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A sueldo del gobierno de los Estados Unidos, son mutantes que luchan de lado de la ley por el sueño de Xavier... ¿o no? Día a día, su trabajo puede hacerse más peligroso, por que ellos están en la línea que separa el deber de la traición, el mercenario del heroe. En un mundo donde no existen soluciones fáciles, ¿qué será de.... Factor-X?
 
Factor-X

FACTOR-X 190
¿Sueñan los mutantes con ovejas radiactivas? II
Guión: Jose Cano

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PORTADA: Forja haciendo el pino.

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Status de Factor-X: Forja, Dominó, Shard, Hombre Múltiple, Fortachón, Random, Noche, Fiambre, Lapsus, Terremoto, Mondo, Mente Maestra, Empática, Chica Ardilla, Electroshock, Comando Escarlata, Mole, Mística y Siena Blaze.

Inquilinos del Nido de las Águilas: Valerie Cooper, Chevil Cooper, Senador Robert Kelly, Arthur Stern (miembro del Comité Mutante y amigo de Val), Louis Antílope Intrépido (joven navajo encargado de seguridad y asistente personal de Forja), Mae (secretaria de Val, tiene ocho brazos) y Ariel (antigua miembro de los Ángeles Caídos, llegó pidiendo ayuda). Además está el personal médico y de mantenimiento, pero ninguno de ellos tiene acceso a las diez plantas superiores, el verdadero cuartel general de Factor-X, donde entrenan y llevan a cabo su actividad diaria. El edificio es controlado por Doug y Lock como ordenador central. Podemos considerar que Warlock es el hardware y la consciencia de Doug Ramsey el software. Como ya hicieron muchas veces cuando aún Doug estaba vivo, el alienígena se deja "dirigir en combate" por su amigo, el cual ha quedado convertido en el fantasma dentro de la máquina.

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Trinidad, Colorado, en los Montes Sangre de Cristo de las Montañas Rocosas, junto a la frontera con Nuevo México.

Los más impactante de este lugar es su nombre, completamente en castellano, el resto apenas si merece ser comentado. El furgón de traslado de presos ha hecho un camino irregular recogiendo a los mutantes de varios penales especiales para criminales superhumanos a lo largo del país, partiendo desde la Isla de Ryker. Algunos de ellos son reclamados por varios estados, otros incluso son reclamados fuera del país. En estos momentos son trasladados hacia Dallas para pasar preventivamente a la prisión del Nido de las Águilas y ser sometidos sus casos al juicio del Comité Mutante de Valerie Cooper. Se trata del terrorista mutante miembro del FLM conocido como Brazos, el antiguo miembro de la Alianza del Mal y servidor de Apocalipsis Sombra Temporal1, Fantazia y la acólita Unuscione, que fueron capturadas recientemente con la ayuda de su antiguo líder Magneto2. El caso de ésta última es especialmente delicado: ha llevado a cabo la mayor parte de sus fechorías en territorio norteamericano, pero nació en Italia, que como país de la UE reclama en el parlamento europeo que no les fuese entregada directamente antes de ser extraditada a los EEUU. Todos llevan collares anuladores y están sumergidos en un campo de éxtasis que los mantiene sedados. No es un método muy constitucional, pero la carta magna no viaja en el asiento del conductor. Todos cargan trajes de presidiario naranjas con sus correspondientes números, y Brazos lleva una camisa de fuerza especial que sujeta sus cuatro extremidades superiores. Dos agentes especiales mutantes con dispositivos que los mantienen fuera del campo de éxtasis viajan con ellos en la parte de atrás, el conductor y los cinco motoristas que los escoltan, equipados con armas especiales diseñadas por Forja a partir de la tecnología de Henry Pym, son humanos.

El furgón, con sus variadas capas de blindaje, vuelca poco antes de llegar a la altura de la aduana. El campo de éxtasis se rompe de golpe y los dos guardas humanos son sacados del vehículo con el mismo tirón que es arrancada una de sus paredes. Los collares anuladores se caen de los cuellos cuando los criminales comienzan a despertar. La figura que se recorta en el hueco dejado mientras salen no les es demasiado familiar, aunque Unuscione podría reconocerla si recordase algunas lecciones de historia que intentó dar Exodo sin éxito a los Acólitos.

- Acabáis de ser reclutados por Factor 3.

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Detroit.

Por indicación de Factor-X el vagón en el que se produjeron los hechos ha sido separado del resto del conjunto del metro y retirado en una estación fuera de servicio. Hace tres días cuatro jovenes violaron a una chica en la hora punta con todos los asientos ocupados. A excepción de ella nadie recuerda nada, ningun pasajero pareció darse cuenta. La descripción de uno de los agresores como alguien "de piel azul" hace sospechar que se tratase de algún tipo de mutante con poderes mentales o hipnóticos. La repercusión fue importante y se vió incrementada a nivel nacional cuando los hechos fueron cubiertos por la NBC. Shard ha sido enviada por Valerie para solventar el caso3 y esta ha traido consigo a Mente Maestra, Patricia y Lapsus. En la estación, cuando descienden de una de los Gazapos - las camionetas de Factor-X - las recibe una unidad de la policía local. Son sólo cuatro agentes, vestidos con uniformes azules y gorras de policía, con sus placas, porras y pistolas de reglamento. Buenos profesionales. Dos parecen bastante jovenes, un hombre y una mujer, él es flacucho y no debe hacer mucho que se afeita, ella tiene una actitud tímida que disimula mal mirándose las puntas de los zapatos, recoge la melena rubia en un moño bajo la gorra. Los otros dos tienen un aire más curtido, también hombre y mujer. Él parece llevar la voz cantante, alto, enteco y pulcro, castaño, despreocupado, debe pasar por poco la cuarentena. La mujer , que permanece ligeramente aparte, en sombras, resulta bastante alta y mantiene una postura marcial que le da un aire frío en la distancia. El jefe se acerca a saludar, dirigiéndose a Shard.

- Encantados de recibirlas, han sido muy puntuales, apenas llevamos aquí cinco minutos. Soy el sargento London, aunque todos me llaman Narcótico.

Shard estrecha su mano mientras hace un gesto de duda. Luego extiende un brazo a su espalda, mientras los dos agentes jovencitos se acercan con tiento.

- A mi pueden llamarme Shard y supongo que soy la oficial de mayor grado. - esboza una sonrisilla irónica que nadie sabe como interpretar. - Estas son Mente Maestra, Empática y Lapsus, supongo que nuestras caras les sonarán levemente de la televisión.

- Bien. - el sargento responde con sencillez. - Estos dos son el agente Karpets y la agente Line, y aquella es la sargento Kipling, aunque todo el mundo la llama Esmeralda.

La sargento se mueve unos centímetros de entre las sombras de la esquina y estira una mano a modo de saludo con un gesto que intenta ser jovial. La luz de los flexos del techo de la estación ilumina su cara y su brazo durante un instante - al parecer su uniforme no tiene mangas - y estos devuelven un destello verde y mineral.

- En-entonces... - interviene Maxine. - ¿Son ustedes una unidad...?

- ¿Mutante? - dice el teniente al tiempo que se dirigen hacia el vagón. - La sargento y yo si lo somos. Su mutación le da ese aspecto tan impresionante y su predisposición a las sombras en cuanto a mí...

- ¿Tiene cierta capacidad para detectar las sustancias estupefacientes? - sugiere Shard mientras abre la puerta del vagón.

- E incluso para segregarlas si lo considero necesario. - completa el otro. - Al principio estuve en la unidad de Narcóticos, y allí se me quedo el mote, pero la jefatura decidió...

- Que los mutantes tratasen asuntos de mutantes. - conluye Martinique. - ¿Es eso discriminación positiva o negativa? ¿Y si sólo encargasen las muertes de negros a policías negros?

Las cuatro miembros de Factor-X ya están dentro del vagón, acompañadas por el teniente Narcótico. Lógicamente nadie ha limpiado el vagón y los olores que devuelve no son agradables. Las manchas de chocalate, queso fundido y otras sustancias adictivas decoran la tapicería, además de los orines.

- Bueno, los agentes Karpets y Line son...

- No habla de ustedes. - corrige Maxine.

Shard tose. Hace un gesto poco concreto con la mano.

- ¿Dónde...?

El teniente señala los cinco asientos del final del vehículo, junto a la puerta que engancharía con el siguiente vagón.

- Ahí. Parecen que subieron en...

- No es necesario, me sé el informe. Chicas...

Patricia se toca el pendiente de la oreja izquierda y mueve la cabeza en señal afirmativa dirigiéndose a Mente Maestra. Esta le alarga una mano y la otra a Maxine, que se las estrechan, quedando las tres enlazadas. Empática apoya una mano en el asiento que le queda más cercano, Lapsus la imita. Shard hace un gesto con la cabeza a los policías jovencitos para que no entren.

- ¿Puede explicarme...?

- Los poderes de Empática se limitan al reconocimiento de la emociones ajenas, sin embargo también es capaz de servir de amplificador psíquico, por lo cual aumenta los poderes mentales que sirven de base a la capacidad ilusionista de Mente Maestra. Lapsus es una cronomanipuladora limitada. Enlazando a las tres Lapsus retrotraera a Empática al "pasado emocional" del vagón, lo que permitirá a Mente Maestra realizar una proyección de los hechos. Es un ejercicio que han estado perfeccionando y sólo podrán mantenerlo un tiempo limitado. Retroceder casi tres días es complicado, si nos hubiesen llamado a las pocas horas habría sido facilísimo.

- ¿Está diciendo que vamos a ver una proyección de todo lo que ocurrió aquí?

- En tres dimensiones, las representaciones pasarán a nuestro lado como si estuvieran aquí. No será agradable. Comenzad.

Narcótico tiene tiempo de señalarles de nuevo a sus subordinados que se mantengan alejados. Los transeuntes comienzan a caminar hacia sus asientos y cruzarse con él, atravesándolo incluso.

- No hay sonido.

- Es mejor así. - contesta Mente Maestra, en trance, tiene los ojos en blanco y le tiemblan los brazos. Maxine, a su lado, aparece borrosa, ha perdido el color, es una mancha grisacea que está y no está al mismo tiempo. Patricia, finalmente, suda profusamente y ha terminado por sentarse en el suelo, aumentando la tensión de los brazos de Martinique.

Shard reconoce a la chica por las fotos. Alina Corthouse, su madre era rumana, 23 años, 1'64, castaña, pelo largo y rubio, vestida con un chándal, se seca el sudor al subir, lleva un diskman. Es una película muda, en color, los personajes son muñecos sin gracia, ralentizan o aumentan su velocidad, es raro verlos moverse de forma normal. La cinta parece rebobinarse hacia delante, al menos pasan dos paradas. Entonces entran ellos. Más jovenes incluso que la chica. El tipo de la cara azul pasa junto a Shard, juega con una pequeña navaja.

- Dos tatuajes entrelazados. Nada de piel azul.

- Eso no descarta nada.

Los pasajeros miran al grupo de reojo, con aprensión, con prudencia, con miedo. Patricia sufre un espasmo. Los cuatro debían estar formando bastante jaleo, Shard ya se ha dado cuenta de que todos iban armados, nada de pistolas, solo cuchillos, navajitas, cosas de críos. Se sientan al fondo. Junto a ella. ¿Qué le dirán? Ella parece molesta, intenta ignorarlos, pero no quedan sitios libres a los que cambiarse. Los pasajeros que están justo al lado son tres mujeres y dos hombres. Parecen escuchar en silencio. Ninguno se mueve. Ella ha hecho un amago de levantarse, pero el más cercano la ha sujetado. Por su gesticulación se podría jurar que ha gritado. Un pasajero cercano a Narcótico se revuelve y observa la parte de atrás, incluso comparte una mirada de inteligencia con el que está frente a él. Pero se quedan parados. Shard aprieta las mandíbulas. El tatuado ya le ha puesto la navaja en la garganta a la chica.

- ¡Basta! - ordena.

Martinique suelta con violencia las manos de sus compañeras. Patricia sufre una convulsión y se desmaya, la cara contra la moqueta manchada del suelo. Maxine vuelve a hacerse visible y se agacha aparte para vomitar. Mente Maestra está llorando de rabia.

- ¡Lo sabían! ¡Eran humanos completamente normales, sólo cuatro críos con navajitas!

Shard intercambia una mirada con el teniente London, luego se acerca despacio hasta Patricia y presiona en uno de los pendientes para activar el anulador que instaló en ellos Forja. Luego la sujeta por debajo de los sobacos y la ayuda a levantarse, los dos agentes jovencitos, que han vuelto a indicación de Narcótico, la llevan fuera y la sientan en un banco para atenderla. Shard por su parte se acerca a Maxine, pero ésta le hace un gesto indicando que está bien mientras empieza a incorporarse. Martinique golpea un respaldo rasguñándose los nudillos.

- ¡Mierda! - escupe.

- Tranquilizate. - ordena Shard. - Esto ya no es asunto nuestro.

Mente Maestra se vuelve con violencia.

- ¡¿Qué?! Vete a... No puede ser en serio.

- Estamos aquí porque se supone que había que capturar mutantes. Puesto que no lo son, el caso ya no es nuestro. La policia de Detroit se encargará.

Martinique aprieta los dientes, mira a su alrededor con rabia y vuelve a golpear el asiento.

- ¡Un carajo! ¡No será asunto tuyo!

Se gira y desparece de la vista de los presentes.

- Martinique, detente.

La contestación es que ante los ojos de Shard aparezcan varias imágenes violentas, incluidas algunas de la violación. La viajera del tiempo escupe a un lado, perdiendo la paciencia. Saca de su cinturón un pequeño boomerang al que presiona un par botones.

- Todavía estás aquí, así que escúchame bien. Acabo de programarlo para tu biosignatura. Te llevaré esposada de vuelta a Dallas si es necesario.

Las ilusiones desaparecen, Martinique está parada junto a la puerta del vagón. El agente jovencito se ha quedado delante de ella y le hace un gesto para ayudarla a salir. Lo empuja y se dirije a la salida de la estación. Shard ayuda a Maxine a levantarse del asiento que ahora ocupa y la carga sobre sus hombros pasándole un brazo alrededor de la cintura. Narcótico se dirige a ella.

- No debería tomarlo...

- Lo tomaré como lo considere necesario.

La agente Line ya está haciendo que Maxine se apoye en ella fuera, en el andén. El teniente London sigue a Shard hacia la salida.

- No es usted un mal policía. Cuando los cojan...

- La avisaré.

Shard asiente, la mirada perdida en el vacío, luego se inclina se pasa una mano por los ojos, antes de volverse hacia el policía, que no ha perdido uno solo de sus movimientos.

- Me habría gustado, ¿sabe? Hacer un trabajo como lo que hacia antes. Rastrear pistas. Detener sospechosos. Trabajar con ustedes.

Mientras la ve alejarse, acompañada de sus dos maltrechas pupilas y de los agentes que las ayudan, pensando en que va a hacer con Mente Maestra, Narcótico silba y se vuelve hacia su compañera. Los destellos verdes le indican que esta se ha encogido de hombros.

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Dallas.

El Senador Kelly ayuda a Valerie a salir de la limusina y esta se engancha a su brazo una vez está de pie y en equilibrio con los tacones de sus caros zapatos. Él va vestido de chaqueta con un traje negro y pajarita, correcto. Ella un traje de noche sin tirantes, con escote palabra de honor, de color azul y que le llega varios centímetros por debajo de las rodillas, cayendo estilo gasa en forma de falda, rozando irregularmente los tobillos. Para nada ajustado.

- La cena ha sido fantástica, Robert, no esperaba que fuese tan tranquila.

- Conocí a Paul en Vietnam, era el cocinero de los oficiales de mi unidad, y le ayude hace quince años, invirtiendo en el restaurante. Si le hubiese pedido que vaciara el restaurante para mí lo habría hecho sin pensar.

- No lo dudo.

Comienzan a caminar entre varios flashes. Aunque la prensa de gran parte del mundo desea dar parte de las actuaciones de la orquesta PAN, "la orquesta de los mutantes", en los EEUU, la mayoría se reserva para Boston y Nueva York. Se baraja que al concierto de Nueva York, dónde sólo estarán dos días, piensa presentarse el mismísimo Presidente... sea el que sea para entonces... y los probablemente flamantes senadores pro-mutantes Charles Xavier y Frank Leroy. Valerie Cooper ha prometido asistir a la noche inaugural en cada una de las ciudades e incluso ha confirmado la presencia de Forja - sin su permiso, aunque él aún no lo sabe - en Nueva York. De todos modos sigue siendo la primera actuación en EEUU y no deja de ser una ocasión especial. La modesta Ópera de Dallas se ha engalanado para la ocasión.

Lo que no faltan a la entrada, controlados por los antidisturbios, son los manifestantes racistas. La esquizofrenia de la ciudad que alberga a Factor-X y los utiliza como reclamo turístico se presenta en toda su gloria: Texas es el estado más conservador y racista de los 50. Val y el Senado Kelly entran en el Hall después de hacer como si no posasen para un par de fotos, observando como algunas personalidades ya se encuentran en el lugar: el alcalde, el concejal de cultura, el héroe local, Ranger Walker, con su esposa, la ayudante del fiscal del distrito... Valerie los saluda con política y cortesía, el tiempo que lleva en Texas la ha hecho acostumbrarse al ambiente, tan distinto de su ecosistema natural en Washington. El Senador Kelly, tras charlar unos instantes con su homólogo local, republicano de pro que se siente incómodo entre la muchedumbre pro-mutante, se ha quedado parado ante uno de los carteles promocionales de la gira de PAN. El anuncio presenta el nombre de la orquesta desplegándose en su origen, las iniciales del director: Pinchas Alfven Nielsen. Éste, ciudadano holandés de padre húngaro que huyó de Stalin, aparece como protagonista absoluto y solitario de la foto. Despliega sus manos tapándose la cara, que decora con una faunesca perilla y un peinado aplastado que completa el efecto. Kelly, que ya lo sabía, se toma la molestia de contar los dedos desplegados por el músico para la pose. Catorce.

- Una mutación pequeña, pero ventajosa si la acompañan más detalles, ¿No cree?

Es una voz profunda, alegre pero contenida, que el Senador reconoce por las entrevistas. Se encuentra con Pan en color, el pelo castaño, la sonrisa impecable. Es bajo, incluso más que Valerie, que ahora se acerca hacia los dos hombres, y Robert Kelly no puede evitar sentir un escalofrío al estrechar una mano de siete dedos. La sonrisa de Alfven se ensancha antes de dar dos besos en las mejillas a una Val que no se lo espera y se queda completamente rígida ante un saludo tan desenfadado, aunque consigue retomar la compostura. Los ojos de Pan son verdes y hay cierta intensidad en su mirada que hace temblar sus pupilas y descoloca a los dos políticos.

- Me alegra inmensamente tenerlos aquí, espero que disfruten de nuestro espectáculo. ¿Qué les parece? - señala al cartel con las cejas, sin dejar de sonreir, con tranquilidad y humor, mientras despliega las manos. - Todo un lujo para un pianista.

- Bueno, - Val realiza el comentario con verídico aire casual, sonriendo con encanto. - lo importante no son los dedos sino como se toca, ¿no?

Los ojos de Pan relampaguean.

- Señorita Cooper, yo compongo mis propias piezas para catorce dedos4.

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Isla Empireo.

La nave podríamos considerarla un batiscafo del aire, un Águila Dorada a escala en la que apenas caben cinco personas. De hecho el techo es tan bajo que Guido Carosella ha tenido problemas para acomodarse en un asiento de pasajeros mientras Forja conducía. La nave es anfibia y al enseñársela, el cheyenne líder de Factor-X la bautizo con "La Grulla". Amerizan junto a las costas de Isla Empireo. Mientras abandonan el transporte Guido se decide a pedir unas explicaciones que empieza a echar de menos.

- ¿Qué hacemos aquí, Forja? - pregunta. - ¿A qué hemos venido?

- Bueno, lo cierto es que no tiene sentido no decírtelo ya, pero tampoco quiero crearte una espectativa que no...

El ruido ensordecedor de una nave que desciende en tierra junto a ellos interrumpe la charla. La turbulencia levanta el mechón de Guido y pone en peligro la integridad de la cinta para el pelo de Forja. El quinjet desciende ante los atónitos ojos de Fortachón, su jefe reacciona como quien lo espera. En la parte opuesta de la isla puede verse como aterriza también un helicóptero prácticamente al mismo tiempo5. La rampa del quinjet se despliega y el primer ocupante que desciende por ella es...

- ¡Profesor-X!

- Hola, Charles. - saluda Forja.

Bishop empuja la silla de ruedas sencilla en la que se desplaza su mentor. Saluda con un gesto de la barbilla, mientras Xavier contesta a Forja. Detrás de ellos aparece una peluda bola saltarina de color azul.

- ¡Me llena de gozo que nos encontremos de nuevo, mi querido Mr Carosella! Pero creo notar cierta estupefacción en tu semblante, ¿acaso no esperabas a tu compañero fanático de mezclas para el té y encantadora Bestia de azul pelaje?

- ....

- Bueno, deberíamos dirigirnos hacia la casa, Chambers nos espera. - interviene Xavier, haciendo un gesto comedido y sereno hacia la mansión que se recorta sobre el risco de la Isla.

- Oye, Hank... er... ¿qué hacemos todos aquí? - recupera el habla mientras comienzan a caminar Guido, él y la Bestia detrás, delante Bishop empujando la silla de ruedas de Xavier, y Forja.

- ¿No es evidente, mi apreciada estrella mediática de flequillo canoso? Nuestro común conocido Jonathan Chambers ha encontrado la cura para el Virus del Legado.

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1.- En la pre-historia, allá por Factor-X #4-5, con Cíclope y la Patrulla-X original.

2.- Neo Avalon: La Hermandad.

3.- Número anterior.

4.- Un Xumifante de los que me dejó en herencia mi difunto maestro al que me situe la referencia.

5.- ¿Quién va en él? Otro Xumifante está en juego.

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CORREO GUBERNAMENTAL Correo del lector.

Siento el retraso... Volveré... Volveré y entraré en vuestras casas, os cortaré el cuello, sacaré a vuestras esposas a la calle y fornicaré con ella, y escuchareis los gritos desde la otra vida... Er, bueno, que mola Terrortopia y eso...

Saludos, queridos lectores.

Jose Cano, "El Advenedizo"

 
 
   
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