Tokio.
El local tiene una iluminación escasa, la justa para que los camareros y
los clientes no tropiecen entre sí y con las mesas, a menos que esten
borrachos, dándole el toque sórdido justo como para que cuando uno vea a un
bulto oscuro bebiendo en soledad se abstenga de molestarlo. El barman es
silecioso, de bigotes fieros y peinado de tópico samurai, lo cual para su
parroquia resulta un aspecto intencionadamente ridículo. Pasa la balleta con
parsimonia por la barra más para matar el tiempo que por mantenerla limpia.
Una conmoción a pequeña escala se produce cuando la puerta del tugurio se
abre de golpe, para volver a cerrarse con un ruido seco. La figura pequeña y
estilizada que se acerca a la barra llama por un instante la atención de
Yukio, concentrada en su bebida y en las miradas vigilantes que le dirigen
un par de matones del fondo que quizás pertenezcan a alguno de los varios
clanes yakuza que claman por su cabeza.
Yukio se hace una composición mental. La figura va embozada, pero apostaría
un brazo a que, por el tamaño y las proporciones, es una mujer, aunque la
forma de moverse la desconcierta un tanto, demasiado marcial y enérgica, le
trae un vago recuerdo que no puede enfocar. No consigue escuchar del todo
bien lo que dice al barman cuando se inclina sobre la barra, pero puede oir
un japonés con un acento muy marcado, autóctono, arcaico, que también tiene
dificultades para identificar. La sorprende más la reacción del camarero,
que se aparta negando con la cabeza, y evita el contacto dando un tirón con
el brazo cuando la mujer trata de agarrarlo. El gesto es brusco, casi
violento, y hace que la capucha que cubre la cabeza de la misteriosa
visitante se caiga lo justo para que Yukio le vea la cara antes de que se la
recomponga.
Una occidental. Una occidental conocida. La chica, la amiga de Logan, la
niña de la Patrulla-X. ¿Gatasombra? Yukio espera a que salga del local,
luego se levanta lentamente dejando unos billetes sobre la mesa. ¿Qué hace
aquí? ¿La Patrulla-x está en Japón por alguna razón? No los ve desde aquel
asunto de los robots1, sin embargo le consta que recientemente han estado
allí después de eso2. Pero creía que la chica...
Cuando cruza la puerta sabe que los dos matones a los que localizó la
seguirán. Pueden ser una molestia, la delatarían ante la occidental. Se
encarama con agilidad sobre el letrero de neón que corona la entrada del
antro y acompasa el lanzamiento de dos cuchillas certeras con el salto al
edificio contiguo. Los dos cuerpos caen pesadamente sobre el asfalto, uno
encima del otro, la cantidad de veneno en las puntas servía para asegurar el
efecto deseado si los proyectiles no acertaban en algún vaso importante del
cuello.
Un par de saltos y ayudandose en las cornisas atraviesa varias calles hasta
retomar a la extranjera. Está hablando en un rincón con lo que parece un
mendigo. Yukio vuelve a la acera y se mueve con sigilo, procurando que sus
pasos sean tan livianos como la caida de una pluma. Gatasombra cruza una
nueva calle, seguida de cerca por la ninja, pero al cruzar la siguiente
esquina Yukio tiene que poner en juego todos sus reflejos para esquivar dos
cuchillas que van a clavarse en la pared del edificio contra el que se
pegaba. Dos asesinos de La Mano han errado el tiro por muy poco.
La japonesa no está exactamente en plenitud de fuerzas y tampoco
completamente equipada para enfrentarse a sus dos inesperados contrincantes.
Que le fallan sus habilidades es bastante patente por el hecho de que casi
la hayan pillado por sorpresa. Yukio esquiva dos nuevos ataques de mucho más
cerca, la evidencia de su torpeza ha dado alas a los dos asesinos, que la
acosan buscando un dos contra uno en el cuerpo a cuerpo para rematarla.
Sin embargo, la suerte acompaña a los temerarios. Las luces del coches la
ciegan, al igual que sus dos rivales, y cuando escucha los dos disparos - la
pistola lleva silenciador, pero el entrenamiento de Yukio fue muy bueno -
cree que van dirigidos a ella por un nuevo enemigo que entra en escena. Oir
caer los cuerpos produce un alivio casi físico, pero la alarma y el instinto
de supervivencia la hacen resistirse al agarrón que siente acto seguido.
- No lisie a nuestro conductor, acaba de salvarle la vida. - le espeta una
dulce voz femenina. - Suba al coche antes de que aparezcan más, somos
amigos.
Yukio se encuentra en la amplia parte de atrás de una limusina donde lo
reciben un hombre y una mujer. El debe rozar la cincuentena y usa unos
lentes pequeños y rectangulares que descansan perezosos sobre el punte de la
nariz, de pelo negro azabache, una fina barba desprovista de bigote le
recorre la mandíbula. Ella tiene un aspecto sereno y amable, sonríe con
tranquilidad y parece llevar la voz cantante.
- ¿Quiénes son ustedes?
- Representamos a una importante compañía que tiene una oferta que hacerle.
- ¿A mí? ¿Y a quién tendría que matar?
- Oh, no es nada de eso. - interviene el hombre por primera vez con una voz
cavernosa y de dejes autoritarios. - Se trata de un trabajo mucho más
duradero...
- Si, un puesto que podría venirle bien y protegerla de las veleidades de
ciertos grupos, como La Mano o el clan Yashida.
Yukio los mira alternativamente intentando hacerse con la situación, que se
le antoja por momentos algo descabellada. Ríe débilmente preguntándose que
nuevas sorpresas le esperan.
- Se trata de un puesto muy bien remunerado y con ventajas cuantiosas... -
insiste la mujer. - ...que podrían repercutir, por ejemplo, en la educación
y el bienestar de su protegida, la joven Ameiko3.
Yukio nunca ha sido conocida por su reflexividad, y lo cierto es que la
manunteción de la jovencita hija adoptiva de Logan era un dolor de cabeza,
sobre todo cuando se huye de varios clanes de la yakuza que pretenden
asesinarte.
- Acepto.
La pareja se mira.
- Vaya, no esperábamos tal rapidez. No nos ha dado oportunidad de explicarle
nada. - dice ella. - Mi compañero y yo ni siquiera nos hemos presentado.
- No importa. Este coche parece que es mucho más que una limusina normal,
¿no?
- Ehm, sí, más o menos.
- Entonces ya que estamos podrían hacerme un favor. ¿Han visto a la chica a
la que seguía hace un rato?
Gran Bretaña.
Stonehenge.
Brian Braddock, con su traje de Capitan Britania, vestido de bandera,
regresa al lugar donde se convirtió en el protector de la Tierra 616. En
este lugar Roma le dio a elegir entre una espada y un amulento místico de
poder para decidir si sería el elegido. Brian escogió el amuleto4. Ahora
ha vuelto con una intención muy concreta.
- ¡ROMA! ¡SE QUE SABES QUE ESTOY AQUÍ! ¡TENEMOS QUE HABLAR!
Ah, la legendaria sutileza del Capitán Britania. Brian mira a su alrededor
esperando. Se sienta en el suelo entre dos rocas y cruza los brazos. La
expresion del Capitan Britania es de obstinada resolución. Una mano de mujer
se le posa en el hombro y lo hace saltar del susto. Roma lo mira como si
mirase a un niño que se queja.
- ¿Qué deseas de mí?
- Meggan ha desaparecido. Sospechamos que los duendes de su dimensión de
origen la han raptado por orden de su hermano, que ya formo parte del
escuadron de venganza que asaltó Isla Muir5. Deseo que me transportes
hasta su dimensión. No hemos sido capaces de rastrearla y no sabemos de que
naturaleza exactamente es esa dimensión.
- Los seres de la raza de Meggan antes vivían en esta dimensión y eran
identificados con los elfos del vuestras tradiciones. Si huyeron fue por
culpa de tu raza. La mayor parte de ellos fueron masacrados por los humanos.
Cuando se trasladaron a una nueva dimensión fue bajo mi supervisión, tras la
interferencia de dos humanos bastante, a uno de los cuales conoces como
William Shakespeare.
- ¡¿¿¿Qué???!
- Olvídalo. Pretendes que te envíe allí para rescatar a tu compañera.
- Así es.
- ¿Y si alguna razón que no puedo explicarte me impidiese hacerlo?
- ¿Qué? ¡No puedes hablar en serio! ¡Después de todo lo que hemos hecho por
tí, de todo lo que he pasado últimamente, lo único que deseo es estar con la
mujer que amo y tener una vida tranquila y sencilla! ¡No estoy dispuesto a
soportar más tejemanejes cósmicos, sólo...!
- Tranquilo, sólo era por ver que decías. Sabes que una vez que estés allí
no pienso ayudarte.
- Es lo típico.
- Buen viaje. - dice Roma al tiempo que chasquea los dedos.
Isla Muir.
Aeródromo.
- Vamos Rahne.
Rahne Sinclair ayuda a su madre y al mutante conocido como Caliban a subir
en un helicóptero que ha aterrizado hace apenas quince minutos. El piloto es
un hombre corpulento que ha permanecido en silencio todo el rato y apenas si
mira hacia atrás para comprobar que sus pasajeros estan en su lugar.
- Mamá, ¿qué se supone que...?
- No te preocupes, Rahne, a donde voy no corro ningún peligro. Pero necesito
que te quedes aquí con Rory, ya que todo el equipo está fuera.
- Pero mamá...
Dando por perdida la discusión Rahne se aparta, dejando despegar el
helicóptero6.
Yokohama
Residencia de Shiro Yoshida, el héroe japonés conocido como Fuego Solar.
La casa es de una decoración eminentemente clásica, anclada en las
residencias tradicionales japonesas, sólo la electricidad y el agua
corriente son capaces de sacar al visitante de un deja vu que parece
sustraerlo a un cuadro de Tsukioka Yoshitoshi o una película de Kurosawa,
que lo retrotae al shogunato Tokugawa, cuando los samurais eran algo más que
un recuerdo difuso y legendario y se constituían en la clase nobiliaria.
Shiro Yoshida ha cuidado con esmero el aspecto de su hogar, distribuyendo
también los muebles en función de ordenamiento equilibrado del espacio,
dotando a su salón de una serenidad palpable. Quizás el ambiente zen y
arcaico no engañarían a un verdadero guerrero del siglo XVII o harían
sonreir a un historiador bien informado, pero para los miembros de Excalibur
que se descalzan antes de penetrar en el recinto, es como viajar por el
túnel del tiempo. Quizás Fuego Solar se regocije interiormente de su
habilidad, aunque mantenga su aspecto de grave serenidad al recibirlos,
sobre todo cuando para completar el efecto coloca sobre uno de los paneles
deslizantes del fondo de la estancia un aparentemente antiguo y amplio mapa
del Japón, con las costas perfiladas exageradamente y varios letreros tanto
en japonés como en portugués e inglés. Rondador, Coloso, Kylun y Viajera
Diurna han tomado asiento frente a su anfitrión, en el suelo.
- Este mapa, Excalibur, tiene algo menos de 500 años. Lo trazaron los
portugueses que introdujeron los mosquetes en Japón a finales de la Era
Sengoku Jidai, que quiere decir de los Estados Guerreros. Fue al final de
esa era, al comienzo de la Azuchi-Momoyama cuando el shogun Toyotomi
Hideyoshi, que había trabajado por la unificación del país, separó a los
samurai de la tierra y les concedió el honor de ser los únicos que podían
portar espada. Ese fue el comienzo de una tradición que sólo algunos
mantenemos parcialmente hoy día. Algunos como yo... o el demonio Ogun.
Shiro toma asiento al otro lado de una de esas mesas enanas tan de postal,
moviendo su kimono con habilidad, y continua.
- No puedo contaros nada sobre él que no os haya podido decir ya vuestro
aliado Lobezno.
- Lamentablemente Logan no está localizable en estos momentos. - contesta
Kurt. - Tú eres nuestro único contacto estable en Japón, ya que colaborar
con la Resistencia Mutante de Xavier en estos momentos puede ser... difícil.
Fuego Solar asiente.
- No se que intenciones exactas puede tener, pero es muy probable que
pretenda convertirse de nuevo en entrenador de samurais. Ogun es un
nostálgico, una reliquia mucha más antigua que cualquiera con la que pueda
decorar mi casa. Un resto arcaico mucho más peligroso que cualquier general
que pudiese dirigir los ejércitos del emperador durante la Segunda Guerra
Mundial. He de suponer que si prefirio como anfitrion el cuerpo de la
Gatasombra en lugar de el de ¿Kylun? - el aludido asiente en silencio. - es
porque ella ya posee el entrenamiento necesario.
- Así es. Sin embargo creía que los conocimientos que poseían Lobezno y
Kitty no eran samurais sino ninjas. - dice Rondador
Shiro asiente en silencio.
- Es cierto. Un ninja no desdeña huir de una batalla que tiene perdida, ni
atacar por la espalda. El samurai basa su aprendizaje en el bushido y el
kendo, el camino de la espada.
Coloso y Rondador intercambian una mirada de reojo, Fuego Solar nunca había
sido tan locuaz. Es el primero quien se dispone a dirigirse a él, sin
embargo Kylun habla antes de que le de tiempo de abrir la boca.
- Tal como hablas de ellos es evidente que la tradición y la historia de los
guerreros de tu país merece ser conocida. Sin embargo, no sabemos en que
sentido nos será útil para rescatar a nuestra amiga. Yo... - sin
incorporarse Kylun echa una mano hacia atrás y desenfunda una de sus
espadas, blandiendo con cuidado y extendiéndola sobre la mesa al alcance de
Shiro. - Esta es una de las espadas gémelas de Z'zrath, mi maestro. - Fuego
solar alarga la mano y la pasa por la hoja con suavidad. - Gracias a un
encantamiento, no dañaban nada malvado. Sin embargo, cuando el demonio Ogun
poseyó mi cuerpo7, lo rompio y se alimentó de él, pervirtiéndolas,
convirtiéndolas en viles armas de destrucción, vulgares instrumentos de
muerte. Ahora debo vencerlo, para, ya que no puedo restaurar el hechizo,
recuperar al menos mi honor.
Shiro Yoshida asiente con la cabeza.
- Lo entiendo. Ogun no es un verdadero samurai, aunque lo fue. En 1853, él
estaba allí cuando las naves estadounidenses entraron en el puerto de Edo y
exigieron la apertura del país al comercio. Un buque de guerra equipado con
la más avanzada tecnología militar del momento, pedía el fin del aislamiento
internacional de un país cuyas únicas tropas eran una bandada de samurais
armados con espadas y mosquetes que en Europa ya llevaban 100 años
obsoletos. La historia de Japon cambio, comenzo la Era Meiji, el emperador
recupero el poder, el país se industrializó y el ejército tal y como lo
conocíamos se desmanteló. Ogun estaba allí también cuando un grupo de
samurais descontentos, deprovistos de sus privilegios y rango, bajo el mando
de Saigo Takamori, se revelo contra el nuevo orden. Marcharon sobre Tokio
40000 hombres, que fueron derrotados por el ejército moderno.
Hace una larga pausa. Amanda mira a Kurt casi suplicándole que le pida que
vaya al grano.
- Yo tampoco soy un verdadero samurai. Como tal, debería obediencia al
Oyabun de mi clan. Pero desde la muerte de mi prima Mariko, ese su
hermanastro...
- El samurai de plata... Lo sabíamos.
- Si yo siguiese las reglas de mis antepasados, - Shiro parece estar
hablando sólo para Kylun que lo escucha atentamente. - le obedecería o, por
considerarlo indigno, en acto de protesta, me sometería al seppuku ante sus
ojos. ¿Soy un cobarde por no enfrentarme a ello? No, sólo deseo librar a mi
clan de su influencia nociva y criminal, y a ello me dedico.
Hace una nueva pausa. Coloso se remueve nervioso.
- Ogun representa el oscurantismo de una tradición samurai perdida para
siempre. Lo más retrogrado y olvidado de mi país. Es un criminal indigno de
su nombre, al igual que mi primo, que ha pervertido la tarea de nobles
héroes como vosotros. - pasa la mano de nuevo sobre la hoja de la espada de
Kylun. - Por esa y por otras razones, tendréis mi ayuda. Pero si queremos
encontrar a Ogun debemos ir a Tokio.
1.- Falange, claro, en la Patrulla-X #149-151, The Uncanny X-Men 311-313.
2.- Eso fue ya dentro de la continuidad marveltópica, en X-Men #57-58.
3.- La hija adoptiva de Lobezno, cuya custodia éste le entregó en Wolverine #82.
4.- En Captain Britain #1, claro.
5.- Excalibur #107.
6.- Para saber a dónde van Moira y Caliban y que van a hacer allí, atentos a los próximos números de Factor-X. Jejeje. :P.
7.- Número anterior.
CARTAS A LA PERFIDA ALBION
Saludos lectores...
Otra entrega más de esta saga que no se de donde viene ni a donde va.
Cartas y esas cosas: tamborhojalata@hotmail.com. Por cierto que he recibido
otra carta al estilo de la del mes pasado que pedía la independencia de
Canarias, aunque esta vez por lo visto era no-se-que reivindicación sobre un
pueblo que no entró en el corte de Grand Prix del Verano por dos habitantes
de nada. El material era tan fuerte que he decidido no reproducirlo a fin de
conservar un mínimo de decencia y buen gusto en esta serie, al menos en el
correo, ya que soy incapaz de mantenerlo en el contenido en sí mismo de los
números. En fins, que eso, que escribais o algo. Que me aburro.
Bueno, venga, pruebo a poner algo constructivo en el correo, para variar un
poquino. Ejem. Lo que decia. Me da la impresión de que lo me está saliendo
no es exactamente "muy Excalibur", más bien una especie de Patrulla-X "b" en
plan cutre... Bueno, que conste que lo que hago lo hago con plena intención,
oseasé. Estoy intentando, por lo menos, explotar un poco el topismo de Ogun,
a ver que tal me sale... En fin, pido feedback o algo, para algo que no se
muy bien lo que es... En realidad no sirve para nada, porque cuando llegue
el crossover... Uy, se me escapó. Que qué tal Fuego Solar, me decís si eso.
No se. ¿Qué pensais? ¿Pensais? ¿Existis? ¿Existo yo?
Saludos.
Jose Cano, el Advenedizo.