MOTORISTA FANTASMA VOL. 3 #81
Carnaval V
Guión:
DOB
PORTADA: Tres mascaras griegas. La de la tristeza, la de la alegría y la del conformismo.
Danny Ketch, está sentado en un sillón de cuero rojo. En el suelo hay un
patito de goma amarillo, el patito se balancea tímidamente.
Unos pasos se oyen, que vienen de algún punto de la oscuridad que lo rodea.
Un hombre con un smoking negro y un sombrero de copa se sienta en un sillón,
que antes de aparecer este sujeto estaba oculto.
El hombre se sienta en el sillón y mira a Danny, y Danny lo mira a él. Los
dos se quedan mirando, el uno al otro.
Nadie habla, al poco, el hombre levanta sus dos manos, las comienza a mirar
y las abre y las cierra tres veces, después, con su mano derecha, se toca el
pecho, justo al lado del corazón, y sonríe al mismo tiempo a Danny.
Después, el hombre su dedo índice se hace un arañazo en el cuello, del que
brota un poco de sangre. A continuación vuelve a colocar su mano derecha en
la misma situación que antes y vuelve a abrirlas y cerrarlas otras 3 veces.
Después de esto, enlazando movimiento con movimiento, con el dedo índice de
su mano izquierda toca el pequeño arañazo de su cuello. Y con la sangre en
él. , La enseña a Danny. Y sonríe.
Después de esto se levanta y se va por donde ha venido, escuchándose los
pasos y perdiéndose en la oscuridad.
Danny, entonces mira hacia arriba, en un movimiento reflejo. En el techo,
hay otro patito de goma amarillo, que se balancea haciendo un ruido bastante
molesto.
Y vuelve la cabeza al mismo sitio donde estaba. A su lado ahora hay un
hombre con el rostro cadavérico y lleno de fuego, que viste ropas de cuero,
con tachuelas de metal, en su mano porta una larga cadena, y en su cuello un
extraño medallón.
En ese momento cuando Danny se percata del medallón, con su mano derecha se
toca el cuello. Allí no hay ningún medallón.
El rostro cadavérico parece reír, aunque no hace ningún ruido. Solo el fuego
llena su boca y lo ahoga en el silencio.
Ahora, al lado de Danny, esta barbara Ketch, su hermana, en una cama,
rodeada de tubos, y con respiración asistida.
Danny se levanta y se acerca a ella. La contempla durante unos minutos.
Danny entonces con su mano derecha le quita la respiración asistida y
acercándose, le da un beso en la frente, ella, entonces, como despertándose
de una pesadilla, o aun en ella, le coge fuertemente con la mano, como
intentándose asirse a algo que la aparte de la muerte.
Danny se sacude las manos de ella. Se da la vuelta, y al final de la asfixia
vuelve a estar sentado en la mesa junto a todos los demás espíritus de la
venganza.
- Y bien, hermano - dice el que preside la mesa de siete silla - ¿estas
listo
ya para escuchar la historia?
Danny, asiente mientras mira la cadavérica cara de una mujer que frente a él
esta rodeada de llamas. Por un momento ve en ella el rostro de Barbara.
Danny deja entonces de mirar y escucha la historia.
Hubo una vez un hombre, que se llamaba Daniel Ketch. Fue un día como este,
hermano, cuando él, después de contemplar un asesinato, y al ver a su
hermana herida, te llamo a ti, para que fueras con él. Nosotros entonces
lloramos tu perdida, como solo nosotros sabemos llorarla. Uno de los
nuestros había partido. Lloramos, y reímos después, al saber como el destino
había jugado sus cartas contigo, nuestro querido hermano, pues solo nosotros
sabemos la verdad de nuestro sino.
Un año después, tras la muerte de Mefisto a manos de nuestro soberano
Corazón Oscuro, uno de nosotros partió de nuevo, y otro mas de nuestros
hermanos, hace días.
Algo había pasado con lo que había empezado esta historia, y ese mismo algo
será el que la terminara.
Cuenta la historia, la misma que ahora vivimos, que uno de los nuestros ha
muerto para siempre, y dos de ellos siguen alojados en dos cuerpos humanos.
Tres espíritus de la venganza existen, uno de ellos es nuestro falso
hermano.
La historia habla también de que alguien muy poderoso ha sembrado, en una de
las ciudades de la Tierra, la discordia, para cazar a nuestro falso hermano.
La historia, cuenta también, que nuestro hermano, perdido hace tiempo,
vuelve con nosotros, y escucha la historia.
Después cuenta, que parte hacia su destino. De que lloramos su ida.
La historia habla de un precio a pagar. Y de una elección equivocada. Y de
que todo volverá a ser como era. Menos una cosa. Nunca más volveremos a ver
a nuestro hermano. También dice que las ultimas palabras serán de cariño, y
de que uno de los nuestros matara a nuestro falso hermano, como nosotros,
por venganza. La historia pregunta, entonces, ¿quién será el caído?
¿Lo sabes hermano? Pregunto el espíritu de la venganza.
No lo sé - dijo firmemente Danny.
La historia entonces sigue, y tu tendrás que seguir. Adiós hermano. Parte
entonces con nuestro consejo.
"Mesas que desaparecen, sillas de hueso que se deshacen, lagrimas de fuego
que caen tornándose en lluvia, viento huracanado y al final de esto, Danny
tumbado en un acantilado, encima de un charco, en su mundo natal. La tierra.
La lluvia cae. El frío lo llena todo."
Ojos que se abren, visión borrosa. Una hermosa mujer rubia a su lado Sangre
en el suelo. A pocos metros, en la alfombra, el cadáver de un guardia de
seguridad. Café tirado por el suelo ¿donde se encuentra?
¿Dónde estoy? ¿Que ha ocurrido? Me duele todo el cuerpo. Joder, parece que
me hayan dado una paliza.
- Tranquilo, ya se fue, estas en la oficina de Morell.
- ¿Así se llamaba el muerto? - dice Johnny
- Si, creo -
- No tartamudeas -
- Si, creo, es la costumbre, llevo mucho tiempo aquí.-
- Aunque sigues hablando extrañamente -dice Johnny
- Tiempo dame - dice Sara
- ¿no estabamos, hace nada, dentro del manicomio? - dice Johnny
- Si, pero, de eso, un día, hace - dice Sara
- ¿He estado un día durmiendo? -
- No, parte, estuvimos, de viaje, con él - dice Sara
-¿con quien? ¿Quién es él?-
- Él, es él, él me trajo aquí, creo, que es, mi padre, no lo sé - dice Sara
- Tenemos que ir, a la ciudad, algo pasa, allí - dice Sara - él me ha dicho,
que vayamos, ahora que te he encontrado, los dos debemos de ir, allí Nueva
Orleans -
- me encuentro raro, muy raro, como si algo le pasara a mi cara - dice
Johnny
- Nada té pasa, dice Sara- estas muy guapo - dice Sara sonriéndole.
- Antes, dijiste que estuvimos de viaje ¿donde fuimos? - dice Johnny
- Por el camino, Johnny, tenemos que ir, allí - dice Sara
Sara coge por el brazo a Johnny, él siente un escalofrío en la espalda, y
una sensación, como si algo en ella fuera extraño y al mismo tiempo
familiar.
- Vale, vale, ¿y que tenemos que hacer en Nueva Orleans que es tan
importante? - dice Johnny
- Debemos una muerte evitar - dice Sara, mientras tira de Johnny hacia ella.
"Tatuajes... veo tatuajes... tatuajes que dibujan mi carne. Colorido con el
que mancillar una piel. Signos que dibujan cuerpo y alma. Tatuajes en un
muerto, que pronto cobraran vida. En cuanto pague el precio. Dolor es su
nombre"
Jon, el hombre lleno de tatuajes que había muerto a manos de Sincara, ahora
se encuentra atado en una plancha de madera caoba que tiene restos de sangre
pegados en ella.
- ¿Qué hiciste en tu vida anterior para venir aquí? - Pregunta el doctor
Mann que se encuentra frente a Jon con un gancho de metal en su mano. Jon
esta completamente desnudo luciendo así perfectamente un cuerpo
completamente tatuado con símbolos tribales de color negro.
Jon que mira al doctor extrañado pues no sabe exactamente donde se
encuentra, traga saliva, suponiendo que en el infierno de Corazón Oscuro se
pueda hacer una acción similar.
- No te preocupes - dice el doctor Mann mirando a Jon como intenta una y
otra vez aclararse la garganta - es la sangre, eso te impide que tragues,
esta ahí, tranquila, inmóvil, llenando tu interior -
Mann afila el gancho en una plancha de metal.
- No me respondes, no te apetece hablar, a mí la verdad es que no me
importa. Me es más fácil de este modo, pero seria bueno que hablaras un
poco, ya sabes por eso de estar distraído mientras yo hago mi trabajo
- ¿Trabajo? - pregunta Jon
- Si, tortura, me calma bastante, me suele hacer soportar la espera. Estoy
esperando una llamada de teléfono - Mann sigue afilando el gancho, chispas
de luz caen al suelo caoba.
Jon intenta con todas su fuerza escapar de los grilletes que le atan a la
plancha de madera.
- No te podrías soltar por mucho que quisieras - Mann comprueba el filo del
gancho metálico tocándolo con la punta de un dedo, después sigue
afilándolo - Oye, son bonitos tus tatuajes - dice Mann mirando a Jon -
Jon comienza a gritar.
- No te entiendo, no quieres hablar conmigo y ahora te pones a gritar - Por
la boca de Jon comienza a salir sangre - Ves lo que pasa - dice Mann
Jon escupe sangre al suelo, ésta se mezcla con la seca del suelo.
- ¿Quién cojones eres tu? - la sangre gorgotea en la boca de Jon, cayéndole
por la barbilla
- Yo. Buena pregunta. Ahora mismo quien te mira y quien piensa en hacerte
sufrir. Después Quien te purificara. Pero, antes... eso es una larga
historia...
- ¿Hijo de puta, a quien le importa tu historia?- grita Jon
Mann en un rápido movimiento incrusta el gancho en la nuca de Jon, donde
comienza a manar sangre. Jon grita ahora de dolor mientras Mann retuerce el
gancho
- ¿No te gustaría escucharla, podría ser educativo para ti? - dice Mann
moviendo nuevamente el gancho
Jon se retuerce de dolor.
- No - grita de dolor
- ¿Seguro? - dice Mann
Jon solo grita.
- Quieres que empiece con el brazo, cuando llegué a la axila me suplicaras
que te la cuente - grita ahora Mann
Jon agacha la cabeza exhausto a causa del dolor. Mann delicadamente se la
levanta con el filo del gancho.
- Vas a ser un privilegiado, poca gente conoce mi historia, él porque me
hallo aquí, al lado de gente como tu. Deberías escucharla, quizás hasta te
gustaría -
Jon tiene los ojos medio cerrados, mueve la boca lentamente
- ¿Qué dices? No te oigo -
- Si - susurra Jon
Bien te la contare...
Yo era un medico reputado, allá donde antes se encontraba tu mundo. Estaba
casado y tenia hijos. Hijos dulces y graciosos. Vivía en un mundo de color y
alegría. Pero tú lo sabes, no es fácil soportar una vida llena de jubilo y
color rosa. Y nadie mejor para decirme que aquello no era bueno que Dios.
Si, lo vi. Un día. Fue en un suspiro. Vi una luz, una luz que se posó en mi
cama. Yo desperté, era todo blanco, todo él relucía. Su imagen me inundó,
tanto que no pude respirar, cerré los ojos entonces, y vi un mundo, un mundo
donde todo había muerto. Donde todos yacíamos postrados ante un ser que se
me reveló por el nombre de Onslaught. Él estaba crucificado en una montaña,
y a sus pies una mujer de tez pálida comía un fruto carnoso. La lluvia se
hizo entonces, el cielo aulló La gente gritó. La tormenta ocurrió primero,
luego el temblor. Y allí, ante mis ojos nació un nuevo mundo, donde yo,
ocupaba un puesto, aquí, donde me ves ahora, empuñando un gancho y
torturando a gente como tu. Mala.
Desperté y comprobé cual era mi función, purificar el mundo, en nombre de
Dios, de aquel dios blanco y puro que se me había aparecido para enseñarme
mi camino.
Y mate a gente mala en nombre de mi dios. Primero a mi mujer por su falta de
fe, después a mis hijos por su rechazo a la verdad.
Y a veces los veo, sabes, con las bolsas de plástico con las que yo los
ahogué. Con los ojos abiertos, mirándome y levantando sus manos,
señalándome, aunque sé que no están aquí, sé que no existen. Nada existe
anterior a mi visión. Se borraron. Escuché mal las palabras. Por eso estoy
aquí. Mi amado Dios no quería que hiciera lo que hice con todos los que mate
en su nombre. Por eso ahora estoy aquí, esperando su llamada, el perdón que
me haga volver a mi antiguo mundo. El mundo que tu dejaste atrás.
Quizás es envidia, por eso os torturo y os mato. Aunque creo que es para
castigaros por haber dejado atrás el mundo que añoro. De una manera o otra
lo hago. Que más da.
¿Sabes lo que dijeron las autoridades norteamericanas cuando notables
científicos les comunicaron que si comenzaban un ataque nuclear existían
altas posibilidades de que el mundo muriera a causa de un invierno nuclear?
Simplemente que aquello no cambiaría sus planes de Defensa.
Esa es la premisa que sigo. Sé que lo que hago con todos vosotros me aleja
más y más de un posible perdón pero nunca evitara que yo os castigué. A
veces creo que disfrutó, pero añoro mi mundo. mucho, de verdad
Tal vez un día paré. Pero hasta ese día, seguiré.
Algunas veces lo preguntó. Digo: ¿cabeza o pie? Es un juego. Demi, mi hija
pequeña jugaba a eso con las muñecas. Tenia muchas, los psicólogos decían
que era un trauma infantil, creo que nos pilló un día a mi Mary y a mí en la
cama... ya sabes.
Aunque pensándolo bien, que digo. Nunca tuve hijos, me los borraron.
Mann miró a Jon y le preguntó:
¿Cabeza o pie?
Jon calló. Mann comenzó por el pie derecho.
Danny abre los ojos. Escucha el mar al lo lejos.
Se levanta. Daniel Ketch viste un traje de cuero que cubre todo su cuerpo.
En sus muñecas luce dos brazaletes negros rodeados de pequeños pinchos
altamente afilados.
Con sus manos, al encontrar algo raro en su cabeza, toca su pelo castaño,
mojado por la lluvia.
Ahora parece mas largo de lo habitual.
En lo alto luce la luna, rodeada de nubes negras. El temporal crece.
El mar esta envalentonado, chocando con las rocas del fondo del precipicio.
Vuelve su cabeza, algo hace vibrar su cuerpo desde muy dentro.
Desde el principio de sus dedos algo parece cambiar, como una rojez que se
va extendiendo por su carne hasta perderse tras el cuero.
Sus ojos parecen cambiar poco a poco, tornándose primero negros y después
adoptando un tono rojizo.
A lo lejos se escuchan pasos
Los relámpagos iluminan el cielo
Los truenos se oyen después.
El cuerpo de Danny se convierte en fuego.
Su cara poco a poco se va deshaciendo, como si se tratara de una figura de
cera, hasta que solo queda un carneo. Un cráneo blanco y llameante.
Los pasos se pierden tras un nuevo trueno.
Seguido de un relámpago que enseña los cuerpos de tres hombres ataviados con
lo que parecen túnicas negras y brillantes.
Sus caras visten mascaras de teatro griego que están fundidas con la carne.
Uno porta la mascara de la tristeza.
El otro la mascara de la alegría
El tercero la de la conformidad
La tristeza porta en su mano una guadaña, grande y afilada
La alegría dos pequeños aros trasparentes rodeados de clavos ardientes
La conformidad una espada de dos filos curvada.
Tres caras. Tres silencios.
Hoy solo buscan una muerte.
CORREO AL OTRO LADO
Escribenos a nraven@teleline.es