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Tras de la araña se oculta un hombre normal...
 
Peter Parker: Spider-Man

PETER PARKER: SPIDER-MAN #78
A la diestra del padre
Guión: Luis Capote

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El Aula Magna del Campus de Ciencias de la ESU estaba a rebosar. Estudiantes y profesores se apretaban en las butacas para asistir a la apertura de un seminario centrado en las implicaciones de lo que se había dado en llamar la era del átomo. El tema de moda, había expresado el Rector en su alocución inaugural, la cuál aún no había terminado. Sin embargo, muchas miradas se posaban en uno de los distinguidos participantes de la primera mesa redonda, el Doctor Leonard Samson. Alto, musculoso y con una ostentosa melena verde recogida en una cola de caballo, el célebre psiquiatra de los supertipos, como lo había definido el gabinete de prensa de la ESU, repasaba su bloc de notas para refrescar los puntos centrales de su intervención, mientras intentaba seguir al orador, aunque no pudo evitar una leve sonrisa al recordar lo que le decía su viejo maestro, según el cual "los seminarios sólo eran una excusa para viajar y comer bien". A Samson le divertía aquella faceta del mundo académico, aunque no dejaba de preguntarse, como en otras ocasiones, si le habían invitado en su condición de psiquiatra especializado en metahumanos o por haber luchado con y contra Hulk en más ocasiones de las que podía recordar. Había actuado como superhéroe, ciertamente, pero se sentía más satisfecho cuando podía usar el cerebro y no los puños. Desgraciadamente, la casualidad, tan puñetera ella, iba a darle otra oportunidad de usar los segundos y no el primero, ya que en ese momento el sonido de una explosión proveniente del exterior retumbó en todo el edificio.

Samson alzó la vista y vio como los asistentes se miraban unos a otros, sorprendidos y asustados. El rector había dejado de hablar y miraba a todas partes sin saber exactamente qué decir, aunque intentaba que el auditorio recuperara la calma. A los pocos minutos llegó uno de los agentes de seguridad e informó en un aparte al director del seminario de lo que sucedía. Éste se puso pálido y pidió al rector que se acercara. Al cabo de unos minutos, el máximo responsable de la ESU retomaba, visiblemente afectado, la palabra para anunciar que la sesión inaugural quedaba aplazada debido a un accidente acaecido en uno de los edificios del campus, por lo que rogaba a los asistentes que abandonaran el lugar en orden, siguiendo las indicaciones del personal de seguridad.

- Perdón, profesor Travis - dijo Samson, acercándose al director del seminario - ¿qué sucede?

- Ah, hola, Leonard - respondió éste- Al parecer, la explosión que hemos escuchado provenía de la Facultad de Biología. Aún no saben qué ha pasado, pero en previsión de lo que pueda suceder, el rector ha decidido utilizar el plan de evacuación.

- Comprendo ¿Hay algo que yo pueda hacer?

- No se preocupe, amigo mío. Váyase a su hotel y descanse. Quizá no sea nada, después de todo.

Leonard se despidió y siguió las indicaciones que le daban para salir del edificio. Una vez fuera, el humo y el cordón de seguridad le indicaron hacia dónde debía encaminar sus pasos.

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Spider-Man había llegado un poco antes a la entrada del campus. Desde uno de los edificios cercanos, pudo atisbar algo de la situación. Las fuerzas de seguridad de la propia ESU se habían encargado de levantar un cordón, al tiempo que otros empleados ayudaban en las tareas de evacuación. Igualmente vio de donde provenía el humo e inmediatamente recordó que allí estaba uno de los laboratorios entomológicos.

- ¿Será otra vez ese bobo del Entomólogo? No parece su estilo, pero...

A punto estaba de lanzar una red y columpiarse hasta una ventana abierta del segundo piso, cuado vio que un hombre con el pelo verde se dirigía con paso decidido a al recibidor del edificio. Bajó rebotando en las paredes de los dos edificios y se plantó a la entrada de Biología, justo delante del Doctor Samson.

- Ey ¿Qué hay de nuevo, Doc?

- Hola, Spider-Man. No esperaba encontrarte por aquí.

- ¿Esperabas acaso que fuera tu amigo el piel verde, para echar unos cuantos asaltos? Me decepcionas, Doc.

- Siempre fiel a tu estilo, trepamuros. ¿Qué sabes de la explosión?

- Supongo que lo mismo que tú ¿Después de ti?

- Muchas gracias, Spider-Man. Nueva York es tu territorio ¿alguna idea sobre el particular?

- Quizá demasiadas, Doc - respondió mientras entraba pegado a la pared de la izquierda - aquí se hacen muchos experimentos, hay unos cuantos prototipos que teóricamente van a suponer un avance de bla, bla, bla y bla, bla, bla. Es un sitio bastante jugoso, para qué voy a mentirte. El lugar de la explosión reduce mucho el elenco de posibilidades. Entomología.

- ¿Quién podría tener interés en esa rama?

- A mí no me mires. El que psicoanaliza a los supertipos eres tú.

- El psicoanálisis ya está bastante desacreditado, Spider-Man.

- Entonces ¿ya no puedo usar ese chiste que dice que el primer caso que intentan resolver los psiquiatras el suyo propio?

- ¿Tienes idea de lo viejo que es ese chiste?

- Hace tiempo que no veo Frasier.

- Gracias a Dios... Es curioso, debería haber más humo conforme nos acercamos al punto cero, pero no es así.

- Cierto, Doc. Mi sentido arácnido aún no zumba, pero... Mejor extrememos las precauciones. Vamos. Conozco bien este lugar y debemos ir por aquí.

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En el punto cero de la explosión, la Cigarra contemplaba asustado a aquel recién llegado de ninguna parte, que se acababa de proclamar Mesías. La miríada de voces que escuchaba de los insectos del lugar no hacía más que estimular su pánico, ya que ellos le estaban transmitiendo su propio estupor, su propio miedo. Gravitón se levantó, tambaleándose y se dirigió hacia aquel pobre desgraciado que, caído en el suelo, retrocedía sin dejar de mirar aquella figura.

- N... no, no te acerques... ¡No te acerques!

Cigarra alzó las manos para dar más fuerza a su petición, pero inconscientemente, transmitió su propio pánico a los confusos insectos que, impelidos por ese miedo cerval, atacaron a Gravitón, que se tambaleó ante el heterogéneo enjambre que trepaba por su cuerpo e intentaba doblegarle. De improviso, se irguió y los insectos empezaron a desprenderse de su cuerpo para aplastarse contra el suelo. La humareda de la explosión quedó a ras de suelo.

- ¿No está escrito acaso que "Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes?" ¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos!

Gravitón alzó la mano ante el aterrado Cigarra y le miró con ojos duros.

- ¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron!

El viejo villano empezó a sentir su cuerpo más y más pesado, hasta el punto de quedar tendido boca arriba mientras una fuerza invisible le apretaba más y más. Quiso abrir la boca para gritar, pero no pudo... El pánico hizo mella en él de forma más profunda y su mente lanzó un mensaje de socorro que se extendió por todo el campus.

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No lejos de allí, Jennifer Walters, más conocida como Hulka, se aproximaba al cordón policial. El equipo de servicio de los Vengadores la había avisado de la explosión en la ESU y había decidido darse un garbeo por allí. Siempre había una posibilidad de que algún imbécil con poderes quisiera armar jarana, pero si no era así, siempre podría acercarse a saludar a Len Samson, que, como se ha visto, estaba de visita académica en el lugar. Los curiosos la señalaban con el dedo, mientras los periodistas intentaban acercarse para recabar algo de información. Phil Sheldon le sacó una foto y Urich y Paunchalito, merced a la experiencia de muchos años, lograron imponerse al coro de voces para colar un par de preguntas.

- ¡Ms. Walters, Ms. Walters! ¿Qué cree usted que puede estar pasando? - inquirió Urich.

- No lo sé. Sólo vengo por si es necesario echar una mano o dos. Dependiendo de lo que haya, tomaré las medidas oportunas - dijo con un guiño a la cámara de Sheldon.

- Una respuesta propia de un abogado - dijo Ben.

- Abogada, por favor. Estamos en el siglo veintiuno. Además ¿conoce usted a alguna letrada de piel verde y capaz de aguantar disparos a quemarropa?

- Se sorprendería de lo que pueden hacer algunos de sus compañeros de Colegio, Ms. Walters.

- Lo hago cada vez que entro en un tribunal, Señor Urich. Por cierto, muy buenos sus artículos. Los leo regularmente, aunque los publique en ese panfleto del Bugle. Buenos, muchachos, dejadme pasar...

- Ey, sin prisas, verdecita - dijo un reportero del Globe, mucho más joven que Urich - ¿Sólo vas a contestar a los veteranos? Venga, pava, enróllate.

- ¿Qué has dicho, chiquitín? - respondió Jen volviéndose y lanzando una mirada inquisitiva e intimidante al reportero - ¿Qué me enrrolle? ¿Y si te enrrollo a ti una farola alrededor del cuello? No estoy aquí para darte noticias, chupatintas, sino para averiguar qué demonios pasa aquí.

- Eeeh... perdone, se... señora... Sólo hacía mi trabajo. Además, el cordón policial es seguro y el edificio no se va a mover de su sitio...

En ese momento y como contradiciendo esta última afirmación, el suelo empezó a temblar y el pavimento que circundaba el edificio de biológicas empezó a resquebrajarse.

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Un poco antes, Spider-Man y el Doctor Samson seguían avanzando por los pasillos en dirección a la sección entomológica, cuando el sentido arácnido del trepamuros empezó a zumbar desaforadamente, haciendo que Peter se pegara a la pared de la izquierda y en cuclillas, se concentrara.

- ¿Qué sucede, Spider-Man?

- Hmmmm... no lo sé, Doc. Percibo... algo. Una sensación de peligro...

- ¿Aquí, ahora?

- No exactamente... Es como si algo me advirtiera de que el peligro nos rodea, pero no es tan intenso como para eso...

- ¿Cómo puedes saberlo? ¿Cómo puedes sentir todo eso?

- Confía en mí, Doc. Llámalo instinto de supervivencia arácnida.

- Eso no suena muy convincente...

- Tal vez no, pero me ha servido bien todos estos años. Sigo aquí ¿no?

- Cierto, pero... ¿y ese ruido?

- Suena como un... un zumbido... ¡mira, Doc! ¡En el suelo! - Un ejército de insectos marchaba a toda velocidad por el pasillo, justo en dirección a la sección de Entomología.

- No solo en el suelo, lanzarredes. También en las paredes y en el aire...

- Van en nuestra dirección. No puede ser casualidad. ¡Vamos! - Y dicho esto, avanzó a la carrera sin bajar de la pared, mientras Samson le seguía.

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De nuevo en el exterior, hay que puntualizar que Hulka no había sido la única vengadora que había sido alertada. Con el equipo principal fuera de la ciudad1, los mecanismos de seguridad se habían activado y se había enviado un mensaje a la reserva. El Espadachín y Magdalena iban camino del campus y no lejos de ellos, a una decena de metros sobre sus cabezas, la Visión volaba en su misma dirección. Había regresado de su viaje por América2 y dudaba sobre la oportunidad de ir a la mansión. Todavía amaba a Wanda, pero ella estaba ahora con Simon, su hermano. Quizá debía de haberse quedado junto a Namor... Absorto como estaba en aquellos pensamientos, recibió el aviso casi con alivio, deseoso de abandonar por un tiempo sus recuperados sentimientos y enfocar el problema bajo parámetros más lógicos y fríos. Al ver a sus compañeros camino de la ESU, aumentó poco a poco la densidad de su cuerpo para unirse a ellos. Iba a pronunciar sus nombres pero, antes de dar sonido a la primera sílaba, desapareció del cielo sin dejar rastro3

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En el interior, Gravitón estaba siendo asaltado por una interminable oleada de insectos que parecía no tener fin alguno. Normalmente, se habría deshecho del problema con un simple pensamiento, pero el control de su poder era, cuando menos, errático. Con su desesperada llamada de auxilio, la Cigarra había ganado algo de tiempo, ya que su adversario no era capaz de concentrarse en dos objetivos a la vez. Sin embargo, no lograba zafarse del dolor que atenazaba su pecho.

- ¿Como contra un salteador habéis salido a prenderme con espadas y palos? - vociferó Gravitón y, haciendo caso omiso a los bichos que inundaban su cuerpo en oleadas, avanzó hacía su enemigo, dispuesto a acabar con él.

- ¡Apártate de él! - una bota se estampó contra la cara de Gravitón y le hizo trastabillar y caer de espaldas. Su atacante no era otro que Spider-Man que aprovechó el impulso de su ataque y dio una voltereta en el aire para pegarse de nuevo contra la pared, mientras Doc Samson se acercaba a auxiliar a la Cigarra que, con evidentes muestras de dolor, seguía frotándose el pecho.

- Este hombre está muy mal. Tiene todo el aspecto de haber sufrido un infarto.

- Ocúpate de él, mientras yo me encargo de... ¡¿Gravitón?!

Spider-Man no había olvidado al amo de la gravedad. Sólo se habían encontrado una vez4, y aunque la posesión temporal de los poderes del Capitán Universo5 le había permitido salir muy bien parado del lance, su mentalidad científica le hacía recordar que la potestad de gobernar una de las fuerzas primordiales del cosmos era un arma terrible. Por un instante, la sorpresa lo dejó paralizado, pero eso no fue nada cuando su adversario logró ponerse en pie y alzó la vista para identificar al nuevo atacante.

- ¡¿Tú?!... Eloí, Eloí, ¿lema sabactaní? - y cruzando los brazos sobre la cara, acertó a alzar el vuelo un par de pasos, para alejarse del trepamuros.

- No sé cuando te has vuelto políglota, barbudín - respondió Spidey disparando los lanzarredes y enganchando a Gravitón por los hombros - pero necesitas una lección de modales y un desinsectado urgente - terminó mientras tirando hacia sí, atraía a su enemigo para lanzarle un gancho de derecha.

- ¡¡Aléjate de mí!! - gritó nuevamente y, dando rienda suelta a su poder, repelió a Spider-Man mientras el impulso le hacía alejarse a toda velocidad.

- Sigue siendo igual de peligroso que siempre - dijo mientras recuperaba el equilibrio. ¿Cómo está, Doc?

- Ha muerto. Su corazón no ha podido resistirlo.

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A una decena de metros, Gravitón se había detenido jadeante y, apoyado contra una puerta, murmuraba palabras que no tenían sentido.

- Antes de que cante el gallo me negarás tres veces... tres veces... tres veces...- fue deslizándose hasta el suelo y cayó de rodillas. Suspiró hondamente y sus rasgos empezaron a endurecerse. Su mandíbula se tensó y apretando los puños dijo entre dientes: El Señor es uno. El Señor es ¡omnipotente! Y todo el edificio se estremeció.

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1.- Fuera de la ciudad y del tiempo, como puede verse actualmente en Vengadores.

2.- Del que tuvimos noticias en Marvel Fanfare nº 4

3.- Pero con paciencia y una caña, el destino de la Visión será relatado en Vengadores, según pase la Cronotormenta.

4.- Durante Actos de Venganza.

5.- Sí, estimada feligresía. Tenía un nombre tan ridículo como ése.

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RED AZULGRANA

Después de dos números un tanto reflexivos, toca algo de acción, con Gravitón nuevamente en danza, tras su aparición en esa gran colección llamada Avengers Unplugged. Los que abominen del chaval no se preocupen, que no durará mucho tiempo por aquí, aunque las implicaciones de lo que haga tendrán ciertas consecuencias en la vida de Spider-Man.

 
 
   
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