FACTOR-X 151
El enviado del Señor
Guión:
Jose Cano
PORTADA: Random se retuerce de dolor en el suelo. Detrás de él, ocupando el centro de la portada, un hombre vestido con hábito de monje lo observa.
Introducción.
"Aquí Elena Pocklitz para El Ojo en el Cielo, el primer canal especializado
en superhéroes, desde Los Ángeles. En el último mes y medio las calles de
los barrios bajo y medio de esta ciudad californiana se han visto afectados
por una serie de robos y atentados llevados a cabo por una nueva banda de la
zona marginal, llamada La Comuna y compuesta exclusivamente por mutantes. Se
ha podido identificar a varios de sus miembros, entre ellos la antigua
terrorista conocida como Espina, hermana de otra criminal mutante, Feroz,
que recientemente salió absuelta del proceso por el asesinato de su familia.
Dado que los esfuerzos por capturar al más que numeroso grupo por parte de
la policía han sido inútiles, el gobierno ha decidido enviar a Factor-X. El
grupo federal salió esta misma mañana hacia el barrio marginal de la ciudad,
y aún no sabemos cual ha sido el resultado de su misión."
1. El programa Luminosa
Falls Edge.
Forja está en su habitación, sentado junto al escritorio, leyendo un libro.
De repente, la pantalla del ordenador se enciende y una voz mecánica ("Tengo
que intentar darle un tono más humano, tal vez una voz femenina") informa:
Piratas en el sistema.
Forja sonríe. Ni siquiera se molesta en mover un músculo. Algún niñato
prodigio aburrido, o un hacker experto intentando superarse a si mismo,
trataba de acceder a los archivos de Factor-X. Pobre imbécil.
Automáticamente el programa "Luminosa", creado por el mismo Forja, se puso
en marcha. En unos segundos el pirata vería como una luz deslumbrante
aparecía en la pantalla de su ordenador, cegándolo momentáneamente. Al mismo
tiempo el programa eliminaría algunos archivos al azar de su disco duro y
marcaría al pirata. Si volvía a intentarlo Forja lo sabría, y el hacker
tendría en cuestión de menos de una hora al FBI, SHIELD o el mismísimo
Factor-X en la puerta de su casa.
2. Toma de contacto.
Los Ángeles.
- ¿Qué dice el cerebro portátil, Noche?
Noche observa el detector de mutantes.
- Dios, no comprendo este maldito aparato. Toma, mejor mira tú.
Shard echa un vistazo. Las dos se encuentran en un callejón frente a un
edificio abandonado en el más pobre y mísero de los barrios de L.A. Allí no
hay electrcidad, ni agua corriente, ni tampoco pasan los sevicios de
limpieza publicos. Por no haber, no hay siquiera sin techo o yonquis a la
vista.
- Veamos, - dice Shard - tengo a Múltiple, se ha repartido por toda esta
manzana como le indiqué, también a Fortachón y Random, están justo enfrente
nuestro. Avísales de que buscan para nada en ese edificio, está vacío.
- Sí, jefa.
Shard sonríe. Desde que Forja ha decidido retirarse de la acción ella está
encargada de dirigir las misiones sobre el terreno. La responsabilidad le
resulta estimulante, y le alegra que Valerie y Forja hayan confiado en ella,
aunque no acaba de controlar al equipo. Guido, por ejemplo, no termina por
tomarla en serio. Noche habla por el intercomunicador.
- ¿Guido? Soy Claire. Shard dice que salgáis de ahí, está vacío y perdéis el
tiempo. Cambio.
Fortachón sostiene un enorme mueble - o más bien un conjunto de madera y
polillas que una vez fue un mueble - que había sobre un agujero en el suelo,
para que Random baje al piso inferior a través de él.
- ¿Lo has oído?
- Sí, - contesta Random - tienen razón, aquí no hay nadie.
- Vale, ¿a dónde vamos ahora? Cambio.
Noche mira a Shard.
- El segundo edificio a la derecha saliendo desde donde están ellos. Está
atestado de mutantes, unos 25 o 26. Supongo que será La Comuna. Que se den
prisa.
- Captado, avisaremos a Jamie e iremos para allá. Corto.
Noche corta la comunicación y se vuelve hacia Shard con cara de
circunstancias.
-¿No podríamos ir por el método tradicional?
- Si nos envuelves en un campo de intangibilidad y vamos volando llegaremos
más rápido.
- Ya. Pero cada vez que uso mi poder se me cae la ropa.
- Esta ropa no - dice Shard mientrasse toca el traje. - Son moléculas
inestables.
- No me fio.
- Tendrás que hacerlo.
- ¿Y si también se me cae y tengo que pelear en pelotas?
- Supongo que Guido se reirá mucho.
Fortachón se fija en la mancha negra que surca el cielo.
- Allí van.
- Guido, tío, tu has estado antes en Los Ángeles, ¿verdad?
- Muchas veces, pero se niegan a darme un sitio en el paseo de la fama como
el gran actor que soy.
- ¿Tu actúas?
- No, pero Keanu Reeves tampoco, y míralo.
- Je, no venga en serio, ¿has estado aquí antes?
- ¿En este barrio? Nah. Yo he estado en Beverly Hills, como guardaespaldas
de Lila la mayoría de las veces. Aunque tampoco se diferencia tanto de esto.
- ¿Ah no?
- Bueno........, la verdad es que en Beverly Hills hay más yonquis que aquí.
Interludio.
Washington DC.
Valerie Cooper no es, ni ha sido nunca, una persona insegura, posee una gran
confianza en si misma y se puede decir que está acostumbrada a tomar
decisiones dificiles con rapidez. Así que si Valerie Cooper se preocupa no
lo hace a la ligera. Primer motivo de preocupación: la reunión del Comité de
Asuntos Superhumanos empieza sin ella. Segundo motivo de preocupación: hay
tres caras nuevas, tres nuevas incorporaciones que no se le han comunicado
hasta hoy. Son dos hombres y una mujer, al único que conoce con nombre y
apellidos es al más joven de los dos hombres Jason Landscore, alto, moreno,
algunas dicen que es guapo, a Valerie le parece más bien "blando", fofo, un
tanto repulsivo, conocido como "Gyrich Junior", es lo que se llama un
enchufado. La cara del otro hombre, mucho más maduro y de aspecto marcial le
es vagamente familiar, aunque no consigue situarla. La chica, bastante
joven, le resulta totalmente desconocida, pelirroja, ojos castaños, cuando
la ve entrar en la sala de reuniones le dedica una sonrisa que Valerie no
sabe exactamente como tomar, aunque la devuelve, porque se percata enseguida
de que es la ayudante de Landscore.
3. La Comuna.
Los Ángeles.
Shard y Noche ya están junto al edificio. El traje de moléculas inestables
no se ha caido. (Lástima). Junto a ellas llega ahora Jamie Madrox.
- He reunido a todos mis dobles y luego he vuelto a dividirme en cinco para
rodear el edificio.
- Perfecto. ¿Dónde están Random y Guido? (Sigue sin hacerme mucho caso, el
muy capullo) Tardan demasiado, no me gusta, tenemos que actuar rápido o se
darán cuenta de que estamos aquí.
- Allí - Noche señala a dos figuras, una enorme y otra mucho más pequeña,
vestidas de negro, que se acercan corriendo.
Cuando llegan a su altura Shard los abronca.
- ¿Cómo se os ocurre tardan tanto? ¡Deberíais tener más cuidado! Ya deben
saber que estamos aquí.
- ¡Calma Shardie, veníamos corriendo! - dice Guido, que se vuelve hacia
Random, - Chaval, dile algo a tu novia, que está histérica.
- ¡Random sabe perfectamente que en combate soy su superior, no su novia!
¡Cosa que deberíais aprender Claire y tú! ¡Y ahora andando!
Guido se guarda un chiste, bastante molesto por semejante bronca, que
esperaría de Forja pero no de Shard. Noche también está molesta, no le ha
gustado para nada el comentario. Shard continua dando ordenes mientras se
acercan a la entrada del edificio.
- Jamie, quédate fuera, haz más dobles e impide que nadie salga. Random, ve
delante, eres invulnerable, así que no te pasará nada, Noche, tu en el
centro, prepárate para cubrirnos a todos con un campo de intangibilidad si
ocurre algo, Fortachón, cubre la retaguardia, yo iré detrás de Random.
Por ese orden y con todo el sigilo del que es capaz, Factor-X penetra en el
edificio. Es un bloque de pisos medio derruido, y Shard se preocupa al darse
cuenta de que no es muy resistente y el edificio puede caer sobre ellos en
cualquier momento. Pasando por una más que insalubre portería, el grupo
llega hasta un rellano con escaleras. Por la puerta de lo que debió ser una
de las viviendas del bajo aparece algo que no esperaban encontrar: una
monja.
Tanto ellos como la mujer se quedan paralizados, pero ella los mira sin
sorpresa, como si observase una pared. Los ojos comienzan a brillarle con
color verdoso.
Varias plantas más arriba, un hombre alto, delgado hasta llegar a
esquelético y vestido con un hábito de monje que le da un aire siniestro,
está arrodillado frente a un crucifijo. De repente los ojos comienzan a
brillarle con el mismo color que a la monja. "Padre Prior, extraños." El
hombre se pone en pie con energía. "Te oigo hermana, los veo a través de tus
ojos. Tu no puedes enfrentarte a ellos, vete de ahí, el resto de los
hermanos se encargarán."
Los ojos retornan a su color natural, el negro, antes de volver a brillar
con otro tono, esta vez morado. Una orden telepática recorre todo el
edificio, desde el piso superior al sótano:
"¡HERMANOS, LOS IMPÍOS HAN ENTRADO EN NUESTRO REFUGIO! ¡EXPULSADLOS DE LA
CASA DE LOS HIJOS DEL SEÑOR!"
La monja sale corriendo escaleras arriba ante la mirada atónita de Factor-X.
- ¡Random síguela!
En las escaleras aparece el único sospechoso que Factor-X ya tenía
confirmado:
Espina.
- Fuera de aquí.
Se nota en ella algo extraño. Los ojos son totalmente inexpresivos y se
mueve como un autómata.
- Lucia Callasantos, queda detenida acusada de..... - comienza a decir
Shard.
Sin darle tiempo a terminar, Espina se lanza contra ella. Dado que es un
robot, hubiese sido difícil que la hiriese, pero por si acaso Random está en
medio, y él es completamente invulnerable. Lo es, ¿verdad?
Guido escucha un ruido a su derecha. No presta atención al combate que sabe
por adelantado que Random tiene ganado, se mantiene alerta, preguntándose
donde se encontraran el resto de los al menos 25 mutantes que deberían
componer La Comuna. Un segundo después ya sabe al menos donde está uno:
enganchado a su brazo izquierdo.
- ¡EH, EH, ¿QUÉ DEMONIOS ES ESTO, UN GREMLIN?! - grita mientras salta y
mueve el brazo, tratando de hacer que el pequeño ser de apenas 50 cm y
completamente de color negro, se suelte de él. - ¡SUÉLTATE CABRONCETE!
Shard se acerca a Guido de un salto, mientras entrega a Noche un pequeño
collar.
- Colócaselo a Espina, es un anulador, yo voy a ayudar a Guido. Permanece
alerta.
Cuando se dispone a disparar un rayo a mínima potencia contra la diminuta
criatura, algo salta sobre Shard. Noche vuelve la cabeza al sentir como el
hombre - si es que puede llamarlo así - salta hacia su compañera apoyándose
sobre su espalda. Le ha desgarrado el traje y sabe que está sangrando.
Guido continua brincando y golpeando el brazo contra la pared.
- Quítate de mi brazo, bichejo mamón.
De repente parte del ser se mueve, y algo que parecen unos ojos miran
atentamente a Guido.
- Yo no le he insultado ¿verdad señor?
- Ostia, si habla y es educado y todo.
- Hablo perfectamente. ¿Podría hacer el favor de mirarse la pierna derecha?
- Euh, si claro. - Guido observa su pierna. Otro ser similar al que está en
su brazo, pero de color gris, se encuentra enganchado a ella. - ¡AAAAAAH!
¿Pero cuantos sois? ¡HEY! ¡Este me ha mordido!
- Disculpe a mi hermano, señor, es un poco bestia a la hora de absorber la
energía.
- ¡¿Me estáis absorbiendo la energía?!
- Si claro, entre los tres somos capaces de absorber la energía que crean
nuestras víctimas al intentar librarse de nosotros, de modo que cuanto más
se mueva resistiéndose, más fuertes nos hacemos.
- Pero yo absorbo energía cinética, si os golpeo para que os solteis, como
estais pegados a mi, me golpeo a mi mismo, y me hago más fuerte, pero esa
fuerza la absorbereis vosotros, ¡esto es un círculo vicioso! Por cierto,
esta clase de explicaciones debería darlas Forja, no yo. Un momento, ¿has
dicho los tres? - Guido nota como unas pequeñas garras blancas se le
enganchan en la espalda.- ¡MIERDAAAAAAA!
Shard fue sorprendida en un primer momento por esa - ¿cómo llamarla? - cosa.
Piel grisácea, las venas y las arterías, los huesos y las articulaciones, se
notan sobre ella, los ojos están inyectados en sangre, aunque poseen la
misma extraña inexpresividad que los de Espina, las garras bien afiladas,
como ha tenido ocasión de comprobar. Por primera vez en un tiempo Shard se
alegra de tener un cuerpo robot, el corte profundo en el costado la habría
matado de ser humana, por no hablar de que el dolor habría sido
insoportable. Pero no debe confiarse, aún puede dañarle algún circuito vital
de funcionamiento. Aprovechando un hueco en los rabiosos ataques de su
adversario lo agarra del cuello con fuerza y lo lanza contra la pared más
cercana. Tiene que concentrarse, observar como le va a los demás. No le dan
la oportunidad, la bestia que la atacaba antes ha sido detenida a medio
vuelo por un gigante que lleva a una mujer montada sobre uno de los hombros.
Él tiene media cara quemada, va vestido con harapos y por la mitad sana de
la boca aparece un hilillo de saliva. Ella tiene el pelo corto y es de raza
oriental, y como Espina, destaca entre el extraño grupo por no tener ningún
tipo de deformidad.
- Gracias por traerme, Gordo, - dice ella - pero tendrás que encargarte de
esa tipa tu solo mientras yo busco una vía de agua.
¿Una vía de agua? Shard sabe que el grandullón no le durará ni dos asaltos,
pero tiene que ver que pasa con lo demás, ayudarlos, dirigirlos.
Guido, aunque consciente de la inutilidad de ello, sigue saltando,
golpeándose contra las paredes y restregando la espalda contra los quicios
de las puertas como un oso que se rasca la espalda contra un árbol. Esos
gremlins en blanco y negro debían tener un límite de absorción, y el iba a
encontrarlo.
Random noqueó a Espina hace mucho, y ha estado parando los diversos ataques
que por su flanco han ido llegando. Le han disparado dardos venenosos,
mordido, arañado, lanzado vigas del techo, y un largo etc...., pero lo ha
resistido todo y no tiene ni un rasguño, en eso consiste su poder, es
completamente invulnerable. Lo es ¿verdad?
Noche está tras de él, no sabe de que modo puede ayudar a Guido o a Shard
con sus poderes, así que se limita a rematar con lo poco de lucha cuerpo a
cuerpo que sabe a los oponentes que a Random le quedan coleando. De repente
nota una especie de escalofrio en la nuca. Mira hacia las escaleras y
observa a un hombre con hábito de monje plantado frente a Random.
Múltiple sigue fuera (16 veces), tentado de penetrar en el edificio ante el
evidente ruido de pelea que hay dentro, no sabe si Shard se cabreará más si
entra o si se queda fuera.
Lo saca de la duda el gigante al que esta ha hecho volar de una patada y
atravesar la pared hasta la calle, arrastrando con él a la mujer oriental.
Esta, aún consciente, mira, tumbada en la acera, al duplicado Madrox más
cercano, y le sonríe.
- ¿Tu también estas con ellos? ¿Todos?
- Euh, si...
- Pues tenéis mala suerte, al parecer hay un boca de incendios detrás tuyo.
- ¿Qué?
Antes de que ninguno de los duplicados tenga tiempo de hacer nada, chorros
de agua hirviendo y a toda presión surgen de la boca de incendios. La mujer
sonríe divertida.
- A ver si podéis esquivarlos.
Shard trata de desembarazarse de un nuevo adversario, una especie de
mujer-pulpo que la sujeta con seis tentáculos a la vez. No es su única
preocupación, ha notado como el techo comienza a desplomarse, pero parece
que nadie más se da cuenta.
El hombre del hábito habla a Random:
- Soy el Prior.
- Y a mi qué. Ríndete o pelea.
- Has acabado casi con la mitad de los míos. Tengo que matarte, te has
ganado mi respeto, pero eres impuro de corazón. Siento no poder
proporcionarte una muerte rápida, tendrás que morir de forma lenta y
dolorosa.
- Eso habrá que verlo - dice mientras lo apunta con uno de sus brazos
convertido en cañón.
Lo ojos de el Prior brillan con intensidad, de nuevo de color verde.
El grito de Random es desgarrador, se retuerce de dolor entre espamos.
Vomita.
Shard lucha por liberarse preguntándose que demonios puede hacerlo gritar
así.
Noche está algo más cerca de Random, intentaba colocarle uno de los collares
anuladores a uno de los mutantes caídos. No entiende lo que ocurre. Random
es invulnerable, su poder consiste en resistir cualquier ataque, NADA puede
hacerle daño. Pero es evidente que ese hombre lo está haciendo. Tiene que
impedirlo de algún modo. Debe envolverlo en un campo de intangibilidad
cuanto antes.
Guido ha estado casi a punto de detenerse en su esperpéntico baile. Tiene
que acabar con esos bichos de una puta vez, alguien está gritando, los demás
necesitan algo de ayuda.
Madrox, que es levantado en el aire por 16 géiseres a la vez, uno por cada
duplicado, no entiende como esa mujer ha conseguido hacerlos aparecer de la
boca de incendios. Tiene que hacer algo para liberarse, aunque sea uno solo
de todo él, pero sin matarse en el intento.
Y de repente, todo acaba. Como Shard ya preveía, el edificio se derrumba
sobre sus cabezas.
Epílogo 1.
"¡HERMANOS! ¡HOY HEMOS CONSEGUIDO VENCER, PERO YA NO ESTAMOS SEGUROS AQUÍ!
¡DISPERSAOS POR ESTA LA FUTURA SIÓN HASTA QUE EL SEÑOR NOS LLAME A
REUNIRNOS DE NUEVO PARA QUE SE HAGA SEGÚN SU VOLUNTAD!"
Epílogo 2.
Noche camina sobre los escombros del edificio. Uso su poder en el último
momento. No se siente con fuerzas para tratar de bajar en busca de sus
compañeros, si se desconcentrase y se volviese sólida dentro de una pared
podría morir. Se vuelve cuando escucha un ruido a su espalda. Es Random que
se ha abierto camino entre los escombros. La mira durante un instante como
si no la conociese, y luego cae al suelo inconsciente, sujetándose la cabeza
con una mano.
En ese momento aparece Jamie, corriendo.
- ¡Claire! Acabo de conseguir reunirme completamente, esa tía me ha pegado
una buena paliza y luego ha desaparecido. ¿Sabes donde están los demás?
Ella se limita a señalar al suelo.
- ¡Mierda! Espera crearé un par de docenas de duplicados y empezaré a
buscar.
No le da tiempo. Un Guido mucho más grande de lo habitual, debido a que
absorbio parte del impacto mientras Shard se abría camino con rayos, surge
del suelo con esta en brazos. Dice:
- Yo no pienso contárselo a Forja.
Epílogo 3.
Despierto. Lo he conseguido. Por fin soy libre. Pero debo huir. Debo evitar
que ellos me encuentren. Debo conservar esta libertad cueste lo que cueste.
Soy único. Soy libre.
CORREO GUBERNAMENTAL
Bueeenooo, pues este es mi primer número en Marveltopia, y, claro, mi primer
número de Factor-X.
Espero que os guste, etc.., etc.. Si te aburres mucho y no tienes nada mejor
que hacer que escribir al correo de esta serie, pues me poner un mail a
tamborhojalata@hotmail, y pones de asunto "Factor-X Correo" o "Correo
Facturado". Si no pones eso lo tomare por un mail personal y
me dedicaré a escribirte hasta que me denuncies por acoso o salgamos en el
Diario de Patricia.
No digas que no te lo advertí.
Saludos
Jose_C (No, no tengo nick, ¿algún problema?)