MarvelTopia
Marvel
 
 
PORTADA
Una furia de la naturaleza, un samurai frustrado, un agente secreto, un superhéroe. Sea lo que sea, Lobezno es el mejor en lo que hace.
 
Lobezno vol. 2

LOBEZNO VOL. 2 #107
La saga de la Flecha Negra I
Honor

Guión: Luis Capote

-----

PORTADA: Un primer plano de las garras del puño derecho de Logan desenvainadas, frente a un karateka vestido con un viejo kimono y una máscara tradicional japonesa rematada con una peluca blanca.

-----

El autobús enfiló el desvío hacia su destino final, en lo que parecía ser un día demasiado caluroso para la estación. Dentro, cada pasajero repasaba mentalmente lo que había de ser su rutina cuando bajaran del transporte y cada uno siguiera su camino, algunos observando el paisaje, otros dormitando por causa del largo viaje y la elevada temperatura. En la parte posterior una pequeña figura calaba su sombrero tejano para intentar recuperar un sueño que había sido bastante esquivo durante todo el trayecto.

- Puf - musitó para sí - supongo que no tiene sentido seguir intentando planchar la oreja... después de todo, Tijuana ya está a la vista... ¡maldito seas, Carmichael!

Mirando por la ventana y contemplando la visión de aquel mundo fronterizo un cansado Logan rememoró una vez más los acontecimientos que lo habían llevado hasta allí. Todo había comenzado hacía ya algunas semanas en Westchester, cuando después de una serie de decepciones había logrado por fin sacar algo positivo: volvía a ser humano. Su primera misión con su vieja cara había sido hacer la compra... ¡muy listo, ese Summers! - pensó - quizá una cervecita o dos en el tugurio de Harry.... ¡nah! Ya lo haría después. El supermercado, plagado de gente, le permitió evadirse temporalmente de los acontecimientos sucedidos. Vamos a ver - meditó - esta lista es casi tan larga como la Biblia... ¿por dónde empezar? Su mano alcanzó una botella de ron de importación.... hmmmm, supongo que servirá...

De repente, experimentó una sensación extrañamente desagradable y conocida: el vello de su nuca se erizó e inmediatamente enfocó sus sentidos hacia la espalda, sólo para encontrar un olor que reconocía bien, y al que acompañó una voz igualmente familiar

- Hola, Logan. Hacía mucho tiempo...

- Días, Carmichael. Para mí no el suficiente...

- Desde Bangkok, según mi memoria...

- Y bien, viejo - dijo Logan mientras se volvía tranquilamente para encarar a su compañero de compras, un hombre de mediana edad, elegantemente trajeado en colores oscuros - ¿qué tripa se te ha roto? Creo que dejé bien claro que no quería volver a ver tu endomingado pellejo en lo que me quedara de vida - amenazó con el puño hacia arriba.

- Guárdate la pose, Logan - respondió Carmichael, mientras se limpiaba las gafas - no creo que vayas a hacer la escenita de las garras aquí, delante de tantos testigos.

- ¿Qué te apuestas, nene? - dijo Lobezno mientras apoyaba su puño bajo la barbilla de Carmichael - después de todo parece que sí ha pasado el suficiente tiempo como para que hayas olvidado como me las gasto, Charlie...

- Piensa, Lobezno - atajó un demasiado tranquilo Carmichael mientras apartaba el brazo amenazante - ¿crees que después de lo de Onslaught te interesa llamar la atención sobre esa supuesta escuelita que está en el camino Graymalkin? Si piensas así, adelante, saca tus garras...

Por toda respuesta, Logan gruñó y bajo el brazo mientras musitó un furioso "tú ganas... pero tendrás que esperar a que haga la compra".

-----

Una hora más tarde, los dos viejos conocidos compartían unas bebidas en un reservado del local de Harry. La reserva inicial había dejado paso a una leve relajación y ambos hablaban ahora un tanto más confiados en el otro, mas no demasiado.

- Quién me lo iba a decir... el feroz Lobezno haciendo la compra como un honrado padre de familia... ¡vivir para ver!

- Cuestión de imagen, Charlie... nadie diría que bajo ese aburrido aspecto de contable está uno de los mejores asesinos con los que he trabajado...

- ... todo un honor, viniendo de un experto como tú...

- No hagas bromas con eso, nene - atajó Logan, poniéndose tenso - no he olvidado lo que hiciste durante nuestro último trabajito.

- Nunca he entendido tus arrebatos de conciencia; aquello era el servicio secreto... si no te gusta la sangre no haberte implicado. Sabías de sobra lo sucia que es esa vida.

- No me sueltes el discursito de fiel servidor de la agencia - murmuró Logan apretando las mandíbulas - aquellas muertes fueron innecesarias y tú lo sabías...

- Eso es lo que tú siempre has querido creer, amigo. Yo prefiero pensar que de no haber hecho aquello, tú, Carvalho y yo estaríamos muertos.

- Quizá deberíamos estarlo... suele ser el pago final a los que son como nosotros.

- ¡De nuevo la vena ética del gran Lobezno! - respondió Carmichael con tono de sarcasmo - Debiste hacerte misionero, amigo...

- No me llames amigo... y más vale que empieces a largar sobre lo que te ha traído a mi choza antes de que me olvide del sermoncito del mercado y te haga tres ombligos nuevos...

- Necesito tu ayuda, Logan...

- ¿Tú...? ¿Tú?... Je, je je... jejejejjejeeeejejeJAJAJAJAJAAJAJAJAAAA...

Logan soltó una larga carcajada mientras el impasible Carmichael, inmóvil, lo miró como si deseará partirle la boca, pero esperó hasta que las risas cesaron.

- ¿Has acabado ya?

- Seh - sniff - jejeje. Tío, creo que esa cerveza fue demasiado para ti... ¿Tú me pides ayuda?

- Estoy desesperado, Logan...

- No jodas. A ti no te conmovería ni el que se muriera tu madre...

- ¡Maldita sea, Lobezno! - gritó Carmichael dando un puñetazo sobre la mesa que hizo que algunos parroquianos se volvieran hacia él - ¿sabes lo que esto supone para mí? - añadió, bajando la voz...

- Sí - sonrió malévolamente el canadiense - y francamente, lo estoy disfrutando.

- Búrlate todo lo que quieras, pero ayúdame.

- Bueno, bueno, bueno - dijo Logan mientras se repantigaba en su asiento - por lo menos has captado mi atención... escúpelo.

- Alguien quiere matarme

- ¿Alguien? Unos cuantos cientos querrían verte hincar el pico, chavalote... ¿qué de novedoso tiene éste?

- Es... distinto, Logan. No puedo explicarlo pero no actúa como ninguno de los asesinos con los que he trabajado a uno u otro lado de la ley...

- Ya es un comienzo, nene, pero ¿qué coño quieres que haga yo? La agencia podría dar cobertura a un tipo tan valioso como tú...

- No creas que no lo he intentado - suspiró Carmichael mientras se secaba el cada vez más frecuente sudor con un pañuelo - pero los resultados han sido estériles y además - resopló con desdén - parece que llegado cierto tiempo los elementos como tú y yo no somos bienvenidos entre la "buena sociedad".

- ¡Ja! ¿Qué te esperabas, chico? ¿Una medalla y una mención honorable para un trabajo tranquilo? Tú y yo éramos los basureros del sistema. Nuestra labor es necesaria pero nadie nos quiere cerca porque apestamos...

- Ahórrame las metáforas, enano. Te he visto borracho tantas veces que tu vena literaria me da risa...

- No veo que te rías ahora, nene - respondió Lobezno, poniendo los pies sobre la mesa - pero en todo caso, aún no me has dado una razón por la cual tenga que salvar tu culo pecador de ir a quemarse en el infierno antes de tiempo.

- Creo que te la di hace un rato en el supermercado - sonrió malévolamente ahora un Carmichael que había recuperado su compostura y el control de la situación.

- No te entiendo - se envaró Logan, pensando que el cariz que tomaba el asunto era cada vez más desagradables.

- Porque no quieres hacerlo... Niégate y la localización de la Patrulla - X, las identidades de todos sus miembros presentes, pasados... y futuros, serán de dominio público, así como las de sus parientes y amigos - de repente, Logan ya no sonreía - ¿Sorprendido, Lobezno? He seguido tu pista desde que te largaste con viento fresco. Probablemente nadie sepa tanto sobre ti como yo - y, mirándolo a los ojos, culminó - ni siquiera tú mismo.

- Bien - contestó un Logan que hacía serios esfuerzos para no arrancarle el corazón a su compañero de mesa - ¿y qué evitaría que te mandara al otro barrió aquí mismo?...

- Nada, "amigo mío", y sé de sobra que podrías hacerlo sin que nadie se diera cuenta, incluido yo, pero para este caso he encargado que en caso de que esta entrevista tuviere tan aciago final el dossier iría a los medios de comunicación de todo el mundo, amén de un par de entidades privadas que han mostrado mucho interés en el homo sapiens superior...

- Veo que me has cogido por las pelotas, "amigo" pero ¿qué me dice que toda esa mierda no acabará en esos retretes si un día te diera la ventolera de hacerlo?

- De llevar a cabo eso que dices mi vida no valdría nada... Entiéndelo bien, Logan. El dossier es un arma de venganza para una vida que no vale nada y a la que no le importa nada. Quiero vivir. Traicionarte sería como pegarme un tiro en la sien.

- Sólo que más doloroso... bueno, Charlie... ¿en qué cojones te has metido esta vez?

- Espera, Lobezno. Antes de decirte todo lo que sé quiero tu palabra de que me ayudarás.

- ¿Qué demo...? Oye, nene, no estoy para perder el tiempo con chuminadas...

- Tu palabra, Logan.

- Se las lleva el viento, Charlie. ¿Qué más te da?

- No intentes tomarme el pelo, Lobezno. Te dije hace un momento que te conocía bien, y sé perfectamente que tu concepto de honor te hará cumplirla.

- Bien - suspiró un cariacontecido Logan - tienes mi palabra de que te ayudaré.

- No esperaba menos de ti, Parche. Bueno - dijo abriendo su agenda - esto es lo que tengo...

-----

En otro lugar bien distinto, a varios husos horarios de Westchester, el sol aún pugnaba por ocupar su lugar en el cielo mientras dos figuras salían de un destartalado DC - 3 para otear el paisaje...

- Bueno, gordito, ¿en qué lío me has metido esta vez? - preguntó divertida la mujer, una rubia embozada en una cazadora de cuero a su compañero, un maduro gordinflón cubierto con una astrosa gabardina.

- En ninguno que tú no quisieras, mi querida Jabalina - respondió tranquilamente Tiro Trucado - estuviste de acuerdo en el precio y en las condiciones...

- ¡No lo dudo, Tiro! Pero no creo que nos paguen lo suficiente por hacer lo que estamos haciendo... ¡Es un milagro que los chinos no nos hayan pescado volando en ese cacharro!

- A caballo regalado, querida... además, me han dicho que las tropas regulares suelen evitar esta zona por no sé qué batalla entre supertipos1...

- ¿Te lo dijo tu amiguito Ojo de Halcón o te informaron en la última reunión de vengadores fofos?

- ¿Qué tal si te callas, niña, y haces algo de tu trabajo? Mira a ver si ese condenado detector sirve y halla el rastro de algo...

- Ojo con esa lengua, capitán barriga. Aún me estoy pensando lo de agujerearte - amenazó Jabalina echando mano de uno de sus venablos, pero antes de sacarlo del todo, la manga de su cazadora quedó clavada al fuselaje del avión por una flecha - Sorprendida, la mujer no acertó a articular palabra ante un Tiro Trucado que volvía a colocar el arco junto a la aljaba.

- Espero que eso sirva para ahuyentar tus malos pensamientos, nena. No he llegado a viejo dejándome impresionar por jovenzuelos arrogantes, y ahora al tajo.

- Vale - respondió la chica mientras le lanzaba una mirada furibunda, arrancando la flecha y partiéndola en dos - está bien que vigiles tu espalda, lo necesitarás pero ¿qué estamos buscando?

- Lo verás cuando lo encontremos, y ahora continúa. Mañana al anochecer debemos haber llegado a Danwei.

- ¡¿Danwei?! Definitivamente, viejo, estás como una puta regadera.

-----

En el bar de Harry, un ceñudo Lobezno observaba las fotografías que Carmichael le enseñaba, como parte de lo que parecía ser un macabro álbum de cadáveres. Todos ellos presentaban un impacto bastante grande en alguna zona del cuerpo... alguno en la nuca, otro en la espalda, uno directo al corazón.

- No parecen de bala... ¿qué es?

- Mira esto - son fotos de las pruebas recogidas en cada caso - la nueva remesa de fotos presentaba una colección de proyectiles con forma de flecha, todas de color negro y con una cruz de aspas blancas grabada a la altura de las plumas.

- ¿A todos se los cargaron con uno de estos trastos? ¿una flecha negra?

- Eso me temo - suspiró - Mira: Phillip Colby, miembro de una familia multimillonaria con negocios en todo el mundo; Klaus Müller, diplomático alemán; José Mundstock, financiero argentino. Todos muertos sin más rastro que una flecha negra.

- Bueno ¿y cuál es la relación entre ellos y contigo?

- No la hay, Logan. Eso es lo más inquietante...

- ¿Por qué será que no me lo trago? Esta historia apesta como un cubo de pescado podrido...

- ¡Escúchame, jodido enano! - gritó levantándose súbitamente de su asiento - Me estoy jugando la vida... si esos ricachos, con todo su poder, tienen un agujero por toda fortuna, mi pellejo ya está sentenciado ¿entiendes?...

- Tú mismo, nene - respondió Lobezno, mientras encendía un cigarro.

El furioso Carmichael se levantó para dirigirse a la barra, para pedir otra cerveza. El maldito enano seguía sacándolo de sus casillas con suma facilidad, aún después de tantos años. Se apoyó contra la barra e hizo un ademán para llamar la atención del viejo Harry, pero repentinamente notó un dolor muy intenso en su pecho y lo palpó con las manos, sólo para sentir el tacto del ástil de una flecha que, al mirar, se reveló negra como el azabache. Intentó gritar, pero su mundo empezó a moverse a cámara lenta; las fuerzas lo iban abandonando y sólo alcanzó a emitir un débil hilo de voz mientras intentaba mantenerse en pie. Entre tinieblas creyó percibir una sombra negra que se alejaba, pero en ese momento el dolor en su pecho se hizo más intenso, como si estuvieran despedazándolo por dentro. Se fue hacia delante pero Logan lo agarró y lo tendió sobre una mesa...

- L... Logan...

- Dime, Charlie...

- ¿A... así cumples tus promesas, hij-jo dde la gra - arf - putta?

Lobezno no pudo responderle, porque en ese momento el frío y atormentado Carmichael había expirado. El mundo pareció volver a la realidad y el canadiense percibió la cacofonía de sonidos que surgía a su alrededor: comentarios, gritos de angustia, peticiones de ayuda... no les prestó atención hasta que...

- ¡Quieto, enano! Aléjate de ése cadáver...

Logan se volvió sólo para ver a una parejas de policías que acababa de entrar pistola en mano. Por toda respuesta se llevó la mano al bolsillo interior de la cazadora.

- ¡Le he dicho que se quede quieto, maldita sea...!

- Capitán Logan, de la RPMC...

-----

De vuelta al presente, Lobezno repasó mentalmente una vez más los Acontecimientos: los azules se habían mostrado bastante cooperativos y le habían dado mucha información. Fea forma de morir, Charlie - pensó - La flecha que te mató erá un modelo bastante curioso. Una vez clavada, se abría como una flor y clavaba ocho puntas de acero; un tirón para sacarla y se llevaría medio corazón... Extrañamente, la herida de Carmichael era muy distinta a la de las otras víctimas. Todos tenían clavada una flecha negra, sí, pero de distintos modelos. La de Colby era un venablo clásico, sin florituras; la de Müller tenía en la punta restos de una mezcla de curare y otros pontingues desagradables. Su muerte debió hacerse esperar - dedujo Logan. La de Mundstock había tenido la punta al rojo, dejando alrededor de la herida una marca muy similar a la cruz aspada de los venablos. Era evidente que Carmichael le estaba mintiendo cuando negó cualquier relación con las otras víctimas; cuatro cadáveres, cuatro flechas negras... por muy oculta que estuviera debía de haber una conexión, ya la averiguaría pero ¿por qué su viejo compañero de la agencia había negado lo evidente? No tenía sentido... pero esa reflexión quedaba para otro momento, porque había llegado a su destino.

La estación de autobuses dejó pasó a un colorido paisaje en el que cientos de personas se movían en su quehacer diario, junto a los turistas del otro lado de la frontera, deseosos de comprobar la realidad de la canción. Tequila, sexo y marihuana, tarareó Logan mientras ironizaba sobre la doble moral del gran vecino norteño. Ningún problema para venir aquí, todos para irse... pero la filosofía quedaba para otro momento. Su cabeza viajó hasta otro punto de la historia que no dejaba de inquietarle: la flecha no tenía olor; su aroma era completamente aséptico, sin que hubiera en ello rastro alguno que pudiera serle de utilidad pero eso era imposible... ¿o no? Sin esa ayuda, decidió que la mejor alternativa era recorrer el periplo de la última víctima a la inversa, por lo que encaminó sus pasos hacia Tijuana, última etapa conocida de un enrevesado viaje, que demostraba que Carmichael había sido cuidadoso; si aún así habían sido capaces de localizarle, no se enfrentaba a una amenaza ordinaria... pero eso ya lo tenía claro viendo el pedigrí del resto de las víctimas. De una agenda, Logan sacó el resguardo de una factura a nombre de Zabulón MaCahan y fijó sus ojos en una vieja foto en la que él, Charlie y un tercer hombre señalaban alarmados al objetivo. Pobre cretino - musitó, más que pensó - el lugar correcto, el momento equivocado. A los ojos siguió una mano que arrugó la vetusta imagen, pero no la tiró. La mantuvo en su mano hasta que alcanzó la dirección reseñada en la factura: el Hotel Imperial.

Menudo tugurio - pensó - y lo de hotel debe ser un chiste... Ante sí tenía un motel de aspecto mugriento - Charlie quería realmente pasar desapercibido... Con la nariz asaltada por diversos aromas putrefactos, Logan se aprestó a entrar y se acercó al mostrador de recepción, un lamentable cacho de madera donde dormitaba un viejo al son de la fanfarria de Televisa que sonaba en un televisor de mano.

- Buenas tardes. Quisiera una habitación.

- Un momeeEAAAAAAUUHMMMnto, señor. Espere que mire el libro de reservas.

- No tengo reserva, pero tengo mucho interés en alojarme en la habitación 353 - dijo Logan, alargando un nutrido fajo de billetes y dejando entrever el contenido de su cartera.

- Hmmmmm, bueno - respondió el encargado alargando la mano hacia los billetes y rascándose la incipiente barba - el cliente paga, el cliente manda.

- Muy bien, amigo. La habitación 353 y ninguna pregunta...

- Usted paga, usted manda, señor.

Logan tomó el camino de las escaleras pero al alcanzar el primer rellano se paró para encender un cigarro. Su sentido del oído enfocó la recién abandonada recepción y pudo escuchar claramente el sonido de unos dedos marcando apresuradamente el teléfono... y unas voces que conformaban una apresurada conversación: "¿King? Soy Moreno... sí, hay un tipo... no, no ha preguntado por MaCahan... quiso la misma habitación... pagó bien...". Cuando oyó el corte de la comunicación, Lobezno continuó camino de su habitación y la abrió. El panorama estaba acorde con el aspecto general del motel: era un muladar de paredes amarillentas por la nicotina y un olor rancio a alcohol, sudor y suciedad. Detectó el olor de Carmichael, y el aroma de sus supuraciones le indicó que estaba particularmente nervioso... junto a él otros olores desconocidos pero igualmente recientes. Abrió la ventana y dejó que el aire del exterior entrara, renovando la mixtura del interior y renovando la panoplia de olores...

-----

Al anochecer, en el exterior del motel y asomados a la azotea de un piso bajo, dos figuras contemplaban la ventana a la que hacía unos minutos se había asomado el canadiense, y mantenían una discusión sin procurar levantar demasiado la voz. Uno tenía aspecto anglosajón, rubio, bien trajeado y con gafas de sol de espejo, portando un rifle de mira telescópica, en tanto que el otro, bastante más bajo, tenía aspecto oriental y vestía lo que parecía ser un traje tradicional japonés, propio de un practicante de artes marciales, rematado con una diadema que rodeaba su frente.

- ¿Realmente crees que es necesario todo esto, yanqui?

- Órdenes de lo más alto, Todo...

- ... aún y así, sigue sin gustarme. Quizá estamos llamando demasiado la atención.

- Sí, sobre todo tú con ese atuendo ridículo... esto no es tu madre patria y hasta en este vertedero llamas demasiado la atención.

- Mi honor como luchador ha quedado en entredicho. Hasta que no lo limpie no descansaré.

- ¿Tú eres así o haces un esfuerzo para convencerme? Creo que el rubiales te dio demasiados golpes en el cráneo. Nadie ha olvidado que cantaste como un coro de mariachis beodos...

- ¡Yo sólo sabía lo del bar! ¡¿También es mi responsabilidad que el resto acabara fuera de combate?! Si no recuerdo mal, a ti también te dieron una buena paliza y les franqueaste el camino hacia el viejo Mr. Big...

- Sabía que dirías eso - se volvió el americano, rifle en ristre - Cierto que me vencieron, pero al contrario que tú, no voy lamentándome como alma en pena por toda la ciudad vestido de carnaval y farfullando sandeces acerca del honor perdido...

- Típico de un apestoso gaijin como tú. Ahora te escondes tras tu puesto en la embajada y una bonita arma... no insultes lo que no puedes conocer ni jamás llegarás a apreciar.

- Corta la clase de filosofía, pequeño saltamontes; puede que yo sea todo eso que dices, pero al menos no voy jodiendo la vida de los que me rodean porque ¿cómo está tu hija Kasumi? ¿Ya has hecho que la maten?

- ¡Sucio puerco...! - el enfurecido Todo avanzó hacia su compañero adoptando una posición de combate - ya me he hartado de ti...

- ¡Qué bonito! - dijo una voz a espaldas de ambos - Vuestro jefe debe de ser un imbécil si mantiene en nómina a dos tarados como vosotros.

Los dos se volvieron para encontrar a su presunto objetivo detrás de ellos, fumando tranquilamente, apoyado contra la puerta de entrada al interior del edificio. Ninguno acertó a dar respuesta, de palabra o de acto, así que Logan decidió mantener la ventaja que le había dado su inesperada aparición.

- Bueno, chicos - sonrió mientras tiraba el cigarro - ya que estamos todos juntos podemos llegar a un buen acuerdo: vosotros me contáis por qué teníais tanto interés en esa habitación y en sus ocupantes y yo os dejo vivir.

- Nosotros hacemos las preguntas, "amigo" - respondió el americano, recordando que tenía un arma a su disposición y haciendo ademán de apuntar al canadiense.

- Sugiero que reconsideres tu actitud, "amigo" - dijo Logan, sacando las garras.

- No hagas nada, yanqui. Pelearé con él terció Todo en su lengua natal.

- ¿Quieres jugar, nene? sonrió Lobezno empleando el mismo idioma, para sorpresa de sus adversarios, tras lo cual cargó abriendo los brazos en un arco cerrado y garras en ristre.

Todo adoptó una posición de combate y se aprestó a hacer frente al enemigo que se aproximaba, pero su compañero no tenía la misma intención y a su espalda, lanzó una bomba de humo que desplegó una espesa cortina de niebla ante los ojos de unos contendientes que no llegaron a cruzar un golpe... Logan cayó de rodillas presa de un violento ataque de tos, en tanto que Todo sintió como lo arrastraban hacia atrás, fuera de la espesa masa gris que se expandía por toda la azotea.

- ¡Maldito seas! ¡Te dije que era mío!

- ¡Ni en sueños, japo! Alguien que nos ha pillado con los pantalones bajados no es ningún novato...

- ¡Pero las órdenes...! - lo interrumpió mientras aún se debatía ante un adversario que empezaba a ponerse en pie.

- Eran vigilar por si alguien venía husmeando la pista del contable, no montar otro jaleo como el de la familia Sakazaki.

- Pero el tipo...

- No te preocupes. Tengo la certeza de que él vendrá a nosotros - y dicho esto arrastró a su compañero fuera de la azotea, iniciando una loca carrera por los tejados de la ciudad.

Cuando el humo se disipó, Logan pudo por fin despejar sus sentidos y miró a su alrededor. Su sensibilidad natural lo hacía particularmente vulnerable a ese tipo de ataques, pero su no menos natural factor de curación hizo que se recuperara muy rápido. Nada a su alrededor, ningún rastro visible. Miró en todas direcciones y no vio a sus vigilantes, pero eso no era problema para alguien que se jactaba de ser el mejor en todo lo que hacía, y en aquel momento tocaba rastrear. Husmeó el aire y a través de los rastros de humo, de la contaminación y de la miríada de aromas que le asaltó, identificó los que le interesaban. Tomó una dirección e inició su propia carrera, saltando de tejado en tejado, de techo en techo, de altos edificios a pequeñas casitas y aprovechando para pensar en el tinglado en el que se había metido. Mal que le pesara, Carmichael lo había trincado bien; se sorprendió que aquel estirado hombre g que parecía tan distante hubiera aprendido tanto sobre él, lo suficiente para atarle con un pacto de honor, y debía estar desesperado para pedirle ayuda precisamente a él. Su parte humana se sumergió en recuerdos del pasado mientras su instinto le guiaba.

-----

- Te dije que no debíamos fiarnos de ese tipo, Charlie...

- Basta ya, Logan. Tenemos lo que vinimos a buscar. Ahora finjamos disfrutar de un día de mercado como buenos turistas.

- Sí, después de todo no llamamos demasiado la atención ¿verdad? - terció sarcásticamente un tercero. Compremos unos salchichones dulces y unas botellas de Mekong...

- Guárdate las florituras gastronómicas para más tarde, Carvalho...

Los tres hombres pasearon tranquilamente entre los tenderetes de un enorme mercado. De vez en cuando se pasaban a observar alguna de las mercancías que estaban a la venta en alguno de los ventorrillos. El calor era sofocante y las moscas eran una más que molesta compañía, pero ninguno parecía tener particular prisa por abandonar el lugar...

- Nos siguen, Charlie...

- ¿Estás seguro, Logan? Yo no veo a nadie... y deja ya lo de Charlie... Llámame Malcolm o Carmichael.

- Estoy más que seguro. Uno de los fulanos del antro del que hemos salido... y al menos tres más.

- Cuenta otros cuatro más adelante, Logan - terció de nuevo Carvalho.

- ¡Maldición! - murmuró Carmichael. A saber qué dirá Nash.

- Ése está muy ocupado con sus teorías conspiranoicas, intentando demostrar la existencia de ese tal "Balrog" que parece obsesionarle tanto - bufó Logan. Centrémonos en salir de aquí.

Logan y Carvalho no se habían equivocado. Carmichael distinguió entre la multitud a siete personas que parecían tan distraidas como ellos, pero pudo distinguir a la perfección que interpretaban el mismo papel que ellos.

- Parece que quieren lo que les arrebatamos, Charlie. ¿Qué se supone que vamos a hacer.

- ¿Tú qué crees? Si lo quieren, que vengan a por ello - contestó imperturbable. A Logan le resultaba curiosa la forma en que su compañero lograba recuperar una actitud fría y distante tras algún esporádico arranque.

- Bien. Propongo que nos separemos y nos encontremos en el tenducho de Sorapong. Tendrán que dividirse y eso nos dará cierta ventaja. ¿Preguntas?

Por toda respuesta, Carvalho se encogió de hombres y Logan encendió un apestoso cigarro. Carmichael dio media vuelta y se adentró entre los puestos de ropa usada. Carvalho volvió sobre sus pasos para centrarse en las viandas del lugar y el canadiense enfocó sus sentidos para identificar a parte de sus perseguidores.

- ¿A dónde van? Maldita sea... - dijo uno de los perseguidores.

- Se separan. Archit me está haciendo señales. Vamos a separarnos. Tú y tú, conmigo. Tú ve por el enano.

A través del ruido propio de un día de mercado, Logan pudo escuchar la conversación. En un primer momento se sonrió al pensar que lo habían subestimado, pero al enfocar al que había de ser su oponente, no pudo reprimir un escalofrío en su espalda. Su adversario era un enorme y musculoso tipejo, con la cabeza rapada que parecía salido de un gimnasio de boxeo tai, y no se equivocó, porque sus puños iban anudados con los vendajes tradicionales que, a modo de guantes, utilizaban los que practicaban tan sangriento deporte. Por un momento pensó en darle esquinazo, pero su parte más pendenciera decidió que la mejor forma de deshacerse de tal compañía era enfrentarla.

- Ey, calvete, ¿me buscabas? - dijo saliendo al paso del gigante.

- Veo que hablas muy bien mi idioma, americano. Espero que nos entendamos bien - respondió el aludido, con una serenidad que contradecía su fiero aspecto.

- Tú quieres lo que yo tengo ¿no, nene?

- Cierto. Ahorrémonos el combate

- ¿Me vas a dejar vivo, Kojak?

- Tu fin será indoloro. Eso te lo garantizo.

- Es lo que yo iba a decir, calveras...

El luchador exhaló un suspiro y avanzó contra Logan, que afianzó ambas piernas en el suelo mientras veía acercarse a través de la gente a aquella mole, desechando cualquier pensamiento que llevara dentro las palabras "error" o "huida". Sus ojos se cruzaron con los de su oponente y le invitaron a seguir adelante. Por toda respuesta, un puño voló casi inadvertido hacia su rostro e impactando, lo envió varios metros hacia atrás, sobre uno de los ventorrillos. "Dios, no lo he visto venir. Este tío es muy rápido... Malo. Debo..." El pensamiento fue interrumpido cuando el puño se aferró a su camisa. Se sintió muy ligero mientras lo levantaban en peso.

- ¿Serás más razonable?

- Tendrás que esforzarte más, calvito...

Por toda respuesta, el boxeador levantó su pierna derecha y haciendo alarde de una gran flexibilidad lanzó una serie de patadas al pecho del canadiense, que sintió como varias de sus costillas se rompían, al tiempo que el aire empezaba a faltarle. Los visitantes del mercadillo empezaron a moverse, unos alejándose del lugar a toda prisa, otros acercándose, deseosos de ver una buena pelea. Quien quiera que fuese, pensó Logan, presa del dolor, era muy bueno. Tenía que hacer algo rápido y, fruto de la desesperación, encogió sus piernas para lanzar una doble patada en la cara de su adversario que, más sorprendido que dañado, lo dejó caer. Logan aprovechó para rodar por el suelo. Sentía sus heridas recuperarse, pero no lo suficientemente rápido. Con la rodilla en tierra escupió un poco de sangre. Su adversario seguía ante él, mirándolo fijamente.

- ¿Quién - cough - infiernos eres tú?

Su adversarió no respondió y avanzó de nuevo. No iba a dejarle el respiro necesario. Algunos corrillos coreaban un nombre que el mareado Logan no podía identificar bien ¿Saga...? No era muy tailandés...

-----

Su mente volvió al presente justo para encontrarse en lo alto de una casa de dos pisos que daba a una calle. Olfateó el aire y distinguió los olores de sus mirones, pero eran muy antiguos. Debía haberse cruzado con un rastro anterior. Se asomó a la calle pero no vio más que a unos pocos transeúntes, pues era ya muy tarde y aquel barrio no ofrecía muchas garantías. En la acera de enfrente distinguió un gimnasio de artes marciales, una escuela de kárate. Lobezno giró sobre si mismo, para encontrarse con otra inesperada presencia y casi se sobresaltó. Ante sí tenía a un individuo no mucho más alto que él, pero casi el doble de ancho y vestido con el kimono propio de los karatekas, de un color vagamente blanco, que dejaba entrever un amplio pecho cubierto de cicatrices. La imagen estaba rematada por una ridícula máscara roja de aspecto malévolo, que daba a su portador los rasgos de un híbrido entre Cyrano de Bergerac y el Hanuman de las leyendas chinas. El recién llegado miró a Logan a los ojos y le hizo un saludo muy cortés, para acto seguido adelantar su pierna y su brazo izquierdos, adoptando una postura de combate. El canadiense devolvió el saludo y adoptó una posición similar. Lobezno sabía que este nuevo luchador no tenía intención de huir. Un gato callejero pasó ante ellos, camino de otro tejado y como si hubiera sido la señal de un árbitro o el toque de un clarín, cada uno se lanzó en pos del otro.

-----

1.- La batalla fue la saga Las Manos del Mandarín que se desarrolló en Fuerza de Choque 6-7, Maquina de Guerra Nº9-10, y Iron Man 311-312.

-----

GARRAS Y AULLIDOS

Muuuy buenas, amable concurrencia. Después de recuperar su careto de toda la vida, el canadiense de las garras ha decidido recuperar otra parte de su existencia que tanto gusta: la facultad para meterse él solito en líos. La aventura que comienza hoy se prolongará a lo largo de varios números en los que Logan hará mucho turismo, renovará viejas amistades y - todo hay que decirlo - hará otras nuevas, amén de hacer tres cuartos de lo mismo con las enemistades. También quiero agradecer a los que han tenido a bien leerse el número anterior los correos, las críticas y los ánimos, en especial a Xumer y FordCopp, que son dos incondicionales gracias a los cuales me he reído mucho y me he divertido más haciendo esto de las marveltopías.

"Hola soy Marta, y y me he dedicado a leerme algunas series de Marveltopia, creo que hoy con el "solitario" numero de Lobezno terminare de mandaros unos correos por hoy. El numero esta muy bien como resumen de la caotica y bastante insulsa existencia inmediatamente anterior de Lobezno, tanto en su serie como en Los X-Men. Espero que sigan saliendo mas numeros de esta serie y no ssea una de las que se quedan a medias en Marveltopia; je je. Me ha gustado expecialmente el uso que haces de los personajes y sus relaciones con Lobezno; especialmente con Ororo un personaje que cada vez mas tiende en la marvel "real" a la planitud en su personalidad. Tambien me ha gustado mucho el intuir segun lo escrito en el ultimo parrafo, el uso que haras del Doctor sampson para ayudar a lobi con su actual regresion. espero que se convierta en un personaje secundario mas o menos fijo. Nada mas, solo animarte para que sigas escribiendo y me siga leyendo tu serie."

Muchas gracias, Marta, por escoger entre esas series marveltopianas ésta del garras. Una de las cosas que tenía claras desde un principio es que no quería usar al Logan animalesco que salió del número 100 USA, así que lo primero era devolverle su aspecto habitual, cosa que en la continuidad real los autores - empezando por el propio Larry Hama - han hecho por el socorrido sistema de olvidarse de lo hecho. Igualmente de acuerdo contigo en que Ororo ha pasado muchos años de vacas flacas, perdiendo buena parte de la riqueza como personaje que le había insuflado Claremont, pero supongo que es algo que podríamos hacer extensivo a casi todos los mutis, que por mor de ser repetitivos se han convertido en unos personajes bastante planos. Otra cosita que agradecer a Lobdell. Y en principio, Doc Samson no va a aparecer por aquí. En principio es patrimonio del elenco de personajes de Hulk, pero ¡quién sabe! A lo mejor es divertido que intente psicoanalizar al garras. Y seguiré escribiendo mientras la gente siga leyendo o... ¡ups! Según que cosas mejor no mentallas, jejejeje...

"Hola que tal?

He leido tu historia de Lobezno, y me parece realmente buena. Aunque no soy nada objetiva ya que es el personaje de los X-Men que mas me gusta (el mas humano, los demas son demasiado... perfectos).

Bueno espero leer pronto algo tuyo, saludos

PVS"

Muchas gracias a ti también. Ciertamente, el éxito de Lobezno, creo yo, se basa precisamente en que, como decía el Doc Skull hace ya la tira de años en Capitán América, el Logan es un tío legal que se va de birras, como cualquier hijo de vecino. ¿Alguien se imagina a Cíclope empinando el codo? ¿o al calvete de Xavier fumando como un carretero? Pues eso.

ACLARACIONES: La región donde Tiro Trucado y Jabalina aterrizan fue testigo de la saga Las Manos del Mandarín, repartida entre Iron Man, Máquina de Guerra y Fuerza de Choque.

Y esto ha sido todo por hoy. En el próximo número, seguimos en Tijuana con tequila, sexo, mari juana y una visión del arte de la guerra.

 
 
   
www.marvel.com
(1) All characters and the distinctive likenesses thereof are Trademarks of Marvel Characters, Inc. and are used with permission.
(2) Copyright © 2003 Marvel Characters, Inc. All Rights Reserved.