John Jameson, coronel de las fuerzas aéreas americanas y, actualmente, agente de Shield de nivel 7 apartado temporalmente del servicio, despierta de un sueño febril. La realidad ante él, no obstante, parece más una pesadilla que el mundo real.

Se encuentra en lo que sólo puede describir como un zulo. Sin ventanas ni puertas visibles, la única luz proviene de unas velas que desprenden un aroma vomitivo. Cinco diáconos de la Orden de la Sangre le rodean, cantando en un lenguaje que no entiende viejos ritos a un dios profano. Jameson intenta moverse, pero su cuerpo está cargado de cadenas.

Los diáconos se hacen cada uno un corte en la muñeca y vierten la espesa sangre en un cáliz mugriento. El coronel quiere gritar, pero su voz no logra salir de su cuerpo. Uno de los diáconos vierte el cáliz en su cabeza y Jameson nota un ardor en su piel como nunca antes había sentido.

Los cánticos se aceleran entonces.

La mano de uno de los diáconos atraviesa la frente de la víctima encadenada, que grita sin emitir sonido alguno. Cuando saca la mano de la cabeza de Jameson, el dedo corazón está sesgado a la mitad y con la herida cerrada y curada, como si nunca hubiera existido dicho dedo.

Entonces, el que antes fue John Jameson aúlla con fuerza y todo a su alrededor se vuelve negro.

Helitransporte de Shield. Unas horas después.

Nick Furia se encuentra en su recién recuperado despacho con la agente Adrianna Phelps y su viejo amigo Dum-Dum Dugan. Se supone que la reunión es para hacer recuento de lo sucedido hasta ahora tras el enfrentamiento con David Knight y sus matones mutantes¹.

El agente Robert Carter interrumpe entonces la conversación entrando en el despacho con el informe de avances en la "limpieza" del cuartel.

- Adelante, Carter - dice Furia acomodándose en la silla.

- Sí, señor. Hemos acabado de hacer recuento y ... bueno, tenemos un dato preocupante. Aparte de la ausencia del agente Kaine ...

- ¿Kaine no está? - interviene Phelps -. Se supone que la situación de Kaine aún no se ha clarificado lo suficiente. Debería estar retenido aquí.

- Yo he autorizado su marcha, Phelps - contesta Furia -. Tenía que ocuparse de un asunto en New York y he creído correcto que lo hiciera.

- Kaine es un peligro, Furia. Deberíamos procesarle y encerrarle lo más profundamente que podamos. Ya vimos lo que armó en el aeropuerto de Dulles.

- Para empezar, Adrianna - interrumpe Dugan -, sabes de sobra que Kaine nos sacó las castañas del fuego y salvó a un montón de personas allí, incluidos varios de nuestros agentes. La fidelidad y dedicación de Kaine, pese a ese suceso del que, por lo que sabemos, no fue responsable, está más allá de toda duda.

- Pero ... - empieza a decir la agente Phelps.

- Ni es momento ni lugar para decidir eso - concluye Furia -. Puede que ese hombre haya sido una mala pieza, pero su labor para esta organización, incluyendo su ayuda para derrotar a Garra Amarilla², ha sido inconmensurable hasta ahora. Me pidió permiso para acudir a New York para contactar con la doctora Kafk por algo relacionado con el coronel Jameson y yo se lo permití. Espero que no haya más dudas al respecto. Prosigue, Carter.

- Euhm, sí, señor. Bueno, tantos los hombre de Coppola, como el propio mafioso, Knight y el resto de los meta humanos que usaron para atacarnos están bajo custodia. Incluyo en esa lista los niños mutantes de la Resaca que nos ayudaron, dado que su expediente aún está pendiente de revisión. El problema es que no encontramos a Veneno.

- ¿Veneno? Pues un problema bien gordo - dice Dugan.

- Sí, señor. Continuamos la búsqueda pero con los poderes de camuflaje de su traje, es como buscar una aguja en un pajar.

- Bien, Carter - concluye Furia -, prosigue la búsqueda y tennos bien informados. Ahora, si podemos seguir con la reunión, estábamos perfilando el nuevo Shield y a nuestros Comandos Aulladores.

Anochece en la ciudad cuando Kaine y Sherman llegan al Instituto Ravenscroft. El doctor Fortram, segundo al cargo de la dirección, les deja en el despacho de la doctora Kafka, que se encuentra a media sesión con un paciente y acudirá en un momento.

Cuando Fortram se va, Kaine, aún enfundado en su viejo traje, se deja caer en un butacón. Sherman se acerca a él, cariñosa.

- No deberías haber venido tan rápido. Entre lo de Spidercida y el asalto al Helitransporte, estás en horas muy bajas.

- ¿Sabes, Laurie? Creo que podría acostumbrarme a tener a alguien que se preocupe de mí a mi lado, para variar.

- ¿Sí? Pues yo estaría encantada de preocuparme por tí.

Kaine se quita la máscara y la mira a los ojos, cogiéndola una mano.

- Deberíamos hablar cuando tengamos un momento. Creo que te debo el conocer al tipo con el que te estás liando. Hay cosas ...

- Kaine - dice Sherman, arrodillándose a su lado -, lo sé. Se el tipo de hombre que eras. También he visto como has evolucionado estos últimos meses y, bueno, sigo aquí no.

En ese momento entra Ashley Kafka en el despacho.

- Siento mucho haceros esperar. Y siento haber llamado pero ... bueno, no tenía a nadie más. He oído lo que ha pasado, más o menos, así que os agradezco que vinieras. ¿C-como estás, Kaine?

- Mejor que nunca, doctora. En gran medida gracias a usted. ¿Qué ha pasado?

Kafka traga saliva y se sienta tras su escritorio.

- Fue esa asesina: Tanya. Ella y sus diáconos irrumpieron aquí y se llevaron a John. No se dónde está ni que le habrán hecho, pero ... bueno, John tiene un secreto que ...

- Conozco su secreto - dice Kaine, crípticamente -. No olvide de quién soy clon.

- Ashley - interviene Sherman -, no se preocupe. Le encontraremos.

- Entretanto- concluye Kaine-, intente contactar con Spiderman como sea. Cuántas más arañas, mejor.

Times Square, New York.

Ya ha anochecido pero la gente bulle por las calles buscando descanso o marcha, según el caso.

En una azotea, un enorme hombre lobo de pelo plateado se relame ante la matanza.

Entonces, salta hacia la multitud con un aullido demoníaco. Dos transeúntes, un hombre y una mujer, pareja desde hace meses, mueren antes de darse cuenta de lo que ocurre.

La gente alrededor comienza a correr, enloquecida. El lobo salta de persona en persona, sin elegir previamente, y se cobra cuatro víctimas más con sus garras y colmillos bien afilados.

Cuando la policía llega, la masacre suma ya más de diez víctimas. El lobo, en mitad de la calle, sobre una pila de cuerpos rotos, aúlla a la luna. Si había un ser humano ahí dentro, los enloquecidos ojos de la bestia dicen que ya no vive allí.

Kaine y Sherman apenas tardan veinte minutos en llegar allí, tras escuchar una comunicación de la policía a través de la radio de ella. La policía ha hecho un cordón y vierten plomo sobre la bestia, que tira coches y mobiliario urbano a los agentes sin apercibirse de las balas.

- ¡Intenta avisar a alguien más, Sherman! ¡Shield o lo que sea!

- ¿Y tú que vas a hacer? ¡Estás herido y muy cansado! ¡Deberías ... !

- Ya se lo que debería hacer, cielo, pero comparto una maldición personal con el héroe más grande de esta ciudad. Tengo el poder y también la responsabilidad.

La besa y luego se sube la máscara. Después salta la barricada policial y corre hacia el lobo.

Esquiva el primer zarpazo gracias a su recuperada agilidad arácnida y a su sexto sentido de marca. Coge ambos brazos del lobo, que le lanza dentelladas e intenta razonar con él:

- ¡John, se acabó! ¡Esto no eres tú! ¡Hora de volver a casa, soldado!

El lobo se suelta violentamente y envía un fuerte zarpazo al clon. Esquiva las garras, pero no el brazo, y el impacto le lanza contra un escaparate.

Kaine empieza a levantarse, trabajosamente. Entonces, la afilada punta de un cuchillo se posa en su garganta y Tanya, se pone sobre él:

- Vaya, vaya, el oscuro héroe quiere salir a jugar, ¿no? Quédate quietecito, Kaine. Mis amigos, los diáconos - y señala hacia arriba, hacia una azotea, dónde los cinco monjes están rezando en coro alrededor de un portal dimensional que empieza a abrirse poco a poco -, han reservado toda la sala para una gran fiesta. ¡Y tú no estás invitado!

En otra azotea, otro personaje mira a Tanya y a Kaine con dulzura sicótica en los ojos:

- Vaya, vaya, parece que la maciza calva y yo vamos a poder ajustar cuentas, finalmente.

Y Veneno suelta una sonora carcajada que se confunde con los gritos de las víctimas del lobo.

PROXIMO: ¡Kaine contra Tanya! ¡Tanya contra Veneno! ¡El hombre lobo contra Kaine! ¡Ah, sí, y también el Asombroso Spiderman!

1.- En Battle Royale

2.- En Nick Furia: El hombre que pudo reinar

LA MARCA DE KAINE

Me despido de momento hasta el próximo número.

Nos leemos.