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PORTADA
Cuando se derrama sangre inocente, Danny Ketch se transforma en el Espiritu de la Venganza. Ahora, conspiraciones infernales amenazan con cambiar irrevocablemente al Motorista Fantasma... y al mundo.
 
Motorista Fantasma vol. 3

MOTORISTA FANTASMA VOL. 3 #90
Mundo emético
Guión: DOB

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ACTO I

Anduvieron por caminos que no iban a ninguna parte. Subieron montañas sin final. Cruzaron ríos sin agua pero donde los peces aun nadaban. Caminaron y caminaron, siempre a espaldas de Arlequín, cruzando paisajes que sólo habían visto en sueños. Hasta que llegaron a lo que parecía el centro de Emetiquia, un vulgar torreón medio derruido que emergía de una montaña formada por esqueletos de niños. Arriba, muy arriba, en lo alto de la torre, vieron a una mujer rubia que, vestida de negro, acariciaba las cuerdas de un arpa dorada.

- Lo hace para calmarnos - dijo Arlequín volviéndose hacia ellos. - Es su misión aquí. Nos retiene -

Tras subir la escarpada montaña de huesos de niños - donde algunos aun parecían hablarles, moverse o simplemente temblar - llegaron a una puerta de metal carmesí. Allí, Arlequín dijo unas palabras que no entendieron, y sacando un pequeño y afilado cuchillo, trazó un signo en el aire. Unos segundos después, la puerta se abrió.

Ya dentro se podía observar un recinto mas grande quizás que la misma torre. Como si el exterior simplemente fuera un pequeño envoltorio de un gran caramelo.

La decoración era espartana, pocas cosas que observar a simple vista. Aunque, éstas, nunca parecían estar siempre en el mismo sitio. Por ejemplo, si miraban a una amplia mesa, que se veía a uno de los lados de esa gran entrada, podías contar rápidamente los elementos que allí se posaban: copas de bronce y una pequeña estatua de madera un cuervo graznando. Pero si apartabas la vista de ella un momento y volvías a mirarla, lo que eran copas de bronce se tornaban en cubiertos de oro, que reposaban en el lomo de unos gatos de plata, y el cuervo ahora volaba en lo que era una jaula de cristal.

Era extraño, onírico, surrealista. Blaze no encontraba un calificativo exacto para describir las cosas que observaba en ese recinto, pero aquello, en si, guardaba una extraña belleza oculta que no podía determinar ni afirmar siquiera que existía. "Verás lo que quieras ver" alguien dijo una vez.

Arlequín simplemente era un arlequín. Un muñeco de trapo que escondía y se escondía tras unos ojos humanos de color carmesí, como todo aquel mundo. Una extraña ilusión de las cosas que una vez fueron o serán. Todo contenía ese color sangre, cualquier elemento que allí existía o coexistía; como si del rojo se hubiera formado, o, por el contrario, estuviera abandonando esa tonalidad; como el pájaro que deja el nido; Unos recuerdos de su evolución. Signos del pasado.

El cuervo ahora graznaba mientras se posaba en el hombro de Arlequín, quizás maldiciéndoles o simplemente dándoles la bienvenida a su mundo.

Arlequín sonrió, enseñando una sonrisa maligna que hizo que Blaze sintiera un escalofrió. Ni en todos sus años como vengador, cuando fuera el Motorista fantasma original y después como héroe solitario, había sentido un estremecimiento como al observar aquella sonrisa. Era como si todo el mal que había existido en el mundo se hubiera concentrado en ese acto. Como si aquel hombre, demonio o muñeco guardara en su interior algo mas allá del mal.

-Por aquí. Ya estamos cerca - Arlequín comenzó a bajar unas escaleras, que parecían haber existido en ese mismo momento. Sara y Blaze bajaron tras él.

Sara no hablaba, ni siquiera pestañeaba. Como si nada le importara. Parecía que el lugar la estaba cambiando. Sus ojos denotaban un sentimiento de tristeza que intentaba disimular mirando hacia otro lado cuando Blaze la observaba. ¿Tenia miedo? ¿o era algo más?

La oscuridad reinaba en algunos tramos de la escalera. Un espiral de escalones combados que descendía a las profundidades del reino. O por lo menos eso les decía Arlequín -ya llegamos, ya llegamos - repetía cada pocos minutos. A veces la tierra que los rodeaba - y donde aun se podía escuchar los quejidos de los esqueletos de los niños- escupía cosas. Medallones, sortijas, hasta algún libro. Pero estos, antes de tocar en el suelo, desaparecían, sólo dejando un rastro de cenizas en el aire, que después, se posaba en los escalones. Y era este acto lo que posiblemente erosionaba los escalones. Por lo menos así lo creía Blaze, aunque está afirmación representaba que aquel mundo, infierno o lo que fuera, había sido creado hace muchos años. Millones, billones tal vez. Algo que le asustaba. - tenemos una nueva amenaza - pensaba haciendo referencia a la Tierra y a sus entes superheroicos.

Cuando llegaron al final de las escaleras, pudieron ver una pequeña gruta que desembocaba en un río de lava.

- Por aquí - volvió a decir Arlequín.

El ambiente estaba impregnado por el mismo tono carmesí que el resto de mundo que habían visto. Pero sin embargo allí ocurría algo diferente. Hacia frío, pese a aquel río de magma que tenían al frente.

Blaze, en un movimiento subconsciente, miró hacia atrás. Todo el camino que habían andado ya no existía. Ya no figuraban las escaleras como parte del paisaje. Ahora, en cambio, solo había un prado verde lleno de nieve con una flores rojizas, de las que parecían desprenderse un líquido que manchaba la nieve de sangre - las flores agonizan, puede más la nieve que ellas - se le ocurrió a Blaze.

Cuando volvió la cabeza casi le estalla el corazón. Frente a él tenia a un indio americano, vestido con una cazadora de piel. Su cara estaba deformada; media parte quemada y la otra sin piel. El ojo derecho brillaba por su ausencia y en la boca parecía aglomerarse baba y pus.

El indio habló:

- ¿Qué hacéis aquí?

Blaze miró a un lado y al otro. Arlequín había desaparecido.

El aliento del indio era insoportable.

- Hemos venido con Arlequín, nos ha mandado llamar tu señor.

- Yo no tengo señor - dijo el Indio con un tono rudo e insolente.

El entorno cambiaba por momentos. Las flores se marchitaban y comenzaban a formar parte de la nieve, el magma comenzaba a estremecerse como si algo fuera a salir de dentro de él. Una bandada de cuervos cruzaba las cavernas graznando.

Blaze miró de nuevo al indio y se paró al ver en su cinturón una pequeña bolsa con unos signos mágicos.

- ¿Shaman, eres tú? - preguntó Blaze

El indio dijo unas palabras en su idioma. En ese momento comenzó a dar vueltas el entorno, o por lo menos eso le pareció a Johnny.¿ O a caso era él el que daba vueltas?.

Sentía un mareo, en aquel remolino de imágenes que pasaban alrededor de él como un relámpago. Veía cuervos, a Sara convertida en un espíritu de la venganza, un gato que caminaba por una acera, agua que bebía una niña de un pozo seco, rascando con sus uñas, buscando sustento.

Inconscientemente, o por lo menos eso creía, Blaze progresivamente se estaba convirtiendo en un espíritu de la venganza. No para vengar a nadie sino para vivir. Para luchar.

Sara por otra parte, ya convertida, luchaba contra la imagen de un monstruo de pelaje blanco que parecía ser la imagen de un antiguo enemigo llamado el Wendigo.

Aquellas cosas eran imposibles. Shaman nunca hubiera hecho eso contra ellos. Mas, aquello no era la tierra. ¿Por qué ocurrían esas cosas?

En una explosión de furia y de instinto de supervivencia, Blaze, logró desembarazarse de aquel remolino de imágenes que le había mareado y atontado. Cuando lo hizo, observó frente a él, a un hombre calvo y sin piernas que estaba suspendido en el aire.

El hombre abrió la boca y de el salió un grito que lo empujó veinte metros hasta llegar a parar a la nieve. Nieve que avanzaba dirigiéndose al río de lava.

Los ojos de Blaze centelleaban. Agitó su mano, en ella apareció un pequeño metal de dos filos puntiagudos. Blaze, sin saber aparentemente lo que hacia, lo lanzó contra el hombre.

El metal atravesó a toda velocidad el tramo que separaba al hombre sin piernas y a Blaze, parándose frente a su boca, instantáneamente.

Blaze se quedo parado sin saber que hacer. Los ojos del hombre sin piernas brillaban de furia y de lo que parecía dolor. Poco a poco el puñal se separaba de su boca. El pequeño grito sónico lo estaba haciendo retroceder.

Blaze corrió hacia su enemigo. Una pequeña ventisca se había levantado. Todas las flores rojas habían muerto.

El hombre sin piernas gritaba. Sus ojos estaban completamente rojos, desapareciendo cualquier tono que hubiera llenado antes estos.

Blaze paró en seco. El metal temblaba. El hombre gritaba y gritaba.

-¡No!- exclamó Blaze.

El metal cayó al suelo.

El hombre sin piernas sonrió.

Blaze se llenó de llamas, casi sin quererlo.

El viento soplaba fuerte. Ya no había rastro de la sangre que había pertenecido a las flores.

Entonces, como por arte de magia, el metal que antes había salido de Blaze, hizo una cosa que sorprendió tanto a Johnny como a su enemigo; aunque este último no tuvo mucho tiempo para sorprenderse.

El metal se trasformó en pequeñas púas que atravesaron todo el cuerpo del hombre sin piernas y que después volvieron a formar el mismo metal al otro lado de él.

El cuerpo cayó hecho pedazos a la nieve.

La nieve absorbió la carne y la sangre.

Blaze se acercó convertido en fuego y hueso y cogió el metal. Cuando éste tocó su mano esquelética desapareció.

A pocos metros de él, Sara luchaba contra alguien que parecía el Wendigo.

El indio que parecía Shaman canturreaba algo en su idioma. En el aire una extraña forma comenzaba a dibujarse.

Sara escupía llamas de sus brazos que quemaban la piel del monstruo de pelaje blanco.

El monstruo golpeaba dando zarpazos al aire. Sara era muy rápida.

Entonces la tierra tembló, la nieve comenzaba a transformar el magma en piedra.

Blaze corrió hacia Sara.

Sara volvió la cabeza hacia Blaze y le hizo un signo de que parara. Ella quería luchar sola.

En ese momento un zarpazo le desgarró el pecho enseñando la pared torácica, de ella brotaban llamas y, en uno de los lados, se veía un corazón que latía.

Sara en el suelo parecía aturdida.

-Sara - gritó Blaze.

El corazón golpeaba la pared torácica, ahora visible. A Sara esta visión no le desagradaba. Ella era así. Pero ¿cómo había llegado a convertirse en lo que era?. En ese momento, alertada por el grito de Blaze, volvió ha mirarlo y a hacerle una nueva señal para que no interviniera.

De un salto se puso en pie.

Frente a ella alguien que parecía el Wendigo.

Los ojos dentro de las hendiduras de su calavera brillaron. Un brillo que estremeció a Blaze, que observaba la escena a pocos metros. Aquel brillo era maligno. Tanto o más que aquel que había observado en la sonrisa de Arlequín.

Sara dio una vuelta hacia atrás que la impulsó unos cuantos metros mas lejos de donde estaba.

El monstruo rugió y comenzó la embestida contra ella.

Sara hincó la rodilla izquierda en la alfombra blanca que cubría todo el paisaje - ya sin río de magma -

Agachó su cabeza. De su cráneo brotaban llamas.

Deslizó su manos en la espalda. Junto a las dos espadas que había cogido de Sin Cara en Nueva Orleans1.

El monstruo que parecía el Wendigo gruñía y corría dando amplias zancadas . Corría muy rápido.

Sara escuchaba el grito de guerra de su enemigo, pero no se inmutaba.

Cuando ya lo tuvo casi encima, dio un salto. Al instante el cráneo de Sara estaba bañado en sangre. Y la cabeza y los brazos del monstruo caían al suelo. Sus ojos aun se movían. Al rato pararon. La nieve se lo tragó todo.

Sara miró a Blaze.

Blaze miró a Sara.

- ¿Quién eres Sara? - pensó para sus adentros.

Cuando los dos volvieron la cabeza para ocuparse del indio que parecía Shaman, ya no se encontraba allí.

En su lugar , simplemente, había una estatua tallada de madera de un indio.

Blaze, de un puñetazo, la hizo trizas.

Miraron al horizonte, entonces, y vieron un pequeño palacio en la nieve. Lo que mas le llamó la atención fue que estaba formado de espejos que reflejaban el entorno haciéndolo casi invisible.

Caminaron hacia él.

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ACTO II

-¿Johnny?-

- Si, Sara-

- Tengo que decirte una cosa. Por favor no me interrumpas -

Se hizo un silencio entre los dos.

Johnny Blaze y Sara casi habían llegado al castillo de espejos. La presumible morada del señor de aquel mundo. La nieve se hacía incomoda a cada trecho caminado, como si está comenzara a disiparse o a cambiar a otro estado. La nieve pronto se convertiría en agua. La lava estaba comenzando a luchar y a apartarla de su camino.

Sin guía, ya que Arlequín se había disipado, y temiendo que todo aquello solo fuera una trampa, caminaban solo con el deseo de que allí, en aquel castillo casi invisible, pudieran encontrar un camino a casa y abandonar la pesadilla en la que se habían visto envueltos.

Blaze temía sondear a Sara. Él la amaba. No quería encontrar algo que pusiera en peligro aquel sentimiento. Pero algo ocurría. Sara ocultaba un secreto. Lo bueno es que así estaría seguro de ella. Lo malo, que aquello tal vez podría destruirlo. La opción fue clara.

- No quiero saber nada, Sara. Sólo sé que te quiero. No me preguntes por qué. Es raro. No me explico como este sentimiento ha podido asentarse en mi en tan poco tiempo. Pero es así. Por mucho que me pese, te quiero. No quiero saber nada de ti. No me importa. -

- Johnny - susurró Sara con los ojos humedecidos- Ten...ten..tengo que contártelo. Debes saberlo . por favor - Una lágrima recorrió la mejilla de Sara cayendo al suelo y convirtiéndose en nieve -

Johnny la abrazó.

Sara se encontraba desolada. Como si aquello supusiera un final para los dos. Johnny no quería escuchar aquello.

En aquel momento deseó ser sordo.

- Johnny ...yo... -

Nuevas lágrimas brotaron de sus ojos. Una ventisca se formo en el aire. Las lágrimas se perdieron con ella

- Quiero que ocurra algo - pensó Blaze con todas sus fuerzas.

Un gran viento se levantó en ese momento.

Blaze apretó el cuerpo de Sara contra él.

Miles de imágenes pasaron por los ojos de Blaze.

-Dios...no...¿tu...?- comenzó a decir.

Todo el paisaje se convirtió en oscuridad

Y allí, solo quedaron ellos dos frente a un espejo.

Donde se vieron sus verdaderas formas y las verdaderas intención del juego en el que estaban envueltos.

Blaze se vio abandonado y solo en la calle. Cansado de matar seres demoníacos. Solo. Esa era la palabra. Añoraba a su mujer y a sus hijos. Mujer que había muerto e hijos que no veía desde hacía mucho tiempo.

Un día cuando estuvo a punto de abandonarlo todo y dejarse morir, apareció ante él un niño con un chupachup que le preguntó si añoraba el poder que una vez había tenido.

Blaze odiaba la maldición del Motorista Fantasma, por lo que respondió que jamás podría añorar el daño que sufrió y sufrieron sus semejantes.

- ¿Y si te diera a tu mujer a cambio? ¿y si hiciera que resucitara? -

-No, no podría hacerlo- respondió secamente Johnny Blaze.

El niño del chupachup se convirtió en ese momento en Corazón Oscuro. - ¿Y ahora? - dijo - ¿Quieres que vuelva? -Yo puedo hacerlo- sentenció.

- ¿Cómo? -preguntó Blaze.

Corazón Oscuro movió su mano. En ese momento se abrió la realidad y pudo observar como su mujer se encontraba presa en un enjambre de demonios.

- !No! - gritó Blaze - ¿Que le has hecho? - Voy a matarte. Lo juro-.

-El trato es este: Si quieres a tu mujer - hablaba C.O. - deberás convertirte en un espíritu de la venganza . Me servirás y me proporcionaras las almas de los malvados. Piénsalo bien, seguirás haciendo tu trabajo. Tendrás a tu mujer a tu lado y tendrás poder. Algo que sé que añoras-.

- No demonio - No lo haré-. Gritó Blaze.

- Te doy dos días para decidir. Si no accedes nunca podrás sacar a tu mujer de aquí y torturare su alma por toda la eternidad . Sabes muy bien que no puedes entrar si no quiero, y si decides combatirme, aquí soy poderoso. Y tu, con tu escopeta, nunca podrás hacerme frente. Si recurres a alguien, ella morirá. Ni tus amigos superhéroes pueden venir aquí. Este es mi reino y yo dicto sus leyes-.

Corazón Oscuro desapareció dejando a Blaze solo. Sabiendo que aquello era el final de algo.

Transcurrió el primer día, en el que lo pensó detenidamente. Poder, lo ansiaba- y a su mujer. A ella la amaba por encima de todas las cosas. Maldito Corazón Oscuro.. No podía condenar a su mujer a ese destino.

En el segundo día, quería y no quería. Dudaba y mucho. El tiempo pasaba rápidamente y el plazo acababa. -Te odio, Corazón Oscuro, te odio- gritaba y gritaba.

Hasta que al final lo dijo :

- Acepto -

En ese momento ya no se encontraba en la Tierra, sino en un empedrado suelo rojo que subía hacia un palacio de fuego. Donde, en la puerta, lo esperaba ansioso Corazón Oscuro.

Allí se consumó todo.

Su corazón fue arrancado de su cuerpo y fue incrustado en el cuerpo de un espíritu de la venganza: Sabothot el cuarto espíritu de la venganza: "aquel que mantenía la nobleza de su estirpe". Y toda la conciencia de Blaze, en ese momento, pasó al cuerpo de aquel demonio.

Tras esto fue devuelto a Constantine Peek2, para realizar una misión. Que era...

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Un destello se hizo en el espejo. Y Blaze fue devuelto a Emetiquia, junto a Sara. Había cosas que aun no podían ser contadas. Pero una si. Por fin sabía quien era Sara.

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Sara se vio reflejada en el espejo.

Sara se encontraba en un enjambre de demonios. A su lado estaba Corazón Oscuro, y al lado de éste, su amado marido. Alguien al que hacía mucho tiempo que no veía.

Sara había sido acogida por Corazón Oscuro tiempo atrás. Traída de algún sitio que no recordaba. Para servir como parte de un pago que pronto sellaría su marido.

Ella era el caramelo para atraer a Johnny Blaze. Ella era el pago. Y así cumplió Corazón oscuro su promesa.

"Ella estará a tu lado".

A Sara le arrancaron el corazón poco después que a su marido. y este fue a parar a otro espíritu de la venganza. A otro de los siete. Toda su mente se transmutó al cuerpo del demonio. De igual modo que su cónyuge.

Al rato de esto, ella desapareció y fue a parar a Constantine Peek. Sin rumbo y sin memoria, como su amado.

Deambuló por la zona sin pasado y sin saber quien era. Traumatizada por lo que era y la agresividad que llevaba dentro. Que hizo que matara a varias personas3. Su parte mala: Digushot el séptimo espíritu de la venganza, "la maldad en el arte de la muerte". Que salía de ella sin control. Y al que ella pertenecía.

Sara tuvo que ser conducida por su creador, Corazón Oscuro4, hasta volver a encontrar a Blaze5, ya que así lo había determinado el demonio de demonios. Por que ella seria la que....

Al mismo tiempo que Blaze, Sara fue arrebatada del espejo. Conmocionada por lo que había visto

En aquel cuerpo esquelético un corazón se aceleraba. Porque ella, humana o no, era y sería siempre un espíritu de la venganza. Ahora lo sabía.

Y lo comprendió. Ella era Roxanne. La mujer de Johnny Blaze.

- Roxanne- dijo Johnny

-Ahora sabéis quienes sois - se escuchó tras ellos - Ahora debéis saber por qué. El espejo os ha alejado de vuestra amnesia. yo os contare el resto.-

A su espalda. Se encontraba un hombre de gran estatura, vestido con una armadura carmesí, sin pelo y sin ojos. Su voz era profunda pero calmada, envuelta en una halo de paz y sosiego que los hacía sentirse bien.

La oscuridad cambió y descubrieron un gran salón lleno de espejos y adornos de color rojo en un suelo de baldosas blancas y negras. En ese momento, en que todo se hizo visible, Sara y Blaze se vieron rodeados por una sequito de entes deformes y sangrientos, que brindaban tributo a su señor. "El ciego". Soberano de Emetiquia.

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ACTO III

- ¿Quién eres y qué es este mundo? -preguntó Blaze.

El ciego soberano de Emetiquia cerró los parpados y en la sala, comenzaron a aparecer en los espejos, lo que parecían ser sus ojos. Un ojo de iris rojo que los observaba. Todo el sequito de entes, su corte, se arrodilló.

-Soy el soberano de Emetiquia- se escuchó en toda la sala.- Habéis sido traídos aquí para traerme lo que una vez me perteneció-. -Lo que es este mundo no te concierne pero para que lo comprendas, debes saber que es un posible reflejo de tu mundo-.

Blaze recordó al extraño Shaman y al Wendigo.

-En este mundo coexiste todo lo malo del tuyo -siguió hablando el soberano - Llevamos eras existiendo. Somos un mundo que ha comenzado a existir en tu realidad, porque los tuyos lo crearon6

-¿Lo hemos creado nosotros? ¿Te refieres a mi mundo? - dijo Blaze

Sara estaba ausente pensando en lo que había visto en el espejo.

- Si. Los tuyos lo crearon - atronó la voz en la amplia sala de baldosas blancas y negras.

- ¿Como? ¿Por qué? - dijo Blaze - No lo entiendo -.

- No te concierne, humano. Lo único que ahora importa es lo que debéis de hacer por mi -

- ¿Quieres algo de nosotros? - Blaze observaba a los entes como quietos escuchaban las palabras de su amo.

- Si. La visión en el espejo ha hecho que comprendáis quienes sois en realidad. Ahora, para que este recuerdo siga vigente en tu mundo, debéis de encontrar la perforación7-

- ¿Que es la perforación? - Blaze estaba tenso - ¿No recordaría lo que había descubierto sobre él y Roxanne? - pensaba. Corazón Oscuro debía pagar. No era justo lo que había hecho con Roxanne; sumirla en la misma maldición que él . Tendría que ayudar al ciego. Lo sabía.

Había caído en manos de un juego entre demonios y entes malignos. Era un juguete, y eso era lo que mas le cabreaba. Una simple marioneta con la que estaban jugando.

- La perforación es la causante de todo lo que os está ocurriendo. Corazón Oscuro la robo para ocultar lo que erais. por eso hasta que no me la devolváis no podré hacer que conservéis vuestros recuerdos -

- Pero si perdemos la memoria. ¿Como sabremos que tenemos que encontrar a la perforación? -

- Solo perderéis lo que habéis recordado en el espejo. Lo demás os valdrá. Solo sabréis que tendréis que encontrar lo que quiero, para que vuelvan vuestros recuerdos de nuevo. y comprendáis el juego de Corazón Oscuro -

- ¿Juego? ¿que sabes de ese juego? - dijo Blaze exaltado

-Corazón Oscuro esta cazando a alguien. A alguien muy poderoso y que quiere muerto. Tan solo eso os puedo decir. Hablar mas sería contravenir las reglas por las que mi mundo puede tener una entrada alojada en su infierno8, No puedo decir nada más. Lo siento-.

- Hemos venido por ese paso ¿verdad? - preguntó Blaze.

- Sí, seguisteis el rastro que dejó la perforación. Primero estuvo aquí, después en Constantine Peek9 y por último en Nueva Orleans10. Ahora deberéis atravesar el camino al contrario e ir mas allá de Nueva Orleans, al siguiente sitio donde ha actuado la perforación. Os explicare:

"La perforación fue robada de mi mundo por Corazón Oscuro y fue dirigida hacia vosotros dos para que no recordarais nada de lo que había ocurrido. Debéis saber que una perforación puede cambiar desde los recuerdos hasta la misma realidad. Eso hizo que en Nueva Orleans aparecieran dos de nuestros antiguos súbditos: Sin Cara y Sandy11. Eso es una cosas que no sabe Corazón Oscuro y es que la utilización de esta perforación puede crear cosas que harían daño a vuestro mundo. Imaginaos como mataríais a alguien que no existe. Es difícil explicar esto pero, digamos que, la perforación puede causar alteraciones que podrían desestabilizar a la Tierra y a todos sus infiernos. Por lo que nuestro paso instalado en el infierno correría peligro."

- ¿Y por qué queréis ese paso allí? -

- No te concierne -

Sara por fin habló:

- ¿Por qué la chica, Sandy, era yo?. Ella era idéntica a mi12 -

- ¿Sandy era idéntica a ti? No, no lo era. Eso es lo que viste. Corazón Oscuro os estaba guiando en su caza, lo que viste fue algo que no existía y que tomo la forma que tú creíste ver en ese momento por culpa de nuestra perforación.

- ¿Entonces, el dirigirnos a Nueva Orleans para salvar a la chica13, eso era algo que había sido instaurado en mi mente? - dijo Sara sorprendida.

- Sí. Corazón Oscuro quería que fuerais hacia Nueva Orleans y que siguierais la pista de alguien. Yo he sido más rápido esta vez, y abrí el paso para que entrarais aquí-.

- ¿La pista de quien? -

- Lo descubriréis pronto. En cuanto regreséis -

- ¿Y por qué vi a Corazón Oscuro? Ahora lo recuerdo14...-

-Casi os intercepta, en mi paso nadie puede hacer nada. Ni siquiera él. Lo intento y no pudo

Por eso visteis al niño como abría la puerta la puerta15. En la tierra últimamente Corazón Oscuro usa como vehículo a un niño con un chupachup. Creo que le divierte. Por eso para abrir el paso, tuve que poseer al niño. ¿Visteis el antifaz negro en su cara16? Esa es nuestra marca-.

- ¿Y...? - comenzó a decir Blaze. El ciego lo interrumpió

-Debéis iros ya. No podéis estar mucho tiempo. No sois de aquí -Tomad esto- Arlequín salió de la nada portando un cojín con dos piedrecillas de color calizo.

- Cuando estéis cerca de la perforación lo sabréis - repuso el soberano

Cuando cogieron las piedras, estas comenzaron a moverse y se incrustaron es sus manos.

- Acordaros, no creed todo lo que veáis. La perforación intentara que no la atrapéis -

- Una última pregunta. soberano- dijo Blaze. -¿Por que nos hicisteis luchar contra el indio y el monstruo blanco?-.

- Quería saber si erais lo suficientemente buenos - dijo Arlequín enseñando de nuevo su maligna sonrisa. - lo vais a necesitar contra la perforación - Arlequín camino de nuevo hacia su soberano y desapareció en la nada.

-Marchad ahora - dijo el soberano

Los ojos desaparecieron en el espejo.

Una luz los cegó por u momento. Cuando abrieron los ojos, estaban de nuevo en Nueva Orleans.

Allí, la gente deambulaba de un lado para otro. Los coches iban y venían. La contaminación aumentaba.

La ciudad seguía viva.

Blaze miró a Sara. Sara a Blaze.

- Vamos Sara - dijo Blaze

Una imagen apareció en la mente de Blaze. Algo que parecía que había olvidado. Después se esfumó.

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1.- Ver episodio 84

2.- Ver episodio 78

1.- Ver episodio 77

4.- Ver episodio 77

5.- Ver episodio 78

6.- Ver explicación en episodio 86

7.- Ver que es una perforación en episodio 84

8.- Ver episodio 86

9.- Ver episodio 89

10.- Ver episodio 88

11.- Ver episodio 79 y resto de saga Carnaval

12.- Ver episodio 83

13.- Ver episodio 81

14.- Ver episodio 88

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CORREO AL OTRO LADO

Bueno...creo que con este episodio habéis comprendido media serie eh! :D

Espero vuestras cartas nraven@teleline.es

 
 
   
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