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Debido a la amenaza constante de los enemigos de la paz en Suramérica se ha decidido constituir una Fuerza de Tarea multinacional de ataque que se encargue de asegurar la paz en la región. Esta es su historia.
 
Fuerza de Tarea

FUERZA DE TAREA #8
Héroes populares
Guión: Sebastián

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PORTADA: un grupo de campesinos marcha atrás de una mujer ataviada con los colores de la bandera cubana, una mascara y un bastón. Frente a ella las sombras del equipo de Fuerza de Tarea.

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La otra dimensión:

Quetzalcoalt bebe un sorbo de leche y habla con su amigo Happy Hogan. "Entonces estás diciendo que si cruzo esa puerta de cráneos de la nave y me concentro llegaré a donde deseo estar."

Hogan sonríe. "Así es."

El héroe Azteca posa la mano en el hombro de su amigo. "Has sido un noble guerrero y un gran camarada en batalla, que los dioses te protejan de todo mal y te colmen de glorias en combate," y así se aleja.

Mientras tanto, los héroes sobrevivientes al holocausto limpian las ruinas de la ciudad, localizan refugiados y combaten las fuerzas aun leales al depuesto tirano. Su líder y máximo organizador es el hombre que Charles Xavier considera casi su hijo y su mas leal alumno, Fred Dukes, conocido en nuestro mundo como Mole.

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Nuestra dimensión:

Las tropas de Naciones Unidas se presentan frente a su líder, el teniente coronel Juan José Martínez. Están en filas. El mutante colombiano se mueve de un lado a otro encima de una improvisada tarima de madera. Al lado de las tropas de la ONU están los desertores al régimen de Santo Marco. Finalmente Ares rompe el silencio.

"Damas y caballeros, comenzaremos por tomarnos la prisión militar de San Hugo que está a un kilómetro al nororiente. Nos dividiremos en 5 escuadrones, cada uno comandado por un miembro de la Fuerza de Tarea que les explicara la estrategia de ataque."

Se rasca la nuca y las costillas y por un segundo abandona la pose marcial de comandante. El lugar esta rodeado de palmeras y un pequeño barco hospital está encallado en la costa y protegido por baterías antiaéreas y unos 16 hombres. A su lado hay varias tiendas de campaña y una antena de GPS, y en medio de un claro entre las palmeras Tiburón Tigre gruñe inmovilizado en roca sólida. A su derecha hay una pequeña e improvisada jaula de metal donde están recluidos los hombres que no desertaron al régimen y que son custodiados por 10 guardias, de los cuales 5 juegan cartas y los otros 5 compiten disparándole a unas latas de cerveza que están sobre un tronco

"Nos dividiremos en cinco escuadrones: Dolor, Geist, Pishtaco, Estrella Roja, se encargaran de los escuadrones 2, 3, 4,5 respectivamente. Yo dirige el 1"

En ese momento Llave levanta la mano pidiendo la palabra, Ares se la concede seguida de un "por supuesto" y una sonrisa afable. Llave habla con tono molesto "No entiendo por qué Madremonte y yo no vamos al campo de batalla. ¿Acaso no hemos demostrado ser suficientemente valiosos para el equipo o tiene algo que ver con lo que pasó en Bogotá? ¿Acaso dudas de nosotros? "Comandante" Ares"

El teniente colombiano se queda callado un segundo, escuchando el sonido del mar. Todos enmudecen. Debajo de su casco Ares frunce el ceño, baja de la tarima donde se encontraba dando ordenes y se para frente a Llave. "Escuche bien, Sr. Pino, si bien es cierto que usted es el contacto con los gobiernos y el encargado de las relaciones del equipo, no olvide ¡que en el campo de batalla yo doy las ordenes! Además, tanto usted como la señorita Fraticelli están totalmente capacitados para defender la base de ataques enemigos. ¿Alguna duda u objeción?"

El mutante chileno observa al comandante Martínez frente a él totalmente intimidado. El mutante colombiano no es un hombre dado a perder los estribos, salvo que sea cuestionado.

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Una hora después del inicio de la operación, en una cantina de San Hugo.

Un hombre delgado y moreno toma cerveza en un vaso. En la cantina suena una canción de Thalia. La música surge de un pequeño equipo de audio instalado detrás del barman, nada vetusto y viejo como se ve en las películas. De hecho, es el último mini componente japonés. El hombre delgado y moreno le grita al barman que cambie la música, refriéndose en términos poco agradables a su madre. El hace caso omiso, el flaco va a desenfundar un arma cuando un bastón lo golpea en la muñeca rompiéndosela. Quien lo empuña es una morena de pelo negro largo y ondulado, labios carnosos y un cuerpo que no tiene nada que envidiarle a la cantante que se oye en el radio, enfundado en una ajustada malla verde oliva. El flaco alza la mirada, atrás de ella están varios hombres armados y con gafas de sol y uniformes militares.

La mujer habla. "Necesito hablar con el cantinero y no me sirve muerto, así que, ¿sin resentimientos, chico?" Extiende la mano y ayuda a incorporarse al hombre flaco, quien sale tranquilo del lugar. La mujer se acerca al cantinero. "Hola, Eustaquio, eres mi contacto acá, soy la Bandera. Necesito hombres armados en una hora. ¿Puedes reunirlos?" La mujer le guiña un ojo al anciano propietario del vetusto bar, que de no ser por el equipo de audio parecería un bar del viejo oeste, con puerta giratoria, sillas de madera y carteles de hace 20 años, sin contar un ventilador que gira lentamente en el techo.

El dueño del lugar asiente y le sirve tres sodas a la mujer y a su acompañante, después se retira por un segundo por una puerta de madera en medio de la barra y un cartel de Rambo. Rato después vuelve. "Te los tendré en una hora, Bandera"

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Dos horas después del inicio de la operación dentro de la jungla.

Escuadrón 1.

Ares camina frente a sus hombres abriendo paso en la maleza. Uno de ellos se acerca y habla. "Permiso para hablar, señor."

Ares continua avanzando entre la jungla. "Concedido, cabo"

El hombre espera un segundo. "Señor, hablo por todos en el escuadrón cuando decimos que es un honor trabajar con un héroe de su altura y que muchos de nosotros somos colombianos y nos complace trabajar con usted."

Ares continúa abriendo paso a las tropas con su sable y esboza una media sonrisa. "¿Cómo te llamas, hijo?"

El cabo se sorprende. "Cruz, Daniel Cruz, mi comandante"

Ares se detiene y gira, sus ojos se topan con los del muchacho. "Mira, hijo, yo tuve tu edad y lamentablemente no pude ser transferido al batallón de Naciones Unidas. Aprovecha esta oportunidad, que es buena, da plata y rangos, pero eso si, te doy un consejo, nunca les demuestres devoción y admiración a tus superiores, solo obediencia, porque la devoción se presta para permitir órdenes que lleven a abusos. Además, yo no soy el Capitán América ni nada de eso como para que me digas eso, chico."

Le da una palmada en el hombro y le ordena volver a sus filas, después continua marcha. De repente ve frente a él unos 200 hombres armados frente a una mujer de mallas verde oliva. Detiene a su tropa y les pide que espere. Después enciende su comunicador...

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Campamento base.

Llave manipula el equipo de GPS con una mano mientras con la otra teclea en su ordenador portátil. Madremonte se acerca y le toca un hombro. "Miguel, si no fuera molestia, ¿podría hablar contigo?"

Llave no la determina, pasa un segundo y contesta solo con un si. La mutante argentina se sienta a su lado. Llave le da un manotazo al equipo de posicionamiento global. "Funciona de una buena vez, aparato de mierda." Teclea otro rato en el computador y después lanza un grito de júbilo.

Madremonte vuelve a hablar. "Es que quería hablar con vos para disculparme, che."

Llave la calla con un gesto. "Ya está, ahora observa." Alrededor del campamento varias ametralladoras de alto calibre ajustadas en trípodes comienzan a moverse, Llave sonríe. "El sistema solo necesitaba calibrarse, parte de mi poder mutante es ser un mago de los ordenadores."

Madremonte vuelve a hablar. "Mira, Miguel, yo..."

De repente las ametralladoras se accionan, y abren fuego sobre un objetivo blindado. Un rayo destruye una de ellas. "Son Centinelas," dice Llave mientras toma un arma y guía a los soldados al combate. Madremonte sigue tras el. A su paso surgen del piso ramas gigantescas que atacan a los cazadores de mutantes y protegen a los soldados.

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Dos horas y media después del inicio de la operación.

Un carro militar cerca de los hombres de la Bandera estalla. Los más valientes se acercan al lugar de la explosión, su valentía rápidamente cambia por temor, algunos tiran sus armas y huyen. De las ruinas del carro surge un espectro aterrador. Los que aun están ahí disparan contra el espectro, caen dos granadas de humo, caen a ambos lados del automotor. Toda la acción ocurre en el extremo sur occidental de la plaza. Los soldados de la Bandera corren por la plaza empedrada. En medio de ella esta una estatua del general Manrique sobre un caballo. Varios soldados se refugian tras ella, sin embargo, no disparan a matar a las tropas de la Fuerza de Tarea.

Bandera está tras la estatua ecuestre, usa su bastón para disparar descargas que atontan a los hombres de Naciones Unidas. Escucha gritos atrás de ella, después siente algo frío en el cuello.

"Dile a tus hombres que se rindan, cubana o morirás en el acto." Es Pishtaco.

La mujer sonríe. "Somos aliados, capitán Tristán, mis soldados pelean por la misma causa de la libertad."

El mutante peruano mira confundido a la mujer, después esta grita a sus hombres que tiren sus armas, estos lo hacen y se rinden.

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Isla de Pascua. Tres horas después de iniciada la operación.

El viento sopla acariciando las estatuas de la isla de Pascua. Hace 3 semanas que la isla fue atacada por un grupo de mutantes llamado los Libertadores1. La base está aun en construcción y las defensas de la isla han sido reforzadas, sin embargo comienzan a sonar alarmas en toda la isla. Varios guardias llegan a un punto aparentemente vacío guiados por un hombre de impecable traje militar. Un rectángulo de energía azul aparece de la nada y de él sale Quetzalcoalt, quien cae al piso. El militar lo ayuda a incorporarse. El mutante azteca, visiblemente confundido, pregunta por sus compañeros. El militar no responde y lo acerca a un trasporte militar de heridos. Dos soldados con casco de la Cruz Roja lo acuestan en la camilla del vehículo. El mutante vuelve a preguntar por sus compañeros, después queda inconsciente. El militar ve partir la ambulancia y se pregunta "¿Cuándo su vida se mezclo con la de los encapotados?"

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Tres horas y media después de iniciada la operación.

Dolor se acerca a su hermano. "Tenemos 3 heridos, ninguno de gravedad, además de 2 civiles lesionados."

Ares se queda callado un segundo. "¿Y enemigas?"

Dolor se rasca la perilla y sonríe. "20 heridos, ninguno de gravedad."

Ares se acerca a la Bandera. Pishtaco aun tiene el cuchillo en su garganta, sus hombres están rodeados y con las manos en alto. La gente de las casas y negocios que están al costado opuesto de la selva se asoman a ver que pasa. "Y bien, ¿que hace la heroína de los exiliados cubanos en Florida aquí?"

La mujer mira al comandante de las tropas sin ningún asomo de temor y le responde. "Estoy aquí por las mismas razones que usted, comandante"

Ares saca de uno de los compartimientos de su cinturón un papel doblado cuidadosamente. "No veo que usted tenga ordenes del Consejo de Seguridad de la ONU y de la OEA2 para derrocar este régimen." Ares hace un gesto para que Pishtaco retire el arma, aclara su garganta y continúa. "Es una cuestión de legitimidad"

La mujer se ríe y alza los hombros. "Bueno, supongo que si. En fin, no voy a cuestionar las ordenes de tus amos, es más, les ayudaré."

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4 horas después de iniciada la operación.

Después de pasar la pequeña plaza todas las tropas entran al pueblo. Este está situado en una falda de una montaña, siendo la parte más baja la plaza y la parte más alta la prisión. Los habitantes locales reciben a las tropas de Naciones Unidas con vítores, flores y aplausos. La policía y el pequeño batallón del pueblo se rinden rápidamente. El problema lo representa la prisión, en lo alto de una montaña, con paredes lisas que impiden escalar, el muro que da hacia el lado opuesto del pueblo da hacia un acantilado que termina en el mar, la puerta es de hierro forjado, y hay varias almenas desde donde ametralladoras de alto calibre cubren la zona.

Ares mira el panorama y suspira. Pishtaco se le acerca. "Va a ser difícil tomarlo, muchas bajas."

Ares suspira, se acerca al mutante peruano. "Tu y Estrella Roja abrirán las puertas e inutilizaran las torretas. Nosotros esperaremos"

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4 horas, 22 minutos después de iniciada la operación.

Desde el cielo se ve a las tropas de la ONU y a los miembros restantes de la Fuerza de Tarea refugiados atrás de casas y de paredes derruidas. "Casi parecen muñequitos", piensa la capitana Ana Vargas. Después se concentra en las almenas de la fortaleza, de sus manos salen rayos de plasma que destruyen los cañones. Segundos después de la parte superior de la fortaleza caen varios guardias degollados y la puerta de la prisión comienza a abrirse lentamente.

Ares da el grito de partida. "¡Todos ataquen ahora!"

Las tropas de Naciones Unidas y las tropas de la Bandera entran por la enorme puerta de la prisión. El corredor central es húmedo y de piedra y hace un calor insoportable. Los guardias salen del fondo del corredor con armas de alto poder. El equipo de la Fuerza de Tarea va delante de la formación. Los guardias abren fuego. Tras ellos se forma una enorme bola roja que los consume. Es Estrella Roja.

Por una de las puertas que da al corredor sale Pishtaco. "La prisión esta asegurada, al parecer también es otro campo de trabajo de Aire Negro"

La Bandera es ahora quien habla. "¡¡Maldición!! Así debe ser en Cuba donde Fidel también debe explotar a los pobres mutantes de la isla"

Todo el equipo de Fuerza de Tarea comienza a reír. Geist es el primero en poder parar de reír. "Buen chiste, el régimen de Castro no tiene ni un peso, y el pobre vejete no hace nada. Lamentablemente después de la guerra fría lo único que ha hecho es volverse un chivo expiatorio de los americanos."

La mutante exiliada cubana se rasca la cabeza. "Pero, ¿y todo lo que dicen en Miami?"

Geist le toca el hombro. "Lamentablemente responde a otros intereses." La bandera mira confusa a Wolfgam Heisemberg, quien la trata de confortar. "Solo somos soldados en esta guerra, tratamos de hacer lo correcto, es cierto, pero a veces solo somos carne de cañón en guerras sin sentido. Tal vez derrocar a Manrique sea justo, tal vez se convierta en un segundo Irak, no lo sabemos." Después abre una puerta que da a unas celdas. "Sin embargo, en toda guerra hay victimas inocentes, debes pensar en que estas en esto por salvarlas."

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1.- Fuerza de tarea 2

2.- Organización de estados americanos

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En el próximo numero, Llave se libera de los centinelas, Quetzalcoalt despierta, se descubre un secreto en la prisión y además, acción con ¡¡zombies!! Misma hora, mismo baticanal.

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PREGUNTELE AL DOCTOR DOLOR

"Estimado doctor Dolor, creo que su serie es una basura y sus diálogos parecen ser escritos por un rinoceronte ebrio. Además, sus dibujos y su guión parecen hechos por un deficiente mental.

Cordialmente, Millie la modelo"

Estimada Millie.

Gracias por tu carta. En ella aparece la dirección del remitente, ¿sabias? Apuesto a que no, cuídate de prender tu carro acompañado y recuerda, los accidentes ocurren. Por cierto, estás muy buena, pásate unos días por mi casa y hablaré con mi escritor para que te incluya en algo porque recuerda, a nosotros nos publican, y tu revista por otro lado tiene tanta acogida como unas fotos de Woopy Goldberg desnuda.

Besos, tu doctor Dolor.

 
 
   
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