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Mutantes, acción, apología de las drogas (blandas), borracheras y comidas de tarro... Todo ello en...
 
Los Cachorros

LOS CACHORROS #23
Antes de la tormenta...
Guión: Xum

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PORTADA: Foto en grupo. Luego utilizada para posters y camisetas, todos los Cachorros posando.

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Lo más importante para pasar una buena noche es siempre estructurarla de forma coherente.

Veamos, uno no puede pasarse toda la noche, de las 23h hasta las 4h, bailando, a no ser por supuesto que tenga el físico de Coloso o esté completamente colocado de pastillas y coca.

Por lo que respecta a lo que yo sé nadie puede aguantar tanto tiempo. Si no estáis de acuerdo enviadme un mail, al final del número pone mi correo.

Tat conoce la regla y como le toca a él montar la fiesta decide organizarla bien.

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Prefiesta.

Los Cachorros atrapados dentro del coche.

Tras el incidente en el que Tat se cargó el cadillac rosa de Guido Carosella (destruyendo para siempre la confianza que tenía Fortachón en el joven mutante) y el "Aguila Dorada II" (que, aunque no fue su culpa, destruyó la poca credibilidad que le quedaba) nadie se fia un pelo de los Cachorros.

Les ha tocado llevarse una anticualla que tenia guardada Forja en el garaje. Un Pontiac del año de la picor, eso si, con turbo incorporado (teniendo en cuenta todo el transporte high-tech que tienen en Falls Edge esto es una verdadera penitencia).

Los Cachorros van muy apretados. Al menos, con las modificaciones de Forja al vehículo llegarán relativamente rápido a su destino.

- Tío, aparta el codo. Me lo estás clavando.

- Vale, Fiambre... ¿Así mejor?

- Ahora me lo estas clavando a mí.

- Perdón, Maxine... Dios, casi prefería cuando sólo eramos 4. Era un número mucho más manejable.

- Si quieres me voy, Jon.

- NO quería decir eso, Quentin... Sabes que te aprecio y todo eso...

- ¿Cuándo vamos a llegar? - Pregunta Maxine, ella, Jon y Fiambre estaban en la parte de atrás mientras que Tat conducía y Quentin se ponía de copiloto.

- No tardaremos mucho. Si nos hubieran dejado otro medio de transporte llegariamos mucho más rapido. Este trasto va muy rápido si lo comparamos a la velocidad de los demás vehículos, pero lento como un caracol si tomamos en cuenta lo que hay en el garaje de Falls Edge.

- Dejad ya de quejaros.- Dice Quentin.- Tampoco se está tan mal.

- Claro, como tú vas delante.

- Bueno, Quentin, ¿qué tal tus primeros días en Factor-X?

- Bien...

- ¿Cuánto queda para llegar? - Vuelve a preguntar Jon.

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Primera Parada: Immortal.

Era el típico pequeño antro lleno de Heavies de largo pelo.

Aun así tenía sus ventajas. La música no estaba tan mal. Servían jarras de sangría y birras a mitad de precio y sobre todo te dejaban fumar a gusto sin el típico aviso de "Perdona, pero aquí no se pueden fumar porros."

- Fiambre, líate uno.

- Ahora después, Jon.- Le dice.- ¿Qué quereis que os pida en la barra?

- Una Bud.- (Os recuerdo que me tengo que sacar pasta como sea, mayormente a base de publicidad encubierta).

- Otra.

- ¿Una sangría a medias, Jon?.- Pregunta Tat mientras se enciende un pitillo (¿apologia de drogas? ¿yo? Nahhh).

- Vale.

- Bien, ahora vuelvo con todo.

Fiambre se va a por la bebida.

- ¿Tendrá suficientes manos para llevarlo todo? - Pregunta Maxine.

- Seguro...

- Tat, liate uno.

- Joder, Jon. Estoy fumando tabaco... ¿Por qué no aprendes a liar?

- Bueno... Es que lo que quiero es fumar, no liar.

- Ya. Pues para una cosa hace falta lo otro.

- Grunf... Bueno. Lo intentaré.- Jon empieza a sacar su material, papel, tabaco, hach...

- ¿Entonces como veis las cosas los vampiros?.- Pregunta Maxine.- Creo haber leído en alguna parte que teníais sentidos aumentados.

- No exactamente.- Contesta Quentin.- No sabría cómo explicártelo. Es como intentar explicarle a un sordo de nacimiento lo que son los sonidos.

- Esa frase está muy gastada.

- Ya. Pero es como un mundo aparte. Es como estar completamente colgado de LSD, pero tampoco es eso exactamente.- Intenta explicar Quentin.- Oxtia... Pero si es Miriam.

- ¿Miriam, quién es esa?.- Le pregunta Tat.

- Era una amiga de Josh. Estaba en la fiesta que montamos en Detroit, creo recordar que ella y Fiambre se acabaron enrollando.- Contesta Quentin.

- No me contó nada.

- Puede que no se acordase, Jon. También me suena que estaba muy muy pedo.

- Voy a hablar con ella.- Dice Tat mientras se levanta y apaga su cigarrillo.

- No seas cabrón, Tat. Puede que Manuel no quiera nada con ella.-

Sin hacer ningún caso Tat se acerca amistosamente a la chica. Ambos se dan dos besos y entablan conversacion.

Fiambre llega cargado con todas las bebidas y se sienta en su sitio.

- Ya esta todo ¿Donde esta Tat?

- ¿Te acuerdas de Miriam? La chica con la que te liaste en la fiesta que montamos en Detroit.- Le pregunta rápidamente Quentin, intentando advertirle.

Antes de que pueda llegar a contestar aparece Tat cogido por la cintura a Miriam.

- Sientate allí... Al lado de Fiambre.

- Hola chicos, ja ja ja...- Cuando intenta sentarse por poco cae al suelo. Se apoya en Fiambre.- Hola guapo.

- Mirad, ya me ha salido.- Jon enseña con grandes muestras un maca recién liado. Cuando lo coge Maxine el papel se despega y todo cae al suelo. Tat recoge lo que puede de la mesa.

- Anda... Dejame a mí.

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Segunda Parada: La Marxa.

Despues de beber y fumar uno tiene que hacer algo para no acabar tirado en cualquier lugar. La única solución es bailar, o hacer el ridículo en grupo (viene a ser lo mismo). Puedes bailar bien o mal, pero a no ser que hayas consumido bastante alcohol, siempre tienes esa extraña sensación de que todo el mundo está pendiente de lo mal que lo haces.

- ¿Dónde está Fiambre?

- Creo que al final se ha quedado con Miriam en el Immortal, Jon.

- ¿Veis como tenia razon?- Anuncia Tat muy pagado de si mismo. Enciende otro pitillo.

- ¿Vamos?- Los Cachorros se van a un lado de la pista. El pinchadiscos tenía un criterio más o menos aceptable y aunque no todo lo que ponía era bueno, la mayoría no resultaba vomitivo.

Ahora es Maxine la que va a pedir cuatro cubatas.

Tras beberselos vuelve a ir Tat. Y después Jon.

Cuando ya están bastante borrachos Quentin intenta maniobras de aproximación a Jon. Primero tipo colegueo pero luego descaradamente de ligue.

- Eh... Quen.. tin... Tio... Creo que no me va tu rollo.- Dice.

- ¿Cómo sabes si te va o no si nunca lo has probado?

- Ehum... Lo sé...- Dice Jon un tanto inseguro.

- Vale. Tu te lo pierdes.- Quentin se va a por unas copas. Por el camino se encuentra con un conocido y empieza a hablar.

- ¡¡TAT!!.- Exclama Jon.- QUENTIN QUERIA LIGAR CONMIGO.

- ¿Y por que te extrañas? Siempre le has gustado. ¿Le has dicho que sí?

- Por supuesto que no.- Dice Jon escandalizado. Maxine se estaba empezando a pegar al cuello de Tat, éste empieza a tener prisa por acabar la conversación.

- Pues tu verás. Quentin es así. No creo que te guarde rencor, supongo que sólo quería rollo de una noche.- Maxine le susurra algo en la oreja.- Quedamos a las 3h en el Jimmy Glass, ¿vale?

- Ehum... Vale.

Tat y Maxine se marchan rápidamente.

Llega Quentin con las bebidas.

- ¿Dónde están Tat y Maxine?...

- Hemos quedado con ellos a las 3h en el Jimmy Glass.

- Perfecto. Toma.- Le da a Jon los cubatas.- Nos vemos allí. He quedado con aquel mazas de allí.

Quentin se va.

- ¿Y ahora que hago yo con cuatro cubatas?.- Dice Jon, que apenas puede con todos. Como si de repente cayera en la cuenta de lo absurdo de su pregunta se bebe dos de los cuatro vasos. Al instante siguiente los otros dos.- Ahora al Immortal.

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Unos minutos después.

Para sorpresa suya, su intuición resulta estar en lo cierto y se encuentra a Fiambre solo en una de las mesas del bar.

- ¿Qué pasa, tío? - Le dice Jon mientras se sienta.- ¿Esa Miriam te ha dado calabazas?

- Nah, se las he dado yo a ella.- Alrededor de Fiambre habían alrededor de media docena de cervezas.

- ¿Cómo? Pero si está buenísima... ¿Cómo es que no querías rollo con ella?

- Sí que lo queria... Pero mientras nos estabamos enrollando no se por qué razón ha acudido a mi mente otra persona.

- ¿Qué?

- ¿Prometes no contarselo a nadie?

- Te lo juro.

- Maxine...

- ¿Qué pasa con ella?.

- Me he acordado de Maxine mientras me enrollaba con Miriam. Y le he llamado así... Menos mal que no se ha dado cuenta.

- ¡¡NO JODAS!!.

- Te lo juro. Ha sido un acto completamente involuntario.

- JODOOO... Que fuerte...

- ¿Qué crees que debería hacer?

- ¿Entre tu y yo?

- Sí.

- Deberias intentar convencer a Tat para que dejase a Maxine y liarte tu con ella.

- JON... LO DIGO EN SERIO.

- Vale, era broma... No deberías darle importancia al asunto. ¿Por qué crees que ha pasado?

- Supongo que será porque después de la batalla contra Electroshock me dio un buen pico.

- JODOOOO...

- JON. Tio, deja de decir "jodo".

- Vale. Entonces está claro por qué pensaste en ella. Y no le des importancia a ninguna de las dos cosas. Esa noche estaba más cachonda que yoquese...

- ¿Cómo lo sabes?.

- Tat me ha contado que los impulsos que Carter le administró le pusieron a cientoveinte... 4 veces seguidas lo hicieron. Estaba como drogada.

- ¿Cómo es que siempre te enteras de las intimidades de los demás?

- Creo que mi cara de imbécil les inspira confianza.

- A proposito ¿Tat tiene tanto aguante? Cuatro veces es mucho.

- No lo se... Me dijo que utilizó su telequinesis para algo...

- ¡¡NO LO QUIERO SABER!! ¡¡NO LO QUIERO SABER!!...

- Hazme caso y no le des importancia.- Concluye Jon.

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En la oscuridad.

Un callejón suele ser un sitio lleno de ratas, a veces hay otras alimañas.

- No... No... Por favor... No me... No me mates...

- Tranquilo, sólo quiero algo de sangre...

- No... me... mates...

- Además, con la hipnosis ni siquiera te acordarás de nada mañana. No recordarás nada del incidente. Sólo tendrás que guardar cama un par de días para poder reponer fuerzas.

- No me... hagas daño...

- Eso si que no puedo prometertelo.- Dice Quentin.- Lo siento.

Un grito en la oscuridad.

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Ha pasado ya un tiempo.

Las botellas de cerveza y las jarras de sangría se han amontonado en la mesa de Jon y Fiambre. Ventajas de tener un sueldo increíble y sólo gastar en vicios.

También hay alrededor de cinco colillas de peta.

- Bues tu y io degeriamos ir al Jonny Gluasssssss.

- ¿Pog ge?

- ¿Gomo?

- ¿Gue pog ge?

- Ah, pog ge hemogs guedado allí con Tat y Magsine.

- Ah, pog vamogs...

Ambos intentan en tres ocasiones levantarse. Habían pasado del típico estado eufórico al de borrachera completa, cuando las palabras cuestan de articular y en vez de apartarte quedas flipando de lo brillantes que son las luces del coche que intenta atropellarte.

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Tercera Parada: Jimmy Glass.

En toda juerga conviene encontrar un lugar donde descansar tranquilamente alrededor de una hora. Jugar un billar y puede que entablar conversación interesante con los colegas, así no sientes que la noche se ha acabado abruptamente y evitas llegar completamente destrozado a casa.

- ¿Cómo habeis llegado tan tarde? ¿Dónde está Quentin?

- ¿A gual quieres que guesponda primego?

Fiambre y Jon, apoyandose entre ellos casi caen al suelo cuando Fiambre se empieza a reir de la coña de Jon.

Justo en ese momento llega Quentin.

- Hola, chicos.

- Ya estamos todos... Vamonos a casa.

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Un coche circula a gran velocidad por el desierto.

El coche se para en el arcén.

Una figura sale a trompicones de una de las puertas laterales traseras, tras echar toda la pota en el desierto vuelve al coche.

Cierra la puerta y el coche sigue su camino.

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Unos minutos más tarde.

Jon dormita mientras Quentin le arrastra hasta su habitación.

Era el típico marrón que nunca nadie quería, acompañar al colega borracho a la cama puede ser de los aspectos más desagradables de la amistad, sin embargo Quentin tenia sus razones.

Jon cae como un saco de arena encima de su cama. Se gira hacia Quentin esbozando una medio sonrisa.

- He pensado... Quentin... Quiero probarlo. Hagámoslo.

Sin decir palabra Quentin se acerca hasta él y con sus garras le rompe la camiseta a la vez que le besa apasionadamente.

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Jon se despierta.

- Dios mio...- Mira su ropa, llevaba un pijama. A su alrededor no había nadie. Se levanta temerosamente y comprueba que su camisa estaba intacta.

Habia sido una pesadilla.

¿O un sueño? Tampoco había opuesto ninguna resistencia.

Nah, uno no podia elegir lo que hacía en los sueños.

Pero estos estaban basados en el subconsciente.

- Esto es muy confuso.

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Entrada a Falls Edge. Hay un portal muy bueno para sentarse y mirar la luna o el desierto.

Tat fumaba un cigarillo mientras pensaba en los misterios de la vida.

- Así que te has vuelto a enganchar.- Oye una voz a sus espaldas.

- Hola Jon. ¿Vas bien abrigado? La noche del desierto es muy muy fría.

- Si. Rastreé telepáticamente la zona y eres el único que no está sobando.- Jon se sienta a su lado. Llevaba una manta sobre los hombros.- ¿En qué pensabas?.

- Cómo cambian las cosas, ¿no? Hace nada yo estaba con mi grupo de colegas, una juerga detrás de otra. Sobreviviendo en una jungla urbana. Ahora estoy currando para el gobierno. Soy una pieza del sistema.

- ¿Te arrepientes?

- Para nada... Es más, me gusta. Seguridad. Pero Quentin me ha recordado los viejos tiempos, nada más.

- Quería hablarte de Quentin.

- ¿Qué pasa con él?

- Joder, yo no soy gay... Estoy seguro de ello. Pero hace un momento he soñado que Quentin y yo...

- Je je... ¿Y cómo sabes que ahora no eres gay? ¿Lo has sido alguna vez?

- Tat, esto es un tema serio para mí. Creí que como tú has probado los dos lados sabrías orientarme.

- Yo no puedo decirte nada. Eso es algo que tu solito has de descubrir.

En ese momento aparece un coche en la lejania.

- Peeero, tranquilo...- Continua Tat.- Es muy extraño que uno no tenga dudas, yo las tenía. Probé una cosa, probé otra y me quedé con lo que más me gusto. Tu planteatelo y dale vueltas hasta que descubras lo que eres. Cuando lo sepas aceptalo sin más.

- Gracias, Tat.

El coche se para justo enfrente de Falls Edge.

- Hola, chicos. ¿Disfrutando de la noche del desierto?

- ¿Estas son horas de llegar, Guido Carosella?

- ¿Pero qué dices? Si sólo son las 6 de la madrugada. Una hora tan buena como cualquiera para irse a dormir.

- O desayunar.- Añade Jon.

- Si vuelve a pasar se lo dire a Val Cooper.- Bromea Tat.

- Si tu se lo dices, yo sacaré todos tus trapos sucios, que tienes muchos más que yo.- Le replica Guido.- Buenas noches, chicos.

Guido se va a dormir.

- Tío simpático, ese Guido.

Jon y Tat comparten un largo silencio.

Un silencio truncado por un chisporrotear electrico en el aire.

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Habitación de Fiambre.

Tat empieza a zarandear a Fiambre.

- ¡¡¡¿QUE PASA?!!! ¡¡¡¿QUE PASA?!!!.- Grita este al despertarse.

- Fiambre, ha llegado tu hermana.

- ¿Mi hermanastra? ¿Y qué la ha traido aquí desde Dunlukee?

- ¡TU MEDIO-HERMANA!

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Lugar de antes.

Jon sujeta el cuerpo inconsciente de la Princesa Malla. Medio elfa, medio humana (o más bien mutante). Llevaba un largo abrigo verde bastante mullido, una especie de armadura y el pelo recogido en una larga trenza. No vestía muy elegantemente (su ropa estaba roida) y alguna razón importante debia haberla impulsado a llegar hasta allí. Uno no viajaba entre dimensiones todos los dias. Algo debia haber ocurrido. Un conflicto o una catastrofe.

Sin embargo Jon no puede más que fijarse de lo sumamente preciosa que era.

Fin del capitulo.

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Próximo numero: Los Cachorros #24: Volvemos a la Tierra Media. Veremos el desarrollo de una guerra civil. Una gran batalla y grandes revelaciones. Por algo se cumple un año de la salida del primer número (o debería ser algo así si los editores hubieran llevado la coordinación correcta)

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CARTAS A LA HABITACION 17 DEL "ASILO ARKHAM PARA VIEJOS DEMENTES"

Sin cartas. Sin papeles. ¿Si todos somos iguales por qué distinguir entre "legales" e "ilegales"? Sólo el hombre es lobo para el hombre.

Xumer.

xum00@hotmail.com

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