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En un mundo fascinado por los superhéroes y supervillanos, un periodista humano dedica su carrera a narrar los acontecimientos. Superado por sus experiencias, lucha día a día por conseguir dos cosas: encontrar la verdad y encontrarse a sí mismo. Él es... Neal Conan.
 
Neal Conan

NEAL CONAN #2
Neal Conan II
Guión: Jesús Alonso AKA Cifra2

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PORTADA: Neal Conan, de rodillas en el suelo, angustiado mientras una pistola es amartillada apuntando a su nuca.

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Éste de aquí es un hombre asustado.

Un ligero temblor sacude sus manos... Neal Conan ha sobrevivido a sucesos más allá de la imaginación, pero aún así, sigue siendo humano. El terror no se debe a una posibilidad de atraco... ni siquiera la certeza de que vienen a matarle le asustaría así.

Pero su NECESIDAD de responder a la llamada... a SU llamada, es lo que le tiene reducido a un tembloroso amasijo de nervios.

- ¿Nunca te emborrachas?

Ahí estaba otra vez el viaje mental. Recuerdos. ¿Útiles?

- Sí... pero me dura poco. Mi factor de curación elimina la intoxicación etílica y mis resacas son relativamente breves.

Logan los miró a ambos. Neal y Manoli Wetherell, su cámara. En realidad, más que su cámara. La otra mitad de su equipo.

- Pero dejémoslo por ahora... os he traído aquí a la Escuela por algo. Seguidme.

Era la tercera visita de Neal a la Escuela, y la primera de Manoli. Logan había sido claro en sus dos anteriores visitas. Neal había aceptado, con la condición de hacer extensiva la invitación a Manoli... ella también estaba en peligro.

La puerta no tenía nada especial. Una cartelito al lado ponía "Sala de peligro". Un nombre estúpido, pensó Neal.

- Está claro que ambos sois objetivos terroristas... Vuestro apoyo a la causa mutante tras lo de Dallas ha resultado en varios atentados, y queremos que esteis preparados para un mínimo de auto-protección... es por ello que estais aquí.

- Y te estamos agradecidos, Logan... pero ¿qué puedes enseñarnos en 24 horas?

Logan sonrió. Abrió la puerta. Una gran habitación vacía, excepto por un cristal que daba la visión a la sala de control. Allí, Mariposa Mental.

Era Betsy y no era Betsy. A Neal le ponía nervioso. Cuando la conoció, Betsy era una muñeca de porcelana que escondía una leona en su interior. Ahora ya no era la muñeca de porcelana. Pero la leona era perfectamente visible.

"Hola, Neal, Manoli"

La voz resonó en la cabeza.

"Yo os enseñaré telepáticamente todo lo que Logan y yo sabemos de lucha y artes marciales" - dijo Betsy - "No tardaremos mucho"

Y dos divanes aparecieron de la nada.

"Tumbaos y relajaos"

Con el recuerdo de esto, Neal se relajó un poco en el presente. Recordó.

Manoli dándole una patada que él instintivamente paró... Él contraatacando y ella respondiendo con la misma facilidad.

Su excelente estado de forma ayudaba. Ya desde sus tiempos en Beirut, Neal había tenido que ejercitarse, sabiendo que su agilidad podría salvarle la vida. La primera vez que alguien te ametralla a quemarropa, coges el mensaje.

- ¿Estás loco, Neal? Eres un paranoico.

- Mira, Manoli... si realmente quieres trabajar conmigo, debes estar preparada. No puedo permitirme que tú dependas de mi: nos puede costar la vida. No quiero que seas mi damisela en peligro, porque yo no soy ningún héroe. ¿Captado?

Esa conversación tuvo lugar hace taaaaanto tiempo. Mucho antes de lo de Dallas. Cuando Manoli, su fan número uno en la cadena se ofreció a sustituir a Alan.

- ¿Me estás diciendo que me abandonarías? ¿Como a Alan?

- Yo no abandoné a Alan. No pude hacer nada.

- Tú mismo acabas de decir que no eres un héroe.

- Te lo repetiré... Le advertí... Ya teníamos lo que queríamos. Fue él quien quiso levantarse y acercarse más. Era un buen... un GRAN periodista. Y pagó el precio.

- Pero...

- Mira, Manoli... te aprecio mucho. Es por ello que voy a dejar las cosas claras desde ya, para que luego NUNCA me digas que no te advertí sobre dónde te metías. Soy periodista de investigación, y también de acción... he sido corresponsal de guerra y volveré a serlo. Lo que te ofrezco, si aceptas el reto, es una vida en la que no sabrás si verás un mañana... en la que no sabrás siquiera si HABRÁ un mañana. Soy un tipo ambicioso... quiero ser el maldito número uno... EL MEJOR EN MI TRABAJO. Si no crees al 100% en que lo vamos a conseguir, será mejor que vuelvas a presentar el tiempo... donde lo más emocionante que te va a pasar es anunciar una alerta de tornados, y donde tras un par de años en antena, habrán quemado tu imagen y no te querrán ni para anuncios de continuidad.

Manoli agachó la cabeza. No podía hacer otra cosa.

- Lo que te ofrezco es la esperanza de cumplir con tu vocación... eres una periodista, Manoli. Cortada por el mismo patrón que yo... ¿Dinero? ¿Para qué? ¿Acaso necesitamos más que para vivir cada día? ¿Fama, entonces? ¿Es eso lo que buscas, Manoli?

- No.

- La fama va y viene. En mis años como colaborador de Rolling Stone es algo que he visto demasiadas veces. Además, la fama es algo que no todos pueden soportar... y, escúchame, Manoli... la fama es algo que puede MATAR la carrera de un periodista. De un auténtico periodista. Porque de eso se trata, Manoli... de ser un periodista de verdad y no el busto parlante que presenta las noticias de las nueve...

Neal sabía cuándo y cómo tocar hueso.

- ¿O es que es eso lo que quieres? ¿Tener quince operaciones de estética a los treinta y cinco, para poder seguir aparentando que eres una veinteañera? ¿Operaciones de blanqueado dental? ¿Ser la sonrisa de América?

Curioso... enfrente suya, en el presente, estaban los tubos de pasta dentrífica. Y el hilo dental. Mucho detrás de él, dos jovenzuelos rubios amenazaban al Sr. Song. Dos jovenzuelos como los que...

Pero ya bastaba de recordar... Había una urgencia AHORA MISMO.

(no soy ningún héroe)

A ver... el móvil... NO

Maldita sea... oirán el marcado de los tonos cuando llame a la policía... salvo que...

Rápidamente, cogió uno de los paquetes de papel higiénico... se aseguró de la posición de las teclas antes de marcar... y marcó a ciegas, ahogando los tonos entre los paquetes de la columna, tapando el frente con el que había cogido.

Una vez hecho esto, volvió a mirar hacia el Sr. Song.

En un reflejo vio cómo uno de los atracadores amenazaba ya a la madre... el bebé comenzó a llorar.

Dios, cómo odiaba el lloro de los niños.

No el lloro en sí... pero cuando habías escuchado a niños llorar de terror, de hambre, de dolor... hasta que te asegurabas de que el lloro era "normal", se te iban clavando en la cabeza como cuchillos ardientes.

Y éste era el caso. Miedo.

¿Qué haría Logan?

Pero él no era Logan. Ni de lejos.

- Policía de Nueva York...

- Hola, me llamo Neal Conan... llamo desde el Seven Eleven situado en...

- Perdone, pero ¿podría hablar más alto?

Neal suspiró... los gritos del niño podrían ocultar su voz, pero no podía arriesgarse... ¿o sí?

Neal alzó un poco su volumen... comentó someramente la situación e indicó la dirección exacta. Varios rehenes... el Sr. Song, la vieja, la madre con el bebé... en su ensoñación, no prestó demasiada atención a los clientes... puede que hubiera más gente.

- Sr. Conan... escóndase de los atracadores. En unos minutos llegará un coche patrulla.

Si tenían esos minutos...

- ¡Haz callar al maldito niño, zorra!

El niño.

El niño era una distracción excelente.

- Una distracción puede costaros la vida.

Lobezno era así. No podía simplemente decírselo, no. Primero, tenía que poner en práctica lo aprendido telepáticamente... y luego había que sellarlo a fuego.

Acababan de terminar una llave, y Logan sacó dos garras, clavándolas en la pared alrededor del cuello de Neal. Sacó un poco la tercera, hasta que ésta acarició la nuez.

- Y el exceso de confianza, también.

Logan no tuvo apenas tiempo de darse cuenta... Manoli ya estaba punzando un nervio de Logan, y éste cayó al suelo.

- Muy bien, chicos... pero... ¿y si Logan hubiese relajado su tercera garra?

Manoli enrojeció. No menos que Neal. Touché.

Y estos atracadores eran dos.

Recapitulando: Dos atracadores armados. Uno, con una recortada. El otro llevaba una pistola. Un bebé rabiando... y el factor sorpresa.

El bebé rabiando era además el motivo para NO ESPERAR A LA POLICÍA. Incluso si llegaban antes... estos dos podían ser un par de yonkis.

- Sabemos que hay personas escondidas... SALGAN AHORA, Y NO HAGAN TONTERÍAS.

Mierda...

A la porra el factor sorpresa. Sabían que él estaba aquí... ¿o no? ¿Era un farol? ¿Había alguien mas?

- Por favor, no disparen.

La vieja. Claro, la vieja. No estaba a la vista cuando entraron. Pero, ¿seguía teniendo el factor sorpresa?

Otro ruido procedente de detrás. Un joven de color salió de su escondite en un rincón y miró brevemente a Neal, en un gesto para que también saliese... lo suficientemente breve para que los atracadores no se diesen cuenta.

- No disparen. Compréndanme, estaba asustado.

- Y con motivos, moreno, y con motivos...

Neal había aprovechado ese movimiento para encarar el pasillo contrario. Sigilosamente, cogió una escoba y comenzó a avanzar hacia el fin del pasillo... allí sorprendería a los atracadores.

- Aquí tienen el dinero... TODO, hasta el de la caja fuerte.

- Estúpido coreano de mierda... ¿qué te hace pensar que queremos el dinero?

- Pero...

- La verdad es que no me explico cómo gente como tú consigue tener un negocio próspero... ni aunque sea una franquicia.

Neal comenzó a encajar piezas. Ésta gente sabía que el Sr. Song era coreano. No eran unos paletos sin cultura que unificaban a todo el lejano oriente bajo el nombre "chino" o "japonés". SABÍAN que era coreano.

Y habían llamado moreno al joven de color.

Esto tenía toda la pinta de un ataque xenófobo. Posiblemente del Ku Klux Klan o de...

- Sr. Conan, ¿porqué está haciéndose tanto de rogar?

Neal comprobó con horror como su primera intuición era la acertada.

- Venga, Neal... amante de los mutantes... sal para que acabemos con esto de una vez...

Y Neal salió. No como los "atracadores" esperaban... tembloroso, lloroso... cobarde. Neal usó la escoba para golpear al que amenazaba a la madre. Éste no pudo hacer otra cosa que soltar la escopeta, que cayó al suelo.

Pero eran dos...

Y el segundo reaccionó rápidamente, apuntando con su pistola a la anciana. En la cabeza.

- De rodillas, amigo Neal.

Había demasiada distancia. El joven de color temblaba de puro miedo. En su rostro, Neal vio que creía que sólo le matarían a él... a lo mejor, se olvidaban del resto.

"Chico, esa actitud es la que nos lleva a todos a la tumba"

- ¿Sabes Conan? Hay que reconocer que tienes agallas. ¡Con una escoba! ¡Contra dos hombres armados!

El primero de los atacantes recogió su escopeta.

- ¡Todos!. ¡Al fondo de la tienda!

Los cuatro clientes obedecieron sin rechistar. Sus lloros se confundían entre sí.

Un golpetazo en la espalda, por parte del de la escopeta.

- ¡Ha dicho de rodillas!

Neal cayó con estrépito en el suelo. Un par de lágrimas de dolor surgieron en su rostro. Maldita sea... así que de éste modo iba a acabar todo.

- La verdad es que tu valor está fuera de toda duda. Cómo te metiste en medio de aquella batalla contra ese... ser. Cómo lo filmaste todo. Cómo pudimos ver a esos mutantes sacrificar sus vidas por este planeta...

- Deberíais estarles agradecidos.

- No desviemos el tema, Neal... aquel día olvidaste lo que eras.

- ¿Un humano?

- ¡No sólo eso! ¡Eras un humano! Tu lugar estaba con los nuestros, no defendiendo a monstruos genéticos. Pero además, se supone que eras un periodista...

- ¿Qué?

- Un periodista es objetivo... no puede tomar partido... tiene que reflejar la realidad, no aprovechar la situación para hacer propaganda...

- ¿Y qué se supone que debería haber hecho? Joder, un ser amenazaba con destruirnos a todos... humanos y mutantes luchamos codo con codo aquel día...

- Eso no es...

- Si quieres la verdad, escúchala. Aquel día en Dallas, TODOS hicimos cuanto pudimos. Nadie fue más que nadie. Algunos cometieron errores. Yo, entre ellos...

- Comenzando una campaña promutante, Neal...

- ¡NO! ¡YO DEBI HABER MUERTO EN LUGAR DE ALGUNO DE ELLOS!

- Pues eso lo vamos a arreglar aho...

Ya era suficiente. Un ligero resplandor surgió desde detrás del mostrador del Sr. Song.

- ¿Sr. Song?

- Estos animales no van a hacer nada, Sr. Conan. NUNCA más lo harán.

Tentáculos inmateriales incandescentes surgieron del aura del Sr. Song, alcanzando a los dos atracadores.

Desarmándolos.

- Jóvenes, espero que haya un infierno, porque ahora os voy a mandar directos a él.

"Éramos pocos..."

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La Sala de Prensa

Bueno, aquí está el número dos de la saga inicial y de presentación de Neal Conan. Me voy a adelantar a vuestras posibles dudas y os explico: al convertirse Neal y Manoli en blancos de los grupos antimutantes, la Patrulla se sintió en deuda con ellos y les dio unas pequeñas clases de autodefensa. Al menos para que no estuvieran indefensos.

Antes de que digais que me saco MUCHAS COSAS de la manga... os aconsejo os repaseis el número nueve de forum de Los 4 Fantásticos (volumen III) donde Neal y Manoli hacen un reportaje sobre la primera familia del universo Marvel. Las alarmas suenan y Manoli saca su ARSENAL particular donde figura además una ACREDITACION de acceso a la Escuela Xavier de Jóvenes Talentos... el resto es una posible explicación XD.

Bueno, también es verdad es que tiene otra acreditación para Gotham City... pero eso... EN UN PRÓXIMO EPISODIO (o no).

Si Claremont deja cabo sueltos, ¿porqué yo no? XD

Y en este momento mi duda se acrecienta... ¿será ésta una serie de culto o de mier...?

Vosotros decidís.

Por lo demás, podeis dirigir vuestras cartas al mail cifra2es@yahoo.es, indicando LA SALA DE PRENSA como asunto. Espero vuestras cartas (sentado, por si no hay).

 
 
   
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