HALCON OSCURO #52
Viaje a lo desconocido (parte 2 de 4): El enemigo de mi enemigo
Guión:
Alex García
PORTADA: Blastaar y Annihilus luchando cuerpo a cuerpo, y en medio Halcón Oscuro intenta separarlos
LA ZONA NEGATIVA.
Otro rayo de energía atravesó el aire donde segundos antes
había estado Halcón Oscuro. Cuando éste tocó
el suelo, casi no tuvo tiempo de levantar su campo de fuerza, que apenas
absorbió el impacto. Soltó un gruñido de dolor.
"Este bicho pega como una mula -pensó-
pero vamos a ver si encaja tan bien como da". Y acto seguido,
un rayo de fuerza oscura surgió de su pecho para golpear a su
extraño oponente, que retrocedió aturdido por el golpe.
- Eres fuerte, alienígena - dijo Annihilus -, pero percibo que tu
poder reside en el amuleto que llevas en tu pecho. Lo arrancaré
de tu cuerpo muerto y sumaré su vasto poder al de mi incomparable
Cetro Cósmico, ¡y seré invencible! ¡Así
habla Annihilus!
- Ya lo veo, ya - replicó Chris -, pero no te va a ser tan
fácil conseguir mi amuleto. Otros lo han intentado y fracasaron,
y te aseguro que tú no serás una excepción, payaso.
-¡No soy uno de tus patéticos enemigos, pulga
insignificante! ¡Soy la muerte encarnada! ¡Soy Annihilus! -
dijo éste mientras cargaba contra Halcón Oscuro.
-¿Sabes? No he dejado de notar que te gusta bastante tu nombre.
Tal vez si...
No llegó a terminar la frase. El puño de Annihilus le
golpeó en la cara con fuerza devastadora, proyectándole
varios metros por el aire. Cuando se incorporó, vio cómo
del cetro de su enemigo brotaban enormes energías.
"¿Qué se propone?", pensó.
- Aunque hubiese deseado obtener el poder de tu talismán, no
toleraré por más tiempo tus burlas. ¡Muere, como
pronto morirá tu mundo! - una gigantesca ráfaga de
energía cósmica surgió del artefacto que llevaba en
el pecho, destrozando todo lo que había delante de él.
"Es el fin", pensó Chris, mientras la energía
le golpeaba.
Pasaron varios segundos. Annihilus miró a su alrededor, buscando
algún indicio de que su oponente hubiese sobrevivido. No
encontró nada; probablemente había sido volatilizado. Tras
soltar una terrible carcajada se volvió hacia el misterioso
ingenio mecánico situado tras él, comprobando que no
hubiese sufrido ningún desperfecto durante la batalla.
Alzó la vista hacia la grieta dimensional y dijo:
- Disfrutad de vuestras últimas horas, humanos. La hora de mi
venganza se aproxima...
Y con estas palabras, la siniestra figura volvió a su trabajo con
diabólico regocijo.
NAVE ESPACIAL HALCÓN OSCURO.
El antiguo vagabundo llamado Ned contemplaba los monitores con una
evidente frustración. Desde el momento en que Chris había
penetrado en la Zona Negativa se había roto el contacto.
Había confiado en que el equipo de comunicaciones de la nave
hubiese mantenido el contacto con Chris incluso a través de la
zona de distorsión que era la entrada a la Zona, y había
perdido la apuesta. Sólo le quedaba esperar y rezar a un Dios que
había olvidado hace tiempo para que Halcón Oscuro no
fracasase.
El sonido de la alarma le hizo saltar de la silla. Alterado,
comprobó el motivo de la alerta: una nueva grieta dimensional se
estaba formando, esta vez dentro de la propia nave.
Cuando Halcón Oscuro despertó, lo primero que le
sorprendió fue seguir con vida; lo segundo, encontrarse en lo que
parecía un laboratorio médico de origen claramente
alienígena. Se incorporó y al instante sufrió una
punzada de dolor.
- Tómatelo con calma, androide - dijo una voz detrás suyo
-, he hecho lo que he podido por reparar tus circuitos, pero la
tecnología con la que te construyeron desafía a mis
conocimientos. ¿Cómo te encuentras?
Chris se volvió para contemplar a un inmenso humanoide de piel
grisácea y cubierto de pelo, que en su mente asemejaba a un mono.
Bueno, con ese tamaño más bien a un gorila. Estaba a punto
de explicar a su extraño salvador que no era ningún
androide, pero se lo pensó mejor: no era una información
relevante y, a fin de cuentas, no podía estar seguro de que no
fuese un aliado del tal Annihilus. Decidió seguirle la corriente
hasta averiguar lo que se proponía.
- He estado mejor, supongo - respondió -. ¿Qué es
lo que me ha pasado?
- ¿Antes o después de que Annihilus casi te destruyese?
Por tu silencio, creo que te refieres a después, claro -
respondió su interlocutor con una mueca que pretendía ser
una sonrisa -. Tuviste suerte de que yo estuviese cerca de allí:
la descarga te golpeó con tanta fuerza que deberías haber
sido vaporizado, pero parece que ese extraño campo de fuerza tuyo
retuvo la mayor parte del impacto, aunque saliste despedido. Te
recogí y traté de repararte, y he de decir que hice un
gran trabajo.
- Eh, gracias, pero debo volver ahí y detener a ese bicho antes
de que termine de hacer lo que sea que esté haciendo.
- Está terminando de cargar la bomba.
- ¿¿Qué??
- Sí, parece que el viejo Annihilus está acabado: donde
antes construía nuli-campos1, ahora construye simples
nega-bombas. Es una nega-bomba potente, claro, pero aún
así... Debe odiar mucho a tu mundo. Dime, ¿de dónde
eres?
- De... - titubeó - de la Tierra, en el sistema solar, en...
- Ya sé donde está la Tierra - le interrumpió con
un extraño tono de voz. ¿Resentimiento? ¿Odio? Tal
vez fuese solo la imaginación de Chris - ¿Conoces a los
Cuatro Fantásticos?
- Pues claro, son héroes para todo el mundo. Han salvado a la
Tierra muchas veces.
- Oh, - adoptó una expresión seria - entonces supongo que
podrás contactar con ellos y pedirles ayuda. Ellos se han
enfrentado a Annihilus en incontables ocasiones.
- En realidad no - respondió Chris. No podría jurarlo,
pero parecía que su anfitrión suspiraba aliviado -, desde
que entré en la Zona Negativa no he sido capaz de comunicarme con
mi nave.
- De acuerdo, tendremos que enfrentarnos a Annihilus sin ayuda. Pero
debes saber que la bomba que está construyendo tiene la fuerza
suficiente para destruir un planeta de pequeño tamaño. En
esta dimensión, por supuesto. Al estar compuesta por antimateria,
imagínate el daño que puede hacer en tu universo.
- Pero la zona de tránsito...
- ¿Zona de tránsito? - le miró extrañado -
Ah, ya sé a qué te refieres. El poder de su Vara
Cósmica es inmenso, e incluso podría usarlo para proteger
a la nega-bomba de la transformación en materia positiva. Y
aún en caso de que no fuera así, ten en mente lo que acabo
de contarte sobre su potencial destructivo.
- No lo entiendo. Si siempre ha sido capaz de fabricar esa...
nega-bomba, ¿por qué no lo ha hecho antes? ¿Por
qué esperó hasta ahora?
- Sencillo, en realidad. Annihilus es inteligente, pero no dispone de la
tecnología necesaria para cruzar de esta dimensión a la
tuya. En una de sus recientes "limpiezas" - Chris se sobresaltó
al captar el verdadero significado de "limpieza" -, el viejo se
encontró con una unidad de transporte dimensional. Sí, es
la máquina que viste al entrar aquí. Tras un par de meses
calibrándola logró encontrar tu sistema solar, y
después sólo tuvo que empezar a fabricarla bomba.
- Pero... si lo sabías hacía tiempo, ¿por
qué no hiciste nada para impedirlo?
- Annihilus - dijo con un tono de irritación en su voz -, es
bastante poderoso; esperaba a que estuviese terminando de fabricar la
bomba y ajustar la unidad de transporte para cogerlo desprevenido. Pero
ahora que estás aquí podemos enfrentarnos juntos a
él. Si te sientes en condiciones, claro.
Halcón Oscuro se levantó, ignorando el dolor, resuelto a
salvar a su mundo - y probablemente a su galaxia -, fuese como fuese.
- No puedo quedarme de brazos cruzados mientras ese loco sigue con su
plan. Debo irme.
- Te ayudaré. Es hora de acabar con ese monstruo asesino de una
vez por todas - dijo con una voz cargada de odio.
Esas palabras borraron todo recelo que Chris pudiera sentir hacia el
alienígena; obviamente, él había sufrido a manos de
Annihilus, tal vez éste matase a su familia o incluso destruyese
su mundo, tal y como quería hacer ahora con la Tierra. Se
alegró de contar con un aliado en la batalla que iba a librar.
- Tu ayuda es bienvenida - declaró -. A propósito, mi
nombre es Halcón Oscuro. ¿Cuál es el tuyo?
- Blastaar - respondió con esa mueca que parecía una
sonrisa -, sólo Blastaar.
HOSPITAL ROOSEVELT, NUEVA YORK
En la unidad de cuidados intensivos Alan Matthews contemplaba al hombre
que yacía inconsciente en la cama. No podía creer que esa
frágil figura fuera el mismo hombre que le había tomado
bajo su protección cuando murieron sus padres, el hombre que le
había tratado como a su propio hijo.
Su hijo... Alan apretó los puños con fuerza, presa de la
frustración.
El profesor Edward Williams había sufrido un accidente mientras
iba en coche con su hijo2, un accidente causado por las acciones del
monstruo mutante, Onslaught, y ahora Derek... Derek se había ido,
y su padre parecía querer reunirse con él. Alan ya no
sabía qué hacer; por segunda vez su familia moría
ante sus ojos, y sólo podía mirar, como si estuviese
viendo una película. Abatido, hundió la cabeza entre sus
manos, sollozando.
Una mano femenina se posó sobre su hombro derecho. Se
limpió las lágrimas de la cara antes de alzar la mirada.
- Oh, hola, Cindy. No te había oído llegar - su voz era
casi un susurro.
- No me extraña, por tu cara se diría que llevas meses sin
dormir. ¿Por qué no te vas a casa y duermes un poco? Te
llamaré si se produce algún cambio.
Dormir... realmente lo necesitaba. Irse a casa, darse una ducha,
afeitarse... y dormir. Se encontraba terriblemente cansado. Pero...
- No, no puedo. De verdad te lo agradezco, Cindy, pero quiero estar
aquí cuando despierte - titubeó -. Si es que despierta. Se
lo debo.
- Pero... - empezó a decir ella, pero se interrumpió. Una
rápida mirada a los ojos de él la convenció de que
no se movería de allí aunque hubiese un terremoto.
Suspiró.
- Está bien - dijo -, iré a por café.
El insectoide llevaba horas trabajando en su mortífera arma;
sólo el zumbido de la pesada maquinaria rompía el silencio
reinante. Finalmente, habló con evidente regocijo:
- Al fin he concluido mi obra. Ahora enviaré mi arma hacia el
sistema de la Tierra, ¡y la humanidad morirá! ¡Ni
siquiera el genio de Reed Richards podrá salvar a su galaxia si
no ve venir la amenaza! Y no la verá hasta que sea demasiado
tarde! - rompió a reír, y sus malignas carcajadas
resonaron por toda la Zona Negativa.
CASA DE LOS POWELL, NUEVA YORK
Grace Powell se sobresaltó al oír el sonido de una llave
introduciéndose en la cerradura de la puerta principal.
Dejó la revista que estaba leyendo y se levantó del
sofá, esperando que fuese su hijo mayor quien entrase en la casa.
No pudo ocultar su decepción cuando comprobó que se
trataba de Mike, su marido.
- ¿Aún nada, Mike? - preguntó, aunque
conocía de sobra la respuesta.
- Me temo que no, cariño, yo... - fue interrumpido por sus dos
hijos menores, Jason y Jon, que bajaron corriendo las escaleras y se
abalanzaron sobre su padre.
- ¡Papá, has vuelto! ¿Cómo estás?
¿Dónde está Chris? - dijeron a la vez.
- Calma, chicos, sólo he vuelto para comprobar que estabais bien.
Enseguida saldré a la calle e intentaré encontrar a Chris
- su voz adquirió un ligero temblor -. Seguro que estará
bien. Habrá visto a gente en apuros y estará haciendo lo
que pueda para ayudar. Ya sabéis cómo es vuestro hermano.
- Papá - dijo Jon -, no estará muerto, ¿verdad?
- ¡Cállate, Jon! - gritó Jason -, Chris no puede
estar muerto ¡no puede!
- ¡Cállate tú, imbécil! ¡Claro que
puede morirse, como todo el mundo! ¿Verdad, papá?
Mike Powell no contestó. Una mirada a su mujer le indicó
que temía lo mismo que él... lo mismo que Jon acababa de
sugerir... que su hijo podía estar muerto o herido y él no
tenía idea de donde encontrarle. Pálido, ignorando la
discusión de sus dos hijos, besó rápidamente a su
mujer y se marchó, dispuesto a encontrar a su hijo a toda costa.
La risa de Annihilus fue interrumpida por un rayo de fuerza
oscura que le golpeó en la espalda, derribándolo. "Ojo
por ojo", pensó Halcón Oscuro mientras se posaba en
el suelo a pocos metros del villano junto a su peludo compañero.
Annihilus se incorporó lentamente, observando a sus dos
adversarios. La furia le dominó cuando se dio cuenta de
quién era el aliado de Halcón Oscuro.
- ¡Tú! ¡Maldito seas, Blastaar! ¿Has venido a
robarme mi momento de triunfo? ¡Y encima has traído contigo
a ese terrestre! ¿Qué es lo que pretendes, alimaña?
- Lo único que pretendo - replicó, conteniendo la risa a
duras penas -, es detenerte y asegurarme que no vuelves a matar, asesino
- y diciendo esto disparó un rayo de energía contra
Annihilus - ¡A por él, Halcón Oscuro!
Chris vaciló. Había algo en esta escena que no estaba
bien, pero no sabía qué. Annihilus era el malo, por
supuesto, pero... había algo más. Pero el dolor de sus
heridas nublaba su juicio, así que atacó, sin darse cuenta
que Blastaar se quedaba rezagado, aunque apoyándole.
LABORATORIOS DE INVESTIGACIÓN ROBÓTICA NEWTON,
NUEVA YORK
Ernie Taylor inició su ronda de las 01:00. Cuando
empezó a trabajar como guardia de seguridad, nunca imaginó
que fuese a conseguir un trabajo tan fácil: el edificio que tenía
que vigilar estaba protegido con los mejores sistemas de seguridad del
mundo: nadie podía entrar en esa fortaleza, y si alguien lo consiguiera
tendría que enfrentarse a él, un ex-boina verde. Cierto
que la buena vida le había ablandado un poco (le había
ablandado unos 30 kilos, en realidad), pero aún era capaz
de tumbar a cinco hombres... con las manos desnudas. No tenía
ni idea de a qué se dedicaban en ese sitio (lo poco que había
visto parecía sacado de una película de Star Trek),
pero considerando que le pagaban 1500 dólares al mes por dormir
un par (bueno, algo más) de siestas durante el trabajo,
ver la televisión portátil que se había comprado
para no aburrirse y pasear por el edificio como si realmente hiciese
algo, no le importaba un pimiento.
El tremendo ruido que oyó, procedente del almacén
del laboratorio, un edificio adyacente, le hizo bajar corriendo las
escaleras, pistola en mano, como en sus tiempos mozos (bueno, le
costó algo más que en sus tiempos mozos), al mismo
tiempo que se preguntaba por qué no había sonado la alarma,
y tras comprobar el monitor portátil que llevaba, por qué
se habían estropeado las cámaras del almacén. Decidiendo
que le daba igual, y que nadie se iba a meter con un ex-boina verde,
entró a toda prisa en el almacén, dispuesto a freír
al cerdo que se había atrevido a intentar robar cuando él
estaba de guardia.
Hasta que no entró en el almacén no se dio cuenta que las
puertas blindadas habían sido arrancadas de cuajo; una mirada
más atenta al almacén le reveló que el asaltante ya
se había ido, llevándose algo que a juzgar por las marcas
en la pared donde había estado debía ser muy grande.
Volviéndose a la entrada, creyó distinguir a un hombre muy
corpulento que sostenía una enorme caja sobre su cabeza
aproximadamente del tamaño que él había calculado
tendría la caja extraviada. No fue eso lo que llevó a
Ernie a dimitir y mudarse a Florida sin hablar a nadie de esta historia.
Ni siquiera el hecho de que estaba seguro de haberle disparado y
alcanzado unas cinco veces, y que el tipo no se inmutara. Tampoco el
que, a pesar de la oscuridad, hubiese visto claramente que la piel del
¿hombre? Era naranja.
Fueron las marcas de descomunales dedos marcadas para siempre sobre las
puertas de titanio.
El combate duró varias horas. A pesar de la superioridad
numérica de Halcón Oscuro y Blastaar, las heridas del
primero y la Vara Cósmica de Annihilus decantaban el combate por
este último. Finalmente, Chris hizo un movimiento desesperado,
ignorando el dolor producido por una de las descargas de Annihilus,
asió la Vara Cósmica con sus manos y la arrancó del
pecho del último, arrojándola lejos.
- ¡¡¡Nooooo!!! ¿Qué has hecho, maldito?
¡Me has condenado a muerte! ¡Debo recuperar el cetro si
quiero subsistir! - frenético, empezó a golpear con sus
manos desnudas a Halcón Oscuro, quien le rechazó con un
rayo de fuerza oscura, arrancándole el casco y revelando el
horrible rostro que se escondía debajo - Mira bien mi rostro,
alien, es el rostro de la muerte; alejado del cetro, mi cuerpo empieza a
descomponerse, mi fuerza vital se extingue. Pero juro que si no puedo
recuperar mi cetro, ¡Te llevaré conmigo al olvido! - y con
un salto descomunal se abalanzó sobre Halcón Oscuro,
aferrando el amuleto de su pecho con sus manos, bloqueando el poder del
mismo e intentando arrancarlo de su cuerpo.
"Otra vez no" No era la primera vez que alguien intentaba
obtener su amuleto, incluso Lápida lo logró una vez3,
y Chris recordaba muy bien los sufrimientos que padeció mientras
estuvo separado de él, incluso estuvo a punto de morir, y no
le apetecía nada repetir la experiencia. Probó un movimiento
desesperado: se quitó el casco.
Y entonces Annihilus se detuvo; por una fracción de segundo se
vio a sí mismo: un ser enfundado en una armadura, con un rostro
surgido de la mayor de las pesadillas, dependiendo de un objeto de
enorme poder situado en su pecho para sobrevivir. Una fracción de
segundo, si, pero suficiente para que Halcón Oscuro apartase las
manos del monstruo de su pecho y le golpease con un rayo a plena
potencia, dejándole inconsciente. Se incorporó con gran
esfuerzo y volvió a ponerse su casco.
- Parece que lo hemos conseguido, Blast... ¡Ungh! - la
ráfaga de energía cósmica le golpeó con
tanta fuerza que arrancó trozos de su armadura, haciéndole
caer. Se puso de rodillas y se volvió para ver a Blastaar
sujetando el Cetro Cósmico en su mano derecha.
- ¿Sabes? Tengo que darte las gracias. Ahora dispongo
de esta bomba, que supongo podría mandar a tu planeta, al que
no profeso demasiado afecto, la verdad. Pero lo más importante
es que también tengo... esto - alzó el Cetro -, con el
que soy invencible. En el momento que te vi cruzar el portal y enfrentarte
a este patético imbécil - dio una patada al inconsciente
Annihilus -, supe que eras uno de esos patéticos "héroes"
que en tu mundo parecen abundar tanto, y aposté conmigo mismo
a que si te convencía de que te había salvado la vida
y te contaba mi odio hacia él, me tomarías por un amigo.
En fin, parece que he ganado la apuesta. Ya sólo me queda rematarte
con rapidez para que veas hasta donde llega mi agradecimiento.
- Me conformaba con un fin de semana en Disneylandia - replicó
Chris, con voz apenas audible.
- Si esa "Disneylandia" es el mundo al que aspiras ir
tras la muerte, me complacerá enviarte allí ahora mismo
- replicó, al tiempo que el Cetro empezaba a brillar con mayor
intensidad.
Absorto como estaba en eliminar a Halcón Oscuro, Blastaar no se
dio cuenta de la figura que salía de la grieta dimensional y
arrojaba algo en su dirección, hasta que una materia gelatinosa
se estrelló contra su cuerpo, haciéndole soltar
involuntariamente el Cetro. La gelatina se endureció
instantáneamente, inmovilizándole. Chris alzó la
vista para ver a una figura que pilotaba una especie de motocicleta
voladora, embutida en una armadura similar a la suya, sólo que
parecía que ésta estuviese hecha con las sobras de la suya
y de otras. En el pecho, donde debería estar el amuleto,
sólo había un agujero de forma romboide; la luz arrancaba
destellos esmeralda de la armadura y del casco. Al fijarse bien,
Halcón Oscuro se dio cuenta que la armadura que llevaba ahora
Charles Little Sky, Portal, era casi idéntica a la suya.
- Llegas tarde - le recriminó -, ¿no podías haberte
ido de compras en otro momento? Un poco más y no lo cuento.
- Ey, calma, colega. Tuve que dar unos 10 saltos dimensionales
para encontrar tu nave y averiguar qué te había pasado,
y casi mato a Ned del susto cuando entré en la nave4.
Al enterarme dónde habías ido, pensé que necesitaría
armamento pesado - la mirada de Chris se desvió hacia una enorme
arma que reposaba en la parte de atrás de la "motocicleta"
-, así que tuve que dar unos cuantos saltos más. Cuando
volví, Ned me ofreció unas cuantas piezas sobrantes de
uno de los prototipos de tu armadura, y decidí que lo mejor era
venir de gala. Me siento como un niño con zapatos nuevos. A propósito,
a ti te han dejado hecho un cromo. ¿De qué va todo esto?
- Bueno, verás...
Chris contó rápidamente los acontecimientos a Portal.
Ninguno de los dos vio como Blastaar rompía lentamente su
prisión y Annihilus, ya consciente, aferraba con
desesperación su Cetro Cósmico.
- ¿Quieres decir que esos son Annihilus y Blastaar? Whow. Esos
son pesos pesados, tío. Lo mejor será que destruyamos la
máquina y nos vayamos. Si Annihilus ha tardado tanto en
calibrarla, seguramente no sea capaz de construir otra.
- Me parece una buena idea - respondió Halcón Oscuro.
- ¡Pero no llegaréis a realizarla! - dijeron los dos
villanos al unísono mientras se lanzaban al ataque.
- Realmente, debería haberme ido de compras - suspiró
Portal.
1.- En Los Vengadores #43.
2.- En el último número.
3.- En la saga "Corazón de Halcón"
5.- Sí, él era la causa de la alarma
PROXIMO NÚMERO: Halcón Oscuro y Portal luchan por
sus vidas y su mundo. Y además: ¡La muerte de Halcón
Oscuro!
EL NIDO DEL HALCÓN
Bueno, muchachos, he vuelto tras una larga ausencia. Para enviar
vuestros comentarios, opiniones, críticas, cumplidos (porque
habrá alguno, ¿No?), escribid a alexmola@hotmail.com