MOTORISTA FANTASMA VOL. 3 #78
Carnaval II
Guión:
DOB
Portada: Ana María Valera Sánchez
El acero chirría, arrojando chispas a la madera. Afilan algo, eso
es seguro. En una forja bajo el suelo, en algún confín del
manicomio. Piedra con piedra, forjando un castigo. En donde el reo
sufrirá por su pena, aquí, en su pequeño infierno
Un hombre encadenado a una pared, con una camisa desgarrada y sin
pantalones. Frente a él, el doctor Mann. Los dos se encuentran
dentro de lo que parece una habitación, hecha de tablones de
madera. En el suelo sangre seca. Y una pequeña luz, en el otro
extremo, que alumbra poco y confiere un estado de penumbra a toda el
cuarto
Todos temen a Mann, más un día como este, en el que, loco,
no para de reír. Ríe, y habla en voz baja, gesticulando
cada palabra que sale por su boca. En su mano derecha, un gancho, y a
pocos metros de él, su presa, atada con grilletes, medio desnuda,
con la cara desfigurada por los golpes que, horas antes, sus enfermeros
propinaron
Su pecado es la locura. Nacer creyendo en algo que no existe. Algo que
Mann no puede aguantar, algo que le hiere dentro. Pues él es el
elegido, el único que dice ser lo que es. No aquellos que
ostentan el titulo de creyentes
Lo mira a los ojos y ríe. Y poco a poco hunde el acero en sus
costillas. Quiere oír su arrepentimiento. Su equívoco.
Quiere escuchar tras sus gritos, la palabra - ayúdame, no lo
sabia, lo siento - Pero no lo hace, y no hace mas que gritar. Gritos que
se pierden en el pequeño cuarto de madera.
Después, un grifo que se abre. Agua que corre, lavando sangre de
unas manos que tiemblan a causa del nerviosismo de una tarea bien
cumplida. Manos que se secan en una toalla. Manos que agarran con fuerza
un pañuelo, preparado, para lo que pronto será sudor en
una frente. Y después, de nuevo, los gritos.
Gritos dentro de celdas, que salen de las bocas de los enfermos, que
riendo, llorando o simplemente quejándose dan la bienvenida a su
señor, que, caminando por el pasillo, cierra los ojos para no ver
la verdad que le es oculta.
Manos que abren puertas, que se apoyan en las paredes, que hacen brotar
el dolor en la carne, hasta que, al tiempo, encuentran el deseado
descanso, en una silla de metal, que frente a una mesa, con solo un
teléfono como contenido, espera tranquila a oír sus
palabras.
- Estas aquí -
Mann, habla, aunque nada ve.
- ¿Te sorprende? -
- No, hace tiempo que te esperaba -
- Es gracioso, verdad-
- ¿Gracioso? -
- Si, el preferido de los creyentes que una vez tuvo
Dios, aquí, en el infierno. Esperando cada día, la llamada
que lo haga salir y visitar el mundo -
- Si, tiene su gracia, aunque yo no se la veo -
- Y bien, ¿como esta Ketch? -
- Ketch...dormido. Duerme ahora en su celda -
- ¿Y cuando lo harás? -
- ¿Matarle? -
- Sí -
- No lo sé... debo tranquilizarme, pensar
las consecuencias, y obrar a partir de mis resoluciones -
- Tu, que matas, tu, que torturas, tienes miedo a
acabar con él -
- No es miedo, rezuma poder, quizás sea el
único en este sitio que sea lo que dice ser. Por lo tanto tengo
que pensar en ello. No quiero matar a uno de los nuestros.
-¿Un elegido? Todavía crees en esas
patrañas. Nadie aquí viene de esa calaña.
- Siempre hay una primera vez. El otro día
creí ver fuego en sus manos.
"Fue hace dos noches, cuando blandiendo "el
arma" me acerque a su celda, dispuesto a matarlo. Abrí
la puerta y le apunte en los ojos Él me miró, drogado,
pero con los ojos firmes, como esperando. Y vi fuego en sus manos, y
sus ojos comenzaron a brillar."
- No lo mate. Eso es cierto No creas que fue por
miedo. Debo esperar, por lo menos a saber quien es Ketch, y si es un
elegido. Quizás todavía nuestro hermano Zarathos resida
en él.-
- Bien, si así lo quieres. Volveré
dentro de 3 noches. Omitiré este detalle a Corazón oscuro,
pero recuerda que quiere su alma -
- Pero ¿ y si es quien dice ser? Y si de verdad
es el Motorista Fantasma, sabes bien, que si esto es así, no
puedo matarlo. Es parte de nosotros.
- Si de verdad es quien dice ser, nuestro señor,
nos ha estado mintiendo todo este tiempo. Y si algo he comprendido el
tiempo que llevo aquí, es que, Corazón Oscuro no miente.
Mátalo, vendré a por el cuerpo dentro de tres noches.-
- Bien -
Y entre viento, algo que carecía de cuerpo se marchó,
dejando frío tras él Entonces, Mann, cruzando sus piernas
sobre la mesa, limpio el sudor de su frente con su blanco
pañuelo.
El tic -tac del reloj se oye de fondo y en otra parte de una casa,
alguien hace café.
Después de preparado es servido en dos tazas, que, una a una,
coge, con sus manos. Morell, de profesión guardia de seguridad, y
las lleva a los que es su pequeño salón, donde se
encuentra Sara, alguien con la que espera pasar la noche. Hace
frío y es buena la compañía.
- Dos de azúcar, me dijiste - dice Morell
Sara, se seca el pelo con una toalla, mientras piensa que es
"azúcar". Como también piensa lo gracioso que es su
acompañante. Le ha dado cobijo, como el otro día la
anciana, sin saber que pronto lo matara. No porque quiera ella, que no
quiere. Pero pronto saldrá Él y se convertirán en
El/ella.
Es gracioso, algo le hace reír de su cara y no sabe que. Pero el
café esta bueno, y si es por culpa del azúcar, pronto
cambiara esto por las manzanas. Dos cosas por las que morir.
El se le acerca, parece que a veces intenta tocarla, pero se retrae, es
quizás su pelo mojado, su vestido, sus ojos, o que sabe que
pronto morirá. Si la toca, él vendrá, como hizo la
anciana.
Pero no puede huir de lo inevitable, y tarde o temprano, su sangre
manchara la alfombra.
- ¿que...has...dicho...?
- Te he preguntado tu nombre -
- Mí...nombre...parece...Sara..es -
- Sara, es bonito, como tu -
Algo le pasa, en el corazón, ella lo oye, se acelera, algo
esconde, algo trama. La quiere a ella.
- Bonita...soy..pero..traigo..mu..muerte. ¿Sabes do...do...donde
esta.... la.... moto?. Oh, ...ya...viene . . -
-¿ moto que....? -
Y no acaba la frase, y mancha el suelo de liquido rojo. No dio tiempo de
gritar. No hizo, nada. Ni miro tras él. Ni escucho su voz, ni vio
sus ojos. Lastima.
Y tras el ruido, alguien llora.
Y la voz se escucha. - La moto -
- ¿Cómo se llama tu demonio? -
La voz se oye frente a él.
Danny no quiere hablar, no quiere abrir los ojos. Mareado, sin comer.
¿Cuánto hace que no come? Y el calor, el sofocante calor
que hay en la habitación. ¿Cuándo parara?.
¿Cuándo el frío que lo despeje?
-¿ No has escuchado mi pregunta? ¿Cómo se llama tu
demonio? Todos tenemos uno ¿Cual es el tuyo?-
- Cállate - dice Danny, sin abrir los ojos - Cállate -
repite
- Si quieres que me calle me callare - dice la voz
Se hizo el silencio en la habitación.
- Aunque seria mejor que no lo hiciera. ¿No te gustaría
saber donde te encuentras? -
El calor, hierve su sangre. Su cuerpo. Todo el agua de su interior
hacia afuera. El calor, el maldito calor.
- Sabes que podría abrir la puerta y dejarte salir
¿Quieres que lo haga? - dice la voz
La puerta. Salir. Volver a su casa. Su casa... ¿cuál
es su casa?
Danny, poco a poco, abre los ojos. Ante él hay un niño que
chupa un chupa- chup , de pelo moreno, y un metro de altura.
Podría tener fácilmente 10 años, pero hay algo en
sus ojos que dicen lo contrario.
- Si tu pregunta es sobre que hace un niño en una
habitación acolchada chupando un chupa - chup, mejor no la hagas.
No sabría responderte.-
- ¿Puedes abrir la puerta? - dijo Danny
- No, lo dije para que abrieras los ojos.-
- Bien, entonces los cerrare de nuevo -
- Bueno, la verdad, es que podría - dijo el niño - pero
antes tienes que decirme cual es tu demonio.
- Mi demonio, ¿tengo que tener un demonio? ¿Es necesario?
¿Debería tener uno?.
- Si, seria lo más conveniente, sobre todo estando aquí,
en el infierno -
- ¿El infierno? Estoy en el infierno -
- Si, por lo menos, así se llamaba ayer, no creo que haya
cambiado de nombre -
- Entonces, resulta que estoy en el infierno, encerrado en una celda
acolchada, hablando con un niño que come un chupa-chup -
- Podría ser peor, podrías estar dentro de una caldera. o
ahogándote en el pozo de los condenados, o encerrado en el cuerpo
de un niño, quien sabe.-
- Suponiendo que tuviera uno, no sé cuál es mi demonio. Lo
siento chico. - dijo Danny
- Eso no estaba en mis planes, espera, déjame un momento...a
ver... -
El niño saco una pequeña libretita, con un barco azul en
la portada, la ojeo durante unos segundos y miro de nuevo a Danny Ketch
- Bien, visto esto, tengo que hacer un trato contigo. Yo te abro la
puerta y tu te escapas de aquí -
- ¿Que? - dijo sorprendido Danny
- Si, lo que has oído, yo te abro la puerta y tu te escapas. Es
un trato justo. -
El niño se volvió y ando, hasta que se sitúo en la
puerta, la toco, con su mano izquierda, y esta se abrió
- ¿Y la camisa de fuerza? - dijo Danny
- ¿Que camisa de fuerza? - dijo el niño.
- Es... - empezó a decir Danny, pero, la camisa de fuerza
había desaparecido. Por lo tanto Danny calló.
- Entonces... ¿aceptas el trato? - dijo el niño
- Por supuesto - dijo Danny que movía sus manos
sintiéndose libre.
- Entonces, ya sabes, escapa -
El niño salió por la puerta, pero tras unos segundos
volvió a entrar
- Una ultima cosa - dijo el niño mientras sacaba su chupa -chup
de su boca
- ¿ que quieres? - dijo Danny
- Cuando salgas de aquí, bueno...si consigues salir , me
gustaría que me hicieras un favor
- Dime - dijo Danny
- En tu mundo hay un hombre, se llama, Frank, Frank Castle. Me
gustaría que cuando volvieras lo mataras, por su culpa estoy
aquí. ¿Harás eso por mí?
-¿Que paso? - dijo Danny
- Por su culpa, mataron a mi madre. Yo nunca pude nacer, y resulta que
en mi anterior vida hice algo mal, así que me mandaron
aquí, es penoso, pero por lo menos aquí tengo 8
años. Nada es tan malo como parece. ¿Lo harás?
- Te lo debo, que menos. Si vuelvo, lo matare. Dalo por hecho. Si estoy
en el infierno es que algo he hecho mal. y si he hecho algo mal, que
más da que lo haga de nuevo - dijo Danny
- Bien, gracias - dijo el niño lamiendo de nuevo su chupa-chup
- Una pregunta - dijo Danny - ¿Sabes por que me llaman el
Motorista Fantasma? -
- No. No tengo ni idea - dijo el niño
- Vale, gracias de nuevo - dijo Danny
- Bueno, a que esperas. Sal, te espera un buen camino - dijo el
niño.
- Si - dijo Danny, acercándose a la puerta
Las paredes están enmohecidas, hay mucho polvo en el suelo,
suciedad. El sanatorio de Constantine Peek huele a soledad, a vejez.
Sara camina. Sabe que esta ahí dentro. Debe de estar, él
se lo ha dicho. Él nunca miente. En algún sitio de ese
arruinado sanatorio se encuentra su destino. Pero donde antes
había gritos de locura, ahora solo hay silencio. Hace 35
años que Constantine Peek esta cerrado. Desde que una noche, algo
entró dentro y mato a todos los enfermos y enfermeros. Nunca
supieron exactamente lo que paso. Otra leyenda urbana.
Pero aun habiéndolo leído en las paredes del exterior.
(Pues allí esta escrita la historia) Sara ha entrado,
porque sabe que aun hay alguien, lo sabe, muy dentro de ella.
Paredes descorchadas, lamentos perdidos en el tiempo, sangre seca pegada
al suelo.
Puede sentir la locura que aquel día se desato. Como
imágenes aparecen ante ella. Alaridos, sollozos, bienvenidas a la
muerte, soledad.
Y camina, camina por los pasillos, hasta parar delante de una doble
puerta.
- Está tras esta habitación - se oye dentro de su cabeza.
- Ahí está -
Sara después de abrir la puerta, entra en una especie de
habitación blanca, con unas luces en el techo que, aun sin
electricidad, iluminan la sala, y al fondo esta, en el suelo, su
destino, en cuclillas, repitiendo una y otra vez. Las palabras que
llenan el silencio.
- Ha vuelto, ha vuelto, esta dentro de mí. Aun vive -
Y si, ahí está. Apoyado en la pared, Johhny
Blaze, con su mano extendida envuelta en una llamarada...
CORREO AL OTRO LADO
Holas, soy Xumer, de Factor-X, X-Man y prox. Hombre Hielo.
Seré conciso: Tu serie es muy extraña pero interesante,
quizás me pierda de vez en cuando pero me gusta ser un Perdido.
" Espero que alguna vez te encuentres :) "
Sigue con ella y los X-Traños nos acabaremos haciendo con el
control de Marveltopia. Je je je.
"Pues tu lo has dicho todo Xumer"
Nada max.
Xumer.
"Gracias por el correo Xumer. Siempre es bueno escuchar una
opinión, y más si es de una persona que también
x-cribe"