Cementerio de Queens, New York.

Al volver a la ciudad, sus pasos prácticamente le trajeron solos a este lugar, a esta tumba. Lleva de pié casi tres horas contemplando el nombre inscrito en ella y valorando lo que significa para él. Es sólo un nombre, pero representa quizá lo mejor que lleva dentro, lo único a lo que realmente debería haber sido fiel. La lluvia cae fuertemente sobre él y, este medio hombre, esta anomalía genética, el hombre llamado KAINE, se pregunta como puede calarle la lluvia hasta los huesos y, aún así, no lograr limpiar su alma.

La tumba es la de Ben Parker. ¿Su tío? No, el tío de Peter. El hombre cuya muerte creó un héroe. Un rol a cuya altura nunca ha estado. Cuando el Chacal le despreció a causa de la degeneración en sus células que le diferenciaba de Peter Parker¹, al que, como clon, debía sustituir, inició una secuencia de dolor que lo marcaría para siempre. Su rumbo se perdió al ser creado un segundo clon, que se enfrentó a Spiderman y fue derrotado². Aunque Kaine no lo supo hasta mucho más tarde. Creyó que el verdadero Parker había sido derrotado y obligado a vagar por el mundo creyendo que era un clon, y creando la identidad de Ben Reilly. Sumido en un odio irracional, la vida de Kaine se basó en la destrucción de Ben, al que creía responsable de su desgracia ya que pensaba que era el original, y la protección de Peter Parker, al que creía un clon, y la vida que había conseguido crear para sí mismo. Nunca se permitió ser feliz ni buscar su propia vida, excepto cuando conoció a Louise Kennedy, lo que acabó desperdiciando también a causa de su odio por Ben³. Más recientemente, parecía haber hecho las paces con él⁴ y haber ahondado en la nobleza que debería llevar en su interior, pero eso no bastó para centrarle ni para darle un rumbo claro.

Su cabeza tiembla. El dolor se extiende por todo su cuerpo y lo clava de rodillas en el suelo húmedo. Kaine está teniendo una premonición. La misma que lleva semanas sufriendo. El dolor cede poco a poco y Kaine se levanta del suelo. La lluvia cae cada vez más fuerte y él agradece el dolor físico de las gotas en su cuerpo, dolor que lo acaba de sacar de su visión y lo devuelve a su meta en esta noche.

Kaine se quita su traje. Se desprende de las cicatrices que grabó en él como parte de su nueva vida, pensando que así quizá logre librarse de las cicatrices que dejó se grabaran en su alma. Deposita el traje sobre la tumba de Ben Parker. No sabe si es una ofrenda o más bien un reconocimiento a su recuerdo. En cualquier caso, Kaine se viste con la ropa raída que guardaba en su mochila, intentando tapar su rostro marchito, como si alguien fuera a reconocer en él a Peter Parker. Se yergue una vez más sobre la tumba y, entonces, se da cuenta: no está solo.

No sé que haces aquí y no me importa. – la voz es a su espalda y, el hombre llamado Kaine, se vuelve hacia ella – Sólo apártate y vete antes de que me ponga desagradable.

Kaine sonríe y piensa lo irónica que resulta la situación: él, como una polilla, volvió a esta ciudad en busca de una luz y, ahora, esa luz ha venido a buscarle. Frente a él, recortado por la luz de la luna, envuelto en la lluvia, se encuentra el hombre que él siempre debió ser. Frente a él, se alza el Asombroso Spider-Man.

Hola, Peter – logra articular Kaine -, en realidad, he venido a buscarte.

Spider-Man se mueve tan rápido que, a duras penas, Kaine logra esquivar el golpe lanzado por su puño. La inercia de su movimiento lleva al héroe enmascarado a encaramarse a un árbol justo tras la tumba de su tío.

Pues ahórratelo. Ya estoy aquí, así que acabemos con esto rápidamente.

Creo que no lo entiendes, yo...

Kaine no consigue acabar la frase. Spider-Man se impulsa en el árbol y se lanza de nuevo hacia él.

No, eres tú quién no lo entiende. No dejaré que vuelvas a meterte en mi vida, Kaine.

Los fuertes brazos del clon agarran a la araña por las muñecas y lo apartan hacia otro lado. Spiderman no para. Aprovecha el rebote y vuelve contra Kaine. Esta vez, sus golpes logran llegar a destino. Primero uno. Luego otro más. Kaine espera un tercero y lo para con una de sus manos.

Ya basta – retuerce la mano de Spiderman y le asesta un puñetazo en el estómago -. Siento todo esto, pero no estás cooperando demasiado y necesito que oigas lo que quiero decirte – suelta a la araña y se aparta con cuidado -, hermano.

La última palabra de Kaine desconcierta a Spiderman. Se levanta del suelo aún dolorido y se acerca a su clon de nuevo, esta vez despacio y sin agresividad aparente. Entonces se fija en el traje de Kaine sobre la tumba de su tío Ben, y parece comprender lo que su clon ha venido a decirle.

¿Qué quieres, Kaine? – la voz del arácnido aún suena cortante.

Desde hace ya varias semanas – Kaine apenas puede contener un temblor en la voz al mencionarlo -, estoy teniendo la misma premonición de forma recurrente. Un vacío se alza ante mí. Siento que yo estoy allí, pero no consigo notar nada salvo ese vacío. Creo que he averiguado lo que significa.

Los hombros de Spiderman terminan de relajarse. Su pose ya no es agresiva en absoluto, sino cercana y tranquila. Ha adivinado lo que su clon imperfecto quiere decirle y no puede evitar apenarse, aunque no sabe bien por qué. Kaine prosigue:

Creo que es la muerte que, por fin, viene a por mí. Creo que la degeneración ha alcanzado su punto terminal.

¿Cuánto tiempo crees que te queda?

No lo sé – Kaine se lleva una mano al rostro y toca sus cicatrices -. Quizá días, quizá semanas, puede que incluso meses. La visión me asalta cada vez más seguida, lo que creo significa que el fin está cerca.

Kaine, yo...- Spiderman no sabe como acabar esa frase. Sabe que, la diga como la diga, sonará mal, así que decide omitirla y trata de sonar seguro - ¿Por qué has vuelto? ¿Qué buscas en New York?

Kaine se gira y mira de nuevo la tumba de Ben Parker y el traje que reposa sobre ella. En realidad, no tiene nada planeado pero, al estar en ese lugar y en presencia del hombre que siempre quiso ser, tiene cada ves más claro lo que desea intentar.

- Yo... he estado perdido durante demasiado tiempo. He seguido el camino equivocado y no aquel por el que debía caminar. Yo tendría que haber sido tú, y me convertí en una sombra, un reflejo oscuro y amargado de mi verdadera naturaleza – Kaine se gira una vez más y mira de frente a Spiderman -. Quiero compensarlo. Se que no será posible, que todo el daño y el dolor que he traído a este mundo es demasiado como para arreglarlo, pero quiero intentarlo. Quiero saber que hay debajo de estas marcas. Quiero encontrar al hombre que sé que, en el fondo, soy.

Spiderman retira su máscara. El rostro de Peter Parker queda, pues, expuesto a la lluvia, pero siente que, lo que va a decir, deben decirlo sus labios y no su sus redes. Se acerca a Kaine lentamente, la máscara colgando de su mano derecha y, con ternura, deposita su mano izquierda en el hombre del clon.

Escucha, tu y yo no hemos tenido la mejor de las relaciones pero, según lo que Ben me contó, entiendo que lo que hiciste fue guiado por una intención buena. Has perdido mucho tiempo y perjudicado a muchas personas, a algunas de las cuáles no podrás compensar nunca – su mente vaga al recuerdo de Ben Reilly, el fallecido clon de Peter que murió llevando el manto de Spiderman⁵ -, pero con tu esfuerzo podrás al menos hacer que valga la pena. Puede que esté cometiendo el peor error de mi vida pero... creo que debo apoyarte. Creo que esa es mi labor en tu causa.

Peter – Kaine aprieta con su mano la que Spiderman ha apoyado sobre él -, significa mucho para mí. Espero lograr que, al menos, no te arrepientas de tu decisión.

Peter vuelve a ponerse su máscara y, de un salto, sube a la copa del árbol más cercano. Su mano izquierda se alza y lanza una delgada red al exterior del cementerio, pero no se marcha. Con la red aún agarrada, se gira hacia Kaine de nuevo:

Una cosa más, Kaine.

El clon se vuelve hacia él en respuesta.

Si te sales del camino, si decides de nuevo la senda fácil, estaré ahí para mostrarte cuán equivocado estás.

Y se marcha. Kaine queda sólo en la lluvia y, mientras le ve marchar, sus labios susurran una frase:

No esperaría menos, mi hermano.

Cerca del cementerio, una aparentemente antigua camioneta de reparto, esconde un centro de vigilancia de alta tecnología. En su interior, dos hombres en penumbra, alumbrados sólo por el rojo brillar de las pantallas de ordenador, deciden cuál será su siguiente movimiento.

La araña se ha ido y el sitio está desierto. Deberíamos entrar

Aún no. Según la base de datos, Spiderman posee una especie de sistema cuasi-premonitorio que le avisa del peligro. Si entramos ahora, nos arriesgamos a que acuda y tendríamos que suspender la misión.

Muy bien, muy bien. Es una pena porque no hay civiles en el área. Avisaré al equipo Alfa para que guarden posiciones.

El equipo Alfa es avisado. Desde los monitores del furgón, los dos hombres ven como Kaine abandona el cementerio cabizbajo.

Una cafetería en el barrio neoyorquino de Queens.

El café había pasado demasiado tiempo cociéndose, y eso se notaba. Los huevos revueltos y el bacon parecían hechos desde hacía horas. El pan estaba duro. Kaine pensó que tal vez se tratara de una señal, ahora que había decidido rehacer su vida. “Una cena horrible para una vida horrible”, pensó, temiendo que, además, no sólo la bondad de Parker estuviera saliendo a la superficie, sino también su insufrible sentido del humor. Además, la gente del café le miraba raro. No era de extrañar teniendo en cuenta el aspecto ajado que llevaba, lo que hizo que tuviera que pagar la cena por adelantado para que le dejaran pedirla. Ahora que ya la había acabado, decidió marcharse y buscar un lugar dónde dormir.

Salió del café sumido en sus pensamientos, las miradas de los contertulios aún fijas en él. Decidió que un parque y un banco tranquilos le serían perfectos para esa noche. Hacía tanto tiempo que dormía en la calle que, el tacto de una cama y unas sábanas eran lujos que ya no recordaba. La calle estaba desierta, lo que vino muy bien al grupo Alfa, que en ese momento recibía la orden de actuar.

Seis hombres en seis mochilas aero-deslizadoras y fuertemente armados con armas de última generación le dieron el alto sin apenas identificarse. Kaine se paró en seco primero y dejó caer su mochila al suelo lentamente para que no sintieran una amenaza en su gesto. Después empezó a moverse.

Primero, saltó hacia el que tenía más a mano, sujetando la mano que portaba el rifle de asalto y forzando la inercia de la mochila hasta el siguiente jugador. Saltó justo cuando ambos chocaban. El líder del grupo ordenó entonces abrir fuego.

Kaine cayó al suelo y rodó ágilmente para salir de la línea de tiro, pero una de los proyectiles le acertó en una pierna. Herido, decidió recuperar su mochila y ganar tiempo saliendo de allí. Un autobús pasaba en aquel preciso instante por allí, y Kaine se subió a su techo de un salto. Los seis agentes le siguieron volando.

Ya en el techo del autobús, el clon comprobó que el proyectil que le había acertado no era una bala, sino un dardo. Y, por la sensación de sueño forzado que pugnaba por adueñarse de su cuerpo, decidió que era un dardo tranquilizante. Quién fuera que les mandara, le quería vivo. Habría que recuperar al menos a uno de ellos para resolver el misterio. Eso, al menos, ya tenía pinta de ser un plan.

Dejó que sus asaltantes se acercaran a él y, acto seguido, saltó sobre uno de ellos y agarró la mano que tenía en el gatillo para hacerle disparar a los demás. Se produjo una ligera desbandada mientras el resto trataba de recuperar posiciones, lo que Kaine aprovechó para impulsarse en la espalda del que había cogido y saltar hacia atrás, al callejón por el que estaban pasando en ese momento. Rebotó en las paredes y cayó al suelo al tiempo que dos de los asaltantes le alcanzaban. Kaine esquivó los disparos del primero y, usando su capacidad de adherirse a las paredes, arrancó parte de la fachada del edificio a su izquierda y lo usó como bate contra el segundo.

¡Que alguien recoja a Sommers! – gritó el que parecía el jefe del escuadrón - ¡Parece que tiene mala pinta!

¡Tenemos que reducirle ya!

En el callejón, Kaine se deshacía de la mochila de otro de los asaltantes, estrujándola con las manos al tiempo que se la arrancaba de la espalda mientras le sujetaba por el cuello. Con fuerza, le hincó de rodillas en el suelo sin soltarle e hizo ademán de retorcerle más el cuello para que el resto lo vieran.

Si seguís con esta locura, perderéis a uno de los vuestros – dijo, con voz impasible.

El grupo empezó a reagruparse y a bajar a tierra. Durante un instante, no pasó nada. Kaine se impacientaba y volvió a retorcer el cuello del cautivo.

Estoy esperando.

De pronto, de entre los asaltante salió una mujer vestida con traje y, pese a ser de noche, gafas de sol. Era morena y con muy buen tipo, con el pelo muy corto, tipo militar. Se acercó a Kaine y le mostró una placa.

Hola, Kaine. Soy el agente Sherman, de SHIELD. Creo que ha habido un error.

¿Cuál? ¿Atacarme o no haberme reducido? – la voz de Kaine ni siquiera sonaba desafiante.

Me temo que ha sido usted quién nos ha atacado, nosotros sólo le traíamos una propuesta y hemos reaccionado a su acción.

Kaine dudó un instante. Efectivamente eso no se lo esperaba y, lo cierto es que tenía razón. Se había precipitado pero llevaba tanto tiempo huyendo que su instinto le pudo. Tardo un momento y luego soltó al agente que tenía cogido por el cuello. Ahora pudo apreciar el escudo de SHIELD en su hombro. Después, miró al agente Sherman y dijo:

Muy bien, le escucho

1.- SPIDERMAN, vol. 1, nº 61 (USA) – Spiderman, vol. 2, nº 16 (FORUM)

2.- Amazing SPIDERMAN, vol. 1, nº 149 (USA) – John Romita Spiderman nº 60 (FORUM)

3.- SPIDERMAN: Lost Years (USA) – Spiderman: Los años perdidos (FORUM)

4.- SPIDERMAN: Resurrection (USA) – Spiderman: Resurrección (FORUM)

5.- SPIDERMAN, vol. 1, nº 75 (USA) – Nuevo Spiderman nº 12 (FORUM)

LA MARCA DE KAINE

Bueno, de momento no hay comentarios, pero ya me iréis diciendo que os parece la serie mandándome vuestros comentarios a la dirección de correo.