Joss C. Ryan AKA Marvel Kid: diecisiete años, moreno, ojos verdes, metro setenta y ocho, ochenta kilos. El protagonista. Vive con sus padres, Michael y Mary, y su hermano pequeño Chris.

Donna López: la novia de Joss. Hispana, cabello y ojos negros, metro sesenta, medidas de modelo: 90-62-90. Quince años. Su madre es una conocida cantante, que siempre está de gira. Vive junto a su asistente, una anciana negra a la que todo el mundo conoce como Granny.

Alyssa Douglas: la mejor amiga de Joss, de la que está enamorado. Dieciséis años, rubia, ojos castaños, metro sesenta y cinco, cincuenta y cinco kilos. Ha roto con su novio hace unos días.

Luke Smith: el ex-novio de Aly. Diecinueve años, motero, chupa de cuero, rubio, con perilla. Ha dejado el instituto, y trabaja de mecánico en el taller de su tío.

Mandy y Rachel: camareras de la cafetería Sonata, donde suelen después de clase. Una rubia y una morena, son ya parte del grupo.

Jamie Matthews y Paul Deer: dos compañeros de clase de Joss y Alyssa, uno fuma demasiado, el otro habla demasiado.

"Jamie, por última vez, apaga ese cigarrillo... o lo que demonios sea... y quita los pies de encima de la mesa."

De mala gana, Jamie apaga el cigarrillo en su suela y se sienta correctamente.

La señorita Tingle, la profesora, continúa con la clase.

"Bien, como os iba diciendo, dentro de dos semanas será la feria científica. La participación es obligatoria, y la nota que obtengais con vuestro proyecto influirá en gran medida en vuestra calificación final. Trabajareis por parejas. Mañana tendréis que entregarme los nombres de los grupos, y el próximo lunes una memoria explicativa del proyecto que vais a realizar. Espero que este año no pase como el año pasado, y nadie haga una investigación sobre las distintas clases de bombas fétidas disponibles en el mercado..."

"¡Eh!", la interrumpe uno de los alumnos. "El estudio no iba sobre eso. Trataba sobre los efectos de los olores fuertes en el comportamiento de las personas. Y las conclusiones a las que llegué eran correctas: todos salieron corriendo..."

"Señor Paul Deer, haga el favor de callarse."

Suena el timbre, y todos comienzan a levantarse.

"Bien, podéis iros. Recordad que mañana quiero los nombres de los grupos."

Joss recoge sus apuntes, los mete en la carpeta y se pone de pie. Mira a Alyssa, que se sienta a su lado.

"¿Juntos?", le pregunta.

"Como siempre, cielo."

Salen juntos de clase. Han pasado tres semanas desde San Valentin, y Alyssa aun no ha superado todo lo que ocurrió ese día. Joss ha estado apoyándola todo lo que ha podido, aunque para ello ha tenido que pelearse unas cuantas veces con Donna.

"¿Qué vas a hacer hoy?"

"He quedado con Donna dentro de un rato. A ver si consigo que se le pase el cabreo."

"¿Quedamos entonces mañana?"

"Claro, ¿alguna idea?"

"No, aun no he pensado nada. ¿Y tu?"

"Tampoco. Pero ya se nos ocurrirá algo. Hasta mañana, cielo."

Le da un beso en la mejilla y se despide. Aun era temprano (no había quedado con Donna hasta dentro de dos horas), así que decide practicar un poco con sus poderes. Se mete en los servicios, se pone su traje de superhéroe y sale volando por la ventana. El vuelo parece que ya lo domina bastante bien (sus buenos tortazos le ha costado), pero aun no ha conseguido controlar del todo sus rayos, y no se fia de su supuesta invulnerabilidad. Ha quedado con su amiga Júbilo en ir a la Academia de Massachussets en las próximas vacaciones, de modo que pueda entrenarse allí con sus máguinas especiales, pero, hasta entonces, no le viene mal el ejercicio.

Un rato y unas cuantas piedras destrozadas después, Joss dejó la playa, se dirigió a su casa y se dió una ducha, se arregló y salió hacia Sonata, donde había quedado con Donna.

"Hola, cariño", le dijo nada más verla, y le dio un beso.

"Hola, Joss. ¿Qué tal el día?"

"Bien. Ya nos han dicho la fecha de la feria científica, para dentro de dos semanas. Ahora toca pensar en algo."

"¿Lo harás con Aly?"

"Si, claro, como siempre."

Donna hizo un gesto de desagrado.

"¿Y ahora qué he hecho?"

"No, nada."

"Venga ya. Te conozco, y esa mueca significa que estás cabreada."

"¿Ah, si? Pues si me conocieras tan bien sabrías por qué estoy cabreada."

Donna se levantó y salió del bar. Joss salió corriendo tras ella, y la cogió unos metros más adelante.

"¿A qué ha venido eso? No te entiendo, Donna. ¿Te molesta que haga el trabajo de ciencias con Aly? ¿Por qué? ¡Si lo hacemos juntos todos los años! Y nunca te había molestado. ¿Qué lo hace tan especial este año?"

"¡Es que sólo le haces caso a ella! ¡Estás todo el día con ella!"

"Donna, cielo. Aly está pasándolo mal. Y somos amigos. Tienes que comprender que pase tiempo con ella. Me necesita. Pero no te estoy abandonando ni nada."

"Sí, lo que tu digas. Pero ahora no quiero hablar contigo, Joss. Será una tontería, pero lo único que vas a conseguir es que me acabe enfadando aun más."

Donna apartó el brazo de Joss, que había intentado abrazarla, y se alejó, dejando tras él a un perplejo Joss.

Dos semanas después, la cosa seguía más o menos igual. El haber pasado varias tardes con Aly preparando su proyecto no había ayudado a que su relación mejorara. Alyssa le había dicho que se buscara otra pareja, que no le importaba, pero Joss se había negado. No estaba dispuesto a renunciar a su mejor amiga por unos celos estúpidos.

Era el día de la feria científica. Los proyectos estaban todos listos, y preparados para ser calificados por los profesores. Los alumnos esperaban nerviosos... pero también curiosos por ver qué preparaban este año Jamie y Paul. Tras el muestrario de bombas fétidas, la demostración práctica de cómo desbordar los lavabos de los profesores, o un estudio sobre la relación entre el tamaño de los pechos de las playmates y su color favorito, nadie sabía qué esperar.

Joss y Alyssa habían preparado un pequeño volcán, que funcionaba y todo, por el que les dieron un ocho. Poco a poco, todos los proyectos iban siendo revisados, hasta que llegaron al último. El esperado.

Toda la clase se había reunido alrededor de la mesa de Jamie y Paul. Una tela oscura cubría una especie de caja, del tamaño de un televisor pequeño.

"Bien, Paul", dijo Miss Tingle. "Puedes comenzar tu exposición.

Paul se subió a la mesa, y comenzó a hablar.

"Profesores y compañeros. Ante vosotros os presentamos este año una maravilla de la naturaleza. Algo que ningún ser vivo ha visto antes. Algo que sin lugar a duda quedará marcado en vuestra conciencia colectiva. Hoy mi compañero y yo os vamos a presentar algo que os dejará totalmente alucinados."

Se bajó de la mesa. Jamie estaba sentado a su lado, fumando, pasando totalmente de todo.

"Señoras y señores, ante todos ustedes...", dijo Paul, quitando la tela, "... ¡un gremlin!"

Y, efectivamente, dentro de la caja había una criatura muy parecida a los famosos animalitos de la película.

Era una especie de osito de pelucho, con pelo rojo, grandes ojos, orejas largas, y un pequeño rabo.

"¡Por Dios, Paul! ¿De dónde has sacado a este animal? ¿Qué es este animal?"

"Como he dicho, señorita Tingle (debería usted prestar más atención, ¿no cree?) es un gremlin. Se lo compré a un viejo chino en una visita a Chinatown, en San Francisco."

"Pero... Paul... los gremlins no existen, son cosa de película."

"Quizás su mente cerrada no quiera admitir lo que ven sus ojos, señorita, pero ES un gremlin. Y supongo que este año no le quedará más remedio que darnos matrícula."

Mientras habladan, Jamie salió de su estado letárgico, vió al gremlin y le ofreció su cigarro. El animal lo cogió, y le dió una calada.

"Joooo... molaaaa...", dijo Jamie.

De repente, algo comenzó a pasar. El gremlin soltó el cigarro (o lo que fuera), y comenzó a agitarse. La jaula comenzó a moverse. Y él comenzó a crecer. Y a crecer. Apenas cabía en la jaula... y la jaula se rompió, y el gremlin siguió creciendo.

"Mierda...", dijo Joss, mientras intentaba salir de la clase, llevando de la mano a Aly, esquivando a sus histéricos compañeros, que habían salido huyendo despavoridos en todas direcciones.

Por fin consiguieron salir de la clase, mientras el gremlin seguía creciendo, ya medía cerca de dos metros, y en el interior del aula sólo quedaban Jamie, que lo miraba con una cara de felicidad algo absurda, la profesora, que se había torcido un tobillo y estaba caída en el suelo, y Paul, que se había escondido debajo de una mesa.

"Aly, cielo. Tengo que hacer algo. Sal del colegio, ¿vale? ¿Podrás hacerlo?"

"Sí, Joss. Tranquilo. Ten mucho cuidado."

Le dió un beso en la mejilla y se separaron.

Joss entró en el servicio y se puso su traje, que llevaba en la mochila. Salió por la ventana, tras asegurarse que no había nadie mirando, y volvió a entrar, volando, en el aula de ciencias.

"¡Eh, bicho!", gritó, intentando atraer la atención del gremlin, que había cogido a la profesora por una pierna, elevándola en el aire. "¿Por qué no te enfrentas a alguien que pueda defenderse?"

El bicho lo miró, dejó caer a la profesora y salió corriendo hacia Joss. Demasiado rápido, porque consiguió golpearle y lanzarlo contra la pared.

"Leches... esto se va a convertir en una maldita costumbre..."

Joss sacudió la cabeza, se elevó, rodeó al gremlin y, empujándolo por la espalda, lo estrelló contra la pared, atravesándola, y lanzándolo a la calle. Tres pisos.

Cayó en medio de la pista de atletismo, dejando un enorme boquete, pero inmediatamente se levantó, agitándo los brazos y bramando.

"Bien", se dijo Joss. "Parece que no me queda más remedio que usar mis rayos."

Se concentró, y apuntó con sus manos al animal. El rayo le alcanzó en medio del pecho, chamuscándolo.

"Joder. Parece que estoy demasiado lejos. Tendré que acercarme más si quiero lograr algo..."

Mientras todo esto sucedía, en la clase de ciencias Paul y la señorita Tingle miraban por la batalla la pelea.

"¿No me hará pagar todo esto, verdad?", preguntó Paul.

Joss se lanzó contra el gremlin, que seguía creciendo, y ya medía cerca de cinco metros. Había decidido lo que hacer. Esperaba que funcionase.

A la máxima velocidad que fue capaz, volando horizontal al suelo, Joss se dirigió al corazón del animal. Cuando estaba apenas a diez metros de él, se concentró y lanzó sus rayos. Tanto él como los rayos atravesaron al gremlin, que explotó, dejando restos por todos lados.

Joss chocó contra el suelo, a varios metros de distancia. Estaba agotado, pero lo había logrado. Había usado sus poderes al máximo y había vuelto a derrotar a otro monstruo.

"Mierda, estoy cubierto de sangre y restos. ¿Cómo le explico yo esto ahora a mi madre?"

Próximo número: Marvel Kid #8. Marvel Kid se va a Massachussets. Invitados: Generación-X.

KIDMAIL!

Holas!

Nuevo número tenemos, con dos nuevos secundarios "ligeramente inspirados" en ciertos guionistas de MarvelTopia de cuyo nombre no quiero acordarme... pffffff...

Pasemos a los comentarios que nos han llegado.

Ben Reilly se queja de mi "inspiración" en diversas series de televisión, como Al Salir de Clase o Dawson Crece... ummm... es que he crecido con series de ese tipo (bueno, más bien con Sensación de Vivir, Falcon Crest y demás, pero en el fondo es lo mismo, jejeje), y no puedo evitarlo... Y sobre "descontroles de poderes"... algo de eso habrá próximamente...

Jose Cano no se atreve a decir nada, por miedo a mi, jejeje... en fin, tu mismo, pero si no comentas, te echaré, jejeje.

Fordcopp se alegra de la aparición de la Banda del Bate, y pide poder usarla en su serie del Halcón. Pues tu mismo, si te crees capaz, jejeje... Y sobre tus quejas de las "alteraciones" que hago a las cartas que llegan para este correo... no son ciertas, lo niego por completo, jejeje.

Y por último, Virginia (un besote, preciosa) dice que la serie mejora número a número... espero que sigas leyéndola (total, para lo que haces en el trabajo, jejeje)

Y ya está. Hasta el próximo número.

MarvelTópicos saludos...

-- Carlos