De momento, la cita iba bien, o eso le parecía a Kaine, tan poco acostumbrado como estaba a ese tipo de eventos. Y la verdad es que, sólo una horas antes no lo parecía.

Primero, Laurie Sherman había llegado más tarde de su misión, por lo que hubo que retrasar la cena una vez; luego, Kaine fue movilizado junto con el resto de las fuerzas sobre-humanas de S.H.I.E.L.D. para detener a los impostores denominados Cruzados¹, por lo que hubo que retrasar la cena, otra vez.

Ahora, sentados en la terraza del restaurante Chef DiMarco, todo un clásico de la avenida Pensylvania de Washington DC, ambos estaban lo suficientemente relajados como para que la cosa funcionase. Aunque, sacar temas de conversación ajenos al trabajo iba a estar complicado. Un pequeño comentario de la agente Sherman había dado paso a un pequeño discurso científico del Peter Parker que Kaine llevaba dentro:

- ... así que la mutación no consiste en que el individuo tenga más de 23 pares de cromosomas - decía el clon, sumido en un bucle del que, se daba cuenta, no iba a poder salir fácilmente -, porque eso le convertiría en ... otra cosa... algo no humano, sino en que en una de las parejas haya modificaciones que le hagan diferir del resto, tal como ocurre con el síndrome de Edwards y el cromosoma 18 o ...

Laurie cogió la carta de vinos y golpeó a Kaine con ella en la cabeza. El primer instinto de él, le hizo cargar los puños. Una de las viejas costumbres que sabía debía dejar atrás de una vez. Conscientemente, relajó el gesto y, abriendo las manos, empezó a fingir que estiraba su servilleta mientras preguntaba a su asaltante:

- ¿Me has pegado?

- Sí - dijo Sherman -, podríamos decirlo así.

- Vale. Me has pegado. Con la carta de vinos.

-Sí, con la carta de vinos. Verás, es que he pensado que hoy me he puesto un vestido. Como puedes ver, si es que no te has fijado ya, no sólo es ceñido sino bastante escotado. Ah, y negro, que siempre realza bastante más mis caderas. Así que, en lugar de seguir con ese apasionado - e instructivo, no creas - discurso sobre genética, me gustaría que me dijeras lo guapa que estoy y lo bien que me sienta el vestido.

Kaine tragó saliva. Sus relaciones hasta la fecha no habían sido así. Siempre hubo pasión malsana y sexo del raro de por medio. En realidad, no sabía como tratar a una dama y, la verdad, los tíos que le habían aconsejado no tenían mucha idea más que él.

ANTES

Suenan dos teléfonos a la vez, cortesía del sector de comunicaciones de S.H.I.E.L.D.

Peter: ¿Diga?

Ben: ¿Diga?

Kaine: Tengo una emergencia y necesito ayuda ya.

Ben: ¿Kaine? ¿Qué pasa?

Peter: Si es de vida o muerte, antes necesito que MJ me dé permiso.

Ben: ¿Peter? Ah, estamos en conferencia.

Kaine: Tengo una cita esta noche y...

Peter: Tienes una cita.

Kaine: Sí, y necesito ...

Peter: ¿Con quién?

Kaine: Alguien del trabajo. No la conocéis. Se llama Laurie y es muy ... Bueno, que no he tenido una cita en siglos y no sé como comportarme en estas cosas.

Ben: ¿Y nos llamas a nosotros?

Kaine: Bueno, Ben, a ti te he visto ligar alguna vez y Peter ... bueno, Peter está casado con un bombón.

Peter: Eso sí que es verdad. Pero tú lo has dicho: estoy casado. Yo ya ni me acuerdo de lo que es tener una cita y, la verdad, lo agradezco. El tímido empollón que vive en mí lo pasaba fatal. Todo esa ansiedad y sudoración desbordada ...

Ben: Sí, y yo la verdad es que ... bueno, normalmente coqueteo con las chicas, ya sabes, pero a la hora de entrarlas e invitarlas, bueno, necesito un luminoso como los de Times Square como señal de que es el momento.

Kaine: O sea, que os llamo para nada.

Peter: Pues ... sí. De todos modos sé natural.

Ben: Sí, se tu mismo. Si, en el fondo, somos un tío guay.

Kaine: Vale, vale. Oye, tengo que colgar. Nos vemos. -CLICK-

Ben: ¿Peter?

Peter: ¿Sí, Ben?

Ben: ¿Le pides permiso a MJ?

Peter: -CLICK-

AHORA

El desorientado clon levantó la cabeza para mirar de nuevo a su acompañante y, con voz temblorosa, dijo:

- Ese vestido ... te queda muy ... o sea, que estás... realmente ...

Laurie le cogió de la mano dulcemente y concluyó:

- Muchas gracias. Me lo he puesto por tí.

Kaine se permitió entonces una sonrisa, dándose cuenta de lo bueno que era sonreír por fin con un rostro parecido al suyo. Se relajó en el acto, dispuesto a continuar la velada ya sumido en una conversación más distendida y, tal vez, profunda.

Entonces, un furgón blindado que pasaba en ese momento por allí, fue embestido por una mole gris. Salió disparado en dirección a la terraza del restaurante y, una sensación punzante en la nuca del clon, le hizo levantarse y gritar:

- ¡Todo el mundo fuera!

Al instante, la gente allí cenando salió a la carrera, despavoridos ante la idea de ser aplastados por el gigante de metal. Kaine cogió a Sherman por la cintura y saltó hacia un lado, a tiempo de esquivar el furgón que, con estrépito chocó contra la fachada del restaurante, rompiendo piedra y cristal a su paso.

- ¿Estás bien? - consiguió articular la agente de S.H.I.E.L.D..

- Sí - dijo Kaine -, estoy bien. Desorientado, nada más. Hacía años que no lo sentía.

- ¿El qué?

- El sentido arácnido.

Mientras Sherman se incorporaba, aún tratando de entender las palabras del clon, una enorme figura vestida en un acorazado traje rugoso de color gris, llegaba a la altura del furgón y empezaba a arrancar las puertas traseras del mismo.

- ¡Vale, zopencos! - gritó el titán -. ¡Hora de hacer caja!

- ¡Vaya mierda! - exclamó Kaine -. ¡Es el %$@# Rino!

Laurie Sherman se subió la falda y desenfundó un revolver tecnológico, último modelo de S.H.I.E.L.D. Apuntó al Rino con él y, sin comentario previo, descargó una ráfaga en la cabeza del gigante. Como quién se aparta una mosca de la cara, el villano se volvió y encaró a su atacante.

- ¡Chica, no tienes ni idea de a quién estás cabreando!

Y cargó contra ella y contra Kaine, que estaba aún a su lado. Sherman se apartó de un salto, pero el clon se mantuvo en pie y, cuando Rino llegó a su altura, le propinó un buen puñetazo en la cara, que lo desvió de su marcha y lo lanzó al suelo.

- ¡Ni tú tampoco, capullo! - dijo Kaine, dándose cuenta que, en circunstancias normales, ese golpe ni le habría hecho cosquillas en los nudillos. El fuerte dolor que sentía, junto a la aparición de su sentido arácnido, le iba dando pistas de lo que ocurría en su cuerpo.

El Rino volvió a levantarse, llevándose una mano a la mandíbula.

- Sólo hay una persona que pueda zurrarme así, pipiolo, y creí que estabas en New York. Precisamente por eso me fui de allí.

- Pues hiciste el viaje en balde, Rino - dijo Kaine, intentando obviar el dolor -, así que vete por dónde viniste o lo pagarás aún más caro.

- ¿Sin chanzas ni nada? - Rino se levantó y cargó contra Kaine -. ¡Vaya, que duro te has vuelto!

El clon saltó por encima de su atacante, que se empotró en la pared tras él, clavando su cuerno en ella. Sin darle tiempo a reaccionar, cogió un coche aparcado y se lo estampó en la cabeza, arrancando cascotes conforme su rival se desincrustaba de la pared y quedaba bajo el vehículo.

En apenas segundos, Rino ya empezaba a levantarse.

- ¡Se acabó, niñato! - gritó el enfurecido animal -. ¡Has gastado tu último chiste!

-¡No lo creo, gigantón! - exclamó la agente Sherman, apuntando con su arma al villano caído.

Disparó de nuevo su arma, esta vez al depósito del coche, que estalló con gran estruendo. Esta vez, Rino no se levantó.

El hombre llamado Kaine despertó a la mañana siguiente extrañado en su cama. La mujer que tenía al lado, guapa, morena, cuerpo de atleta, espalda de nadadora, le resultaba una extraña. De hecho, la habitación en la que estaban también.

Se levantó y fue al baño. Reconoció el reflejo en el espejo, pero no el corte de pelo. La cara de Peter Parker se reflejaba claramente en el espejo. Un Peter más duro y con las facciones algo más marcadas, pero sin cicatriz alguna en la cara. El proyector holográfico estaba apagado, aunque el extraño en el espejo no pareciera saber nada al respecto.

Un flash vino a su mente: una caída desde el edificio del Daily Bugle en New York, y luego nada. No debería estar vivo, pero no tiene tiempo de pensar más. La puerta de la casa de Miles Kaine, agente de S.H.I.E.L.D. en Washington D.C. cae al suelo de una patada. Media docena de agentes le apuntan con sus armas mientras Laurie Sherman despierta ante el estruendo y, medio desnuda, trata de hacerse cargo de la situación.

- ¿Qué ocurre? ¿Por qué S.H.I.E.L.D. quiere arrestarle? - pregunta.

- Por el asesinato de Dwight Fallon - dice la agente Phelps, abriéndose camino entre los hombres que rodean el baño de Kaine -. Ahora, agente Sherman, vístase y vaya al trabajo. Hoy no es domingo.

- ¡Ah, pero sí que es fiesta! - exclama el clon, con tono socarrón y voz tomada mientras, estirando sus brazos imposiblemente, lanza a dos de los agentes por la ventana -. ¡Mamá sólo me dejaría jugar con mis soldaditos si fuera fiesta!

Lo que ocurre a continuación es una masacre. El hombre llamado Kaine convierte su cuerpo en agua y ahoga a dos agentes más. Otro de ellos es estrangulado por el cuerpo del clon, que se enrolla alrededor de su cuello. El último es empalado por una lámpara, blandida brutalmente.

Finalmente, Kaine coge por el cuello a Phelps y a Sherman y las levanta en vilo mientras su cuerpo se va tornando color rojo y azul y doblando su tamaño hasta que, finalmente, queda transformado en algo que, definitivamente, no es Kaine.

- Bueno, bueno, señoras - dice Spidercida, socarronamente -, ¿qué les parece si jugamos a los médicos?

PROXIMO NUMERO: ¿Sorprendidos? Bueno, en el próximo número tocan respuestas de las buenas y más sorpresas de las gordas.

1.- Ver Cruzados #03, una batalla campal de las que hace siglos que no disfrutas..

LA MARCA DE KAINE

Me despido de momento hasta el próximo número.

Nos leemos.