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Perseguidos y odiados por un mundo que les teme. Luchando por el sueño de que mutantes y humanos puedan vivir juntos y en armonía. Ellos son: la Patrulla-X
 
Patrulla-X

PATRULLA-X #352
Tormenta de Centinelas
Guión: Carlos Correia y Xum

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PORTADA: Una espiral casi infinita formada por una corriente de Centinelas. En el centro de esta el rostro desquiciado de Donald Pierce.

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Status: Xavier / Tormenta / Kaos / Arcangel / Polaris / Pícara / Adam X-Tremo / Mariposa Mental / Bishop / Hombre de Hielo / Lobezno /

Resumen de lo acontecido en el episodio anterior:

Cuando nuestros héroes se estaban recuperando de la crisis de "El Apocalipsis" surgió una amenaza mas aterradora y temible. Donald Pierce, comandando un ejercito de enormes Centinelas arrasa la Mansión de la Patrulla-X.

¿Sobrevivirán a ello?

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Donald Pierce era, en su primer encuentro, el único humano del Circulo Interno. Recuerda Tormenta. Ello, si es considerado fríamente, debía ser indicativo de la codicia y astucia del mismo. Por que un hombre, si ha de competir con mutantes ha de ser el doble de mezquino e inteligente que sus rivales.

Donald Pierce, en ese momento era ya una especie de hombre-maquina. Un ciborg.

El Circulo Interno le expulso de su seno poco después. Él formo uno de los grupos mas temibles jamas creado "Los Cosechadores". Estuvieron a punto de acabar con la totalidad de la Patrulla-X en varias ocasiones.

Pero Tormenta también recuerda su muerte. A manos de Frizroy y sus Centinelas venidos del futuro. Solo quedaron restos de él.

¿Como había renacido de sus cenizas?

Y mas importante aun ¿de donde había obtenido el poder para controlar simultáneamente a una flota de Centinelas?

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- Bobby... ¡Bobby, despierta!

Robert Drake abre lentamente los ojos. Sus últimos recuerdos se remontaban a estar tranquilamente hablando con Pícara en el lago.

- ¡A hielo! ¡Ahora!- Le grita ella. Lo lanza hacía arriba y se desvía volando hacía abajo para esquivar un rayo.

Bobby se transforma totalmente en hielo más por instinto que por realmente pensarlo. Pícara lo recoge a medio caer.

- Situación crítica.- Dice.- Ataque de los Centinelas.

- Comprendo.

Pero aun no lo había entendido. Cuando ve las ruinas humeantes de la Mansión. Cuando ve una larga hilera de Centinelas hasta donde alcanza la vista... En ese momento comprende la gravedad del asunto.

- Jesus...

- ¡Ahora Bobby!

Un Centinela les cerraba el paso. Robert transforma su pecho en hielo y Pícara lo quiebra utilizando la mano que no sujetaba al Hombre de Hielo.

Se acercaban al centro de todo. Al lugar donde antes estaba la Mansión.

* Bienvenidos...* Oyen ambos X-Men dentro de sus cabezas.

- ¿Betsy?

* Mantengo un enlace mental y ayudo a coordinar nuestros esfuerzos. Warren y Ororo sobrevuelan la zona y preservan los flancos de un ataque masivo. Lorna y Alex lanzan fuertes descargas contra la cola que forman los Centinelas. Bishop se realimenta de las energías ambientales de ambos e intenta deflectar cualquier rayo que nos envían. Adam y Xavier estan intentando conseguir ayuda, sus poderes no son de mucha ayuda en esta batalla.

Distraída por la explicación de la situación por parte de Betsy, Pícara se distrae y deja que un rayo le golpee de lleno.

Se recupera a medio vuelo pero el Hombre de Hielo cae al suelo.

- ¡Bobby, aguanta!

- Oh mierda.- Robert ve como por dos ángulos distintos dos Centinelas se aproximan a toda velocidad.- ¡Mierda!

Utiliza su rayo congelador para transformar a uno de ellos en hielo, pero no consigue frenar la inercia y este le aplasta totalmente bajo su peso. El restante Centinela se estrella contra la montaña de hielo, utilizando su reactor para crear una enorme explosión.

Pícara sobrevuela el lugar solo viendo una densa capa de humo.

* Pícara... Dios... No le localizo...* Notando que la chica estaba empezando a perder el control le ladra una orden.* ¡¡No es el momento!! ¡Ven inmediatamente!

- Bobby... Le han...

En ese momento oye su risa. Una risa casi rozando la demencia. Se transmitía a través de los altavoces de todos los Centinelas presentes. Provocando un ruido ensordecedor.

- ... Matado.- Acaba de decir Pícara.

- ¡¡Un mutante menos!!- Brama Donald Pierce. Y ríe de nuevo.

* Pícara... Colócate en nuestra posición. ¡¡Es una orden!!* Trasmite Ororo a través del enlace mental.

El humo donde Robert Drake acababa de ser volatilizado se disipa y Pícara ve como nada mas quedaba un cráter humeante, totalmente desolado.

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Adam le llevaba colgando de su espalda. Por un momento pensó que quizá fuera una forma de llevarle muy por debajo de su dignidad. Luego se quitó semejante tontería de la cabeza.

- Están jugando con nosotros.

- ¿Que quiere decir?

- Están jugando con nosotros, Adam. Con esa cantidad de Centinelas podían haber arrasado la Mansión y habernos matado fácilmente antes de que nos diéramos cuenta de que nos atacó. Pero nos quiere despiertos... Nos quiere heridos. Sangrando. Sabiendo que vamos a morir. Aterrorizados... El odio que Donald Pierce siente por nosotros debe ser del mas profundo y visceral del que cualquier enemigo de la Patrulla-X ha sentido nunca.

Adam X-Tremo estaba considerando sus opciones. Él no pertenecía a la Patrulla-X, podría matar a aquel hombre, a Xavier, matarlo para evitar que le controlara mentalmente. Matarlo y huir. Salvar su vida.

No, simplemente no podía.

Eso era lo que su hermano le había dado la oportunidad de hacer.

- Hay que lanzar una señal de ayuda.- Dijo Xavier justo cuando se recuperaron de la primera oleada.

- Yo te acompañare, Chuck.- Afirmo Lobezno.

- Adam lo hará. Tu mejor te quedas con nosotros.- Alex le miró directamente a los ojos. Estos parecían decir "Huye, hermano. Sal vivo de esta. Tu no tienes responsabilidades con el grupo. Vive."

Por eso no podía abandonarlos.

- La siguiente a la izquierda.- Le dice el telepata mas poderoso del planeta, al cual llevaba cogido a la espalda.

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Kaos llevaba desde el comienzo de la pelea escupiendo sangre. El hecho de canalizar la energía cósmica que su cuerpo absorbía a tal velocidad le provocaba alguna especie de reacción adversa en el estomago. No soportaba fácilmente tal presión.

Canalizar. Lanzar. Un Centinela menos. Quedan dos mil.

Lanza una mirada hacía Polaris, su prometida. Ella lo llevaba de una forma radicalmente diferente. Su mente parecía estar en trance. Sus ojos totalmente cerrados de vez en cuando temblaban levemente. Y un Centinela caía al suelo. Era tan bella, su melena esmeralda cayéndole por la espalda, sus pies flotando a medio palmo del suelo.

Bishop gritaba. Si el cuerpo de Kaos absorbía energía fácilmente el de Bishop lo hacía totalmente forzado por las circunstancias. Solo con la energía ambiental que destilaban la pareja de mutantes, Bihop tenía para cargarse él también.

Su piel llegaba a brillar antes de que con un fuerte sonido gutural Bishop lanzara el rayo deflector.

* Pícara... Recoge a Lobezno del suelo. Mariposa te indicará mentalmente donde se encuentra.* Ordena Tormenta.

- Llévame hasta Pierce.- Le pide él cuando lo encuentra.

La mujer-X coge fuertemente a Logan y esquivando rayos y a enormes Centinelas se va introduciendo poco a poco en el corazón de los Centinelas.

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- ¡Maldita sea!

Adam ve como Xavier tira al suelo un enorme monitor.

- ¡¡Todo inservible!!

- ¿Que ocurre, señor?

- De alguna forma que desconozco Donald Pierce ha desconectado totalmente nuestras comunicaciones. Estamos totalmente aislados.

- Sería tan fácil.- Piensa Adam.- Sería tan fácil escapar...

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Interludio 1.

Un hombre cultiva apaciblemente su jardín. Era un hombre enorme, alto y grande como un armario. Contrastaba su gran tamaño con la delicadeza con la que recogía un tomate de la tomatera.

Le da un bocado.

No se gira cuando otro hombre, este vestido de carmesí, desciende del cielo.

- Saludos Fortaleza.

- Señor.- Se gira e hinca una rodilla. Deja caer al suelo la hortaliza mordisqueada.

- Eso no será necesario... Fortaleza, necesito tus poderes para algo que cambiara para siempre el mundo de los mutantes.

- Será un placer.- Contesta el elegido.- Lord Magneto.

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Pícara le deja encima del Centinela que Pierce utilizaba como base.

Lobezno mira al antiguo líder de los Cosechadores.

- ¿Quieres morir, Lobezno?

- Pensaba preguntarte lo mismo, Pierce.

- Aun recuerdo aquella vez que te crucifique en un desierto de Australia.

- Aun recuerdo como era sentir que mis garras de adamantium atravesaban tu cuerpo de androide.

Pierce guarda silencio.

Lobezno salta encima. El cuerpo del ciborg a una velocidad increíble lo esquiva. A ambos lados los Centinelas silbaban al pasar a gran velocidad.

- Os mataré a ti y a la Patrulla-X. Luego iré a por el hombre que me transformó en lo que ahora soy.

Logan lanza un gruñido e intenta una nueva maniobra de aproximación, pero aquel nuevo cuerpo de Pierce era realmente increíble.

- Sebastian Shaw utilizó lo que quedaba de mí para crear una especie de Centinela avanzado que incluso tenía un mecanismo para manipular al resto de Centinelas de modelos anteriores. Supongo que sería una especie de plan de contingencia por si alguien quisiera volver los Centinelas en contra de Shaw.

- Hablas demasiado.- De nuevo Lobezno lo vuelve a intentar, pero es como si a Pierce realmente no le importara.

- Por alguna especie de fallo que escapa a mi conocimiento recupere la conciencia en este nuevo cuerpo, mucho mas poderoso. Paradoja de las paradojas ahora me había transformado en lo que previamente acabó con mi vida.

Otra vez Lobezno intenta adelantarse al cuerpo robotico, esta consigue rasgar de forma superficial a Pierce.

- Creo que voy a dar por concluida nuestra conversación.- Pierce se mantiene suspendido en el aire y el Centinela sobre el que ambos cabalgaban se lanza en picado contra el suelo.

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Interludio 2.

En el interior del Club del Fuego Infernal.

- Creo que tenemos mucho de que hablar, sr. Informador... ¿O debería llamarte "Amo del Juego"?

- Amo del Juego es lo correcto, señor Shaw.

- Veamos, según tengo entendido eres un onmipata que para evitar volverse loco programo un infernal juego para los "Arribistas".

- Así es.

- Un juego que intentó acabar con las vidas del Circulo Interno: Emma Frost, Donald Pierce y yo mismo. Un juego que controlaba Selene, antigua Reina Negra.

- Así es.

- He de presuponer que fue usted quien llevó a cabo la actividad de sabotaje que liberó al nuevo cuerpo de androide de Donald Pierce antes de que se hubiera comprobado que su psique estaba totalmente borrada. Y que su mayor interés en el Circulo Interno consiste en jugar con nosotros como si fuéramos meras fichas de un tablero de ajedrez.

El Amo del Juego mantiene la vista clavada sobre Shaw.

Sebastian Shaw no había llegado a donde estaba desaprovechando oportunidades como esta. Sabía del poder que tenía el Amo del Juego. Si hubiera una manera.

- También sabrá que no tolero que se juegue conmigo. Nunca he sido el peón de nadie. Por lo que pretendió conseguir debería matarle aquí mismo.- El Amo del Juego sonríe.- Pero no soy un necio. En primer lugar me ha provocado usted cierta admiración. No todo el mundo tiene sus agallas, su poder o su visión de juego. Traicionar a Selene y entregársela a uno de los Arribistas fue una jugada maestra. Y en segundo lugar conozco perfectamente su poder. Dudo mucho que matar a su cuerpo anfitrión lograra provocarle algún tipo de dolor. Se que causar su muerte esta de momento muy lejos de mis posibilidades.

- Así es.

- Nathan Grey dejó recientemente el Circulo Interno. El puesto de Rey Blanco esta libre.

Un viejo dicho: "Manten a tus amigos cerca. Y a tus enemigos mas cerca aún."

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En lo que queda de la Mansión-X.

- Estoy cansado. Muy cansado... Creo que ya he jugado suficiente con vosotros.

Los Centinelas dejan de girar en el cielo como patos de feria y se orientan todos hacía donde se agrupaba la Patrulla-X.

Polaris se concentra en crear un escudo electromagnético que les protegiera a los de abajo. Esfuerzo fútil, por que sabía de sobra que nunca bastaría para protegerles de un ataque combinado de todos los Centinelas desde todas las direcciones.

Algo distrae la atención de Pierce.

Un enorme monstruo de hielo surge de la nada. Era del tamaño de una alta montaña. Como de cinco Centinelas colocados uno sobre el otro.

Varios de los Centinelas a su alrededor lanzan una ondanada de fuego y separan el brazo de la criatura de su torso.

El monstruo grita y lanza un aliento helado que los destruye totalmente. Pero el resto de Centinelas concentra su fuego sobre el animal y pronto no queda nada de él.

- Pero estoy divagando...- Murmura Pierce. De nuevo los Centinelas restantes, que se cuentan por centenas dirigen su atención hacía los maltrechos X-Men.- Veamos... ¿Alguna palabra memorable antes de arrasar a la Patrulla-X?

Pierce parece pensar un instante.

Pero ese instante resulta crucial por que un portal se abre y sale de él un hombre vestido de negro llevando junto a él una gran maleta.

La abre cuidadosamente y conecta un disruptor.

- No... Creo que no diré nada ingenioso.- Continua Pierce, sin darse cuenta de la entrada del extraño.- Ojalá os pudráis en el...

Los Centinelas empiezan a caer al suelo como moscas. El mismo Pierce ha enmudecido totalmente.

- ¿Que demonios ha ocurrido?- Se pregunta Arcangel sobrevolando la zona. Ve como Kaos y Bishop se ocupan de Polaris que acaba de sufrir un ataque epiléptico. Ve al hombre misterioso y se acerca a él.- ¿Quien eres?

- Me llamo Portal.

Arcángel piensa durante un instante.

- Estabas a las ordenes del Circulo Interno. Cuando nos enfrentamos contra Apocalipsis.

- Exacto. Y si siente algo de curiosidad esto de aquí.- Señala al aparato que había llevado consigo.- Es una bomba electromagnética de alta intensidad. Y muy largo alcance. Experimental.

- ¿Shaw nos ha salvado la vida?- Arcángel se sorprende que uno de sus peores enemigos les hubiera sacado de una situación tan adversa.

- ¿Perdón? ¿Les he salvado la vida? No era ese mi objetivo...- Mira a su alrededor. Vislumbra el cuerpo inerte de Donald Pierce.- Me he de ir. Tengan un buen día.

Arcángel considera la situación. Durante varios instantes aun lucha contra la adrenalina que su cuerpo segregaba. Tras calmarse llega a una importante conclusión.

Solo eran títeres. Eran muñecos que se movían al son de poderes mas altos. Vivían solo por el capricho e interés de sus enemigos en preservarlos con vida. No marcaban una diferencia.

Eso era algo que tenía que cambiar.

Fin del Capitulo.

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BUZÓN MUTANTE

Un número más, con el final de la saga de los Centinelas. Contadnos qué os parece.

Saludos mutativos.

Carlos Correia.

 
 
   
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