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Joss Ryan era un chico normal, hasta que un día sus poderes mutantes salieron a la luz. Ahora se enfrenta a un mundo para el que no está preparado bajo el nombre de Marvel Kid.
 
Marvel Kid

MARVEL KID #2
La nueva generación
Guión: Carlos Correia

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PORTADA: Marvel Kid peleando con los miembros de Generación-X Júbilo, M, Vaina, Sincro y Banshee.

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"Hoy sale Donna del hospital, ¿no?"

"Sí. Esta tarde. Su madre ha mandado a uno de sus 'ayudantes' para que se encargue de todo."

Alyssa Douglas volvía junto a Joss del instituto. Han pasado tres días desde el intento de suicidio de Donna López, la novia de Joss.

"¿Vas a ir luego a verla? Si quieres, voy contigo..."

"No, gracias. Prefiero verla primero yo. No he podido hablar con ella, los médicos no me dejaron entrar después del primer día."

"Tranquilo, Joss. No importa. Ya iré a verla más adelante. En fin, te dejo. Luke me está esperando en la cafetería. Mañana me cuentas, ¿vale?"

"Claro. Aly. Hasta mañana."

Aly se alejó, y Joss se quedó mirándola. No comprendía qué hacía una muchacha tan inteligente con un imbécil como Luke. Quizás fuera porque era el típico chulito con moto y chupa de cuero. Ella nunca se fijaría en alguien como él... a lo máximo a lo que podía aspirar era a ser su amigo.

Donna tenía razón. Estaba enamorado de Alyssa desde el día en que la conoció.

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Joss llegó a casa, abrió la puerta y colgó la chaqueta en el perchero. Escuchó a su madre llamarlo desde el salón.

"¿Joss, eres tú? Ven al salón, por favor."

Dejó la carpeta en la mesilla de la entrada y entró en el Salón. Allí estaba sentada su madre, y junto a ella estaban cuatro personas que no había visto en su vida.

"Joss, este señor es Sean Cassidy. Es el director de una Academia privada de Massachusetts. Y estos jóvenes son algunos de sus alumnos. Ha venido a ofrecerte una beca para que vayas a estudiar con ellos."

"¿A mí?", respondió incrédulo. "¿Por qué?"

"Joss", dijo el hombre. Era un tipo de unos cuarenta años, pelirrojo y con perilla. Vestía con la cazadora de la Academia, unos vaqueros y una camisa a cuadros. Un aspecto muy informal. No lo que alguien esperaría de un director de una academia privada. "Como ha dicho tu madre, me llamo Sean Cassidy. Y estos son algunos de mis alumnos. Déjame que te los presente."

Cassidy le presentó a Jubilación Lee, una joven de unos quince años, de rasgos asiáticos, que vestía una llamativa gabardina amarilla, unos grandes pendientes de aro y gafas de sol de color rojo; a Monet StCroix, una preciosa muchacha morena, con un cuerpo perfecto y piel oscura; Paige Guthrie, una rubia que parecía la típica empollona, con su aspecto inmaculado; y Everett Thomas, un chico negro de unos dieciseis años.

"Chicos, si no os importa, podríais llevar a Joss a tomar una Coca Cola. Su madre y yo aun tenemos que hablar un rato."

"Claro, Sean", respondió Jubilation. Cogió de la mano a Joss y lo arrastró fuera, antes de que pudiera protestar, seguidos por sus compañeros. "Ven, Joss, te voy a poner al día de todo lo que debes saber sobre nosotros."

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"¿Entonces todos vosotros sois mutantes?", preguntó Joss, después de que Júbilo le soltara la "gran revelación".

"¡Chsss, baja la voz!", le regañó Monet. "No creo que quieras que todos tus vecinos se enteren de la noticia, ¿no?"

"Sí, perdón. Es que... no estoy acostumbrado a estas cosas..."

"Tranquilo, Joss", dijo Paige. "Verás, como te ha dicho Júbilo, todos nosotros somos mutantes, como tú. La Academia de Massachussets está dedicada a enseñarnos a controlar nuestros poderes y prepararnos para vivir con el resto del mundo sin ningún problema. Por eso queremos que te vengas con nosotros."

"Pero... ¿cómo me habéis encontrado? ¿Cómo habéis sabido que soy mutante?"

"Tenemos un supercacharro llamado Cerebro que detecta las no-sé-qué cerebrales de los mutantes, que nos puso en tu pista. Además, como una de nuestras maestras es telépata, pues no tuvimos muchos problemas", respondió Júbilo.

"Joooder. ¿Entonces sabéis todo sobre mi?"

"No, tranquilo. Emma sólo leyó lo necesario de tu mente para saber dónde vivías y asegurarse que no habría problemas si veníamos a por ti.", dijo Everett. Joss se había quedado callado. "Sé que intimida que te lean la mente, pero con el tiempo te acostumbras."

"Bueno, pero, ¿por qué yo? Es decir, no creo que sea el único mutante que haya detectado vuestro aparatejo, ¿no?"

"No... bueno, la verdad es que no hay quien entienda a Cerebro. Lo mismo te detecta a veinte mutantes que se tira meses sin detectar a ninguno... Pero aún no nos han explicado cómo funciona exactamente, así que tampoco te podemos decir mucho más", le respondió Paige.

Joss se quedó un momento callado, pensando en la oferta que le estaban haciendo: irse de su casa a la otra punta del país para aprender a controlar esos poderes que tanto miedo le daban. Claro que eso significaba dejar a su familia, a su novia... a Aly...

"Mirad", respondió finalmente. "Creo que no iré con vosotros. No puedo dejarlo todo, huir de mis problemas aquí, abandonar a mis amigos, sólo porque haya nacido con unos estúpidos poderes mutantes. Si he de aprender a controlarlos a lo bestia, lo haré, pero no quiero... no puedo irme. Lo siento."

Todos se quedaron en silencio, mirando fijamente a Joss. Júbilo fue la primera en reaccionar.

"Esta bien, Joss. Comprendo que prefieras quedarte aquí que irte a un sitio donde está todo el día lloviendo. Pero eso no significa que no te vayamos a entrenar", concluyó, con una gran sonrisa.

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"¿Y aquí no viene nadie?", preguntó Júbilo.

"No. Esta playa es demasiado pequeña, tiene muy poca arena. Además, en estas fechas no hay mucho turista."

"Bien, de todas formas, ponte esto", dijo Everett, dándole un paquete.

Joss lo abrió, y dentro había una especie de mono rojo y amarillo, con una capucha y máscara para cubrirse la cabeza.

"¿Qué es esto?"

"Es un traje especial, como los que llevamos nosotros. Es aislante y bastante resistente. Además, con la capucha puedes ocultar tu identidad."

Joss cogió el traje y se fue detrás de unas rocas a cambiarse. Cuando volvió, el resto ya estaban preparados.

"¿Y bien? ¿Qué queréis que haga?"

"Pues demuéstranos de lo que eres capaz, Joss", respondió Júbilo, lanzándole uno de sus "fuegos artificiales" patentados.

Joss esquivó el ataque de un salto, y, concentrándose, se mantuvo en el aire flotando.

"Así que puedes volar, ¿eh?", dijo Monet, elevándose también. "Como puedes ver, no eres el único. Sincro, maniobra de pinza."

Obedeciendo, Everett sincronizó con el aura de M y se elevó también, rodeando a Joss.

"Lo siento, chico", le dijo, "pero vas a aprender lo duro que es ser mutante."

M y Sincro se lanzaron a por Joss, que perdió la concentración, cayendo al suelo, lo que hizo que Monet y Ev chocaran entre si.

"Suerte de principiante", dijo Paige, al ver los resultados del ataque conjunto de sus compañeros. Arrancándose la piel, dejó al aire un nuevo cuerpo, hecho de metal, y se lanzó corriendo hacia Joss. "Ahora veamos qué más sabes hacer."

Joss no sabía qué hacer. Si volvía a elevarse, Monet y Ev le esperaban arriba, y no tenía espacio para apartarse. Así que decidió recordar sus clases de judo del colegio - ojalá les hubiera hecho más caso - y esperó a Paige. Cuando llegó a su lado, la agarró por el brazo y, aprovechando el impulso, la lanzó por encima suyo, tirándola contra las rocas.

"¿Estás bien?", preguntó.

De repente, Sincro se lanzó en picado hacia él, cogiéndolo por los brazos y elevándose de nuevo, hasta llegar a la altura de M.

"¡Ey! ¡Suéltame!"

"Tienes que tener más cuidado. No puedes esperar que tus enemigos se queden parados mientras estás distraído."

"Bien, chico", dijo M, "ahora veamos cómo eres de resistente."

Y tras decir esto, Sincro lo soltó, con lo que Joss comenzó a caer hacia el suelo.

"¡¡MIERDA, MIERDA, MIERDA!!"

"¡Concéntrate, J, o te la pegas!", le gritó Júbilo desde abajo.

Joss cerró los ojos y puso toda su concentración en frenar su caída. Lentamente, fue cayendo cada vez más despacio, hasta detenerse. Abrió los ojos, y vio que estaba a medio metro del suelo, frente a Júbilo, que, divertida, le esperaba de brazos cruzados.

"¡Bang!", le dijo. "¡Estás muerto!"

Y le lanzó un chorro de sus fuegos artificiales, que le impactaron en el pecho, empujándolo contra Paige, que ya se había recuperado del impacto, y que lo sujetó con una llave, inmovilizándolo.

M y Sincro aterrizaron junto a ellos, mientras Joss intentaba inútilmente liberarse.

"Eres fuerte, J, pero te falta experiencia. Deberías ir a un gimnasio, aprender algo de artes marciales, quizás", le dijo Paige, que le mantenía los brazos inmóviles por encima de la cabeza. "¿Te rindes?"

Joss miró a sus contrincantes. Aunque se liberara de la llave, no podría contra los otros tres, y ya estaba muy cansado...

"Está bien, me rindo."

Paige le soltó, y le dio una palmadita en la espalda.

"Lo has hecho bien, Joss. Nos has hecho sudar."

"Si, es verdad", dijo Júbilo. "Aunque esto no es nada. Cuando yo estaba en la Patrulla..."

"¡Cállate, Júbilo!", gritaron sus compañeros al unísono.

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El grupo volvía caminando a casa de Joss, tras haberse puesto de nuevo la ropa de calle. Le habían dejado que se quedara con el uniforme, por si en algún momento le era útil, a pesar de que había insistido una y otra vez que no quería ponerse a hacer de superhéroe.

"Da igual", le había dicho Júbilo, que no se había callado ni un instante. "Nunca sabes a lo que te vas a tener que enfrentar. Además, cuando vengamos a visitarte tendrás que tener el traje para que salgamos de patrulla, ¿no? ¿Ya has pensado cómo te vas a llamar? Deberías ser algo así como Superman, pero seguro que esos tíos de los tebeos han registrado el nombre, claro que eso no le impidió a..."

Y en ese momento Ev le tapó la boca, consiguiendo que permaneciera callada unos segundos, aunque enseguida se puso a gritar sobre la libertad de expresión, su época en la Patrulla-X y Lobezno, lo que hizo que Joss se divirtiera bastante.

"Hubiera estado bien irme con ellos", pensaba, mientras abría la puerta de casa, "pero no puedo irme y dejar a Donna. Ni a Aly."

"¡Joss!", dijo su madre al verlo entrar. "¿Qué tal con los chicos? ¿Has tomado alguna decisión?"

"Sí", respondió, mirando a Sean Cassidy, que estaba sentado junto a su madre. "Me quedo, mamá. No se lo tome a mal, Mr. Cassidy. Me encantaría formar parte de su escuela, pero no puedo irme. Tengo aquí a todos mis amigos, a mi familia, a mi novia. No me gustaría tener que abandonarlos."

"Te comprendo, Joss", le dijo Sean, dándole la mano. "De todas formas, si cambias de idea, sólo tienes que avisarnos. Ha sido un placer, señora Ryan. Quizás el próximo año..."

"Claro, Mr. Cassidy. Gracias por interesarse en nuestro Joss."

"Su hijo es muy especial, señora. Seguro que será un gran hombre."

Sean y sus alumnos salieron de la casa. La última fue Júbilo, quien, antes de subir al coche que los había traído, sacó una hoja de uno de los bolsillos de su gabardina y, tras garabatear algo, se la dio a Joss.

"Este es mi teléfono y mi e-mail. Cuando necesites algo, me lo pides. Después de todo, los californianos tenemos que ayudarnos unos a otros, ¿no?"

Y salió corriendo hacia el coche, que arrancó en dirección al aeropuerto.

Joss y su madre entraron en casa. Una vez solos, la madre se le quedó mirando, esperando una explicación.

"¿Cómo has podido rechazar una beca así? Además, una academia privada, con lo bien que te vendría eso en tu curriculum", le preguntó.

"Mamá... sabes que no puedo irme y dejar a Donna. Y menos ahora, con todo lo que ha pasado... Quizás más adelante si me vaya, pero no hoy. Además, sabes que con mis notas podré ir a casi cualquier universidad, y, además, becado. No te preocupes."

"Está bien", le contestó. "Nunca te obligaríamos a hacer nada en contra de tu voluntad."

"Gracias, mamá. Me voy a ver a Donna. Ya deben haberla llevado a casa."

"Está bien. Dale un beso de mi parte."

"Lo haré, mamá. ¡Hasta luego!"

CONTINUARÁ...

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Próximo número: Émpata viene a la ciudad a reclutar a Joss, ¡y él si que no acepta un "no" por respuesta!

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KIDMAIL!

¡Hola de nuevo!

Tal y como prometí, aquí estoy de nuevo, con una periodicidad inexistente, como siempre. A ver si mejoro...

Ya hemos recibido la primera carta, como no, de Xumer, el loco guionista de Factor-X y Hombre-X. Nos dice:

"Muy buena... No, mejor solo buena a secas, pero es potencialmente MUY MUY buena. Aun te falta desarrollar plots e historias para tener un par de tramas ocurriendo al mismo tiempo. Podría ser MUY buena."

Pos gracias. Aunque eso de que me bajes de muy buena a buena no me acaba de convencer... ;D

Espero que te gusten las nuevas tramas que voy a ir introduciendo poco a poco. Vuelve a escribir y cuéntanoslo.

A los demás, pues nada, deciros que os animéis también y nos mandéis vuestros comentarios, sean buenos o malos. La dirección, la de siempre, correia@sentinelstudio.com.

MarvelTópicos saludos...

-- Carlos

 
 
   
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