PORTADA: Forja sostiene entre sus manos un libro enorme abierto de par, de cuyas páginas parecen estar saltando, en formación de ataque, unos diminutos Fortachón, Dominó, Shard, Random, Mística, Jamie y Maxine.

Status de Factor-X: Forja, Dominó, Shard, Hombre Múltiple, Fortachón, Random, Noche, Fiambre, Lapsus, Terremoto, Mondo, Mente Maestra, Empática, Chica Ardilla, Electroshock, Comando Escarlata, Mole, Mística, Siena Blaze y Caliban.

Inquilinos del Nido de las Águilas: Valerie Cooper, Chevil Cooper, Senador Robert Kelly, Arthur Stern (miembro del Comité Mutante y amigo de Val), Louis Antílope Intrépido (joven navajo encargado de seguridad y asistente personal de Forja), Mae (secretaria de Val, tiene ocho brazos) y Ariel (antigua miembro de los Ángeles Caídos, llegó pidiendo ayuda). Además está el personal médico y de mantenimiento, pero ninguno de ellos tiene acceso a las diez plantas superiores, el verdadero cuartel general de Factor-X, donde entrenan y llevan a cabo su actividad diaria. El edificio es controlado por Doug y Lock como ordenador central. Podemos considerar que Warlock es el hardware y la conciencia de Doug Ramsey el software. Como ya hicieron muchas veces cuando aún Doug estaba vivo, el alienígena se deja "dirigir en combate" por su amigo, el cual ha quedado convertido en el fantasma dentro de la máquina.

La olla despide un delicioso aroma a especias con el que Forja se deleita mientras acerca el cucharón de madera a la boca y prueba el guiso, quemándose los labios.

- Casi perfecto. Quizás un poco más...

El líder de Factor-X lleva puesto un delantal sobre su uniforme de hombre-x clásico y remueve el contenido del perol con la mano izquierda mientras lo condimenta con la derecha. En la cocina sólo lo acompañan Chevil y Mística, que ven una entrevista a Val en la televisión, aunque en estos momentos Raven presta más atención a Forja.

- Es curioso verte cocinar. Se parece mucho a cuando trabajas en el taller. Completamente intuitivo.

Chevil deja de prestar atención a su madre y mira a Forja.

- ¿Improvisas la receta?

Forja se vuelve hacia ellas y sonríe de medio lado, divertido.

- Claro que no, pero sólo la tengo aquí – y se toca la frente con el pulgar.

El techo y las paredes tiemblan estruendosamente, haciendo que la tele pegue un bote sobre su tarima, la olla sobre la cocina y Chevil y Mística sobre sus asientos.

- ¿Qué es eso? ¿La sala de peligro?

- Béisbol con poderes – dice Forja.

- ¿Béisbol?

- A mí nunca me dejan jugar – protesta Chevil, haciendo un mohín –. Dicen que hago trampas. Pero si valen los poderes no se puede considerar trampa...

- Ya permiten participar a Mole... Puedes preguntarles la próxima vez, Raven, quizás te dejen.

Mística enarca una ceja irónica, componiendo un gesto de asco.

- Forja, aparte de los de la Hermandad sólo me habláis Val y tú, y a costa de que el resto os miren mal... Bueno, y la mocosa – señala a Chevil con un gesto de la cabeza.

- Es que a mí no me das miedo.

Béisbol con poderes. Dominó, por razones obvias, sólo puede ejercer como árbitro, puesto rechazado por Chevil. Un duplicado de Jamie maneja los controles de la Sala de Peligro, acompañado de un recién llegado Caliban que aún no se atreve a intervenir. Los dos equipos que se enfrentan en el inexistente Valerie Cooper Arena son los Chicos Fuertes, capitaneados por Guido Carosella – que ejerce además de comentarista oficioso – y los Cachorros, bajo el mando de Maxine. Si bien tan sólo Noche, Mole, Shard y Jamie componen el primer combinado, compensan su inferioridad numérica frente a Tat, Martinique, Mondo, Patricia, Chica Ardilla, Carter y Manuel gracias a los oportunos duplicados. Claire cubre la primera base, Mole la segunda, Guido la tercera, Shard lanza, un duplicado ejerce de "catcher"¹. Maxine está en la primera base, Martinique en la segunda, Tat batea. Mondo y Patricia han sido eliminados y el resto permanece en el banquillo.

- ...y en las manos de Shard se encuentra la responsabilidad de toda una temporada, pues si el telekinético Tat logra alcanzar su bola, la cronomanipuladora Maxine podrá anotar una carrera fácilmente y los Cachorros conseguirán eliminar a los Chicos Fuertes de las series mundiales mutantes.

Shard bufa mientras entrecierra los ojos, golpeando el guante con la pelota, sintiendo su tacto rotundo. Se concentra para hace un lanzamiento que pueda evitar el manejo telekinético del bate de Tat, que sostiene flotando a unos centímetros de su cuerpo.

- La tensión puede palparse, amigos. Observen el hilillo de sudor que desciende por la mejilla de la lanzadora. El momento no puede ser más decisivo.

- Guido, la vas a desconcentrar – se queja Claire.

Martinique sonríe maliciosamente en la segunda base. Mole, que la vigila por el rabillo del ojo, aumenta su masa imperceptiblemente, hasta lograr que el volumen de sus espaldas alcance a la chica y la empuje, rompiendo su concentración. Justo el hueco que necesita Shard para ver claramente y efectuar su lanzamiento.

- ¡Allá va! ¿Conseguirá golpearla?

Pero antes de que Guido termine la frase la pelota ya está recorriendo el cielo ficticio del estadio, coreada en su vuelo por un público virtual. Martinique se incorpora de un salto, dedicando una mirada rencorosa a Mole, y corriendo todo lo que puede. Siente un ligero empujón cuando Maxine le pasa por al lado y sonríe al ver la cara de sorpresa de los dos Jamies a los que ha hecho chocar y de Claire al comprobar que no había atrapado realmente la bola en un campo de oscuridad. Su reacción resulta, cuando menos, original, ya que se vuelve a sus rivales y los hace intangibles a los tres a medio camino entre las bases, dando tiempo a un último duplicado a recoger la bola.

- Eso no vale – protesta Mente Maestra.

- ¿Y si valían las visiones que me impedían lanzar con precisión?

- Eh, chicas... - interviene Guido, que en los últimos momentos ha abandonado su función de comentarista – Claire, retira tus campos...

Fortachón está señalando a Maxine, que hace aspavientos visibles de estar ahogándose.

- ¡Debí atraparla mientras cogía aliento! ¡Cuánto lo siento!

Maxine aterriza de rodillas sobre la tercera base mientras dice:

- Pringaos.

Cada vez que entra en el despacho oval, Robert Kelly recuerda la misma escena de El Gran Dictador. Chaplin, caracterizado como Astolfo Hynkel, prepara la recepción de su aliado Napoloni con su secretario Gabrich, el cual le explica las tácticas psicológicas que utilizarán para hacerlo sentirse inferior a él. Por ejemplo, hacerlo entrar desde el fondo del despacho para que recorra una gran distancia hasta llegar a su asiento, sensiblemente más bajo, para que deba contemplar a Hynkel desde arriba. Pero la estrategia fracasa completamente cuando Napoloni entra por la puerta trasera y saluda a su homólogo con una palmada en la espalda que lo tira del asiento. Las tácticas de los variados presidentes a los que ha tenido que visitar en su ya larga carrera política siempre se le han antojado un poco en ese estilo, y aunque el nunca ha sido tan irreverente como Napoloni, siempre han tenido el mismo efecto.

Observa de reojo a Valerie, a su lado. Las articulaciones de los dedos de su mano derecha – la que sujeta el maletín – han palidecido y tiene los nudillos blancos y apretados, parece que los huesos estén a punto de rasgar la piel. Para ella si es importante. Se le nota en la forzada tensión de la comisura de los labios, en la mirada premeditadamente fría, en la respiración irregular que sólo él, que casi la roza hombro con hombro, puede notar. Valerie Cooper huele a ambición y a poder y cualquier sabueso avezado de Washington con tanta experiencia como Kelly puede notarlo mientras avanzan sobre la moqueta del despacho oval y el presidente, con cierta torpeza, se levanta tras la mesa de su despacho para alargar una mano a modo de saludo. Robert la estrecha con suficiencia, dominando el desagrado que sigue produciéndole ese apretón que se esfuerza en ser firme. Sobrecompensación, llamaba su padre a eso, con su psicología de aficionado. Cuando parezca que un tipo intenta apretarte la mano más fuerte que tú a él, es que tiene problemas de autoestima, Bob. No te fíes de lo que te diga e intenta ignorarlo cuando se haga el gallito. No hay nada más peligroso que un tonto enfadado.

Al difunto Senador William Kelly le habría gustado el apretón corto y seco de Val, su dominio de sí misma para sonreír educadamente y realizar a modo casi casual el movimiento calculado de arreglarse el pelo. Los secretarios y consejeros los saludan con cierto respeto; él repasa sus nombres mentalmente evaluando cada apretón, cada inclinación mal medida por exceso o por defecto. Algunos son hábiles, otros torpes, la mayoría ambiciosos. Aunque no la mira, el sólo está pendiente de Valerie. El control de su voz, los gestos espontáneos reprimidos a cada movimiento, como se sienta, como se desliza el reloj por su muñeca, como deja el maletín sobre sus rodillas. La ve sin mirarla mientras sabe que el concentra la atención de parte de los presentes, que lo escrutan con curiosidad y admiración, porque es a la vez el más veterano y el más extraño de todos los políticos que se reúnen en estos momentos en el despacho del presidente. Controla sus movimientos sin querer, modula sus intervenciones instintivamente. Sin embargo la coleta de Valerie está diseñada para darle cierto recato al mismo tiempo que remarca su femineidad.

Robert desearía estar ahora delante de una cámara, carraspear y soltar un discurso que enardeciera a las masas. Cada movimiento de Val es una coreografía digna del lago de los cisnes. Ella, pese a su habilidad ante la prensa, es una política de puertas hacia dentro, de burocracia, despacho y pacto de caballeros. Él nació para ser político de raza, un Rooselvert, un Wilkie, un Kennedy, ingenioso, polémico, pendenciero, comprometido, manipulador, temerario... A través de los cristales de sus gafas contempla a los halcones de Washington discutir sobre la política mutante del gobierno de los EEUU y paladea sus contradicciones y sus lugares comunes en un déja vu al que ya se ha acostumbrado. Val es endiabladamente hábil y continúa oliendo a ambición y a nerviosismo, casi los suda, lo lleva pegado a la piel, como un perfume, una fragancia natural. Si Robert Kelly tuviera veinte años menos la cogería de la mano y la arrastraría a una habitación de hotel para hacerle el amor desesperadamente. Pero ahora se conforma con sentirla, olerla, observarla, y sentir en los huesos el ocaso de una época, la suya.

Mientras tanto, en su habitación de invitados en el Nido de las Águilas, Ariel se dispone a cometer una imprudencia.

- Mí no recomienda ese curso de acción, amigariel – avisa la voz ingenua de Warlock desde la pared.

Un holograma de Doug Ramsey embutido en un traje de hombre-x es proyectado entre la alienígena y la puerta.

- Estamos preparados para detenerte en pleno teletransporte, pero aunque no fuese así, no sabes a donde vas a saltar. Los raptores de Riesgo y el Desvanecedor son peligrosos y tu sola no tienes nada que hacer contra ellos².

- Vamos, Doug, Warlock, sabéis que con mi poder de persuasión y mi capacidad de doblar el espacio³ podré entrar y salir de su base secreta rápidamente. Forja está prevenido contra mí y no quiere actuar aún, pero vosotros lo comprendéis. Puedo rescatar sólo a Riesgo y luego volver aquí y deciros donde está su cuartel general.

El holograma parpadea, casi se diría que en su rostro artificial ha aparecido una sombra de duda.

- Quizás tengas razón.

- Mí asiente. Mi cree amigariel debería tener oportunidad de rescatar amigarriesgo.

Confiada, Ariel atraviesa el holograma del niño muerto y llega hasta la puerta, concentrada en el destino de su compañera. Al girar el pomo el espacio se contrae y ya no comunica con el pasillo de la zona residencial del Nido, sino con otro lugar... un lugar del cual Ariel es expulsada nada más traspasar el umbral por un empujón telekinético, y sólo un colchón de circuitos líquidos creados por Warlock la salva de romperse varias costillas. Los mismos tentáculos del alienígena consiguen cerrar la puerta y la hacen desaparecer, asimilada en la estructura del edificio. Es la voz de Doug Ramsey la que se hace oír, mientras su holograma finge el gesto de tocar un intercomunicador colocado en su oreja izquierda.

- Forja... los tenemos localizados.

Minutos después, convocados en la Sala de Reuniones alrededor de un esquema holográfico, se encuentran Fortachón, Shard, Dominó, Jamie y Forja, acompañados por la invisible presencia y las prolijas explicaciones de Doug y Warlock.

- Admito que me arriesgué en exceso al esperar que Ariel interviniese sola para localizar a Factor 3, pero así evitaba que sus telépatas pudiesen detectar mi plan y que ella misma se bloquease a la hora de concentrarse en el destino de Riesgo. Además, con la supervisión constante de Doug, que no se veía afectado por su poder de persuasión, y las instrucciones que le di, nos expuse a un peligro controlable.

Jamie escucha algo mosqueado por la estratagema.

- Recuerdo que Warlock solía resultar igual de afectado que cualquier otro por el poder de persuasión de Ariel.

- Pero yo no soy Warlock, soy un una cadena de impulsos eléctricos que se traduce en una serie de ecuaciones en quinto grado que reproducen la consciencia de Doug Ramsey, lo cual se traduce más fácilmente diciendo que los fantasmas no somos afectados por los poderes de Ariel.

- ¿No se está volviendo un poco chulo? – comenta Dominó.

- Espera Forja – interviene Shard –. Pareces muy seguro de que el grupo que llamas Factor 3 es el responsable tanto de la desaparición de Riesgo y el Desvanecedor como de la fuga de presos que sufrimos recientemente⁴.

- Me baso en lo que tenemos. Tanto Ariel como los guardias describieron a Erik el Rojo, en la fuga acompañado de Mesmera, que mencionó a Factor 3...

Guido levanta un dedazo interrogativo, interrumpiendo las explicaciones.

- ¿Nadie más se pregunta donde está el cuartel general de nuestros malvados enemigos?

Forja baja la cabeza, algo turbado, y pulsa un botón del holograma.

- No lo adivinarías.

El Águila Dorada levanta una nube de polvo cuando aterriza en pleno desierto tejano junto a las ruinas de un lugar al que Factor-X no pensaba volver: su antiguo hogar, las ruinas del búnker antes conocido como Falls Edge⁵. Las escalerillas de la nave se despliegan y el primero en descender es Forja, armado con un arnés que le cubre los hombros y el brazo derecho, además de proporcionarle un visor sobre el ojo correspondiente. Tras él saltan Shard y Dominó. Los acompañan Guido, Jamie, Maxine, Martinique, Noche, Caliban, Mole, Random y Carter. Es Shard quien se dirige a Forja mientras la nave se eleva de nuevo, controlada por Doug en control remoto.

- Forja, insisto en que no deberías intervenir directamente.

- No es una discusión. Ya sé que no era muy bueno, pero el sistema de seguridad de Falls Edge puede seguir activado. Las obras de desescombro finalizaron hace meses, así que hemos de asumir que quien esté dentro se ha preparado bien para nuestra llegada. Alguien está ahí, manejando tecnología diseñada por mí y que sólo yo puedo desconectar.

- Pues danos instrucciones sobre como apagarla... – interviene Dominó – No eres precisamente el mejor a la hora de afrontar una pelea.

Varias luces se encienden en el arnés. Guido se ha colocado junto a los líderes y hace una seña a la puerta de su antigua, aparentemente en estado idéntico al que poseía antes de que la base fuese destruida.

- ¿Entramos por la puerta? Al fin y al cabo estamos en nuestra casa, ¿no? – sonríe de medio lado, aunque la mirada que lanza a sus tres jefes no es amistosa. Dejad de discutir, está diciendo.

Forja siente en la nuca las miradas fijas de todo el equipo, el rencor sordo de Shard y la impaciencia de Dominó. Bufa, pensando que una de las razones por las que decidió acompañar al equipo fue para evitar que discutiesen cual de las dos dirigiría la misión. Se vuelve hacia Caliban.

- ¿Qué tienes?

El morlock está olisqueando las cercanías de la puerta.

- Caliban ha encontrado algunos de los rastros que Forja le indicó. Brazos, Riesgo, Mesmera. Hay un rastro muy familiar que Caliban no logra identificar, uno reciente.

- ¿Véis? Tenía razón – dice, volviéndose hacia las dos jefas. Luego pulsa un par de botones en su mano izquierda, estirando el brazo hacia la puerta. Esta ni se inmuta – Vaaaale, han cambiado el lenguaje, aunque quizás pueda desactivarlo. Equipo, en formación de cuña. Random, Guido, la puerta.

Fortachón no se lo hace repetir dos veces y rompe los goznes con un golpe calculado. La entrada anterior ya estaba diseñada para que sólo él pudiese forzarla así, esta parece haber respetado ese diseño, ¿obra de un enemigo muy tonto o muy listo? Random la derriba de una patada y entra el primero. Guido lo sigue, y luego todo el grupo, con Forja en cabeza y una fila de duplicados cerrando la retaguardia.

Sólo pueden inspeccionar la entrada por la luz del sol de justicia que baña el desierto, no hay luces en el interior.

- La entrada parece igual – dice Random, que se adelanta un par de pasos hacia los pasillo que dividía el búnker en dos alas: la residencial y la de calabozos.

- Carter – ordena Shard, inconscientemente.

Forja no intenta atajar la indicación, por lo cual Electroshock sólo vacila unos segundos, respondiendo a una seña de Maxine. Los cables de la espalda del cachorro se despliegan tomando contacto con el suelo y las paredes mientras sus compañeros se apartan. Mole pone una manaza en un hombro de Dominó, la líder más cercana.

- Oye jefa, escucha... Yo formé parte del Factor 3 original⁶ que zurró la badana a la primera Patrulla-X, y esta base se parece a...

Forja parece más concentrado en las paredes que en la progresiva recomposición del sistema eléctrico propiciada por Carter. Dos docenas de Madrox se están desplegando por la base, seguidos de un Random que se agazapa en las sombras con precaución. Shard hace una seña a Maxine.

- Una inspección a supervelocidad, pero con mucho cuidado. Caliban, tú conmigo.

- Mira, lo que quiero decir es que me parece que... - continúa Mole, al que Dominó escucha sólo de refilón, pendiente de la organización de Shard y los movimientos de Guido, que acompaña a tres Jamies hacia la zona de calabozos.

- Dukes, nos estamos moviendo como idiotas... ¿No formaba parte del grupo el padre de esa cría?

- El viejo Jason... pero su niña no me aguanta. Espera, no es eso, mira, nos van a dar una patada en el culo.

Martinique parece desorientada, camina hacia atrás y choca con Claire, que se encontraba de pie y con los ojos cerrados.

- ¡Eh! Estaba inspeccionando por delante de la luz de Carter a través de las sombras de la base. ¡Escuchadme chicos, este sitio está vacío! ¿Qué haces tú?

Martinique la sujeta por los hombros, pero no la mira a la cara, sino que se dirige al techo.

- ¿Cómo que vacío? ¿No lo ves?

Forja salta, apartándose de la pared.

- Carter, para. Corta la corriente.

Guido está apoyado en una de las puertas del ala de calabozos, observando el fondo del pasillo. Un Madrox lo acompaña.

- Algo no va bien.

- ¡Es todo mentira! – grita Martinique, tapándose los oídos con las manos.

Como si se tratase de una señal coordinada (y tal vez lo sea) la puerta se cierra tras las espaldas de nuestros héroes, aunque tarda el tiempo suficiente como para que vean volatilizarse a los duplicados que permanecían fuera. De hecho, los de dentro se ven reducidos de golpe a uno sólo, que queda junto a Forja. Instintivamente, Carter carga de electricidad su campo de fuerza, rodeando su cuerpo de destellos y convirtiéndose en una improvisada linterna humana. Justo a tiempo para ver materializarse al Desvanecedor, vestido con una versión sucia y remendada de su traje clásico, sobre su cabeza, para propinarle una patada y desequilibrarlo, desapareciendo de nuevo. Pero la oscuridad no tiene tiempo de regresar cuando se encienden los potentes focos del arnés de Forja.

- ¡Factor-X, reagrupaos! – brama - ¡Guido, a tu espalda!

Fortachón consigue parar un puño casi tan grande como el suyo que le buscaba la mandíbula, pero no el siguiente, gemelo del anterior que golpea la boca del estómago. Shard rueda, apartando a un desorientado Jamie Madrox de la melé que han formado en un segundo Brazos y Carosella. Aunque Noche ya vuela, intangible, y Caliban, Mole, Dominó y Forja han conseguido agruparse, Martinique continúa apartada de todos, tapándose la cara con las manos y gritando:

- ¡No hagáis caso!

- Forja, esto es un poco... - está diciendo Dominó.

El nuevo enemigo que aparece ahora es el mercenario Martillo Ligero⁷, lanzándose sobre Shard y Jamie armado con su martillo de adamantium. Ella ya intenta esquivarlo cuando el sonido de un disparo lo derriba. Random carga a Maxine inconsciente sobre los hombros y ayuda a incorporarse a su compañera para reintegrarse en el grupo. Noche ha conseguido algo de espacio para Guido volviendo intangible a Brazos. El guardaespaldas se acaricia la nariz sangrante.

- Que raro, con lo que me ha golpeado ya debería haber absorbido energía cinética suficiente para...

Una chica asiática, que apenas debe alcanzar los diecisiete años, aparece junto a él.

- Ah, pero los poderes no funcionan bien cuando yo estoy cerca⁸...

- ¡Es Riesgo! – advierte Jamie.

Los ojos de la joven brillan y Guido comienza a contorsionarse.

- Tal vez podría aumentar tus poderes hasta el límite y colapsar tu organismo.

Forja intenta moverse, pero el grupo se encuentra de repente rodeado por un ejército de villanos idénticos. Se trata de las copias de Sombra Temporal, antiguo lacayo de Apocalipsis. Varias rodean a un solitario Jamie, apartándolo de Random y Shard.

- ¿No resulta curioso ser uno frente a muchos?

Cuando Carter, ya recuperado, trata de acercarse a Maxine, un chisporroteo teleportador y una descarga electromagnética cortesía de Fantazia lo devuelven al suelo. Mole está aumentando su masa corporal para enfrentarse a lo que Forja ha identificado como el campo de fuerza de Unuscione, pero, ¿dónde está la ex-acólita? Noche cae al suelo, sólida, al desactivar Riesgo sus poderes.

- Esto se tiene que acabar – masculla Dominó, que ha disparado al aire varias veces, para su frustración.

- Escucha – dice Forja – el poder de Sombra consiste en desplazarse en el tiempo a intervalos muy cortos. La mayoría de las copias no están ahí, sólo lo han estado o van a estarlo, ¿entiendes? Tienes que llegar hasta Martinique, porque voy a derribar a Riesgo para volver a equilibrar la pelea.

- Entiendo. Como mi poder no funciona, si intento acabar con el Sombra actual, me encontraré con una versión anterior, y si intento pasar a través de una copia, golpearé al auténtico.

- ¡Hazlo ya! – ordena Forja, con cierta ansiedad.

Dominó dispara un par de veces para abrirse camino y lanza un par de puñetazos infructuosos al aire antes de poder saltar hacia Mente Maestra, que a estas alturas ha caído derrumbada y se limita a chillar agudamente. Pero, sorprendentemente, Dominó se enreda con sus propias botas y cae de bruces al suelo, de tal manera que incluso le sangran la nariz y las encías.

- He tropezado... ¡He tropezado!

- Es lo que ocurre cuando el nuevo Ruleta te trae mala suerte.

Quien ha hablado es un hombre joven y alto vestido con un traje de infernal remendado, que le queda incluso pequeño, y un burdo antifaz sobre los ojos. Frente a la nariz rota de Dominó, en el suelo, hay una ficha de casino de color negro.

- Puñetera ironía poética y puñeteros parientes de villanos muertos.

Martillo Ligero, repuesto medianamente bien del disparo, rompe un brazo a Random. Una docena de Sombras intenta reducir a Shard, que defiende sin poderes pero con fría efectividad el cuerpo inconsciente de Maxine. Un Caliban completamente desorientado muerde y araña las extremidades de Brazos para impedir que remate a Guido. Mole se asfixia, atacado coordinadamente por Unuscione y Fantazia. Riesgo se vuelve hacia Forja cuando se siente apuntada por el cañón de su arnés, y lo ojos de la coreana vuelven a brillar.

- No sirve de nada desconectar mis poderes, ya he construido el arnés y sólo necesito encenderlo.

El concentrado rayo sónico que Forja dispara está calculado para dejar inconsciente a Riesgo y espabilar a los miembros derribados de Factor-X, y resulta más que funcional. En un abrir y cerrar de ojos, los Sombras Temporales quedan reducidos a la mitad y superados en número por unos Hombres Múltiples deseosos de revancha, Guido derriba con dos puñetazos certeros a Brazos y Dominó golpea primero en la entrepierna y luego en la nuca a Ruleta, y eso sólo al levantarse, mientras se limpiaba la sangre de la barbilla. Cables eléctricos brotan del suelo y electrocutan a Fantazia, ganándose Carter, que sólo está tumbado de medio lado y no necesita ni ponerse de pie, una sonrisa de agradecimiento de la Mole. Al mismo tiempo Shard ha derribado a Unuscione con un rayo y luego un puñetazo corriente, sólo para desahogarse, y Random ha dado una paliza de campeonato a Martillo Ligero con su propio martillo. Noche, repitiendo el truco que empleó con la Resistencia Mutante⁹, ha vuelto intangible a Desvanecedor en plena teleportación, haciéndolo caer inconsciente. Entretanto, en el mismo movimiento de derribar a Riesgo, Forja ha localizado los controles de la sala, se ha hecho con ellos y ha electrocutado a su director, el miembro fundador de Factor 3 Ogro, al que imagina inconsciente en alguna de las habitaciones contiguas. La última en recuperar la consciencia es Mente Maestra, que se encuentra frente a frente con una Mesmera que no ha sido visible hasta el momento y que está completamente desorientada.

- ¿Dónde?

Martinique, sin darle tiempo a despejarse, le da un puñetazo en el estómago y un rodillazo en la nariz cuando se dobla a causa del dolor, mandándola a la lona.

- Zorra - escupe.

Guido se deja caer al suelo con estrépito, sujetándose la frente con una mano. Noche se sienta a su lado con indolencia, exhausta, apoyándole la cabeza en el hombro.

- ¡Qué barbaridad! – murmura.

- Peor que una orgía, ¿eh nena? Vaya copias más baratas. Hasta Arcade se sonrojaría.

Mole ayuda a Carter a levantarse y le pasa una manaza por la cabeza rapada. Dominó se está limpiando la sangre de Ruleta mientras lo observa hecho un ovillo en el suelo, planteándose seriamente pegarle un par de patadas en las costillas. Shard deposita encima de éste el cuerpo inconsciente de Unuscione mientras observa por el rabillo del ojo como los Madrox ayudan a Maxine. Luego se vuelve hacia Forja.

- Riesgo aumentaba los poderes de Mesmera, que controlaba a Martinique, y combinando los de las tres nos desorientaban a los demás, ¿no? Por eso la sala es ahora diferente y no tiene nada que ver con nuestro Falls Edge.

Forja asiente, calibrando sus instrumentos.

- Más o menos.

- Un momento... - dice Maxine, observando a los villanos derribados - ¿Dónde está él? ¿El que me atacó?

- ¿Quién...?

- Es evidente... - ha empezado a decir Forja, alarmado, cuando su arnés es despiezado telekinéticamente.

Flotando, apartando de su camino con empujones psíquicos a los duplicados a Guido y a Noche, aparece en el lugar por alguna trampilla invisible el nuevo Eric el Rojo, articulando un dramático:

- ... yo, por supuesto.

Pero no tiene tiempo de lanzar una perorata megalomaníaca, ya que Caliban salta sobre él y le arranca su máscara de diseño pseudovikingo.

- ¡El rastro familiar!

La cara que deja al descubierto no es desconocida para Factor-X.

- ¡Nate Grey! – grita Maxine - ¡Pero era nuestro amigo¹⁰!

- Es posible – comenta "Nate", apartando a Caliban de sí y con una expresión completamente antinatural de locura y triunfo en su rostro – pero el anterior Rey Blanco¹¹ ya no está en casa, ahora lo controla... ¡el Amo del Juego!

Y un potente ataque mental da con los huesos en el suelo de todos los miembros de Factor-X

1.- Esta es la parte en la que aclaro que no tengo ni idea de béisbol y que la escena es un sentido homenaje al talento perdido de Claremont.

2.- Ariel irrumpió en el Nido en Factor-X #188 debido a que sus compañeros de los Ángeles Caídos, Riesgo y el Desvanecedor, habían sido raptados por un misterioso villano con la apariencia de Erik el Rojo. Estáis pensando, espera, el Desvanecedor se separó de los Ángeles Caídos. Pero eso ha sido muy post-onslaught y además sin mencionarlos siquiera...

3.- Ariel es una alienígena procedente del psicodélico planeta Campo de Cocos, con la capacidad de doblar el espacio – es decir, abre una puerta que está situada en Nueva York y puede hacer que comunique con una calle de Pekín, si se concentra en ello – y poderes mutantes de persuasión. Si queréis saber más... rastread la miniserie de los Ángeles Caídos, un grupo de mutantes que habitaban los bajos fondos capitaneados por el Desvanecedor y que contaron entre sus filas a Warlock, el Hombre Múltiple o Dinosaurio Diablo, entre otros. No creo que a Panini le dé por reeditarla, pero Forum la reunió en su momento en un tomo que quizás ande por ahí con eso del vaciamiento del fondo editorial.

4.- Factor-X #190.

5.- Lo abandonaron tras ser destruido por una explosión en Factor-X#175.

6.- Hacia Uncanny X-Men #37.

7.- Aparecido en Arcángel #1-3, más o menos. Quería reutilizar un villano creado en ya en la continuidad Marveltópica.

8.- El poder de Riesgo, también conocida como Azar, según le pille al traductor, consiste en aumentar o disminuir los poderes de los mutantes que se encuentran a su alrededor. En un principio no lo manejaba muy bien, con resultados catastróficos para sus compañeros Ángeles Caídos, sobre todo Mancha Solar. No confundir ni con la Riesgo aparecida en Fuerza-X, que ni es coreana ni tiene los mismos poderes, ni con Azar I, el asesino a sueldo que se apuesta sus honorarios al éxito de los encargos que acepta (por lo cual no suele cobrar muy a menudo). De momento le voy a mantener el nombre clave de Riesgo, primero por que la otra está desaparecida en Marveltopia y muerta en Marvel, y segundo porque la conocí por ese nombre y me gusta más, aunque probablemente no sea el más correcto a la hora de traducir "Chance". Carlos, si estás de acuerdo limítate a no hacer nada de nada. Vale, ok. (NOTA DE CARLOS: Sí, a mi también me gusta más "Riesgo" :P)

9.- Capturó así a Infalible en Factor-X #182

10.- X-Man convivió con Factor-X y los Cachorros durante los números #24 al #28 de su serie, tras ser rescatado por Forja de la muerte, al que llamó instintivamente por ser la contrapartida en ésta dimensión de su padre adoptivo.

11.- Tras lo cuál se unió al Círculo Interno del Club Fuego Infernal como Rey Blanco. ¡Sólo en MarvelTopia podía ocurrir algo así!

CORREO GUBERNAMENTAL Correo del lector.

Bienvenidos queridos lectores.

Bienvenidos a un número más de Factor-X. El misterio de Factor 3 se aclara un poco, pero nuestros héroes se ven metidos en una nueva trampa, ¿Cómo terminará esto? Por cierto, entre el #190 y el #191 pasaron seis meses, pero entre el #191 y el #192 sólo han pasado cuatro... el próximo dentro de dos :P.

Saludos

Jose Cano, el Advenedizo