA
visita - mintió.
- Le tengo dicho que mis amigos me llaman señor
G - "ya lo sé", pensó Paladín -; y yo le
considero un amigo, no como el resto de facinerosos que andan por ahí...
Paladín sabía lo que venía ahora: siempre que
pasaba por Marbella tenía que aguantar el mismo discurso.
Suspiró.
- La cosa iría mejor de no ser por esos sociatas babiosos
y sus amigos del PP; porque en realidad son aliados, ¿sabe usted?,
porque claro, ellos me ponen a mí de malo y ganan votos, pero
ni siquiera son capaces de meterme en la cárcel, esos hijos de
>piiip<6.
- Una única palabra pasó por la mente de Paladín:
"Paughkeepsie" -Y pasa lo mismo con el fútbol, porque
hay mucho soborno por ahí para que mi equipo no gane la liga,
pero la vamos a ganar igual, y tal y tal...
Paladín llegó a la conclusión de que ya
comprendía por qué Sean Connery había vendido su
casa aquí, en Marbella. La próxima vez se iría de
vacaciones a Sarajevo, que era más tranquilo...
- Fíjese, fíjese - le decía el
alcalde -, que he mejorado mucho mi inglés, ahora ya puedo hablar
mejor con usted, ¿du yu nou? ¿jau ar yu du tudei? -
"Este tío ya se está encasillando, qué mal rollo",
se desesperó Paladín - A propósito, hace tiempo
que no ve usted a mi querido caballo Emperioso. ¡Venga, venga,
ya verá que fuerte que se ha puesto!...
Paladín reflexionó seriamente; matar no
era su estilo, y además no trabajaba gratis, pero la tentación
de estrangular a este hombre era demasiado fuerte. Finalmente, dominando
sus impulsos, se dio media vuelta, entró en la casa, cogió
una única maleta, en la que llevaba su uniforme y salió
corriendo para coger un taxi al aeropuerto, dejando al alcalde de Marbella
con un palmo de narices. "Definitivamente, a Sarajevo".
- Bueno, bueno, bueno - dijo el taxista -, ¿adónde le
llevo, culebras?
- Al aeropuerto, y rápido - dijo Paladín. Emitió un
suspiro de alivio cuando el taxi arrancó y se alejó de
allí.
El alcalde de Marbella se quedó mirando cómo
el taxi se alejaba "¿Qué le habrá pasado al
yanqui este?", pensó. "Será que en los USA esos
son todos sociatas y se habrá ofendido. Será facineroso
el tío."
Paladín pagó al taxista al llegar al aeropuerto - y le
dio una generosa propina - y no pudo evitar quedarse mirando el taxi
hasta que desapareció de su vista; definitivamente, el taxista
tenía un increíble parecido con Charlton Heston...
1.- 4 Fantásticos
#30 USA (Biblioteca Marvel: 4 Fantásticos #2 Fórum)
2.- Fantastic Force #17 USA
3.- En el número anterior
4.- Anual 4 Fantásticos
#21 (4 Fantásticos #73)
5.- En el número anterior
6.- Recurso para evitar la utilización directa de palabras
malsonantes.
EUROBASE
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sugerencias, dudas, amenazas de muerte y demás podéis
hacerlo a la siguiente dirección: cachislamar@yahoo.com