Balanceándose sobre la oscura noche, Spiderman, el auténtico y genuino, aterriza tras el cordón policial de Times Square descargando a su improvisada pasajera, la doctora Ashley Kafka. La masacre ante ellos les supera hasta un grado enfermizo y Spiderman cree que es por eso que la doctora palidece y apenas se tiene en pie.

- ¿Está bien, Ashley? Si cree que no puede soportarlo me la llevo de vuelta. Creo que ya dije que no me parecía buena idea.

- N-No... está bien... - dice ella mientras se apoya en un coche patrulla y se lleva las manos a la cabeza -. Esto no debería estar pasando.

- La... entiendo - contesta Peter Parker tras su máscara, intentando achacar al estrés el hecho de que la voz de su amiga suene como un cuchillo rayando vidrio -. El pobre John no merecía esto para nada. Quédese aquí, veré si la poli me deja hacer algo.

- Sí, anda vete... - masculla Kafka mientras el héroe se marcha -... escoria humana.

Spiderman salta hacia uno de los coches patrulla más cerca del vallado de seguridad. Mientras, John Jameson se mueve de un lado a otro, esquivando los disparos de los policías que no quieren que salga de allí.

- Agente, ¿va a venir alguien más? - dice Spidey -. Me refiero a, ya sabe, tíos y tías cachas en spandex.

- No, araña, no va a venir nadie. Toda la ciudad es un caos frenético. Los Nuevos Guerreros andan en la movida y Shield está ocupado a nivel nacional con emergencias similares. Dicen que el infierno se ha abierto y están saliendo todo tipo de rarezas. Si es cierto, es a nivel mundial.

- Eso explica que mi sentido arácnido lleva unas horas de verbena. Muy bien, pues yo a lo mío. Si ve usted a un tipo robusto con melena castaña y vestido de azul, dígale que soy la mancha de sangre que ese lobo va a extender por la acera.

Y, dicho esto, Spiderman salta hacia su amigo, dispuesto a detenerle.

Kaine se apoya en la pared y consigue ponerse de nuevo en pie. Tanya, por supuesto, le tumba con otra patada.

El clon no está en muy buena forma, pero acabar con Spidercida, Veneno, el Hombre Absorbente y un puñado de mutantes mafiosos en un lapso de unas horas, y luego ser golpeado por un enorme lobo plateado que solía ser su amigo no te hacen tener muy buen aspecto a ciertas horas del día.

Tanya, por su parte, lo está disfrutando como merece.

- Mi misterioso hombre de acción, estás en las últimas. Ni me voy a despeinar acabando contigo, aunque claro - y acaricia su afeitada cabeza mientras concluye la frase -, no es que sea un problema.

Propina una nueva patada sobre Kaine y prosigue:

- ¿Sabes? Esos diáconos van a traer al Dios Sangre a la Tierra para participar en la juerga. Verás, el infierno ha decidido pelear consigo mismo y gran parte de la batalla va a ser aquí¹. Mi señor no quiere atrincherarse en su parcela de azufre y quiere tomar su parte también aquí. Por eso no puedo dejar que lo estropees, sobretodo porque tu amigo el coronel lo está haciendo de perlas.

Kaine, herido y agotado, se levanta en un ágil movimiento que se lleva el resto de sus fuerzas y carga contra la asesina, sacándola de la tienda dónde le estaba apalizando. Consigue encajarla un par de puñetazos una vez están en el suelo pero, débil como está, no dan el fruto esperado.

Tanya le agarra el cuello con sus piernas y le tumba en el suelo, golpeando su cabeza contra el pavimento, pero Kaine no queda inconsciente pese al golpe y descarga una bofetada a la mujer con su último gramo de fuerza. Ella rueda con el impacto y cae de rodillas, desenfundando de nuevo su cuchillo.

- Muy bien, vaquero - dice ella, mientras se incorpora y camina hacia el clon, blandiendo la imponente hoja de su navaja -. Vamos a ir terminando con el tema. Creo que ya es hora de... "cortar" con nuestra relación.

- No podríamos estar más de acuerdo - ruge una voz inhumana a la espalda de Tanya -. Mi otro y yo tenemos cosillas que "cortar" también contigo. O, mejor aún, en tí.

La gigantesca mole de Veneno se alza tras ella, que se gira alerta, entrenada durante años para ello. Clava el cuchillo en el pecho de Brock que, durante un instante, pierde su macabra sonrisa.

- Ahí va, chica - dice de nuevo el asesino simbionte -, nos has matado.

Entonces, Veneno sonríe de nuevo mientras su simbionte absorbe el arma en su pecho y la lleva hacia su mano. Una vez empuñada, Veneno vuelve a hablar:

- El viejo Spidey ya intentó este truco una vez². Prometimos que no volveríamos a caer en ello.

Tanya corre, entonces. Veneno comienza a perseguirla como haría el "zoguillo apestoso" en unos dibujos de la Warner. Kaine no esconde un suspiro de alivio y dirige su mirada hacia Spiderman, que bailotea sobre Jameson en el centro del improvisado escenario en que se ha convertido Times Square.

- ¡Qué demonios! - piensa el clon -. ¡Ya morí una vez, y no fue tan malo!

Y, con un dolor en su cuerpo de mil demonios, se lanza a correr hacia su "hermano".

Heli-Transporte de Shield. Sobrevolando la costa este de los USA y recibiendo toneladas de emergencias en la frecuencia de la OTAN.

El coronel Furia, desde el centro de mando del cuartel, supervisa las comunicaciones y dirige los esfuerzos de su recién recuperada organización. Su buen amigo Dugan entra en el recinto, acompañado por la agente Phelps.

- Nick, hemos actualizado los archivos de operaciones tal como pediste - dice Dugan.

- Bien - responde Furia -. Una cosa menos. Ahora necesitaría que me echárais una mano. El mundo parece estar yendo al infierno sin paradas intermedias y no hay forma humana de coordinar tantas emergencias.

- En realidad - interviene Phelps-, sin quitarle ninguna importancia a este asunto, Furia, hemos encontrado algo en los expedientes de Kaine que creemos deberíamos investigar en cuanto podamos.

- Es cierto, Nick - prosigue Dugan-. Cuando nos enfrentamos a la Resaca, se avistó al Duende y, por lo que conseguimos salvar de su base, tanto los terroristas como nosotros lo tomamos por Jason Macendale, que murió hace varios meses en New York³. Creo que deberíamos investigarlo porque poco después apareció otro Duende del que seguimos sin saber nada.

Furia enciende un puro, el quinto consecutivo de hoy, y se gira hacia sus dos compañeros.

- ¡Genial! ¡Otro Duende! Muy bien, tropa, si conseguimos sobrevivir a la que tenemos aquí liada, lo marcaremos como prioridad inmediata. Ahora, tenemos un mundo que salvar, diablos.

Kaine consigue arrastrarse hacia la posición de Sherman. Ella le recoge con gran preocupación en su rostro.

- ¿Cómo vamos? - dice él, intentando sonar jocoso.

- 5 a 0 - responde ella-, todos los goles nuestros y en propia meta. Aunque tu amigo se está portando. Jameson está tan concentrado en él, que la policía está consiguiendo sacar a las víctimas del recinto.

- Buena noticia aunque, si miras a aquel edificio de allí - y señala al tejado dónde los diáconos hacen sus rezos -, verás que no nos queda mucho tiempo.

El portal místico, invocado por los cinco diáconos a través de la sangre derramada por el hombre lobo, ya casi es tan alto como un edificio de diez plantas. Kaine y Sherman lo observan y ven como, aparte de las energías que los diáconos canalizan, el portal absorbe también parte de los escombros y el mobiliario urbano de la zona. Ambos se miran al mismo tiempo.

- Yo aviso a Spiderman - dice Kaine -. Ahora mismo, es el único que está en buena forma para hacer lo que nos proponemos. Tendré que distraer a Jameson mientras.

- Tendremos - dice Laurie Sherman, cargando al tiempo su rifle de asalto -. No estás en buena forma, tesoro, y yo me muero por zurrar algún culo para aliviar la tensión.

Kaine la abraza, se levanta la máscara y la besa con pasión.

- Nena, me encanta cuando dices guarradas.

La doctora Kafka se tambalea hacia un callejón apretándose las sienes con las manos. Exhausta, se apoya en una pared, lejos del gentío, y se mira las manos que, repentinamente están cambiando del color rosado de la piel humana a un más que desconcertante tono rojizo.

- ¡No, maldita sea! - gruñe la criatura-. ¡Encuentras una finalidad en tu mundana e inmortal existencia y los señores del infierno tienen que abrir un "zillón" de portales para invadir la Tierra!

Apoya de nuevo la espalda en la pared, haciendo acopio de fuerza para retomar su apariencia humana y, una vez conseguido, vuelve a andar.

- Necesito tiempo y descanso. Tal vez, si la cosa pasa rápido, pueda mantener el engaño. Si no, bueno, tendré que volver a casa. ¡Mierda!

- ¡Spiderman! - grita Kaine -. ¡Deja a Jameson y ven aquí!

- ¿Que deje a... ? ¡Tío, lo tengo a puntito de caramelo!

- Oye, si no fuera importante, no te lo pediría.

El arácnido titular suelta un suspiro y se dirige hacia Kaine. Entonces, el lobo va a lanzarse en su persecución pero Sherman, secundada por unos cuantos agentes de policía, entran en la zona rodeando a la bestia.

- ¡Ahora!- grita ella, y los agentes empiezan a disparar sus armas de descargas eléctricas, al unísono, sobre el pelaje del lobo.

- Vale, hermano - dice Peter, llegando hasta su clon-, ¿qué te propones?

- Verás, Pete, en ese edificio de allí está el verdadero problema. Esos monjes de ahí canalizan la energía vital de las víctimas de Jameson para abrir un portal por el que un demonio entrará en nuestra dimensión. Parece ser que todo el mundo está sufriendo algo similar. Como una invasión. Y estos tíos quieren aprovecharlo también.

- ¿Y me cuentas todo esto porque...?

- El portal absorbe masa a la vez que energía. La primera vez, en Cleveland, conseguimos sellarlo hundiéndole en el mar. El agua que consumió lo selló entonces⁴. Ahora, con el mar algo lejos, tenemos que darle de comer todo lo que podamos. Yo estoy algo bajo de forma pero, juntos, creo que podremos hacerlo.

Spiderman se gira hacia la zona dónde Sherman y los policías siguen entreteniendo a Jameson.

- ¿Y que pasa con ellos? - dice, volviéndose hacia su clon-. ¿Y si Jameson vuelve a desmelenarse?

- Ella puede hacerlo, Peter. Confía en mí, vale más de lo que crees.

Peter baja la cabeza y sopesa la situación unos instantes. Después, tiende la mano hacia Kaine, que la estrecha con esperanza, y dice:

- Muy bien, tigre, si vamos a hacerlo, que sea rápido.

- Tu mandas, Spiderman.

Uno lanza una red y el otro un cable de acero. El resultado es el mismo para ambos: se alzan sobre el suelo y se balancean hasta la azotea de un edificio cercano al de los diáconos.

- No consiguen expandirlo más - exclama Kaine-. Jameson hace bastante que no mata.

- Pues empecemos con la faena - concluye Spiderman.

Dicho esto, coge un coche con sus telarañas y lo lanza contra el portal. Kaine, arranca una de las terrazas del edificio y hace lo propio, escuchando como gime cada uno de sus agotados músculos.

Mientras Spiderman continúa atrapando coches y enviándolos al portal, Kaine arranca parte de una cornisa del edificio pero, al intentar levantarlo, sus piernas ceden y la masa de ladrillo y cemento amenaza con caérsele encima. Peter le ayuda a levantarlo de nuevo y lo lanzan contra el agujero al infierno.

Kaine cae de rodillas, mortalmente exhausto.

- Déjalo, Kaine - dice Spidey, apoyando una mano en su hombro -. Puedo ocuparme yo.

- Gracias, Peter. Es que llevo un par de días de lo más ocupados.

Entonces, a sus espaldas, una enorme masa de músculos enfundados en un traje negro como el hollín, se posa ruidosamente llevando el cuerpo de la asesina Tanya, inerte, asido por el cuello por una de sus garras.

- Hemos atado un pequeño cabo suelto, muchachos - ruge Veneno -. La chica aguantó un rato pero, al final, su cuello se partió como un palillo - y deja el cuerpo muerto sobre el tejado -. Ahora pasaremos al plato fuerte, Parker.

Spiderman se da cuenta entonces de que su enemigo ha vuelto a recordar y el temor se cierne sobre su rostro.

- ¡Oh, sí, arañita! Ya nos acordamos⁵. Tu trato con mi otro funcionó hasta que esos monjes de pacotilla nos poseyeron hace unos meses⁶. La revelación nos dejó débiles ante el engaño, lo que propició que fuéramos más vulnerables a la sugestión. Ahora, con nuestra mente intacta, venimos a matarte.

Y Veneno carga contra los dos héroes mientras, en la calle, la agente Sherman y los policías a sus órdenes empiezan a darse cuenta de que, tal vez, han mordido más de lo que pudieran tragar.

PROXIMO: Concluye la saga con el salvaje enfrentamiento entre Spiderman y Veneno, la transformación definitiva de John Jameson y la revelación de una verdad oculta sobre la doctora Kafka. ¡Ah, sí! También saldrá Kaine, que para eso es el protagonista.

1.- En el macro-evento Guerras Infernales. Si no lo estás leyendo es que estás muerto.

2.- En Marveltopía: Telaraña de Spiderman nº 135.

3.- En Marveltopía: Telaraña de Spiderman nº 130.

4.- En Marveltopía: Kaine nº 4.

5.- En Marveltopía: Telaraña de Spiderman nº 136.

6.- En Marveltopía: Kaine nºs 1 a 4.

LA MARCA DE KAINE

Bueno, aprovecho el espacio del teórico correo para aclarar un par de cosas. La continuidad de esta serie se ha visto afectada por el descubrimiento por mi parte de la serie Telaraña de Spiderman. En siete números publicados, dicha serie hacía imposible un detalle que había sido importante para Kaine desde el inicio de su andadura, e inducido a un par de errores algo más pequeños pero, igualmente, inexcusables. Este número y el siguiente servirán para intentar arreglarlos. Espero que, en cualquier caso, la solución final os sea de agrado y no demasiado retorcida. Aunque, los que os habéis mantenido fieles a la serie de Kaine ya estáis acostumbrados a estos giros brutales en el argumento.

Ya me diréis como os parece que queda la cosa.