MarvelTopia
Marvel
 
 
PORTADA
Mutante de nacimiento, ladrón por vocación, ¿héroe como destino? Huyendo de un pasado oscuro y de un futuro trágico, Remy Lebeau ha perdido todo aquello que tenía... menos a si mismo. MarvelTopia presenta las aventuras en solitario del forajido mutante... Gambito.
 
Gambito

GAMBITO #22
Finales y principios
Guión: Israel Huertas

-----

- ¡Mi pobre y desdichado Remy! - se regodea Jacques Beard, en mitad de la arena de la Casa de Duelos, rodeado por todas las familias de ladrones y asesinos y de la mutante inmortal Candra, con Gámbito, Helena y Goliath Negro a merced de su espada y de las de los tres hombres que lo secundan -. Sabía que ibas a volver, como la polilla a la luz. Por eso confié mis intenciones al viejo Lampine, sabiendo que le buscarías y sonsacarías como sólo se puede sonsacar a un borracho. Ni tu corte de pelo ni tu estúpido nuevo aliento a chicle mentolado te sirvieron de nada, pues sabía que volverías y que podría matarte como debí hacerlo hace meses.

- Así que - dice Remy, con claro gesto de burla -, ¿ sueles pensar mucho en mí, Jacques?

El ladrón usurpador gruñe con rabia y descarga la espada contra su víctima que, con un movimiento rápido, gira sobre una de sus rodillas, poniendo a tiro de la espada de Beard las cuerdas que le ataban. Los otros tres espadachines se lanzan también, pero Bill Foster sacude con fuerza a uno de ellos y atrapa el brazo armado de otro. EL tercero tiene vía libre hacia Helena, que salta hacia arriba y desliza sus brazos por debajo de sus piernas encogidas, liberándolos de la espalda aunque no desatándolos, y esquiva la estocada milagrosamente.

El público se mueve inquieto. Los leales a Beard comienzan a desenfundar sus armas y saltar a la arena mientras los demás, ladrones y asesinos, sólo se miran entre ellos, dudando si actuar o quedarse a ver quién gana. Ninguno nota la ausencia de Belladonna.

Jean Luc Lebeau, por su parte, aprovechando la confusión, desarma al lacayo de Beard que le custodiaba en el palco y apunta con su espada a la garganta de Candra, que le mira a medias divertida y a medias desconcertada.

- Y con esto, Jean Luc - dice la inmortal -, pretendes exactamente . . . ¿qué?

- Oh, nada, hermosa bruja. Sólo que entiendas que se trata de una cuestión familiar y te mantengas al margen - el patriarca se sube a la valla que le separa de la arena y hace un saludo con su espada -. Siempre es un placer, chere.

Jean Luc salta a la arena a socorrer a su hijo. Candra sorbe de su copa y mira la refriega, divertida.

En la arena, un desarmado Remy esquiva la espada de Beard un par de veces más, hasta que consigue asirle del brazo que le lanza y colocarle un buen puñetazo entre los dientes. Ensangrentado, Beard sale corriendo, tapándose la boca. Jean Luc le ve huir y cómo uno de sus hombres entretiene a Remy, y toma la ruta del traidor.

- Tu poder está siendo de gran ayuda, Foster - increpa Remy, en medio de la refriega.

- No sé lo que pasa - contesta el vengador -. Es como si no pudiera acceder a mis poderes.

- Tal vez necesitas otra turba cabreada, ¿non?

- Eso ni lo pienses, cajún. De momento me basto a puñetazos.

Remy desarma a su adversario y para un mandoble con la recién adquirida espada de otro de los agresores. Ve como Helena, aún con las cuerdas atrapando sus manos, se ha hecho también con un arma, que maneja a su antojo entre la turba. Gámbito corta las cuerdas y ella le da a cambio un beso en la mejilla.

- Seguimos siendo sólo tres - dice Helena -. Si no nos ayuda alguien pronto, no viviremos para emborracharnos mañana.

- Pues más vale que bastemos, chere - responde Remy -. Mira los gremios. Nadie va a mover un dedo por nosotros.

-----

Jean Luc sale a uno de los corredores laterales, en penumbra, sólo iluminado por la tenue luz de unas antorchas. Ve una gota de sangre en el suelo, pero ni rastro de su presa. Tranquiliza su respiración tras la carrera, reduciendo los sonidos que salen de él y centrándose en los del entorno.

Así, cuando Beard sale de detrás del recoveco en el que se escondía lanzando su golpe mortal, Jean Luc se gira y lo para con su espada.

Así comienza el duelo. Uno lanza y el otro para. Paso adelante. Ahora atrás. Finta y estocada. Parada y giro y otra vez a empezar.

El sonido del metal chocando bajo la piedra reverbera hasta los confines de los corredores, aunque sepultado por el jaleo de la arena.

-----

Armand Beard sangra ya por la nariz y las orejas.

Pensó que el ridículo guerrero que acababa de entrar por el techo sería más fácil de dominar, y ahora lo está pagando caro. La fuerza de voluntad de Bill Foster no se doblega como esperaba. Así, escondido en uno de los accesos a la arena, clava las uñas en la piedra y se concentra con más fuerza en impedir que use sus poderes.

Por supuesto, ni siquiera oye a Belladonna cuando aparece tras él. Apenas es consciente del acero que atraviesa su hombro y rompe su concentración.

-----

Bill Foster lo nota enseguida y hace crecer su cuerpo como un coloso. Los lacayos de Beard empiezan a llover de un lado a otro rápidamente, sacudidos por las manos de Goliath Negro.

-----

Belladonna coge al agotado Armand por las solapas.

- Ha sido Candra, ¿no? Todo esto ha sido por el poder que ella otorga.

- Y la inmortalidad, querida - logra decir Armand -. No olvides la inmortalidad.

Ella atraviesa el pecho del ladrón con su daga, que mira como mana la sangre y se le escapa la vida y lanza un lastimero sollozo antes de morir.

- Parece que aún no habíais cerrado el trato, ¿no? - dice Belladonna, burlándose.

Sale a la arena justo para ver a Helena junto a Goliath Negro, este en tamaño gigante, asiendo a varios de los ladrones con las manos. Remy está ante el palco, encarando a Candra. Belle se acerca, pues siente que ha de estar a su lado.

- Tus socios, chere - dice Gámbito a la bruja -, no han estado a la altura. Supongo que ahora ya no hay motivos para que te quedes más tiempo.

Candra no responde, sólo mira más allá de Remy, a otra de las entradas a la arena, por la que entran Jacques Beard y Jean Luc Lebeau, éste último tapándose con una de sus manos una herida en un costado. Helena corre hacia él y Beard le impide asirle con su espada.

- Aún no hemos terminado, Remy - dice Beard -. Tal vez no estuviera planeado así, pero la sangre de un Lebeau sigue siendo el pago que me prometió el Gremio. Si no puede ser la tuya, será la de tu padre.

- ¡ No! - grita Helena.

- ¡ Espera! - interviene raudo Remy -. Muy bien, Jacques. Si quieres mi vida, tuya es. Libera a mi padre y me someteré a tu voluntad, esta vez sin reservas ni sorpresas.

Beard sonríe, aunque se desconcierta cuando Candra interviene.

- No, queridos, no habrá sometimiento ni ejecución. Jacques, si quieres que haya trato, tendrás que ganártelo. No has logrado el apoyo de los Gremios, ni Remy tampoco. Así pues, que se decida en duelo el destino de estas familias. Si gana Beard, se hará lo convenido.

Jacques Beard, asiente, complacido. Candra concluye:

- Si es Lebeau, renunciaré al trato y me iré para no volver jamás.

Hay un momento de tenebroso silencio que no rompe nadie. Entonces, Remy empieza a andar al centro de la arena, que ya está despejando Goliath, y Beard le sigue después. Helena asiste por fin a Jean Luc.

- Tenemos que curar esa herida antes de que te desangres.

- No, Helena, necesito ver que le ocurre a mi hijo.

- Jean Luc - dice Helena, sosteniendo su rostro con cariño -, lo entiendo, pero si pasa lo peor, uno de los dos deberá sobrevivir a esto.

Jean Luc mira a la mujer ante él fíjamente. Después, la besa apasionadamente y se apoya en su hombro.

- Me alegra que hayas vuelto, Helena.

Esto no pasa desapercibido a Remy, que sonríe en dirección a su padre y dice en susurros:

- Buena suerte, viejo. Y gracias.

Después mira a Belladonna, apostada bajo el palco. Le dedica otra sonrisa y encara a Beard. Así, empieza el duelo.

La primera estocada la lanza el usurpador, pero Remy, ágilmente, la esquiva girando sobre sí mismo. Desliza la espada hacia el hombro de Beard, que la bloquea. Los dos se separan y caminan de nuevo en círculos.

Beard para otras dos estocadas de Remy, y luego, envía su acero contra el cuerpo de su rival. Gámbito nota como el acero muerde en su hombro y aprieta los dientes. Para Beard, ese gesto le vale como si hubiera ganado y empieza a lanzar la espada con rapidez endiablada hacia el cuerpo del mutante.

Belladonna contiene la respiración cuando su amor es herido nuevamente, esta vez en un costado.

Remy se retira, exhausto y herido. Ya sabía de antemano que Beard era mucho mejor espadachín que él, pero sabe que, si muere, ya no habrá esperanza. Entonces, este pensamiento pasa a una clara resolución y Remy, tira su espada al suelo.

Beard, un poco desconcertado, no desaprovecha la oportunidad brindada y carga, espada en ristre, contra Remy. Éste, raudamente, para la espada con sus manos, que sangran al contacto. Entonces carga el arma con su energía mutante.

Beard la suelta, asustado ante lo repentino del gesto, y Gámbito voltea la espada para cogerla por la empuñadura y atraviesa de un golpe el pecho de su rival, que cae de rodillas, aferrando con las manos la hoja que acaba de quitarle la vida.

- ¿Cómo no me di cuenta antes? - dice Remy al moribundo Beard -. No dependo sólo de mi espada. Dulces sueños, traidor.

Beard cae muerto y todas las miradas se clavan en Remy, que observa como Candra ya no se encuentra en el palco. Los dos gremios se retiran y Belladonna acompaña al suyo. En cuanto se ha vaciado la Casa de Duelos, Remy se desmaya en la arena.

-----

EPILOGO

Un par de días más tarde, Remy ya prepara la maleta en su habitación en la mansión Lebeau. Su padre y Helena observan como lo hace.

- Pensé que esta vez te quedarías - dice Helena.

- Sí, hijo - interviene Jean Luc -. Ahora ya no tienes por qué huir.

- Bueno - interviene Remy, sin dejar de hacer el petate -, Belladonna aún mantiene su promesa de matarme y le dije que me marcharía si nos ayudaba, aunque técnicamente no haya sido así del todo. No sé. Pienso resolverlo algún día, pero ahora necesito unas vacaciones.

Helena le abraza y le besa en la mejilla. Su padre le abraza también y Remy se aferra a ese abrazo con todo su ser.

- Además, papá, tu ya tienes entretenimiento para rato - Jean Luc y Helena soníen ante estas palabras y se dan la mano -. Os deseo lo mejor a los dos. De veras - Remy coge entonces el petate y se lo carga al hombro -. Y volveré, no os preocupéis. Por fin me he dado cuenta de que aquí está mi hogar.

Gámbito sale de la casa y se monta en su moto. Arranca y se marcha, feliz y con un sentimiento de pertenencia que jamás había tenido.

La moto se pierde en la lejanía. El hombre siempre estará en el recuerdo de esta ciudad.

FIN

-----

AS DE PICAS

Bueno, se acabó. Espero que los números que he escrito os hayan gustado y espero que quién venga detrás sepa sacarle más juguillo a los personajes que yo. Cogí esta serie en un momento en el que necesitaba contar algo que enfoqué en la relación entre Remy y su padre y, al haberlo hecho, siento que ya he completado lo que tenía en mente.

Así que, de este modo, le digo adiós a Gámbito.

Un saludo.

 
 
   
www.marvel.com
(1) All characters and the distinctive likenesses thereof are Trademarks of Marvel Characters, Inc. and are used with permission.
(2) Copyright © 2003 Marvel Characters, Inc. All Rights Reserved.