LOS 4 FANTASTICOS #419
La Antorcha Humana
El fuego quema
Guión: Ben Reilly
Portada: Wish
El ruido del cohete es ensordecedor en la pista pero nadie está para
escucharlo. El lanzamiento del cohete no había sido programado para hoy, ni
siquiera había un permiso oficial para el despegue pero había que hacerlo.
Había que arriesgarse y probar el nuevo motor espacial arriesgando la vida
con los peligrosos rayos cósmicos. Nada debería haber ido mal, los rayos
cósmicos no tendrían que haber atravesado el blindaje pero lo hicieron y la
vida de cuatro personas fue alterada para siempre.
En aquellos días Johnny Storm era un adolescente alocado y temerario que
nunca pensaba en las consecuencias de sus actos. Se embarcó en ese loco
viaje para seguir a su hermana que a su vez seguía a su por aquel entonces
novio. Cuando los rayos cósmicos les afectaron, Johnny Storm sintió por
primera vez lo más parecido a la muerte. Su cuerpo se abrasaba, se estaba
quemando, iba a morir. Durante muchas noches no pudo quitarse esa sensación
de la cabeza. Incluso hoy en día cuando piensa en todo lo que pasó siente un
escalofrío.
Esa sensación es la que con el tiempo le ha dado un gran sentido de la
responsabilidad. Como dice su amigo Spider-Man un gran poder conlleva una
gran responsabilidad y Johnny Storm es sin duda el miembro más poderoso de
los 4 Fantásticos. Aquella sensación de morirse, de abrasarse en las llamas
es lo que le ayuda a mantener bajo control su poder, a no usar su poder al
máximo con otros seres vivos a no ser que sea estrictamente necesario porque
Johnny Storm es capaz de generar el calor de un nova y no hay ser humano que
pueda resistir ese calor, por supuesto sus enemigos, lo supervillanos, no
son sólo humanos. Esa sensación de quemazón, de calor insoportable que hoy
ha vuelto a repetirse.
- Pensaba que yo era el rey de la autocompasión -dice una voz en las
alturas-.
Johnny alza la mirada sin importarle las lágrimas de sus ojos y ve a su
viejo amigo Spider-Man enfrente suya, erguido sujetando una telaraña.
- ¿A qué has venido aquí Spidey?.
- Me enteré de lo que pasó esta noche.
- Las noticias vuelan en ciudades pequeñas como Nueva York.
- ¿Eso es sarcasmo?.
- ...
- Veo que no tienes muchas ganas de hablar.
- ¿Cómo lo has sabido?
- Intuición arácnida.
- Dos niños con quemaduras graves y todo por mi culpa.
- ¿Por qué no empiezas desde el principio?.
- Está bien.
Era de noche, Lyja y yo habíamos salido a dar una vuelta, a alejarnos del
tedioso mundo de los superhéroes por unas horas para poder sentirnos como
una pareja normal. Todo lo normal que podemos ser un chico de fuego y una
skrull. Era ya tarde, yo quería quedarme un poco más pero Lyja estaba
cansada. Me encontré con algunos viejos amigos y Lyja vio la excusa perfecta
para dejarme solo. Charlamos, bebimos un poco ya sabes, hicimos esas cosas
que sólo haces cuando te encuentras con los viejos amigos.
Salimos del bar y fuimos gritando por la calle un poco contentos de más. Y
entonces ocurrió. Había un 24 horas que estaba siendo atracado por un par de
tipos armados con una recortada, nada difícil para alguien con mis poderes.
Entré encendido, todo decidido a acabar pronto con los maleantes y volver
con mis amigos. No resultó así. No sé porqué fue, ni cómo sucedió, supongo
que fue mi excesiva confianza mezclada con un poco de alcohol en sangre. El
caso es que exploté... sí, así como suena. Mis llamas se descontrolaron, el
local comenzó a arder rápidamente por culpa de todos los productos
inflamables que había allí y a la intensidad de mis llamas. Pude ver cómo la
gente y los niños gritaban de terror mientras mis llamas seguían su
incesante descontrol. Y lo pero de todo fue que yo también me quemaba, hasta
aquel punto estaban descontrolados mis poderes.
Intenté absorber las llamas como hago normalmente pero cuando las absorbía
las llamas volvían a salir descontroladas. Tuve que salir del local y
ascender a los cielos para descargar toda mi furia donde nadie pudiera salir
herido. Quedé exhausto y sólo la proximidad de un edificio y una poca de
suerte me pudo permitir descansar en su azotea. Esperé a que mi llama se
apagase, no me atrevía a extinguirla por mi mismo por si volvía
descontrolarse. Bajé corriendo por las escaleras del edificio y me dirigió
al local para intentar ayudar en lo que pudiera y compensar mi error. Llegué
tarde, los bomberos ya habían apagado el incendio y salvado a dos niños, dos
niños que ahora están en el hospital intentando recuperarse de sus graves
quemaduras.
- Ya ves Spider-Man, soy un completo desastre. Ni siquiera soy capaz de
controlar mis poderes.
- Mira si alguien sabe lo que es ser un desastre ese soy yo. No quiero tener
que volver a explicarte todo lo que me ha pasado en mi vida1. Lo que pasó
fue un accidente.
- ¿Accidente?. Sí, pudo serlo o no lo admito pero se supone que soy un
superhéroe, se supone que tengo que ayudar a la gente y no quemarla, es más,
soy miembro de uno de los grupos de superhéroes más importante del mundo
sino el que más y soy con diferencia el que más control debe tener de sus
poderes. Tendría que ser el tipo más responsable del mundo.
- Johnny...
- ¿Sí?.
- No le hables a Mr. Responsable de responsabilidad. Mira, cometiste un
error no es el primero ni será el último.
- ¿Tu quieres animarme o que me tire al río?
- Lo que digo es que tienes que seguir adelante, nadie es perfecto. Seguro
que tus compañeros también han cometido cientos de errores.
- ...
- Venga, vamos a dar una vuelta.
- No, yo me quedo aquí un rato. Quiero estar solo.
- He dicho que nos vamos a dar una vuelta... además tengo que ir a comprar
leche para cuando la niña se despierte o MJ me matará.
- ... De acuerdo, a veces pareces mi hermana.
- ¿Lo dices por mi increíble encanto y sexy appeal?
- No, por lo plasta que eres.
- Mmm... te prefería gruñón y calladito como antes. Mmm... ¿se puede saber
adónde vas?
- A bajar por las escaleras.
- ¿Escaleras?. Pero si puedes volar...
- Es que... creo que me vendrá bien el ejercicio.
- Eum... claro. Si vamos a ir andando será mejor que me cambie de ropa.
Los dos amigos caminan por la calle tranquilamente. Peter intenta varias
veces que Johnny hable un poco y se distraiga pero no suerte efecto.
Entonces Peter ve a un viejo conocido.
- ¡Nick!. ¿Adónde vas corriendo?.
- Una casa se está derrumbando... un momento, ¿este no es Johnny Storm?
- Sí, lo soy.
- Genial, ¿puedo hacerle una entrevista?
- Esto...
- ¡Nick!. ¿Qué decías de la casa?.
- Ehm sí. Una casa se está cayendo a pedazos, iba a ser demolida pronto por
el Ayuntamiento lo que indica lo bien conservada que estaba y lo mucho que
llamaba la atención.
- Al grano...
- ¡Voy, voy!. El caso es que dentro había una familia de okupas y siguen
ahí. No puedes moverse mucho por culpa de que toda pueda venirse abajo y los
bomberos no saben cómo proceder.
- Es una buena noticia, vete allí mientras yo voy por la cámara.
- Vale. Un momento, estás en el otro lado de la ciudad, ¿cómo vas a llegar a
tu casa?.
- Compraré una cutre de esas. ¡Ahora vete o la casa se habrá derrumbado para
cuando llegues!
Nick desaparece. Peter va a un callejón a cambiarse de ropa. Johnny sigue a
Nick a lo lejos sin saber que hacer. Cuando llega al lugar tampoco lo sabe.
La situación es peor de lo que aparentaba, a la mala situación de la casa se
le une el incendio. Entrar dentro de la casa es muy peligroso para los
bomberos, cualquier paso en falso, cualquier movimiento brusco haría que la
casa se les viniera encima y todo acabaría en un instante. Johnny tenía
ventaja, podría fundir los restos del edificio instantáneamente y escapar
con la gente inmediatamente. Pero también podría complicar las cosas más si
sus llamas se volviesen locas otra vez. ¿Qué iba a hacer?.
- ¿Puede ayudarnos?.
- ¿Perdone?.
- ¿No es usted la Antorcha Humana?.
- Sí, así es -dice Johnny reparando por primera vez en que su interlocutor
es un bombero-
- Perfecto. Hay dos chicos dentro, tenemos que sacarlos cueste lo que cueste
pero mis hombres están ocupados con un incendio en un rascacielos y no
podemos entrar en la casa y mantener el fuego controlado al mismo tiempo.
Pero usted puede ayudarnos.
- No sé, no estoy en buena forma.
De pronto una telaraña tapa la boca de Johnny.
- No se preocupe Sr. Bombero, el chaval y yo ayudaremos en lo que podamos.
- Spmmm mmm mmmm mmm -murmura Johnny-.
- ¿Qué ha dicho? -pregunta el bombero-.
- Que está encantado de ayudar.
- ¿Le ha entendido?
- Por supuesto, es mi... oído arácnido -dice mientras va hacia la entrada de
la casa con Johnny a cuestas-. Esto es lo que vamos a hacer, yo intentaré
que la casa no se venga abajo mientras tú sacas a los niños, ¿vale?
- Esto...
- Así me gusta, que estemos de acuerdo.
Y Spider-Man se va. Johnny armado de paciencia entre en la casa. Sin
esforzarse puede oír el crujir de las vigas y cómo caen pequeñas virutas del
techo. Grita para intentar averiguar dónde están los niños; la contestación
le viene de cuatro pisos más arribas. Una de las ventajas de convertirte en
una antorcha humana es que toda tu ropa está protegida contra el fuego por
lo que Johnny no tiene problemas para avanzar entre las llamas.
Sube las escaleras oyendo cómo crujen bajo sus pies. Si quisiera podría
absorber todas las llamas de la estancia o encenderse y llegar adonde están
los chicos sin ningún problema pero... bueno, al fin y al cabo puede llegar
adonde están sin encenderse, él es más que sus poderes, puede ser un héroe
sin tener poderes. Sí, puede serlo.
- ¡Nos os preocupéis chicos os sacaré de ahí! -dice mientras entre en la
habitación dos están los dos pequeños. En ese instante el techo se cae ante
ellos y Johnny salta para apartar a los chicos. La situación se estaba
complicando-. Vayamos hacia las escaleras, rápido.
Los tres llegan a las escaleras pero cuando el primer niño pone un pie en
ellas éstas se derrumban y sólo la rápida y fuerte mano de Johnny impide que
el niño se vaya abajo con ellas.
- Por ahí no podremos bajar -dice mientras comienza a toser-. Ni subir.
Intentemos encontrar una ventana.
Johnny busca desesperadamente una sala donde pueda acceder a una ventana
pero no lo consigue.
- No hay salida. ¡¡Spider-Man!! .grita intenta conseguir la ayuda de su
arácnido amigo-. ¿Dónde se habrá metido ese cabeza hueca?.
"Ni los niños ni yo aguantaremos mucho más, acabaremos asfixiándonos o algo
peor. Si me encendiera podría salir de aquí en unos instantes pero no me
atrevo, no quiero que estos niños salgan achicharrados por mi culpa. No
puedo encenderme, es más no necesito encenderme, he probado más de una vez
que soy un superhéroe no sólo por mis poderes sino por mi inteligencia, mi
fuerza y mi valor.
"Sí, por mi valor... si soy tan valiente ¿por qué no quiero encenderme?. Es
la única forma de salir de aquí vivos. ¿Voy a dejar que mis miedos maten a
estos chicos?. Si no me enciendo estos chicos morirán seguro, ¿no es eso lo
mismo que le hice a los otros?. Si me enciendo al menos tendremos una
posibilidad. Tengo que hacerlo pero no puedo.
De pronto el techo se desprende y cae sobre los tres.
- ¡¡Llamas a mí!!
Y Johnny pulveriza los restos que los amenazaba.
- Cogeos a mí y no tengáis miedo, os sacaré volando.
Y lo hace sin problema alguno. Una vez fuera, la casa se derrumba.
- Gracias por la ayuda -dice el bombero-.
- No ha sido nada -dice mientras se eleva por el aire hasta un edificio
cercano-. ¿Dónde estabas?. Necesitaba tu ayuda.
- Tuve que atender unos recados -dice Spider-Man con una amplia sonrisa
debajo de la máscara-.
- Gracias por ayudarme.
- Hoy por ti mañana por mí. ¿Qué?. ¿Listo para irnos a capturar ladrozuelos
de poca monta?.
- No, tengo otra cosa que hacer.
Johnny se despide de Spider-Man y va directamente al hospital donde tiene
que esperar unas horas hasta que le permiten entrar a ver a uno de los niños
que sufrieron quemaduras a causa del descontrol de sus llamas.
Las horas pasan lentas. Mientras espera Johnny medita qué dicerle a los
chicos, ni siquiera sabe exáctamente qué pasó. Al final, después de las
comeduras de tarro más grandes de la historia Johnny puede pasar y ver al
chico.
- Hola, ¿cómo estás? -pregunta Johnny-.
- Un poco chamuscado -responde jocosamente el chico-. Siento lo que hice.
- Soy yo el que lo siento; se supone que debería tener más control sobre mis
poderes.
- ¿Qué?. No, no fue culpa tuya. Es mi poder mutante, hago que la gente con
superpoderes pierda el control sobre ellos. Cuando aquel tipo nos estaba
apuntando con el arma sentí tanto miedo que mi poder se disparó.
Así que al fin y al cabo no había sido culpa suya. Era lo mismo, había
aprendido una buena lección hoy y había salvado a mucha gente, eso era lo
importante.
1.- Principalmente porque no es lugar para ello, Spider-Man ya tiene dos
series así que no va a chupar tanta cámara :)
EDIFICIO BAXTER
Escribenos a marveltopia@terra.es