PORTADA: Dos personas, uno tiene aspecto leonino. Piel amarilla como la arena, pelo largo y gris. Ojos calculadores pero afables. La otra es una mujer de pelo largo y rosado, sonrisa amigable pero un poco triste. Se abraza, como si se sintiera sola. Se trata respectivamente Dykon y Perfecta Seera.
Status: Tormenta / Arcángel / Polaris / Adam X-Tremo / Mariposa Mental / Hombre de Hielo/
En el sector de los Desechados hay una enorme cúpula que se superpone por
encima de todos. Es más alta incluso que las torres de los Elegidos y Los
Que Empiezan de Nuevo. En lo alto de la torre más alta de todas se sienta
Vlon, la telépata (interferidora) más poderosa de los Desechados antes de
que un rayo interferidor la dejara en estado catatónico.
Desde entonces sólo juega con una muñeca diminuta.
Su enorme tamaño, similar al de un elefante, le permite ser vista desde el
resto de la ciudad.
Dykon, hijo de Ryest, de Los Que Empiezan de Nuevo, mira por la ventana preocupado.
- Preocupante, ¿no, Polaris?
Ella se acababa de poner a su lado. Llevaba ya puesto su uniforme de combate.
- ¿A qué te refieres?
- La noticia de vuestra llegada se ha extendido como la pólvora. Los
habitantes de los pueblos y ciudades cercanas vienen hacia aquí. Han estado
llegando toda la noche.- Dice el guerrero.- No se si Tripolis está preparada
para aceptarlos a todos.
Polaris admira la situación. Desechados y Elegidos llegaban hasta los
enormes arcos de la ciudad, empujándose, se podría decir que estaban
literalmente atascados. Todo por ellos. Por los "Hijos de las Estrellas".
- No podemos aceptarles.- Dice Palik.- Les debemos pedir que se vayan,
incluso utilizar la fuerza si es necesario.
- Han venido movidos por su fe.- Responde el místico Ryest, padre de Dykon.-
Si perdemos la fe lo perderemos todo.
- Deberíamos reclutarlos a todos para nuestras patrullas. Que nos sirvieran
de protección frente a los Invasores.- Dice la fiera Zharkak, líder de los
Desechados.
Arcángel piensa durante un instante. Mira a Tormenta.
- No podemos perder recursos en este problema.- Dice Warren.- La idea de
Zharkak es la más adecuada. Se habilitarán barracones para las nuevas tropas
y lugares seguros para menores y mujeres embarazadas.
- Se formarán pelotones bajo las ordenes de un líder local. Se les pedirá
que se subordinen a alguno de nuestros generales.- Dice Zharkak. Ella y
Palik se miran. Siempre que surgía un problema de confianza se recurría a
Los Que Empiezan de Nuevo como recurso.- Vuestro hijo Dykon podría ser el
adecuado para la tarea, sabio Ryest.
- Si, así es.
- Los Elegidos no querrán ser liderados por un posible desechado.- Informa
Palik. El hijo de Ryest, Dykon, poseía muchos rasgos de la casta Elegida,
pero estaba justo en la frontera de lo que podría ser un Desechado.
- Si que querrán si se lo piden las personas adecuadas.- Dice Ryest,
sonriente. Comprendía de sobra a tanto los Elegidos como los Desechados.-
Lev, Seera y el Hombre de Hielo.
Mientras que en su anterior visita la Bestia y Arcángel se habían convertido
en amigos de los desechados y Cíclope de Los Que Empiezan de Nuevo, Hombre
de Hielo lo había hecho de los Duales. Prácticamente entre ellos era una
leyenda.
Los Duales eran aquellos de los Elegidos que tenían una segunda forma que
según los puristas era "monstruosa". Formaban alrededor de un 70% de la
población de los Elegidos pero destacaban de ellos por su habilidad en
combate. Mientras que la élite no quería ni oír hablar de utilizar sus
poderes en público, los Duales se entrenaban con estos constantemente.
El Hombre de Hielo nunca había visto una congregación de gente tan grande.
Tantos ojos mirándole.
La mayoría eran Elegidos, pero mucho más pobres que sus análogos residentes
en Tripolis. Ya era la quinta vez que pasaban por eso. El Triunvirato les
había pedido que hablaran por turnos con las mayores agrupaciones de
Elegidos que estaban llegando a la ciudad. Convencerles para que lucharan
junto a los Desechados (que tanto despreciaban) contra los invasores del
Nido.
Bobby reconoce varios de los Molowt entrenados por Dykon. Parecían una
mezcla entre un hipopotamo y una aspiradora. Supuestamente estaban
entrenados para detectar a cualquier infiltrado del Nido mediante las
feromonas que inevitablemente emitian estos.
Se gira y entra involuntariamente en contacto visual con Lev.
Ella desvía la vista.
Le había estado mirando hasta ese instante. Se acerca a ella cuidando de no
distraer la atención del publico ahora que Seera les estaba hablando.
- Tienes que hablar conmigo.
- No tengo nada que decir.- Dice ella.
- Venga ya.- Le increpa el Hombre de Hielo.- Llevas desde que viniste a
buscarnos evitándome, lanzando miradas esquivas. Pensé que éramos amigos.
Lev no llega a responder pero su mirada parece decir "Pense que fuimos mucho
más que amigos". Silenciosa, se adelanta y reemplaza a Seera en el estrado.
Hablando a todos los presentes.
Bobby se sentía como escoria. Realmente le había hecho una mala pasada a
aquella muchacha. No podía esperar que le perdonara tan fácilmente.
- Dale tiempo.- Le dice Seera a su lado.
- ¿Tu crees?
- Si, Hombre de Hielo. Conozco muy bien a Lev. Dale tiempo y te acabará
perdonando.
Un foco de agitación se crea entre la multitud.
Molowt.
Antes de pensárselo dos veces ya esta deslizándose por una rampa de hielo
hasta el lugar. Actua por instinto.
Ve su objetivo y no se corta un pelo, después de todo el Nido no era humano,
ni remotamente parecido.
Cuando la confusión se sofoca Bobby se da cuenta de que todos estaban
mirándole. Por encima de todos ellos, de pie en una rampa, junto a un bloque
de hielo con un invasor del Nido congelado en su interior.
Hasta el escuadrón que estaba preparado para descubrir infiltrados
(supuestamente concienciados para cualquier eventualidad) le miraban
asombrados por su eficacia en combate.
Mira en los ojos de los niños de los Elegidos y descubre en ellos un
sentimiento de orgullo que nunca antes había sentido con tanta intensidad.
Vuelve patinando por su rampa de hielo hasta el estrado.
- No va a hacer falta que hables.- Le dice Seera, sonriente.- Creo que a
esta tribu ya los has convencido.
Ella lanza una pequeña risita. Bobby deja escapar una leve sonrisa.
"Querido Alex.
Aun no ha pasado ni un solo día desde que os dejamos inconscientes en la
Tierra y ya te echo mucho mas de menos de lo que jamás hubiera sospechado.
No quiero ni pensar en la posibilidad de no volver a verte jamás. Es una
posibilidad que me aterra demasiado como para llegar a considerarla.
He llegado a la conclusión de que no quiero esperar mas. No dejaremos la
Patrulla-X, es nuestra responsabilidad con el mundo, pero...
Tenemos que casarnos.
Es lo único que me mantiene con esperanzas. Quiero volver a verte.
No puedo vivir sin ti.
Lorna."
Cierra la carta y la mete dentro de un sobre. Lo deja junto a su cómoda, al
lado de su cama.
En muchas otras ocasiones había descartado el pertenecer a la Patrulla-X por
la incertidumbre en sus vidas. Por el riesgo.
Ahora sabía que eran necesarios sus poderes para "el sueño", pero era duro,
muy duro...
- ¿Me habéis hecho llamar, Representantes?- pregunta Dykon. Mira a su padre,
Zharkak y Palik. Luego a sus invitados: Tormenta y Arcángel.
- Así es, capitán Dykon.- Responde Palik, a Dykon y su padre eran los únicos
Desechados (realmente pertenecían a "Los que Empiezan de Nuevo") que trataba
con respeto en lugar de desprecio.- Como inteligentemente nos han señalado
nuestros invitados, ellos no suponen una solución inmediata a nuestros
problemas, aunque nos han proporcionado los medios y conocimientos para
llegar a una.
- ¿Cual es el plan?
- Según tenemos entendido los Invasores, conocidos como el Nido para los
Hijos de las Estrellas, tienen un largo y duro contencioso contra otra raza
también muy poderosa llamada "Los Shi'Ar". Gracias a su teletransportador,
el que trajo a nuestros héroes, podríamos acceder a la Emperatriz de los
Shi'Ar y reclamar que nos enviasen una nave.
- Creo que mi hombre no podrá realizar otra teletransportación. El esfuerzo
de su último viaje fue excesivo. Si lo intenta de nuevo podría morir.
- ¿Y si llevara a menos personas?
- Ni aunque llevara a una sola persona. Realmente se encuentra en un estado
deplorable.
- Veámosle.- Dice Palik.
Trlyk sonríe.
- ¿Cómo te encuentras?- le pregunta Ryest el místico.
El joven teletransportador le coge la mano y débilmente se la aprieta. Tenía
un tubo que le subía de la garganta, pero le ayudaba a respirar.
- Supongo que esto responde a la pregunta.- Dice Dykon.
- ¿Te encuentras en condiciones de ayudar de nuevo a Tripoli?
El chico, aunque débil, asiente la cabeza.
- No podemos dejarle ir.- Interrumpe Tormenta.- Este chico no está en
condiciones para ir a ningún sitio.
- Coincido con Tormenta.- Dice Ryest.
Trlyk se arranca bruscamente el tubo de la boca, dejándolo de lado, goteando
sangre.
- Estoy dispuesto.- Dice con un hilo de voz apenas imperceptible.
Todos se quedan admirándole.
- Si tiene esa voluntad de guerrero creo que deberíamos dejarle intentarlo.-
Dice Zharkak.
- Opino lo mismo.- Añade Palik.
Por una vez los líderes de Desechados y Elegidos se habían puesto de
acuerdo. Ryest mira al pobre chico, no podía hacer nada, si dos de los tres
representantes tomaban una decisión debería acatarla.
- ¿Vais a dejar que este chico se suicide?- pregunta Arcángel.
- Posiblemente moriremos todos igualmente.- Dice la fiera Zharkak.- Me
informan telepáticamente de que las hordas del Nido han puesto cerco a
nuestra ciudad.
Adam X-Tremo mira desde una de las torres que servían para vigilar los
alrededores.
- Agrom dice que estamos en problemas.
- Posiblemente, Agrom.- Responde el Shi'Ar.
En el horizonte se agrupaba un enorme ejercito. Movían enormes maquinarias,
sus soldados se contaban por miles, por millones, hasta donde alcanzaba la
vista.
- Tendremos que luchar una gran batalla.
- Mucho me temo, Agrom, mucho me temo.
Fin del capítulo.
BUZÓN MUTANTE
La saga continúa... ¿qué os va pareciendo?
Saludos mutativos.
Carlos Correia.