LOS 4 FANTASTICOS #418
La Cosa en
Interludio romántico
Guión:
Jesús Alonso
Alicia ha vuelto.
Ben Grimm es un hombre sencillo. Más allá del héroe, existe la persona que
anhela lo que cualquier persona espera de la vida.
Una familia: Los 4 Fantásticos son un buen sustitutivo de su familia
natural. No sabe qué hacer sin ellos.
Y por supuesto, el amor: Alicia Masters.
Pero en los últimos años, su mundo se ha venido abajo con insultante
facilidad.
¿Porqué se distanciaron? ¿Cuándo comenzó todo?
¿Porqué se quedó en el planeta de las Secret Wars? A todas luces, era una
estupidez.
Se apartaba de su familia, se apartaba del amor de su vida. Sólo por
disfrutar del poder de transformarse a humano por su propia voluntad.
Pero entonces... ¿porqué lo hizo? Aún hoy, no tenía una respuesta concreta y
satisfactoria que darse. Y eso que pensaba muy a menudo en el tema, como
ahora, sentado en aquel banco de Central Park donde tantas veces habían
traído Alicia y él al pequeño Franklin...
Así miraba Ben a las familias que estaban de picnic por los alrededores...
todo lo que él anhelaba. ¿Era autocompasión el venir al parque, como hacía
habitualmente y deleitarse en ver aquello que él secretamente pensaba que
jamás tendría? Ben no solía hacerse ese tipo de preguntas.
Uno de sus principales defectos era que no reflexionaba lo suficiente. Ése
era su carácter, de todos modos.
- ¡Pero si es el adorable Ben Grimm!
"¿Adorable?"
Ben se volvió y vio a un rudo leñador canadiense. No, lo parecía. No iba a
haber un leñador en pleno Central Park.
- ¿Me da un autógrafo? Por favor, por favor, por favor...
"Qué mal rollo me está dando..."
- ¡Nicky, ven aquí, es La Cosa!
Y Nicky vino corriendo... éste no parecía un leñador... éste parecía un
policía. Todo cuero.
- Ay, Dios mío...
- ¿Perdone?
- No, nada... si quieren un autógrafo...
- Nada, absolutamente nada, nos haría más ilusión...
Ben sonrió... los miró a ambos... le pareció una imagen patética la que
componían ambos... no era homófobo, pero aún así le pareció totalmente
risible la parejita.
- ¿Puedo hacerle una pregunta personal?
Ben nunca sabría porqué contestó lo que dijo a continuación... y eso que en
el futuro se preguntaría una y mil veces cómo su respuesta fue otra a la que
cualquiera esperaría...
- Adelante.
Por un momento, pensó que le preguntarían cómo era su pene. Era la pregunta
tópica y reiterada... eso, y cómo se las arreglaba en la cama. A veces, eran
más ingeniosos y le preguntaban cómo eran sus condones.
- ¿Para cuándo su boda?
Ben se sorprendió... No acertaba a responder...
- Según las noticias, la Alicia Masters que se casó con John Storm no era la
auténtica... eso significa que sigue libre, ¿no?
Ben cogió de sus manos el bolígrafo y el cuadernillo que le tendían, algo
enfadado.
- Aquí tienen su autógrafo...
El poli y el leñador intercambiaron miradas perplejas... y sonrieron.
- Parece que hemos tocado hueso...
- No... la señorita Masters y yo nos hemos dado un tiempo...
- ¿Tiempo? Por Dios, señor Grimm... perdone la confianza, pero no nos venga
con esas...
- Perdonad... pero he venido a estar solo...
La sonrisa de la pareja se tornó en determinación...
- Mire, hemos comenzado mal... yo me llamo Nathan y éste es Nick.
- Mirad chicos, tengo muy malas pulgas, y hoy no es buen día para tocarme
las narices...
- ¡Y una %#"@# no es buen día!
Ben intentó ignorarlos... ¿qué iba a hacer? ¿Pegarles? No, no era la hora de
las tortas... eran simples humanos.
- ¿Sabe? He visto a mucha gente en su situación... embarcándose en una
espiral de autocompadecimiento de tal modo que
se olvida de lo que realmente importa.
- Que es... - sugirió Ben sarcásticamente.
- Que usted ama a Alicia Masters. Para cualquiera que les haya visto juntos,
resulta irrefutablemente obvio.
- Dime algo que no sepa, Nick.
- Cállese... ahora llega el momento en que usted escucha y responde a
nuestras preguntas.
Ben no se encontraba bien anímicamente. Si hubiera aparecido Annihilus o el
Dr. Muerte, habrían pagado los platos rotos, como siempre, pero no se sentía
con fuerzas suficientes para callar a una pareja homosexual que le atosigaba
a preguntas y le reprochaba su actitud.
- ¿Ama usted a Alicia?
- ¿No decís que es tan obvio?
- ¿La ama de veras?
- Mira, no tengo porqué...
- ¡Díga sí o no!
- Sí, ¿vale?
Ben lo había soltado. Vale, punto para ellos... ahora lo dejarían en paz.
- ¿Le ha pedido que se case con usted?
- No.
- ¿Por qué no?
- Eso no es de vuestra incumbencia.
Aunque Nathan hubiese llevado la voz cantante, ahora fue Nick quien comenzó
a poner puntos sobre las íes.
- ¿Cómo que no es de nuestra incumbencia?
- Mirad chicos, no soy un personaje de la prensa ros... del corazón...
- Mira, Ben, porque te voy a tutear...
- No teneis derecho a meteros en mi vida privada...
- Mira, si nos topamos con Tom Cruise, le pedimos un autógrafo pero no le
preguntamos si es gay o no...
Nathan tosió intencionadamente...
- Bueno, a él sí... por lo que pudiera pasar... pero a lo que voy es que nos
importa una mierda la vida privada de los famosos...
- Ya me lo estais demostrando...
- Pero es que tú no eres simplemente "un famoso".
- ¿Ah, no?
- No, tú nos has salvado la vida incontables veces...
- No recuerdo haberlo hecho...
- ¿Cuántas veces has salvado al mundo, idiota?
Ben no podía creerse que estos dos le estuviesen hablando en ese tono.
- Muchas.
- ¿Y nosotros no somos parte del mundo?
Touché. Sí, les había salvado la vida unas cuantas veces.
- ¿Y?
- Es nuestra forma de devolverte el favor.
Ben calló.
- Así que ahora me vas a decir por qué no le has pedido a Alicia que se case
contigo...
Ben siguió callado.
- ¿Temes que te rechace? Vamos, ella nunca lo haría... está colada por ti.
Siempre lo ha estado.
- Sé que dirá que sí.
- Entonces eres tú quien no quiere casarse con ella.
- No, no es eso...
- ¿Entonces qué es?
Ben volvió a callar.
- Oh, Dios mío, Nick, creo que ya sé qué pasa.
- No, no lo sabes.
- El qué dirán.
- No, no es el qué dirán... ya lo dicen... ¿creeis que no veo la compasión
en el rostro de la gente que nos mira? ¿Creeis que no oigo los comentarios?
Unas carcajadas resonaron en el parque.
- Sí, ya, reid... Si vosotros mismos componeis una imagen patética...
- Sí, ¿y qué? Ben... no me digas que a estas alturas, y tras tantos años, no
tiene asumido sus "características físicas"
- Sí, si las tengo...
- ¿Y cree que nosotros no? Lo que pasa es que hemos aprendido a que no nos
importe.
- ¿Qué vais a saber vosotros?
Nick y Nathan se pusieron serios.
- ¿En qué es distinto? Que nosotros no tenemos un cuerpo de roca. Pero la
gente se ríe igual, nos señala con el dedo y a veces, sencillamente, nos
odian por ser lo que somos.
- Y a ti te quieren todos, Ben.
- Bueno, salvo el Dr. Muerte.
Ben sonrió.
- Así que no nos vamos de aquí hasta que nos digas de veras porqué no le
pides a Alicia que se case contigo.
Ben respiró profundamente. Y lo soltó.
- Es demasiado buena para mí.
- De eso no tenemos duda, muchachote, pero debe haber algo más.
- ¿Sabeis la de veces que he recuperado mi cuerpo humano?
- Sí, a veces parece el tópico recurso fácil de un guionista sin
imaginación...
- Pues siempre he tenido el mismo miedo... que Alicia ame a la Cosa, y no a
Ben Grimm. Y cuando recupero el cuerpo de la Cosa, mi miedo es que deje de
amarme por que ya no soy humano.
Otra vez más, los dos canadienses se miraron entre sí. Era más de lo que
esperaban.
- Pues sólo veo una solución... Cásate con ella. Y pídeselo hoy mismo.
- ¿Pero estais locos o qué? ¿Vais por la calle diciéndole a la gente que se
case?
- Considéralo un "hobby".
El silencio que reinaba en el estudio de Alicia Masters se vio roto de
repente por el timbre de la puerta. Alicia dejó el té que estaba preparando
y después de limpiarse un poco las manos en un paño, se dirigió presurosa a
abrir.
- Alicia, soy Ben.
- Oh, pasa...
- Chicos, ya os podeis ir...
- Ni de coña, Ben... que seguro que te echas atrás.
- ¿Traes unos amigos, Ben?
- Sí...
Alicia abrió la puerta un poco incómoda... estaba más o menos presentable,
pero tampoco arreglada. Más bien, informal... con pantalones cortos y camisa
para modelar... ropa cómoda que no le importaba que se ensuciara... y estaba
con algunas manchas de arcilla, eso seguro. Estaba haciendo una serie de
bustos por encargo... el Profesor Charles Xavier le había dado una serie de
"matrices empáticas", o algo así las llamaba, de una serie de alumnos de su
escuela fallecidos... ya llevaba tres, y ahora se encontraba con todo un
reto... ¿cómo recrear a un alienígena multiforme? Se encontraba como un
escritor ante un folio en blanco. De ahí que hubiera comenzado tres veces y
hubiese tenido que parar a hacerse un té.
- Pasad, por favor... y Ben, preséntamelos, que si no te lo digo, no lo
haces.
Ignorando a Ben, fueron Nathan y Nick los que se presentaron... ambos le
dieron la mano y Alicia hizo una mueca extraña al notar el contacto de Nick.
Ben no le dio importancia...
- En realidad, sólo hemos venido como testigos, señorita Masters...
- Ben, es tu turno, que no tenemos todo el día...
- Ben, ¿qué ocurre?
- Ven, siéntate.
Alicia se sentó obedientemente... mientras Ben se arrodillaba.
- Alicia... he de decirte algo... pero antes, te pido que seas indulgente
conmigo... tengo que reconocer que estoy más nervioso que cuando Galactus
llegó a la Tierra... que cualquiera de las veces que el Dr. Muerte nos ha
tenido contra las cuerdas...
- ¿Porqué, Ben?
Ben de pronto se da cuenta de que no ha hecho algo...
- Nathan, dame eso...
Nathan obedece en el acto y le entrega un ramo de rosas rojas a Alicia.
- Se me olvidaba darte las flores de rigor...
- Oh, Dios mío... - susurra ligeramente Alicia al darse cuenta de qué va
todo. ¿No estarás de rodillas, Ben?
- No... sólo con una rodilla al suelo...
Alicia casi deja escapar una risa. Se limita a tragar saliva y recomponer su
porte... lo último que quiere es que Ben se incomode más de lo que ya
está... Ben es un hombre de acción, un hombre sencillo en el fondo, y le es
infinitamente más difícil expresar sus sentimientos que machacar a un
supervillano.
- Bueno, Alicia... Creo que durante demasiado tiempo he hecho el tonto.
Tantos años de amistad y noviazgo y nunca he dado el paso que tenía que
dar...
Alicia sintió cómo se le aceleraba el corazón... porque ella era una
romántica empedernida... una parte de ella se sentía también culpable de no
haberle propuesto nunca a Ben el casarse... pero siempre vencía la parte
"conservadora" de su personalidad y esperaba y esperaba éste momento. Y por
fin había llegado.
- Me siento como un estúpido por haber mareado la perdiz tanto tiempo... la
culpa es sólo mía... mi tendencia a autocompadecerme casi acaba con nuestra
relación en demasiadas ocasiones... jamás podré perdonarme haberte hecho
faenas como quedarme en el planeta de las Secret Wars... cuando volví y vi a
Johnny abrazando a una falsa Alicia
fue cuando comprendí lo mucho que te quería... tanto como para dejar que
fueras feliz en brazos de mi mejor amigo. Afortunadamente, todo era falso...
pero yo fui tan estúpido que no supe aprovechar mi oportunidad... hasta
ahora...
- Ben, no te sientas...
- No voy a dudar... por una vez, voy a hacer lo que quiero y tengo que
hacer... Alicia, ¿quieres casarte conmigo?
Alicia sonrió otra vez. Justo antes de besar a Ben apasionadamente, dijo...
- Sí, claro que sí.
Cuando terminó de besarle... añadió...
- Y ya era hora...
Nick fue quien rompió por un momento el silencio, apartando la mirada del
visor de su videocámara...
- Estooo... ¿podríamos repetir la toma?
Nathan y Nick estaban ya unas manzanas lejos del estudio de Alicia, donde
ésta y Ben se habían quedado solos.
- Alicia se ha dado cuenta...
- Lo suponía. Después de tantos años... cómo no te iba a reconocer... si no
fuese ciega, la habrías confundido totalmente. Aquí sólo tenías ese
modulador de voz para que no te reconociese.
"Nathan" apagó su inductor de imágenes. Miró a "Nick", que recuperaba su
forma original y le dijo...
- Menos mal que Bobby Drake me ha dejado uno de estos... venga, te llevo
volando a ver qué cara ponen Reed y Sue cuando les llamen...
- Por cierto, te has pasado al elegir "Nathan" y "Nick" como nombres...
Y la Antorcha Humana cogió a Lyja en sus brazos y ambos volaron, lejos de la
posible mirada de Ben... que nunca debería saber quién le dio realmente el
empujoncito definitivo...
De todos modos, Lyja hizo la pregunta del millón...
- Johnny... ¿y cuándo me vas a preguntar lo mismo a mí?
¿FIN?
EDIFICIO BAXTER
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