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Reed Richards, Susan Richards, Ben Grimm, Johnny Storm. Ellos son los mayores héroes de la tierra, exploradores de mundos extraños y maravillosos, aventureros sin par. Pero ante todo eso, ellos son la más grande familia de Marvel.
 
Los 4 Fantásticos

LOS 4 FANTASTICOS #418
La Cosa en
Interludio romántico

Guión: Jesús Alonso

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Alicia ha vuelto.

Ben Grimm es un hombre sencillo. Más allá del héroe, existe la persona que anhela lo que cualquier persona espera de la vida.

Una familia: Los 4 Fantásticos son un buen sustitutivo de su familia natural. No sabe qué hacer sin ellos.

Y por supuesto, el amor: Alicia Masters.

Pero en los últimos años, su mundo se ha venido abajo con insultante facilidad.

¿Porqué se distanciaron? ¿Cuándo comenzó todo?

¿Porqué se quedó en el planeta de las Secret Wars? A todas luces, era una estupidez.

Se apartaba de su familia, se apartaba del amor de su vida. Sólo por disfrutar del poder de transformarse a humano por su propia voluntad.

Pero entonces... ¿porqué lo hizo? Aún hoy, no tenía una respuesta concreta y satisfactoria que darse. Y eso que pensaba muy a menudo en el tema, como ahora, sentado en aquel banco de Central Park donde tantas veces habían traído Alicia y él al pequeño Franklin...

Así miraba Ben a las familias que estaban de picnic por los alrededores... todo lo que él anhelaba. ¿Era autocompasión el venir al parque, como hacía habitualmente y deleitarse en ver aquello que él secretamente pensaba que jamás tendría? Ben no solía hacerse ese tipo de preguntas.

Uno de sus principales defectos era que no reflexionaba lo suficiente. Ése era su carácter, de todos modos.

- ¡Pero si es el adorable Ben Grimm!

"¿Adorable?"

Ben se volvió y vio a un rudo leñador canadiense. No, lo parecía. No iba a haber un leñador en pleno Central Park.

- ¿Me da un autógrafo? Por favor, por favor, por favor...

"Qué mal rollo me está dando..."

- ¡Nicky, ven aquí, es La Cosa!

Y Nicky vino corriendo... éste no parecía un leñador... éste parecía un policía. Todo cuero.

- Ay, Dios mío...

- ¿Perdone?

- No, nada... si quieren un autógrafo...

- Nada, absolutamente nada, nos haría más ilusión...

Ben sonrió... los miró a ambos... le pareció una imagen patética la que componían ambos... no era homófobo, pero aún así le pareció totalmente risible la parejita.

- ¿Puedo hacerle una pregunta personal?

Ben nunca sabría porqué contestó lo que dijo a continuación... y eso que en el futuro se preguntaría una y mil veces cómo su respuesta fue otra a la que cualquiera esperaría...

- Adelante.

Por un momento, pensó que le preguntarían cómo era su pene. Era la pregunta tópica y reiterada... eso, y cómo se las arreglaba en la cama. A veces, eran más ingeniosos y le preguntaban cómo eran sus condones.

- ¿Para cuándo su boda?

Ben se sorprendió... No acertaba a responder...

- Según las noticias, la Alicia Masters que se casó con John Storm no era la auténtica... eso significa que sigue libre, ¿no?

Ben cogió de sus manos el bolígrafo y el cuadernillo que le tendían, algo enfadado.

- Aquí tienen su autógrafo...

El poli y el leñador intercambiaron miradas perplejas... y sonrieron.

- Parece que hemos tocado hueso...

- No... la señorita Masters y yo nos hemos dado un tiempo...

- ¿Tiempo? Por Dios, señor Grimm... perdone la confianza, pero no nos venga con esas...

- Perdonad... pero he venido a estar solo...

La sonrisa de la pareja se tornó en determinación...

- Mire, hemos comenzado mal... yo me llamo Nathan y éste es Nick.

- Mirad chicos, tengo muy malas pulgas, y hoy no es buen día para tocarme las narices...

- ¡Y una %#"@# no es buen día!

Ben intentó ignorarlos... ¿qué iba a hacer? ¿Pegarles? No, no era la hora de las tortas... eran simples humanos.

- ¿Sabe? He visto a mucha gente en su situación... embarcándose en una espiral de autocompadecimiento de tal modo que se olvida de lo que realmente importa.

- Que es... - sugirió Ben sarcásticamente.

- Que usted ama a Alicia Masters. Para cualquiera que les haya visto juntos, resulta irrefutablemente obvio.

- Dime algo que no sepa, Nick.

- Cállese... ahora llega el momento en que usted escucha y responde a nuestras preguntas.

Ben no se encontraba bien anímicamente. Si hubiera aparecido Annihilus o el Dr. Muerte, habrían pagado los platos rotos, como siempre, pero no se sentía con fuerzas suficientes para callar a una pareja homosexual que le atosigaba a preguntas y le reprochaba su actitud.

- ¿Ama usted a Alicia?

- ¿No decís que es tan obvio?

- ¿La ama de veras?

- Mira, no tengo porqué...

- ¡Díga sí o no!

- Sí, ¿vale?

Ben lo había soltado. Vale, punto para ellos... ahora lo dejarían en paz.

- ¿Le ha pedido que se case con usted?

- No.

- ¿Por qué no?

- Eso no es de vuestra incumbencia.

Aunque Nathan hubiese llevado la voz cantante, ahora fue Nick quien comenzó a poner puntos sobre las íes.

- ¿Cómo que no es de nuestra incumbencia?

- Mirad chicos, no soy un personaje de la prensa ros... del corazón...

- Mira, Ben, porque te voy a tutear...

- No teneis derecho a meteros en mi vida privada...

- Mira, si nos topamos con Tom Cruise, le pedimos un autógrafo pero no le preguntamos si es gay o no...

Nathan tosió intencionadamente...

- Bueno, a él sí... por lo que pudiera pasar... pero a lo que voy es que nos importa una mierda la vida privada de los famosos...

- Ya me lo estais demostrando...

- Pero es que tú no eres simplemente "un famoso".

- ¿Ah, no?

- No, tú nos has salvado la vida incontables veces...

- No recuerdo haberlo hecho...

- ¿Cuántas veces has salvado al mundo, idiota?

Ben no podía creerse que estos dos le estuviesen hablando en ese tono.

- Muchas.

- ¿Y nosotros no somos parte del mundo?

Touché. Sí, les había salvado la vida unas cuantas veces.

- ¿Y?

- Es nuestra forma de devolverte el favor.

Ben calló.

- Así que ahora me vas a decir por qué no le has pedido a Alicia que se case contigo...

Ben siguió callado.

- ¿Temes que te rechace? Vamos, ella nunca lo haría... está colada por ti. Siempre lo ha estado.

- Sé que dirá que sí.

- Entonces eres tú quien no quiere casarse con ella.

- No, no es eso...

- ¿Entonces qué es?

Ben volvió a callar.

- Oh, Dios mío, Nick, creo que ya sé qué pasa.

- No, no lo sabes.

- El qué dirán.

- No, no es el qué dirán... ya lo dicen... ¿creeis que no veo la compasión en el rostro de la gente que nos mira? ¿Creeis que no oigo los comentarios?

Unas carcajadas resonaron en el parque.

- Sí, ya, reid... Si vosotros mismos componeis una imagen patética...

- Sí, ¿y qué? Ben... no me digas que a estas alturas, y tras tantos años, no tiene asumido sus "características físicas"

- Sí, si las tengo...

- ¿Y cree que nosotros no? Lo que pasa es que hemos aprendido a que no nos importe.

- ¿Qué vais a saber vosotros?

Nick y Nathan se pusieron serios.

- ¿En qué es distinto? Que nosotros no tenemos un cuerpo de roca. Pero la gente se ríe igual, nos señala con el dedo y a veces, sencillamente, nos odian por ser lo que somos.

- Y a ti te quieren todos, Ben.

- Bueno, salvo el Dr. Muerte.

Ben sonrió.

- Así que no nos vamos de aquí hasta que nos digas de veras porqué no le pides a Alicia que se case contigo.

Ben respiró profundamente. Y lo soltó.

- Es demasiado buena para mí.

- De eso no tenemos duda, muchachote, pero debe haber algo más.

- ¿Sabeis la de veces que he recuperado mi cuerpo humano?

- Sí, a veces parece el tópico recurso fácil de un guionista sin imaginación...

- Pues siempre he tenido el mismo miedo... que Alicia ame a la Cosa, y no a Ben Grimm. Y cuando recupero el cuerpo de la Cosa, mi miedo es que deje de amarme por que ya no soy humano.

Otra vez más, los dos canadienses se miraron entre sí. Era más de lo que esperaban.

- Pues sólo veo una solución... Cásate con ella. Y pídeselo hoy mismo.

- ¿Pero estais locos o qué? ¿Vais por la calle diciéndole a la gente que se case?

- Considéralo un "hobby".

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El silencio que reinaba en el estudio de Alicia Masters se vio roto de repente por el timbre de la puerta. Alicia dejó el té que estaba preparando y después de limpiarse un poco las manos en un paño, se dirigió presurosa a abrir.

- Alicia, soy Ben.

- Oh, pasa...

- Chicos, ya os podeis ir...

- Ni de coña, Ben... que seguro que te echas atrás.

- ¿Traes unos amigos, Ben?

- Sí...

Alicia abrió la puerta un poco incómoda... estaba más o menos presentable, pero tampoco arreglada. Más bien, informal... con pantalones cortos y camisa para modelar... ropa cómoda que no le importaba que se ensuciara... y estaba con algunas manchas de arcilla, eso seguro. Estaba haciendo una serie de bustos por encargo... el Profesor Charles Xavier le había dado una serie de "matrices empáticas", o algo así las llamaba, de una serie de alumnos de su escuela fallecidos... ya llevaba tres, y ahora se encontraba con todo un reto... ¿cómo recrear a un alienígena multiforme? Se encontraba como un escritor ante un folio en blanco. De ahí que hubiera comenzado tres veces y hubiese tenido que parar a hacerse un té.

- Pasad, por favor... y Ben, preséntamelos, que si no te lo digo, no lo haces.

Ignorando a Ben, fueron Nathan y Nick los que se presentaron... ambos le dieron la mano y Alicia hizo una mueca extraña al notar el contacto de Nick. Ben no le dio importancia...

- En realidad, sólo hemos venido como testigos, señorita Masters...

- Ben, es tu turno, que no tenemos todo el día...

- Ben, ¿qué ocurre?

- Ven, siéntate.

Alicia se sentó obedientemente... mientras Ben se arrodillaba.

- Alicia... he de decirte algo... pero antes, te pido que seas indulgente conmigo... tengo que reconocer que estoy más nervioso que cuando Galactus llegó a la Tierra... que cualquiera de las veces que el Dr. Muerte nos ha tenido contra las cuerdas...

- ¿Porqué, Ben?

Ben de pronto se da cuenta de que no ha hecho algo...

- Nathan, dame eso...

Nathan obedece en el acto y le entrega un ramo de rosas rojas a Alicia.

- Se me olvidaba darte las flores de rigor...

- Oh, Dios mío... - susurra ligeramente Alicia al darse cuenta de qué va todo. ¿No estarás de rodillas, Ben?

- No... sólo con una rodilla al suelo...

Alicia casi deja escapar una risa. Se limita a tragar saliva y recomponer su porte... lo último que quiere es que Ben se incomode más de lo que ya está... Ben es un hombre de acción, un hombre sencillo en el fondo, y le es infinitamente más difícil expresar sus sentimientos que machacar a un supervillano.

- Bueno, Alicia... Creo que durante demasiado tiempo he hecho el tonto. Tantos años de amistad y noviazgo y nunca he dado el paso que tenía que dar...

Alicia sintió cómo se le aceleraba el corazón... porque ella era una romántica empedernida... una parte de ella se sentía también culpable de no haberle propuesto nunca a Ben el casarse... pero siempre vencía la parte "conservadora" de su personalidad y esperaba y esperaba éste momento. Y por fin había llegado.

- Me siento como un estúpido por haber mareado la perdiz tanto tiempo... la culpa es sólo mía... mi tendencia a autocompadecerme casi acaba con nuestra relación en demasiadas ocasiones... jamás podré perdonarme haberte hecho faenas como quedarme en el planeta de las Secret Wars... cuando volví y vi a Johnny abrazando a una falsa Alicia fue cuando comprendí lo mucho que te quería... tanto como para dejar que fueras feliz en brazos de mi mejor amigo. Afortunadamente, todo era falso... pero yo fui tan estúpido que no supe aprovechar mi oportunidad... hasta ahora...

- Ben, no te sientas...

- No voy a dudar... por una vez, voy a hacer lo que quiero y tengo que hacer... Alicia, ¿quieres casarte conmigo?

Alicia sonrió otra vez. Justo antes de besar a Ben apasionadamente, dijo...

- Sí, claro que sí.

Cuando terminó de besarle... añadió...

- Y ya era hora...

Nick fue quien rompió por un momento el silencio, apartando la mirada del visor de su videocámara...

- Estooo... ¿podríamos repetir la toma?

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Nathan y Nick estaban ya unas manzanas lejos del estudio de Alicia, donde ésta y Ben se habían quedado solos.

- Alicia se ha dado cuenta...

- Lo suponía. Después de tantos años... cómo no te iba a reconocer... si no fuese ciega, la habrías confundido totalmente. Aquí sólo tenías ese modulador de voz para que no te reconociese.

"Nathan" apagó su inductor de imágenes. Miró a "Nick", que recuperaba su forma original y le dijo...

- Menos mal que Bobby Drake me ha dejado uno de estos... venga, te llevo volando a ver qué cara ponen Reed y Sue cuando les llamen...

- Por cierto, te has pasado al elegir "Nathan" y "Nick" como nombres...

Y la Antorcha Humana cogió a Lyja en sus brazos y ambos volaron, lejos de la posible mirada de Ben... que nunca debería saber quién le dio realmente el empujoncito definitivo...

De todos modos, Lyja hizo la pregunta del millón...

- Johnny... ¿y cuándo me vas a preguntar lo mismo a mí?

¿FIN?

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